sábado, 21 de enero de 2017

La invención de la naturaleza

"El momento más emocionante fue cuando, por fin, ascendí el Chimborazo, la montaña que tan fundamental fue para Alexander Humboldt. Mientras subía por la inhóspita ladera, el aire estaba tan enrarecido que cada paso parecía eterno, una lenta marcha hacia arriba con las piernas de plomo y vagamente separadas del resto de mi cuerpo. Mi admiración por Humboldt creció con cada paso. Él subió al Chimborazo con un pie herido (y, desde luego, no con unas botas tan cómodas y sólidas como las mías), cargado de instrumentos, y parándose constantemente para hacer mediciones. 

El resultado de esta exploración por paisajes y cartas, por pensamientos y diarios, es este libro. "La invención de la naturaleza" es mi intento de redescubrir a Humboldt y devolverle al lugar que le corresponde en el panteón de la naturaleza y la ciencia. Es también un intento de comprender porqué pensamos como lo hacemos hoy sobre el mundo natural."


Ficha: "La invención de la naturaleza", Andrea Wulf, Penguin Random House, 578 páginas, ISBN: 978 84 306 1808 8

Supe de la existencia de Alexander Von Humboldt a raíz de mi lectura del libro de Bill Bryson "Una breve historia de casi todo", un extraordinario ensayo donde el escritor británico intentaba que sus lectores alcanzaran una comprensión lo más global y completa posible del mundo de la ciencia y su historia, era un trabajo excelente que años después sigo recomendando a todo el mundo y que entre los cientos de personajes que adornan sus páginas me presentó al científico prusiano como uno de los grandes naturalistas del siglo XIX y uno de los mayores exploradores de la historia.

Este ensayo que ahora comento aquí viene a intentar hacer popular al naturalista que vivió a caballo entre los siglos XVIII y XIX, y que aunque hoy ha sido bastante olvidado, ya que apenas se le conoce fuera del ámbito académico, fue el principal instigador de una forma de concebir el mundo que ha venido siendo habitual desde que él la plasmó en sus libros, pero que en modo alguno era algo "normal" en sus tiempos. En aquel entonces el término "naturaleza", tal y como lo consideramos hoy era simplemente desconocido. El mundo, al menos en occidente, era simplemente el escenario donde se desarrollaba la vida y la actividad humana, y era algo que simplemente nos pertenecía, algo destinado a ser conquistado, domado, explotado y esquilmado por los seres humanos, los reyes de la creación, los animales, las plantas y el conjunto de los seres vivos eran fundamentalmente estudiados en función de su utilidad, clasificados, etiquetados, disecados y dibujados como cualquier otro objeto, los investigadores trabajaban fundamentalmente en sus laboratorios y bibliotecas y solamente se desplazaban fuera de los mismos para recoger espécimenes, que luego analizaban, diseccionaban y clasificaban... antes de Humboldt a nadie se le había ocurrido realizar una investigación de la naturaleza "en vivo", estudiando la flora y la fauna en su hábitat natural, estableciendo relaciones entre la vegetación y el clima, entre las especies y su hábitat, y la relación entre unas especies y otras... todo se sacaba de la naturaleza, se diseccionaba y terminaba convertido en un saber muerto para ser coleccionado en museos y en sesudos trabajos cuya principal obsesión era la taxonomía y la clasificación. Ahí terminaba todo.


Humboldt fue un visionario, se dio cuenta que era inútil describir las especies animales y vegetales sin tener en cuenta su entorno, se dio cuenta de que había grandes semejanzas entre las especies vegetales y el clima, la interdependencia entre estas, las similitudes de la fauna y flora de diferentes continentes, de que la naturaleza era un todo interconectado donde la vida de animales y plantas... y por supuesto la acción del hombre, era un elemento de suma importancia. El romanticismo como corriente artística y filosófica en lo que más tarde sería Alemania propuso una nueva visión del mundo y del papel del hombre en la naturaleza, Humboldt trajo esa nueva visión al mundo de la ciencia, hubo un antes y un después de la publicación de sus trabajos. Nunca ha habido, ni seguramente nunca lo habrá, un científico más popular en todo el mundo... la fama que hoy otorgamos a un Newton o a un Einstein solo son comparables, y no mucho, a la fama que llegó a tener Von Humboldt en vida, es curioso que hoy sea uno de los personajes de la ciencia más olvidados... sin embargo lo que no ha sido olvidado para nada son sus ideas, hoy más presentes que nunca, sus ideas acerca de la interconectividad entre todos los seres vivos, la alarma ante el papel destructor de los ecosistemas del hombre, el aviso acerca del cambio climático que podían provocar las actividades humanas, la defensa de la libertad y su mensaje contra el colonialismo expoliador de recursos y contra la esclavitud, la necesidad de compartir los conocimientos científicos y de que el mundo de la ciencia debe estar por encima de las enemistades políticas... desde que él vivió, miles, millones de personas han participado de sus ideas sin haber leído nunca nada de Humboldt ni haber sabido siquiera de su existencia.


