jueves, 5 de octubre de 2017

El ladrón de cerebros. Comer cerezas con los ojos cerrados.

"La ciencia no debe tomarse como una doctrina. Pero estoy convencido de que pensar científicamente nos puede ayudar en nuestro día a día, inspirarnos cuando nos descubre nuevos mundos casi poéticos, y sin duda significa tener una mente más abierta que la dogmática aferrada a las creencias y resistente a cambiar de opinión. La ciencia escucha, cierra los ojos al comer las cerezas y luego decide. Si frente a un cesto de cerezas tempranas o picadas buscas la más madura y reluciente para justificar que son buenísimas, no estarás actuando científicamente."


Ficha: "El ladrón de cerebros. Comer cerezas con los ojos cerrados", Pere Estupinyà, Penguin Random House - colección Debolsillo, 333 páginas, ISBN: 978 846 633 9445

Han pasado seis años desde que la anterior edición de la serie "El ladrón de cerebros" fuese publicada, en aquella ocasión el libro llevaba el subtítulo "Compartiendo el conocimiento científico de las mentes más brillantes" y fue comentado en este blog en 2.012, dos años después de su publicación. Me pareció uno de los libros más originales y recomendables sobre divulgación científica que había leído, aún hoy a pesar de que el tiempo transcurrido juega siempre en su contra es más que recomendable su lectura. De hecho vi en Internet una iniciativa, verdaderamente loable, de la editorial que publicó aquella joya de la divulgación y sobre todo de su autor, para regalar ejemplares del mismo. Coincidiendo casi con la lectura de esta nueva edición de la saga pude ver un vídeo en Youtube en el que niños de un colegio, casualmente muy cercano al lugar donde resido, tras leer aquel ensayo le hacían una serie de preguntas a Pere y este les respondía. Otro ejemplo, otro más, del buen hacer de este excelente divulgador de la ciencia. P. Estupinyà podría haberse dedicado profesionalmente a la ciencia, tras una licenciatura en química y bioquímica, pero abandonó una carrera en este área para centrarse en la divulgación científica. Durante cuatro años fue editor del famoso programa "Redes" que dirigía Eduardo Punset, y es autor de numerosos artículos publicados en revistas científicas de prestigio mundial y también autor de dos libros más de divulgación ya comentados aquí, el antes señalado y el también excelente "S = EX2. La ciencia del sexo", y es que este escritor no deja de superarse a sí mismo... es posible que a algunos les parezcan mejores los anteriores trabajos, pero la verdad es que leyendo este "Comer cerezas con los ojos cerrados", que va mucho más lejos de una mera presentación de información para satisfacer a lectores curiosos, uno desea que no tuviese solamente tres libros publicados... sino 33 por lo menos ;-).


Saber de ciencia es una cosa, y otra bien diferente es saber divulgarla; poseer una gran comprensión de ciertos temas y unos conocimientos enciclopédicos es una cosa, y saber explicarlo con virtuosismo captando el interés y convirtiendo al lector, u oyente, de paso en un apasionado de la ciencia es algo muy diferente. No dejo de tener la idea tras varios años leyendo temas científicos de que aquí falla algo, es bochornosa la nula formación científica que tenemos en general y el desinterés en estos temas, somos verdaderos analfabetos científicos, y en cambio dependemos cada vez más de la tecnología y no solamente eso... hemos pasado a convertirnos en meros adoradores irreflexivos de la misma cuando esta no es otra cosa que la aplicación práctica de todo aquello que descubre la ciencia y su método.



Aún hay más, en esta época tan tecnológica y supuestamente avanzada no dejamos de observar la difusión de bulos y mentiras acerca del funcionamiento de la naturaleza y del mundo... difundidos además a través de Internet y las redes sociales, donde muchas veces se despotrica y se difama a la ciencia, usando precisamente para ello aplicaciones tecnológicas que han sido posibles gracias a la misma... absolutamente de locos. Es este un mundo de contradicciones brutales donde precisamente libros y autores como este singular periodista brillan con luz propia. Tengo la impresión de que la divulgación científica es hoy más necesaria que nunca.

