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domingo, 11 de diciembre de 2016

La segunda guerra mundial contada para escépticos



Ficha "La segunda guerra mundial contada para escépticos", Juan Eslava Galán, Editorial Planeta, 750 páginas, ISBN: 9788 408 150 213

A estas alturas no tengo duda alguna de que Juan Eslava Galán es mi escritor de divulgación histórica favorito, comencé a leerle hace menos de dos años y con este ya son cuatro los que comento aquí, y es bastante probable que siga aumentando la cuenta ya que el ensayista no deja un momento la pluma quieta publicando un libro al año. 

En todos los que he leído de este autor, que se podrían encuadrar en una serie denominada "historia para escépticos", se ensaya el mismo formato y están escritos con el mismo estilo: capítulos breves, de unas pocas páginas cada uno y centrados en un tema o episodio histórico en concreto, un lenguaje llano y directo, y sobre todo un sentido del humor cargado de ironía que en ocasiones sirve para aligerar la carga dramática de lo narrado, y en otras ocasiones simplemente proporcionar anécdotas y chistes que capten el interés del lector y su curiosidad no ya por conocer la historia en sí, pues creo que los lectores de sus libros en su gran mayoría ya conocen de sobra el tema del que habla, sino sorprenderles con historias secundarias y anécdotas ya no tan conocidas, de hecho abundan aquellas que los lectores habituales del género histórico desconocen.

Como todo el mundo sabe la segunda guerra mundial ha sido la guerra más universal y destructiva de las que ha protagonizado el ser humano, se libró, o implicó, a países de los cinco continentes y todavía se discuten sus cifras de víctimas según la fuente que se consulte, pero está claro que no bajan de setenta millones, con los años las cifras han ido "engordando" conforme se han conocido más fuentes y se han afinado los cálculos, condensar en un libro esos casi seis años de locura y proporcionar al lector una cantidad exhaustiva de datos es poco menos que imposible, sin embargo el libro de Juan Eslava consigue que nos hagamos una buena idea de la magnitud del conflicto, presentarnos a los principales actores del drama, y sobre todo no dar respiro al lector. El formato elegido, ese estilo ágil y directo, la búsqueda constante de la anécdota exponiendo no solamente números y cifras, que también los hay, sino sobre todo el factor humano presente en toda guerra, hace que dificilmente se pueda leer un ensayo sobre la segunda guerra mundial más ameno y entretenido que este. Personalmente lo considero poco menos que ideal a modo de introducción sobre el tema.

En general predomina la idea entre la mayoría de los historiadores de que la segunda guerra mundial fue un conflicto que se podía haber evitado con cierta facilidad, no se hasta que punto ello es cierto, pero la verdad es que examinando los hechos "a toro pasado" más bien resulta fácil llegar a la conclusión contraria, al igual que sucede con la primera guerra mundial... si las penosas condiciones tras los tratados de Versalles que sumían a Alemania en dificultades sumamos la humillación y los efectos de una crisis mundial... es natural pensar que antes o después llegaría algún político hábil y sin escrúpulos como Hitler a alcanzar el poder. Encontró un terreno más que favorable para que sus ideas, un batiburrillo de pseudo-historia y pseudo-ciencia calasen en una población desesperada que estaba dispuesta a creer a todo aquel que le proporcionase esperanza y les devolviese el orgullo perdido, indudablemente este siniestro personaje y su pandilla supieron encontrar el punto débil de sus crédulos y disciplinados paisanos. Y naturalmente viendo como acabó todo es complicado que hubiesen podido elegir a alguien peor.

En el libro nos vamos a encontrar de todo, un afilado e iconoclasta retrato de los principales protagonistas, la sucesión de hechos que como en una montaña rusa parecieron encadenarse y lanzar al mundo a toda velocidad hacia la barbarie, el desarrollo de las armas, las operaciones militares, el porqué de cada una de las mismas, la situación prebélica... veremos como una vez que Hitler llegó al poder el conflicto era poco menos que inevitable, que el estado alemán se encontraba en una virtual bancarrota y tan necesitado de una guerra expansionista en busca de recursos que la misma se volvió prácticamente en inevitable... mucho más claro incluso se ve en el caso de Japón, lanzado a una política militar agresiva a la que intentaron poner freno las potencias occidentales con un embargo de materias primas, sin darle otra salida que el colapso económico o la guerra... tras los éxitos alemanes en los comienzos del conflicto era imposible que un gobierno militarista, que admiraba y tenía como ejemplo la Alemania Nazi escogiese la paz.

