"Regresamos a la ciudad y encontramos finalmente la librería en la que tendría lugar la lectura. En uno de los escaparates estaban dispuestos unos cuantos libros rumanos; entre ellos se encontraba mi recién publicada novela, con una aduladora presentación en un folio adyacente. Sabía que ese montaje no existía ayer y que desaparecería mañana y, sin embargo, no pude evitar que me recorriera la espalda un escalofrío. Hasta una foto le hice. Qué triste es el destino de los escritores rumanos: unas rarezas en absoluto interesantes, llegadas de un espacio completamente ignorado, de un país sin identidad, sin historia, del que no se espera nada y de sus habitantes tampoco. Pero esa es una vieja historia... "
Ficha: "Las Bellas Extranjeras", Mircea Cârtârescu, Impedimenta, 249 páginas, ISBN: 978 841 557 8550
En la nota introductoria que escribió la traductora, Marian Ochoa de Eribe, se hace eco de la advertencia que el propio autor escribió en la edición rumana, el tono y el estilo de escritura de Mircea C. es tan diferente respecto a sus anteriores obras que puede despistar y sorprender a los lectores que ya le conozcan y se hayan enfrentado a la lectura de "Nostalgia" o "Lulu" por ejemplo... la forma y estilo de esta recopilación de relatos, alguno aparecido por entregas en revistas literarias, es muy distinta... tras su lectura he recordado a ese breve relato incluido en "El ojo castaño de nuestro amor" titulado "Mis primeros pantalones vaqueros". Creo que es casi lo único que he leído de este autor que me recuerde a lo que se puede leer en este singular "Las Bellas Extranjeras" .
No obstante me formulo la misma pregunta pero al revés... ¿qué pensaría algún lector que por azar de la fortuna se tope primero con este libro, e interesado por el autor, se atreva con "Nostalgia", con "Lulú" o no digamos ya con la impresionante y demoledora "Solenoide"... creo que la impresión y el sentimiento de estar absolutamente perdido sería aún mucho mayor.
Escribo todo esto porque aunque me ha encantado este libro, es bueno a rabiar, el tono y el estilo es muy distinto al del resto de su obra. Aquí nos encontramos con un narrador virtuoso, irónico, mordaz, que sabe lanzar abundantes dardos contra aquello que encuentra criticable... aunque siempre de "buen rollo". Si el propósito de Cârtârescu era hacernos pasar un buen rato y arrancar, no ya una sonrisa, sino una buena carcajada al lector, hacer que este se retuerza en la silla y tenga que llevarse las manos a la boca para no llamar la atención si está en un lugar público, lo consigue plenamente. Al menos ese es el efecto que ha conseguido conmigo... el torturado escritor narrador de alucinantes pasajes oníricos y sentidos párrafos de corte filosófico que remueve a conciencia el alma humana, toma en esta recopilación de historias basadas en anécdotas de su propia vida el papel de un ácido y sarcástico humorista, que no deja títere con cabeza y que ante todo demuestra una gran habilidad para reírse de sí mismo.
Algo había entrevisto en sus dos obras aquí comentadas ya... una anécdota hilarante con el punto de mira de su inocencia de juventud y una sutil ironía que en ocasiones envuelve algunos de sus textos... pero lo que era un fuego disperso y de ligero calibre se torna aquí un auténtico bombardeo artillero con piezas de todos los tamaños. Este "Las Bellas Extranjeras" es uno de los textos más mordaces y humorísticos con los que me he encontrado en mi vida de lector, en ocasiones resulta absolutamente brutal... de hecho cuando terminé el relato con el que finaliza el libro me dieron ganas de aplaudir :-).
El primer relato "Ántrax", nos conduce al mundo paranoico de un escritor que de forma más o menos forzada se ve obligado a salir de su caparazón protector y tratar con todo tipo de variopintos personajes durante la promoción de sus libros... en medio de la psicosis desatada con aquel masivo envío de cartas infectadas con Ántrax que se vivió a comienzos de este siglo se creerá objeto de una misiva infectada que ha sido enviada por un desconocido admirador desde Dinamarca. La rocambolesca historia de la recogida de la carta, el intento de "desactivación" de la misma y las peripecias en las dependencias de la policía hasta esclarecer el asunto, narradas con gracia y con unos vericuetos en verdad sorprendentes nos harán empezar a cogerle el gusto a este comienzo del libro.
