"Sugiero que la alternativa es aceptar que hay algo que con justicia podemos llamar verdad, aun cuando no sea exactamente lo que los realistas entienden por verdad, y que nuestro conocimiento de esta verdad es falible e incierto. Es más difícil luchar por dar sentido a las noticias siguiendo este sendero que suspender el juicio o aferrarse dogmáticamente a un punto de vista fijo. Pero, creo, que es la única manera de proceder filosóficamente justificable."
Ficha: "Más allá de la noticia. La filosofía detrás de los titulares", autor Julian Baggini, Editorial Cátedra - Colección Teorema, 270 páginas, ISBN: 9788437621265
Este es el segundo libro de Julian Baggini que leo, el primero fue "La trampa del ego", ya comentado oportunamente en este blog. Tras leer este otro trabajo, bastante anterior en el tiempo, de Julian me pregunto si este hombre posee algún libro malo o mediocre, creo que voy a seguir leyéndole a ver si doy con alguno ;-).
En este pequeño, pero denso, trabajo sobre divulgación filosófica podemos ver ya esbozados algunos de los temas que serán tratados más adelante en su obra, los dilemas filosóficos (El cerdo que quería ser jamón), la esencia y definición de lo que define a un ser humano (La trampa del ego) y la manipulación mediática y la visión filosófica tras las noticias (¿Se créen que somos tontos?).
Aunque el tema de la vinculación de la filosofía con las noticias se tratará también en esa última obra mencionada el propósito de la que aquí nos ocupa es distinto... algo hay de denuncia de la manipulación de las noticias en este libro aunque esencialmente el enfoque es diferente. Se trata básicamente de mostrar como la filosofía nos puede ayudar a la hora de valorar todas esas noticias que solemos ver a diario en la prensa y los medios de comunicación. El trabajo no solamente muestra la utilidad de la filosofía sino también hace hincapié en sus limitaciones y en su particular parcela de actuación. Nunca se esgrime la idea de que la misma sea una panacea o que el razonamiento filosófico pueda ayudarnos siempre a dilucidad cual es la verdad que se esconde tras los titulares... pero sí en cambio de como este puede echarnos una mano a la hora de pensar mejor y poseer un espíritu crítico no solamente con aquello que nos muestran los medios de comunicación sino también, y sobre todo, con nuestras propias ideas. La precisión en el lenguaje, abandonando los enunciados disimuladamente partidistas y la evitación de los errores categóricos al comparar elementos pertenecientes a ámbitos diferentes son dos ejemplos de ello.
El libro se hace eco de una serie de cuestiones mundialmente conocidas, algunas no tanto, y las usa como pretexto para enjuiciar o al menos aclarar las cosas, o en ocasiones, para demostrarnos que no todo es tan sencillo como parece. El escándalo Clinton-Lewinsky de finales de los noventa por ejemplo servirá de excusa para tratar con el problema filosófico del ámbito privado y el ámbito público y sus fronteras en las personalidades públicas. El inicio de la guerra de Afganistán de 2.002 tratará sobre la legitimidad o ilegitimidad de las guerras y del tema de a que llamamos "guerra justa". También se tratará el tema de la política y se hará eco de las críticas vertidas sobre el gobierno de los años noventa del nuevo laborismo británico, y del análisis de las mismas. Temas como el medio ambiente y la defensa del mismo, las sectas, la utilidad del gasto público en cultura y entretenimiento... el proceso siempre es el mismo:
Primeramente se expone una noticia, posteriormente se examinan todos los factores que tenemos que considerar a la hora de posicionarnos críticamente a favor o en contra en el caso de que sea un asunto controvertido que pueda ocasionar algún tipo de debate. Si existen cuestiones importantes de fondo se examinan estas y las diferentes opiniones, con argumentos a favor y en contra... para posteriormente llegar a una conclusión habitualmente generalista de como tratar asuntos parecidos.
No se llega a una conclusión clara y definitiva de quien tiene la razón o no en los asuntos que ocupan al libro, este no es su propósito, sino que nos muestra todo el proceso de análisis y razonamiento a la hora de tomar una postura sobre los mismos. Este creo que es la principal enseñanza del libro, su razón de ser, tratar de enseñarnos a pensar... no quedarnos solamente en la superficie del problema sino ahondar en la naturaleza del mismo y examinar sus implicaciones poniendo en tela de juicio si es preciso nuestras propias ideas aunque se llegue a conclusiones que no nos gustan...
No se llega a una conclusión clara y definitiva de quien tiene la razón o no en los asuntos que ocupan al libro, este no es su propósito, sino que nos muestra todo el proceso de análisis y razonamiento a la hora de tomar una postura sobre los mismos. Este creo que es la principal enseñanza del libro, su razón de ser, tratar de enseñarnos a pensar... no quedarnos solamente en la superficie del problema sino ahondar en la naturaleza del mismo y examinar sus implicaciones poniendo en tela de juicio si es preciso nuestras propias ideas aunque se llegue a conclusiones que no nos gustan...
El libro es por eso una especie de ejemplo de filosofía aplicada a asuntos reales que nos muestra tanto el potencial de esta para ayudarnos a elaborar un pensamiento más exacto y crítico como también comprender los límites del mismo y de la propia filosofía, allá donde la última palabra la tienen los científicos, los médicos o los economistas la filosofía ha de mostrarse prudente y cederles el paso... no obstante Julian insiste una y otra vez en el papel de la misma a la hora de dilucidar cuestiones, sobre todo cuestiones complejas donde hay muchos factores a tener en cuenta.
