domingo, 17 de junio de 2012

Perros de paja

"El cielo y la tierra son implacables. Los seres de la creación son para ellos meros perros de paja". Lao Tse


Ficha: "Perros de paja, reflexiones sobre los humanos y otros animales", John N. Gray, editorial Paidós, 196 páginas, ISBN: 9788449321610

Hace tiempo que en mis búsqueda de las obras más interesantes del pensamiento contemporáneo me encontré con este filósofo británico al que NO hay que confundir con ese otro John Gray, psicólogo norteamericano autor del conocido "Los hombres son de marte y las mujeres de venus". No, este autor no tiene nada que ver, estamos ante un filósofo y especialista en temas políticos de primera categoría. Articulista en The Guardian entre otros y autor de varios libros entre los que destaca este aquí comentado. Espero un día de estos leer y comentar aquí uno publicado recientemente titulado "Anatomía de Gray" que recoge sus artículos más interesantes publicados en la prensa y en el que a buen seguro habrán unas cuantas páginas de este "Perros de paja".

"Perros de paja" es un libro breve y sencillo, y a la vez radical y demoledor, en él su autor esgrime la teoría de que el ser humano no es ni mejor ni peor que el resto de las especies animales, que esa supuesta superioridad basada en la auto-conciencia, la razón y la inteligencia solo es una ilusión, que ni somos la especie elegida por un supuesto ser superior, algo con lo que los no-creyentes estarán de acuerdo, ni tampoco existen todas esas atribuciones espirituales que habitualmente asignamos al género humano. Solo somos una especie más, que gracias al desarrollo de su inteligencia y su habilidad para modificar el entorno se ha propagado por el mundo como una plaga, amenazando con alterar el equilibrio natural y amenazándose a sí misma con la extinción.

"Quienes deseen realmente huir del solipsismo humano deben evitar los lugares vacíos. En lugar de retirarse al desierto, donde se verán confrontados de nuevo con sus propios pensamientos, harán mejor buscando la compañía de otros animales. Un zoo es mejor ventana desde la que contemplar el mundo humano que un monasterio"

No solo las religiones deistas como el Cristianismo, Judaismo e Islam son puestas en tela de juicio, también lo serán el humanismo y la fe en el progreso humano y la tecnología, también el ateismo y cualquier idea de trascendencia que nos haga sentirnos "especiales" por encima de cualquier otra forma de vida... más numerosos, más inteligentes y también más criminales. Jhon Gray no deja lugar a dudas, no deja ningún resquicio que nos salve... ataca no solamente a las religiones sino también la fe en la tecnología y el progreso humano, las ideas de que un futuro será forzosamente mejor y también carga contra todo tipo de idealismo, las virtudes y la bondad son papel mojado cuando está en juego nuestra supervivencia, la idea de justicia y la ética poseen una forma variable en función también de las modas y las circunstancias... nada hay de sagrado en la vida humana, los valores universales son meras convenciones carentes de sentido, la historia nos lo demuestra una y otra vez.

También aborda asuntos como la inexistencia del yo, realiza una feroz crítica a la filosofía occidental y sus ideales platónicos, algo en lo que estaría de acuerdo Michel Onfray... solo que John Gray va mucho más lejos al afirmar que también el humanismo es una falacia, es la sustitución de unos ideales cristianos por otros del mismo tipo. También se despacha a gusto contra aquellos que atacan la religión y se denominan ateos... para Gray solo son la otra cara de la misma moneda ya que al definir algo como negación de otra cosa de forma indirecta la están reivindicando y otorgándole existencia.

"Pero no podemos alcanzar el desinterés amoral de los animales salvajes ni el automatismo sin elección de las máquinas. Quizá podamos aprender a vivir con mayor ligereza, con menor carga moral. Pero no podemos retornar a una existencia puramente espontánea"

Gray no pierde demasiado tiempo en atacar las ideas de las religiones, consciente de que ellos mismos son sus peores enemigos, sobre todo carga contra la idea de progreso humano, el progreso tecnológico es real pero es una utopía pensar que en el futuro próximo este se vaya a extender a la conciencia o a la humanidad en su conjunto... en definitiva una visión desgarradora, oscura, pesimista, cruda... pero que uno no deja de preguntarse al toparse con la misma si no será completamente auténtica, si todos los ideales del mundo no son realmente, como apunta Gray, fruto del autoengaño necesario para vivir y seguir adelante.

"Ha surgido una economía próspera de psicoterapeutas, religiones de diseño y boutiques espirituales. Pero detrás de todo ello se esconde también una ingente economía gris de industrias ilegales que proporcionan drogas y sexo. La función de esta nueva economía, tanto la legal como la ilegal, es entretener y distraer a una población que, aunque esté ahora más ocupada que nunca, tiene la secreta sospecha de que sus esfuerzos no sirven para nada.

