miércoles, 6 de noviembre de 2013

Filosofía zombi

"Hemos creado al zombi como concepto. Un concepto que lo arrastra todo, que sirve como hueco para la estructura de significación del mundo actual, un signo cero, un punto desde donde reiniciar el sistema y volver a pensarlo."


Ficha: "Filosofía zombi", autor Jorge Fernández Gonzalo, editorial Anagrama, 213 páginas, ISBN: 978 84 339 6325 3

Este curioso libro fue finalista del premio Anagrama de Ensayo del año 2.011, el ganador de aquel año fue el libro ya comentado aquí "La herida de Spinoza" de Vicente Serrano. Jorge Fernández Gonzalo nos propone en este ensayo un viaje a través del fenómeno "zombi" y sus lecturas filosóficas, una curiosa mezcla que vendría a sumarse a la moda de aunar elementos de la cultura popular y la filosofía, aunque en este caso con un matiz bastante distinto.

Libros como el caótico pero recomendable "Todo lo que se lo aprendí de la televisión", de Mark Rowlands, o el soporífero "El Señor de los Anillos y la Filosofía", solo recomendable para forofos empedernidos de la saga y aficionados a la filosofía con amplias tragaderas, como un servidor, conforman una serie de libros sobre filosofía, más o menos acertados, con el atractivo gancho de series o películas... este trae consigo un cebo, sanquinolento y podrido, que nos remite al subgénero, dentro del cine fantástico y terror, denominado "zombi", aunque no se quedará exclusivamente en el séptimo arte y también realizará sus incursiones en el comic y la literatura. Es el cine, y recientemente la televisión, el detonante y el principal estandarte del fenómeno de los muertos vivientes. No obstante Jorge Fernández va mucho más allá que las obras reseñadas al comienzo de este párrafo.

Teniendo en cuenta los dos temas que se entremezclan hay claramente tres posibles lectores de este libro, los primeros, los aficionados a todo lo que tenga que ver con los putrefactos caminantes, los segundos aquellos aficionados a la filosofía, y finalmente aquellos que gustan de ambos platos... entre estos últimos me incluyo. Apenas echó a rodar este blog comenté "Guerra Mundial Z", el excelente libro de Mark Brooks, no confundir con la porquería de película con el mismo título. También pertenecen al mismo subgénero del terror "Los caminantes" y "Necrópolis" de Carlos Sisí, nuestro mayor especialista en el género junto con Manel Loureiro, la mediocre "Septiembre Zombie" de David Moody y la original "Descansa en paz" del genial escritor sueco John Ajvide Lindqvist, posiblemente el mejor autor de terror de la actualidad.

No me falta por lo tanto "curriculum vitae" que acredite mi afición por el subgénero "zombi", al menos en su vertiente novelada. Ha sido toda una plaga que aunque ya solo colea débilmente volviendo a las catacumbas de lo marginal, si exceptuamos el éxito de la serie "The walking dead" y los comics en los que está basada. La moda ha pasado, si bien posee méritos sobrados para seguir reviviendo cada cierto tiempo. Y tiene méritos de sobra el fenómeno para seguir adelante porque el mundo actual con esta feroz crisis económica y política a la que se suma el cataclismo medioambiental nos va a dar tema de sobra para el resto de nuestras vidas, digamos que el apocalipsis está servido.

Ninguno de los mitos del cine de terror posee tanta vitalidad, si exceptuamos al vampirismo... aunque sea ese vampirismo postmoderno para nenazas y adolescentes tan de moda en los últimos años. El zombie es pobre, cutre, asqueroso, descerebrado y dificilmente encontraremos algo más repugnante... y a la vez más parecido a la humanidad, a esa humanidad entendida como masa, sin dirección, sin guía, mero conjunto descarnado de suma de individualidades. No hay muchas diferencias entre una horda de zombies y la multitud que se agolpa delante de un estadio para entrar a ver a su artista favorito, o a los que se amontonan delante de los grandes almacenes en la época de rebajas, o a los que se amontonan haciendo cola delante de las urnas para votar mecánicamente a los de siempre... zombis por todas partes, estamos rodeados, quien más o quien menos ha formado parte alguna vez de esa categoría. Mente anulada y un único deseo... que mas da carne palpitante, viva y fresca, los vaqueros rebajados, un puesto de primera fila junto al escenario, berrear en un estadio delante de su equipo favorito... 

