"Dicen que mi país tiene forma de piel de toro, pero yo siempre he pensado que se parece más al pictograma que ponen en la etiqueta de los zapatos de cuero, y esas pieles no provienen del toro sino de animales peores tratados por la mitología. Si yo me empeicinase en mantenerme leal a la tradición y aceptase que nuestras fronteras dibujan una piel de toro, enseguida oiría voces discrepantes: unas gruñirían que la piel es de cerdo; otras murmurarían que es un disfraz de piel de cordero, y un tercer grupo, menos numeroso, pero compuesto por voces más atronadoras, exigiría que dejemos de matar animales de inmediato, aunque sea figuradamente, y nos obligaría a vivir en un país con forma de tofu."
Ficha: "Un abuelo rojo y otro abuelo facha", Juan Soto Ivars, editorial Círculo de Tiza, 395 páginas, ISBN: 978 84 94 434 051
Tras la lectura del anterior libro comentado en este blog me quedé tal y como se queda uno tras una comida contundente y muy especiada, con el paladar abrasado, de ahí que ya encontrase "sosas" otras lecturas que en otras condiciones me hubieran apetecido... pasaron por mis manos varios libros procedentes de la sección de novedades de la biblioteca, dos de ellos los dejé a medias, una colección de relatos de Roald Dahl y un ensayo sobre política en tono irónico pero que terminé encontrando terriblemente fatalista, cargante y pretencioso llamado Idiocracia. Tras estas dos lecturas fallidas me atreví con un libro de divulgación científica publicado con una gran campaña, como todo lo que ha sido primero éxito fuera de nuestras fronteras... pero que dejé de lado apenas leídos dos capítulos, lo encontré tan insípido como un huevo sin sal, o era el libro en sí, o más bien era mi paladar arrasado tras la lectura de Instrumental, el caso es que llegó a mis manos este libro de título tan curioso, comencé a leerlo sin ninguna expectativa y pronto quedé enganchado, enseguida me dije que sí, que esta era mi próxima lectura. Aquí lo tenéis.
Por mi blog han pasado algunos libros de autores nacidos en mi región, Murcia, no son muchos pero sí que son muy diversos, autores como Jerónimo Tristante que parece haber tocado techo inmerso en un tipo de libros que ya no me interesan nada, o Enrique Rubio, últimamente demasiado centrado en polemizar en la red sin sacar nada interesante... de ahí que haber encontrado un autor de mi tierra, al menos en origen, que no conocía y que además me ha gustado es todo un descubrimiento.
Juan Soto Ivars, es columnista habitual del diario "El Confidencial", uno de tantos que pululan por la red, y ha publicado artículos también en la revista Papel de El Mundo, aparte de otras colaboraciones con El País y otras revistas. Además de sus colaboraciones con estos medios también ha escrito un par de novelas, "Siberia" y "Ajedrez para un detective novato", ambas ganadoras de premios. Aquí lo tenemos con una mezcla de ensayo, novela autobiográfica y una recopilación de algunos de sus artículos. En el mismo encontraremos relatos de su niñez, adolescencia y su primera juventud marcada por el deseo de convertirse en escritor, y sobre todo muchas referencias a su familia y a la política y peculiaridades de nuestro país.
El título del libro se refiere a un dato personal, la mitad de sus abuelos son de derechas, de los de toda la vida tal y como se suele decir, y la otra mitad de izquierdas. Juan los adora a todos, y el libro entre otras muchas cosas viene a ser una especie de "deconstrucción" de ese tópico tan manoseado de "las dos Españas", ese que aparece con especial fuerza en momentos clave de crisis, que es notoriamente falso y engañoso, y que nos perjudica como nación más de lo que nos atrevemos a admitir. Las puyas al dogmatismo de izquierdas y al de derechas van a estar presentes durante casi toda la narración, también muchas referencias al nacionalismo separatista catalán, tan de moda en estos últimos años coincidiendo con el abandono de las armas del separatismo radical vasco. Juan nació en Águilas (Murcia), vivió en Alcantarilla, un pueblo a las afueras de Murcia, pero también en Tánger en Marruecos, en Madrid y en Barcelona... de modo que aunque su origen es murciano, a estas alturas posiblemente ya le sea difícil identificarse con un lugar concreto. Él mismo comenta cómo aprendió a disimular su acento, que tan mala fama nos da a la gente de Murcia... en mi opinión de forma completamente injustificada ya que hay otras comunidades donde se maltrata más al castellano, y cómo ha llevado eso de residir en diferentes puntos de nuestra geografía, y tal y como como ocurre en la vida de todos los viajeros, el cómo ha afectado a su vida y a su forma de ver las cosas.
