"Tú eres muchas cosas, pero tu yo más importante no es el que intriga, sino el que queda cuando las intrigas no surten efecto. Tu yo más importante no es el que se regodea en su astucia, sino el que queda cuando esa astucia te abandona de una vez por todas. Tu yo más importante no es el que lleva las riendas de tu suerte, sino el que queda cuando esa suerte se ha agotado"
Ficha: El filósofo y el lobo, Mark Rowlands, Seix Barral, 282 páginas, ISBN: 978 843 223 18 65
En una de mis visitas a la Biblioteca Regional esta misma semana me dediqué a curiosear un poco por las estanterías de las secciones de filosofía y psicología, tal y como suelo hacer de vez en cuando y vi este libro, un encuentro casual que se convirtió en un flechazo instantáneo, apenas le eché una ojeada lo tomé en préstamo convencido de haber hecho una buena elección. Tras concluir su lectura hace pocos minutos puedo decir que acerté de pleno, me lo he leído en apenas dos sentadas.
De nuevo me las he visto con un un libro de divulgación filosófica, aunque este es diferente de cuantos he podido leer u ojear hasta ahora. Su autor un filósofo afincado en los Estados Unidos aunque originario de Gales (U.K.) nos relatará la historia de su relación con un lobo que fue su mascota durante algo más de diez años. La conmovedora historia que nos relata, posiblemente la más hermosa historia de amistad hombre-animal que ha sido escrita nunca, le dará pie a realizar abundantes reflexiones sobre la naturaleza humana, sobre todo aquello que nos distingue de los animales, la naturaleza del mal, e incluirá profundas lecciones filosóficas sobre el contrato social, la ética en su relación del trato entre hombres y animales y finalmente sobre el tiempo y el sentido de la vida.
En un lenguaje llano y directo donde nunca empleará jerga técnica alguna, este es un libro destinado al gran público, Mark retrocederá en el tiempo para hablarnos de su vida de veinteañero y recién graduado profesor de filosofía, como su extraña afición a los perros grandes le viene de familia y cual fue el proceso de encontrar a Brenin, el nombre con el cual bautizó a un cachorro de lobo que un vecino de Alabama, donde residía entonces, le vendió de forma ilegal.
Sus vicisitudes para cuidar y educar a un lobo, una tarea que deja las azañas de Cesar el "encantador de perros" a la altura del betún, el cambio que experimentó su ya de por sí singular vida al tener que andar acompañado del lobo día y noche... incluso se habituó a dar clases con el animal en clase, a base de engañar a todo el mundo negando la naturaleza real de su "perro"... no solamente en Estados Unidos, también en Irlanda y Francia todos picaron el anzuelo y confundieron al chucho, perdón lobo, con una raza exótica :-).
Anécdotas de su vida con el animal, los múltiples destrozos que realizó en su casa, como le hizo compañía a él, un ser solitario que nunca vio con agrado la compañía humana y que durante décadas se convirtió en un bebedor empedernido. Brenin a pesar de ser un lobo aportó a la vida de Mark una humanidad y un calor que nadie más podía darle, aparte de eso como filósofo hizo que se cuestionara muchas cosas. En un bello primer capítulo titulado "El claro" refiriéndose al símil entre un claro en un bosque que nos permite admirar la belleza del lugar al permitir que llegue la luz del sol, llega a identificar el claro en un bosque con la relación que tuvo durante una década con este animal.
Mark vivirá una aparentemente insulsa vida como profesor de filosofía aficionado a la bebida y también a la escritura. son numerosos sus libros aunque solamente han publicado en castellano otro aparte de este, huraño y renuente a establecer relaciones humanas que duren demasiado pero completamente encariñado con su animal hasta extremos conmovedores. Brenin se convertirá en un hermano para él, nos contará con pelos y señales su vida junto al lobo, sus paseos matutinos, sus diferentes estrategias para educarlo, su dolor cada vez que tenía que viajar y debía de mantenerlo encerrado en otro lugar. Mark sufrirá mucho más que el perro cuando en Irlanda tenga que mantener al animal seis meses en cautividad para pasar la cuarentena... el libro fue escrito años después de la muerte de Brenin y todavía confiesa su autor sentir el dolor que tal confinamiento le produjo y sus pesadillas al respecto, y sobre todo el sentimiento de culpa por haber incumplido su parte del "trato" con él.
