viernes, 25 de mayo de 2012

Cómo ser un existencialista

"Los existencialistas son nihilistas porque reconocen que la vida es en último término absurda y está llena de verdades terribles e ineludibles. Pero son antinihilistas porque reconocen que la vida sí tiene un sentido: el sentido que cada persona elige dar a su propia existencia."

Ficha: "Cómo ser un existencialista", autor Gary Cox, Editorial Ariel, 161 páginas, ISBN: 9788434469815.

Con un diseño de portada atractivo que reproduce unas manos sujetando la portada y mostrando parte del texto, este breve y a la vez entretenido ensayo del escritor especializado en temas filosóficos, Gary Cox, tuvo que captar a la fuerza mi atención. Este año estoy especialmente interesado en asuntos relacionados con la filosofía y aunque sé que tarde o temprano cambiaré saturado, la temática de mis lecturas pues otras veces ha ocurrido eso en el pasado y volverá a ocurrir en el futuro; la verdad es que con libros como este de momento mi interés por temas filosóficos está más que asegurada. Si la mitad de escritores que hay publicando libros sobre esta apasionante rama del saber humano fuesen como Gary Cox... en fin, veamos el libro.

Conozco la figura de Jean Paul Sartre como filósofo casi desde mi niñez, desde antes incluso que hubiese dado clase alguna de filosofía. Está vinculada a una corriente del pensamiento llamada existencialismo de la que he oido o leido comentarios muy superficiales y de la que tengo que decir que no me llegaron nunca demasiadas "buenas vibraciones", para mí si hay algún filósofo con un aire antipático era este. Por lo demás y en concordancia con mi ignorancia general sobre tantas cosas veía el existencialismo como una filosofía cruda, directa y descarnada sobre el ser humano al que se despojaba de todo elemento idealista. Bastaba este "aroma", ahora veo que completamente infundado, para mantenerme alejado de la misma.

Por eso tras ver la publicidad que sobre este libro se hacía en uno de los números de la revista "Filosofía Hoy" decidí probar suerte y curiosear un poco en esta filosofía, la forma de presentar el libro y un párrafo de presentación del mismo me indujeron a pensar que se trataba de una obra fácil y accesible para el público no especializado y que me serviría de introducción en el llamado "Existencialismo", tal vez encontrase aquí otro filón con el que intentar saciar mi inagotable glotonería intelectual, o tal vez quien sabe, encontrase algo práctico que poder aplicar en mi vida personal... o ambas cosas.

Y así ha sido la verdad, Gary Cox sabe como escribir, sabe como interesar al lector y como agarrarlo de la solapa y persuadirle a seguir leyendo. El libro está escrito con un formato muy habitual en los ensayos de psicología y autoayuda, un estilo directo y coloquial que establece desde el comienzo un diálogo de tú a tú con el lector, sin otorgarse a penas el papel de "maestro"ni suponer constantemente que el lector te está siguiendo y "cazando al vuelo" todo lo que escribes, no solamente es una excelente guía introductoria al Existencialismo sino también para la filosofía en general. En definitiva Gary es el profesor o al menos el conferenciante con el que nos gustaría toparnos, la antítesis del aburrimiento. Pero que nadie se engañe, esto no es puro divertimento ni superficialidad, quien desee ejercitar las neuronas y tener motivos por los que pensar los va a tener de sobra con esta obra.



El libro posee un título más completo, "Cómo ser un existencialista o cómo tomar el control, ser auténtico y dejar de poner excusas", que resúme en unas pocas palabras el sentido del existencialismo expuesto por el autor. 


"Todos somos libres y no podemos dejar de serlo. Todos somos responsables de nuestras acciones y nuestras vidas están llenas de deseo, culpa y angustia" "Y,  como si todo ello no fuera suficientemente malo, estamos condenados a morir desde el momento en que nacemos en un universo absurdo en el que Dios es, por lo menos, un personaje esquivo y, probablemente inexistente"

Indudablemente el Existencialismo puro y duro no es para pobres de espíritu ni para amantes del auto-engaño, Gary Cox remacha una y otra vez la idea de que somos libres, lo queramos o no, incluso en las situaciones más extremas de las que pone varios ejemplos, porque al fin y al cabo nuestra es la elección siempre de aceptar la realidad tal y como es o auto engañarnos, o desesperarnos del todo y terminar de una vez a través del suicidio. Puesto que estamos aquí, significa que hemos elegido vivir, hagámoslo de la forma más auténtica posible.

