"La reflexión sobre las virtudes no nos hace más virtuosos, o en todo caso no podría ser suficiente. Sin embargo, gracias a esta reflexión, desarrollamos una virtud: la humildad, tanto la intelectual, ante la riqueza de la materia y de la tradición, como propiamente moral, ante la evidencia de que carecemos casi siempre de casi todas estas virtudes... "
Ficha: "Pequeño tratado de grandes virtudes", autor André Compte-Sponville, editorial Paidós, 306 páginas, ISBN: 978 8449 316913.
La palabra filosofía si nos atenemos a su etimología significa "amor a la sabiduría" esa definición casa perfectamente con el contenido de este libro André Compte-Sponville, uno de los más famosos e influyentes filósofos de nuestro tiempo. Si además consideramos que la sabiduría algo, o realmente mucho, tiene que ver con el arte de vivir la vida para acercarnos lo más posible a ese ideal de felicidad que todos en mayor o menor medida buscamos, entonces sería imposible ignorar esas cualidades del espíritu, o del ser humano más bien, llamadas "virtudes"... de las mismas, o al menos de un grupo escogido de estas trata este libro.
Dieciocho capítulos dedicados a otras tantas denominadas "virtudes" con la salvedad de dos... de la urbanidad, que el autor no considera virtud como tal sino el comienzo de las mismas, y el amor, que está más allá de estas. Entre la urbanidad, que solo es apariencia de virtud, y el amor que trasciende toda virtud se encuentra la moral, una moral diseccionada en diferentes apartados tales como la fidelidad, la prudencia, la templanza, la valentía, la justicia, la generosidad, la compasión, la misericordia, la gratitud... etc etc. Cada uno de extensión variable como lo son también la riqueza y complejidad de los mismos, desde la simplicidad de "la sencillez" o "la templanza", hasta la riqueza de matices de "la justicia". Culminando todos ellos en el capítulo más extenso de todos, en el capítulo dedicado al amor que en cierta forma es el "summun" de todos los demás.
Cuando uno se enfrenta a la lectura de un libro semejante surgen dudas, máxime en mi caso que soy un lego en materias filosóficas, ¿llegaré a comprenderlo? ¿no me vendrá un poco grande? ¿no será un puro aburrimiento con un autor pagado de sí mismo ubicado en una supuesta superioridad moral e intelectual lanzando un sermón a sus insignificantes lectores?... Nada de eso, André en ningún momento se erige en moralista, en ningún momento abandona un tono sencillo, dirécto y coloquial, en pocas ocasiones utiliza jerga técnica y cuando lo hace suele dar las oportunas explicaciones.
Es por lo tanto un libro de divulgación filosófica, pero me atrevo a decir que aunque ese es su punto de partida va mucho más allá y aunque las comparaciones son odiosas en ocasiones son inevitables, lo siento por mi admirado Lou Marinoff pero Compte-Sponville le da mil vueltas. El autor durante toda la obra consigue un dificil equilibrio entre erudición y cercanía, entre divulgación de ideas de otros y aquellas propias, entre su alabanza de la opinión de los clásicos y sus críticas, matizaciones y en ocasiones convincentes refutaciones de sus argumentos. Hay pues no solamente ilustración del pensamiento de gigantes de la filosofía como Platón, Spinoza, Kant o Montaigne sino también síntesis y elaboración de ideas própias partiendo de esta impresionante base.
Y todo ello como repito con un lenguaje coloquial y directo si, pero también denso y pletórico de ideas... de ahí que la palabra "pequeño" de su título resulte francamente engañosa, sus más de trescientas páginas dan para mucho y hay numerosos pasajes que destilan sabiduría, elegancia, inteligencia y una impresionante dosis de humanidad... y sin hablar nunca desde el pedestal del que lo sabe todo. Hay humildad mezclada con erudición, sencillez y profundidad de ideas, cercanía al lector en asuntos bien mundanos y cotidianos y a la vez incursiones brillantes en el mundo de las ideas. Compte-Sponville consigue algo que pensaba que me resultaría imposible de decir de una obra filosófica... belleza, emoción y elegancia unidas.
"La alegría añadida a la alegría es amor añadido al amor. La gratitud es por eso el secreto de la amistad, no por el sentimiento de una deuda, puesto que no se debe nada a los amigos, sino por una sobreabundancia de alegría común, de alegría recíproca, de alegría compartida".
La palabra filosofía si nos atenemos a su etimología significa "amor a la sabiduría" esa definición casa perfectamente con el contenido de este libro André Compte-Sponville, uno de los más famosos e influyentes filósofos de nuestro tiempo. Si además consideramos que la sabiduría algo, o realmente mucho, tiene que ver con el arte de vivir la vida para acercarnos lo más posible a ese ideal de felicidad que todos en mayor o menor medida buscamos, entonces sería imposible ignorar esas cualidades del espíritu, o del ser humano más bien, llamadas "virtudes"... de las mismas, o al menos de un grupo escogido de estas trata este libro.