No es una tarea sencilla y pocos de los temas tratados en el libro terminan siendo definitivamente resueltos, lo que no era tampoco pretensión del autor... básicamente se nos insiste una y otra vez en el papel de la reflexión y exámen de nuestros propios juicios, en adoptar una actitud humilde y no creernos en posesión del saber o la razón en un determinado asunto sin haber reflexionado cuidadosamente sobre el mismo antes. Y darnos también cuenta del papel que las emociones, tan necesarias como engañosas, y los prejuicios, tan universalmente distribuidos, poseen a la hora de nuestra valoración de todos estos y otros asuntos. En definitiva una invitación a la reflexión y la prudencia y también a utilizar la filosofía y su modo lógico de operar con las ideas a la hora de pensar.
No es una tarea sencilla y pocos de los temas tratados en el libro terminan siendo definitivamente resueltos, lo que no era tampoco pretensión del autor... básicamente se nos insiste una y otra vez en el papel de la reflexión y exámen de nuestros propios juicios, en adoptar una actitud humilde y no creernos en posesión del saber o la razón en un determinado asunto sin haber reflexionado cuidadosamente sobre el mismo antes. Y darnos también cuenta del papel que las emociones, tan necesarias como engañosas, y los prejuicios, tan universalmente distribuidos, poseen a la hora de nuestra valoración de todos estos y otros asuntos. En definitiva una invitación a la reflexión y la prudencia y también a utilizar la filosofía y su modo lógico de operar con las ideas a la hora de pensar.
"Si queremos evitar que se nos manipule y si hemos de ver a los políticos de acuerdo con su verdadera luz y emitir juicios sólidos acerca de sus respectivas políticas, es menester mantenerse alerta a algunas de las distinciones básicas en el lenguaje que se utilice para hablar de política. Para eso necesitamos trascender nuestras adhesiones emocionales y nuestros hábitos políticos. La filosofía puede ayudarnos en esta tarea y contribuir afortunadamente a hacer de nosotros animales políticos más prudentes".
"La persona auténticamente filosófica trata sus propias opiniones con tanto escepticismo como las de los demás. Siempre está dispuesta a someter cualquier creencia a examen racional, no como un juego, sino con el fin de entender mejor. La amplitud de sus perspectivas y la apertura de sus argumentos dan a su vida una suerte de libertad y de espacio. Adquiere un sentido de perspectiva y de humildad. Aprende a distinguir cuánto es adecuado pensar y qué tipo de razonamiento se adapta a diferentes propósitos."
Lo mejor: Como aficionado a la filosofía y a las cuestiones que la misma plantea el libro me ha gustado mucho, posee la diversidad típica de los trabajos destinados al lector no especializado aunado a una excelente claridad expositiva, no exenta de profundidad. Los temas tratados son importantes, la moralidad de los actos de guerra, la separación entre vida privada y pública, el medio ambiente y los límites aceptables en su defensa, el sentido de la vida, las sectas, la problemática sobre el aborto y la eutanasia, la existencia o inexistencia de una verdad objetiva... todos ellos temas apasionantes donde la filosofía tiene mucho que decir y en los que los lectores de este magnífico ensayo verán reflejados sus pensamientos y opiniones. El libro aparentemente pequeño y breve posee una gran densidad de ideas y argumentos aunque no por ello resulta árido en ningún momento. Baggini es un magnífico escritor y ensayista y en esta obra, uno de sus primeros trabajos, lo pone de manifiesto de principio a fin. Muy recomendable.
Lo peor: Su excesivo precio, aunque el libro posee un formato engañoso "de bolsillo" posee un precio que no está para nada en concordancia con el mismo. De hecho el ejemplar leido y comentado aquí fue tomado en préstamo en la biblioteca, lo tuve en mis manos con idea de comprarlo hace unos meses y deseché la idea debido al precio inaceptable para una obra en este formato... a ver si se dan cuenta de una vez las editoriales de que esta situación solo fomenta la biblio-piratería.
Aparte de eso el libro aunque presenta unas cuestiones casi intemporales que siguen y seguirán vigentes muchos años, es cautivo de las noticias que presenta... su año de publicación, 2.002, le ha hecho "envejecer" un poco... es cierto que los argumentos que se esgrimen para enjuiciar lo acertado o lo equivocado de la guerra de Afganistán podrían aplicarse al conflicto de Irak al año siguiente, o que el escándalo Lewinsky podría aplicarse a sí mismo a otros posteriores... pero hubiera sido interesante ver esos mismos argumentos aplicados a estos casos, así como a otros como la existencia de la prisión de Guantánamo, o al conflicto palestino-israelí. La tésis defendida por Baggini a favor del uso de la filosofía en el análisis de las noticias creo que peca un poco de ingénua y de insuficiente cuando nos enfrentamos a asuntos que poseen muchas caras y donde la cantidad de información es apabullante, al final son las emociones, las adhesiones a tal o cual ideología y los prejuicios de turno los que me temo que terminan dictándo nuestra postura, si es que existe tal cosa... para usar la filosofía como herramienta de análisis hay primero que ser filósofo o pretender serlo.
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