América Latina.
Humboldt protagonizó un increíble viaje por América Latina que duró cinco años y donde navegó por el Orinoco, cruzó la selva, visitó los llanos venezolanos, escaló montañas y volcanes, tomó miles de notas y dibujos y recogió miles de espécimenes para los museos, aquel viaje que realizó por la entonces América colonial española por cuestiones del azar, ya que las guerras napoleónicas condicionaron en gran medida su destino, fue en verdad memorable. En Europa llegó a conocer al joven Simón Bolívar en la época en que este empezaba a gestarse como revolucionario, años más tarde Bolívar llegó a decir que Humboldt era quien realmente había "descubierto" América, es decir, no su descubridor como Cristobal Colón, sino el primero que realmente "vio" América, no es extraño que el lugar del mundo donde más se recuerda al naturalista prusiano y su legado sea precisamente América Latina. El científico realizó incontables elogios de la naturaleza salvaje latinoamericana, era un enorme contraste para un europeo que vivía en un continente sometido durante milenios a la acción modificadora del hombre encontrarse con un continente donde había todavía enormes zonas vírgenes y donde podía observa a la naturaleza en estado puro... precisamente por ello comenzó a ver las primeras señales alarmantes de deforestación, de modificación del medio ambiente, de desecación de lagunas antiguamente abundantes... fue el primero en dar la voz de alarma sobre los efectos de la tala indiscriminada de árboles en el clima, en ver cómo la acción humana podía convertir un paraíso natural en un erial.


Humboldt se podía haber limitado a realizar un trabajo más convencional, sin embargo aquí estamos ante el primer naturalista y científico "total", Alexander Von Humbold era un prodigio intelectual cómo ha habido muy pocos en el mundo, le interesaba todo, leía sobre todo, poseía una memoria prodigiosa, su vista abarcaba desde el mundo de las estrellas al mundo microscópico, en su viaje gastó la mitad de la fortuna que había heredado de sus padres en comprar una buena colección de los mejores aparatos de medición de la época, barómetros para medir la presión, termómetros, cianómetros para medir la intensidad del azul del cielo... conforme se movía miles de kilómetros con su fiel ayudante, el botánico francés Aimé Bonpland, no dejaba de tomar medidas de presión, temperatura, observar los cielos, tomar muestras de plantas, minerales, capturar ejemplares, dibujar y tomar notas de absolutamente todo... hasta de interesarse por las gentes y las culturas locales y sus idiomas, no había absolutamente nada que quedase fuera de una curiosidad omnívora y devoradora, alimentada además por una voluntad de hierro, un enorme amor al trabajo y una inmensa inteligencia, nunca el mundo de los exploradores ha tenido un ser humano mejor dotado que él, trabajador, inteligente, valiente... hay hechos de su vida que nos hacen preguntarnos una y otra vez ¿pero de qué pasta estaba hecho este hombre?, si las personas de hoy en día parecemos pigmeos a su lado... mejor no comentar nada de sus contemporáneos. 

Ese viaje de cinco años le proporcionó material sobre el que reflexionar y estudiar el resto de su vida, de hecho no realizó más viajes como aquel durante muchos años simplemente porque no pudo, los ingleses de la Compañía de Indias Orientales, evitaron a toda costa proporcionarle el visado para que viajara a las colonias inglesas y a la India, no podían consentir que un naturalista que había lanzado abundantes soflamas contra el colonialismo, la esclavitud y la expoliación de la naturaleza en sus trabajos tras su viaje por la América colonial española visitara la India... no podían arriesgarse a que tras el mismo escribiese posteriormente sus trabajos, que para aquel entonces eran ya inmensamente populares en toda Europa y América, sin duda alguna no hubiese dejado en muy buen papel a los británicos, tal y como había hecho con los españoles años antes.

