Ficha: "La masculinidad robada", autor María Calvo, editorial Almuzara, 233 páginas, ISBN: 9788415338161
Siempre he creido que la educación mixta era una ventaja frente a la educación separada por sexos, aunque no por los motivos que en su día esgrimió en mi presencia, y la de los compañeros de clase, el director del colegio al que fuí de crío "estoy en contra de la enseñanza solo para hombres o para mujeres porque es una fábrica de homosexuales", en fin, típico comentario de un hombre chapado a la antigua y autoritario como aquel.
En mi caso siempre pensé que la enseñanza mixta favorecía la igualdad de oportunidades entre los sexos y también enseñaba mejor a convivir y relacionarse con el sexo opuesto y que la enseñanza segregada era un atraso y una lacra del pasado que iría desapareciendo paulatinamente. Nunca pensé durante mi época de estudiante que había otra forma de enfocar la cuestión de la enseñanza y que a lo mejor la educación mixta no era ni de lejos la mejor.
Siempre he creido que la educación mixta era una ventaja frente a la educación separada por sexos, aunque no por los motivos que en su día esgrimió en mi presencia, y la de los compañeros de clase, el director del colegio al que fuí de crío "estoy en contra de la enseñanza solo para hombres o para mujeres porque es una fábrica de homosexuales", en fin, típico comentario de un hombre chapado a la antigua y autoritario como aquel.
En mi caso siempre pensé que la enseñanza mixta favorecía la igualdad de oportunidades entre los sexos y también enseñaba mejor a convivir y relacionarse con el sexo opuesto y que la enseñanza segregada era un atraso y una lacra del pasado que iría desapareciendo paulatinamente. Nunca pensé durante mi época de estudiante que había otra forma de enfocar la cuestión de la enseñanza y que a lo mejor la educación mixta no era ni de lejos la mejor.
La autora de este ensayo, María Calvo, pone sobre el tapete la idea de reformar la enseñanza para volver al modelo anterior de segregación por sexos que era mayoría antes de los años setenta, aunque con matices naturalmente ya que se insiste a lo largo del libro en la necesidad de proporcionar a hombres y mujeres una enseñanza de igual calidad y para nada "sexista" en el sentido, como se hacía antes, de intentar inculcar en la mentalidad infantil y juvenil los "papeles" que luego tendrían que desempeñar en la vida... hombres como futuros padres de familia y mujeres como futuras madres y amas de casa. La incorporación de la mujer al mundo laboral y su equiparación social en casi todos los ámbitos con el hombre es una realidad desde hace bastantes años y es bueno que así sea... aunque todavía quede mucho trabajo por hacer en ese sentido.
El problema es otro, tal y como señala María Calvo, durante el proceso de equiparación entre hombre y mujer se ha tendido hacia un igualitarismo poco menos que radical en el cual el hombre ha salido perdiendo, aunque las principales estructuras de poder sigan en manos masculinas es más que evidente una "feminización" del modelo educativo, valores típicamente masculinos como la competitividad agresiva, el valor, la introspección y la independencia han sido poco a poco marginados en aras de otros típicamente femeninos como la solidaridad, la colaboración, la empatía, y la labor de equipo.
El resultado es catastrófico, las escuelas e institutos rebosan de profesoras incapaces de entender a sus alumnos masculinos, que son vistos en su mayoría como un incordio. Debido al carácter más revoltoso de los mismos motivado por su naturaleza más dada a la acción y al movimiento causan muchos más problemas de disciplina... mientras que las niñas se adaptan mucho mejor a la disciplina de permanecer sentados varias horas en el mismo lugar y son preferidas por profesores de ambos sexos, mientras que los niños causan un conflicto tras otro y atraen sobre sí mismos la mayor parte de las reprimendas y las acciones disciplinarias. El libro defiende con vehemencia y una abrumadora cantidad de datos la necesidad de una educación separada por sexos dadas las peculiaridades innatas de hombres y mujeres.
