martes, 22 de abril de 2014

Filosofar como un perro

"La ira, la indignación, el enojo, la exasperación, la irritación, dirigen mi pluma. Escribo directamente, sin borrador. Releo para evitar errores demasiado groseros. Apruebo los que quedan. Estas páginas valen como las palabras congeladas de Rabelais. Me encantaría que mis hojas se ennegreciesen con entusiasmo, excitación, exaltación, menos furia y más destellos o fuegos artificiales. Convengamos que las ocasiones de dar patadas en el traste son cada vez más numerosas que las de levantar la copa de champagne. Todas las semanas busco razones para tirar bengalas, muchas veces de manera desesperada; sin embargo, la mayoría de las veces sólo encuentro ocasiones para activar el lanzallamas o para... ¡filosofar a martillazos, como decía aquél! Esto me tiene a maltraer - y no es solo una frase hecha -."


Ficha:  "Filosofar como un perro", Michel Onfray, editorial Capital Intelectual, 362 páginas, ISBN: 978 987 614 402 5

De nuevo otro libro de uno mis filósofos favoritos, el francés Michel Onfray... es curioso porque siempre que leo algún libro suyo viene a mi mente ese otro filósofo y paisano francés, André Compte-Sponville, no puedo evitar establecer una comparación entre ambos. Los dos son filósofos, franceses, materialistas y ateos... pero ahí terminan todas las similitudes, porque en lo demás son tan parecidos como un huevo a una castaña.

Si André personifica para mí la elegancia al escribir, el buen estilo y la capacidad de decir lo que tiene que decir evitando en la medida de lo posible la ofensa y el toque ácido e irónico, su paisano Michel es justo lo contrario. Si el primero busca seducir al lector y llevarle a su terreno el segundo trata siempre de llamar la atención, incomodar y en la medida de lo posible intentar remover la conciencia, aun a costa de poder resultar ofensivo.

El primero sería un ejemplo perfecto del "profesional" de la filosofía, pero para mí si uno de los dos merece el apelativo de Filósofo, así con mayúsculas, es el bueno de Michel Onfray, el verdadero enfant terrible de la filosofía europea. Uno puede estar o no de acuerdo con sus ideas, puede incluso encontrar desagradables sus excesos, que los tiene, o no casarle del todo su forma de escribir, mezcla en ocasiones de erudición y pedantería con un estilo dirécto y panfletario... desde luego que no es plato para todos los gustos, sin embargo a pesar de ello creo que es un filósofo al que vale la pena leer, algo que no se puede decir de todos.

Esa actitud combativa, iconoclasta e irrespetuosa en contra de todo aquello que considera deplorable, la valentía de llamar las cosas por su nombre, aún a riesgo de resultar ofensivo, cuando no de forma deliberada, no le ha salido gratis en estos tiempos de meapilas de lo "políticamente correcto". En Youtube por ejemplo se pueden ver abundantes vídeos de sus intervenciones televisivas donde tiene que "dar la cara" y enfrentarse a duras críticas, por no hablar de las numerosas llamadas ofensivas, amenazas y demás peajes que tiene que pagar todo aquel con el suficiente valor para pegar patadas al avispero. 

Cuando pensamos en un filósofo incómodo con el poder, un filósofo que tuvo que pagar un alto precio por decir lo que pensaba y por dedicarse a incomodar a sus coetáneos siempre nos viene a la mente el sacrosanto Sócrates, el cual tuvo la suerte o la desgracia de pasar a la historia a través de la pluma de su principal alumno, el gran escritor pero sobrevalorado filósofo Platón. Uno de los grandes filósofos de su época comentó de él "¿De qué sirve un hombre que ha pasado todo su tiempo filosofando sin jamás inquietar a nadie"... el comentario era de Diógenes de Sinope.


Esa frase podría ser perfectamente el lema de la filosofía de Onfray y de unos pocos más, Michel retoma ese espíritu de Diógenes en esta recopilación de artículos publicados semanalmente en la revista satírica francesa de temática política Siné Hebdo, en la línea de nuestras revistas El Jueves y Mongolia aunque con un toque más intelectual. No puedo evitar recordar esa otra recopilación de artículos que comenté aquí hace tiempo de su compatriota André, "El placer de vivir" ... nótese la diferencia entre ambos títulos. No es por jugar al juego maniqueo del bueno y el malo, del blanco y el negro, para nada. Sponville me parece un excelente filósofo y escritor, pero adolece del mismo defecto que podríamos achacar a Platón, no incomoda, no resulta subversivo, no molesta, es respetuoso, amable... pasará a la historia como un buen escritor y como autor de best sellers de filosofía, alguno de ellos magnífico... pero no como filósofo, estoy convencido de que Onfray ha dejado y dejará un poso más firme, y si no al tiempo.

