jueves, 27 de febrero de 2014

La sociedad del cansancio y la transparencia

"La supresión de un dominio externo no conduce a la libertad; más bien hace que la libertad y coacción coincidan. Así, el sujeto de rendimiento se abandona a la libertad obligada o a la libre obligación de maximizar el rendimiento. El exceso de trabajo y rendimiento se convierte en auto-explotación. Esta es mucho más eficaz que la explotación por otros, pues va acompañada de un sentimiento de libertad."


Ficha: "La sociedad del cansancio", Byung-Chul Han, editorial Herder, 79 páginas, ISBN: 9788 425 428 685

¿Alguien no ha tenido la impresión en múltiples ocasiones de que el tiempo vuela y se le escurre entre los dedos?, la impresión de que nada dura demasiado y que uno anda constantemente desperdiciando su vida y perdiendo el tiempo, ¿tienes la impresión, amigo lector, que mirando al pasado, incluso al más reciente,  tu vida podría haber sido mucho mejor aprovechada?, ¿tratas constantemente de llenar tu tiempo con diferentes actividades? ¿consideras casi un pecado el no exprimir tu tiempo todo lo posible mediante la acumulación de tareas, experiencias, estudios, distracciones, diferentes aprendizajes y aficiones?... si la respuesta es sí, bienvenido al club, bienvenido a la sociedad del cansancio, a la sociedad del rendimiento como también la llama Byung-Chul Han.


Este filósofo alemán de origen coreano tuvo un inesperado éxito con este ensayo, publicado en 2.010 en Alemania, su patria de adopción, no era su primer libro, había publicado anteriormente una decena de ensayos, pero es el que le proporcionó relevancia a nivel internacional, hasta entonces prácticamente ninguno había traspasado las fronteras del país germano. Es un libro pequeñito pero muy denso en ideas y que sobre todo ofrece una visión muy aguda de la sociedad actual. Desde su prólogo se nos muestra el objeto del estudio, al hombre en la sociedad moderna identificado con el mito de Prometeo. Como este personaje  mitológico encadenado a una roca y condenado por toda la eternidad a recibir cada día la visita de un buitre que le roe las entrañas... para sanar su herida por la noche y vuelta a empezar al día siguiente, el hombre moderno no recibe ninguna visita maligna externa a él mismo, sino que la figura del buitre enviado por los dioses es sustituída por la lucha consigo mismo, el pájaro no sería más que la figura de un ego devorador que lo llena tanto de "sí mismo" que lo termina aniquilando y sumiendo en la desesperación. Un tormento que le mantiene en un estado permanente de agotamiento causado por su lucha interior y que solo se calma con la caída de la noche... si es que puede dormir claro. A diferencia de otros filósofos que analizan los problemas y nos dejan al final en un callejón sin salida en una especie de final abierto a interpretaciones tan típico de la filosofía,  B.C. Han nos propone una posible solución que se va insinuando a lo largo del texto y finalmente se muestra... eso sí, sin decirnos como acceder a ella, eso ya dependerá de la lucha personal de cada cual. Este no es un tratado de autoayuda sino un ensayo filosófico y no hay recetas que sirvan para todo el mundo.

Las sociedades disciplinarias ya analizadas por Focault han evolucionado y se han convertido en sociedades de rendimiento, donde la amenaza no es la coacción de la libertad por un estado totalitario y represor, la herramienta represora no es la negatividad que nos limita y que viene impuesta desde fuera, sino el exceso de positividad, la propia auto imposición del individuo de unos estándares y unos modelos a seguir, de forma consciente o inconsciente, en los que él mismo se erige en víctima y verdugo, no son necesarios los campos de concentración ni las penitenciarías... los llevamos a cuestas con nosotros, cada individuo de la sociedad moderna arrastra consigo un juez severo e implacable que no cesa de darle órdenes, disfrazadas de sabios consejos "por su bien".



El libro arranca con una exposición sobre el tema de la "inmunología", abordado no desde la medicina o la biología sino desde la sociología, esta se apropia a través del autor de la terminología propia de la ciencia para tratar de demostrar que hace tiempo que hemos asistido a un cambio de paradigma, las patologías de tipo viral con toda su nomenclatura de virus, anticuerpos, defensa y ataque ante un enemigo o bien completamente externo, o bien introducido en el cuerpo social como un agente extraño ya no tienen demasiado sentido. Las nuevas patologías no tienen su origen en agentes externos, en sustancias tóxicas que provocan reacción, sino más bien en la insistente presencia de lo igual, de lo que es visto como positivo. Es como la diferencia entre una enfermedad vírica, causada por un agente exterior, y un cáncer... una disfunción del propio cuerpo que crece sin freno y de forma desordenada. A pesar de psicosis varias sobre epidemias la época vírica, según el autor, hace tiempo que llegó a su fin... ahora vivimos en la época de las enfermedades neuronales. 

