martes, 24 de septiembre de 2013

Cómo funciona el mundo

"Hay una sola manera de enfrentar estas cuestiones. Si uno está solo, no puede hacer nada más que lamentarse por la situación, pero si se une con otras personas, puede cambiar las cosas. Hay millones de alternativas posibles que dependen de dónde queremos volcar nuestros esfuerzos"

 
Ficha: "Cómo funciona el mundo", Avram Noam Chomsky, editorial Katz, 354 páginas, ISBN: 978 84 92946 46 4

Supe de la existencia de este lingüista y pensador norteamericano a mediados de los años ochenta durante mis clases de lengua española en el instituto, quien más quien menos ha comenzado a oir hablar de él de esa misma forma. Muchos años después quedé sorprendido al ver asociado su nombre a artículos de opinión de un marcado contenido político de corte de izquierdas e incluso de signo anarquista... me pregunté entonces si este era el mismo Chomsky del que había oído hablar a mi profesora de lengua en mis clases de COU., y para mi sorpresa así era.

Noam Chomsky es profesor emérito de lingüstica por el archiconocido MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), uno de los centros de enseñanza e investigación más importantes del mundo. Su trabajo en el campo del lenguaje le granjearon fama mundial y constituyeron una revolución en el enfoque del estudio de los mecanismos de la adquisición y aprendizaje del habla humana, solamente por sus trabajos de campo publicados a partir de mediados de los años cincuenta tiene ya su lugar de honor entre los intelectuales del siglo XXI, no obstante no es al Chomsky lingüista, investigador y teórico de las ciencias cognitivas al que tenemos aquí en esta obra, sino al Chomsky que desde los años sesenta y su oposición frontal a la guerra de Vietnam viene realizando una labor incansable en pos de un activismo político de signo de izquierdas y con tintes anarquistas y de socialismo libertario. Todo un cóctel explosivo de ideas que le hacen chocar frontalmente contra la política de su país, los Estados Unidos, y de la que se ha convertido desde hace varias décadas en su principal crítico.



Hasta sus más enconados enemigos reconocen su valía y autoridad intelectual, así lo reconoció a regañadientes el New York Times hace unos años al incluirle en la lista de autores vivos más influyentes del mundo, uno de los más citados junto a figuras tan enormes como Marx, Lenin, Shakespeare, Aristóteles, Platón y Freud... con la gran ventaja añadida de que Noam sigue vivo y dando guerra a pesar de su más que avanzada edad, 84 años. Tras leer este libro me sumo a los deseos de su editor, Arthur Naiman, de que ojalá viva cien años... necesitamos mucho a pensadores como Chomsky, en estos momentos más que nunca.

A diferencia de otras obras de este autor de contenido mucho más técnico, aquí nos encontramos con una serie de transcripciones de conversaciones con David Barsamian, el locutor de la cadena de radio norteamericana de fama internacional y carácter libertario "Alternative radio" con una línea de pensamiento muy semejante a la de Noam. Son varios los libros que han sido ya editados y publicados como fruto de la colaboración entre ambos. Todos tienen como principal divisa la exposición simple y clara de las ideas, profundamente democráticas y humanas, del archiconocido profesor del MIT.

El presente libro se divide en cuatro ensayos, escritos y publicados a lo largo de los años noventa, por orden cronológico de publicación son:

Lo que realmente quiere el Tío Sam (1.992)
En este ensayo nos encontramos con el elemento principal del activismo político de Noam, su rechazo frontal a la política externa estadounidense. En los ochenta Ronald Reagan calificó a la Unión Soviética como el "imperio del mal", mientras se otorgaba a sí mismo el galardón de lider mundial en pos de la democracia y la libertad. Chomsky demostrará con razones y argumentos contundentes donde está el verdadero imperio del mal. Sin justificar o alabar a la superpotencia comunista y sus aliados, del todo indefendible por su carácter autoritario, Noam atacará sistemáticamente todas las ideas que tratan de presentarnos a los EEUU como superpotencia benévola y defensora de las libertades.

Los que tenemos los suficientes años sin duda alguna que recordamos los episodios de las guerras de centroamérica de los ochenta, con El Salvador, Nicaragua y Guatemala como protagonistas. El profesor norteamericano pone en evidencia las contradicciones y falsedades de la política exterior norteamericana en el área, cómo no tienen reparos en derrocar a democracias para instaurar sangrientas dictaduras, como la de Guatemala o la de Chile, o la instrucción de la CIA de los terribles escuadrones de la muerte salvadoreños. También hablará largo y tendido de Nicaragua y como el gobierno sandinista tras derrocar a Somoza fue acosado de mil formas para mantener el país en pie de guerra permanente y hacer fracasar todas las políticas sociales que amenazaban con crear un grave precedente en la zona. Hasta una isla insignificante como Granada fue ocupada mediante un espectacular, e innecesario, despliegue militar simplemente para evitar que se crease un gobierno satélite de Cuba.

