viernes, 2 de mayo de 2014

En busca de Spinoza


"... comprender qué son los sentimientos, cómo funcionan y qué significan es indispensable para la construcción futura de una teoría de los seres humanos más precisa que aquella de la que disponemos ahora; una teoría que debería tener en cuenta avances en las ciencias sociales, la ciencia cognitiva y la biología. ¿Por qué habría de tener algún uso práctico una construcción tal? Porque el éxito o el fracaso de la humanidad depende, en gran medida, de la manera en que el público y las instituciones encargadas de la gestión de la vida pública incorporen principios y políticas a esta visión revisada de los seres humanos. La comprensión de la neurobiología de la emoción y los sentimientos es clave para la formulación de principios y políticas capaces tanto de reducir las aflicciones como de aumentar la prosperidad de las personas. "


Ficha:  "En busca de Spinoza", autor Antonio Damasio, Editorial Crítica, 311 páginas, ISBN: 978 842 334 6158

Hace ya algo más de un año que me encontré con una referencia de este libro a través del ensayo filosófico de Vicente Serrano "La herida de Spinoza", todo el mismo surge de un comentario que había escrito Antonio Damasio en ese libro y que daba pie a Vicente Serrano a seguir con el tema, tirar del hilo y confeccionar un excelente ensayo ganador del premio Anagrama en 2.011, un libro más que recomendable aunque con la advertencia que hice entonces, y que aún mantengo, de la considerable dificultad de su lectura. 

De modo que estaba cantado que tarde o temprano me las vería con el ensayo de Antonio Damasio, el tema del mismo posee dos atractivos innegables, por un lado la investigación sobre el cerebro, tema ya abordado en alguno de los libros comentados en este blog, y la filosofía de Spinoza, uno de mis filósofos-fetiche.

Vicente Serrano achacaba en parte el interés de Damasio por Spinoza al hecho de compartir nacionalidad, Portugues el primero, descendiente de judíos portugueses el segundo, está claro que algo ayuda esa coincidencia entre ambos... pero queda muy claro en Damasio desde el comienzo que su interés por Spinoza viene de muy lejos y que el mismo no ha hecho más que incrementarse con el tiempo. ¿Qué pueden tener en común un moderno investigador del cerebro, un neurólogo de fama internacional y un filósofo judeo-holandés del siglo XVI?, en principio se podría pensar que casi nada, pero lo cierto es que parte de la filosofía de Spinoza guarda una estrecha relación con la concepción del universo y particularmente del ser humano que define la ciencia actual. Spinoza es considerado junto con Descartes y Leibniz uno de los grandes filósofos racionalistas de su siglo, sin embargo su visión de la naturaleza humana entra en conflicto directo con su antecesor Descartes.

Si el filósofo francés bien por equivocación, bien por miedo, atribuyó una doble naturaleza al ser humano separando cuerpo y mente, y dándo opción a la existencia de una supuesta alma inmortal, Spinoza deja bien claro desde el principio en su obra más ambiciosa, la "Ética", que cuerpo y mente son simplemente dos atributos de la misma sustancia, res cogitans y res extensa, la materia, el cuerpo, el universo está compuesto simplemente por materia, nada hay más allá de la misma, los pensamientos, las emociones, los sentimientos solo son atributos de la materia animada... aunque no podamos examinarlos al microscopio. Algo que ahora parece tan obvio pero que en aquel momento era fruto de una intuición poderosa que casi nadie compartía, o al menos casi nadie se atrevía a proclamar, escribir o comentar en público. No olvidemos que en aquel entonces la ciencia estaba en pañales, que no existía instrumental, ni rayos X, ni escáneres... solo rudimentarios microscopios para los que Spinoza talló algunas lentes...

Si los pensamientos, las emociones y los sentimientos solo son atributos de la materia ¿dónde están?, ¿dónde se haya su huella en el cuerpo?... este es ya el terreno de la ciencia, la neurología, y por supuesto el ámbito de acción del apasionado investigador portugués afincado en los EEUU. Damasio en esta obra nos ofrece una rara simbiosis entre filosofía y ciencia. Con abundantes datos biográficos sobre Spinoza, su afición por su filosofía, su peregrinación incluso a Holanda para ver la última residencia del filósofo, convertida en un museo y las huellas que perduran de su paso por el mundo. Todo un viaje que un servidor haría también con gusto... que no todo en Holanda van a ser bonitos canales, tulipanes, coffee shops y poses junto a los escaparates del barrio rojo... ;-) No tengo la menor duda de que seguiría los pasos de Damasio si la vida me diera esa oportunidad.

Aunque en ocasiones los confundimos hay todo un gradiente de complejidad entre los apetitos y emociones y los sentimientos... los dos primeros los compartimos con nuestros parientes animales, incluso con aquellos a priori menos evolucionados, insectos y gusanos, pero los últimos al menos que se sepa solamente con nuestros compañeros de especie y es que los sentimientos necesitan de la intervención de los pensamientos complejos. La relación entre el cuerpo y el cerebro, la interacción entre ambos, la interacción entre sensaciones, emociones y pensamientos... el continuo "mapeo" del cuerpo que realiza el cerebro, desde las funciones de los órganos a las sensaciones emitidas por los órganos sensitivos... el camino de ida y vuelta de las pulsiones nerviosas, el como el cerebro desencadena emociones a través de impulsos sensibles, el como en ocasiones los recrea por sí mismo sin que le lleguen señales de otras partes del cuerpo, el como el cerebro inhibe en ocasiones esas señales... todo un universo complejo que Damasio va desgranando y desmenuzando pieza a pieza.