Las principales operaciones militares, los crímenes, los campos de concentración, la batalla diplomática, la guerra tecnológica, la guerra librada por la inteligencia destinada a descifrar códigos, las operaciones de simulación, los sufrimientos de la población civil, el terror de los bombardeos... Juan Eslava además nos obsequia con una serie de capítulos donde se explica muy bien el papel de España y su régimen ante los acontecimientos de aquella guerra... y como la versión oficial sobre la "neutralidad" de Franco es una "milonga" que se nos ha contado muchas veces, el invicto caudillo hubiese deseado una victoria de Hitler y los fascismos europeos ¡cómo no!, fue la suerte y la astucia del militar lo que le permitió navegar a dos aguas y evitar tanto una participación decidida a favor de Alemania como las represalias que merecía por parte de las potencias vencedoras. La relación entre España y la segunda guerra mundial quedará muy bien reflejada en el libro... aunque para los lectores de "Los años del miedo", son temas ya de sobra conocidos... nos vamos a encontrar con un "corta y pega" sobre unos cuantos asuntos, en especial sobre la entrevista de Franco con Hitler en Hendaya y la participación de la División Azul en la campaña de Rusia, pero era algo normal.




Quiero destacar por último la colección de bonitas fotografías, la mayoría en color, que adornan el libro, muy bien escogidas... al igual que las anécdotas que lo salpican, es como si el escritor se hubiese dicho a sí mismo "a ver que le cuento a aquellos lectores que ya conocen de sobra la historia para sorprenderles y darles algo nuevo que seguramente no conocen", y la verdad es que lo hace de forma sobresaliente. 







Lo mejor: El lector que simplemente quiere instruirse y de paso pasar un buen rato difícilmente encontrará libros de divulgación histórica más entretenidos que los de Juan Eslava, en ellos encontrará multitud de datos curiosos que NO suelen leerse en los libros habituales del género, y que sorprenderán a más de uno. Además aparecen pronto en ediciones baratas de bolsillo, como la que he comentado aquí, vienen profusamente ilustrados y por supuesto acompañados de una copiosa bibliografía para aquel que quiera seguir profundizando en el tema ¿se puede pedir más a un ensayo histórico? ... por mi parte desde luego que no. Vamos que estamos ante el libro ideal para entretener, refrescar la memoria, aportar una buena cantidad de datos curiosos y sobre todo para intentar entender qué ocurrió en aquellos terribles seis años, los más oscuros y terribles de la historia humana.

Lo peor:  No todo iba a ser bueno, aunque casi ;-), evidentemente sobre cualquier tema expuesto aquí sobre la segunda guerra mundial hay libros que aportan una cantidad mucho mayor de datos, especialmente por ejemplo en lo que se refiere a los detalles de las operaciones militares... para el lector ávido de detalles sobre batallas y movimientos de tropas con una descripción detallada de cifras y listados de unidades, y también para todos aquellos deseosos de tratar el tema en profundidad desde el punto de vista político, para todos aquellos que ya han acumulado una buena cantidad de lecturas sobre este periodo histórico está claro que este difícilmente puede ser un libro satisfactorio. Y por supuesto... de la misma forma que un chiste puede hacer gracia, o no, pero también puede molestar, alguien habrá a quien el tono general de ironía del libro no le parezca apropiado.


sábado, 15 de octubre de 2016

Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie

"Ninguna política se ha de fundar en la decisión de exterminar al adversario; no solo -y ya es mucho- porque moralmente es una abominación, sino porque, además, es materialmente irrealizable; y la sangre injustamente vertida por el odio, con propósito de exterminio, renace y retoña y fructifica en frutos de maldición; maldición, no sobre los que la derramaron, desgraciadamente, sino sobre el propio país que la ha absorbido para colmo de la desventura"

Manuel Azaña. 18 de julio de 1.937



Ficha: "Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie", Juan Eslava Galán, Editorial Planeta, 400 páginas, ISBN: 9788 408 114635

Cuenta el autor que un día reunido con Arturo Pérez-Reverte y Fito de Cózar en un bar de Jaén, Arturo le preguntó por el libro que andaba escribiendo, a lo que Juan Eslava le contestó, -todavía no tiene título. Es una historia de la guerra civil que no le va a gustar a nadie-, -Ése es el título-, le contestó Arturo.

Si hay un tema en España que todavía es capaz de tocar la fibra sensible es precisamente el de la guerra civil, parece mentira que en julio de este año se hayan cumplido 80 años desde su inicio y que estemos todavía así. Todavía andamos liados con recriminaciones de unos y a otros, todavía con heridas sin cerrar y sobre todo seguimos sin poder pasar página y ver el tema sin apasionamiento y con un poco de objetividad.

Dicen, y es verdad, que la historia la cuentan los vencedores, durante muchos años hubo una "versión oficial" de lo ocurrido llena de mentiras y medias verdades, había que justificar aquel monstruoso baño de sangre y alabar al poder constituido literalmente sobre decenas de miles de cadáveres, en su gran mayoría de gente inocente de otro crimen salvo el de no pensar igual que el gobierno... tras la muerte del dictador llegó el cambio de régimen y llegaron también otras versiones del conflicto, y aquellos que fueron pintados primero como unos desalmados que querían destruir el país y provocar una sanguinaria revolución empezaron a aparecer como unos defensores de la legalidad y unos luchadores por la libertad ¿en qué quedamos?... hoy encima asistimos a un nuevo "revisionismo" de falsos historiadores que quieren volver a dar otra vuelta de tuerca al asunto y en un "más difícil todavía" pretenden hacernos comulgar con ruedas de molino adelantando incluso la fecha del estallido de la guerra a 1.934... nos guste o no, la Guerra Civil Española sigue dando trabajo a los historiadores, vendiendo libros y ocupando su parcela de actualidad. Ahí está esa Ley de Memoria Histórica que pretende restañar heridas, eliminar símbolos del antiguo régimen, y devolver un poco la dignidad a las familias de represaliados cuyos huesos descansan hoy todavía bajo las cunetas. Y claro, eso molesta a algunos que no ponen por ejemplo objeción alguna a la beatificación de religiosos asesinados en dicha guerra... incluso hoy ochenta años después todavía la Guerra Civil sigue siendo usada con fines políticos por unos y otros, vamos para lo de siempre, para al final fomentar la división sin llegar a ninguna parte... y es que los españolitos somos especialmente negados a la hora de pasar página, y únicos a la hora de encontrar motivos para el enfrentamiento.



