Ficha: "Hitch-22", Christopher Hitchens, editorial Debate, 490 páginas, ISBN: 978 849992 0054
Este verano he continuado sacando libros que llevaban unos años en el "banquillo" y dándoles una oportunidad, en este caso le ha tocado a esta autobiografía de Christopher Hitchens que llevaba ya casi tres años en lista de espera. En su momento, verano de 2.012, ya tuve la ocasión de comentar aquí un par de obras de este autor, concretamente su recopilación de ensayos "Amor, pobreza y guerra", un libro que me pareció bastante irregular aunque no exento de interés en algunos apartados, y el sobresaliente "Dios no es bueno", mucho más interesante, donde el autor daba rienda suelta a sus ideas en contra de las religiones y la, para él, influencia nociva que aportaban al mundo.
En esta ocasión le tenemos en la que fue casi su último trabajo, su autobiografía que comenzó a escribir justo antes de cumplir los sesenta años. A partir de una fotografía suya junto con unos amigos, Martin Amis entre los mismos, publicada por la revista "Face to face" donde se coló una errata en la que le daban por "muerto". Quiso el destino que esa anécdota, por la que la publicación se disculpó, sirviera de acicate para animarle a escribir sus memorias, memorias de una vida si no larga sí llena de historias y tremendamente intensa; y quiso también el destino de que aquella "broma" terminara haciéndose realidad mucho antes de lo que Christopher creía. En diciembre de 2.011 terminaba muriendo a consecuencia de una neumonía, efecto secundario de un cáncer de esófago, que venía padeciendo algo más de un año y que le sirvió de motivo para escribir su estremecedora experiencia en "Mortalidad", su última obra donde relataba su lucha diaria con el cáncer y su enfrentamiento con la muerte desde su firme postura de ateo convencido. Vamos, que andaba todavía metido en la promoción de este libro cuando le diagnosticaron la enfermedad...
Esta no es una biografía al uso, la típica historia donde el autor nos muestra una narración en orden cronológico de su vida, algo hay de este orden en la misma, pero básicamente se trata de una elección de los temas principales de su vida y, ahí si, que tenemos el relato ordenado aunque el autor se tomará muchas libertades yendo adelante y atrás en el tiempo cuando le apetece y mostrándonos una interminable riada de datos y nombres, haciendo por norma general la narración bastante amena. Y es que la vida de este periodista y escritor británico, más tarde nacionalizado norteamericano, da para mucho. Lo más interesante, aparte del personaje en sí que ya bastante juego, es sin duda su apasionante vida, toda una crónica de la política al más alto nivel de los últimos cuarenta años. Desde las protestas contra Vietnam de los sesenta al conflicto entre el IRA y el estado británico, desde la guerra de las Malvinas a las dos guerras del Golfo, de la primavera de Praga a la caída del muro de Berlín... no hay conflicto de relevancia internacional donde Hitchens no haya estado metido, en ocasiones como corresponsal de guerra en las mismas zonas de conflicto. La guerra de Vietnam le pilló demasiado joven, una juventud donde militó en organizaciones de izquierda y se definía a sí mismo como "socialista", escribiendo artículos posteriormente donde pondría a parir literalmente la política imperialista de los EEUU y más tarde ya en su madurez terminaría justificándola para "pararle los pies" tanto a Sadam Hussein como a los extremistas islámicos.
No da demasiados detalles de su infancia, pero sí que escribe con especial cariño sobre su madre, una mujer que siempre ocultó su ascendencia judía a su familia y cuyo mayor empeño era que sus hijos ascendieran socialmente... aunque para ello tuvieran que estudiar como internos en colegios privados. Sobre su padre, un comandante de la Royal Navy, solo tiene en general palabras de admiración por el papel que tuvo en la Segunda Guerra Mundial en la lucha contra Hitler.