En el caso de los chicos es necesaria por ejemplo una mayor dosis de disciplina debido a su mayor incapacidad de autocontrol y una atención especial a sus mayores necesidades de ejercicio físico y movimiento... de ahí que un sistema educativo que requiere del alumno una atención constante y una permanencia en el mismo lugar sin moverse durante horas sea poco menos que antinatural, por no hablar de la adolescencia y los choques con las féminas y las rivalidades entre compañeros masculinos que se evitarían completamente con una educación segregada, amén de la escasa o nula capacidad de la mayoría de profesoras para comprender o manejar problemas de disciplina que requerirían en muchas ocasiones de una figura masculina dotada de autoridad.
El libro desglosa una lista interminable de problemas que se ceban con la población masculina en edad escolar, mayor cantidad de problemas de salud, accidentes, drogadicción, violencia, fracaso escolar, delincuencia... las estadísticas son simplemente abrumadoras. El actual modelo educativo que trata a ambos sexos por igual e ignora deliberadamente las diferencias físicas y cognitivas de ambos sexos es injusto con hombres y mujeres, pero muy especialmente con los primeros. Prueba de ello es la mayoría de mujeres que triunfan en los estudios y que copan las universidades y determinadas ramas profesionales como la educación o la sanidad. Ya las estadísticas muestran como no solamente han igualado a sus compañeros masculinos en títulos universitarios sino también como los han superado, y es una tendencia que cada vez está más generalizada, indudablemente el futuro tiene nombre de mujer.
La tendencia actual a identificar femenino con bueno y deseable y masculino con ... si no diréctamente malo al menos "sospechoso" está en el origen de muchos problemas, cuando una mujer por ejemplo es capaz de compaginar su vida familiar con la profesional solo despierta admiración, en el caso opuesto un hombre pasa desapercibido y no recibe el mismo reconocimiento. La autora tiene palabras muy críticas contra ese feminismo radical que ha intentado "asexuar" al individuo y que paradójicamente ha contado con el beneplácito y la colaboración de muchos hombres. Desde el prólogo deja muy claras sus ideas al respecto y no admite concesiones ni disculpas:
"Plantear una crisis de los varones es algo atípico y políticamente incorrecto en la actualidad. La mayoría de las mujeres lo consideraría absurdo e injusto. Al fin y al cabo el mundo sigue dominado principalmente por hombres.
Sin embargo, la realidad es que, por primera vez en la historia de la humanidad, en los paises desarrollados, el hombre ha pasado a un segundo plano, cediendo todo el protagonismo a la mujer, cuyas pautas y comportamiento, exigencias, gustos, preferencias y habilidades son consideradas prioritarias e ideales en una sociedad que sospecha de la masculinidad y la presume malvada y nociva para el correcto desarrollo de la persona."
El problema es otro, tal y como señala María Calvo, durante el proceso de equiparación entre hombre y mujer se ha tendido hacia un igualitarismo poco menos que radical en el cual el hombre ha salido perdiendo, aunque las principales estructuras de poder sigan en manos masculinas es más que evidente una "feminización" del modelo educativo, valores típicamente masculinos como la competitividad agresiva, el valor, la introspección y la independencia han sido poco a poco marginados en aras de otros típicamente femeninos como la solidaridad, la colaboración, la empatía, y la labor de equipo.
El resultado es catastrófico, las escuelas e institutos rebosan de profesoras incapaces de entender a sus alumnos masculinos, que son vistos en su mayoría como un incordio. Debido al carácter más revoltoso de los mismos motivado por su naturaleza más dada a la acción y al movimiento causan muchos más problemas de disciplina... mientras que las niñas se adaptan mucho mejor a la disciplina de permanecer sentados varias horas en el mismo lugar y son preferidas por profesores de ambos sexos, mientras que los niños causan un conflicto tras otro y atraen sobre sí mismos la mayor parte de las reprimendas y las acciones disciplinarias. El libro defiende con vehemencia y una abrumadora cantidad de datos la necesidad de una educación separada por sexos dadas las peculiaridades innatas de hombres y mujeres.