Depresión, ansiedad, trastorno de la atención... todo ello con el mismo origen, una sobreexplotación del sistema nervioso, un exceso de impulsos "positivos", un constante huir hacia adelante sin frenos que termina colapsando al sistema, una incapacidad manifiesta para soportar el aburrimiento, para contemplar con atención pausada, un exceso de positividad que se transforma mediante la ausencia de contención en una forma nueva de pasividad. Contra ello el autor defiende el valor de la vida contemplativa, en contraposición a la vida activa, sobre todo en un aspecto, en la que denomina potencia negativa, no vista esta como incapacidad de hacer algo sino como capacidad de NO hacer algo, muy diferente de la simple impotencia en la que se desea y quiere hacer y no se puede. Hemos pasado de los imperativos categóricos de aires kantianos, donde se subrayan constantemente las obligaciones y el deber,  al exceso de positividad en el que si algo puede hacerse debe hacerse, sin excusas.

Mención aparte merece el comentario sobre el llamado multitasking, o sea la "multitarea", tan de moda en estos tiempos en los que la tecnología amenaza con invadir cualquier rincón, por íntimo que sea... B.C. Han se muestra contundente, la multitarea lejos de constituir un avance civilizado significa  más bien un retroceso que nos hace retrotraernos al nivel de los animales de la jungla, siempre pendientes de varios asuntos simultáneamente por cuestión de pura supervivencia, o incluso a un nivel inferior... ya que estos poseen una paz interior, derivada de una conciencia más simple,  que ya quisiéramos tener nosotros.

A pesar del escaso volumen de la obra el autor no escatima referencias a otros pensadores y filósofos, así hace referencia, a Baudrillard, Roberto Espósito y Hanna Arendt con el fin de matizar y refutar alguna de sus ideas, referencias también a un relato de Melville, que viene muy a cuento, y sobre todo a la obra "Ensayo sobre el cansancio" de Peter Handke, que he tenido a bien leer antes de escribir esta reseña movido por la curiosidad y para ampliar el horizonte atisbado por el autor germano en este pequeño ensayo... un libro extraño, un ensayo lleno de lirismo y poesía que ahonda en el tema del "cansancio" tomado en sus distintas acepciones, cansancio no solamente físico sino también como profundo hastío vital que iguala y aplana, y que paradójicamente posee también su lado que podríamos llamar "espiritual" cuando este agotamiento produce una rendición del ego y una nueva visión de la realidad que unifica al mundo.

Esa "aceptación" incondicional de la que hablan todas las religiones místicas y que queda recogida simbólicamente como bien menciona Handke y comenta oportunamente B.C. Han, en el pasaje de la Biblia referido a la visita del Espíritu Santo a los apóstoles, en el preciso momento en que estos han abandonado ya toda esperanza y se hallan derrotados. Habría pues que tratar de aprovechar ese hastío vital, si es posible, y buscar ese otro tipo de cansancio, buscado afanosamente por la actividad contemplativa, especialmente en el Budismo Zen, siendo esta un punto de partida de una actividad creativa y un nuevo comienzo... y este sería el punto y final a este breve pero intenso y significativo ensayo.

Lo mejor: Un interesante ensayo filosófico, muy breve pero denso, inteligente e incisivo, lleno de ideas que apuntan al corazón mismo de la sociedad contemporánea, a la raíz misma de tantos y tantos problemas. Tengo la sensación que tomando cada uno de sus breves capítulos y desarrollando las ideas que se incrustan en él podríamos, a partir de ahí, elaborar todo un tratado que a modo de radiografía podría definir y sintetizar de forma magistral el mundo de hoy en muchos de sus aspectos.


Lo peor: Su elevado precio teniendo en cuenta su brevedad. A pesar de todo su relectura es más que recomendable ya que es un libro que se puede leer fácilmente en una sentada. Por supuesto nada recomendable por otra parte para lectores no habituales de ensayos filosóficos aunque no lo considere especialmente difícil, ni mucho menos, su gran éxito en Alemania; donde por lo visto los ensayos poseen un público mucho más amplio que en España, y su traducción ya a una decena de idiomas, lo avala como uno de esos ensayos filosóficos que no hay que perderse y que hay que visitar cada cierto tiempo.