La rígida educación, su encontronazo con la sádica disciplina de los internados ingleses, sus escarceos homosexuales, que si bien no definieron su orientación sexual definitiva tampoco le hacen avergonzarse especialmente, de ahí su mención en el libro, el ambiente político de la universidad, su actividad en una célula pro-comunista, troskista concretamente, sus amistades de la época... y por encima de todo su necesidad de no dar nada por sentado y su odio sistemático a todo dogma establecido, sin duda una de las características de su pensamiento. C. Hitchens siempre fue reacio a asumir incondicionalmente ideas de otros... algo que seguramente hasta sus más acérrimos enemigos tienen que reconocer.
Pronto el libro se mete en cuestiones políticas como tema principal, Hitchens fue siempre un apasionado de los temas políticos y no le hizo ascos a pisar aquellos territorios en conflicto sobre los que escribía, así le tenemos relatando de primera mano como un atentado del IRA estuvo a punto de costarle la vida de la forma más tonta, o como en el Sarajevo de 1.992 al igual que el resto de los reporteros destacados tuvo que correr bajo las balas... y como le pilló la violenta conclusión de la Primavera de Praga en Cuba, donde había acudido como activista político de izquierdas, y donde no ocultó su decepción por la decisión del gobierno de Castro de apoyar la intervención soviética... Portugal y su incruenta revolución de los claveles tendrán también su espacio, así como su decidido apoyo a la intervención británica en la Guerra de las Malvinas, en contra de la opinión de casi toda la izquierda de su país, debido a su aversión al implícito apoyo de los EEUU a Argentina y a su criminal junta militar. Sobre este último tema dedicará un emocionante testimonio a su amigo Jacobo Timmerman, detenido y torturado en la Argentina de 1.977, dejando claro el porqué de su repulsión a la hora de entrevistarse con el general Videla. Años más tarde él mismo se sometería voluntariamente a la tortura del simulacro de ahogamiento... Hitchens no gustaba de la información de segunda mano si podía experimentar sobre el terreno.
Los Estados Unidos, su segunda patria, será también protagonista de parte del libro, aunque durante la mayor parte de su carrera periodística Hitchens criticó duramente su política exterior. Especialmente al que fue durante años su Secretario de Estado, Henry Kissinger, al que le dedicó su más famoso ensayo "Juicio a Kissinger", acusándole de mentiroso, manipulador y cómplice en el establecimiento de algunas de las dictaduras más sanguinarias de América Latina... otro de los políticos americanos que fue objeto de sus ataques fue Ronald Reagan, por su habilidad de mentir, y al que más tarde sería presidente de los EEUU Bill Clinton, al que conocía desde hacía mucho y al que tampoco dejaba muy bien parado.
A pesar de todo Hitchens fue siempre, especialmente a partir de los ochenta, un gran admirador de la nación americana, llena de contrastes y contradicciones, a la que siempre alabó por su defensa de la libertad de expresión que allí llega, o al menos llegaba, a extremos inimaginables en su Gran Bretaña natal, incluso me atrevería a decir que anda a años luz de nuestra querida España... el caso es que a partir de cierto punto, espoleado por la tragedia del 11-S aunque no solamente por ello, su pensamiento dio un giro de 180 grados y comenzó a justificar, e incluso a apoyar y defender, la política exterior norteamericana. Si incluso un feroz anticomunista como Churchill, bastante denostado por Hitchens por casualidad, apoyó a Stalin para pararle los pies a Hitler, nuestro autor no sería menos y ante dos males, el imperialismo estadounidense y la yihad extremista de Al-Qaeda y derivados no tuvo la menor dificultad en elegir... ante la tibieza mostrada por la izquierda norteamericana y europea de la condena de los atentados de aquel fatídico día.
De ahí su apoyo incondicional a la guerra de Irak en 2.003 cuando en 1.990 había estado en contra de la intervención americana en la Primera Guerra del Golfo, fue una postura polémica, que le valió no pocos enfrentamientos contra intelectuales con los que hasta hacía poco había, más o menos, estado de acuerdo. Hubo quien habló de "cambio de chaqueta" algo que el autor niega... más bien cambiaron los hechos, según él, y no pudo seguir sosteniendo la misma postura.
