"Pues la riqueza, aparte de satisfacer las necesidades reales y naturales, tiene muy poca influencia sobre nuestro auténtico bienestar; al contrario, éste puede ser menoscabado por las numerosas e inevitables zozobras que la conservación de una gran fortuna llevan consigo. Y sin embargo, los hombres se afanan cien veces más en adquirir riquezas que en cultivar su espíritu; y ello a pesar de que está fuera de toda duda que lo que uno es contribuye mucho más a nuestra felicidad que lo que uno tiene."
Ficha: "Aforismos sobre el arte de vivir", Arthur Schopenhauer, editorial Alianza, 356 páginas, ISBN: 978-84-206-0961-4
Recientemente está siendo editada la obra completa de Schopenhauer en formato de bolsillo por la editorial Alianza, una ocasión perfecta para adentrarme en la filosofía del gran pensador alemán. En mi empeño de leer este año menos obras sobre filosofía y más obras filosóficas tenía que buscar autores que poseyeran un lenguaje comprensible y escásamente técnico... a la par que fuesen interesantes, Schopenhauer cumple con creces todos estos requisitos, no en vano se le considera uno de los mejores escritores en lengua alemana de todos los tiempos. Su prosa elegante y brillante, exenta en general de los tecnicismos y estilo oscuro que han dado mala fama a la filosofía, convierte su lectura en todo un placer.
Este libro forma parte de aquella obra tardía llamada "Parerga y paralipomena", es decir obras secundarias y apéndices, que fue la que lo encumbró a la fama en los últimos años de su vida. Su obra principal con diferencia, y por la que ha pasado a la historia de la filosofía, es como todo el mundo sabe "El mundo como voluntad y representación". Obra que fue sistemáticamente ignorada, muy a su pesar, por sus contemporáneos y que fue redescubierta gracias precisamente al éxito logrado por esta otra obra menor mencionada de la que este libro forma parte.
Schopenhauer por lo tanto debió mucho a esa obra menor, se pasó media vida sufriendo por lo que consideraba una gran injusticia y he aquí que el gran público descubre su obra maestra a través del éxito de otra considerada por su propio autor como secundaria... así lo quiso el destino. El hecho de que "Parerga y paralipomena" fuese considerada una obra secundaria no significa que fuese banal, nada en Schopenhauer lo es, le dedicó según palabras del fillósofo "seis años de trabajo diario". De esta obra he hablado ya anteriormente en este blog en aquel tríptico que comenté sobre las obras de tres filósofos, los "Fragmentos para la historia de la filosofía" eran uno de los tres libros comentados en aquel artículo, libro incluido al igual que este en esas obras secundarias y apéndices.
Resulta chocante, tal y como comenta muy bien Franco Volpi en el prólogo, que un pensador tan pesimista como Schopenhauer nos ofrezca esta obra destinada, aparentemente, a la consecución de una vida feliz ya que él no creía en absoluto en la posibilidad de la felicidad humana... y no, Arthur no se mofa de sus lectores ni tampoco reniega de ningún pensamiento anterior, simplemente nos ofrece una obra destinada a mitigar el sufrimiento de nuestra vida en la medida de lo posible, sigue por lo tanto los pasos de ese otro gran pensador, muy admirado por Schopenhauer, que fue Baltasar Gracián, cuya obra "El arte de la prudencia" fue traducida por Arthur al alemán. Ambas obras poseen este vínculo en común, el intentar instruir al lector en los peligros del mundo y en la necesidad de estar alerta ante los mismos, y sobre todo en la necesidad de llevar una vida donde la reflexión ocupa un lugar importante.
El libro consta de dos partes cláramente diferenciadas, en la primera tomando una idea que se inspira en Aristóteles, Schopenhauer divide los elementos principales que influyen en la felicidad humana en tres apartados, lo que uno es, lo que uno tiene y lo que uno representa, para a continuación dedicarle un capítulo a cada uno de los mismos. En la segunda parte escoge cincuenta y tres máximas, o pensamientos, que considera los más importantes de la sabiduría de todos los tiempos y los va desarrollando con desigual extensión, agrupándolos en distintos apartados, generales, concernientes a la conducta con nosotros mismos, nuestra conducta con los demás, nuestra conducta en relación con el mundo y con el destino y finalmente un apéndice con el tema de las diferencias entre las edades de la vida.
