martes, 1 de diciembre de 2015

Orwell, ensayos



"La decencia es el rasgo fundamental de la obra de Orwell y, sin embargo, no se trata de una virtud literaria, como tampoco lo es el coraje, del que Orwell siempre dispuso para desmantelar las mentiras sin importarle de quién procedieran. Entonces volvemos a preguntarnos cómo es ese magnetismo irresistible de sus textos, si no es literario. Y descubrimos que, en tiempos tenebrosos, las más elementales virtudes morales cobran fuerza como virtudes literarias y políticas. Y así sucede en la escritura política de Orwell. Consigue, sin enarbolar la autoridad protectora de los clásicos, a los que raramente cita, aquello a lo que aspiraba el canon griego: aunar lo bello, lo bueno y lo justo, concebidos como la misma cosa, y hacerlo de forma natural, sin declaraciones explícitas, sin grandilocuencia ni artificio, como si no pudiera evitar ser como es".

Irene Lozano, prólogo a los ensayos de Orwell.

Ficha: "George Orwell, ensayos", editorial Debolsillo, 975 páginas, ISBN: 978 84 9989 086 9


Vuelvo a la carga con mis comentarios de libros tras un "mes sabático" en el que si bien no he dejado de leer como un poseso he estado un poco vago a la hora de escribir aquí, y lo hago a lo grande, con un libro a todas luces excepcional.

Hace ya casi seis años que comenté aquí 1.984 , la conocida novela de este escritor británico, un libro que no necesita presentación alguna y que a pesar de ser su argumento sobradamente conocido por mí, con visionado incluido de la película inspirada en el mismo, no lo había leído aún a esa fecha. Tengo que decir que me sorprendió gratamente y que lo considero uno de esos "clásicos" imprescindibles, una obra fundamental para entender el siglo XX, y en definitiva un libro que no hay que esperar a que te lo recomiende nadie para abordar su lectura.

Aquí estamos con una obra excepcional que nos presenta al Orwell más interesante, más incluso que el autor de "1.984" o "Rebelión en la granja", el articulista y escritor de ensayos políticos y literarios, uno de los más grandes en lengua inglesa y seguramente el mejor de su tiempo. Su retrato intelectual y humano impregnará de principio a fin cada uno de los ensayos de esta completa recopilación. Los mismos abarcan un periodo que va desde 1.928 a 1.949, veintiún años donde veremos la evolución de un desconocido articulista que malvivía haciendo trabajos de toda clase, hasta su prematura y lamentable muerte a comienzos de 1.950, a los cuarenta y siete años, ya como escritor famoso y definitivamente consagrado.

Hay escritores que tras un breve momento de gloria cayeron pronto en el olvido y superaron mal el paso del tiempo, incluso en vida; no es el caso de Orwell, y es que muchos de los temas que abordó en sus ensayos siguen dolorosamente de actualidad, hombre de "izquierdas por convicción, de derechas por temperamento", tal y como él mismo se definía, tuvo siempre una marcada aversión hacia los totalitarismos de cualquier especie, no importa el disfraz que se pusiera, allí estaban George Orwell y su afilada pluma para denunciarlo.

Le tocó vivir una época terrible, en la que no fue posible practicar la neutralidad y abstraerse de cuestiones políticas, la pujanza de los fascismos en Europa y Oriente, pero también el injusto y decadente imperialismo trasnochado de su Gran Bretaña, el fracaso de la revolución rusa, trastocada ya en un régimen brutal y autoritario personificado en la figura de Stalin, y las graves injusticias sociales que veía a diario en su propio país le forjaron en el terreno ideológico como socialista. Una ideología socialista democrática que no solamente se daba de bruces con las injusticias sociales de su país y con el auge de las ideologías fascistas que en aquel momento campaban por Europa, sino que también chocaba frontalmente con el comunismo soviético, y con la disculpa que del mismo hacía buena parte de la intelectualidad británica de izquierdas... Orwell siempre lamentó esa doblez, esa bajeza moral de combatir y criticar al fascismo de derechas, tal como hacían los comunistas de su país en su época, y disculpar o mirar "para otro lado" en relación con el régimen autoritario de la URSS. Contra esos falsos amigos de la libertad en la izquierda fue contra los que más cargó las tintas, seguramente porque pensaba que la ideología fascista con su enaltecimiento del nacionalismo, racismo, antisemitismo y xenofobia se condenaba ya suficientemente por sí misma.

