Ficha: ¿La injusticia de la justicia?, Tania
Miralles Gil, Editorial Círculo Rojo, 332 páginas, ISBN: 9788490300
De nuevo otra lectura por
encargo, o casi, en este caso se trata de uno de mis regalos de estas navidades
obsequio de mi hermana que conoce mejor que nadie mi obsesión por la lectura y
que tiene la osadía de asomarse de vez en cuando a este blog :-). Por lo visto
conoce a alguien en su trabajo que es familiar o conocida de la autora del mismo así que
tengo en mis manos un ejemplar firmado e incluso con una dedicatoria... todo un
lujo muy poco frecuente en mi biblioteca.
Tania Miralles se estrena en el
mercado literario con una especie de “trhiller” judicial, la historia es bien
simple... dos jóvenes empresarios, Marcos y Noah, han sido acusados de un delito de tráfico de
drogas y armas y detenidos. Ambos son inocentes pero han quedado atrapados en
las redes del aparato judicial y asisten estupefactos a una situación que jamás
podrían haber imaginado, verse entre rejas por un delito que no han cometido y
sin saber a ciencia cierta como va a terminar la pesadilla en la que están
inmersos. La historia está basada en un caso real, solo la autora sabe que
elementos corresponden al relato de los protagonistas y cuales han sido
añadidos o modificados en la misma.
La convivencia en sociedad hace
necesarias las leyes, el fundamento de las mismas consiste principalmente en un
equilibrio entre la defensa de los intereses individuales de cada miembro de la
sociedad y su protección frente a los intereses de los demás. Sin embargo hasta
la ley más perfecta se convierte en simple papel mojado si el estado en
representación de la sociedad en su conjunto no provee los medios necesarios
para la vigilancia de su cumplimiento... ahí entran en acción las fuerzas de seguridad y
la organización judicial, y por desgracia también entran los seres humanos con
sus defectos, sus prejuicios, sus debilidades y corruptelas...
De la mano de la escritora que se
presenta a sí misma desde el comienzo como narradora de los hechos y del relato de los dos protagonistas, se nos hace partícipes de una historia
conmovedora y profundamente humana donde seremos testigos de las tribulaciones
de las dos infelices víctimas de un error judicial, de su humillación y
conversión en dos sujetos sin apenas derechos por una simple equivocación en la
investigación policial, propiciada en buena medida por la imagen que ambos
proyectan de jóvenes hombres de negocios de éxito... algo que forzosamente ha
de parecer sospechoso en las calenturientas mentes de los investigadores
seguramente también aguijoneadas por la envidia.
La sorpresa y la incredulidad
inicial, mayúscula al ser ambos inocentes, va dejando paso a la preocupación,
el dolor por la humillación y la rabia. Se verán metidos de lleno en un régimen
carcelario y conocerán un mundo marginal que antes veían muy de lejos... uno de
los padres del movimiento punk británico dijo una vez tras su paso por la
cárcel que esta “era una experiencia que todo el mundo debería vivir alguna vez
en su vida”... era un tipejo repugnante y lleno de odio pero algo de razón
debía tener porque forzosamente algo así ha de transformar la percepción que se
tiene de las cosas para siempre. Alguna
contrapartida buena tiene sin duda al dolor y el sufrimiento que sin buscarlo
en modo alguno les cae encima a sus protagonistas. Ambos no volverán a ser los mismos tras la experiencia.
El libro se lee fácilmente y la
historia avanza con fluidez, se termina casi sin darse uno cuenta. Ayer mismo
salía de la cárcel un chico que fue detenido en las manifestaciones que
rodearon el Congreso hace casi dos meses al que se le ha aplicado la ley
antiterrorista, sin motivo alguno por simples indicios sin fundamento y con una clara intención política de "dar ejemplo" y ha pasado unas cuantas semanas incomunidado... vino a mi mente
ese caso cuando leía esta novela y justo al término de la misma esa otra
pesadilla ha acabado felizmente, de momento. Tania demuestra en esta novela que
en general vivimos de espaldas a la realidad de una justicia que no funciona
como debería y en cuyo nombre se cometen muchos abusos.