Una opción que si bien me parece respetable una vez leído el libro, me parece que ello no convertía a la nueva dirección de su pensamiento en acertada ni mejor... él mismo era consciente de su bandazo a la derecha e irónicamente titulaba el último capítulo del libro "¿Declive, mutación o metamorfosis?"... seguramente ninguna de las tres.
Agradezco enormemente el excelente análisis que de este libro hizo el autor del blog "Lecturas porcinas", ya que el mismo está mucho más informado que yo, y en su momento pudo contrastar la información sobre algunos temas del mismo con otras fuentes, demostrando a mi parecer, que el bueno de C. Hitchens omitía determinados datos y era poco justo en algunas partes del libro... vamos que en algunos momentos se queda un poco con el lector y trata de "venderle la moto". Lo que no quita que el libro sea en general ameno, esté lleno de datos de interés y por supuesto nos haga lamentar la temprana pérdida de un escritor y periodista valiente, brillante, apasionado y polémico... de los que ya no quedan.
Por motivos estrictamente personales me han gustado especialmente las referencias al escritor Martin Amis, probablemente su mejor amigo, del que he comentado alguna obra aquí en mi blog, concretamente la divertidísima y corrosiva "Dinero", y la también interesante "La información". Tras leer a Hitchens me han vuelto a entrar ganas de volver a leer a Amis, y también me gustó especialmente el capítulo que dedica a Salman Rushdie, del que confieso no haber leído nada. En este último caso el libro hace un interesante análisis del caso "Versos Satánicos" que tristemente se anticipaba a otros similares, como el de las caricaturas de Mahoma y el más reciente de Charlie Hebdo que ya Hitchens no ha vivido para ver. Sea como fuere el capítulo dedicado a S. Rushdie me parece de lo mejor del libro y donde seguramente más facilmente uno puede estar de acuerdo con las ideas de Hitchens.
Como colofón destacar las notas más personales, su contestación al test de Marcel Proust, poco menos que ideal para conocer el pensamiento de alguien en un momento concreto, o sus normas como empedernido bebedor, que no alcohólico, sus múltiples referencias literarias que jalonan el libro, los mil y un detalles en suma que convierten este libro en una biografía bastante rara donde abundan tanto los detalles como las lagunas, intencionadas o no, y donde la política asume casi desde el principio el tema principal.
Lo mejor: Una obra irrepetible basada en la vida de un personaje fascinante que le hace a uno lamentar su prematura desaparición. Recomendable para aquellos que hayan gustado de alguno de sus ensayos o artículos del gran periodista y polemista británico. Sin duda los llamados "cuatro jinetes del ateísmo", R. Dawkins, S. Harris y D. Dennet, perdieron a un buen elemento en 2.011.
Lo peor: Me gustaría que Hitchens siguiese vivo sobre todo para oírle opinar sobre la actual situación de Oriente Medio, especialmente me gustaría saber que opinaría hoy de la supresión del islamismo radical y la lucha contra el terrorismo del ISIS. Me hubiera gustado que no pasara tan por encima del tema de Abu Graib, él precisamente que fue siempre un activista contra la tortura, y la tremenda CHAPUZA que fue no ya la invasión de Irak, destruir es relativamente fácil, sino ordenar el país tras la guerra, no se le ve demasiado crítico con la situación post-Sadam ¿muerto el perro se acabó la rabia?, leyéndole uno parece que así es... en fin, que aunque humanamente se pueden disculpar y entender, incluso compartir ¿por qué no? algunas de sus razones para su giro político tras el 11-S, hay otras que resultan indignas de un apasionado defensor de la libertad y la justicia. Definitivamente se le fue un poco la pinza, demasiado "Johnnie Walker Etiqueta Negra", una pena.
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