jueves, 16 de febrero de 2017

El infinito en la palma de la mano



Ficha: "El infinito en la palma de la mano", Matthieu Ricard y Trinh Xuan Thuan, Ediciones Urano, 397 páginas, ISBN: 84 7953 457 5


EL INFINITO EN LA PALMA DE LA MANO.
De nuevo comento aquí un libro que bien podría ostentar el record de tiempo en espera de ser leído, seguramente ha estado una década “chupando banquillo” hasta que finalmente le ha llegado su hora. Matthieu Ricard es un viejo conocido del autor de este blog, creo que fue en 2.008 cuando leí su obra “El monje y el filósofo”, también comentada aquí, ya que cuando comencé a escribir comentarios en este blog hice “trampa” y le di el primer impulso a base de comentar los libros más significativos e importantes que había leído el año anterior. 
Antes de escribir esta reseña volvía a releer el comentario que había escrito hace ya casi ocho años y me sorprendió ver que de este libro que voy a comentar ahora podría decir casi lo mismo. De hecho podría hacer un “corta y pega” de casi todo el comentario porque buena parte del mismo es aplicable a esta obra. 
Si en aquel libro M. Ricard sostenía un diálogo con su padre, un filósofo, en este caso tiene como interlocutor al astrofísico de origen vietnamita y residente en los EEUU, Trinh Xuan Thuan, ambos, un monje budista y un científico, se prestan a un apasionante intercambio de ideas en este libro que ya tiene unos cuantos años. Editado en el año 2.000 y publicado en castellano en la editorial de temas espirituales Ediciones Urano, seguro que constituyó una sorpresa para más de uno. De vez en cuando asistimos la aparición de obras semejantes a esta, un “a priori” imposible diálogo entre dos visiones de la vida y del universo que diríamos que son completamente incompatibles ¿o no?... pues no.
Son de sobra conocidas las palabras de Einstein elogiando el budismo al que ponía en primer lugar como posible “religión del futuro”, una religión prácticamente sin dogmas y que al igual que la ciencia, poseía su propio método de investigación y verificación experimental, a través de la meditación. Quien busque principalmente un libro centrado en la explicación de la “cosmología” budista, es decir, su visión del universo, del papel del ser humano y su destino no quedará defraudado… de una forma más exhaustiva que en cualquier tratado budista al uso. De hecho reto públicamente a cualquier lector que haya leído este libro que me indique cualquier otro publicado en castellano sobre budismo, con una riqueza de explicaciones y datos superior en cantidad y calidad a la esgrimida por Matthieu Ricard en esta obra. Pero eso no es todo, ya que estaría hablando únicamente de la mitad del libro, T. X. Thuan no se queda atrás y nos va a proporcionar una buena cantidad de explicaciones sobre el estado de la ciencia, allá por el año 2.000, y su relación con la cosmología moderna y el papel que según esta le correspondería al ser humano. 
Tanto el monje como el científico no se limitan a definir su territorio y no tienen miedo alguno de meterse en campo ajeno, así vamos a ver a un monje budista completamente atípico, nacido en occidente, doctorado en biología y con una buena base cultural de tipo filosófico y científico atreverse a echarle un pulso a un astrofísico que tampoco se ciñe exclusivamente a su campo, ya que el Sr. Thuan demostrará a lo largo de la obra que no anda escaso precisamente de conocimientos en filosofía y religión.


Este para mí es el punto más fuerte y a la vez el más débil del libro, fuerte porque vamos a asistir a un apasionante diálogo constructivo, de nuevo y al igual que en la obra mencionada anteriormente nunca vamos a ver un diálogo de sordos o de “besugos” donde ambos se amarran a sus posiciones sin tratar de escuchar o comprender la del otro, pero como digo un punto más débil porque ni uno ni otro son dos representantes típicos de sus respectivos campos. Qué más quisiéramos que todos los hombres del mundillo espiritual, y gente de religión se parecieran aunque fuera un poco al Sr. Ricard, para mí algo más a estas alturas que un filósofo o un monje, pues definirle de esta forma sería quedarnos cortos, sabio es la palabra más acertada, ni desde luego los hombres de ciencia en su mayoría se parecen al Sr. Thuan, un hombre nacido en un país de tradición budista aunque residente en occidente la mayor parte de su vida y con una mentalidad abierta hacia estos temas que resulta todo un ejemplo. 
Y es que uno y otro, lo miremos desde cualquier punto de vista, son dos personas extraordinarias, como extraordinario es el diálogo que ambos sostienen y que hará las delicias de los más acérrimos lectores y entendidos de temas espirituales y budismo por una parte, y por otra parte nada, absolutamente nada que envidiar a los mejores ensayos de ciencia, y sobre todo filosofía de la ciencia, que se puedan leer. No es un libro superficial, no es un libro tampoco escaso en temas, y aunque no tiene demasiadas páginas aviso que es una obra densa y llena de ideas, donde apenas queda resquicio alguno por explorar en esa frontera, difusa y apasionante, que separa la visión budista y espiritual del mundo y la visión científica del mismo. 
El índice nos da unas cuantas pistas de que la diversidad y la profundidad de los temas tratados es simplemente apabullante... el big-bang y el comienzo del universo, la naturaleza de la mente humana, la tendencia a tratar todos los fenómenos como realidades con existencia intrínseca, la relación de interdependencia de todas las cosas, la supuesta existencia o no-existencia de un principio organizador en el universo, el papel del azar y su relación con el caos, la entropía, los experimentos de la física que confirman el vínculo entre las diferentes partes del universo, el aspecto fantasmal e ilusorio de la realidad y su falta de solidez, el siempre escurridizo concepto de la vacuidad tal y como lo entiende el budismo, la impermanencia y el cambio constante, la validez o no de las experiencias subjetivas en contraposición a la objetividad del experimento científico, el concepto de karma y reencarnación budistas y la postura de la ciencia, el tiempo y su naturaleza, su comienzo y su existencia objetiva o vinculada a la mente, el principio antrópico, causas y principios, el equilibrio budista entre una visión nihilista que niega la realidad y otra que toma a la misma por algo sólido y con existencia intrínseca, la naturaleza de la conciencia, la inteligencia artificial y la posibilidad de que en un futuro la conciencia pueda emerger de un sistema electrónico o mecánico, la iluminación budista y la validez de la vía contemplativa como herramienta de conocimiento, la existencia y naturaleza de las leyes de la física, las matemáticas y su relación con el mundo físico, los límites de la lógica, la posibilidad de un conocimiento absoluto, la belleza y el concepto de la estética...
Matthieu Ricard ha experimentado una clara evolución como escritor con los años, de libros donde su motivo principal era explicar y defender la visión budista del mundo y la espiritualidad a otros libros donde si bien están impregnados de esta visión la misma se defiende de modo más indirecto, cada vez lo vemos más en el papel de escritor de ámbito más general. Su libro "En defensa de los animales", me pareció el mejor alegato a favor del vegeterianismo jamás escrito, un libro donde la palabra "budismo" sale en contadas ocasiones pero que está impregnado de su espíritu de principio a fin. Este, al igual que el citado "El monje y el filósofo" pertenece todavía a su primer época, a la de escritor y erudito budista centrado en difundir sus ideas y hacer proselitismo de su religión... pronto comentaré aquí su monumental "En defensa del altruismo" porque me parece que es un autor que ha mejorado notablemente con el tiempo y al que vale la pena leer y seguir. Me ha gustado especialmente su defensa de la cosmología budista en este libro, había momentos en los que parecía que los papeles de científico y monje se intercambiaban... y era el monje quien tenía los pies más en la tierra y el científico quien despegaba del suelo :-). Ello es posible porque tal y como comenté antes son dos personas notables y atípicas en sus respectivos mundos, de ahí el especial valor de este libro.