Juan escribe muy bien, en mi opinión sus artículos publicados en la red no dan idea de sus capacidades como escritor, ha sido un disfrute el leer acerca de las reflexiones de alguien joven, nacido en 1.985, pero ya con suficientes vivencias personales como para atreverse con un libro de tintes autobiográficos apenas pasados los treinta, no todo el mundo tiene a sus años sus experiencias, o si las tiene probablemente no va a saber sacarles el partido que él demuestra en este libro. Otro asunto distinto es el tema de la política, confiesa sin rubor su militancia en un minúsculo partido comunista, su posterior cambio de 180 grados, y su descreimiento, que tuvo como consecuencia su adhesión al liberalismo, para finalizar luego de nuevo girando hacia la izquierda... unos bandazos en su forma de pensar que a mí solo me indican una cosa, una falta de dogmatismo y un cuestionamiento de las cosas bastante sano. Decía el gran Viktor Korchnoi que un ajedrecista que cambia su repertorio de aperturas a lo largo del tiempo simplemente demuestra ser un ajedrecista en evolución, para mí sirve igual con el tema de las ideas políticas, el inmovilismo, el pasarse toda la vida votando lo mismo o sirviendo a las mismas ideas sin cambiar un ápice me recuerda a los fósiles, inmutables y ajenos al cambio, pero también muertos.
El libro está lleno de ironía, hay episodios de su vida descritos con una especial gracia, como esa adhesión de muy joven a un partido comunista, la experiencia de su primer trabajo, o el estado en el que se encontraba ese piso de estudiante en Madrid. Seguramente los momentos más entrañables son los que dedica a hablar de sus abuelos, muy diferentes entre sí, con ideas contrapuestas, pero grandes trabajadores, sabios y por encima de todo buenas personas. Ese contacto desde su niñez con personas de notable calidad humana que profesaban ideas muy diferentes es lo que le hace desconfiar de cualquier maniqueísmo de "buenos y malos" que tanto emponzoña habitualmente la vida política española. Cargado de ironía el capítulo dedicado a su hermano menor... en el que no deja de mostrar la manía que le tuvo siempre y cómo las cosas cambiaron radicalmente a raíz de un suceso.
La política tendrá peso en la narración desde el comienzo, me ha gustado su particular visión del proceso independentista catalán... y es que oyendo a determinados sujetos parece que allí todo se reduce a una división de buenos y malos... da igual desde el punto de vista que lo veas. Juan lo hace mejor, muestra la división íntima de la sociedad catalana, y explica mejor que nadie el porqué el proceso de independencia de momento no puede triunfar... pero también explica muy bien el hecho de que en Cataluña esta va a seguir siendo una aspiración de una parte de la población, se pongan como se pongan las cosas. El cuadro final es verdaderamente lamentable, con los políticos de todas las tendencias conformando un verdadero circo alejado completamente de la realidad social de la calle.
El libro está lleno de ironía, hay episodios de su vida descritos con una especial gracia, como esa adhesión de muy joven a un partido comunista, la experiencia de su primer trabajo, o el estado en el que se encontraba ese piso de estudiante en Madrid. Seguramente los momentos más entrañables son los que dedica a hablar de sus abuelos, muy diferentes entre sí, con ideas contrapuestas, pero grandes trabajadores, sabios y por encima de todo buenas personas. Ese contacto desde su niñez con personas de notable calidad humana que profesaban ideas muy diferentes es lo que le hace desconfiar de cualquier maniqueísmo de "buenos y malos" que tanto emponzoña habitualmente la vida política española. Cargado de ironía el capítulo dedicado a su hermano menor... en el que no deja de mostrar la manía que le tuvo siempre y cómo las cosas cambiaron radicalmente a raíz de un suceso.