Esta es una característica de la relación con el lobo, Mark probablemente porque es un tipo raro y encima filósofo... lo cual multiplica su "rareza" nunca se verá a sí mismo como superior al animal, en el libro no deja de cuestionar la supuesta superioridad humana sobre la animal, dará abundantes argumentos sobre ello, no en vano este es un libro de filosofía y pese a su aparente ligereza y riqueza de anécdotas es bastante serio y llega a sondear algunos temas de muy hondo calado. Por ejemplo nos ofrece una relectura nueva del famoso "contrato social" esgrimido por Thomas Hobbes cuestionando ese supuesto salvajismo del estado natural del hombre porque al fin y al cabo solamente entre hombres civilizados es posible esperar que se realicen acuerdos y precisamente solamente entre animales especialmente dañinos y perversos como los humanos es necesario que la moral sea pactada en un contrato legal... que invita de forma natural a su trasgresión.
Mark realizará un retrato de la naturaleza humana poco halagüeño, el simio que constituye nuestra naturaleza posee un cerebro extraordinario no ya para sobrevivir y adaptarse al mundo sino para realizar sus funciones sociales donde el engaño es básico, la sociedad humana tiene pues en el engaño y la detección del mismo su misma base. En contrapartida el lobo puede ser feroz pero es incapaz de engañar o de ser cruel o malicioso... estos defectos son exclusivos del ser humano, del simio del que hemos evolucionado pues en los primates superiores se observan conductas similares, refinadas manipulaciones que causarían la admiración del mismísimo Maquiavelo.
El cuestionamiento de este contrato social y la inclusión del mismo de los animales así como algunos comentarios sobre la justicia serán uno de los grandes temas filosóficos del libro. Otro que veremos muy extendido en su parte final es el siempre complejo tema del tiempo, y de como lo viven los humanos y como lo viven los lobos, el tiempo y su significación en relación con el sentido de la vida y la muerte... temas profundos, complicados, y en modo alguno agradables de leer, vamos que no se me ocurriría recomendarle este libro a nadie que necesitase una mejora de su estado de ánimo :-)
El autor dedica el libro a su mujer que en el momento de terminar el mismo se encontraba casi a las puertas de dar a luz a su hijo "Brenin", bautizado así en memoria de su hermano lobuno fallecido hace unos años, para que alguna vez cuando se pregunte acerca del porqué de su nombre la lectura de este bello, bellísimo libro, pueda explicárselo.
"Así que seguí corriendo, y Brenin conmigo, y los dos nos pusimos más en forma y más delgados y más duros. Este pragmático impulso por conseguir una buena forma no tardó en convertirse en otra cosa. En nuestras carreras juntos me percaté de algo a un tiempo humillante y profundo: me hallaba en presencia de una criatura que era, en lo más importante, incuestionable, demostrable, irremediable y categóricamente superior a mí. Ése fue un momento decisivo de mi vida."
"El tiempo de los lobos, intuyo, es un círculo, no una línea. Cada momento de su vida es completo en sí mismo, y la felicidad, para ellos, siempre se encuentra en el eterno retorno de lo mismo. Si el tiempo es un círculo, nunca más no existe, y, por tanto, la existencia de uno no se organiza en torno a la visión de la vida como un proceso de pérdida... Cuando no se tiene noción de nunca más no existe la sensación de pérdida. Para un lobo o un perro, la muerte sí es el límite de la vida, y por este motivo la muerte no ejerce su dominio sobre ellos."
Lo mejor: Ameno, hermoso, profundo y conmovedor... recomendable para todo aquel aficionado a la filosofía y que además le gusten los animales, toca muchos temas relacionados con los mismos y con nuestra responsabilidad para con el mundo animal y el trato y obligaciones que tenemos respecto a ellos. Es un libro además magníficamente escrito con una buena cantidad de frases y textos memorables, una de esas obras que nace con vocación de clásico. Reflexión profunda y una enorme carga emotiva que habrá hecho llorar a más de un lector, confieso que casi lo consigue conmigo. En resumen, un libro extraordinario de los que no hay que perderse.
Lo peor: El relato en ocasiones es duro, es complicado leerlo en algunos momentos con serenidad sin sentir una punzada en el estómago dada la habilidad que Mark posee a la hora de trasladar su estado de ánimo al lector. Aunque Mark trata de evitarlo en la medida de lo posible, y son loables sus esfuerzos, no puede evitar caer en la trampa de "humanizar" a los animales de los que habla.