sábado, 1 de octubre de 2016

William James, aprender a pensar


Ficha: "William James - colección aprender a pensar", Ramón del Castillo Santos, RBA Coleccionables, 152 páginas, ISBN: 978 84 473 8556 0

Desde hace varios años parece que la filosofía, justo ahora cuando la quieren marginar en los planes de estudio, está de moda. Hace poco uno pasaba por un kiosko y podía toparse con una revista mensual "Filosofía Hoy", y nada más y nada menos que con tres coleccionables, uno de la Editorial Gredos ya mencionado en este blog con ocasión de mi lectura de uno de sus tomos, y otros dos coleccionables que surgieron casi a la par, con un formato muy similar y una "filosofía" distinta a la de la editorial Gredos. Se trataba de dos colecciones de ensayos sobre los principales filósofos de la historia, al menos si nos ceñimos a occidente, centrados en acercar al gran público, todos esos aficionados que como un servidor no forman parte del llamado "público especializado"... vamos que no tenemos una licenciatura o estudios filosóficos más allá de lo que podamos recordar del bachillerato, pero sí curiosidad y afición por el tema. Imagino que más de un filósofo profesional tendrá alguna de estas colecciones en su casa, pero el hecho de que alguien profano en la materia los lea y disfrute creo que es un buen indicativo de a quién van dirigidos.



Una de estas colecciones, editada por Batiscafo, es fácilmente reconocible por sus bonitas portadas con la caricatura del filósofo estudiado, y la otra, de formato más clásico, y editada por RBA, se limita a una portada más sobria con una fotografía en pequeñito del protagonista de cada tomo. Ambas son más que recomendables y están escritas por autores diferentes, cada uno imagino que especialista en el filósofo en cuestión, así ha sido al menos en este caso que comento aquí, pues Ramón del Castillo es todo un especialista en el filósofo protagonista de este volumen, William James, así como en otros filósofos y pensadores americanos del siglo XIX  y posteriores, como Dewey, Emerson, Santayana... etc. Es así mismo autor de la edición que Alianza Editorial hizo de una de las obras fundamentales de James, "Pragmatismo", una colección de conferencias reunidas en forma de ensayo debidamente traducido, comentado y analizado por este filósofo madrileño. Tras la lectura de este coleccionable no he podido resistir la tentación de echarle también un vistazo a esa obra esencial "Pragmatismo" y que también comentaré un poco a continuación.

¿Porqué interesarse por William James?... es a todas luces un filósofo de segunda categoría, semiolvidado, un filósofo al que posiblemente solo se estudiará a estas alturas en los EEUU y que ha pasado a la historia simplemente como el fundador, junto con Peirce y Dewey, de una corriente filosófica denominada Pragmatismo, continuada posteriormente por Rorty y Putnam entre otros... aparte de eso también se le considera uno de los padres de la psicología científica, ahí está su gran obra "Principios de psicología", y el fundador de la psicología de la religión gracias a su ensayo "Las variedades de la experiencia religiosa". James es sin duda un personaje curioso, con una obra extensa y que todavía hoy resulta interesante, pero personalmente fueron estos postulados generales de la corriente filosófica del Pragmatismo los que en principio me llamaron la atención.


William James es uno de los tres filósofos protagonistas del ensayo de Juan Arnau "La invención de la libertad", es escogido aquí para representar un tipo de filosofía que se aparta de los cánones académicos y que pretendía devolver a la figura del hombre su relevancia en nuestra visión del cosmos. Esa característica cuadra sin duda con la filosofía de James, de ahí que Juan Arnau lo escogiese como ejemplo, y personalmente terminó llamándome la atención por su peculiar concepto de la verdad. El autor norteamericano intentó reinventar, por así decirlo, la filosofía. Quitarle por un lado relevancia como método de perseguir la verdad a toda costa, situándola al nivel de la literatura, pero por otra parte usándola como herramienta para dirimir las diferencias entre dos versiones del mundo antagonistas... la visión positivista y científica del mundo como mecanismo, donde solamente podemos denominar "verdadero" a todo aquello con lo que se puede operar físicamente... es decir a la realidad material pura y dura, y por otra parte a las visiones espirituales, ya sea desde el punto dogmático religioso, o de las más variadas corrientes espirituales occidentales y orientales, donde se apela a la unidad fundamental de la realidad en contra de toda experiencia material. 

James se situó en un punto intermedio, trató de demostrar que aquello que denominamos "Verdad", así con mayúsculas, una entidad absoluta, omniabarcante, existente más allá de la percepción de nuestros sentidos pero de la que afirmamos su existencia de forma intuitiva a través del pensamiento espiritual, o bien, que es buscada por la ciencia en su labor infatigable, que se asemeja al pelado interminable de una inmensa cebolla capa a capa... pues sencillamente es solo una quimera. Para James el universo, teniendo en cuenta no solamente la realidad física sino también la psicológica y espiritual, es algo tan enorme, tan grande que no existe una sola visión capaz de abarcarlo todo, ni de pretenderlo siquiera... ¿qué podemos hacer entonces?, tratar con diferentes visiones de la realidad simultáneamente. Eso no significa según el pragmatismo renunciar a la búsqueda de la verdad ni poner todas las ideas y visiones de la realidad en un mismo plano... aunque se le acusó de esto y de otras cosas peores. James elaboró una sencilla norma para categorizar y clasificar las ideologías, religiones, percepciones de la realidad etc etc, incluida por supuesto la visión científica y su extremo positivista, las ideas habían de ser evaluadas en relación a su utilidad.