Ese espíritu irreverente, que se rie de los convencionalismos sociales, que se dedica a incordiar y a incomodar a todos aquellos que o bien no ven, o no quieren ver... tal y como les pasaba a todos los meapilas que elogiaban el porte y la elegancia de un rey que realmente estaba desnudo, ese espíritu de Diógenes que vivía en una tinaja, que despreciaba todo aquello por lo que sus conciudadanos perdían la cabeza, que un día rompió una escudilla de barro por considerarla un lujo inútil al contemplar como un niño bebía agua con las manos en una fuente, que no poseía más bienes que un saco de arpillera, un abrigo y un palo y que se reunía con sus "discípulos" en el cementerio de los perros de Atenas, en contraposición a la alambicada "Academia" de Platón o el posterior "Liceo" de Aristóteles, escuelas reservadas a la élite económica de la ciudad y proscritas a los pobres, las mujeres y los esclavos. Ese es el espíritu que supuestamente guiaba a M. Onfray en la redacción de estos breves, e incendiarios, artículos publicados en la revista satírica... queda una pregunta ¿lo consigue realmente?, veamos.

Un primer artículo donde se critica la afinidad de la política francesa Ségolène Royal con el budismo y la causa del Tíbet, cuando años antes manifestaba su admiración por China... de ahí pasamos a un artículo donde el autor se posiciona a favor de la libertad de expresión en relación al ateísmo, verdadero termómetro del progreso de una sociedad... y no la tan cacareada "libertad religiosa". El siguiente artículo trata sobre la estupidez generalizada en referencia a la causa europea y al liberalismo económico, en el siguiente se mofa del revuelo causado por el proyecto de una base de datos del ministerio del interior francés donde se incluirían datos supuestamente privados... cuando estos están ya difundidos por todas partes en numerosas bases de datos con propósitos comerciales... se critica en un posterior artículo la presencia en París del Papa, estábamos en 2.008 durante el pontificado de Benedicto XVI, en una reunión donde se ha invitado a supuestos "pedófilos" mientras que se excluye a gente "non grata" a la iglesia... el autor termina ironizando con la satisfacción que le proporciona no haber sido invitado a dicha reunión ;-).

La complicidad entre delincuentes y redactores de las leyes (pensaba que esto solo se daba en España y en las dictaduras africanas), la crueldad y el rigor del sistema con aquellos que se tomaron la justicia por su mano contra uno de sus máximos valedores... en contraposición con la debilidad manifiesta de la justicia contra los poderosos, la actitud combativa de la iglesia frente al comunismo y su debilidad y permisividad frente al nazismo (Mein Kampf de Hitler por ejemplo no ha estado nunca en el índice de libros prohibídos de la Iglesia Católica). El elogio de la calle como verdadera exposición de la voluntad popular, en contraposición a un parlamento donde dicha voluntad se secuestra de forma reiterada y "legal". El paralelismo entre la Francia de Luis XVI, con una nobleza y realeza viviendo en una realidad paralela de espaldas a las penurias y sufrimientos del pueblo y la Francia actual... 

Críticas a las autoridades eclesiásticas, a las figuras mediáticas, a la clase política, a los Estados Unidos, a la Unión Europea, a las ideas y políticas neoliberales que nos inundan y llevan al desastre, defensa de los valores de la verdadera izquierda frente a la pantomima socialdemócrata... críticas demoledoras al que en el momento de la redacción de estos artículos era el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, crítica del terrorismo estúpido y del sabotaje como medio de protesta... un artículo que le valió una copiosa riada de amenazas e insultos, ácidas críticas también a la opositora socialista de Sarkozy, ya afortunadamente olvidada, defensa del derecho a la eutanasia, crítica a los medios de comunicación franceses y sus campañas difamatorias... etc etc