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"Transparencia y verdad no son idénticas. Esta última es una negatividad en cuanto se pone e impone declarando falso todo lo otro. Más información o una acumulación de información por sí sola no es ninguna verdad. Le falta la dirección, a saber, el sentido. Precisamente por la falta de la negatividad de lo verdadero se llega a una pululación y masificación de lo positivo. La hiperinformación y masificación y la hipercomunicación dan testimonio de la falta de verdad, e incluso de la falta de ser. Más información, más comunicación no elimina la fundamental imprecisión de todo. Más bien la agrava."


Ficha:  "La sociedad de la transparencia", Byung-Chul Han, editorial Herder, 95 páginas, ISBN: 9788 425 432 521

Transparencia, es una palabra muy de moda últimamente, así de pronto parece un término positivo que evoca a otros como sinceridad, verdad, honradez, virtud incluso... estirando mucho el término. Su opuesto, opacidad, vendría a tener un significado peyorativo cuando se le asocia a ocultación, falsedad, encubrimiento... mentira. La transparencia imposibilita el engaño, da la cara, es sinónimo de honradez ¿o no?. El filósofo alemán al igual que hace con la obra ya comentada nos demuestra que las cosas no son tan simples como parecen y que al igual que el exceso de positividad tenía su lado tenebroso y patológico también la transparencia posee su lado "oscuro".

Esta es la obra más reciente Byung-Chul Han traducida al castellano, posee una estructura similar a la anterior basada en divisiones en pequeños capítulos temáticos que siguen un orden progresivo, una extensión parecida y guarda además cierta relación con la misma, hasta el punto que se puede decir, sin lugar a dudas, que ambas se complementan y que podrían formar parte de un mismo ensayo. Dos años han pasado desde la redacción y publicación de la anterior y el filósofo, ahora de nuevo más centrado en temas propios de la sociología, usa como "leitmotiv" de su obra este tema tan de moda en nuestro país debido al salto a los titulares de los periódicos, casi a diario, de asuntos relacionados con la corrupción política y su supuesta cura, la transparencia.

"El tiempo se convierte en transparente cuando se nivela como la sucesión de un presente disponible. También el futuro se positiva como presente optimado. El tiempo transparente es un tiempo carente de todo destino y evento. Las imágenes se hacen transparentes cuando, liberadas de toda dramaturgia, coreografía y escenografía, de toda profundidad hermenéutica, de todo sentido, se vuelven pornográficas. Pornografía es el contacto inmediato entre la imagen y el ojo. Las cosas se tornan transparentes cuando se despojan de su singularidad y se expresan completamente en la dimensión del precio. El dinero, que todo lo hace comparable con todo, suprime cualquier rasgo de lo inconmensurable, cualquier singularidad de las cosas. La sociedad de la transparencia es un infierno de lo igual"

Queda claro que el término "transparencia" posee unas connotaciones, en la interpretación de B.C. Han mucho más ricas, complejas e insospechadas de lo que a primera vista parece. El libro tras un potente arranque se desliga del habitual uso del término para llevarnos rápidamente a otros lugares, a las profundas aguas del mar abierto donde el filósofo alemán se desenvuelve como si hubiera nacido en ellas. Lo admito, tras leer el primer y breve capítulo este lector, cual púgil, se sintió al borde del KO técnico. Si la obra anterior brillaba en significados esta ya resulta desbordante, si uno de los objetivos del pensamiento y la filosofía en particular consiste en el establecimiento de nexos de unión entre diferentes informaciones y datos aparentemente inconexos, la creación de sentido y significado que arrojen nueva luz y otorguen sentido allí donde no parecía haberlo, el autor, profesor de la Universidad de las Artes de Berlín, nos ofrece una lección verdaderamente magistral en esta pequeña obra.