La verdad es tan terca como incómoda, de ahí que Juan Eslava se ha metido voluntariamente en un avispero con este libro, sabiendo de antemano que ofrecer una visión cruda y realista de lo acontecido en aquellos años terribles, sin un marcado viraje a la izquierda o a la derecha, iba a hacer que le llovieran tortas desde ambos lados.



No, definitivamente España no necesitaba un conflicto a gran escala ni un golpe militar para evitar ningún mal mayor ¿puede haber algo peor que lo que sucedió?, ni tampoco la Segunda República era un régimen precisamente ejemplar... el radicalismo revolucionario de unas izquierdas, anarquistas incluidos, que miraban con esperanza a la URSS y sus experimentos de ingeniería social, ni el extremismo reaccionario de grupos de extrema derecha, CEDA y Falange, que se identificaban con los fascismos europeos en auge en aquel momento, podían traer nada bueno. La verdad es que en los meses anteriores al estallido de la guerra la situación política se había convertido en un polvorín... pero también es verdad que el golpe de estado se estuvo fraguando durante años. Aunque no se hubiese asistido a la escalada violenta del asesinato del teniente Castillo y sobre todo al de Calvo Sotelo, el dispositivo golpista se hubiera puesto en marcha igualmente.

Solo este clima de violencia y tensión acumulada podía explicar que desde el comienzo del conflicto y antes de que terminase el año hubiesen fallecido en España, no ya en los enfrentamientos armados... al fin y al cabo una guerra es una guerra siempre, sino ante los pelotones de fusilamiento, muchos miles de españoles, realmente en aquellos meses hubo muchos más asesinados por motivos políticos que muertos en combate. Hoy afortunadamente, a pesar de que todavía queda algo de aquellas "dos españas" por desgracia en el plano ideológico, cuesta mucho trabajo imaginar una situación parecida, ni podemos tampoco enjuiciar a sus protagonistas con los baremos actuales porque tampoco la Europa en la que se encuadraba aquella España es siquiera parecida.

No, ni la versión de la cruzada liberadora destinada a salvar la patria de unos malvados enemigos, ni la de los valerosos defensores de la libertad derrotados injustamente por la supremacía armamentística de un enemigo superior en medios se sostienen. Fue una carnicería sin igual, donde para la mayoría la pertenencia a uno u otro bando se debió a causas puramente accidentales, y donde más valía guardar las apariencias ante todo. Naturalmente que hubo ideología, a porrillo, posiblemente ninguna guerra ha sido tan politizada como aquella que libraron nuestros abuelos, y bisabuelos para las generaciones más jóvenes, pero seguramente quitando un pequeño porcentaje de idealistas y fanáticos los españoles de a pie hicieron lo que han sabido hacer siempre muy bien a lo largo de la historia, sobrevivir como sea... si tocaba levantar el puño y apoyarlo en la sien para cantar la "Internacional" o si tocaba levantar el brazo en alto, cantar el "cara al sol" y acudir a misa cada domingo... pues se hacía y en paz.

Ejemplos de esto lo tengo en mis dos abuelos, uno se echó al monte y se escondió para evitar que lo alistaran los milicianos, el otro se vio enrolado, con mejor o peor fortuna, en la Guardia de Asalto al poco de empezar la guerra y pasó la guerra en Jaén... de allí pasó como todo "rojo" por un campo de concentración al terminar la guerra, donde pasó más hambre que el perro del afilador, pero sobrevivió, otro familiar mío, un tío de mi madre, sí estuvo en el frente pero se limitó a pasar la guerra en la trinchera "disparando para donde me decían que estaba el enemigo"... hubieron muchos que se implicaron ideológicamente en la guerra, por supuesto, pero leyendo el libro de Juan Eslava uno tiene la sensación de que había que hacer realmente pocos méritos, muy pocos, para merecer un puesto en la fila de turno delante de la tapia del cementerio.




Cincuenta mil asesinatos en la zona republicana, ciento cincuenta mil en la zona nacional... más otros cincuenta mil de propina al terminar la guerra en la represión que siguió. La misma furia, más sistemática y metódica en el bando nacional eso sí, pero igual de encarnizada.