El gancho es importante con este libro... ahora bien, más le vale al aficionado al tema haberse zampado antes unos cuantos libros de divulgación filosófica al menos, porque se va a hartar. Si pudiera ponderarse la cantidad de uno y otro elemento que lo componen habría que poner un 10% de temática zombi + un 90% de filosofía. El primero da la excusa, la estructura, el armazón principal del libro, su razón de ser... pero el resto del libro es filosofía pura y dura. Jorge Fernández dispara a matar, diréctamente al cráneo, como los protagonistas de estos filmes... y no hace prisioneros. De modo que nadie espere una obra "light" o adaptada al lector neófito en temas filosóficos, nada de eso.

El ensayo, como si de una obra cinematográfica se tratase, se construye sobre un "trailer" a modo de prólogo y una serie de "pistas", que coinciden con las principales obras del género, "La noche de los muertos vivientes" de 1.968, "Zombie -  Dawn of the dead" de 1.978 y 2.004, "El día de los muertos" de 1.985, "La tierra de los muertos", de 2.005, "El diario de los muertos", 2.007 y "La resistencia de los muertos", 2.010... la obra concluye con un capítulo especial dedicado a los "remakes" constituido principalmente por alusiones al fenómeno zombi en la literatura, un interesante apartado de "conclusiones" y un añadido de "material adicional" con "escenas eliminadas" y por supuesto el punto final de toda película... los "créditos", que en este caso coinciden con la filmografía y la bibliografía utilizada en su confección.

"El zombi, como metáfora, nos permite acceder al mundo que nos rodea desde una visión compleja de la propia cultura. No sólo se trata de estudiar al zombi de cuño romeriano, lo cual no dejaría de plantearse como una catalogación de la filmografía, clasificación por géneros, época o autores; ni tan siquiera del estudio de la propagación del fenómeno a otros medios como la literatura o el videojuego, sino que habría que entender estas páginas como un intento de analizar qué papel desempeña la concepción del zombi en una sociedad como la nuestra, postrada ante el capitalismo, animada por una falta de relación con sus vecinos pero perfectamente mediatizada, capaz de conocer a tiempo real lo que pasa en la otra parte del globo pero no a quien más cerca está de uno... "

La temática filosófica en relación con las obras expuestas varía mucho tanto de contenido, y en mi opinión, también en interés. Por ejemplo el segundo capítulo, el dedicado al consumismo, me ha parecido excelente, sin embargo el dedicado a la corporeidad o a las formas afectivas, psicoanálisis freudiano-lacaniano con complejo de Edipo incluido, los he visto tan pasados de rosca y tan forzados, por no decir directamente vomitivos, que mi lectura ha "sobrevolado" por sus páginas, no me estaba diciendo nada demasiado interesante, o al menos nada en relación con el tema principal... mucho mejor el apartado a los medios de comunicación de masas de hoy en día.

En ocasiones la lectura no es fácil, pero siempre tiene algo de interés, Jorge como filólogo es un experto en el manejo del lenguaje y disfruta sobrecargando en ocasiones de tecnicismos y términos rebuscados su texto. De ahí que en ocasiones la lectura sin ser especialmente complicada, o al menos a mí no me lo parece, se torna un poco dificultosa. Los lectores aficionados al género disfrutarán con la gran cantidad de referencias a las obras reseñadas, e incluso como ha sido mi caso, con otras cuya existencia no conocía. Lo dicho, es imprescindible participar de ambas aficiones para llegar a valorar positivamente este libro... o siquiera para poder terminarlo.


