Ficha: "La gran divergencia", Peter Watson, editorial crítica, 718 páginas, ISBN: 978 8498922 707
Leer un libro de Peter Watson es embarcarse a propósito en una gran aventura, cualquiera de sus últimos trabajos editados en castellano "Historia intelectual del siglo XX", "Ideas, historia intelectual de la humanidad", este que aquí comento, y el recientemente publicado "La edad de la nada", no son ensayos del montón, hablamos de voluminosos trabajos llenos de erudición, elaborados con una gran calidad y redactados con la habitual maestría del periodista, escritor y erudito británico. Son ensayos por así decirlo que están varios pasos por encima de la media, que juegan en otra liga... si existiera algo así como una "liga de honor" del ensayo divulgativo las obras de Watson estarían en la misma sin duda alguna.
De nuevo nos movemos en el terrenos históricos donde el Sr. Watson se mueve como pez en el agua, concretamente en este caso se trata de historia comparada en el periodo denominado neolítico y la edad de bronce principalmente, entre el continente euroasiático y el americano. En 1.492 los europeos que trabaron contacto con las tierras americanas se encontraron con un mundo muy diferente del que habían dejado atrás... hubo un tiempo en el que el nivel de desarrollo entre América y Eurasia (incluyendo Africa y oceanía) era el mismo. Hace unos dieciseis mil años que los primeros seres humanos entraron en el continente americano, a través de lo que hoy se conoce como el estrecho de Bering que en aquel tiempo ponía en contacto Siberia con Alaska a través de una enorme lengua de tierra de cientos de kilómetros de anchura. Estábamos en la última era glacial y el océano ocupaba una porción menor que ahora... posteriormente el calentamiento de la Tierra y la desaparición de los enormes glaciares dieron lugar a una subida del nivel del mar que dejaron a las dos grandes masas continentales de Asia y América del Norte incomunicadas... para entonces los seres humanos que habían entrado allí ya habían comenzado su gran aventura, una epopeya que desde nuestro tiempo solo podemos intentar aventurar de un modo muy especulativo, tal y como reconoce el mismo Watson desde el inicio del libro. Aunque sea precisamente ahora, a más quinientos años del encuentro entre ambos mundos, cuando mejor puede ser entendida gracias a los descubrimientos científicos y arqueológicos.
Otros trabajos ponen especial énfasis en intentar encontrar paralelismos entre diferentes culturas, como muy bien comenta Watson es algo comprensible y plenamente justificado, centrar un trabajo precisamente en las diferencias y en el QUE nos hace diferentes es un terreno complicado que se presta a interpretaciones retorcidas e interesadas destinadas a aventurar supuestas supremacías de tal o cual cultura, de hecho ha sucedido muchas veces en el pasado con trabajos supuestamente "serios". Sin embargo el escritor británico encuentra precisamente ahí, en el análisis de las diferencias entre el desarrollo histórico y cultural de ambos mundos el fundamento para escribir este monumental ensayo, siempre con la sana intención de aclarar cosas interesantes sobre la naturaleza humana que nos haga comprendernos mejor a nosotros mismos.
Historia, mitología, paleantropología, zoología, climatología, geografía, botánica, sociología... el relato y la interpretación del devenir histórico y humano en América y su comparación con el acaecido en Eurasia posee múltiples facetas donde, sobre todo en el continente americano, tenemos que movernos siempre en el terreno de lo puramente especulativo por desgracia, pero donde a su vez hay que fundamentarse todo lo posible en lo poco que sabemos y construir una historia mínimamente verosimil.
Capítulo a capítulo Watson va desgranando una historia aportando multitud de datos, haciéndose eco de numerosos trabajos de antropología principalmente, pero también de otras especialidades como las que estudian la flora, fauna y clima de épocas pasadas, el vulcanismo y la actividad sísmica, la evolución de la vegetación en lo referente a las especies comestibles etc. Desde el comienzo de las grandes migraciones humanas que saliendo de África bordearon Oriente Medio y se adentraron en Asia hasta Siberia, hasta el establecimiento y cruce por el puente de tierra hacia Alaska y posteriormente la distribución y expansión hasta el extremo sur del continente.