Demasiada sangre por todas partes, la República perdió muy pronto la guerra... prácticamente desde el principio se comportó como un boxeador que está KO técnico, que sigue de pie aunque falla todos los golpes y solo le queda ya un traspiés para caer a la lona. Nunca en la historia ha ganado una guerra el bando que divide sus fuerzas y pierde el tiempo en conflictos internos, un gobierno impotente a la hora de poner disciplina y dirigir el esfuerzo de guerra tenía forzosamente, antes o después, que perder. Demasiadas divisiones internas, demasiados errores, demasiados puntos diferentes de vista... o se metía la pata, o se mostraban incapaces de aprovechar los aciertos cuando los había, mucha mala suerte... pero también mucha chapuza "made in Spain", y es que organizar una guerra cuando careces casi por completo de ejército y tienes que echar mano a voluntarios sin instrucción militar no es una tarea fácil.

El país tuvo muy mala suerte con los políticos y dirigentes, militares y civiles, que le tocaron en suerte... y solamente el espíritu de sacrificio y la entrega de muchos miles evitaron que Franco y sus tropas profesionales ganasen la guerra ya en 1.936. Alguna versión sobre el conflicto leí hace muchos años, claramente girada a la izquierda, donde su autor parecía sostener la tesis de que la victoria de la República pudo haber sido posible. Es verdad que los militares rebeldes y sus partidarios se encontraron en algunos momentos con dificultades, la aventura golpista no les salió gratis precisamente, y que el gobierno republicano tuvo importantes medios económicos y humanos, pero está muy claro desde el principio que supieron aprovechar todas las situaciones favorables que se les presentaron y mantuvieron un mando unido y disciplinado, no exento de visiones diferentes y desavenencias pero con la vista puesta siempre en el objetivo final por encima de todo, la victoria. Justo lo contrario que en el bando republicano donde en los primeros meses solo "marearon la perdiz". La diferente calidad y cantidad de la ayuda recibida del extranjero hicieron el resto... pero da la impresión de que Franco hubiese podido ganar incluso con bastante menos de lo que tenía en vista de la jaula de grillos que tenía enfrente.

Por ejemplo en la batalla más grande de la guerra, la Batalla del Ebro, la aviación republicana hizo aparición en escena al segundo o tercer día... y luego de forma esporádica, y eso en una operación planeada por el estado mayor republicano ¿y si aquello hubiese comenzado como iniciativa del bando rebelde?... el bando nacional siempre operó con eficacia y supo manejar sobre el terreno sus armas... de hecho la guerra no se terminó antes debido a que Franco no era ninguna lumbrera como estratega y porque aparte de los motivos puramente militares mezcló motivos políticos en sus decisiones, como por ejemplo el desviarse del camino a Madrid para liberar el Alcázar de Toledo, o negarse a atacar Cataluña o Valencia dejando al ejército del Ebro atrincherado frente a Gandesa. 

El libro de Juan Eslava es prolijo en historias, todas reales, y en detalles sobre el curso de los acontecimientos, como si de una novela de intriga se tratase va desgranando capítulo a capítulo los avatares de la guerra, denunciando tanto los crímenes de unos como los de los otros (hunos y "hotros" como los llamaba Miguel de Unamuno en plan despectivo). No descubrirá casi nada importante a cualquier lector bien informado sobre el tema de nuestra guerra civil, pero a cambio ofrece una visión desapasionada y realista... ¿sesgada hacia algún lado?, imagino que para algunos evidentemente les parecerá una visión "izquierdosa" al subrayar la política de terror sistemático de los rebeldes, otros podrán tildarla de "reaccionaria" al señalar los numerosos errores del gobierno republicano y su incapacidad para poner coto a los crímenes de muchos desalmados que empuñaron las armas supuestamente en su defensa, pero creo que si una obra sobre nuestra guerra civil se lleva críticas de ambos lados es que va por el buen camino.

Personalmente me ha sorprendido gratamente en algún que otro asunto, y me ha interesado especialmente el espacio dedicado al papel de la Iglesia Católica por su responsabilidad y falta de caridad cristiana durante, y después del conflicto. La misma ha sido habitualmente considerada principalmente víctima del conflicto, y lo es por supuesto, ahí están sus más de seis mil miembros asesinados en la zona republicana, un dato completamente objetivo (y terrible), pero también hay que contar con su papel directo no solamente en el apoyo ideológico al bando de Franco durante y tras la guerra, con aquellas incendiarias soflamas lanzadas desde los púlpitos animando a los fieles a luchar y matar en la "cruzada", sino su participación activa en la represión franquista, y no solamente de republicanos implicados en crímenes... vamos que esos seis mil mártires durante el conflicto fueron oportunamente "vengados" y por triplicado como poco. Tampoco conocía aquel intento de secuestrar a Franco en un vuelo de Salamanca a Sevilla, o los detalles de algún que otro enfrentamiento "menor"... y por supuesto las anécdotas, no todas tristes o terribles, que se cuentan en el libro que cuenta con una abundante provisión de documentos muy interesantes.