No es mucho lo que la ciencia actual nos puede decir sobre el tema, el continente a penas ha sido perfilado, sus costas han sido cartografiadas pero queda casi todo el interior y el funcionamiento de sus partes... todavía hay que usar herramientas tan burdas como los escáneres e interpretar zonas coloreadas compuestas por miles de millones de neuronas... todavía hay que utilizar de forma obligatoria la relación entre lesiones cerebrales y los efectos visibles de las mismas para lanzar conjeturas e hipótesis... si no hablásemos de la investigación del cerebro y estuviésemos hablando de la evolución de los medios de transporte todavía no hemos pasado de la carreta de bueyes... aun así es sorprendente todo lo que la ciencia moderna está descubriendo a pasos cada vez más apresurados, este libro le proporciona al lector todo un "recital" sobre el tema. 

Damasio realiza pequeñas incursiones en la filosofía de Spinoza cuando la ocasión lo requiere y trata de mostrar una y otra vez coincidencias entre las intuiciones del genial filósofo y lo descubierto actualmente por la ciencia, y la verdad es que en contadas ocasiones muestra discrepancias importantes, posiblemente porque Spinoza era muy cauto sobre todo aquello de lo que no poseía un conocimiento cierto... de ahí que no cayera en el ridículo de otros pensadores, como el citado Descartes que situó en la glándula pineal del cerebro el nexo de unión entre cuerpo y mente (o alma). Para todos aquellos que consideraban al cuerpo como mera materia burda y semiputrefacta, una simple porquería, envoltorio del alma...  Spinoza elevó lo material a los altares, Deus sive natura, Dios o la naturaleza, fue su particular estandarte. 

"Y el hecho es que nadie, hasta ahora, ha determinado lo que puede el cuerpo, es decir, a nadie ha enseñado la experiencia, hasta ahora, qué es lo que puede hacer el cuerpo en virtud de las solas leyes de su naturaleza, considerada como puramente corpórea, y qué es lo que no puede hacer salvo que el Alma lo determine"  B. Spinoza - Ética. Parte III - Escolio.

Este acusado materialismo, que en buena medida fue el responsable de que Spinoza fuera con diferencia el autor más maldito de la historia de la filosofía, es compartido como no podría ser de otra forma por la ciencia, las investigaciones no dejan de encontrar aquí y allá rastros de la conexión entre el sistema nervioso, tanto en el cuerpo como el localizado en el cerebro, y las emociones, el papel de las mismas en la evolución y en la supervivencia de las especies, humanos incluidos, y aunque buena parte del ensayo de Damasio está lleno de interpretaciones, más o menos cuestionables, hay en general un tono de seguridad y de rotundidad en sus afirmaciones en la mayoría de las ocasiones que muestra que el investigador luso-norteamericano pisa terreno firme, o al menos cree pisarlo. 

Damasio no se queda en la demostración científica de cuanto expone y en el despliegue de lo que sabemos a día de hoy, o por lo menos en la fecha de escritura del ensayo el año 2.003,  sino que como aficionado a la filosofía y hombre profundamente preocupado por las implicaciones filosóficas de los descubrimientos de la ciencia no deja de meterse en ese terreno y se "moja" sobre muchos temas que van más allá de la materia en la que es especialista. Probablemente será esta parte final del libro la que pueda "chirriar" a más de uno, la más fácilmente criticable... pero es de agradecer ver a un hombre de ciencia entrar en estos temas y demostrar que la ciencia y la investigación no solamente están orientadas a la tecnología y su vínculo con la economía, sino que también la misma concepción del ser humano y las grandes preguntas filosóficas de Emanuel Kant ¿qué puedo saber? ¿cómo debo actuar? y ¿qué puedo esperar? necesitan de la ciencia no solamente para ser contestadas sino también para ser correctamente planteadas.


Lo mejor: Un ensayo atípico, mezcla casi a partes iguales de divulgación filosófica, histórica y neurobiología e investigación sobre el cerebro, recomendable para aquellos que gusten de la lectura de ambos temas. Muy interesante todo lo relacionado con las emociones, los mapas corporales y el control del cerebro sobre el cuerpo. Muy agudas e interesantes también las ideas sobre la naturaleza de la conciencia y la interrelación entre los pensamientos y las emociones. Simplemente este es uno de esos libros que los aficionados a la neurología no se deben perder. También me gustan algunas de las ideas de Damasio, especialmente su visión del sentido de la vida y la búsqueda de la felicidad si uno sigue fielmente los postulados esbozados por Spinoza, sus pros y sus contras, posiblemente lo mejor del libro aunque el autor no esté en su terreno.


Lo peor: Una dificultad de lectura bastante variable, resalta la sencillez y el estilo directo y cercano de Damasio cuando trata temas filosóficos, como no podría ser de otra forma ya que no es especialista en el tema, y la complejidad y el estilo recargado cuando se adentra en las aguas más profundas de la investigación sobre el cerebro... para mi gusto es un ensayo demasiado "borracho" de datos no relevantes, demasiado atiborrado de nombres técnicos y científicos que no aportan nada a la claridad de la explicación y que tampoco significarán nada para el lector profano. Afortunadamente también tengo que decir que esas son las partes menos extensas y relevantes del libro, pero es una pena que la lectura se vea entorpecida por semejantes "escollos" que en alguna ocasión me hicieron pensar en dejar el libro de nuevo en la estantería.


1 comentario:

  1. Buena reseña, da ganas de leerlo.Yo personalmente soy un gran seguidor de Spinoza y me facina todo lo relacionado con su obra. Un abrazo.

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