Orwell si algo fue a lo largo de su vida es consecuente con sus ideas, no se escondía, incluso puso en juego su vida marchando a la guerra de España como voluntario para combatir en el bando republicano, por azar no engrosó las filas de las Brigadas Internacionales, tal y como hicieron muchos de sus compatriotas, sino que terminó enrolado en las milicias anarquistas del POUM en Cataluña, permaneció seis meses allí y terminó siendo repatriado al sufrir una herida de bala en el cuello... esa experiencia le marcaría para el resto de su vida. De ahí que cuando alguien en su país criticaba su supuesta tibieza con la condena del fascismo o resaltaba sus críticas al régimen de Stalin él no dudaba en señalar que tenía un par de agujeros de bala en su cuerpo... los hechos, siempre los hechos desnudos, despojados de cualquier ropaje era lo que más contaba para él. En el excelente prólogo que en esta edición ha escrito Irene Lozano resalta ante todo la DECENCIA de su pensamiento, el no mirar para otro lado, el llamar a las cosas por su nombre, el no actuar de una forma y pensar o hablar de otra... y el criticar y atacar todo autoritarismo se vista como se vista y esté donde esté, aunque en ocasiones duela y suponga arrojar piedras contra su propio tejado.

Si hay otra característica que habría que resaltar de Orwell es su meridiana claridad, la capacidad para ponerse siempre en la piel del lector y llegar a todo el mundo. Era un hombre culto, estudió con una beca en Eton, poseía una biblioteca de más de novecientos libros, de segunda mano en su mayoría, y aun así pocas veces sus escritos necesitaban aclaraciones o notas a pie de página, veremos pocas en esta monumental recopilación y casi todas se remiten a localismos y términos de la época que es necesario aclarar para un lector moderno y ajeno a la comunidad angloparlante. De modo que no hay el menor riesgo de enredarnos con una prosa artificiosa, de ver citas de autores que no hemos leído o que desconocemos del todo, o perdernos en una maraña caótica de pensamientos que flotan en lo abstracto... nada de eso, su estilo directo, casi panfletario, claro y diáfano nos permite leer y leer páginas con sumo placer, de forma hipnótica incluso, y a la vez resultar afectados por las ideas que bullen de forma constante y que nos alcanzan de lleno.

"Más o menos desde 1.930, el mundo no nos ha dado un solo motivo para el optimismo. A la vista solo hay un cúmulo de mentiras, odios, crueldades e ignorancia, y más allá de nuestros problemas actuales asoman otros aún mayores que solo ahora empiezan a tener cabida en la conciencia europea. Es muy probable, ¡y al mismo tiempo inconcebible!, que los problemas de la humanidad no lleguen a resolverse nunca. Pero ¿quién se atreve a mirar el mundo actual y decirse: "Siempre será así, ni en un millón de años mejorará un ápice"? Por eso hay quien llega a albergar la creencia casi mística de que, de momento, no hay remedio y toda acción política es inútil, pero que de algún modo, en alguna parte del espacio y del tiempo, la humanidad dejará de ser tan brutal y mísera como lo es ahora"

Era la política la principal protagonista de sus ensayos... pero en modo alguno este fue el único tema, sus ensayos de temática literaria son sencillamente excepcionales, citaré dos, el dedicado a la figura de Charles Dickens, una pequeña maravilla, y el dedicado a Jonathan Swift. Sencillamente imprescindibles, como también lo es el dedicado a Henry Miller y titulado "En el vientre de la ballena", mi impresión es que son tan buenos que habría que leerlos de rodillas en señal de respeto ;-).

Las injusticias sociales de la sociedad británica de su tiempo tendrán también su protagonismo en "El albergue", una escalofriante experiencia de su paso por un albergue para indigentes en la época donde apenas tenía dinero para comer, o su encontronazo con la justicia y su denuncia de la misma en el titulado "En el trullo". Su denuncia del colonialismo británico en la India, fruto de su breve experiencia como policía colonial lo tendremos presente en "El ahorcamiento" y en "Matar a un elefante", sus recuerdos como trabajador en una tienda de libros de segunda mano, su conmoción por la injusticia y la impresión de que al la dominación europea en África y otros lugares le queda poco tiempo asoma en "Marrakech"... no faltarán tampoco los ensayos dedicados a su patria, "El león y el unicornio", "El pueblo inglés"... incluso una defensa de la cocina inglesa, Orwell no era para nada nacionalista, no lo podía ser si denunciaba el imperialismo británico y había marchado a España a pegar tiros, pero era profundamente patriota, en el mejor sentido de la palabra... alguien que amaba, alababa y defendía a su nación, pero que a su vez no dudaba en señalar sus faltas y que sobre todo y a diferencia de lo que hacen los nacionalistas, no la ponía por encima de ninguna otra. 