Capítulo a capítulo Watson va desgranando una historia aportando multitud de datos, haciéndose eco de numerosos trabajos de antropología principalmente, pero también de otras especialidades como las que estudian la flora, fauna y clima de épocas pasadas, el vulcanismo y la actividad sísmica, la evolución de la vegetación en lo referente a las especies comestibles etc. Desde el comienzo de las grandes migraciones humanas que saliendo de África bordearon Oriente Medio y se adentraron en Asia hasta Siberia, hasta el establecimiento y cruce por el puente de tierra hacia Alaska y posteriormente la distribución y expansión hasta el extremo sur del continente.
Estos estudios nos revelan notables diferencias de todo tipo, diferencias en los vegetales comestibles, ausencia de cereales en América salvo el maíz que fue "domesticado" en una época mucho más reciente de la que se suponía en un principio, ausencia de grandes mamíferos domésticos y bestias de tiro, una orografía que al extenderse de norte a sur complicaba enormemente los desplazamientos, un clima endemoniado, un clima explosivo con fenómenos atmosféricos devastadores como el de El Niño en América del Sur, una actividad sísmica y volcánica sin parangón con cualquier otro lugar de la Tierra, la persistencia de las religiones chamánicas y la abundancia de drogas psicotrópicas que proporcionaban unas supuestas experiencias místicas y religiosas mucho más vívidas que en Eurasia... todo ello terminó conformando un mundo muy distinto en desarrollo y mentalidad al existente en el viejo continente.
El como las condiciones ambientales y las circunstancias influyen en la historia humana, en la visión del mundo y las religiones es la piedra angular del libro. Si América, a pesar de sus indudables logros civilizados como los diversos imperios que se consiguieron poner en pie, estaba todavía en una edad del bronce cuando en Europa se conocía ya la pólvora y se estaba a punto de dejar atrás la Edad Media... es decir hablamos de un atraso tecnológico en muchos aspectos de dos mil años o más, no fue por capricho ni por indolencia, ni por una menor capacidad intelectual de los nativos americanos en relación con sus homólogos del viejo continente... Nunca hubo una ganadería semejante a la de Eurasia que constituyó el motor y germen original del comercio, una ganadería que según Watson estuvo en el origen de las religiones monoteístas, un comercio que estimuló la aparición de la escritura, el invento de la rueda y el carro eran virtualmente inútiles sin bestias de tiro. Nunca hubo un corredor de comunicaciones de este a oeste como el de Eurasia que desde Europa occidental llegase hasta extremo oriente, nunca hubo una ruta de la seda o de las especias. Las comunicaciones norte-sur son mucho más difíciles que las de este a oeste porque tienen el obstáculo añadido de la diversidad de climas... altas montañas, enmarañadas selvas pobladas de insectos transmisores de enfermedades, desiertos... y todo ello sin medios de transporte similares al del buey doméstico o al del caballo, sin una ganadería trashumante como la de oriente Medio, Europa y Asia.
Sumemos a ello la pervivencia de religiones de origen chamánico que nunca evolucionaron del todo, tal y como si sucedió en el viejo mundo con unos cultos que abandonaron las prácticas propias de pueblos de cazadores-recolectores a cultos basados en la fertilidad, propios de agricultores... para más adelante evolucionar a religiones patriarcales, a través de los pueblos ganaderos y nómadas, para terminar desembocando en los grandes monoteísmos. La abundancia de drogas psicotrópicas, junto con una naturaleza despiadada y brutal fue moldeando unos cultos centrados en el sacrificio, cultos donde no se pedían dones a los dioses sino que más bien se los veía como seres temibles y a los que se les rogaba para que no actuasen. En su momento de mayor apogeo, justo con la llegada de los españoles a México, el imperio Azteca sacrificaba varios miles de víctimas al año tan solo para "mantener en funcionamiento al sol"... sin duda una experiencia religiosa y una mitología basada en pasados cataclismos de origen volcánico en los que el humo y las cenizas oscurecían el sol durante mucho tiempo.