No hablamos de acciones puntuales de poca importancia, hablamos de acciones de apoyo a grupos terroristas y participación en conflictos locales, reavivados a conciencia y sostenidos mediante una riada de dólares y todos los medios imaginables, y resultados de cientos de miles de muertes violentas que harían quedar a los fanáticos de Al-Quaeda como unos simples aficionados. Todo eso sucedió delante de nuestras narices en los años setenta y ochenta, por supuesto mediante la oportuna cortina propagandística mediática y la conveniente exageración y amplificación de los crímenes del adversario, como la represión sandinista de los indios misquitos, y la ocultación de los mucho peores crímenes... todo valía entonces para el freno del comunismo en la zona. Sin embargo no es eso lo que "realmente quiere el Tío Sam", como muy agudamente sugiere Noam.

El único motor, el único motivo que impulsa toda la política exterior norteamericana desde los cincuenta es solamente uno: la defensa de los intereses económicos de sus grandes empresas, punto. Toda la propaganda ideológica de defensa de las libertades y la democracia es pura basura vacía de contenido. Se ha demostrado en numerosos casos de gobiernos democráticos legítimos derrocados en el momento en que no han servido a los intereses de las corporaciones norteamericanas. Estados Unidos no tiene reparo en apoyar a un gobierno democrático si este es afín a sus intereses, pero no ha tenido reparos en el pasado, ni escrúpulo alguno en el presente o futuro, en crearle graves problemas si se "sale del redil" y no satisface sus intereses. En cuanto a las dictaduras solo considera intolerables aquellas que le perjudican, o simplemente no defienden, sus intereses... que no son los siquiera los de su pueblo, sino los de sus grandes corporaciones empresariales. Por supuesto no importa lo corruptas, sanguinarias y crueles que sean aquellas que le benefician ¿ejemplos? el sanguinario y corrupto Ferdinand Marcos que dejó al país en la ruina, el general Suharto en Indonesia responsable de más de 700.000 asesinatos, Augusto Pinochet con más de 3000 desaparecidos... El lector curioso e interesado en la política va a encontrar mucho de su interés en este primer y demoledor ensayo con el que se abre el libro.



Pocos prósperos, muchos descontentos (1.993)

La política económica norteamericana a partir de 1.971 con la revocación del tratado internacional de Bretton Woods efectuado unilateralmente por Nixon que fué el pistoletazo de salida de la globalización, la crisis del petroleo y la desmantelación de la industria norteamericana es el protagonista de este segundo ensayo. La exportación de puestos de trabajo al extranjero, la congelación salarial y el aumento en la precariedad de empleo junto a un mayor peso de la especulación financiera en detrimento de la producción configuran un panorama muy familiar.

El ensayo habla también de los acuerdos internacionales de los EEUU, GATT y NAFTA, y como dichos acuerdos se han realizado de espaldas a la opinión pública, sus términos exactos son desconocidos por la gran mayoría y como en la práctica constituyen un verdadero saqueo de los paises implicados en favor de las grandes compañías norteamericanas. Naturalmente también hay beneficiarios en México y latinoamérica... pero no hablamos de la mayoría de la población sino de las élites corruptas que le hacen el juego a los intereses de las grandes compañías en la zona. La política económica, y no la parafernalia militar aunque ambas vayan muchas veces de la mano, es la verdadera protagonista de toda acción de la diplomacia estadounidense. 

Aquí Noam no tiene reparos en denunciar el doble mensaje del liberalismo económico norteamericano, su defensa acérrima de la libertad de mercados cuando afecta a los pobres y a la población en general, y una política fuertemente intervencionista en lo que respecta a las grandes compañías. Los subsidios solo son "malos" cuando se invierten en políticas sociales, sin embargo no importa lo cuantiosos que sean... en cuanto se aplican a la industria militar, aeronáutica o automovilística se convierten en "buenos". Los ejecutivos norteamericanos más críticos con el intervencionismo y comprometidos con el libre mercado han sido paradójicamente los más dilapidadores de recursos en relación con los sectores empresariales considerados "estratégicos". 