Así veremos como se entremezclan términos como capitalismo, transparencia, positividad, exposición, pornografía, aceleración, intimidad, información, revelación... y finalmente control. Cada uno de los pequeños capítulos en los que se divide este pequeño ensayo, que no llega a las 100 páginas, analiza un aspecto de la sociedad actual en relación con un determinado epíteto y muestra el camino lógico que ha seguido el autor para llegar a sus conclusiones, si un servidor fuera un lector más ducho en obras filosóficas me parecería que algunas de ellas son verdaderamente brillantes, como por supuesto no lo soy he de aseverar tal cosa con bastante precaución ;-)

Preciosa me parece, por ejemplo, su apología del misterio en la palabra en contraposición a la simple información seca y desnuda... signo de "transparencia":

"La capa figurada erotiza la palabra, elevándola a la condición de un objeto de deseo. La palabra actúa con mayor poder de seducción cuando está revestida figurativamente. La negatividad de la reconditez transforma la hermenéutica en una erótica. Descubrir y descifrar se realizan como un desvelamiento agradable. En cambio, la información es desnuda. La desnudez de la palabra le quita todo encanto, la allana."

Defensa enconada del misterio, de la ocultación... no con fines malignos e interesados, sino para dotar a aquello que se oculta de una mayor grandeza y significado. Defensa también del espacio íntimo, del no revelarlo todo, de la necesidad del velado que ha de ser descubierto a través del esfuerzo de interpretación, defensa de la toma de distancia, del distanciamiento necesario... la transparencia, tomada en el sentido que lo hace el autor es sinónimo de igualación, mecanicismo, pérdida de significado, positividad forzada, algo plano y romo, sin aristas cortantes... pero también sin profundidad, soso y pobre. No... de ninguna forma Byung-Chul Han asocia en su ensayo a la transparencia con ninguna virtud, con ningún bien intrínseco. De forma, harto discutible también, defiende veladamente incluso la ocultación en la estrategia política ya que la total transparencia impide toda estrategia, nos hace entrar en el terreno de la "postpolítica"... de la simple administración tecnocrática fría, calculadora y aséptica.
El libro, tras todo un viaje intelectual en el que asistiremos a las más insospechadas consecuencias y significados del término central del mismo, desemboca en su predicción para el futuro... si capítulo a capítulo ha ido revelando aspectos de la sociedad actual en relación con la transparencia, aspectos tales como la exposición y evidencia, la pornografía (no en sentido puramente sexual sino como término amplio de la sociedad-espectáculo superficial), la aceleración (otro resultado indeseable de la superficialidad y falta de profundidad), la intimidad y la revelación; el libro se enzarza en su conclusión en el tema más importante de todos los derivados de la transparencia, el control.


Fue el filósofo británico Jeremy Benthan quien imaginó una penitenciaría muy especial dedicada no solamente al castigo y la defensa de la sociedad ante los elementos criminales, sino también dedicada a la reeducación de los mismos. Llamó a la misma "panóptico", palabra derivada del término griego pan- "todo" y "-óptico" visión. La misma consistía en una serie de celdas, incomunicadas entre sí, que quedaban expuestas ante un patio central donde se erigía una construcción de vigilancia. Dicha construcción estaba ocupada permanentemente por carceleros que sometían a los presos a una vigilancia constante, noche y día, y sin que los mismos, y esto era lo más importante, pudieran saber en ningún momento cuando se los vigilaba y cuando no. 

Los vigilantes tenían ante sí las celdas de los presos pero estos nunca sabían cuando les estaban mirando. La idea de Jeremy, que era un buen hombre, padre del utilitarismo filosófico y en modo alguno un sádico, era que esa presión de vigilancia constante terminase por crear en los reclusos unos hábitos de vida virtuosa que permitiría su posterior reinserción en la sociedad con garantías de éxito... ni que decir tiene que el objetivo no se vio cumplido, aunque Benthan consiguió algo que en realidad no pretendía, que su diseño de penitenciaría fuese copiado no solamente en las prisiones, sino también en manicomios, hospitales, colegios, fábricas... allí donde se considere necesaria la vigilancia, debido a la economía de medios que proporciona el diseño.

La sociedad de hoy a través de Internet, las redes sociales, las cámaras de vigilancia omnipresentes por todas partes y demás artilugios ha hecho realidad no solamente el panóptico imaginado por Bentham, sino incluso el sistema de vigilancia del "Gran Hermano" imaginado por George Orwell en su excelente novela 1.984... más aún, esos sistemas de vigilancia unidireccional y asimétrica en la que unos pocos vigilan a muchos ha sido mejorado por la actual sociedad de control, o que deriva hacia el mismo, una sociedad en la que no solamente en aras de la transparencia el poderoso vigila desde arriba... sino que él mismo es cada vez más vigilado desde abajo, y además donde no se impone la vigilancia de forma coactiva como en los modelos de Benthan y las cámaras imaginadas por Orwell sino que son los mismos vigilados los que voluntariamente se someten a la vigilancia a cambio de a su vez vigilar a otros... al igual que en la sociedad del cansancio, fruto del exceso de positividad autoimpuesto donde cada individuo se erigía en su propio dictador personal, bajo la ilusión de la libertad, en la sociedad de la transparencia cada individuo se somete voluntariamente a la vigilancia, bajo la ilusión de un mayor control. 

