tag:blogger.com,1999:blog-6142214331563740440.post924785144592060415..comments2023-07-11T11:47:17.355+02:00Comments on Un libro en mi mochila.: Para qué han servido los librosA. Pachecohttp://www.blogger.com/profile/04141813358134285322noreply@blogger.comBlogger7125tag:blogger.com,1999:blog-6142214331563740440.post-89076300476774895952018-10-12T10:58:40.332+02:002018-10-12T10:58:40.332+02:00Buenos días, anque sé que esta entrada es antigua,...Buenos días, anque sé que esta entrada es antigua, decir que he comprado el libro y me dispondré en cuanto pueda a leerlo, por cierto coincido punto por punto, con el artículo y los comentarios. Quisiera poder vivir varias vidas para disfrutarlas pudiendo leer, jugar al ajedrez, etc... que corta es nuestra existencia....Rafael Martínezhttps://www.blogger.com/profile/13192696918441050503noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-6142214331563740440.post-37024322468766672202017-05-28T19:43:08.340+02:002017-05-28T19:43:08.340+02:00Perdón por ese millín, es un millón como la copa d...Perdón por ese millín, es un millón como la copa de un pino.Matildehttps://www.blogger.com/profile/16661445028452859403noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-6142214331563740440.post-17249779858033751482017-05-28T18:46:47.594+02:002017-05-28T18:46:47.594+02:00He encontrado esta página justo cuando empiezo a t...He encontrado esta página justo cuando empiezo a teclear el resumen que me he hecho de este magnífico libro. Cuando supe de él propuse a la Biblioteca que tengo más cercana que lo adquirieran y así lo hicieron. Lo leí y después lo resumí. Lo he recomendado en la Biblioteca, puede hacerse a través de un impreso, y comenté a una de las bibliotecarias, todos buenísimos, el descubrimiento de este magnífico libro que tanto me ha enseñado. <br /><br />Desgraciadamente ya están cumpliéndose algunos de sus temores:<br /><br />http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/05/24/la-mitad-de-los-alumnos-salen-de-eso-con-un-nivel-bajo-en-competencias-financieras/<br />1 comentario: "Antonio Gómez No es que no sepan leer una factura. No saben leer. 24/05/2017"<br /><br /><br />Un millín de gracias por su labor. Nunca es tarde si la dicha es buena y así espero y deseo de todo corazón que sea.<br />Matildehttps://www.blogger.com/profile/16661445028452859403noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-6142214331563740440.post-470608566773967452015-05-04T00:05:35.409+02:002015-05-04T00:05:35.409+02:00Estimado Ignacio Domingo, felicitaciones por su li...Estimado Ignacio Domingo, felicitaciones por su libro, lo he disfrutado y empleado como referencia bibliográfica en mi tesina de licenciatura. Lamentablemente, condiciones penosas en materia tributaria y aduanera me impiden comprarlo vía web para que me lo envíen a Argentina. Pero gracias a Internet, he podido leer gran parte del contenido en Google Books. No estoy seguro de si eso le reporta algún beneficio económico y ciertamente, no es lo mismo leerlo en pantalla que hacerlo desde la página impresa. Aún así, pude hacerlo y ahí reside la magia de la Red, haciendo accesible lo que antes era prácticamente imposible. Le mando un saludo desde el sur con la esperanza de que siga publicando ensayos tan interesantes como éste. Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-6142214331563740440.post-32414691779819518242014-02-24T21:50:55.064+01:002014-02-24T21:50:55.064+01:00He leído con tristeza y algo de rabia todo cuanto ...He leído con tristeza y algo de rabia todo cuanto refieres a la historia de tu libro, en verdad que no ha tenido la suerte que merecía. En una conferencia hace varios años un conocido autor de mi región, Jerónimo Tristante, comentaba que el oficio de editor era una suerte de “esquizofrenia”, por una parte desean contar en sus catálogos con libros de calidad, apoyar a los buenos autores, desean el prestigio de buenas obras... y también piensan en, como no tratándose de un negocio, en ganar dinero. Es un hecho que solamente un porcentaje pequeño de los libros de un catálogo dan ganancias, el resto solo constituye un lastre. De ahí que posiblemente un libro como el tuyo haya sido rechazado precisamente por eso... por valorar de forma negativa la parte de “negocio”, porque tengo muy claro, y llevo unos cuantos ensayos leídos ya, de que por motivos de calidad no ha sido. Es por eso por lo que opino como tú, que no se ha hecho justicia con tu libro, pero seguro que no es un caso aislado y muchos autores en España podrían decir lo mismo, el tuyo al menos tuvo su oportunidad... aunque haya sido en una tirada reducida y una oscura editorial que apenas tiene difusión. Ojala que ello no te desanime de forma definitiva de seguir escribiendo.