Lo mejor: Un libro en la línea de los que escribe Juan Eslava, instructivo, ameno, muy bien documentado, lleno de anécdotas y datos históricos, bien narrado... naturalmente no pretende ser un libro exhaustivo con sus 400 páginas sobre un conflicto tan complejo y apasionante como la Guerra Civil sobre el que se ha escrito tanto,  pero será difícil encontrar un trabajo más ameno y entretenido que este sobre el tema. Sin duda es el libro que yo recomendaría a aquel que desee empezar leer algo sobre la más mortífera y cruel guerra de nuestra historia.

Lo peor: No es un libro tan "rompedor" como promete, al menos a mí no me lo parece, y seguramente no levantó polémica alguna en un mercado ya saturado de obras sobre la Guerra Civil que pareció ponerse de moda hace diez años. Dudo mucho también que figure entre los favoritos de los aficionados a la historia, los hay mucho más ambiciosos, de mayor prestigio y que aportan muchísima más información al lector curioso.

lunes, 29 de agosto de 2016

Los años del miedo


Ficha: "Los años del miedo", Juan Eslava Galán, editorial Planeta, 572 páginas, ISBN: 9788408077053

Tras haber comentado en este blog su recomendable "La Primera Guerra Mundial contada para escépticos", me quedaron ganas de volver a leer algún ensayo más sobre historia de este peculiar autor, y he aprovechado este verano en el que me he encontrado este en una librería para seguir aumentando la lista. 

De nuevo me encuentro con un libro que no solamente proporciona una buena cantidad de datos y anécdotas para el lector curioso deseoso de saber más, sino que se lee casi de un tirón gracias a su ameno tono humorístico y a la colección de anécdotas que trae insertas en el texto. Nada de un ensayo típico al uso... nada de eso, capítulos en general breves, muy diversos, donde no solamente se aportan datos sobre aquella España negra, negrísima, de los inicios de la posguerra, sino que a modo de relato de ficción leeremos las andanzas de varios españoles dignos representantes de los tipos sociales de entonces... entre otros de un estraperlista bastante canalla, buena muestra de aquellos "vencedores" de la guerra civil que hicieron caja con la desgracia y necesidades de sus compatriotas, un trabajador hijo de un represaliado de la República en prisión, ejemplo de la España de los "perdedores" de la guerra que tuvieron que aguzar el ingenio para sobrevivir, un delincuente buscavidas de poca monta, y un cura superviviente del "terror rojo" digno representante del estamento eclesiástico que jugó un papel determinante en el apoyo ideológico al régimen.



Veremos transcurrir los años desde aquel mes de mayo de 1.939 en el que sonaban continuamente los disparos de los piquetes de ejecución y reinaba el más absoluto terror entre los supervivientes de la España Republicana, siempre pendientes del timbre de la puerta por si llamaba la policía de día o de noche, del país que una vez pasado lo peor y aunque estaba teóricamente en paz no dejaba de sangrar ni de sufrir. Penurias económicas, hambre, racionamiento, miedo, enfermedades derivadas de la desnutrición, vamos de la miseria en suma... un cuadro en el que cuesta reconocer la España de hoy pero que no está tan lejos en el tiempo y que vivieron los padres y abuelos de mi generación, la de los nacidos en los sesenta, la misma del actual jefe de estado. 

Planeando por encima de todo estaba la figura de un dictador, un autoproclamado "caudillo" que no fue más que un arribista con suerte que supo aprovechar las oportunidades que se le brindaron para deshacerse de sus enemigos políticos y una vez ganada la guerra y bien afianzado en el poder centró todo su mediocre talento en una sola causa.. agarrarse a la silla que ocupaba con desesperación. Solamente así se justifica que en una nación destrozada por una guerra civil el presupuesto del estado se destinara en casi su mitad a la policía y la defensa. Tenía muy bien aprendida la lección que en ocasión dictó un estadista romano, aquella que rezaba "ten contentos a los militares y ríete de los demás".



Veremos como no faltaron las ocasiones en esos primeros años en las que su autoridad fue cuestionada desde sus mismas filas, que no todo era uniformidad y unanimidad en apoyar su figura, y como su astucia y firmeza, junto con una considerable dosis de suerte, le fue afianzando más y más en el poder. Política de terror, una machacona campaña propagandística que los españoles tenían que soportar hasta en la sopa, y también las prebendas con las que supo engolosinar a quien le convenía cuando hacía falta... aparte del conformismo y la comodidad de la mayoría naturalmente, baza con la que cuentan siempre todos los gobernantes, no solamente los autoritarios. Aquél país que queda ya tan lejano pero al que no deja de parecerse nuestra España actual a pesar de todo, tuvo que sufrir su mandato durante casi cuarenta años... y todavía hay quien recuerda aquella época con nostalgia, naturalmente que dependerá mucho de como le fue a cada cual imagino... y naturalmente por esa añoranza, casi siempre insidiosamente presente, de una infancia y juventud perdida ya en el tiempo ¡qué me van a contar! ;-).


