"La madurez llega cuando te das cuenta de que el FIB, el Sonar, el Viñarock... etc... son campos de concentración que deberían estar prohibidos por Amnistía Internacional, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU y la Convención de Ginebra. Y si no, ¿por qué el 90% de los festivaleros toman drogas? ¿Acaso no hubieran tomado drogas en Auschtwitz si hubieran tenido?"
Ficha: "Me arrepiento del mañana", Enrique Rubio, editado por Enrique Rubio, Guillermo Rubio y Sublima Comunicación, 218 páginas, ISBN 978 84 616 3037 0
He aquí el último libro perpetrado por mi paisano, mal que le pese, Enrique Rubio, toda una sorpresa agradable de principio a fin.
Enrique es un viejo conocido de este blog, su primer libro, y para mí todavía lo mejor que ha escrito, "Tengo una pistola" me fue recomendado por un colega de actividades deportivas que le conoce personalmente... ante su insistencia terminé comprándolo y leyéndolo, fue todo un descubrimiento, con ese libro enterré para siempre el prejuicio de considerar "sospechoso" cuanto tuviese la firma de un autor murciano... aunque fuese por accidente ;-). Posteriormente el librito donde se recopilan dos relatos suyos titulado "Cárcel" y sobre todo su última novela "TANiA CON i® 56.ª edición" una obra con la que disfruté un montón con su bombardeo de su visión irónica de la modernidad, las modas y la superficialidad... el sentido del humor de Enrique es dirécto y corrosivo, no deja títere con cabeza y desde luego que no es plato del gusto de todo el mundo. Posiblemente esto es lo que más me gusta de su forma de escribir, sus ideas que quedan en las antípodas de lo "políticamente correcto" aunque hay bastante más en ellas de lo que parece.
Y aquí estamos de nuevo con un libro suyo... en ocasiones he comentado en este blog los aspectos no solamente de contenido sino también estéticos de los libros que llegan a mis manos, habitualmente para comentar negativamente alguna horrorosa portada. Evidentemente no es lo que más importa de un libro pero si que es verdad que un buen libro puede verse perjudicado por un pésimo diseño, nunca me han dolido prendas en comentar algo así sobre todo cuando un libro me ha gustado y creo que la presentación del mismo puede hacerle un flaco favor. Tengo que comentar de nuevo algo sobre el diseño de un libro aquí pero justo en otro sentido... y es que la nueva obra de Enrique llama la atención por su diseño "a contracorriente", en estos tiempos donde se lleva lo electrónico, los e-readers, tablets y demás chismes que pretenden llevar al libro a una nueva dimensión donde ya solo importa lo más importante vale, el contenido, pero donde algo más como la forma y el diseño y en definitiva lo que posee como objeto en sí que es desaparece. No soy uno de esos nostálgicos que proclaman la bondad del papel y repudian las nuevas tecnologías, yo mismo tengo un lector de libros electrónicos en el que he leído, y comentado por supuesto, unos cuantos en este blog... pero reconozco que al igual que sucede con algunos grandes discos que también eran en sí mismos obras de arte por sus portadas algo se pierde con ello... es muy práctico, al igual que escuchar música en un reproductor MP3, pero da la sensación de que no termina de ser lo mismo... igual es que soy ya demasiado viejo, no lo se ;-).
Enrique nos obsequia con un diseño distinto, "Me arrepiento del
mañana", viene en un formato original que un servidor no había visto
nunca, un libro que simula el recipiente de un producto tóxico, con su
tapón enroscado en la portada, de un color blanco lejía y con un
interior en un estridente anaranjado... por supuesto con sus
correspondientes símbolos de "tóxico" e "inflamable" y no solamente en
la portada. Un libro que cuida las formas al máximo, que incluso carece
de lomo y trae las hojas cosidas y barnizadas para poder abrirlo
completamente de par en par y facilitar así su lectura, que está compuesto de papel de buena calidad y que en definitiva llama mucho la atención y parece destinado o bien a permanecer junto a los productos de limpieza para no desentonar con el resto de libros de nuestra biblioteca o a permanecer en la mesita de noche como esos "breviarios de oraciones" ... ¡dichoso tapón!.
¿Qué podemos encontrar en el interior de esta joya del diseño literario?, pues una colección de sesenta artículos del amigo Enrique, algunos publicados en el periódico La Verdad de Murcia, algunos en su blog, y una buena parte de los mismos son inéditos. Cómo él mismo comenta en Internet la idea del libro antecede a los artículos y al blog de ahí que se guardase material para publicarlo en formato impreso... el que él mismo sea editor de su libro da una buena idea de la libertad bajo la que ha querido escribir, directamente sin intermediarios, al estilo de lo que hacemos cualquiera de los blogueros que nos asomamos a Internet pero con la pretensión final de ver su trabajo impreso. Una edición muy pequeñita, de 200 ejemplares, ya agotada en su primera edición, disponible solamente, que yo sepa, en Murcia y vía Internet.
