sábado, 11 de marzo de 2017

1Q84


"Cuando dejaron de verse las lunas, el calor volvió a su pecho. Era un calor firme que, aunque vago, transmitía una promesa, como una pequeña luz en el camino del viajero. 

- A partir de ahora viviré en este mundo -, pensó Tengo con los ojos cerrados. Todavía desconocía cómo se había originado aquel mundo y bajo qué principios funcionaba. No tenía ni idea de qué iba a ocurrir a partir de entonces. Pero no le importaba. No había que tener miedo. Independientemente de lo que aguardase, sobreviviría en aquel mundo de dos lunas y encontraría su camino.

Siempre y cuando no olvidara aquel calor, y no perdiera el ánimo. 
Permaneció un buen rato con los ojos cerrados. Poco después los abrió y contempló por la ventanilla la oscuridad de la noche de principios de otoño. Ya no se veía el mar. 

-Voy a encontrar a Aomame-, se dijo Tengo con absoluta determinación. - Pase lo que pase, sea como sea este mundo, sea quien sea ella -"



Ficha: "1Q84", Haruki Murakami, Tusquets Editores, 1.459 páginas, ISBN: 978 84 8383 599 9 y 978 84 8383 620 0

Al comentar una novela de Murakami a estas alturas es inevitablemente entrar en un ejercicio de evocación de lecturas pasadas, envidio y a la vez compadezco a quien se encuentre por vez primera con este escritor… le envidio porque va a tener a su disposición el descubrimiento de un mundo singular que seguramente le va a marcar como lector para siempre, le compadezco porque quizás no consiga conectar con ese peculiar mundo y abandone a las primeras de cambio. 

"1Q84" fue la novela más ambiciosa de Murakami en bastante tiempo, siete años desde la publicación en 2.002 de su genial "Kafka en la orilla"... curiosamente el mismo tiempo transcurrido entre esta y "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo" publicada en 1.995, parece que cada siete años tiene que embarcarse en un proyecto más ambicioso que sus habituales novelas de menos de quinientas páginas, y eso que es un escritor que en modo alguno se duerme en los laureles y no cesa de producir y publicar trabajos. Sin embargo hay varios niveles en su obra, por un lado están sus ensayos y sus recopilaciones de relatos, por otro las novelas de extensión “normal”… y por otra las “grandes”, hay otro nivel en estas, por mucho que me gusten algunos de sus trabajos menos ambiciosos. Este es un escritor al que le van los grandes formatos en mi opinión, un escritor que gana mucho cuando le dedica tiempo y espacio a su escritura, cuando sabe que puede recrearse cuanto quiera y sumergirse en sus mundos de ficción y agarra una idea con ganas… por eso creo que "1Q84" pertenece a otra categoría, a la misma de “Crónica del pájaro que da cuerda al mundo” y “Kafka en la orilla”… se nota que escribió esta novela con placer, que le cogió gusto y se recreó en este particular universo y en contrapartida tengo que decir que hace tiempo que no leía una obra suya con tanto interés y emoción. No considero que "1Q84" sea su mejor obra, "Crónica..." pienso que está uno o dos pasos por delante, así como "Kafka en la orilla", pero bajo cualquier punto de vista está solo un poco por detrás... y personalmente la pongo ya desde ahora en el primer lugar, sin duda es la que más me ha gustado, seguramente por ser la última pero también porque yo tampoco soy el mismo lector que hace ya casi diez años tuvo por primera vez en sus manos una obra del genial japonés, ahora le aprecio mucho más si cabe. 

Viaje de ida y vuelta.
Conozco a dos personas que intentaron enfrentarse a la lectura de 1Q84 y salieron rebotadas… aunque por diferentes motivos, una porque se encontró con una historia de desarrollo tan lento que simplemente abandonó en el primer capítulo por carecer de la paciencia necesaria para ello, él seguramente es un lector cuyos gustos van más por otros derroteros, por los de la lectura ágil y amena donde al menos “pasa algo”, no se lo reprocho porque hace bastantes años también yo gustaba de ese tipo de lecturas casi en exclusiva. Esta no es una obra demasiado recomendable para iniciarse en la obra del escritor japonés, y seguramente hasta habrá lectores habituales del mismo a los que les haya costado terminarla. Su lentitud puede exasperar.