El segundo, mucho más extenso y el que da título al libro, publicado en alguna revista literaria por entregas, de ahí seguramente su subdivisión en capítulos y la presencia de algunas repeticiones, nos muestra las peripecias de un grupo de una docena de escritores rumanos, con Cârtârescu a la cabeza, que fueron invitados a un viaje promocional de su obra y la literatura de su país a lo largo y ancho de la geografía francesa, con inicio y final por supuesto y como no podía ser de otra forma en París. Peripecias más o menos afortunadas, un retrato cómico de sus compañeros de viaje, de los lugares que se visitan, una denuncia de los prejuicios con los que los franceses, y el resto de europeos españoles incluidos me atrevo a decir, tienen sobre los rumanos y Rumanía en general. Si una vez en una película vi a un personaje exclamar que "los irlandeses son los negros de Europa", habría que decir que en todo caso son los negros del norte de Europa, porque peor reputación que los rumanos no tiene ninguna otra nación europea. Recuerdo todavía los mensajes ofensivos que circularon por la red justo antes de la adhesión a la Unión Europea de Rumanía y Bulgaria en 2.007... imágenes de Rumanía compuesta por cuadros pintorescos de chabolas, tribus gitanas, carrocerías de automóviles reconvertidas en carromatos de caballos y otras más ofensivas que me niego a transcribir aquí... Cârtârescu reconoce que buena parte de los prejuicios que sobre Rumanía tenían los franceses que les atendieron en aquel viaje poseen un buen fundamento, no pinta un cuadro idealista de sus paisanos y su país, en absoluto. Pero al final terminará indignado por el trato recibido en varios puntos de su viaje... ¿real o ficticio?, probablemente exagerado a posta para incrementar la comicidad, pero con una buena base real sin duda.
Hay varias escenas memorables, pero me quedo de todas todas con la velada literaria en el manicomio y esa "cena rumana" con la que los anfitriones pretenden agasajar a sus invitados... piezas del más demoledor y corrosivo humor negro que he podido leer nunca:
"Una vez, en Venecia, se me ocurrió pedir, en un restaurante cuyas luces se reflejaban en la laguna, pulpo guisado en su propia salsa. Me trajeron unos cartílagos en un agua negra. La carne con ventosas estuvo dando vueltas en mi estómago toda la noche. La sopa rumana conseguía combinar ahora el pulpo en su tinta con la tradición espartana: no se podía ni comer. A través de su melancólico caldo del color de las aguas del Danubio se adivinaban a veces sus extraños habitantes: algún que otro fideo como un gusano con anillos, algún cubo de carne de ternera fibrosa con uno de los lados cubierto por una piel gruesa, azulada, alguna pizca verde de apio silvestre, reseca y pegada al borde del plato como un pequeño cocodrilo friéndose al sol. Habría sido preferible un plato de agua del Mar Muerto: al menos habríamos tenido sal... Tuvimos la osadía de probar aquella sustancia limosa: olía a humo de parrilla, como la salsa barbacoa que te ponen con la Big Mac... "
Tras el largo relato de las peripecias por Francia, donde no faltan como apunté antes las críticas a los prejuicios sobre Rumanía, ni tampoco los oportunos "mea culpa" el libro culmina con la narración de un absurdo y surrealista viaje que el autor emprendió en 1.988 cuando fue invitado a participar en una jornada literaria en un pueblecito desconocido de su país... "El viaje del hambre" constituye el relato del fin de una ilusión, de un chasco monumental entre las pretensiones literarias de un joven con la cabeza llena de pájaros y la sucia realidad de una nación capaz de aplastar los sueños más impetuosos. Ese choque brutal entre las altas expectativas y la crudeza de la realidad de la Rumanía de finales de los ochenta forman la necesaria alineación planetaria para el desastre que nos relata el bueno de Mircea... en esta ocasión es él mismo y la realidad social de su país el objeto de su burla. Pensar que este libro ha sido todo un éxito de ventas en su país da que pensar sobre el sentido del humor de los rumanos, a los que por lo visto no les duele demasiado verse retratados con trazos tan gruesos y poco atractivos. De nuevo las situaciones inusuales, en un "más difícil todavía" hilarante que hace pensar al lector "por favor ¡ten un poco de piedad de ti mismo, ya está bien!".
Comento finalmente que este libro recibió el premio literario "Euskadi" de Plata en 2.014.
Lo mejor: Una narración en un tono muy distinto al habitual en Cârtârescu pero que resulta finalmente una agradable sorpresa, otra más, que habla muy a favor de la maestría como narrador de un escritor brillante. No puede ser catalogado como lo mejor que ha escrito y desde luego no está a la altura de las cimas de su obra literaria ("Nostalgia", "Lulú", "Solenoide" etc) pero que no resulta en modo alguno decepcionante, todo lo contrario, se agradece ese cambio de registro y esa capacidad de conmover al lector, esta vez a través del humor. Muy divertido, pleno de referencias culturales y datos sobre el mundo literario rumano, uno sin duda de los más singulares y desconocidos de Europa. Muy recomendable.