La política del antonces presidente norteamericano Bill Clinton, la intervención, a todas luces propagandística en Somalia, el boicot sistemático al proceso de paz árabe israelí, la política de doble rasero en lo referente a Israel, los residuos de la política colonial en África y la India, el racismo, la censura informativa en los Estados Unidos y el férreo control que los grandes grupos de comunicación realizan sobre la opinión pública norteamericana serán también ampliamente tratados en este "jugoso" ensayo. Es difícil encontrar tantos temas de interés y tan actuales, a pesar de la década transcurrida desde su escritura.



Secretos, mentiras y democracia (1.994)


La crítica al supuestamente sistema democrático norteamericano será la gran protagonista de este ensayo. Chomsky cuyas veleidades anarquistas le hacen desconfiar por sistema de toda organización estatal no tiene reparos en reconocer que a pesar de todos sus defectos un gobierno estatal es preferible a un poder ejercido por la empresa privada, porque al menos este es visible, ha sido elegido y ha de responder por sus acciones ante los ciudadanos, algo que no sucede con las empresas privadas que por definición son entidades eminentemente autoritarias donde el poder fluye siempre de arriba a abajo y nunca al revés. 

Esa privatización de todos los ámbitos, especialmente en el terreno de los medios de comunicación, es lo que garantiza la inexistencia de debates sobre la democracia y el masivo adoctrinamiento de la sociedad mediante una exaltación desenfrenada del yo, de la individualidad... un mensaje que solo tiene por objetivo "atomizar" a la población, evitar su asociación, su cooperación y su unión que le daría la fuerza para constituirse en alternativa. En cambio en las altas esferas es donde ahora mismo reside la auténtica conciencia de clase y el corporativismo más férreo y fanático. No hay más que ver el mundo de la publicidad para darse cuenta de ello... Chomsky intenta quitarle la venda de los ojos al lector en este apasionante ensayo y mostrarle crudamente la típica política del "divide y vencerás" que preside la ideología oficial norteamericana. De ahí la persecución y el intento de desprestigio de todo asociacionismo, salvo el empresarial, las campañas difamatorias contra los sindicatos y la ausencia de debates públicos de aquellos asuntos que en verdad importan. Un culto al narcisismo y a la búsqueda individual de la felicidad, a través del consumo por supuesto, con la defensa de unos valores siempre supuestamente enmarcados en la libertad pero que ocultan el egoísmo y la manipulación más despreciable.

En su aspecto más extremo tenemos el ataque sistemático a las políticas sociales, la continua presentación del estado como una especie de ogro y la defensa enconada de una tramposa "meritocracia" en la que en el fondo las clases elevadas nunca han creído. La sanidad norteamericana tendrá su correspondiente apartado debido a su desmedido afán lucrativo que ha devenido en ineficacia. Es muy revelador pero ahí está el orígen de la reforma sanitaria que insiste tanto en llevar a cabo el actual presidente Obama, no se hace la misma por motivos humanitarios ni por lo que beneficia a los ciudadanos, sino porque les está empezando a resultar costosa por ineficaz. La oposición por supuesto es de las pequeñas compañías sanitarias que se verían perjudicadas en perjuicio de las más grandes... ahí tenemos la clave predecida por Noam diez años antes de la llegada del actual presidente al poder.

La elevada tasa de criminalidad, el uso de armas y el gran negocio de las cárceles norteamericanas... un sector muy en áuge en los noventa, la lucha contra determinados tipos de narcotráfico y la permisividad con las llamadas drogas legales también tendrán su espacio en este ensayo. El desencanto de la política, la despolitización de la clase obrera y la importancia de los sindicatos también tendrán su espacio, así como el tema siempre espinoso de los secretos de estado y el papel de la CIA, tantas veces presentada en el cine como una especie de gobierno en la sombra y una siniestra organización con iniciativa propia... cuando la verdadera realidad estriba justo en lo contrario, que siempre actúa por órden del gobierno salvo cuando se equivoca o quedan visibles sus crímenes ante la opinión pública, entonces siempre se atribuyen a "desviaciones" y acciones individuales al margen de las órdenes oficiales. Chomsky también ironiza sobre la supuesta libertad de los medios de comunicación estadounidenses, si uno internaliza la doctrina oficial y sus opiniones están en consonancia con la misma tiene vía libre... pero si discrepa, tal y como es su caso, dificilmente verá publicados sus artículos en ningún periódico o revista de difusión nacional y mucho menos será entrevistado en ninguna cadena de televisión. Noam lo sabe de sobra, es mucho más conocido fuera que dentro de sus fronteras. 