Los artículos tratan sobre cualquier cosa, el hecho de escribir, el tranvía, la campaña de ventas navideña, la política, la felicidad, ecología, pobreza, el sexo, los gatos... y más temas demasiado inclasificables como para definirlos con una sola palabra. Todo ello bajo el mismo denominador común... la forma directa de escribir de Enrique, sin rodeos, lanzando sus ideas a la cara del lector sin paños calientes de ningún tipo. Él mismo se lamentará en uno de los últimos artículos sobre las limitaciones del lenguaje, algo que en verdad habría más bien que agradecer en este caso :-). El libro rebosa de humor negro, negrísimo, ideas desmadradas y corrosivas aunque de ninguna manera gratuitas y centradas a provocar por provocar... mucha mala leche pero también dobles, y triples, lecturas. Naturalmente que una obra así no es para cualquier tipo de lector, Enrique se ha asegurado a través de la forma del libro, de la información disponible en Internet y demás de advertir sobradamente al lector. El libro es como uno de esos animales venenosos que lucen vistosos colores... no para presumir, sino para advertir a los posibles depredadores "¡no me comas que soy venenoso!"... de modo que ha hecho muy bien, el que se las entienda con un libro como este, con indicativos de advertencia por todas partes y luego se le indigeste y se sienta ofendido vendría a ser como el gilipollas que se echa una avispa a la boca para "ver a que sabe"... ni las gallinas, que parecen el colmo de la estupidez, harían algo semejante... de modo que advertido queda el lector.
Personalmente he disfrutado con el libro, alguna carcajada me ha sacado y algún artículo me ha causado un ríctus de asco... no estoy de acuerdo con parte de las opiniones que esgrime en el mismo y hay veces que uno piensa "maldita la gracia"... pero algo tiene que te incita a leer y leer y por más que recibas advertencias no haces caso, por más que veas esos símbolos de "tóxico", que me recuerdan a los viejos rombos de las peliculas de la tele, en los márgenes nunca desvías la vista ... más bien al contrario, si tiene dos rombos o es para mayores de 18 o se advierte "la película puede herir la sensibilidad del espectador"... o como en este caso ves uno, dos o tres símbolos de toxicidad sucede justo lo contrario, el morbo te lleva precisamente a leer con más atención esas partes, morboso que es uno, que le vamos a hacer.
Al final todo ese desfile de brutalidades, ideas corrosivas, exhaltación de lo políticamente incorrecto, y sobre todo sinceridad a raudales produce el efecto contrario, uno percibe claramente, tal y como comenta el psicólogo Pedro Jara Vera en ese acertado epílogo, que hay más de lo que parece, que esa rabia y ese desprecio hacia el ser humano no hace sino esconder la tristeza y decepción por lo animales que somos y que hay, tal y como ocurría con el humor de nuestro inmortal Quevedo, mucha amargura tras la risa, una risa que nunca es frívola ni situa a su protagonista en un plano de superioridad moral sino que actúa como un taladro, como un revulsivo para intentar hacernos reflexionar sobre muchas cosas.
"Dicen que el toreo es un arte. Sin embargo, si no hubiera cogidas y muertes, no habría peligro, y sin peligro o brutalidad, el toreo, como cualquier otra tradición española, carecería de interés. Nuestras tradiciones consisten en una guerra de tomates, tirar a una cabra desde lo alto de un campanario, pegarle fuego a obras de arte, deflagrar varias toneladas de pólvora o soltar toros bravos por las calles para que cojan a alguien."
Más información sobre el libro y su autor aquí.
Lo mejor: Un proyecto valiente y original, a pesar de las advertencias la verdad es que se lee casi de un tirón... uno ya está inmune a todos los venenos literarios excepto a uno, al aburrimiento, contra eso ni hay ni querría si lo hubiera antídoto alguno. Afortunadamente no es ese el veneno que contiene este libro-botella de Enrique, me ha gustado mucho y sinceramente espero que siga escribiendo mucho más.
Lo peor: Algo que ya he apuntado anteriormente, este no es un libro para cualquiera, conozco un buen puñado de personas a los que no lo recomendaría ni de coña, realmente si uno analiza el tema un poco se da cuenta de que hay muchos filtros que dejarían fuera a muchos potenciales lectores, los amantes del "buenrollismo" y lo políticamente correcto, fuera, los que se quedan en las formas sin intentar ir más allá, fuera también, los que disfrutan como enanos con los últimos best sellers y con los Premios Planeta, a este que ni se acerquen so pena de sufrir graves quemaduras oculares, y los peores de todos, los que leen esas falsas y pastelosas autobiografías de famosillos y políticos... bueno, de algo tienen que vivir los pobres negros literarios, de verdad que espero que Enrique no sea uno de esos, no puedo imaginarme peor destino para un escritor que ser el negro literario de la Duquesa de Alba o del Sr. Aznar o Zapatero, es un nivel de horror que excede mi imaginación y que dejaría plenamente justificados el suicidio o la drogadicción :-P.
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