 La industrialiación creó la clase obrera. Ahora, esa misma industrialización la ha vuelto obsoleta. Si un colapso económico no le pone freno, acabará haciendo lo mismo con casi todo el mundo."


 ¿Que nos queda pues?... si renunciamos a las religiones pero también proclamamos la inexistencia de sus valores universales, así como a los valores esgrimidos por los humanistas y la filosofía, si abandonamos toda ilusión de progreso, toda idea de que un futuro será mejor, de que alguna vez cesarán, o al menos se reducirán drásticamente el sufrimiento y la injusticia, ¿que nos queda si excluimos de la vida todo deseo de trascendencia y toda idea de que estamos aquí para algo?... 

"Los demás animales no suspiran por una vida inmortal. Ya la tienen. Incluso los tigres enjaulados viven su vida sin tener apenas conciencia del tiempo. Los seres humanos no pueden alcanzar ese momento interminable. Sólo pueden tomarse un respiro del tiempo cuando dejan de soñar con la inmortalidad. "

"Los demás animales no necesitan propósito alguno en su vida. Siendo, como es, una contradicción para sí mismo, el animal humano no puede vivir sin uno. ¿Tan inconcebible nos resulta que el objetivo de la vida sea sencillamente ver?"



Lo mejor: Breve, directo y contundente... John Gray es un pensador radical que no hace prisioneros, corta por lo sano y sin anestesia. En este libro realiza un retrato descarnado, cruel y por desgracia demasiado vívido del ser humano, nos pone en nuestro sitio vamos... muestra como una falacia la idea de sustituir unos ideales y unos valores por otros, para él todos son más de lo mismo, incluso los más nobles y elevados pueden justificar los mayores crímenes y atrocidades, la historia reciente nos lo muestra una y otra vez. La presunción de que somos mejores que las demás especies y sobre todo que podemos llegar a serlo... , forma el verdadero punto clave del libro. Es uno de esos libros que son de lectura obligada para entender el mundo en el que vivimos ahora, la historia y la evolución futura de la sociedad humana... se esté o no de acuerdo con lo expuesto en el mismo es simplemente imprescindible... eso sí, no es apto para estómagos y sensibilidades delicadas, más de uno sentirá deseos de arrojar este libro al fuego, y es que la verdad es especialmente dolorosa cuando te la escupen a la cara sin miramientos.


Lo peor: Una demolición sistemática... ¿alguna alternativa?, ninguna, Gray nos dice también que las cosas van a seguir como están o si acaso evolucionar a peor, que no tenemos remedio, que solo somos simios con aires de grandeza no mejores que los que corretean por la sabana africana... que somos una enfermedad del mundo y que antes o después el planeta lanzará sus anticuerpos para exterminarnos como la plaga que somos, o bien que nosotros mismos crearemos las condiciones para ello... es inevitable... pues vale, ahora dormiré mucho mejor. En definitiva, nos viene a decir que da igual que sigamos durmiendo o no, que es lo mismo... de modo que mejor seguir con nuestras fantasías de un mundo futuro más justo, de que la vida tiene sentido, de que existen verdaderamente los ideales, la bondad, la belleza, la verdad... y que podemos evitar ser como somos. Conclusiones tristes y pesimistas ¿reales? ... que cada lector lo juzgue por sí mismo.





3 comentarios:

  1. 1)

    El libro es genial, pues es uno de los pocos ateos coherentes con los que nunca me he topado.

    Gray se queja de que la ideología dominante de occidente es el humanismo.
    Soy ateo y odio el humanismo, dice.

    La razón de su odio se debe a que el humanismo no es nada más que cristianismo desacralizado.

    Gray asegura que el hombre moderno ha demostrado lo errado del cristianismo, y la ausencia de la existencia de Dios alguno.

    No obstante, nuestro humanismo es simplemente una versión secular del cristianismo.

    De este modo lamenta que el humanismo no es fiel al darwinismo ni al ateísmo, y que se ha convertido en la nueva religión, de ahí que lo escriba con H mayúscula.

    Una auténtica visión naturalista del mundo, no da lugar a esperanza secular alguna.
    Eñ problema del Humanismo es que no es fiel a sus raíces darwinistas.
    El Humanismo ha sido hecho cautivo por el cristianismo que le precede.
    [...]
    El cristianismo ve la historia como la entrada del pecado y su redención, el Humanismo transforma esto en salvación del proyecto de emancipación humana; la idea de progreso es la versión secular de la creencia cristiana en la Providencia; la idea de progreso reposa en la creencia que el aumento de conocimiento y la evolución de la especie van de la mano, si no ahora, a la larga.