Marcos y Noah podrían
ser mañana cualquiera de nosotros, aunque de momento nos consolamos pensando,
erróneamente, que a la cárcel solo van los culpables y que bien está lo que les
pase allí, que ellos se lo han buscado, que uno nunca va a estar en un sitio
como ese que es solo para los delincuentes... y que demasiado viven allí para lo que realmente se merecen.
Opiniones semejantes, fruto de la ignorancia, son frecuentes en la calle...
hasta que te das cuenta que nadie está libre. Un inocente entre rejas no disfruta precisamente de privilegios, todo lo contrario, recibe una carga de dolor suplementaria ante la injusticia de su situación. Esta creo que es la virtud más
importante de la novela de Tania, podría haber escrito un drama carcelario
cualquiera pero ha querido mostrarnos una historia donde precisamente sus
protagonistas son inocentes y donde uno no puede esgrimir la cobarde excusa
moral “bueno, jódete que te lo has buscado”.
Podría ser mucho peor
naturalmente, en el caso de un país dictatorial... nuestro vecino Marruecos sin
ir más lejos por ejemplo, ambos podían haber sido obligados a confesar su
culpabilidad mediante torturas y acabado con una larga y ejemplar condena en condiciones mucho peores. Pero
eso no quita que en España también se realicen actos por los cuerpos de
seguridad del estado que constituyen de hecho violaciones de los derechos
humanos... Si los detalles de la historia que cuenta Tania son ciertos la
justicia española no sale precisamente bien parada, quedando al descubierto no
solamente sus inevitables errores humanos sino también los trapicheos que se llevan en los juicios
para quedar todos contentos... llegando incluso a quedar patente que en
ocasiones no solamente es aconsejable mentir sino que hay que hacerlo si no
quiere uno salir mal parado. Que nadie me diga que en un sistema donde hay que
asumir falsas culpabilidades para salir bien librado y darle al fiscal y al
juez de turno su cuota de sangre para evitar el cuestionamiento del sistema las cosas funcionan bien.
Al final de la función de la
justicia de hacer cumplir las leyes... ni rastro, ni rastro tampoco de sentido
a una historia absurda de algo que nunca debió haber ocurrido. El libro trae un
anexo de unas ochenta páginas con textos legales escogidos de la Constitución
Española y la Ley de Enjuiciamiento Criminal... que ya me ocuparé un día de
estos de leer si me cae una desgracia semejante a la de los protagonistas, de
momento la verdad es que paso ;-).
Lo mejor: Una historia
bien narrada, se lee con agrado y con rapidez. Muy bien el punto de vista de
los protagonistas cuando nos hacen partícipes de su mundo interior. Lamentablemente a día de hoy resulta de plena
actualidad. Si la autora pretendía hacernos reflexionar a los lectores sobre
unas cuantas cosas lo consigue plenamente. Muy interesante también la
descripción de los procedimientos judiciales, policiales y la visión del mundo
carcelario. Desde aquí le deseo la mejor de las suertes en su carrera
literaria y dada la afición de Tania por la filosofía seguiré sus próximas obras con interés.
Lo peor: El empeño de la
autora en formar parte de la trama y cobrar parte del protagonismo no me ha
gustado demasiado aunque resulta disculpable dada la gran ilusión personal que
se palpa en la obra de principio a fin. Tampoco me ha gustado la inclusión de textos legales en el
cuerpo de la novela ¿era necesario?... desde luego no tengo ningún interés personal en leermelos aunque habrá quien se trague ese tocho legal por gusto o por interés personal "hay gente pa tó" :-) y veo a los personajes protagonistas un poco planos, me ha costado trabajo conectar con los mismos hasta casi el final de la obra, me han parecido en ocasiones poco reales y me ha pasado en más de una ocasión el tener que retroceder en la lectura para ver quien está contando su historia si Noah o Marcos, despistado que es uno..
¡Mil Gracias por tu crítica! Muy constructiva. =)
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