Conclusión.
La relación entre el mundo de la espiritualidad y el mundo de la ciencia sigue estando de moda dieciséis años después de la publicación de este libro. Aunque aparentemente son dos ámbitos completamente ajenos el uno al otro, trabajos como este demuestran lo cerca que están en muchas ocasiones y lo mucho que pueden llegar a necesitarse mutuamente. Urge una ciencia con rostro más humano donde tenga cabida la visión del ser humano, la compasión y el compromiso ético, y también un mundo de la religión y la espiritualidad siempre atento y respetuoso con los descubrimientos y la investigación científica. Puesto que cada una de ellas posee su propio ámbito es cada vez más necesaria una comunicación entre ambas, incluyendo también otras ramas del saber como la filosofía o la psicología. En el libro queda claro en muchas ocasiones el desastre que constituye la excesiva parcelación de los conocimientos y la incomunicación entre diferentes disciplinas. Este libro es una muestra de diálogo constructivo, no una competición entre dos a ver cual impone su modelo y creo que queda meridianamente claro que en lo esencial la visión cosmológica que acarrean los descubrimientos científicos de los últimos cien años y la visión budista, con veinticinco siglos de existencia, son completamente compatibles y no se trata de elegir una u otra. Hay diferencias naturalmente, pero muchas menos de lo que podría parecer en una primera aproximación, esa es la conclusión del libro, sorprendente para muchos quizás, pero no para los que hemos leído ya abundantes ensayos sobre una y otra. 

Lo mejor: Un trabajo denso, profundo, en general fácil de seguir pero que requerirá una buena dosis de conocimientos, o más bien, lecturas previas aunque sean poco técnicas, como es mi caso. Seguramente ha sido todo un acierto postergar su lectura ya que hace años posiblemente lo hubiera dejado de lado por considerarlo demasiado árido, en estos momentos lo he encontrado no solamente apasionante, sino también sencillo de leer. 

Espero no hacerle la puñeta a ningún lector que se interese por el mismo y que se vea con dificultades para conseguirlo, creo que no ha sido aún descatalogado, si bien no debe ser ya tan fácil obtenerlo. Lo recomiendo encarecidamente, es muy pero que muy bueno y tiene en su interior material de sobra para llenar varios ensayos tanto de espiritualidad como de ciencia, no creo que ningún lector salga defraudado en ese sentido.

Lo peor: Temas profundos, alejados en general de la experiencia cotidiana, apasionantes como ninguna otra cosa, pero que imagino que no serán gusto de todos los platos. Demasiadas caídas, por una y otra parte no nos engañemos, en temas metafísicos donde tanto uno como otro se mueven en terrenos especulativos. Quien piense que solamente en la literatura de ficción, ciencia ficción incluida, podemos encontrar una imaginación desbordante... que pruebe a leer ensayos como este. Por desgracia la etiqueta "ciencia" echará para atrás a más de un lector de libros de temática espiritual pensando que esto poco tiene que ver con aquello, y viceversa, lectores de divulgación científica verán la etiqueta "budismo" y no seguirán leyendo. No saben lo que se pierden en mi opinión... por otra parte no deja de ser un diálogo un poco engañoso, de dos personas que ya hacía tiempo que habían aproximado posturas en relación con la disciplina que defiende o explica la otra parte. Al igual que en los diálogos de Platón hay una predisposición inicial a la concordia y a llegar a una conclusión común que falsea un poco el conjunto y "lubrica" considerablemente cualquier aspereza o punto discordante que pudiera surgir, aunque naturalmente no faltará quien vea en ello precisamente una virtud, quizás en el fondo la mejor del libro.

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