    No obstante, el mito bíblico de la caída del hombre contiene la verdad de que el conocimiento nos hará libres


    Cierto, si Dios no existe, no hay progreso pues el ser humano es simplemente un animal sin destino alguno.
    La idea de progreso es cristiana en su optimismo, algo infundado para el naturalismo.

    El progreso es la creencia de que utilizando los nuevos poderes del conocimiento científico, los seres humanos se liberarán a sí mismos de los límites que enmarcan la vida de los otros animales.

    Darwin demostró que los seres humanos son iguales a los otros animales.
    El Humanismo dice que no.

    El Humanismo insiste que utilizando nuestro conocimiento, podremos controlar nuestro medio, y florecer como nunca, reproduciendo una de las creencias cristianas más discutibles: que la Salvación está abierta a todos.
    [...]
    No hay nada en el mundo que podamos llamar progreso.


    Más adelante afirma que no hay tal cosa como conciencia.

    E inmediatamente después...
    Niega la idea de Verdad.

    El Humanismo afirma que a través de la ciencia el hombre conocerá la Verdad y esta les hará libres (cita de Jesús).

    Pero si la idea de la selección natural darwinista es verdad, esto es imposible.
    La mente humana, por mucho que triunfe su evolución, no conocerá la Verdad.


    ...













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  2. 2)

    Más adelante critica la idea humanista de que los seres humanos son animales 'especiales'.

    El cristianismo dice que los seres humanos son especiales porque están creados a imagen de Dios, mientras que el Humanismo también se distingue -infundadamente- del resto de animales.

    No hay significado, dice, si Dios no existe las cosas no tienen significado, pues lo que hoy está Bien mañana puede estar mal.

    Lo fascinante es cuando dice que en ninguna otra cultura -aparte de la cristiana- se cree que la historia de la humanidad tenga significado.

    Esta idea es otro calco del cristianismo.

    Igual que la idea de 'personas', pues la consecuencia lógica del ateísmo es ver a los seres humanos simplemente como animales, tan llamados a desaparecer como el resto.

    Podemos disculpar la idea de 'persona' en los cristianos, para ellos la idea de 'persona' emana de una divinidad de la cual los hombres son imagen, pero tan pronto deshechamos al cristianismo hemos de poner en duda la idea de 'persona'.

    Bravo, porque es de los pocos que tiene el valor de encarar las consecuencias de su idea.

    Según Gray, de la ausencia de verdad, significado y persona, se desprende la ausencia de responsabilidad.

    Cierto, ningún león es responsable de devorar a su presa, pues sigue un proceso natural y darwinista: la imposición de los más aptos.

    Para no hacer esto más largo de lo que es -está siendo muy largo- Gray dice que cuando un ateo es coherente con su credo, en seguida algún demagogo le saca a colación el Holocausto.

    Pero dónde está el problema? dice.
    La evolución demuestra la supervivencia de los mejor adapatados.
    Todo lo que salga de ahí es influencia malsana del cristianismo y su llamado a defender a los débiles y desamparados.

    Y entonces nos cuenta la historia verídica del prisionero violado por un guarda en un campo de concentración.

    Las leyes del campo obligan a eliminar a todo aquel prisionero que no lleve toda su ropa, de ahí que el guarda le robe su gorro, en la esperanza de enterrar su delito.

    Sin embargo, el prisionero le roba el gorro a otro prisionero.

    En la cuenta matutina el prisionero dice,

    Conté los segundos a medida que los guardas contaban a los prisioneros.
    Quería que todo acabara.
    Llegaron a la fila 4. El prisionero sin gorro ni siquiera rogó por su vida, todos sabíamos las reglas del campo.
    No hubo necesidad de palabras.
    Un disparo sonó sin advertencia previa.
    [...]
    No quise saber quién era ese hombre, simplemente estaba contento de seguir con vida
    .

    Esto es alabado por Gray, pues en la selva no hay lugar para sentimentalismos.

    Como decía al principio, Gray es uno de los pocos ateos coherentes con su credo.

    Una ayuda valiosísima para mostrar a los ateos las consecuencias de sus ideas.

    Dice Gray,
    Se supone que la moral debe ser universal y categórica [...] pero la moral no es nada más que una fea superstición.

    Brutal...

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  3. Gracias por tu comentario, un día de estos me leeré otro libro de este autor, J. N. Gray no siempre es agradable de leer pero no se le puede negar su coherencia, su lucidez y su sinceridad.

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