<br /><br />Sigo pese a todo en mis “trece” de ver algo positivo en el futuro, al igual que hay épocas brillantes y otras más oscuras también existen generaciones desaprovechadas y otras donde las cosas cambian, probablemente eso que comentas a cerca de las bibliotecas y la afición por la lectura en la gente joven es cierto. Veo en mis visitas a la biblioteca sobre todo mucha gente de mi edad o mayor, también muchos niños... los sábados acompañados por sus padres, y la gente joven que pasa por allí suelen ser en su mayoría estudiantes que buscan un lugar tranquilo para concentrarse, muchos portan reproductores mp3, o teléfonos móviles con auriculares... pero la mayoría están concentrados en estudiar y leer, también veo visitas de gente en edad estudiantil a las estanterías, consultas sobre obras de referencia... no son muchos pero ahí están. Sigo pensando que a pesar del atractivo de la tecnología el libro no ha dicho todavía su última palabra. Los lectores somos y hemos sido siempre una minoría, en todas las épocas, y lo seremos también en un futuro... no creo que los libros electrónicos terminen con las bibliotecas, al menos no a corto plazo. Todo cuanto cuentas en tu libro sobre la problemática de los soportes digitales es no solamente cierto sino también preocupante, pero estoy seguro que el libro en papel seguirá adelante. Quizás no se editarán tantos libros, no habrá tantas editoriales, pero sobrevivirán las mejores... los verdaderos lectores, los buenos, no se dejan camelar tan fácilmente por las listas de best sellers ni por Premios Planeta ni demás chorradas con despliegues publicitarios de cuatro oportunistas... mucha gente abandonará la lectura, pero también muchos otros se incorporarán, un buen producto, un buen invento es bueno le pese a quien le pese, y la tecnología junto con los medios audiovisuales cada vez más complejos no pueden disimular la falta de profundidad ni la pobreza de contenido real. Cuando se prueba y se conoce lo bueno los sucedáneos ya se tornan insípidos. Los lectores podemos ser también aficionados a los videojuegos, a la música, al cine... todo eso está muy bien y no interfiere para nada en la afición lectora, pero pero los que nunca leen no saben realmente lo que se pierden, nosotros si lo sabemos Ignacio, y estoy seguro que a pesar de todos esos datos tan poco halagüeños sobre el futuro este como de costumbre no se construirá solo con tendencias rectilíneas, de ascenso o caída, sino que como siempre, habrá muchos altibajos, luces y sombras. El libro conocerá tiempos peores, eso es seguro por desgracia, pero también volverá a renacer, también estoy seguro de ello.<br /><br />Un abrazo,A. Pachecohttps://www.blogger.com/profile/04141813358134285322noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-6142214331563740440.post-57471037983225066182014-02-23T23:59:49.238+01:002014-02-23T23:59:49.238+01:00En lo personal y particular de este ensayo te diré...En lo personal y particular de este ensayo te diré que elogios como los que le lanzas me dejan en realidad, triste. Creo que este ensayo merecía tener una vida mejor. Claro que todos los autores piensan lo mismo de sus libros. Yo tengo la constancia, sin embargo, de que todo el mundo que lo ha leído (que no son más de una docena de personas, incluyendo a miembros de mi familia) lo ha elogiado, y algunos con entusiasmo, y por ello estoy seguro de que si este ensayo tuviera más circulación tendría cierto éxito, pero los tiempos en que vivimos no son los que son, y el libro que trata sobre la decadencia del libro es víctima y ejemplo de esa misma decadencia. El libro se escribió pensando en que sería leído. Esto no siempre es así, en la universidad se escriben muchos libros para que den méritos y honores a sus autores pero no para que se lean, sino para que críen polvo en las estanterías. En mi caso no fue así. Fue un libro escrito gratia artis et amore Dei, podía haber escrito algo menos prolijo, menos elaborado, con menos referencias, y haber publicado una obra que me hubiera dado igualmente los beneficios académicos de la publicación, pero lo que busqué fue un libro que interesara al público culto. Fue rechazado por todas y cada una delas editoriales a las que lo ofrecí (muchas ni siquiera contestaron), si bien es cierto que una editorial importante consideró seriamente durante varios meses su publicación, o por lo menos eso me dijeron. Al final tuve suerte de poder publicarlo en la editorial “de casa”, que es la de mi universidad, pero fácilmente el libro podía haberse quedado en un cajón. Ha tenido una tirada de unos doscientos ejemplares, de los que ni siquiera se han vendido todos, y puede que yo haya comprado la mitad para regalarlos. Apenas ha llegado a las librerías: en mi ciudad yo mismo lo regalé (sí, regalé) a algunas para que lo pusieran, al menos un par de semanas, en el escaparate. No se ha incluido en la lista de lecturas de ninguna asignatura de ninguna facultad de Biblioteconomía o Humanidades de España, no ha recibido ninguna reseña, ninguna crítica impresa, ninguna cita en ningún artículo ni obra de referencia salvo una mención breve en un artículo de una revista escrito por una persona a la que regalé el libro. Gracias a Internet puedo estar al día de su casi total inexistencia. Con motivo de su publicación fui invitado a impartir una conferencia en Soria a la que asistieron cuatro o cinco personas, que no eran otros que los organizadores del