Ficha: El sueño de Eichmann, Michel Onfray, editorial Gedisa, 92 páginas, ISBN: 9788497843157
En el número 9 de la revista "Filosofía Hoy" venía un artículo sobre Kant y varias recomendaciones de lectura en torno a este filósofo, una de ellas es el presente libro.
Cuando pensamos en un filósofo relacionado con el nazismo automáticamente viene a nuestra mente el nombre de Nietzsche, sus ideas sobre el "superhombre", el hecho de que su hermana militase en el partido nazi y que el mismo Hitler fuese a visitar su tumba y que tantos nazis se declarasen admiradores de su obra o lectores suyos, le han terminado colgando el "sanbenito" de nazi, aun cuando en vida fue un enemigo acérrimo del antisemitismo, detestaba el papel prepotente del estado, abominaba de la guerra como vía de solución a los conflictos y se fue de este mundo antes de que el partido nazi viese la luz. Una acusación que seguramente nunca podrá ser completamente borrada de su obra y que le acompañará para siempre.
Kant en cambio posee una aureola de "hombre de bien" de persona que buscaba la excelencia en su vida y sus costumbres, y que predicó aquella máxima de "actúa como si de tu comportamiento pudiera extraerse una ley universal" o "utiliza a los demás siempre como un fin en sí mismo, nunca como un medio para lograr tus fines". Pocos filósofos han escrito más sobre la rectitud, la virtud o el deber.
Adolf Eichmann fue un teniente coronel de las SS que trabajó en la llamada "solución final" consistente en el exterminio del pueblo judío desde 1.942. Su participación se centró en organizar el transporte ferroviario de los deportados hacia los campos de concentración. Tras la guerra consiguió escapar de Alemania y huir a Argentina tras recorrer varios países. Allí lo encontró la organización de Simon Wiesenthal que pasó la información al Mosad israelí. Fue detenido por un grupo de agentes israelies que lo detuvieron ilegalmente, ya que su extradición hubiera sido imposible, y lo llevaron preso a Israel, donde fue juzgado y condenado a muerte. Lo ahorcaron el 31 de mayo de 1.962.
La filósofa Anna Arendt escribió un libro sobre aquel proceso titulado "Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal", en una de sus páginas donde recoge las declaraciones de Eichmann durante el juicio comenta que este se declaró admirador de Nietzsche, algo típico entre muchos nazis, y sobre todo de Emmanuel Kant... sobre lo primero no comenta nada ya que la lectura parcial, errónea y sesgada del gran pensador alemán ha sido muy habitual, es un filósofo con el que es fácil equivocarse y como bien admite Savater es "un pensador sumamente estimulante y también, por qué no decirlo, peligroso." sin embargo Kant es el paradigma de la ilustración y del pensador racional, Anna Arendt viene a decir que la interpretación que de Kant hizo Eichmann es incorrecta... un punto en el que Michel Onfray no está de acuerdo, y ese es el gérmen que le hizo escribir este pequeño libro.
Publicado en 2.008 el libro causó cierto revuelo en los ambientes filosóficos debido a lo atrevido de su postulado, en Internet se puede consultar este vídeo donde en un programa de tertulias filosóficas Michel Onfray presenta su trabajo. Está compuesto de dos partes, en la primera tenemos una tésis que a modo de conferencia analiza la figura de Kant y su filosofía y la relación de la misma con este episodio del juicio de Eichmann. Onfray sostiene que el antiguo teniente coronel de las SS y organizador de la logística de los convoys de la muerte está en lo cierto y que su interpretación del sentido del deber y la obediencia a las leyes manifestada por Kant es más que correcta.
El filósofo defendía hipócritamente una doble moral, por un lado instaba a tener juicio propio y pensar por uno mismo, sin embargo ponía al deber con el país, con sus gobernantes y sus leyes por encima de la propia conciencia... debiendo reservar al ámbito privado todos aquellos pensamientos que choquen con lo establecido. Según el sabio de Konisberg hay que disentir en su fuero interno pero obedecer ya que llega a establecer un paralelismo igualitario entre legalidad y moralidad. Es más llegaría en alguna de sus obras a esgrimir el espeluznante argumento de que fuera de la legalidad no existe nada, defendiendo incluso el infanticidio en el caso de los hijos nacidos fuera del matrimonio y por lo tanto "jurídicamente inexistentes". Es un Kant desconocido para la mayoría de sus lectores que se han quedado en sus grandes obras como "La crítica de la razón pura" o "La crítica de la razón práctica".
El filósofo defendía hipócritamente una doble moral, por un lado instaba a tener juicio propio y pensar por uno mismo, sin embargo ponía al deber con el país, con sus gobernantes y sus leyes por encima de la propia conciencia... debiendo reservar al ámbito privado todos aquellos pensamientos que choquen con lo establecido. Según el sabio de Konisberg hay que disentir en su fuero interno pero obedecer ya que llega a establecer un paralelismo igualitario entre legalidad y moralidad. Es más llegaría en alguna de sus obras a esgrimir el espeluznante argumento de que fuera de la legalidad no existe nada, defendiendo incluso el infanticidio en el caso de los hijos nacidos fuera del matrimonio y por lo tanto "jurídicamente inexistentes". Es un Kant desconocido para la mayoría de sus lectores que se han quedado en sus grandes obras como "La crítica de la razón pura" o "La crítica de la razón práctica".
La segunda parte consiste en una obra de teatro, una obra de teatro filosófica donde se nos muestra a un Eichmann durmiendo en su celda la noche antes de su ejecución, en sueños se le aparecen Kant y Nietzsche, el segundo solo será una presencia burlona que simplemente presencia el debate entre el primero y Eichmann. Kant se muestra horrorizado por las consecuencias de los actos de alguien que ha confesado obrar de acuerdo a su filosofía, Eichmann tal y como se manifestó en el juicio donde fue condenado a muerte se mostrará frío y para nada arrepentido de haber obrado como lo hizo. Asistiremos a un pulso dialéctico entre el ex-nazi y el filósofo que servirá de excusa para mostrarnos el viejo argumento de la "obediencia debida" tal y como la llamaron los militares argentinos en su particular encuentro con la justicia tras la dictadura. Onfray utiliza esta confrontación para hacernos reflexionar sobre el tema de la legalidad y la moralidad, y hasta donde llegan cada una de las mismas. Y también sobre el tema de hasta que punto es exigible una conducta moral virtuosa a los seres humanos y hasta donde se puede llegar en cumplimiento del deber... un debate que sigue abierto.
Lo mejor: Una ácida crítica a la filosofía de Kant y a todo sistema moral y ético que no tenga en cuenta la realidad del ser humano y que se esfuerce en pedirle lo imposible. Como no podía ser de otra forma en el caso del filósofo francés la iglesia y su moral no sale tampoco demasiado bien parada. No se si esta obrita de teatro se ha representado alguna vez... que buena idea sería verla representada, no dejaría a nadie indiferente.
Lo peor: Sin duda alguna su excesiva brevedad... aunque ya dice el refrán "si bueno y breve dos veces bueno" :-)
Cuando una ley es injusta lo correcto es desobedecer. Ghandi.
ResponderEliminarDesde el momento que el hombre se apega a las ideas y desdeña su propio corazón, cualquier cosa que realice está exenta de humanidad. Nunca el fin justifica los medios.