En el caso de los chicos es necesaria por ejemplo una mayor dosis de disciplina debido a su mayor incapacidad de autocontrol y una atención especial a sus mayores necesidades de ejercicio físico y movimiento... de ahí que un sistema educativo que requiere del alumno una atención constante y una permanencia en el mismo lugar sin moverse durante horas sea poco menos que antinatural, por no hablar de la adolescencia y los choques con las féminas y las rivalidades entre compañeros masculinos que se evitarían completamente con una educación segregada, amén de la escasa o nula capacidad de la mayoría de profesoras para comprender o manejar problemas de disciplina que requerirían en muchas ocasiones de una figura masculina dotada de autoridad.
El libro desglosa una lista interminable de problemas que se ceban con la población masculina en edad escolar, mayor cantidad de problemas de salud, accidentes, drogadicción, violencia, fracaso escolar, delincuencia... las estadísticas son simplemente abrumadoras. El actual modelo educativo que trata a ambos sexos por igual e ignora deliberadamente las diferencias físicas y cognitivas de ambos sexos es injusto con hombres y mujeres, pero muy especialmente con los primeros. Prueba de ello es la mayoría de mujeres que triunfan en los estudios y que copan las universidades y determinadas ramas profesionales como la educación o la sanidad. Ya las estadísticas muestran como no solamente han igualado a sus compañeros masculinos en títulos universitarios sino también como los han superado, y es una tendencia que cada vez está más generalizada, indudablemente el futuro tiene nombre de mujer.
La tendencia actual a identificar femenino con bueno y deseable y masculino con ... si no diréctamente malo al menos "sospechoso" está en el origen de muchos problemas, cuando una mujer por ejemplo es capaz de compaginar su vida familiar con la profesional solo despierta admiración, en el caso opuesto un hombre pasa desapercibido y no recibe el mismo reconocimiento. La autora tiene palabras muy críticas contra ese feminismo radical que ha intentado "asexuar" al individuo y que paradójicamente ha contado con el beneplácito y la colaboración de muchos hombres. Desde el prólogo deja muy claras sus ideas al respecto y no admite concesiones ni disculpas:
"Plantear una crisis de los varones es algo atípico y políticamente incorrecto en la actualidad. La mayoría de las mujeres lo consideraría absurdo e injusto. Al fin y al cabo el mundo sigue dominado principalmente por hombres.
Sin embargo, la realidad es que, por primera vez en la historia de la humanidad, en los paises desarrollados, el hombre ha pasado a un segundo plano, cediendo todo el protagonismo a la mujer, cuyas pautas y comportamiento, exigencias, gustos, preferencias y habilidades son consideradas prioritarias e ideales en una sociedad que sospecha de la masculinidad y la presume malvada y nociva para el correcto desarrollo de la persona."
El libro dedica un capitulo entero a defender la tesis, ámpliamente avalada por gran cantidad de trabajos científicos, de las diferencias innatas entre ambos sexos en múltiples ámbitos, y ataca una y otra vez a esa idea aberrante de que el ser humano es poco menos que una "tabla rasa" una especie de pizarra en blanco al nacer y que solo el entorno tiene un peso determinante. Realmente tanto los genes como el ambiente tienen su peso pero son los primeros los que más influyen, esto será ilustrado una y otra vez en el libro mediante ejemplos. Aunque había leido ya algún ensayo sobre el tema este libro ha conseguido sorprenderme al respecto y ha añadido datos que desconocía, como los experimentos realizados con bebés de pocas semanas por ejemplo que evidencian ya desde la cuna una diferencia en la percepción del mundo entre hombres y mujeres. El manido tema de la "guerra de sexos", horrible nombre, suele provocar más de un comentario guasón entre mujeres por ejemplo acerca de la supuesta habilidad femenina para la "multitarea" y la incapacidad masculina para realizar más de dos acciones simultáneamente ... bueno, tras leer este libro creo que voy a poder cerrarle la boca a más de una ;-)
El libro se extiende con detalle sobre el papel del hombre en el hogar y su participación en la educación de los hijos, de la necesidad de una figura paterna para un correcto desarrollo de la psicología masculina, por mucho que se diga que una mujer puede educar a un hijo a la perfección sin la figura de un padre, otra falacia de los tiempos que vivimos, pues ya es bastante desgracia que se las tengan que ver solas con esa hercúlea tarea para tener que ver en ocasiones como desde el feminismo más radical se anima a ello y se quita importancia al papel del padre en la educación.