Las críticas irreverentes y la completa desmitificación de Franco era algo que ya me esperaba en este libro, hay de eso en ingentes cantidades, pero la obra no se queda en un torpe alegato antifranquista de denuncia tan facilón de hacer, ni mucho menos... siempre en tono irónico, el libro también carga las tintas contra la "alternativa" monárquica, representando al que iba a ser el futuro rey Juán III el abuelo de nuestro actual monarca como un pelele, estúpido, putero, borracho y vividor que se pegó la gran vida en Portugal mientras que la gente del país pasaba las de Caín, vamos un Borbón de la cabeza a los piés, al que la propaganda oficial de este régimen nos ha presentado siempre como aquel monarca que "se sacrificó por España"... una ironía porque con "demócratas" como ese a uno hasta le empiezan a caer bien los franquistas. El cuadro que formaba por otra parte el gobierno de la República en el exilio no podía ser también más lamentable, con esos adversarios políticos el invicto caudillo tuvo desde luego las manos bien libres porque si bien es cierto que hubo mucha represión y propaganda también hubo colaboración, y mucha, tanto interna, especialmente de la iglesia y del poder económico, como de los gobiernos democráticos del exterior. Todos tardíos y torpes intentos para presionar al régimen de poco o nada sirvieron, aparte de ser completamente inútiles y contribuir únicamente al final al sufrimiento del español de a pie, ese que siempre termina pagando el pato, y naturalmente como en el caso de todas las dictaduras también terminaron afianzando más en la silla al dictador de turno ya que pocas cosas hay más queridas para un dictador que ese "enemigo exterior", que justifique su política.



El libro, incluso en su versión barata de bolsillo que es la que he leído yo, está abundantemente salpicado de fotografías, algunas en color, de carteles de propaganda, de publicidad de productos de la época y sazonado con muchos detalles de la vida cotidiana, algunos sorprendentes, otros no tanto por haberlos escuchado por boca de mis padres y abuelos, y alguno que otro porque un servidor que ya tiene sus añitos había visto y tocado con sus manos. Un buen número de guiños a la nostalgia que imagino que eran inevitables ya que a pesar de la dureza de aquellos tiempos y el primer impulso de olvidar todas esas calamidades no dejan de formar parte de nuestra historia viva.

La iglesia española, con su decidida colaboración con el régimen, su papel activo en la represión y la censura, fue junto con el ejército y la falange una de las columnas del régimen, su claro apoyo a la causa del alzamiento nacional en contra de un régimen que había recortado sus privilegios y amenazaba con hacerlo aún más, junto con su sacrificio y persecución sufrido en la zona republicana durante la guerra le dieron el respaldo moral que necesitaban para ver no solamente recuperados sus privilegios, perdidos en el anterior régimen, sino verlos considerablemente aumentados... el caudillo era generoso con los valedores de su régimen, de hecho todavía hoy es fácil rastrear los restos de esa colaboración en nuestro país en forma de privilegios, indignos de un estado aconfesional, que no laico como creen algunos, aunque siempre puede uno informarse sobre tiempos pasados, como con este libro por ejemplo, para poder exclamar que al menos algo sí que ha cambiado... y sin duda para mejor, por muchas taras y residuos indeseables que quedan de esa época,  no es nada en comparación con la situación que había en esos horribles años cuarenta y posteriores de los que trata este libro.


Lo mejor: Un libro ameno y entretenido, bastante instructivo que no solamente nos ayuda a entender como era esa España del 39 al 52, época abarcada en el ensayo, sino también facilita entender nuestra España de ahora... porque aunque la situación haya cambiado en algunas cosas radicalmente, casi siempre para bien, es cierto que subsisten todavía demasiadas pulsiones y tendencias más propias de otras épocas, especialmente en este extraño 2.016, año teóricamente sin gobierno donde uno ve una y otra vez que seguramente las cosas no han cambiado tanto como nos creemos y todavía es posible, aunque parezca difícil de creer, reconocer a ese país de hace setenta y siete años. Me ha gustado el posicionamiento del autor no a favor ni en contra de la derecha o izquierda política, sino claramente a favor del español de la calle, ese que tan solo quería vivir con un mínimo de dignidad  y que tuvo que sufrir enormes sacrificios, hablando en general por supuesto, para salir a flote... vamos de esas generaciones que vivieron la guerra y los que nacieron inmediatamente en la posguerra, la generación de mis tíos, padres, y abuelos y de todo lo que tuvieron que pasar para que nosotros disfrutemos de este país tal y como lo dejaron. 

Por otra parte hay multitud de datos históricos y dudas aclaradas sobre determinadas cosas, como el papel del país en la segunda guerra mundial, un tema bastante controvertido, y demás intrigas políticas que son de agradecer y que en definitiva hacen que el libro valga la pena.