"Escribir un libro es un combate horroroso y agotador, como si fuese un brote prolongado de una dolorosa enfermedad. Nadie emprendería jamás semejante empeño si no le impulsara una suerte de demonio al cual no puede resistirse ni tampoco tratar de entender"

Ensayos dedicados hasta al té, a las canciones populares, a las revistas para jóvenes, a lo que debería ser el "pub" perfecto, uno divertido y ácido dedicado a la figura de Salvador Dalí donde lo pone "en su sitio", y muy merecidamente, otro sencillo y magnífico dedicado a Gandhi, lejos de cualquier endiosamiento o maniqueismo, un ensayo dedicado a los "malos buenos" libros, a la libertad de prensa en relación con su famoso "Rebelión en la granja", a sus advertencias sobre el dejar demasiadas decisiones en manos de los científicos, a la necesidad de unos futuros "estados socialistas de Europa", a la inutilidad de la venganza, a la destrucción de la literatura en los ambientes faltos de libertad, al precio de los libros... uno de los mejores está dedicado a su espantosa experiencia en la escuela, "Ay, qué alegrías aquellas", que estuvo censurado, injustamente, más de veinte años en Gran Bretaña, otro estremecedor sobre su paso por un hospital público en Francia... elogios y críticas a la prensa, un magnífico ensayo sobre el "porqué" de escribir... con Orwell no sabemos nunca que nos encontraremos a la vuelta de la página, qué tema abordará en el siguiente ensayo, qué sorpresa nos aguarda más adelante. Personalmente solamente he "digerido" con dificultad los ensayos, pocos, centrados en autores que no conozco y especialmente los que dedica a temas de poesía, aparte de eso no ha habido ninguno de los numerosos escritos recopilados en esta monumental antología que me resultase árido o carente de interés, en verdad es un libro que cuesta soltarlo de las manos.

"cuanto más consciente es uno de su sesgo político, mayores posibilidades tiene de actuar políticamente sin sacrificar su estética ni su integridad intelectual"


Lo mejor: Una recopilación monumental de los ensayos de Orwell que hará las delicias de los aficionados al ensayo político, o de cualquier índole, un libro que se lee con rapidez pese a sus más de novecientas apretadas páginas y que nos hace lamentar una y otra vez durante su lectura la mala suerte que tuvo este escritor y ser humano excepcional al dejarnos tan pronto. Muchos de sus escritos, en los que denunciaba injusticias sociales o se hacía eco de la manipulación y la propaganda de los estados autoritarios, la censura, o autocensuras, practicadas en supuestos estados democráticos siguen teniendo plena vigencia hoy... muchas cosas de nuestro siglo XXI le parecerían sospechosamente familiares me temo, el fascismo ni desapareció en 1.945 ni tampoco en 1.989 por desgracia.

Lo peor: El formato elegido por mí, el de bolsillo, no es el más adecuado... recomiendo a todo aquel que se atreva con esta obra buscar y adquirir el formato en tapa dura, en este te dejas literalmente los ojos. Tratar con un autor que desarrolló su obra sobre todo en los años treinta y cuarenta supone de entrada meterse en su contexto histórico para intentar comprenderle. Solamente así podrá entenderse su repulsa del pacifismo y su actitud aparentemente belicosa y combativa. Aunque para algunos será una virtud a uno se le atraganta un poco tanto tema "inglés", sin duda Orwell era hombre de mundo pero no puedo evitar verle demasiado apegado a su "terruño", algo de chovinismo británico se le termina escapando a su pesar, no tengo la menor duda ;-). Por no hablar de lo que a muchos años vista me aparece como una inequívoca actitud ingenua en el terreno político, Orwell poseía ese defecto de tanta gente honrada, pensar que los demás son como ellos. Algunos de sus vaticinios, como los de casi todo el mundo en terrenos políticos, terminaron notablemente errados.

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