Otro lector porque se encontró con desagrado con la forma habitual, bastante cruda, de tratar el tema del sexo, sin tabús y sin tapujos… aunque creo que sin recrearse excesivamente ni tampoco mirar para otro lado o eludir el tema. Hay una intencionalidad de mostrar la relación entre pulsión sexual y el mundo de los sentimientos, aunque en ocasiones el sexo presente en sus novelas adquiera aspectos un poco "aberrantes". Y eso desde luego es un defecto imperdonable según la mentalidad de algunos lectores, para mí no desde luego porque no considero a Murakami un “obseso sexual” o mucho menos un “pederasta” tal y como lo calificaba este lector... aunque el calificativo de "viejo verde" sí que lo tiene bien ganado :-). En fin, cada uno está en su derecho de poner el límite al morbo y buen gusto allí donde prefiera, y aunque creo que el sexo en su narrativa es solamente un elemento más, generalmente no de los más importantes, sí que suele estar presente... y a veces de una forma un tanto gratuita, vamos que si lo quitas tampoco pasa nada. No, definitivamente el lector típico de Murakami no es el típico morboso en busca de "carne", ni el adolescente (o adulto) pajillero al estilo de los que leen "50 sombras de..." y aberraciones similares. No me imagino a nadie leyendo al japonés para alimentar sus fantasías sexuales, habría que estar un poco enfermo :-D.



"1Q84" es una novela de desarrollo lento, muy lento, donde hay capítulos en los que no ocurre casi nada, donde uno de los protagonistas se va de compras a un supermercado y nos enteramos de todo lo que compra y mete en la cesta, donde se nos hace partícipes de sus pensamientos mientras elige un tipo de verdura y mientras espera en la cola del super… y donde se nos dice cómo prepara la comida y lo que ocurre por su mente mientras tanto… vamos que no es el Ulises de Joyce, una novela monstruosa de cerca de mil páginas que transcurre en un solo día, pero en donde la acción propiamente dicha va a ser en buena parte de la misma casi inexistente, una novela que va a girar en torno a sí misma como un remolino, atrapándonos justo en su centro. Si eres de los que tienen prisa mejor buscar otro tipo de lecturas, en cambio si eres de los lectores pacientes y curtidos que comparten el gusto por la creación de ambientes y que saben seguirle el juego al escritor de turno… entonces vas a disfrutar de esta extraña obra, no tan singular cuando se han leído otras novelas de este atípico escritor, porque hay una cosa clara... la innovación y la originalidad en relación con el resto de su producción es bien escasa, es una novela 100% Murakami.

1Q84.
El argumento es sencillo, hay dos personajes principales que se van alternando en los capítulos impares y pares, Aomame, una mujer de casi treinta años, instructora de gimnasia y asesina profesional a tiempo parcial será la protagonista de los capítulos impares, Tengo, un gris profesor de matemáticas y escritor aficionado será el protagonista de los capítulos pares. Aomame tras su último "encargo" profesional comienza a darse cuenta de ciertos detalles extraños que la hacen creer que de alguna forma ha entrado en una especie de mundo paralelo al 1.984 que ella conocía, o creía conocer, un mundo paralelo al que denomina "1Q84". En japonés la letra Q y el número nueve son homófonos, de modo que deletreando el año y este nombre inventado ambos sonarían igual. 

Tengo vive también una doble vida, aunque en este caso no había dado el salto a ninguna actividad ilegal tal y como hace Aomame, aún claro... porque influido por su persuasivo editor, Komatsu, y seguramente cansado de su falta de éxito como eterno aspirante a novelista se le ofrece un trabajo a todas luces ilegal, pero que por algún motivo no puede rechazar. Consiste en reescribir la novela de una autora novel que una chica llamada Fukaeri, de solo diecisiete años, esta ha escrito una pequeña novela de corte fantástico que aunque rebosa originalidad e imaginación no tiene la menor oportunidad de ganar un importante concurso literario... la idea del editor Komatsu será reescribir completamente la novela utilizando a Tengo como "negro" y una vez pulidos sus defectos y desarrollada más la historia presentarla al concurso como si desde el comienzo la autora la hubiese escrito tal cual, vamos una estafa en toda regla. 