El libro, tal y como apuntaba antes, está redactado en un estilo ameno y elegante, abundan en el mismo las citas griegas, latinas, alemanas e inglesas... pero siempre con la traducción al pie del propio Schopenhauer o bien del editor cuando la obra original carece de la misma, lejos de hacer pesada la lectura proporcionan puntos de referencia reforzando siempre lo expuesto por su autor de una forma concisa y certera. Está claro que Arthur escribió esta obra para el gran público, nada hay en la misma que pueda resultar complicado de entender, y lo hizo a su manera, sin caer en vulgaridad alguna y conservando intacto su sentido de la ironía, sus ideas personales y sus en ocasiones polémicas opiniones. Schopenhauer era un escritor apasionado y poco indulgente, le gustaba llamar a las cosas por su nombre.
Lejos de ahondar en ese pesimismo que como una estúpida etiqueta se le ha endosado a modo de sanbenito, Schopenhauer nos hace partícipes de su concepción de la vida que es mucho más rica que eso. El libro habla sobre todo de la necesidad de ser auténtico, de cultivar el propio espíritu, de aprender desenmascarar las falacias y las mentiras que adornan la vida, exhortan a ser prudentes a la hora del trato con los demás y sobre todo a ser nosotros mismos. No puede evitar dejar mucho de sí mismo en esta obra. Él personalmente escogió el camino del aislamiento y la soledad, la soledad será vigorosamente defendida a lo largo de buena parte del libro, Schopenhauer la consideraba un mal menor y pensaba que la capacidad de un hombre de soportarla estaba en relación proporcional con su inteligencia. Estamos pues ante toda una declaración de principios, no solamente nos indica el sendero a recorrer sino que nos hace, de forma indirecta, partícipes de su personal visión sobre la vida, la que él mismo le tocó vivir y sufrir.
A. Schopenhauer es un hijo de su tiempo y sus circunstancias personales, de ahí algunas ideas que esgrime en este libro que habría que "cogerlas con pinzas"; ideas tales como su pobre concepto de la mujer, fue un misógino feroz toda su vida, o sobre la raza negra, o sobre las relaciones sociales, pero una vez separado el grano de la paja, hay bien poca en mi opinión, el resultado es magnífico. Lo confieso, he disfrutado con la lectura de este libro. Estamos ante un pensador original y apasionado, por momentos pesimista y antipático, pero también tremendamente incisivo y mordaz. En una ocasión escribió que leer a los clásicos era como "abrir una ventana para dejar entrar el aire fresco", he tenido esa sensación leyéndole.
"... los grandes dones del espíritu aíslan a su portador de los demás hombres y de sus quehaceres, que cuanto más tiene alguien en sí mismo menos encuentra en los demás, y que cientos de cosas que satisfacen plenamente a los demás son consideradas por él como frívolas e inútiles; todo lo cual pareciera confirmar aquí una vez más la vigencia de la ley universal de la compensación; pues no en balde se afirma a menudo, y no sin cierta verosimilitud, que el hombre de espíritu obtuso es en el fondo el más dichoso, por más que no se trate de una felicidad digna de envidia."
Lo mejor: Este libro es la culminación del pensamiento de Schopenhauer, la cúspide de su filosofía, una especie de testamento vital... no está encuadrado en su obra principal, aquella que constituye el meollo y grueso de su pensamiento filosófico pero en cambio proporciona la conclusión a la misma. Lúcido, inteligente, irónico y mordaz en ocasiones, en otras revestido de una profunda humanidad... ya se sabe que su vida personal no fue precisamente ejemplar y algunas de sus opiniones forzosamente tienen que chirriar en los oídos de un lector de nuestro tiempo, sin embargo vale la pena leerle aunque en ocasiones nos proporcione bocados ásperos y difíciles de tragar.
Lo peor: Que la etiqueta de pesimista que se le adjudicó en su época, y que realmente se ganó a pulso, eche para atrás a alguien a la hora de leerle, la filosofía de Schopenhauer abarca un espectro inmenso, tan grande como la vida misma y no puede ser reducida a un simple cliché. Encuentro realmente alucinante el hecho de que fuese durante mucho tiempo un filósofo marginado y menospreciado.
hola me interesa mucho este libro pero también el de "el arte de insultar ", "el arte de tener siempre la razón "y el libro que leíste "el arte de vivir" ¿cual me recomendarías leer primero?
ResponderEliminarDe Schopenhauer solamente me he leído este por eso no te puedo recomendar ningún otro. Seguro que cualquiera de los que comentas también están bien, sin embargo si no has leído nada de este filósofo yo empezaría por este ya que en cierto modo es como una conclusión de su filosofía. Apuesto a que no será lo único que terminas leyendo de este autor :-)
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