Lo mejor: Un ensayo sorprendente, recomendable para los habituales lectores de filosofía, quizás aún más que los aficionados al cine de terror... estos últimos agradeceran las alusiones a las películas y determinadas reflexiones, pero inevitablemente se perderan en la intrincada selva de razonamientos que expone el autor. Algunos, como los dedicados al consumismo, son simplemente brillantes... sin duda un libro que aunque no resulta recomendable para la inmensa mayoría de los lectores no dejará indiferente a ninguno que se atreva con su lectura. No siempre se estará de acuerdo con la interpretación del autor o con sus conclusiones, pero la reflexión, profunda en muchas ocasiones, está servida ¡buen provecho! :-)

Lo peor: A veces el intento de encontrar un significado, una trama y de ahí tirar del hilo como punto de referencia para la reflexión queda excesivamente forzado y quebradizo. Demasiadas veces el autor se pierde en sus intrincados razonamientos y perdemos de vista el objetivo principal, la relación entre lo expuesto en estas películas y su significación filosófica, sus posibles lecturas, y su utilidad como punto de referencia para entender mejor este mundo en el que nos ha tocado vivir, y presumiblemente morir algún día. Aunque se enrolle más que las persianas hay temas, como el de las desigualdades sociales, tan presente en la obra de Romero de 2.005 "La tierra de los muertos" que son tocados muy tangencialmente... que le vamos a hacer, no estábamos ante una obra que pretendiera agotar todas las posibles lecturas del fenómeno y constituir una tesis, sino ante un libro, que como la mayor parte de los ensayos filosóficos, proporciona ante todo una interpretación muy subjetiva y personal perfectamente cuestionable.


2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo con lo aquí expuesto. Filosofía zombi fue para mí un 'boost' de filosofía, algo que definitivamente le hace harta falta a la Academia: La cultura pop como reflejo social indiscutible. Lo que Fernández Gonzalo hace, a mi ver, es recuperar a la imagen del zombie propuesta por Romero, a ése que no se detiene, el que lleva a la muerte por fuera y por dentro, el que somos nosotros a un nivel apenas soñado por los estoicos.
    También coincido en que lo más débil del libro fue las masas de comunicación y las referencias freudianas, pero como bien dices, el libro trata de explorar sus múltiples lecturas. El zombi es fuerte porque no es nada, y ese es el truco que aquí se lleva con maestría.
    Por otra parte, me extrañó que no hicieras aquí referencias a un medio mucho más fuerte que los propios filmes: El videojuego. Desde el ahora agotado Resident Evil, hasta los geniales Dead Rising, Left 4 Dead y Dead Island se suman a la reconstrucción del no-muerto de maneras inalcanzables para la propia serie que, me parece, se sumó a la moda en lugar de generarla. Ya antes se practicaban en octubre los divertidísimos desfiles de Zombie Walks por todo el mundo, y películas como Shaun of the Dead y Zombieland respetan a perfección la genialidad zombi.
    Este libro es mi cabecera, y me ha levantado de la tumba para caminar y dejar el hueso limpio. Sí, soy un zombi, y quiero serlo más todavía.

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  2. Muchas gracias por tu comentario, tienes razón, al final omití la presencia del fenómeno zombie en los videojuegos, posiblemente por cuestiones de edad más que nada no he jugado nunca a Resident Evil y similares. Mi contacto con el "zombie" de videojuegos se limita a los limitados enfrentamientos con los no-muertos en Quake (el primero de la saga). También me gustó mucho "Zombieland", film que creo que no aparece en el libro. Está claro que vamos a tener zombis para rato, es un universo muy rico en posibilidades y que a pesar de ser ficción uno no deja de encontrarle múltiples lecturas aplicables al mundo real.

    Saludos :-D

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