Como no podría ser de otra forma veremos como una y otra historia, la del novelista y la asesina, comienzan a complicarse, tomar algunos tintes y giros extraños... e ir relacionándose de forma inesperada, veremos como ese mundo paralelo "1Q84", un mundo donde existen unos seres extraños capaces de influir en las personas y realizar cosas imposibles, un mundo donde brillan dos lunas en el cielo, y donde Tengo y Aomame se sumergen más y más va tomando cuerpo y presencia, formando parte esencial del relato. 



Por su volumen esperaba encontrarme con una especie de "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo 2", no ha sido así, aunque desde luego guarda algunas semejanzas, entre las mismas por ejemplo la presencia del detective Ushikawa, y un lento y progresivo peso del elemento fantástico dentro de una historia que aparentemente parece anodina y sencilla va evolucionando de forma progresiva. Volvemos a encontrarnos una serie de elementos propios del autor y que en esta novela desarrolla, dada su extensión, una y otra vez... unas descripciones detalladas, no de todo por supuesto, pero sí de elementos que no siempre tienen componentes fantásticos o inusuales, especialmente de temas que pueden expresarse fácilmente con palabras, tales como recuerdos, sentimientos... y en ocasiones sensaciones extrañas, esta es una obra llena de metáforas y de un intento de rizar el rizo y describir lo indescriptible. 
Era ya algo que aparecía en el resto de su obra, pero aquí más si cabe. 

Tal y como apunté antes la acción es lenta, aunque no inexistente, la novela da la impresión de moverse con majestuosidad... cómo un iceberg en el océano, movimientos lentos pero poderosos, y una sensación continuamente en el ambiente de que todo puede estallar en mil pedazos, una tensión contenida y una atmósfera extraña que impregna casi toda la historia. Murakami nos ofrece aquí algunas de sus mejores descripciones de caracteres de toda su producción, esa forma tan original de presentar a los personajes, de utilizar metáforas para describir sus rasgos físicos... utilizando elementos ajenos al cuerpo humano y a las ropas para realizar sugerentes y originales comparaciones, yendo mucho más allá de la mera representación visual... hay que leerle para entender esto. 

En los personajes principales, Murakami se introduce además en su psique y trata de hacer ver al lector la forma en la que estos captan la realidad, los pensamientos de los mismos y su mundo interior, inaccesible para los demás, tomará gran importancia en el relato. Volveremos a encontrarnos con personajes secundarios interesantes... a veces reducidos a meros arquetipos, otras a elementos fundamentales de la historia, como el repelente detective Ushikawa ya mencionado, y por lo visto especialmente querido por Murakami... que pasa de personaje secundario a compartir protagonismo con Tengo y Aomame en la tercera parte. 

Nos encontraremos, como no, con dos elementos fundamentales en la narrativa de Murakami, los sueños y la música. Naturalmente que harán su aparición también sus tradicionales temas como son el sentimiento de soledad y alienación de la vida moderna, la búsqueda de sentido de la vida, el sentimiento de extrañeza ante el mundo y la sensación de no pertenecer a ninguna parte, la sensación de vacío, los recuerdos, la muerte, el sexo y el amor... los grandes y pequeños temas de siempre están ahí y van a presidir como siempre las tribulaciones de los protagonistas. Sin embargo considero a esta novela la más "musical" del escritor nipón. 

Música y estructura. Las dos primeras partes que fueron publicadas juntas en 2.011 en España forman un total de 48 capítulos, y se asemejan en cuanto a estructura a la obra musical de Juan Sebastian Bach denominada "El clave bien temperado", que consta del mismo número de partes si sumamos sus dos volúmenes... un preludio acompañado de una fuga, doce pares en total, multiplicados por dos con el segundo volumen. Puede sonar extraño, lo sé, pero creo que es imprescindible conocer esta obra musical de Bach y haberla escuchado varias veces para llegar a entender del todo este "1Q84" de Murakami, o al menos haber escuchado con asiduidad la música de contrapunto barroca, pues el ritmo de su narración y la escritura es similar.



Ya sabíamos que Murakami era un gran aficionado a la música, que suele tener costumbre de leer acompañado de música clásica o jazz habitualmente, que posee una gran cultura musical y que cuando escribe él mismo confiesa que se imagina a sí mismo como un pianista de jazz improvisando... pero es que hay cosas de esta novela que solo se entienden desde el punto de vista musical. Así que aviso, todas esas reiteraciones, la circularidad de un relato que parece un perro persiguiéndose la cola, las referencias a sí misma... no son capricho del autor para "meter paja", son un recurso más... "1Q84", especialmente en sus dos primeras partes, es una especie de "novela contrapuntística", dos melodías que se entremezclan, de igual rango, que por separado formarían una historia-melodía completa en sí misma, pero que al entremezclarse forman algo más que la suma de sus partes y suenan o discurren con armonía... esa era la intención del autor ¿lo ha conseguido?, bueno, en lo que a mí respecta indudablemente SI. 

