viernes, 29 de julio de 2016

La mejor venganza


"¡A la mierda las malditas causas! No son más que excusas enormes. Nunca en mi vida he visto a nadie que actúe con más ignorancia, violencia y malicia autojustificada que cuando se siente amparado por una causa justa"

Nicomo Cosca.


Ficha: "La mejor venganza", Joe Abercrombie, Alianza Editorial, 922 páginas, ISBN: 978 842 0673707

Continúo con mi particular exilio veraniego en este blog a base de meterme en vena lo mejor de la obra de este endemoniado autor británico, podría haber clausurado este blog durante unos meses... pero mejor que eso sin duda amontonar en el mismo unos cuantos tomos que suman ya casi dos mil quinientas páginas, y eso sin haberme metido de lleno con la trilogía inicial "La primera ley" en cuyo mundo se ambienta esta tremenda "La mejor venganza", su primera novela fuera de esa primera trilogía. 

Hay quien considera a esta obra, y a las dos siguientes, como una continuación. Tiene su lógica ya que están ordenadas en el tiempo y aparecen personajes que ya tuvieron su protagonismo... pero de todas formas y aunque sea sin duda recomendable leerlas en el orden en que fueron escritas poseen la suficiente independencia entre sí como para poder elegir cualquier orden, de hecho he disfrutado de esta exactamente igual que si la hubiera leído la primera, el hecho de encontrarme en esta con caras conocidas en las siguientes novelas ha funcionado un poco como "spoiler" quitando alguna que otra sorpresa pero a la vez añadiendo un poco de "morbo", puesto que ya sabía algo que iba a pasar pero no sabía el "cómo".


Un Joe Abercrombie pletórico, más sanguinario y pasado de rosca es lo que nos vamos a encontrar en esta feroz historia de venganza. En una reciente entrevista Abercrombie relataba su "schock" cuando leyó el primer tomo de la obra de George R. R. Martín en la que se basa la popular serie... ese momento en el que decapitan a Eddard Stark, el principal protagonista, creo que nos conmocionó a todos... era algo que parecía no pertenecer a este género de fantasía, un género de buenos y malos... donde los buenos pueden sufrir y pasar penalidades pero donde los protagonistas pues no mueren y los "malos" no se salen con la suya. Creo que fue en este momento cuando el género fantástico perdió lo que le quedaba de inocencia, por no hablar de esa relación incestuosa entre los hermanos Lannister, ahí había algo nuevo, algo oscuro, que se había podido insinuar anteriormente pero no con tanta claridad, o al menos no en una obra perteneciente a lo más exitoso del género, no hablábamos en este caso de un escritor marginal haciendo experimentos...

Y de ahí sale este escritor británico, autor de novelas de género fantástico con poca o nula carga de magia, pero con una masiva carga de morbo, mala leche, lenguaje procaz, y sobre todo con una intencionalidad clara, enganchar al lector moderno, a ese que no quiere saber nada de cuentos de fantasía al viejo estilo, que no quiere que le cuenten milongas, que no cree en magia, que sabe perfectamente que la guerra es una mierda, que el poder es únicamente la justificación para que una minoría viva a cuerpo de rey y extorsione a una mayoría, y que palabras como honor, patria, ley, sentido del deber, bueno y malo, justo o injusto dependen mucho del color con que se mira. A ese lector moderno, cínico, desencantado de cualquier ideal, que sabe lo que las insignias, banderas y símbolos ocultan realmente, a ese lector es para quien realmente escribe Abercrombie.

Abercrombie nos narra una historia de venganza, larga y cruel. Monzarro Murcatto es una lider militar de un grupo de mercenarios a sueldo del duque Orso de Talins que se haya enfrascado en una larga guerra para intentar reunificar una región llamada Styria, una región antaño unida bajo la directriz de un viejo imperio pero dividida en ciudades-estado en perpetuo conflicto. Cuando está a punto de lograr su objetivo, a un paso de la victoria final, Monza es traicionada por su jefe, el duque Orso teme que su popularidad la lleve a intentar un golpe de estado contra él y decide eliminarla justo antes de la victoria final. El problema es que Monzarro es dura de pelar, lo demostrará de principio a fin de la novela, hija de un campesino que le enseño a manejar tanto la espada como el arado, Abercrombie nos muestra en ella al arquetipo de jefe militar decidido, inteligente y leal... aunque también ingenua merced a su sentido del honor. Sobrevivirá al intento de asesinato casi milagrosamente, aunque no podrá salvar a su querido hermano Benna, su única familia que le queda con vida, de morir asesinado.


Tras pagar un alto precio cobrado en lesiones, cicatrices, huesos rotos y una mano derecha inútil y deformada de por vida Monza jura vengarse, contratará a un varopinto grupo formado por un soldado de fortuna, antiguo compañero de armas al que traicionó y que ha terminado hundido en el infierno del alcoholismo, a un feroz guerrero del norte, veterano de cien batallas que trata de salir de la indigencia, a un consumado envenenador y a su aprendiz, a una ex-torturadora y a un ex-presidiario asesino en serie y retrasado... un grupo de gente problemática, con una fuerte y marcada personalidad (como si no tuviéramos bastante con la de Monza). Ni que decir tiene que la venganza será atroz, que habrá múltiples sorpresas durante el transcurso de la historia (900 páginas dan para mucho), que esa venganza atrapará a mucha gente inocente en su camino, y que el sendero que llevará a Monza hasta su objetivo final, el duque Orso y esa venganza aparentemente imposible, quedará sembrado de cadáveres y muchas, muchas sorpresas.