Para James, no importa cuan descabellada o disparatada sea una filosofía de vida o una idea, si conduce a buenos resultados prácticos ha de ser tenida en cuenta y respetada. Si una idea era útil podíamos calificarla de buena, y si era buena era además verdadera. Una simplificación engañosa, una aparente confusión de términos... que James se esforzó en aclarar una y otra vez. James había encontrado una brújula, una guía para moverse en el mar de diferentes ideologías, visiones de la realidad, religiones, y diferentes conceptos de la vida... si conduce a buenos resultados, si hace de este un mundo mejor, si posee una influencia positiva, no ha de ser desechada ni despreciada a la ligera.

Era una propuesta interesante, llena de cordura pero donde era necesario explicar muchas cosas y llegar a acuerdos sobre determinadas definiciones... evidentemente ni los defensores de tal o cual visión espiritual, ni tampoco la ciencia, pudieron estar de acuerdo con el Pragmatismo defendido por James... este chocaba con el dogmatismo de toda índole y la falta de tolerancia. Pocas veces un filósofo ha sido tan mal interpretado y tan atacado en base precisamente a esas malas interpretaciones de su pensamiento como lo fue James. Como muy bien comenta Ramón del Castillo en su excelente ensayo, la finalidad del pragmatismo no era otra que promover la tolerancia pero había que partir de un punto de tolerancia para entenderlo y valorarlo. James fue un pensador valiente, que no dudó en meterse en un enorme berenjenal. Afortunadamente su pensamiento tuvo continuidad en Dewey, y posteriormente en Putnam y Rorty, pero por desgracia creo que ha tenido poco eco fuera del ámbito norteamericano, seguramente porque buena parte de la mentalidad que lo inspira es genuinamente americana, con esa pasión por lo útil y lo práctico, por esa tolerancia hacia otras formas de pensar, y quizás también por cierta ingenuidad y optimismo de base.

Dejo en el tintero otras ideas interesantes de este filósofo, como por ejemplo su visión de la filosofía como un ejercicio, algo que se hace y no meramente un saber libresco, o su visión "humanística" donde se renuncia a presentar una visión del mundo completamente objetiva desligada de la distorsión de la mente humana, tal y como pretendía la ciencia de entonces... y creo que todavía pretende en general. Y sobre todo su idea de que toda discusión entre dos visiones del mundo que no lleve aparejada un cambio sustancial y práctico en función de cual de ellas sea considerada falsa o cierta, es una discusión estéril y absurda.

Tras haber devorado en un par de días el ensayo comentado aquí me acerqué a la obra más conocida de James, "Pragmatismo", para introducirme de lleno en la filosofía de este curioso filósofo. ¿Qué decir?, pues que era un escritor magnífico, que su prosa frecuenta la frontera entre la filosofía y la literatura, que es sencillo y a la vez enrevesado de leer, que era un hombre entusiasta y un gran comunicador... y que estaba convencido de tener razón, aunque se lamentaba mucho de cómo se le había malinterpretado, algo previsible desde luego, ya se sabe que el que media en una disputa termina recibiendo golpes de ambas partes. Hay algo que me gusta de su filosofía, y que seguramente me hará que en un tiempo lea y comente aquí algo de Rorty, uno de sus principales continuadores. Y es esa nueva función que le quería dar a la filosofía, como mediadora entre la visión espiritual y la visión científica del mundo, como orientadora y conciliadora de ambas. James tenía una sólida formación científica, pero a su vez respetaba, y dedicó mucho tiempo y esfuerzo al estudio del fenómeno religioso, eso le convertía en un filósofo atípico, y seguramente ha hecho que todavía hoy en estos tiempos tan raros donde conviven multitud de creencias, supersticiones, visiones espirituales y donde la ciencia, y su hija la tecnología, ocupa también su lugar en los altares, el Pragmatismo, o Neopragmatismo, siga siendo interesante, seguramente mucho más que otras filosofías más áridas y alejadas de la experiencia humana.


Lo mejor: Muy buen ensayo, sencillo de leer, que nos trae una interesante retrato de este filósofo americano y que nos anima a introducirnos en su obra. Recomiendo así mismo la otra obra comentada "Pragmatismo", de Alianza Editorial, para meternos ya de lleno en las ideas de James y en su visión casi poética de la filosofía.

Lo peor: En espacio que ocupan todos estos coleccionables de filosofía... que me van a costar el exilio o el divorcio :-)... tanto la colección de RBA como la de Batiscafo son simplemente maravillosas, crean adicción, si te gusta la filosofía ni te acerques a ellas. En cuanto a la obra de James... tiene momentos geniales, pero también hay que echarle un poco de paciencia, el norteamericano en ocasiones da mas vueltas que un molino antes de llegar a sus conclusiones, hay que leerle como aquel que escucha un concierto... confiando que tras el "adaggio" explosione el "presto" o el "andante" y la cosa se anime un poco :-).

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