Personalmente ya conocía esta composición del genial compositor alemán desde hace bastantes años... y se encuentra entre mis favoritas, pero es que dan ganas de hacerla sonar mientras uno lee esta novela. Si en "Crónica..." la novela comenzaba majestuosamente con los sones de "La Gazza Ladra" de Rossini, escuchada por su personaje principal, Toru Okada, en casa mientras cocina unos espaguettis, en esta obra la "overtura" nos la proporciona "La Sinfonietta" de un compositor checo ,completamente desconocido para mí, llamado Leos Janacek, escuchada desde la radio de un taxi... ni que decir tiene que gracias a esa maravilla conocida como Youtube ya la he escuchado alguna que otra vez, eso sí... me sigo quedando con Bach ;-). 

En definitiva... guste más o menos estamos ante la obra más musical del compositor nipón, cuyas insistentes repeticiones y reiteraciones, así como los cambios de tono y ritmo lento, tal como comenté antes, creo que obedecen a cierta intencionalidad formal. Por cierto esta novela me ha recordado mucho, quizás por su simplicidad, a la anterior comentada ya aquí "Baila, baila, baila", de 1.988, es una sensación que no he conseguido quitarme de encima leyendo esta obra, no se si por las traducciones o por qué motivo pero la considero más cercana a sus primeras novelas que a la barroca "Crónica... " o a la extraña y genial "Kafka en la orilla" ¿será impresión subjetiva mía? ... o es que también quería de alguna forma acercarse a sus obras de comienzo de los ochenta, la época en la que transcurre esta narración... a saber.

Mundo interior. Otro tema que quiero señalar aquí es el omnipresente elemento onírico, veremos pocas descripciones de sueños... y es que no es necesario ya que en el mundo imaginado de Murakami los protagonistas en cierta forma sueñan despiertos... las descripciones de personajes en ocasiones se asemejan mucho a las imágenes deformes e insólitas que en ocasiones aparecen en nuestros sueños, cuando el cerebro tiene que intentar reconstruir una imagen real en base a recuerdos almacenados en la memoria, aun cuando la narración se refiera a una situación supuestamente real. El escritor japonés utiliza este recurso para añadir un componente extraño en sus novelas, puede hablar de las cosas más cotidianas y banales que quepa imaginar, pero siempre hay una atmósfera rara. También le van, y se nota mucho en esta novela, los ambientes claustrofóbicos, personajes enterrados en vida entre cuatro paredes donde la narración no tiene más remedio que seguir el transcurso de sus acciones más simples y sobre todo seguir el curso de sus pensamientos, porque sencillamente no sucede nada más. Los sueños, los pensamientos, reflexiones, sensaciones y la imaginación de sus protagonistas pasan a ser el elemento principal, y no la acción de lo que hacen o dicen. Si ya la narración se encierra en una especie de ovillo pequeño y cerrado, termina cerrándose aún más en la mente de los protagonistas. 