Lo peor: El tono costumbrista y de "coña marinera" e ironía empleado demasiadas veces en aras de su amenidad, el libro podía haber sido mucho más dramático o más serio, se agradece porque así es más fácil de leer... pero queda un "regustillo" en el fondo a nostalgia que no termina de gustarme, comprensible perfectamente debido a la edad de su autor... y es que el tiempo pasado casi siempre parece mejor. De todas formas su obra anterior "Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie" la pongo ya en mi lista de libros pendientes por leer y comentar, no me cabe la menor duda de que me va a resultar interesante.

lunes, 27 de abril de 2015

La primera guerra mundial contada para escépticos



Ficha: La Primera Guerra Mundial contada para escépticos, Juan Eslava Galán, editorial Planeta, 346 páginas, ISBN: 9788 408 124535

Por un capricho de los números el año pasado se cumplieron cien vueltas alrededor del sol del inicio de la Primera Guerra Mundial, aquella guerra que iba a "terminar con todas las guerras", según palabras del presidente norteamericano W. Wilson, y que puso patas arriba la Europa de comienzos del siglo veinte marcando toda una época y a varias generaciones para siempre, una guerra con una amplitud y una ferocidad hasta entonces desconocidas, la Gran Guerra, como fue conocida entonces tardaría solamente veintipocos años en quedar relegada al estatus de un preludio de una guerra mucho más "mundial" y mortífera que con casi toda probabilidad no hubiera sucedido nunca de no haber tenido este terrible precedente.

Juan Eslava Galán, doctor en filología, novelista y ensayista de notable éxito con más de sesenta o setenta títulos publicados, sobre todo de novela histórica, presentó este entretenido ensayo el año pasado con un evidente oportunismo editorial, no fue el único título que se puso a la venta sobre el tema de la Primera Guerra Mundial, casi todos fueron obras más "serias" y voluminosas que esta, pero eso no le quita el menor interés porque la verdad es que es un libro agradable de leer y que se disfruta de principio a fin... a pesar del tema.

Ironía y sentido del humor con las señas de identidad del autor, la extensión del título "contada para escépticos" sería equivalente a decir "sin mistificaciones de ningún tipo" o "sin ideologías de ninguna clase"... esta no es una historia de buenos y malos sino una tragedia de proporciones inmensas, sería una tarea inabarcable el vislumbrar ni remotamente el dolor y sufrimiento acaecido en esos cuatro infames años al término de los cuales habían desaparecido cuatro imperios, alemán, austro-húngaro, turco y ruso, se había producido una revolución de enorme magnitud en Rusia y acabado con la vida de no menos de diez millones de combatientes, más una cifra enorme de heridos y mutilados que superaría los treinta millones...

Cuando estudié la Primera Guerra Mundial en el instituto nuestro profesor, que no era ningún lumbreras aunque su nombre figurara entre los autores del manual de Historia que usábamos, poco menos que culpaba al asesino del archiduque Francisco, un terrorista y nacionalista serbio, del estallido del conflicto... todavía recuerdo la indignación que le embargaba cuando comentaba el tremendo coste humano del conflicto y decía que a aquel tipo habría que haberlo "aplastado como un gusano" ... la verdad es que aquel elemento, Gavrilo Princip, no fue condenado a muerte por ser menor de edad y terminó con una condena a 20 años de prisión en un castillo... moriría de tuberculosis en 1.918 poco antes del final del conflicto, un final demasiado bueno para él. Sin embargo culpar a un solo individuo del clima de absurda locura que se vivía en Europa en 1.914 es ir demasiado lejos.

En el libro Juan Eslava viene a decir que el nacionalismo es el ideal más estúpido que existe, un servidor bastante menos comedido agregaría que el mismo tiene la virtud de atraer a todos los estúpidos más que ninguna otra ideología, no se si es condición previa ser estúpido o que todos los cretinos van al mismo sitio... pero lo cierto es que ese cretinismo constituía toda una plaga en la Europa de la época, los alemanes por ejemplo se consideraban lo mejorcito de Europa, llevaban décadas cultivando una soberbia y una arrogancia que indefectiblemente les hacía verse a sí mismos como un pueblo superior y en contrapartida despreciar y envidiar a Francia e Inglaterra por sus imperios coloniales, mucho más grandes que el suyo, debido a su tardía llegada al "reparto" de África y su casi nula influencia en Asia.

Delante tampoco tenían precisamente a seres virtuosos, Francia estaba todavía resentida de la pérdida de Alsacia y Lorena en la guerra franco prusiana de 1.870 y ansiaban la venganza contra la aborrecida Alemania que además se había convertido desde final del siglo XIX en la primera potencia industrial de Europa y poseía con diferencia la mejor red ferroviaria. Gran Bretaña por su parte aunque tenía un enorme imperio colonial y una flota que dominaba los mares no podía ver sino con miedo el auge industrial de una Alemania a la que Europa parecía quedársele pequeña y estaba deseando pararle los pies. Rusia por su parte hacía tiempo que se había aliado con Francia en un intento de frenar a Alemania y de esta forma cogerla entre dos frentes... intervencionismos en los Balcanes aparte, del que formaba parte su alianza con Serbia. Austria por su parte intentaba sofocar los levantamientos indepentistas de la región balcánica y se sentía firmemente apoyada por Alemania... de ahí su declaración de guerra a Serbia tras el magnicidio al que fueron literalmente empujados por Alemania. El apoyo de Rusia a Serbia, la declaración de guerra de Alemania tanto a Rusia como a Francia, y la de Gran Bretaña a Alemania casi completaron la loca cadena de acontecimientos, nadie parecía tener interés en la paz... si había una ficha que podía poner en funcionamiento todo el engranaje infernal era lo sucedido en Sarajevo en 1.914... pero podía haber sucedido en cualquier otra parte.


