Ficha: "Fuera de la cabeza", Alva Noë, editorial Kairós, 250 páginas, ISBN: 978-84-7245-743-0
Fué una sorpresa encontrarme este libro hace ya unos meses alineado con los habituales ensayos de esta editorial. Psicología, espiritualidad y orientalismo son sus temas principales, he leído algunos libros de esta editorial y aunque los considero trabajos serios la neurología no está precisamente dentro de los temas que suelen abarcar. Son libros que rozan la frontera entre la ciencia y la pseudociencia, también la filosofía... un terreno bastante ambiguo y nebuloso donde seguramente no entraría una editorial con firmas más prestigiosas o al menos más alineadas con la ortodoxia científica. Tampoco estamos ante una editorial centrada en las pseudociencias, ocultismo y demás "magufadas" con perdón... por eso me extrañaba encontrar uno de este tema, la neurología, con este sello editorial.
Al poco de comenzar a leerlo quedó bien claro el porqué a los editores les había interesado... es un buen libro, interesante y bien escrito, pero alineado claramente con una teoría heterodoxa que sostiene su autor, un filósofo, acerca del estado actual de las investigaciones del cerebro. Me temí lo peor, ultimamente soy bastante enemigo de temas contraculturales que no estén sostenidos por pruebas científicas porque creo que en general constituyen una gran estafa y tomadura de pelo al lector... sin embargo al ser un trabajo eminentemente filosófico no iban por ahí los tiros precisamente.
No conozco una materia que esté más cuestionada ultimamente que la filosofía, nadie se pregunta si la medicina, la física, la historia y demás sirven para algo. Parece que el mero hecho de formar parte de las ciencias, aunque hablemos de ciencias tremendamente abstractas como las matemáticas que son inaplicables a problemas del mundo real en un 90%, como mínimo, es toda una garantía, y todo aquello que forme parte de la rama de las humanidades está bajo sospecha. Lo más "sospechoso" de inutilidad total viene a ser la filosofía, algo con lo que incluso parecen estar de acuerdo las autoridades educativas de nuestro querido país.
Pues bien, este libro demuestra que la filosofía, al menos la que hacen profesionales con una buena base científica como Alva Noë puede ser útil. Este investigador y filósofo norteamericano de ascendencia alemana trata de poner un poco de cordura y sentido común al ultimamente desmadrado mundo de la investigación neurológica. Un intento que seguramente provocará más de un rictus de desprecio en el mundo académico pero que no estaría de más que más de un investigador del tema tuviera muy en cuenta... a pesar de que sus conclusiones, de ser ciertas, seguramente pondrán muchas líneas de investigación en aprietos.
El cerebro está de moda, hay montones de libros sobre el tema, cada vez más, yo mismo tengo dos o tres por ahí sin leer todavía, el Sr. Punset, Oliver Stacks, Antonio Damasio, Ramachandran... etc sin embargo cuando aborde dichas lecturas no tendré más remedio que tener bien presente este de Alva Noë. Y tendrá que ser así porque el filósofo americano advierte en el mismo del error que parecen sufrir la mayoría de las investigaciones sobre el cerebro... dan por supuestos muchos investigadores de que la realidad tal y como la percibimos es una mera construcción de ese misterioro órgano rosado de un kilo alojado en una oscura y protegida cavidad ósea.
Para el Sr. Noë esto simplemente es colocar el carro delante de las mulas... él niega que el cerebro sea una especie de "caja negra" encargada de procesar nada, y mucho menos de que se encargue de construir esa realidad para nosotros. La realidad existe, y es como es independientemente de nuestra percepción de la misma. En el caso de la vista por ejemplo percibimos con nuestros imperfectos órganos de visión dos imágenes separadas, invertidas, borrosas debido a las venas, materia orgánica y nervios que pasan por delante de las células receptoras de luz... y todo ello es transformado en una sola imágen más o menos nítida y puesta del derecho, de ahí que el cerebro parezca que "construye" algo... precisamente hace todo este trabajo para que captemos la realidad lo más fielmente posible. Ya sabemos que la percepción es imperfecta, que el cerebro puede ser engañado de mil maneras por las ilusiones ópticas... vale, pero es el mundo de ahí fuera el que ha condicionado el tratamiento de la información que percibimos aquí y no al revés... no construimos nuestro mundo en base a un trabajo de procesamiento del cerebro, más bien el cerebro es el que se adapta a lo que percibe fuera y simplemente se convierte en una herramienta... de ahí que Alva Noë suelte la siguiente bomba "la consciencia no reside en el cerebro".
A quien lea la anterior linea le parecerá que Alva Noë se va a poner a hablar del alma, espíritu y esencias inmateriales porque si eso que llamamos consciencia no reside en el cerebro ¿entonces dónde?, la clave según este filósofo, e investigador, eso no hay que olvidarlo, es que NO SOLO reside en el complejísimo órgano craneal, sino que hay que hacerla extensiva a todo el cuerpo. El cuerpo no es solamente un apéndice sensorial del cerebro... si así fuera solo seríamos meras máquinas asociadas a un centro de procesamiento ¿tendríamos pues conciencia?... para este filósofo definitivamente no, igual que no posee conciencia un ordenador independientemente de su potencia de procesamiento. Es una idea complicada de seguir, controvertida y seguramente si no es más polémica serguramente será porque este autor es poco conocido... sin embargo el ver la firma de Oliver Staks en la contraportada recomendando encarecidamente su lectura es para mí toda una garantía. Reflexionando un poco sobre lo que el autor nos explica en el libro uno se da cuenta de lo rudimentarios que son los
métodos científicos asociados al cerebro, por muy sofisticados que
parezcan a los profanos, y el gran camino que todavía le queda a esta disciplina antes de poder ser mínimamente fiable y poder desentrañar el gran misterio de la consciencia, aunque sea un poco.
Lo mejor: Gran claridad expositiva, toneladas de sentido común... Alva Noë muestra como la filosofía puede ayudar a la ciencia al poseer una visión más ámplia en general y no pecar del excesivo reduccionismo que suele poseer esta. Naturalmente antes de opinar sobre temas científicos hay que proveerse de los necesarios conocimientos, pero tampoco hay que ser un neurobiólogo de categoría mundial para percibir que el enfoque de algunas investigaciones puede estar sencillamente equivocado. Creo que ese es un punto donde el autor brilla especialmente, o al menos así se lo parece a un lector aficionado a estos temas, el tiempo dirá si el libro queda en una mera anécdota o bien capta la atención de los científicos. Dada la sencillez de sus ideas me extrañaría mucho, muchísimo que parte de sus exposiciones no hayan sido ya tenidas en cuenta por los mismos investigadores.
Lo peor: La visión holística que propugna el Sr. Noë ofrece muchos problemas, es más sencillo experimentar con cerebros muertos en laboratorios, usar los escáneres cerebrales más avanzados y demás parafernalia científica sobre cerebros en funcionamiento pero en una situación anómala. Es lo que pasa cuando se usa el método reduccionista de ir de más a menos, hay que compartimentar, desmenuzar, ir a lo más simple... mientras no sea posible observar el funcionamiento de un cerebro vivo en tiempo real realizando las funciones normales y habituales en su entorno natural a lo largo de un dilatado periodo de tiempo y a la vez con el suficiente nivel de detalle podremos realizar progresos realmente importantes. No creo que el libro termine constituyendo ningún éxito o que el autor se embarque más adelante en trabajos similares, esa es mi impresión.
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