Lo peor: Para los admiradores del habitual narrador imaginativo, poético y filosófico, un auténtico artesano virtuoso del lenguaje, esta es una obra menor. Sin embargo creo que se puede disfrutar mucho... eso sí, quien busque una recomendación asequible y razonable para introducirse en su obra deberían evitar este "Las Bellas Extranjeras" y comenzar por "El ojo castaño de nuestro amor", una obra que muestra mucho mejor la variedad de registros de la que es capaz el escritor rumano. Lo dicho, quien guste de esta obra y la utilice como introducción al resto puede llevarse una enorme sorpresa, buena o mala depende ya de los gustos de cada cual ;-).
No obstante me formulo la misma pregunta pero al revés... ¿qué pensaría algún lector que por azar de la fortuna se tope primero con este libro, e interesado por el autor, se atreva con "Nostalgia", con "Lulú" o no digamos ya con la impresionante y demoledora "Solenoide"... creo que la impresión y el sentimiento de estar absolutamente perdido sería aún mucho mayor.
Escribo todo esto porque aunque me ha encantado este libro, es bueno a rabiar, el tono y el estilo es muy distinto al del resto de su obra. Aquí nos encontramos con un narrador virtuoso, irónico, mordaz, que sabe lanzar abundantes dardos contra aquello que encuentra criticable... aunque siempre de "buen rollo". Si el propósito de Cârtârescu era hacernos pasar un buen rato y arrancar, no ya una sonrisa, sino una buena carcajada al lector, hacer que este se retuerza en la silla y tenga que llevarse las manos a la boca para no llamar la atención si está en un lugar público, lo consigue plenamente. Al menos ese es el efecto que ha conseguido conmigo... el torturado escritor narrador de alucinantes pasajes oníricos y sentidos párrafos de corte filosófico que remueve a conciencia el alma humana, toma en esta recopilación de historias basadas en anécdotas de su propia vida el papel de un ácido y sarcástico humorista, que no deja títere con cabeza y que ante todo demuestra una gran habilidad para reírse de sí mismo.
Algo había entrevisto en sus dos obras aquí comentadas ya... una anécdota hilarante con el punto de mira de su inocencia de juventud y una sutil ironía que en ocasiones envuelve algunos de sus textos... pero lo que era un fuego disperso y de ligero calibre se torna aquí un auténtico bombardeo artillero con piezas de todos los tamaños. Este "Las Bellas Extranjeras" es uno de los textos más mordaces y humorísticos con los que me he encontrado en mi vida de lector, en ocasiones resulta absolutamente brutal... de hecho cuando terminé el relato con el que finaliza el libro me dieron ganas de aplaudir :-).
El primer relato "Ántrax", nos conduce al mundo paranoico de un escritor que de forma más o menos forzada se ve obligado a salir de su caparazón protector y tratar con todo tipo de variopintos personajes durante la promoción de sus libros... en medio de la psicosis desatada con aquel masivo envío de cartas infectadas con Ántrax que se vivió a comienzos de este siglo se creerá objeto de una misiva infectada que ha sido enviada por un desconocido admirador desde Dinamarca. La rocambolesca historia de la recogida de la carta, el intento de "desactivación" de la misma y las peripecias en las dependencias de la policía hasta esclarecer el asunto, narradas con gracia y con unos vericuetos en verdad sorprendentes nos harán empezar a cogerle el gusto a este comienzo del libro.
El segundo, mucho más extenso y el que da título al libro, publicado en alguna revista literaria por entregas, de ahí seguramente su subdivisión en capítulos y la presencia de algunas repeticiones, nos muestra las peripecias de un grupo de una docena de escritores rumanos, con Cârtârescu a la cabeza, que fueron invitados a un viaje promocional de su obra y la literatura de su país a lo largo y ancho de la geografía francesa, con inicio y final por supuesto y como no podía ser de otra forma en París. Peripecias más o menos afortunadas, un retrato cómico de sus compañeros de viaje, de los lugares que se visitan, una denuncia de los prejuicios con los que los franceses, y el resto de europeos españoles incluidos me atrevo a decir, tienen sobre los rumanos y Rumanía en general. Si una vez en una película vi a un personaje exclamar que "los irlandeses son los negros de Europa", habría que decir que en todo caso son los negros del norte de Europa, porque peor reputación que los rumanos no tiene ninguna otra nación europea. Recuerdo todavía los mensajes ofensivos que circularon por la red justo antes de la adhesión a la Unión Europea de Rumanía y Bulgaria en 2.007... imágenes de Rumanía compuesta por cuadros pintorescos de chabolas, tribus gitanas, carrocerías de automóviles reconvertidas en carromatos de caballos y otras más ofensivas que me niego a transcribir aquí... Cârtârescu reconoce que buena parte de los prejuicios que sobre Rumanía tenían los franceses que les atendieron en aquel viaje poseen un buen fundamento, no pinta un cuadro idealista de sus paisanos y su país, en absoluto. Pero al final terminará indignado por el trato recibido en varios puntos de su viaje... ¿real o ficticio?, probablemente exagerado a posta para incrementar la comicidad, pero con una buena base real sin duda.
