lunes, 27 de julio de 2015

Clases de baile para mayores


Ficha: "Clases de baile para mayores", Bohumil Hrabal, editorial Nórdica, 109 páginas, ISBN: 978 841 6112517

¿Cómo debe verse la vida cuando uno está a punto de finalizarla?, ¿qué perspectiva tendremos de la misma cuando la examinemos en retrospectiva a los setenta años?... seguramente dependerá de como hayamos vivido la misma o del tipo de persona que seamos, Bohumil Hrabal el gran escritor checo parecía tenerlo muy claro en 1.964 cuando escribió este libro, una de sus primeras obras publicadas, de todas las posibles historias sobre la vida se quedaba con la de un tío suyo, Pepín, a quien le dedicó este libro... un relato profundamente irreverente, cínico, humorístico, lleno de golpes de efecto y sobre todo absurdo. Nunca sabremos cuanto hay en el mismo inspirado, o directamente copiado, de las anécdotas que le contaba su tío y cuanto de su propia cosecha. 

A lo largo de sus poco más de cien páginas asistiremos a un chorro interminable de verborrea, a un monólogo sin pies ni cabeza donde el personaje principal, un anciano zapatero, le cuenta su vida a una chica, comienza con el recuerdo de un grupo de prostitutas que solían tomar el sol en traje de baño muy cerca, de un tema salta a otro, nombrando a personas, oficios, vidas, chismorreos... aprovechando para poner a caldo a todas las instituciones. 

El narrador se ocupará principalmente de sus vivencias en su juventud, antes de la Primera Guerra Mundial, y con gran sentido del humor describirá anécdota a anécdota, a cual más chusca y delirante, aquel mundo que desapareció tras la gran guerra, aquel Imperio Austro-Húngaro que debía parecer tan exótico a la sociedad comunista checa de los sesenta como nos lo parece a nosotros. Es la narración, en un tono surrealista, histriónico y cargado de humor negro, de un mundo ya desaparecido, de una Europa que ya era historia entonces y que parecía estar tan lejos en el tiempo como la Edad Media. 

Apareciendo de vez en cuando en el relato de esta sarta de chascarrillos y disparates tenemos al "Libro de los sueños", de una tal Anna Nováková, que el narrador utiliza como referencia para dar un poco de coherencia a la narración, y para de paso añadir más humor a lo que no es sino un chiste tremendamente largo... la iglesia, el ejército, los convencionalismos sociales, la corona, la moral... el narrador no deja títere con cabeza ni se detiene ante nada.

"... para que lo entiendan bien, señoritas, las cosas en el frente son de esta manera: a uno le entierran ni se sabe dónde, como si un pañuelo de bolsillo se perdiera... para que Anna Nováková diga en su Libro de los Sueños que velar un muerto significa que va a haber boda y que encontrarse en sueños en un manicomio es una indicación segura de que se avecina un golpe de fortuna... "

"... en Silesia estuve ayudando a repartir pan en una panadería y vi una boda, todos borrachos, cómo se metieron con el carro en una iglesia y convidaron a los santos a tomarse un traguito de aguardiente de ciruelas, y el cura entró gritando como un avión de caza, propinándoles patadas y repartiendo insultos... "

"el mundo sigue siendo muy hermoso, no quiero decir que lo sea, pero así es como lo veo yo, igual que lo veía Pushkin: en una película le dieron prematuramente un tiro en la cabeza y se acabó, por la perforación que le hizo aquel revólver salieron los últimos poemas... "

Está claro que para Hrabal la vida tenía en el fondo algo de grotesco y absurdo, mezclado con humor y tragedia a partes iguales, que al final del recorrido lo que quedaba en el recuerdo eran principalmente las anécdotas divertidas y absurdas mezcladas con dolor, y que por muy serio que nos lo tomemos la vida no deja de ser un absurdo, una broma pesada y un sinsentido sin nada de coherencia o lógica, y que tras la devastación del olvido apenas queda otra cosa que una risa, una risa estúpida quizás pero risa al fin y al cabo, por el absurdo que en el fondo significa vivir.

Lo mejor: Una obra breve, divertida, que se lee prácticamente de un tirón, que demanda una segunda lectura apenas acabada y que nos trae de nuevo al mejor Bohumil Hrabal, un escritor fuera de serie del que se cumplió hace poco el centenario de su nacimiento; poseedor de un estilo propio e inconfundible, esta novela no posee la perfección de aquella "Una soledad demasiado ruidosa" que comenté aquí hace dos años, una verdadera obra maestra, aun así la recomiendo para todo aquel que ya se haya acercado a la obra de este genial autor.

Lo peor: El estilo de Bohumil no es plato para todos los gustos, no es nada convencional y sin duda alguna desagradará a más de uno. La ausencia de capítulos, la ausencia de argumento, de personajes, de trama... solo un chorro de anécdotas salpicado con nombres donde el autor brinca de un lado para otro en función de los caprichos de su memoria. Los lectores amantes de las historias bien construidas harán bien en explorar otros territorios.


1 comentario:

  1. No conocía el autor, muchas gracias por dárnoslo a conocer, e seguido tu consejo y en cuanto termine el que tengo entre manos me pongo con "Una soledad demasiado ruidosa" ;)
    Saludos

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