El lector curioso interesado en el tema, y sobre todo deseoso de intentar cubrir en la medida de lo posible esa gran laguna histórica que constituye la historia de la América Precolombina encontrará en el ensayo de Watson una gran cantidad de datos de su interés. Datos sobre la economía, la organización y la vida de las diferentes culturas que fueron apareciendo y desapareciendo en el tiempo en América, numerosos datos sobre sus creencias y sus religiones, fundamentales para entender su forma de vida y su historia, los diferentes hallazgos arqueológicos y su datación, y sobre todo un intento para meternos en su mentalidad, en su forma de ver el mundo y aunque cueste trabajo comprender algunas cosas terribles de su historia, como su afición y obsesión por los sacrificios humanos, darnos cuenta de que su mundo era diferente, su mentalidad y su idea sobre la vida y la muerte también y que no podemos juzgarles correctamente desde una perspectiva no ya moderna sino premoderna incluso.
Lo mejor: Un relato apasionante, muy bien documentado, con multitud de datos y referencias a obras externas, que viene a arrojar luz sobre un periodo particularmente oscuro de la historia humana. Me ha sido inevitable recordar aquel juego de ordenador "civilization" con el que pasé tantas horas entretenido allá por los años 90, mi estancia en México hace años en la que visité el museo de antropología del Distrito Federal y el museo de Jalapa, la visita a Teotihuacán y sus pirámides del sol y de la luna, la película "Apocalipto" de Mel Gibson, así como recordar las palabras de una amiga licenciada en Historia del Arte "la historia fundamentalmente es una interpretación"... un pensamiento que en su momento me parecía erróneo, ya que hay hechos que están más allá de toda interpretación a mi entender, pero que tras una oportuna reflexión, y sobre todo a través de la lectura de este libro, me parece completamente cierto. Sobre la interpretación que nos trae Peter Watson en este libro nunca sabremos seguramente si es completamente acertada o no, pero está claro que un trabajo tan bien documentado y narrado con tanta lógica debe por fuerza estar muy cerca de la verdad.
Lo peor: Aunque el libro depara algunos descubrimientos sorprendentes y multitud de datos en general sigue una senda previsible que se anuncia una y otra vez, las ideas más importantes pueden ser resumidas en poco espacio... de hecho el autor lo hace en el prólogo y los apéndices, todo lo demás es documentación y reunión de pruebas a favor de la tesis principal del libro. Al final he terminado encontrando monótono el relato, por mucho que me haya aportado gran cantidad de información que desconocía sobre la aventura humana en América.
ResponderEliminarAcabo de dar con tu blog, este libro lo leí hace ya unos 4 o quizá 5 años, me gustó de sobremanera. Encontré en él, como bien mencionas, explicaciones plausibles y que por su investigación de fondo parecieran muy cerca de la verdad. Los datos proporcionados acerca de los fenómenos climatológicos y como conforman una cosmovisión con deidades peligrosas; la dieta, la importancia de los animales de carga, uff muchísimas cosas.
Siendo completamente honesto, desafortunadamente soy pésimo con los nombres y referencias, en asociar autores con autores o identificar corrientes, pero me da gusto leer que el autor que cayó en mis manos, hace ya tiempo, es considero bueno, por alguien que demuestra tener un buen sentido de la crítica. (esperando no caer en un sesgo de autoadulación).
Algo que este autor como muchos otros han fallado en explicar o que quizá simplemente no le ha interesado y que me parece un tema importante, es el escaso desarrollo de aleaciones de metales en los pueblos americanos, ya que, sí bien el relato del libro me explica muchísimas cosas, no se aborda el tema a profundidad (aunque es en sí un tema extenso en sí mismo)....el asunto es que nunca he encontrado con una investigación de fondo que me dejé satisfecho el porqué del poco interés o pericia, o que sé yo, en desarrollar la metalurgia por parte de los pueblos norte - meso y suramericanos. Si tuvieras una lectura por ahí lo agradecería muchísimo.
Por último felicitarte por tan buen escrito!!! de verdad me hizo pasar un excelente rato tanto recordando mi lectura como apreciando una buena reseña crítica. Un saludo desde México.