Sobre ser uno mismo y aceptar las consecuencias de nuestras acciones, sean las que sean, también habla largo y tendido. Un discurso muy edificante en esta época en la que todos somos especialistas consumados en "echarle la culpa a otro", una actitud, la del victimismo contra la que el Existencialismo choca de frente. No obstante aunque esta es una visión que podría ser calificada por la mayoría de negativa e incluso nihilista, es realmente todo lo contrario, porque nos dice que somos libres y que aunque nunca seremos felices al 100%, tenemos que dejar de creer en "cuentos de hadas" también nos dice que tenemos el control efectivo sobre nuestra vida a condición de que tengamos el coraje de ser auténticos y de que estemos siempre vigilantes sobre el enemigo número uno de la autenticidad, la mala fe.

La mala fe, es como bautizó Sartre en su libro "El ser y la nada" , a toda creencia contraria a nuestra verdadera forma de ser que solemos utilizar como "muleta" para aliviar la angustia de tener que decidir o de hacernos responsables de nuestras decisiones. Una especie de dualidad psicológica, una especie de falso auto-engaño, con el que convivimos habitualmente y que se presenta de las más variadas formas. En definitiva pensar y sentir de una forma y actuar de otra bien distinta bajo una sensación de justificación de nuestros actos "yo realmente no soy así", "son las circunstancias", "en el fondo soy buena persona"... etc, no es fácil de definir porque puede adoptar los más variados disfraces, a veces incluso el de una sinceridad mal entendida.

Gary Cox ilustra con abundantes ejemplos toda su exposición del núcleo principal del Existencialismo, aunque nunca abandona su estilo directo no por ello deja de plantear preguntas y retos al lector, adornando el texto con una sutil, y a veces no tan sutil, ironía. En el mismo hay muchas referencias a Sartre, como no, pero también a Nietzche y otros filósofos relacionados en mayor o menor medida con el tema principal del libro. 

Es posible que más de uno tome esta obra como un aperitivo y lo vea como un trampolín para lanzarse a lecturas más profundas sobre el tema y profundizar en la obra de Sartre, Camús, Simón de Beauvoir... e incluso Heidegger (lagarto! lagarto! ;-) ). Pero en mi caso puedo afirmar que ya he tenido bastante con esta exposición, al menos de momento, en el disco duro de mi equipo anda descargada una versión de "El ser y la nada", un libro que Gary Cox define como "cruzar a nado el Canal de la Mancha" en relación con el esfuerzo intelectual que conlleva... igual para este verano cuando el calor apriete...

"del hecho de que siempre nos encontramos en un proceso de devenir constante se deriva la conclusión de que nunca nos sentiremos completamente satisfechos (ni siquiera ganándo la lotería, nadando con los delfines o conduciendo un tanque por encima de un autobús). Siempre habrá algo más que desear, algo que sentimos que nos hace falta, porque anhelar lo que no se tiene, creer que el césped es más verde al otro lado de la colina, es fundamental para una criatura que carece de armonía consigo misma en el presente y vive esforzándose por alcanzar esa armonía en el futuro"


Lo mejor: Dirécto, sincero, ameno, en ocasiones divertido, en otras dolorósamente realista, a veces extremadamente simple y en otras ocasiones no tanto, superficial y a la vez profundo... un libro que dificilmente puede dejar indiferente a nadie y que constituye una invitación de lujo a una filosofía incómoda y cruda sí, pero a la vez profundamente humana, posiblemente en el fondo la más realista y humana de todas. Quizás lo mejor de todo sea el efecto que causa en la conciencia del lector al que intenta conmover, intentando que este se plantee cuestiones personales, sobre todo sobre la autenticidad de su vida ¿ha conseguido ese efecto en mí?... el tiempo lo dirá.


Lo peor: El coraje que demanda, ser existencialista no pide realmente un intelecto privilegiado ni unas excepcionales dotes de observación, aunque ambos ayudan desde luego, sino que básicamente es una actitud ante la vida en la que uno se responsabiliza de ser lo que es y de tomar las decisiones que toma, independientemente del resultado. ¿Cómo evitamos la "mala fe" ?, sencillo y a la vez complicado ya que nos rodea por doquier y me temo que la mayoría vivimos cómodamente instalados en ella más tiempo del que queremos reconocer. Como cualquier libro con pretensiones de ayudar al lector a mejorar algún aspecto de su vida, no en vano estamos ante un libro de autoayuda más o menos camuflado, corre el peligro de ser olvidado rápidamente.





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