La política tendrá peso en la narración desde el comienzo, me ha gustado su particular visión del proceso independentista catalán... y es que oyendo a determinados sujetos parece que allí todo se reduce a una división de buenos y malos... da igual desde el punto de vista que lo veas. Juan lo hace mejor, muestra la división íntima de la sociedad catalana, y explica mejor que nadie el porqué el proceso de independencia de momento no puede triunfar... pero también explica muy bien el hecho de que en Cataluña esta va a seguir siendo una aspiración de una parte de la población, se pongan como se pongan las cosas. El cuadro final es verdaderamente lamentable, con los políticos de todas las tendencias conformando un verdadero circo alejado completamente de la realidad social de la calle.
Me han gustado especialmente los capítulos dedicados a la enseñanza de la literatura, el dedicado a una antigua profesora, el artículo dedicado a la prohibición de la filosofía, el dedicado a internet, la corrupción... hay mucho donde escoger en el libro. Sobre todo me ha gustado esa visión ácida e irónica del actual estado de la política española, seguramente porque coincide bastante con la mía propia. Hubo un punto en el que uno podía aspirar a que las cosas cambiasen por la fuerza de las urnas y ver derrotada la vieja política, esa que hace aguas por todas partes, pero sin embargo los últimos resultados electorales, la crisis del otro gran partido y los errores de bulto de los nuevos hacen que la necesidad de un diálogo verdadero se vaya instalando... y es algo a lo que en nuestro querido país no estamos acostumbrados. Juan Soto Ivars se lamenta pero sin lanzar soflamas pesimistas o apocalípticas, esto es lo que hay y mejor acostumbrarse y sacarle aquello que de bueno tiene.
Lo mejor: Un escritor joven pero notoriamente solvente, con la cabeza muy bien amueblada, y seguramente a estas alturas bastante acolchada dada su afición a dar patadas al avispero del dogmatismo (de uno y otro signo)... en sus artículos le gusta provocar y llamar la atención, los hay muy incisivos y acertados y otros menos currados, lo que no hay en él es una intención de provocar gratuitamente o de "hacer sangre", ni tampoco la desazón y el pesimismo que tanto abundan. Su visión a pesar de todo es optimista y amable, eso para mí, junto con su buen estilo, hace que valga la pena leerle.
Lo peor: La última parte del libro desmerece un poco al resto, da la impresión de estar constituida por material de relleno, yo la hubiera quitado directamente. La pequeña editorial donde se ha publicado este libro tiene también otros títulos interesantes, ha sido otro descubrimiento con esta lectura, los ensayos minoritarios apartados de los gustos generales tienen por desgracia su contrapartida en el excesivo precio, menos mal que he podido leerlo en préstamo :-).
hola! nos presentamos , somos de la morada del buho lector y venimos del blog de jc y fue todo un placer hallar tu blog, aparte de que tienes muchas lecturas, las hay variadas y comentas mucho, cosa que nos encanta. asi, que con tu permiso, te llevamos y compartimos, esperando leer mas de ti. gracias y un enorme saludobuho.
ResponderEliminar¡Hola!, gracias por leerme, acabo de visitar vuestro blog y es muy bonito. Lo añado a mi lista de blogs. ¡Hasta pronto! :-D
EliminarNo he leído nada de Soto Ivars, pero sólo ver por lo que dices que es un hombre de criterio independiente me lo hace atractivo. No hay cosa que más rabia me dé que esa frase tan manoseada de "Yo no soy chaquetero" o "de derechas (o izquierdas) de toda la vida" pues viene a revelarme a personas muy. erradas e intransigentes. Además, es murciano (ja, ja...). Yo no.
ResponderEliminarMe apunto el título.
Un abrazo