La última pieza del puzzle.
La vida le proporcionó otra oportunidad de viajar cuando el Zar de Rusia le invitó, o más bien accedió a sus ruegos, a viajar por su imperio, era 1.829 y tenía ya sesenta años, aunque le controlaron todo lo que pudieron durante el mismo para evitar críticas al gobierno zarista y el interés principal del viaje era el descubrimiento de nuevas materias primas... algo que Humboldt que había sido inspector de minas antes de su aventura americana cumplió sobradamente al señalar a los rusos dónde podían encontrar diamantes, lo que finalmente ocurrió cuando hicieron prospecciones justo donde él les había recomendado hacerlas, el viaje fue finalmente más de lo que se esperaba en un principio. Aquel viaje de más de 16.000 kilómetros por la Rusia siberiana era la pieza que le faltaba al rompecabezas que estaba ya montando en sus investigaciones, a falta de viajar al Himalaya por culpa de la negativa británica, algo que Humboldt lamentó toda su vida, pudo por fin realizar estudios comparativos de la fauna y la flora asiáticas con todo lo que había averiguado y estudiado sobre la flora y fauna europeas y americanas (además de todo lo que sabía de otros continentes gracias a la aportación de muchos científicos con los que estableció la red de intercambios más grande de aquel entonces), todo encajaba, no encontró ningún dato que fuese en contra de sus teorías sobre el clima y la biodiversidad de la tierra... pudo centrarse en la redacción de la que fue su obra más ambiciosa, "Cosmos", la que finalmente le terminaría de dar una enorme fama.


Andrea Wulf, nacida en la India aunque de nacionalidad alemana y residente en Gran Bretaña, ha realizado un ensayo sorprendentemente bello e interesante, uno de esos libros que van a ser recordados por mucho tiempo y que trata de devolver a la fama a uno de los científicos y exploradores más grandes de todos los tiempos. Resulta increíble que un hombre que en 1.869, cuando llevaba ya una década muerto y se conmemoraba el centenario de su nacimiento, fue recordado en todo el mundo, con discursos, desfiles, fiestas con fuegos artificiales, actos conmemorativos de todo tipo en Europa, Estados Unidos, América Latina, Australia... y hoy apenas se le recuerda fuera del ámbito académico, Humboldt debe ser la persona más injustamente olvidada de todos los tiempos. De ahí el afán de Andrea de escribir un ensayo que honre su memoria, que le haga justicia y sobre todo que muestre una y otra vez la plena vigencia de sus ideas. 


Su legado.
El libro por ese motivo no se detiene cuando llega al momento de la muerte del científico, hay cuatro capítulos dedicados a cuatro importantes personas, alguna de ellas mucho más conocidas que él, que fueron quienes fueron principalmente porque se inspiraron en sus libros y sus ideas... hablamos de Charles Darwin ¿a que os suena?, Henry Thoreau, George Perkins Marsh, Ernst Haeckel y John Muir. El padre de la teoría de la evolución por ejemplo nunca se hubiera embarcado en el Beagle si no hubiese conocido los trabajos de Humboldt, él mismo lo dijo, ambos llegaron a conocerse y profesarse una gran admiración mutua, los trabajos del científico prusiano fueron toda una inspiración para Darwin y él siempre lo admitió. Thoreau, el autor de Walden vio en las ideas de Humboldt y en su visión poética de la naturaleza, un mundo donde no solamente había que dejar entrar la visión racionalista sino donde había que usar la imaginación y la fantasía propias del arte, ese fue uno de los más bellos legados de Humboldt y que inspiró al filósofo americano en sus escritos sobre sus vivencias en la naturaleza. George perkins se inspiró en las ideas de Humboldt para escribir su influyente tratado "Man and Nature" donde ponía la voz de alarma en la destrucción de la naturaleza y donde se exponían múltiples ejemplos del impacto negativo en los ecosistemas, la contaminación y la destrucción del mundo que también sustentaba al ser humano, todo un jarro de agua fría que modificaba radicalmente la mentalidad utilitarista y mercantil que imperaba por aquel entonces (y por desgracia también ahora). 