Conclusión.
En una entrevista durante la promoción de esta novela, Murakami hacía alusión a cómo el mundo se convertía en un lugar más y más desconocido, accidentes como el de la central nuclear de Fukushima, acaecido cuando la obra ya estaba publicada en su totalidad en Japón, venían a mostrar que no solamente no conocíamos, ni podemos conocer, el futuro... que el futuro es un lugar incierto  hasta que se convierte en presente, pero que también lo es el pasado. Cuando Orwell publicó su 1.984, escrito en los años 40 como una crítica demoledora de los totalitarismos y muy especialmente del régimen de la Rusia de Stalin, no solamente hablaba de un futuro oscuro donde una dictadura oprime al mundo, sino también de cómo esa dictadura reinventa y modifica aquello denominado "verdad", llegando a modificar inclusive el pasado... tal y como hizo Stalin cuando represalió a Trosky y sus partidarios, no solamente fueron expulsados y asesinados, sino que también se reescribió el pasado eliminando al antiguo dirigente y fundador del ejército rojo de las fotos oficiales de años anteriores. Chernobyl primero y Fukushima después, nos han demostrado que todo cuando nos habían contado sobre la seguridad de la energía nuclear era erróneo, un engañabobos refrendado en ocasiones por prestigiosos hombres de ciencia, así ha ocurrido en este siglo XXI con muchas cosas, particularmente en España llevamos una racha especialmente intensa de "caídas del burro" respecto a muchas cosas, a la bondad y conveniencia de la Unión Europea y la moneda única, a la labor vigilante y reguladora del Banco de España, a la honestidad de la monarquía y la jefatura del estado, a la honradez de los partidos políticos... de los que pensábamos hasta no hace tanto que la deshonestidad era cosa de una minoría... En fin, en este Siglo XXI no solamente el futuro deviene en algo incierto, sino que incluso ya no tenemos seguridad respecto al pasado y a que este en realidad no fue nunca realmente como pensábamos que era. 

Esa sensación, de que las cosas no son como habíamos creído que eran, impregna el espíritu de la novela, y también buena parte de la narrativa de Murakami, para mí sin duda el autor más importante para comprender esta época tan extraña. De ahí que ese mundo alternativo e irreal denominado "1Q84" no sea más que una metáfora de los tiempos que nos ha tocado vivir en este cambio de siglo y milenio. 

He tenido noticias hace poco que Murakami acaba de estrenar otra novela, denominada provisionalmente "Matar al comendador", ha salido en su país dividida en dos tomos, de aproximadamente mil páginas cada uno...  el escritor nipón sigue fiel a su ritmo de publicar una obra monumental cada siete años aproximadamente. Probablemente estemos ante una obra tan extensa, o más, que esta, todavía es pronto para decirlo y seguramente a estas alturas el encargado, o encargados, de su traducción al castellano y al inglés deben estar trabajando a toda máquina. No hay información todavía en internet sobre su argumento... pero apuesto, es más estoy más que seguro, a que es una historia muy semejante en espíritu a esta otra obra. El filón sigue abierto y seguramente va a seguir proporcionando historias interesantes. 


Lo mejor: Si eres un incondicional de Murakami esta es una obra que te encantará, y que seguramente habrás leído hace tiempo, si no has leído nada del autor japonés mejor comenzar por otra para irle cogiendo el gustillo, aunque tarde o temprano te toparás con este enorme tocho de más de 1.400 páginas... tengo que decir que la he disfrutado de comienzo a fin y que si bien es cierto que ya me quemaba un poco en las manos pues estoy acostumbrado a despachar cualquier libro en el plazo de siete días como mucho, la sensación que me embarga es tan buena que hubiera comenzado a leerla de nuevo apenas terminada. Una obra con todo lo bueno y lo malo del escritor japonés, casi a la altura de sus mejores producciones. Me han encantado esos subtítulos que acompañan a cada capítulo. Muy recomendable.


Lo peor: No es mejor que las obras extensas ya señaladas al comienzo, queda uno o dos pasos por detrás en mi opinión, Murakami sigue sin superar el listón que dejó bien alto en 1.995... da además la impresión de ser una especie de "novela souflé" , es decir de una historia sobredimensionada, que daba como mucho para escribir una novela de setecientas páginas... y que se quedó en el doble. Personalmente no creo que esto sea en sí un inconveniente, pero comprendo a cualquier lector que se queje de tanta extensión. Su final, que no voy a destripar aquí, creo que es el correcto y de hecho el único posible... pero igual no termina de cuadrar a más de uno. También hay situaciones y giros en el argumento notablemente forzados, para tanta extensión hay veces que pienso que Murakami se volvió un poco vago o que le faltó imaginación, tomando atajos fáciles... todo el capítulo clave de la historia, el que refleja el aguacero retratado en la portada, me parece un despropósito, una tomadura de pelo... por no hablar de los cabos que quedan sueltos... definitivamente Murakami sigue sin superar su propio listón de "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo", lo ha intentado y hay cosas de esta obra que recuerdan a aquella... pero siento que aún le falta algo. Esperaré la traducción y publicación de su última obra con mucho interés, ojala de aquí a un año o poco más pueda escribir en este blog "¡lo consiguió!, ¡por fin llegó la obra maestra que todos esperábamos!".

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