No todo es bilis, amargura y ácida crítica... en ocasiones esta toma un cariz más intelectual y mucho más interesante, hay un pequeño gran artículo dedicado a la memoria de Albert Camus y su polémica con Sartre en el que Onfray toma partido decididamente por el primero y que me ha espoleado a leer algo del gran novelista y filósofo francés, El hombre rebelde de Camus está ya en mi escritorio listo para ser leído. En otro artículo contundente, y maravilloso, realiza un elogio del actor, humorista y escritor Guy Bedos al que retrata como un moderno Diógenes ¿para cuando una traducción al castellano de alguno de sus libros?:

"Guy Bedos acaba de abrir un espacio que tiene algo del Cinosargo, la escuela filosófica de Diógenes: allí se enseña a decirle a Alejandro, y a todos sus clones, que nos hacen sombra y que necesitamos el sol que nos ocultan. El filófoso que soy ve una ocasión esperanzadora en la risa que transmite y que enseña el amigo Bedos. Los filósofos están tan tristes que un cómico que filosofa puede, en esta época siniestra, indicar el buen camino: no corremos el riesgo, como los pensadores condecorados, de ser los primeros en meternos a toda velocidad en un callejón sin salida."

Otro artículo positivo que aporta algo de luz y esperanza es el dedicado a la obra "Cambiar el mundo sin tomar el poder" de John Holloway, todo un toque de atención a los métodos tradicionales de la izquierda, la que lo es de verdad, para acceder al poder considerando este objetivo como un fin en sí mismo... con las funestas consecuencias que todos conocemos. En otro interesante artículo se habla de los "nuevos bárbaros", es decir intelectuales y eruditos al servicio de las más deprorables ideas "No es que haya que justificar las porquerías de uno para legitimar las del otro, pero habría que terminar con la idea de que se puede distinguir la buena de la mala basura. La basura no es buena ni mala, es basura. Y todas las contorsiones intelecturales no significan nada: se puede ser culto y bárbaro."

Demasiados artículos, demasiados temas, para ser incluídos en este comentario... eso sí, casi todos interesantes. Y digo "casi" porque el libro de M. Onfray sufre el lastre de su origen, forzosamente los artículos publicados en una revista tenían que tener una extensión limitada, el tono y la temática de los mismos también tenía que estar en línea con las características del medio en el que se publicaron. Lo bueno es que cuando encuentras uno que apenas interesa el sufrimiento dura poco, un par de páginas, lo malo es que en demasiadas ocasiones uno se queda con ganas de más... y por supuesto, hablamos siempre de Francia, de un momento concreto de su historia reciente. Aunque podamos extrapolar los temas de los artículos a la situación del resto de Europa, especialmente y por desgracia a nuestra querida pátria, muchos de ellos se quedan "cortos" en el ámbito del interés que podrían tener para un lector hispano.


Lo mejor: Un Michel Onfray desatado, enfadado y un poco "pasado de rosca" que no dejará indiferente a nadie. El libro se lee con gran facilidad, sus más de trescientas páginas se devoran en poco tiempo, aunque alguna referencia hay que hubiera necesitado alguna aclaración o algún pié de página adicional la verdad es que el estilo es más sencillo y llano que la habitual prosa del filósofo francés. Me ha gustado, me ha proporcionado información muy interesante sobre otras obras y también, lo confieso, me ha hecho reír en muchas ocasiones. No sabía por ejemplo que el filósofo galo había estado en mi ciudad, a la que retrata con apenas dos palabras... una pena que mi interés por su obra y la filosofía en aquella época fuese casi nula.


Lo peor: Lo ya apuntado, demasiado "francés"... aunque más de un lector se asombrará, o más bien se mostrará consternado de los paralelismos entre la política española y francesa, ya lo dice el refrán "en todos lados cuecen habas". Estamos ante una recopilación de artículos, ese formato limita mucho el espacio y hay temas que hubieran necesitado algo más de las dos páginas de que consta cada artículo... que le voy a hacer, aquello de "si breve dos veces bueno" nunca me ha terminado de gustar.


2 comentarios:

  1. Acabo de descubrir tu blog y me encanta. Estoy muy contenta de que alguien hable de algo más de novelas (que también me gustan pero la variedad es maravillosa).
    Enhorabuena por el blog, me encanta como haces las críticas de los libros. Te seguiré leyendo. ;)

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  2. Muchas gracias por leerme, comentarios como el tuyo me animan a seguir con este blog y me estimulan para hacerlo cada vez mejor :-)

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