Dieciocho capítulos dedicados a otras tantas denominadas "virtudes" con la salvedad de dos... de la urbanidad, que el autor no considera virtud como tal sino el comienzo de las mismas, y el amor, que está más allá de estas. Entre la urbanidad, que solo es apariencia de virtud, y el amor que trasciende toda virtud se encuentra la moral, una moral diseccionada en diferentes apartados tales como la fidelidad, la prudencia, la templanza, la valentía, la justicia, la generosidad, la compasión, la misericordia, la gratitud... etc etc. Cada uno de extensión variable como lo son también la riqueza y complejidad de los mismos, desde la simplicidad de "la sencillez" o "la templanza", hasta la riqueza de matices de "la justicia". Culminando todos ellos en el capítulo más extenso de todos, en el capítulo dedicado al amor que en cierta forma es el "summun" de todos los demás.
Cuando uno se enfrenta a la lectura de un libro semejante surgen dudas, máxime en mi caso que soy un lego en materias filosóficas, ¿llegaré a comprenderlo? ¿no me vendrá un poco grande? ¿no será un puro aburrimiento con un autor pagado de sí mismo ubicado en una supuesta superioridad moral e intelectual lanzando un sermón a sus insignificantes lectores?... Nada de eso, André en ningún momento se erige en moralista, en ningún momento abandona un tono sencillo, dirécto y coloquial, en pocas ocasiones utiliza jerga técnica y cuando lo hace suele dar las oportunas explicaciones.
Es por lo tanto un libro de divulgación filosófica, pero me atrevo a decir que aunque ese es su punto de partida va mucho más allá y aunque las comparaciones son odiosas en ocasiones son inevitables, lo siento por mi admirado Lou Marinoff pero Compte-Sponville le da mil vueltas. El autor durante toda la obra consigue un dificil equilibrio entre erudición y cercanía, entre divulgación de ideas de otros y aquellas propias, entre su alabanza de la opinión de los clásicos y sus críticas, matizaciones y en ocasiones convincentes refutaciones de sus argumentos. Hay pues no solamente ilustración del pensamiento de gigantes de la filosofía como Platón, Spinoza, Kant o Montaigne sino también síntesis y elaboración de ideas própias partiendo de esta impresionante base.
Y todo ello como repito con un lenguaje coloquial y directo si, pero también denso y pletórico de ideas... de ahí que la palabra "pequeño" de su título resulte francamente engañosa, sus más de trescientas páginas dan para mucho y hay numerosos pasajes que destilan sabiduría, elegancia, inteligencia y una impresionante dosis de humanidad... y sin hablar nunca desde el pedestal del que lo sabe todo. Hay humildad mezclada con erudición, sencillez y profundidad de ideas, cercanía al lector en asuntos bien mundanos y cotidianos y a la vez incursiones brillantes en el mundo de las ideas. Compte-Sponville consigue algo que pensaba que me resultaría imposible de decir de una obra filosófica... belleza, emoción y elegancia unidas.
"La alegría añadida a la alegría es amor añadido al amor. La gratitud es por eso el secreto de la amistad, no por el sentimiento de una deuda, puesto que no se debe nada a los amigos, sino por una sobreabundancia de alegría común, de alegría recíproca, de alegría compartida".
"El presente es su eternidad y le llena. No tiene que demostrar nada, puesto que no quiere parecer nada. Ni tampoco tiene que buscar nada, puesto que todo está ahí. ¿Existe algo más sencillo que la sencillez? ¿Existe algo más ligero? La sencillez es la virtud de los sabios y la sabiduría de los santos."
"Pero la mayoría de las veces el amor brilla por su ausencia: de ahí el resplandor de las virtudes y la oscuridad de nuestras vidas. Resplandor segundo, oscuridad esencial, pero no total. Casi todas las virtudes solo se justifican por esta ausencia en nosotros del amor."
Lo mejor: Un libro simplemente maravilloso, digno de leer y releer en más de una ocasión, con abundantes e inspirados momentos de gran belleza que me han llegado a impulsar leerlos en voz alta. A pesar de su densidad y riqueza de ideas es una obra que se lee fácilmente, el último capítulo, el dedicado al amor es una auténtica maravilla, solo por el mismo valía la pena leer la obra entera. Interesantísimas las referencias a Montaigne, Spinoza, Epicuro... pero sobre todo a Alain y Simone Weil, si André pretendía despertar la curiosidad por esos autores en mi caso lo ha conseguido.
Lo peor: La variable dificultad de su lectura, desde la más desnuda simplicidad y elegancia a algunos argumentos verdaderamente enrevesados y complicados de seguir. Por mucho que posea vocación divulgadora no deja de ser una obra "filosófica" en el más profundo significado del término solo recomendable para lectores amantes de los retos que huyan de lecturas simplonas donde uno pueda conectar el "piloto automático", en este libro es imposible, no confundir por lo tanto con esa miriada de libros denominados de "autoayuda", este es para paladares más exigentes.
Gracias por sus comentarios. Este libro me la recomendado Xavier Ettiéne. Sin duda lo compraré.
ResponderEliminareste libro esta padre
ResponderEliminar