La Primera Guerra Mundial ha pasado a la historia como paradigma de una guerra de trincheras, de un terrorífico equilibrio en el que los frentes apenas se movieron y donde miles de hombres morían por un pedazo de terreno no más grande que un campo de fútbol, una guerra donde se lució siniestramente la ametralladora y la artillería, pero donde también se usaron por primera vez los gases venenosos y el lanzallamas, donde la aviación comenzó a usarse de forma más o menos masiva y comenzaron los ataques directos a la población civil... afortunadamente de alcance limitado todavía, una guerra donde la artillería convertía kilómetros y kilómetros cuadrados en paisajes que parecían fotos de la superficie de la luna, un amasijo de cráteres y tierra batida entremezclados de carne humana, una guerra en la que los muertos eran enterrados de forma apresurada y vueltos a sacar fuera por las bombas y donde todavía hoy en pleno siglo XXI quedan bombas sin estallar y miles y miles de muertos anónimos atomizados y triturados bajo las verdes colinas de Flandes, nada menos que setecientos mil soldados se dieron por desaparecidos y quedaron convertidos en abono.


El libro se hará eco de las operaciones militares, del clima prebélico, del influjo de la Gran Guerra en nuestro país, donde, como no, sirvió también de tema de enfrentamiento, de la vida en las trincheras y la retaguardia, la propaganda de uno y otro bando, los sufrimientos y las penalidades, los errores monstruosos de unos generales que no parecían entender que no se podían usar estrategias antiguas con armas modernas, de los crímenes y la violación de tratados y fronteras haciendo valer el viejo y terrible dicho de "el fin justifica los medios", de los intereses económicos en juego y las trampas y sucios trucos de la diplomacia... en fin, una guerra da para mucho y la Gran Guerra fue un enorme y trágico escenario donde lo que no faltan son historias y ángulos para observarla y escribir sobre ella. 

Eslava Galán ha documentado su obra abundantemente, la misma está ilustrada con un gran número de fotografías no ya solo de las típicas en blanco y negro retratando a los soldados en el campo de batalla, que las hay, sino también fotos curiosas, como esa que preside la portada en la que un soldado alemán da fuego a uno británico, seguramente tomada en el momento del alto el fuego, sino también fotografías de los protagonistas, fotos de propaganda y carteles publicitarios, armamento, fortalezas etcétera, prácticamente no queda ningún aspecto del conflicto sin reseñar aunque sea de forma breve y donde cuando la ocasión da para ello no deja de ironizar con las ideas de tal o cual estadista o general, y es que afortunadamente el mundo ha cambiado bastante desde entonces, y no porque sea ahora mucho mejor, que no lo es, sino porque nos resulta chocante una mentalidad tan ingenua como la de aquella época en la que resultaba inaudito una manifestación por la paz y donde todo el mundo se echó a la calle aquel verano de 1.914 para ¡celebrar! el estallido del conflicto pensando que la guerra era la solución y que en unos meses todo habría acabado... en fin, quiero pensar que algo bueno se ha aprendido tras tantos millones de muertos y tanto sufrimiento.

Muy buenos los apuntes en el libro sobre la evolución posterior de sus protagonistas, y la tan manida historia sobre si el tratado de Versalles fue o no injusto y que este puso la semilla del futuro ascenso del nazismo. Teniendo en cuenta como trataron los alemanes a los rusos en el tratado de paz de Brest-Litovsk no puedo estar más de acuerdo con el autor de este libro en el hecho de que si la victoria hubiera caído del lado de Alemania las duras condiciones del tratado de Versalles habrían palidecido al lado de las que la nación germana habría impuesto a Francia e Inglaterra.


Lo mejor: Un ensayo verdaderamente ameno, ágilmente relatado, plagado de anécdotas y sentido del humor. Dividido en pequeños capítulos bien ilustrados que hará las delicias de los aficionados al ensayo histórico. Me ha encantado la anécdota de la taberna "El Gorrión" y aquel jamón que unos y otros se apostaron y que terminó momificado e indultado en un escaparate. Podría pensarse que uno corre el peligro de aburrirse con una historia que conoce, aunque sea a grandes trazos, lo cierto es que no ha sido así y he aprendido bastante sobre ese conflicto gracias a este libro. No tengo la menor duda, el próximo ensayo histórico que lea será de este autor.


Lo peor: Que esto no ha hecho más que comenzar, hace unos días se "conmemoraba" la campaña de Gallipolli, con la notable ausencia de Turquía, imagino que el año que viene tocará recordar Verdún y el Somme, al año siguiente tendremos la misma brasa con el aniversario de la revolución rusa, al siguiente con el fin de la guerra... Los más aficionados a los ensayos históricos habrán encontrado este demasiado breve y no creo que su sentido del humor y el estilo desenfadado y jocoso, siempre con la estupidez humana como blanco y nunca con el sufrimiento que maldita gracia tiene, haya gustado a más de uno.