Ernst Haeckel, fue quien precisamente inspirado por las ideas de Humboldt sobre la fusión del arte y la naturaleza acuñó el término "ecología", sus dibujos de microorganismos fueron muy populares y cientos de artistas, incluido nuestro inmortal Antoni Gaudí, se inspiraron en sus diseños para encontrar en la naturaleza motivos "artísticos", y es que las obras de Humboldt, no solamente transmitían conocimientos, algo previsible, sino también y por encima de todo el amor por la naturaleza que su autor poseía y su visión emotiva y poética de los paisajes, las selvas, los desiertos y las montañas... trataba de plasmar ese asombro y esa fascinación que ha embargado a los exploradores del mundo natural desde sus comienzos y seguramente lo hizo mejor que nadie. La gente leía sus obras y se sentía transportada a una selva sudamericana, a la visión de un atardecer en los Andes, o a la descripción de un amanecer en el desierto... la poesía y la emoción no estaba reñida con la divulgación científica, todo lo contrario, Humboldt era consciente de un hecho que en ocasiones se olvida facilmente, que del conocimiento de la naturaleza surge la pasión y el amor por la misma casi inevitablemente, y que no se puede amar lo que no se conoce.


Ese espíritu poético y romántico de la naturaleza caló especialmente en un incansable viajero, naturalista y aventurero norteamericano llamado John Muir, a través de la obra de Humboldt penetró en él el "gusanillo" por los viajes y la contemplación de los vastos espacios naturales y con los años se convirtió en el principal valedor de la causa de la conservación de la naturaleza en los Estados Unidos, se puede afirmar que gracias a él se constituyeron los primeros espacios protegidos en esa nación y en el mundo, si otros como el nombrado Perkins Marsh ponían el acento en la conservación de los espacios naturales para evitar su destrucción y mantener su posterior aprovechamiento por el hombre Muir fue el primero en defender los valores de la naturaleza salvaje por sí misma, de forma independiente a cualquier aprovechamiento práctico de la misma. Fue también el primero en llevar el ecologismo a la acción política y luchar contra leyes y acciones que perjudicasen el medio ambiente, una lucha que continúa más viva que nunca y que en principio fue inspirada por las ideas de Humboldt con las que Muir se familiarizó desde su juventud.

Para terminar y para los curiosos que no le tengan miedo, o le hagan ascos, al inglés un enlace a Youtube en el que podemos ver a la autora en un vídeo presentando su libro, aquí tenéis otro, más largo e interesante con la autora presentando su trabajo y muy bien acompañada por Brian Cox en el empeño, y finalmente otro enlace a un artículo sobre la publicación de este ensayo.


Lo mejor: Un trabajo extraordinario, un libro MARAVILLOSO, ameno y muy bien escrito, que consigue enganchar al lector desde la primera página, que no puedes dejar de leer, que ha obligado a su autora a viajar por medio mundo siguiendo las huellas del coloso prusiano, un libro bellamente presentado y muy bien editado, repleto de dibujos en blanco y negro y a color, un ensayo que trata de devolverle a Humboldt algo de la fama que nunca debió de perder, y que nos muestra hasta que punto somos deudores suyos. Aviso a los lectores de ensayos históricos y científicos: este seguramente es el mejor libro que te vas a leer este año si te animas a ello... y seguramente también el año que viene, así que ¡ya estás tardando! :-).

Lo peor: Me gustaría que este libro no fuera un punto y final en relación a Humboldt, algún ensayo hay sobre el científico publicado en castellano, pero muy poco en relación a lo que merece su influencia y su obra. El libro aunque es muy completo y está atiborrado de datos sobre la vida y los trabajos del científico adolece de cierta falta de citas del mismo... hubiera sido estupendo poder incluir más párrafos provenientes de su obra. Dada la extensión de la misma creo que un ensayo recopilatorio de algunos de sus mejores textos hubiera sido una muy buena idea tanto para incluir en este libro como para una futura y probable segunda parte, se queda uno con ganas de leerle directamente y frustra un poco el ver que poquito hay de sus obras traducido al castellano. Editoriales, por favor, rescaten la obra de Humboldt, que vale la pena.


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