¿Qué más puedo decir sobre esta historia sin acribillar de spoilers al posible lector?, pues solo recomendar su lectura, independientemente de todo lo anterior que hayamos leído tanto de este autor como de otros. Abercrombie juega según sus propias reglas, vamos a tener momentos angustiosos, mucha acción, sangre a borbotones, suciedad y miseria también... es un autor que disfruta haciéndoselas pasar putas a sus personajes, que juega con ellos sádicamente como un gato con un ratón herido al que no le apetece comerse "de momento". Si eres de esos lectores morbosos que son capaces de reírse del aspecto grotesco de la violencia, si agradeces esa visión nueva de la fantasía... no diré para nada "refrescante" porque el hálito de las novelas de este autor británico tiene más de "pestilente" que otra cosa, "como una tumba recién abierta" serían sus propias palabras... en fin si te va el humor negro y te crees capaz de reírte de casi cualquier cosa este es tu autor de fantasía, tan diferente al venerado Tolkien como un huevo a una castaña... y creo que para bien, no sé lo que opinarán los lectores habituales del género, pero ya estaba bien de ese tipo de fantasía ñoña que no hacía otra cosa que ensalzar la violencia y la guerra aunque fuese de forma indirecta. La guerra relatada en "El Señor de los Anillos" es una guerra contra el mal, algo inevitable, se teme por un lado pero también se considera deseable si al final lleva a la victoria, es una guerra que al final conduce a un mundo mejor... pero no es así en la obra de Abercrombie. La guerra es la mayor de las calamidades, la mierda más grande que se pueda imaginar, no hay ninguna buena, no arregla nada y solo sirve para que unos pocos medren y hagan caja a costa del sufrimiento de la gran mayoría.

Esa visión realista, descarnada, irónica, "moderna" es lo que me gusta de este autor, los soliloquios que escribe y que sin duda pertenecen a su propio pensamiento, aunque sean por boca de un personaje tan canalla, voluble y traicionero como el general mercenario son de lo mejor que podremos encontrar no ya en su obra, sino en la fantasía y en buena parte de la literatura contemporánea... en verdad los que no conocen a este autor no saben lo que se están perdiendo ;-). 


"Las palabras de Dow el Negro acudieron a la mente de Escalofríos: No hay mejor momento para matar a un hombre que en una batalla, y si es de los tuyos, aún mejor. Clavó espuelas a su montura, apremiándola para llegar al lado de Monza mientras se erguía todo lo alto que era en los estribos y levantaba el hacha sobre su cabeza. Echó los labios hacia atrás. Luego, con un rugido, la bajó hacia el rostro del lancero, partiéndoselo en dos y dejando que su estremecido cadáver cayese al suelo. De pasada, llevó su hacha hasta el lado contrario y con ella golpeó un escudo, dejando una gran muesca en él y empujando al hombre que lo llevaba hacia los cascos del caballo que estaba al lado, el cual parecía una trilladora. Quizá fuese uno de los de Rogont, pero no había tiempo para actuar de otra manera. Matar a todos los que no vayan a caballo. Matar a todos los que vayan a caballo y que se interpongan en su camino. Matar a todos. 
[...] 

¡Morid! ¡Morid! ¡Volved al barro, cabrones! Y sus oídos estaban saturados por rugidos y ruidos de herrería a los que no hacía ni caso. Un mar embravecido de armas que herían, de escudos que chirriaban, de metal que relucía, de huesos que reventaban, de sangre que saltaba a chorros, de rostros furiosos y aterrorizados que le rodeaban, que se retorcían e intentaban escapar mientras los tajaba, los troceaba, los rompía como un carnicero loco que hiciera su trabajo con el cadáver de un animal."


Lo mejor: Un relato electrizante que le atrapa a uno desde el primer capítulo, y que hace que vuelen las páginas a chorros sin darse cuenta. De nuevo me encuentro con un prodigioso escritor que maneja los personajes y las escenas de acción como nadie, que sorprende una y otra vez al lector y que sabe como engancharle con una historia adictiva y muy bien narrada. Una visión cínica, ácida y descarnada sobre el poder, sobre el sinsentido de la venganza y la violencia, con algunos personajes simplemente inolvidables... maravillosa esa Monza Murcatto, y tremendo ese Nicomo Cosca, dos personajes intensos, complejos, sorprendentes, con multitud de facetas ¡chapeau! :-).

Lo peor: Que el ser una novela del subgénero fantástico prive a muchos potenciales lectores del placer de descubrir a este interesante autor... y que su tamaño impresionante (punto a favor siempre según mi opinión a condición de que la calidad no decaiga durante el relato) eche para atrás a más de uno. El final aunque el más probable y seguramente el más satisfactorio no deja de convencerme por su rapidez... quizás fuera algo premeditado por el autor, que se quedó seco de imaginación y hastiado del relato... o que simplemente deseaba que el lector exclamase con él "tanto para esto... ", y es que mensajes políticos, pacifistas o filosóficos aparte no hay que olvidar que estamos ante una obra de evasión al 100% donde se nota que el autor se lo pasó en grande escribiendo y que no pretende otra cosa que entretener. No es para paladares delicados, algo de sexo hay... pero sobre todo una visión de la violencia que podríamos calificar de "pornográfica" por su crudeza... si el lector no se considera morboso y piensa que no está bien reírse de ciertas cosas, pues mejor que lea otra cosa, que aquí hay "carnaza" para pescar a una bandada de tiburones.

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