El bien común (1.998)

"Por lo tanto, estamos cambiando la idea de que perjudicar a uno es perjudicarnos a todos por la idea de que perjudicar a uno es sólo perjudicar a uno.

Este es el ideal de la sociedad capitalista, salvo para los ricos. Las juntas directivas de las compañías pueden trabajar en conjunto, igual que los banqueros, los inversores y las grandes empresas, que pueden formar alianzas entre sí y con los gobiernos poderosos. En ese caso, está permitido. Los que no deben cooperar entre sí son los pobres."


La igualdad y la redistribución de la riqueza es el tema de este último ensayo. En él se nos mostrará como la sociedad norteamericana ha ido perdiendo con los años sentido de la solidaridad, como se vienen recortando los gastos sociales, como la población ha dejado de frecuentar bibliotecas, que en los años cincuenta estaban atestadas. Cómo toda la sociedad se está rediseñando desde hace años para favorecer los intereses de los más ricos, por supuesto con el consentimiento conseguido mediante un incesante lavado de cerebro de los más humildes a los que se engaña sistemáticamente con un falso sentido de igualdad de oportunidades y ausencia de clases sociales que nadie mínimamente informado se cree.

La equiparación, absurda, entre capitalismo y libertad, muy del gusto de la charlatana Ayn Rand aunque no se la cite en el libro, también tendrá su espacio en el libro, de la mano de Noam veremos que tal equiparación no solamente es inexacta sino que constituye hoy en día un verdadero oximorón. Nunca ha existido, y mucho menos hoy en día, nada parecido al libre comercio, esa es otra de las falacias tan del gusto de la propaganda oficial liberal norteamericana, que será criticado y analizado por N. Chomsky en este ensayo. Tampoco existe ahora, ni existía en el momento de la redacción del ensayo, una carestía de dinero o una época de vacas flacas... es cierto que faltaban todavía diez años par el crack de la bolsa de Nueva York, pero cualquiera sabe que el 99% del dinero y las divisas a nivel mundial se mueven ya en los mercados financieros, no en la calle ni en los negocios. El mito de los "tiempos difíciles" como muy bien apunta Noam se debe a una interesada mentira destinada a desincentivar la redistribución de la riqueza. El libro también trata la ausencia real de diferencias entre los dos grandes partidos norteamericanos cuya alternancia en el poder no es más que una mascarada puesto que siempre sirven, con escasos matices, a los mismos intereses... vamos igualito que en España o donde quiera que se instale esa plaga de toda democracia denominada bipartidismo.

Ese bienestar social que se racanea y se niega a los pobres en cambio se vuelca en las grandes empresas, las grandes compañías aeronáuticas norteamericanas, las industrias del armamento, las industrias del sector de la electrónica, del automóvil... todas consiguen exenciones fiscales, ayudas estatales, cambios en las leyes... mientras los subsidios y las políticas sociales, sanitarias y educativas se dinamitan sistemáticamente, y siempre bajo el pretexto de la supuesta "eficacia" del sector privado... eficacia que no parece estar reñida con las ayudas del estado si hablamos de grandes empresas.

Delincuencia en las calles un año a finales de los noventa, coste 4.000 millones de dólares, delincuencia de "guante blanco" a través de las evasiones fiscales, coste 200.000 millones de dólares.

"Ahora que todos esos trabajadores resultan superfluos, ¿qué hacemos con ellos? En primer lugar, debemos procurar que no adviertan que la sociedad es injusta ni traten de hacer nada para cambiarla. Y la mejor manera de distraer su atención es lograr que sientan miedo y odio por los que son como ellos. Toda sociedad coercitiva se vale de esta idea casi inmediatamente, porque además representa otras dos ventajas: reduce la cantidad de gente sobrante, mediante la violencia, y ofrece un espacio donde enviar a los que sobreviven, mediante un sistema carcelario."

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Lo esbozado aquí no es sino una muy pequeña parte del libro, me dejo muchísimas cosas en el tintero, este no es muy extenso pero rebosa de ideas e interesantes contenidos, proporcionaría la base para realizar innumerables debates y reflexiones sobre política internacional, y ayuda a ver la política norteamericana con otros ojos. Uno se da cuenta que detrás de cada acción de la diplomacia estadounidense están los intereses de sus grandes corporaciones, y eso es así desde hace décadas, cualquier otra interpretación de sesgo ideológico se cae por su propio peso ante la abrumadora cantidad de argumentos y pruebas esgrimidos por Noam Chomsky en esta y otras de sus obras. 