"Hoy, el globo entero se desarrolla en pos de formar un gran panóptico. No hay ningún afuera del panóptico. Este se hace total. Ningún muro separa el adentro y el afuera. Google y las redes sociales, que se presentan como espacios de la libertad, adoptan formas panópticas. Hoy, contra lo que se supone normalmente, la vigilancia no se realiza como un ataque a la libertad. Más bien, cada uno se entrega voluntariamente a la mirada panóptica. A sabiendas, contribuimos al panóptico digital, en la medida en que nos desnudamos y exponemos."


Lo mejor: Otra obra breve pero densa, semejante a las pastillas de caldo concentrado o a esa comida deshidratada, aparentemente incomestible, que consumen los astronáutas que tras añadirle agua caliente convierte esas secas porciones en apetitosos platos... Han aporta la materia sólida y aparentemente muerta, el líquido y la vida en forma de pensamiento ya la tiene que poner el lector. Es interesante leer al autor alemán y recrearse una y otra vez en sus apetitosos textos comprimidos, pletóricos de ideas, eso sí, el tiempo que se ahorra en leer las breves extensiones de sus trabajos en relación con la obra de otros filósofos, habrá que dedicarse a la relectura e interpretación, vale la pena.

Lo peor: Lectores no habituados a los temas filosóficos abstenerse, aquellos más versados y expertos quizás prefieran ya obras de más envergadura... por mi parte he disfrutado de la aventura intelectual propuesta por este extraño filósofo, seguiré sus próximas publicaciones con atención. A pesar de todas sus virtudes y a riesgo de resultar machacón me parecen libros demasiado caros teniendo en cuenta los tiempos en los que estamos, su "aparente", y subrayo lo de aparente, mala relación calidad-precio desalentará a más de un lector.


4 comentarios:

  1. Ahora que la "negatividad" está tan de moda, pero para condenarla confundida con la violencia o con el ser un cenizo, me gusta esta confluencia, que nos ofrece Han, entre Hegel, Heidegger y el pensamiento oriental (zen, tao).

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  2. Justo me leí recientemente éstos dos libros, los cuales me han parecido una maravilla. El autor consigue a través de sus descripciones de la sociedad actual una especie de efecto lupa, que alcanza a ampliar lo que solemos percibir como nuestra realidad desde una perspectiva 'micro'. Por ello me siento muy agradecida con sus trabajos, además encontré en sus escritos una estructuración de pensamiento con la que me sentí muy identificada.

    Conforme lo iba leyendo me topaba con deduciones que hasta entonces creía mías, de ningún modo quisiera omitir con ello que su grado de profundidad sea incomparablemente superior...

    Además, una cuestión que siempre ronda por mi cabeza, el deseo de llevar una vida más contemplativa tiene una estrecha relación con el océano aplastante, transparente e inagotable que nos presenta. Configurando él mismo, el ejemplo de la civilización en la que nacimos inmersos, considero que para quien luche, o al menos intente resistirse a morir ahogado en éste nuevo 'ahora' del todo, que probablemente ande más vacío que otra cosa, éstas son dos obras absolutamente imprescindibles. En éste caso el precio termina por ser lo de menos.

    Buen post, saludos!

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    1. Gracias por tu comentario. Sin duda dos obras que vale la pena leer y que hacen que uno mire muchas cosas bajo otro punto de vista. Participo de esa sensación al leerle que comentas, algo así como "así es, yo nunca lo hubiera exprsado tan bien" :-) . En breve comentaré aquí la tercera obra publicada de este autor "La agonía del eros" y otra más, aparecida recientemente, "En el enjambre", que también me interesa mucho. Definitivamente Byung-Chul Hang es un escritor al que no se puede ignorar.

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  3. En toda sociedad denominada moderna y en particular en las que han dado saltos de ser tercer mundistas a jaguares. Para repensar las resistencias

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