La primera parte del libro, "Nuestro lugar en el universo", justifica ya de por sí sola la adquisición y lectura del ensayo, el primer capítulo es una maravilla... si Pere quería enamorar al lector y hacer que se rinda ante su mensaje lo consigue plenamente. Esta primera parte, especialmente su intenso y breve primer capítulo "Las estrellas en la palma de tu mano" deberían ser leídos en voz alta en todas las escuelas e institutos del país... me atrevo a aventurar que más del 90% de la gente que camina por la calle, adultos incluidos, habitualmente no tienen ni idea de multitud de cosas, o que simplemente las olvidaron hace mucho, que me parecen absolutamente básicas y que Pere comenta en estas primeras páginas. Tengo que decir que aunque ya conocía a grosso modo casi todo lo que el autor expone en el mismo me ha sorprendido la sencillez con la que lo explica y si... también he aprendido cosas nuevas, y estábamos solamente en el comienzo.

Quede bien claro que la pretensión del autor en este ensayo no es solamente compartir conocimientos, nuevos y excitantes experimentos o nuevos campos descubiertos o atisbados por la ciencia, sino todo un manifiesto a favor del método de conocimiento de la misma, Pere vive el mundo de la ciencia con una intensidad y pasión que probablemente ni siquiera muchos afamados investigadores tienen, estando además convencido de la utilidad y la necesidad de su labor. En este libro le vamos a ver escribiendo inspirados artículos de divulgación, entrevistando a científicos que le muestran sorprendentes descubrimientos en el terreno de la neurociencia, la cosmología, la psicología... vamos a conocer sus opiniones sobre diversos asuntos como el de la definición de la inteligencia, el pensamiento crítico, entrando ya en materias de filosofía de la ciencia, los fraudes de las denominadas medicinas alternativas y defender a su querida especialidad, la química, de muchos bulos que se dictaminan a la ligera contra ella. Muy interesante también el apartado dedicado al tema, siempre controvertido, de los transgénicos. Difícil, de verdad complicado, encontrar un escritor con más sensatez y sentido común que el que Pere demuestra tener aquí.

El mundo de los microbios, el sistema inmunológico (y ese sorprendente tratamiento), la genética y el novedoso sistema de manipulación genética denominado CRISPR (Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats) que aunque de momento nos suene a chino va a ser todo un bombazo que impulsará la manipulación genética a niveles con los que de momento no podemos ni soñar, con las connotaciones éticas y morales que ello conlleva naturalmente. La exploración del espacio y el posicionamiento del autor en relación a los dos mayores proyectos en marcha... el mundo de la investigación de la naturaleza de la materia, el futuro de la investigación, el tema de las vacunas, la inteligencia artificial... todo un banquete excepcional espera al lector aficionado a los temas científicos. El libro termina con una parte muy recomendable dedicada a la relación entre la ciencia y la salud, especialmente para aquellos que ya vamos teniendo una edad considerable, por muy jóvenes que nos sintamos en espíritu ;-).

No puedo terminar el comentario de este libro sin poner aquí un enlace al primer capítulo de la serie divulgativa que Pere realizó en Ecuador, y por supuesto otro a su página donde se pueden leer muchos de sus artículos y tener acceso a otros proyectos audiovisuales, cómo el nuevo programa de la 2, "El cazador de cerebros", que se está emitiendo actualmente en esta cadena.


Lo mejor: Una segunda parte más que necesaria y que se ha hecho demasiado de rogar, una actualización de los grandes temas ya abordados en su anterior ensayo y que de nuevo constituyen otro gran ejemplo de la labor de este divulgador merecedor de un enorme aplauso. Me ha gustado mucho la honestidad de este autor que no se limita a exponer datos y conocimientos sino también se "moja" en cuestiones que no son exclusivas del ámbito de la ciencia pero donde esta tiene mucho que decir, tampoco se aparta o mira para otro lado en el asunto de los excesos o errores que en nombre de la misma se pueden cometer, algo que también juega a su favor.

Lo peor: Que tengamos que esperar otros cinco o seis años para leer una nueva edición de esta fantástica serie de divulgación científica... afortunadamente hay material audiovisual para rato para formarse y entretenerse con la labor de Pere, aunque en mi caso casi siempre voy a preferir el formato impreso.

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