En definitiva es un libro interesante, muy claro y ameno, donde la autora expone sus ideas con contundencia y claridad, no se anda por las ramas y no teme llamar a las cosas por su nombre. No está exento de errores, siempre según mi particular opinión, que señalaré más adelante, pero por lo demás aunque a más de uno o una le puedan "chirriar" un poco ciertas opiniones la verdad es que rebosa de sentido común. Y aunque se me tilde de machista diré que el hecho de que ha sido escrito por una mujer para mí le da un valor añadido... estas mismas ideas esgrimidas por un autor masculino levantarían ampollas en determinados círculos.
El libro se extiende con detalle sobre el papel del hombre en el hogar y su participación en la educación de los hijos, de la necesidad de una figura paterna para un correcto desarrollo de la psicología masculina, por mucho que se diga que una mujer puede educar a un hijo a la perfección sin la figura de un padre, otra falacia de los tiempos que vivimos, pues ya es bastante desgracia que se las tengan que ver solas con esa hercúlea tarea para tener que ver en ocasiones como desde el feminismo más radical se anima a ello y se quita importancia al papel del padre en la educación.
En definitiva es un libro interesante, muy claro y ameno, donde la autora expone sus ideas con contundencia y claridad, no se anda por las ramas y no teme llamar a las cosas por su nombre. No está exento de errores, siempre según mi particular opinión, que señalaré más adelante, pero por lo demás aunque a más de uno o una le puedan "chirriar" un poco ciertas opiniones la verdad es que rebosa de sentido común. Y aunque se me tilde de machista diré que el hecho de que ha sido escrito por una mujer para mí le da un valor añadido... estas mismas ideas esgrimidas por un autor masculino levantarían ampollas en determinados círculos.
Lo mejor: Una defensa de la masculinidad y de los valores que siempre han estado asociados al género masculino, y del tremendo perjuicio que todos sufrimos si estos se menoscaban o pierden debido a una estrecha visión de la diversidad y riqueza del ser humano, pretender equiparar a ambos sexos en derechos, obligaciones y dignidad humana es una empresa loable y necesaria pero hacerlo a costa de eliminar las caracteristicas innatas, e incluso valiosas si son enfocadas hacia fines positivos, de la mitad de la humanidad es una aberración que estamos pagando muy cara. Un libro en definitiva más que recomendable, sobre todo para las lectoras y todas aquellas mujeres que presumen de conocer a los hombres y aludir una y otra vez a nuestra supuesta "simplicidad" con lo que únicamente hacen gala de su ignorancia. Y por supuesto también para lectores masculinos que se verán más que identificados con muchas actitudes y comportamientos reflejados en el libro, más de uno exclamará "ahora ya entiendo porqué esto es así... ".
Lo peor: A veces se "desbarra" un poco, el apartado dedicado a fomentar la espiritualidad en los hijos por ejemplo se hace una identificación entre la misma y la creencia en Dios, un error muy habitual en este occidente cristiano, por no hablar de algún comentario peyorativo sobre la homosexualidad que simplemente está de más. Zapatero a tus zapatos, si de un tema se sabe bien poco mejor entonces no hablar.
Hola,
ResponderEliminarAlguién me prodría enviar ese libro para mi correo. Lo encontré como e-book, pero no logré descargalo.
Gracias,
Emmanuel
e.emmanuellinsmaia@hotmail.com
Donde lo puedo descargar
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