Hay varias escenas memorables, pero me quedo de todas todas con la velada literaria en el manicomio y esa "cena rumana" con la que los anfitriones pretenden agasajar a sus invitados... piezas del más demoledor y corrosivo humor negro que he podido leer nunca:
"Una vez, en Venecia, se me ocurrió pedir, en un restaurante cuyas luces se reflejaban en la laguna, pulpo guisado en su propia salsa. Me trajeron unos cartílagos en un agua negra. La carne con ventosas estuvo dando vueltas en mi estómago toda la noche. La sopa rumana conseguía combinar ahora el pulpo en su tinta con la tradición espartana: no se podía ni comer. A través de su melancólico caldo del color de las aguas del Danubio se adivinaban a veces sus extraños habitantes: algún que otro fideo como un gusano con anillos, algún cubo de carne de ternera fibrosa con uno de los lados cubierto por una piel gruesa, azulada, alguna pizca verde de apio silvestre, reseca y pegada al borde del plato como un pequeño cocodrilo friéndose al sol. Habría sido preferible un plato de agua del Mar Muerto: al menos habríamos tenido sal... Tuvimos la osadía de probar aquella sustancia limosa: olía a humo de parrilla, como la salsa barbacoa que te ponen con la Big Mac... "
Tras el largo relato de las peripecias por Francia, donde no faltan como apunté antes las críticas a los prejuicios sobre Rumanía, ni tampoco los oportunos "mea culpa" el libro culmina con la narración de un absurdo y surrealista viaje que el autor emprendió en 1.988 cuando fue invitado a participar en una jornada literaria en un pueblecito desconocido de su país... "El viaje del hambre" constituye el relato del fin de una ilusión, de un chasco monumental entre las pretensiones literarias de un joven con la cabeza llena de pájaros y la sucia realidad de una nación capaz de aplastar los sueños más impetuosos. Ese choque brutal entre las altas expectativas y la crudeza de la realidad de la Rumanía de finales de los ochenta forman la necesaria alineación planetaria para el desastre que nos relata el bueno de Mircea... en esta ocasión es él mismo y la realidad social de su país el objeto de su burla. Pensar que este libro ha sido todo un éxito de ventas en su país da que pensar sobre el sentido del humor de los rumanos, a los que por lo visto no les duele demasiado verse retratados con trazos tan gruesos y poco atractivos. De nuevo las situaciones inusuales, en un "más difícil todavía" hilarante que hace pensar al lector "por favor ¡ten un poco de piedad de ti mismo, ya está bien!".
Comento finalmente que este libro recibió el premio literario "Euskadi" de Plata en 2.014.
Lo mejor: Una narración en un tono muy distinto al habitual en Cârtârescu pero que resulta finalmente una agradable sorpresa, otra más, que habla muy a favor de la maestría como narrador de un escritor brillante. No puede ser catalogado como lo mejor que ha escrito y desde luego no está a la altura de las cimas de su obra literaria ("Nostalgia", "Lulú", "Solenoide" etc) pero que no resulta en modo alguno decepcionante, todo lo contrario, se agradece ese cambio de registro y esa capacidad de conmover al lector, esta vez a través del humor. Muy divertido, pleno de referencias culturales y datos sobre el mundo literario rumano, uno sin duda de los más singulares y desconocidos de Europa. Muy recomendable.
Lo peor: Para los admiradores del habitual narrador imaginativo, poético y filosófico, un auténtico artesano virtuoso del lenguaje, esta es una obra menor. Sin embargo creo que se puede disfrutar mucho... eso sí, quien busque una recomendación asequible y razonable para introducirse en su obra deberían evitar este "Las Bellas Extranjeras" y comenzar por "El ojo castaño de nuestro amor", una obra que muestra mucho mejor la variedad de registros de la que es capaz el escritor rumano. Lo dicho, quien guste de esta obra y la utilice como introducción al resto puede llevarse una enorme sorpresa, buena o mala depende ya de los gustos de cada cual ;-).
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