evento, y lo presenté en Madrid ante un público de una docena de personas. Y ni siquiera un libro que se ocupa con tanta profusión del tema de la importancia de los archivos y las bibliotecas está llegando a las mismas: está presente en algunas bibliotecas universitarias a las que sospecho que se ha regalado por acuerdos de cooperación entre editoriales universitarias, y en algunas, poquísimas, bibliotecas públicas de toda España, y esto lo sé porque sus catálogos se consultan en línea y conozco el puñado de bibliotecas donde está. El libro no ha interesado ni siquiera a los bibliotecarios que cursan las órdenes de compra. Es, en definitiva, un libro sin lectores, lo que equivale a decir que es un libro muerto. Me queda el consuelo de que las personas para las que realmente lo escribí, que son mis hijos, mi familia y mis amigos sí lo han leído (bueno, algunos todavía están en ello) y que de vez en cuando, cuando busco el libro en la red, me encuentro con el mensaje de un náufrago en una botella, con que ha caído por casualidad en las manos de alguien, y que a esa persona no sólo le ha gustado, sino que además ha dedicado tiempo a analizarlo y a criticarlo, y eso me llena de un legítimo orgullo y de una cierta alegría, pero también me produce tristeza, la pena de lo que pudo haber sido, si el libro hubiera tenido circulación, y no ha sido ni será.<br />Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-6142214331563740440.post-63549303890048641432014-02-23T23:58:14.554+01:002014-02-23T23:58:14.554+01:00Estimado amigo,
Permítame, en primer lugar, presen...Estimado amigo,<br />Permítame, en primer lugar, presentarme: soy Ignacio Domingo, el autor del ensayo al que usted, tan amablemente, ha dedicado esta entrada en su “blog”.<br />Quisiera, en primer lugar, transmitirle mi más sincero y sentido agradecimiento por el tiempo y el trabajo que le ha dedicado a mi ensayo. No puede haber satisfacción mayor para un autor que saberse leído. Lectores como usted, en los que estuve pensando, sin conocerles, mientras trabajaba en este ensayo, hacen que el esfuerzo haya merecido la pena.<br />Como me tuteas voy a hacer yo lo mismo. <br />Es cierto que no soy optimista respecto al futuro de la cultura del libro y de las formas de pensamiento que ésta nos trajo. Como tú muy bien has señalado, ése era el tema del ensayo: los libros nos impusieron una manera de pensar y de analizar la realidad que se está perdiendo a medida que nuestra cultura va abandonando la palabra escrita como medio de comunicación preferente. No negaré que soy un pesimista genuino y que, siendo optimista, uno podría ver en Internet una enorme oportunidad para la cultura escrita. Pero lo cierto es que Internet es desde hace quince o veinte años parte de nuestra vida cotidiana, y desde las perspectiva que nos dan los años transcurrido podemos constatar que esas oportunidades no se han realizado en la medida tan desmesurada (valga la redundancia) en que se han desarrollado otras: piénsese en el desarrollo de la pornografía, el juego, las banalidades que circulan por la red, los cotilleos… y la piratería. La piratería de libros, en particular, está haciendo un daño enorme a la cultura del libro. De unos años a esta parte la venta de libros está bajando drásticamente, y esta bajada no puede ser achacada únicamente a la crisis económica: tiene una relación directa con la venta masiva de “e-readers” y de “tablets” (estas ventas no se ven afectadas por la ciris) que se “alimentan” de libros piratas. Y tiene también relación con la pérdida del hábito de la lectura entre la población juvenil, una pérdida que es masiva incluso entre los de niveles educativos más altos. La prueba más evidente de ello la puedes encontrar cualquier día en las bibliotecas públicas, donde encontraste mi libro. Te presumo una persona de mediana edad y tú, como yo, frecuentabas las bibliotecas hace treinta o cuarenta años y recordarás que entonces los lectores eran mayoritariamente niños (no tantos porque apenas había libros para niños pero había tebeos) y jóvenes; la gente de mediana edad era escasa y los ancianos casi inexistentes, sin duda debido a que la mayor parte de ellos eran analfabetos o semi-analfabetos. Hoy, sin embargo, las bibliotecas públicas están llenas de ancianos; la gente de mediana edad, siempre ocupada con sus trabajos, es menos numerosa; y los niños, ¡ay los niños!, y los jóvenes, son una rara avis, tan rara como lo eran los ancianos hace varias décadas. Es obvio, y lo saben de sobras las editoriales, que los niños no leen, que se venden libros infantiles porque los compran los padres, no porque los pidan los niños, que es imposible vender libros al sector de la juventud que va de los quince a los treinta y tantos, y que el público lector está cada vez más envejecido, en una suerte de pirámide poblacional lectora que es exactamente la inversa de la que era décadas atrás. Es obvio, por lo tanto, que el libro y su cultura están en un proceso de manifiesta decadencia histórica. No veo razones para el optimismo, no.<br /><br /><br />Anonymousnoreply@blogger.com