Naturalmente el intelectual norteamericano ha sido muy criticado, y siempre desde el mismo ángulo, ataca los vícios y defectos de la política norteamericana y no dice nada o casi nada de la antigua URSS, Cuba, Bolivia, China, Venezuela... Chomsky siempre se defiende de la misma forma, en primer lugar afirma que él es norteamericano y por lo tanto está moralmente obligado a poner en el punto de mira en primer lugar a su propio país, en segundo lugar afirma que criticar lo que hacen los demás paises es demasiado fácil... y en mi opinión mucho menos arriesgado, por no decir cobarde. 

Hay una parte de la intelectualidad, o más bien pseudointelectualidad, de derechas, que siempre anda pendiente de arrojar la falacia "ad hominem"... no se puede criticar en ningún momento a un comportamiento antidemocrático norteamericano o europeo sin señalar inmediatamente su equivalente "de izquierdas", so pena de ser acusado de parcialidad, etiquetado de izquierdista y defenestrado de cualquier ámbito de debate público. Naturalmente en otro de los típicos ataques desde la derecha se le reprochará que debería de dar gracias a que en un país como los EEUU no se le persiga políticamente y se le permita expresar sus opiniones, algo que no podría hacer en Cuba por ejemplo, donde sería encarcelado por disidente político. Y la verdad es que tal cosa no sucede no por la bondad del sistema político norteamericano, sino porque no necesitan hacerlo debido a que la censura mediática y el control ideológico y de adoctrinamiento de la población norteamericana es tan grande que saben muy bien que sus ideas o bien no son difundidas salvo en círculos reducidos, o son ignoradas sistemáticamente en medio del incesante retumbar de la propaganda oficial. 

Para terminar transcribo aquí este revelador párrafo del final del libro:

"En una revista canadiense llamada Outlook apareció un artículo sobre la charla que usted dió en Vancouver. Al final, reproducía los comentarios de las personas cuando salieron de la sala, que decían cosas como "me dejó muy deprimido" o "estoy peor de lo que estaba antes de venir". Y la lista sigue. ¿Hay alguna forma de modificar eso?

No es la primera vez que me dicen eso, y lo entiendo. Me parece que no es asunto mío decirles a las personas lo que deben hacer. De eso se tienen que dar cuenta solas. Ni siquiera sé lo que debo hacer yo mismo. Entonces, trato de describir lo que creo que sucede, de la mejor manera posible. Cuando uno ve ese panorama, no es muy agradable que digamos. Y si lo extrapola al futuro, es desastroso. Pero lo importante es que no se trata de un futuro inevitable, y si eso no nos queda claro, es mi culpa. El futuro se puede cambiar. Sin embargo, no podemos cambiar las cosas mínimamente si no empezamos a entenderlas. Hasta aquí hemos realizado muchos avances, que son acumulativos y que nos conducen a nuevos desafíos. Y también hemos tenido nuestros fracasos. Nadie dijo que iba a ser fácil."



Lecturas porcinas.
A todo aquel que desee conocer más de la figura de Chomsky y este libro en concreto no puedo sino remitirlo a este excelente artículo del blog "Lecturas porcinas" donde su autor le dedica un extenso y ejemplar artículo, infinitamente mejor que el mío, en los blogs de libros también hay jerarquías y un servidor sabe reconocer la excelencia, me quito el sombrero ;-).



Lo mejor: Interesante de principio a fin, revelador, en ocasiones descorazonador, en definitiva todo un golpe a la conciencia del lector que no volverá a ver ningún comunicado de la Casa Blanca de la misma forma, ni volverá a ver con los mismos ojos cualquier acuerdo internacional porque todo lo que Chomsky critica de los Estados Unidos es en buena parte extrapolable a Europa y a occidente, no nos centremos solo en las críticas a la superpotencia porque no está sola.

Es lo que toca, este es el mundo en el que vivimos y no presenta un panorama bonito resultando duro en ocasiones... pero tiene la fuerza de todo aquello que uno sabe íntimamente que es verdad, aunque le gustaría que no lo fuera. Dificilmente dejará indiferente a nadie. Al final se abren atisbos de esperanza, aunque al principio duela, para actuar primero hay que despertar y dejar de soñar despiertos. Simplemente imprescindible.

Lo peor: Debería tener muchos más lectores de los que tiene. Que libros como este no tengan más publicidad ni sean más conocidos. A muchos les puede amargar y revolver las tripas, precisamente porque es como un cubo de agua fría y sabemos que eso es incómodo... se está tan bien durmiendo.


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