martes, 30 de junio de 2015

Ensayos de herejía




"No nos dejemos, pues, amedrentar por las urgencias imperiosas de reestructuración de esto y de aquello y de lo de más allá que se pregonan desde arriba: para ellos, los de arriba, los proyectos y reformas, y nosotros, la gente de abajo, a lo nuestro. Dejemos que la herrumbre y la mala hierba devoren las repelentes construcciones de cemento armado, los automóviles y las emisoras de televisión, que en las grietas de sus oficinas y supermercados afloren las chumberas, y que los vientos bienhechores del olvido se lleven las reformas y los planes de futuro"


Ficha: "Ensayos de herejía", Luis Andrés Bredlow, editorial Pepitas de Calabaza, 176 páginas, ISBN: 978 8415 862 390

Para el autor de esta breve y densa colección de pequeños ensayos, el doctor en filosofía Luis Andrés Bredlow, vivimos en una época de intensa fe, si bien es cierto que el escepticismo religioso campa por todas partes a sus anchas, al menos en occidente, no es menos cierto que desde hace muchos años hay otras creencias que han ido sustituyendo a las religiosas con igual o mayor intensidad. 

Destronado de su posición privilegiada el dios de los monoteísmos su trono no ha quedado vacante sino que hace mucho que fue tomado por la fe en el Progreso, la Modernidad y sus hijos bastardos llamados Velocidad,  Trabajo, Futuro y sobre todo por el actual Zéus del nuevo panteón pagano, el todopoderoso Dinero. Toda una pléyade de dioses en los que en mayor o menor medida casi todo el mundo cree, incluso los más recalcitrantes enemigos de cualquier fe y superstición denominada "religiosa" suelen ser a menudo devotos creyentes de cualquiera de estas deidades modernas. Todos ellos son meras construcciones de la mente humana, todos se apoyan en convencionalismos que no existen de forma objetiva fuera de nuestras cabezas... una idea que sin duda apoyaría fervientemente el nuevo gurú del ensayo histórico Yuval Noah Harari, cuya obra "De animales a dioses" dificilmente sorprendería a Luis A. Bredlow.

Contra estos nuevos dioses y mitologías, entre ellas la llamada "Democracia", carga el autor en una colección de breves, brevísimos ensayos, repletos de seguridad en sí mismo y convencimiento de que aquello que denuncia "es así" y que no hay que darle más vueltas. Imagino que la escritura de los mismos debió constituir una especie de catarsis porque desde luego que se despacha a gusto. Algunos encontrarán en los mismos una especie de regusto antimoderno o reaccionario y una añoranza de como eran las cosas, o al menos algunas de ellas, en otros tiempos, lo cierto es que su visión ácida y crítica de esos nuevos dioses a los que rendimos tributo sin muchas veces darnos cuenta, o que están tan omnipresentes, como dioses que son, en tantas y tantas facetas de nuestra vida impregnando el espíritu de los tiempos, me parece cuanto menos reconfortante. No todo está perdido si al menos nos damos cuenta de la situación. 

Aunque en algún argumento y algún blanco sobre el que dispara el autor me he visto sorprendido, confieso que no esperaba que la democracia se incluyese en este nuevo "panteón", si que en la mayoría de los casos tampoco he leído nada nuevo ni ninguna idea que pueda considerar rompedora, y es que seguramente uno también, quizás por la edad o por la costumbre de leer, había llegado a conclusiones parecidas en algunas cosas. Seguro que este será el sentimiento de más de un lector de estos ensayos de herejía.

En el primero "El culto de la fealdad" el autor incide sobre esa manía que arrastramos desde hace algo más de cinco o seis décadas en la arquitectura y la ordenación urbana, no importa donde busquemos y donde viajemos, nos encontramos los mismos adefesios por todas partes ¿hay alguna ideología bajo todo ello?, para Luis así es, aunque un servidor tiene sus dudas al respecto, no he terminado demasiado convencido de ello, quizás por ser muy afortunado con el lugar donde me ha tocado vivir.

Con el siguiente miniensayo,"Reformas, no gracias", ya he coincidido mucho más, y es que vivir en estos tiempos es darse cuenta de que la desconfianza sistemática contra toda institución es solo cuestión de pura lógica y sentido común, y el que todavía cree en las mismas, las instituciones del tipo que sean, es que no se ha parado a pensar demasiado todavía."Aires de progreso" es un irónico ensayo sobre el aire acondicionado en los trenes, símbolo de la modernización del transporte en cuyo nombre se nos priva incluso del placer de respirar aire puro y abrir una ventanilla... seguramente al autor le ha dado algún que otro ataque de claustrofobia en estos trenes de hoy en día que cada vez se parecen más a los aviones en el peor sentido.

"El Estado contra lo público, lo público contra el Estado" llega en un momento en el que no cesa el debate político entre público y privado, Luis arroja una luz sobre el tema tratando de convencernos que en algunos aspectos es un debate completamente engañoso:

"La tan debatida privatización de lo público no tiene más secreto que eso: solo se privatiza lo que el Estado ha trocado ya en negocio y mercancía, a fuerza de tratarlo como cuestión de trabajo, producción y rendimiento. Del mismo lado de la barricada están Mercado y Estado, como del otro están los servicios públicos y la libertad a cuyo servicio están." 


"El fraude del turismo y la decadencia del viaje", nos introducirá en un capítulo interesante donde el autor reflexiona sobre el hecho de viajar y la realidad del turismo en nuestros días, un tema más que apropiado para estas fechas pre-vacacionales, y de paso aprovecha para lanzar unos cuantos dardos a la sociedad capitalista y sus mitos. Ese será sin duda el tema estrella del siguiente miniensayo, en este caso no tan "mini", ya que se trata de la transcripción de una conferencia que dio el autor el 11 de mayo de 1.999 en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura del Vallés... "¿Cómo trabaja un filósofo?" es posiblemente el mejor ensayo del libro, me ha parecido verdaderamente magistral... tuvo que sorprender gratamente a más de un estudiante de arquitectura en aquella ocasión... a lo mejor  a alguno de ellos se le pasó por la cabeza abandonar la arquitectura para entrar en la facultad de filosofía ;-).

En "De drogas, dinero y otros venenos", tenemos otra transcripción de una conferencia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, una defensa de la despenalización del tráfico de drogas y los motivos que le llevan a sostener esta aparentemente disparatada idea. Como es habitual Luis Andrés aprovechará el tema para abordar otros asuntos de más hondo calado y en relación directa con lo expuesto... de nuevo alguna que otra sorpresa y en terreno "hostil", a este hombre no le falta valor sin duda. 

"No queremos ir al futuro" carga contra la idea del trabajo en la sociedad capitalista y como esa concepción, como esa ideología al fin y al cabo, mina nuestras vidas desde dentro convirtiéndonos en esclavos sin darnos cuenta. Finalmente en "Razones contra la democracia", el ensayo más importante y extenso del libro nos encontraremos un poco de todo, el discurso anti-institucional y anti-estado ya presente en páginas anteriores y sobre todas las cosas no un llamamiento a cambiar el "régimen", una dictadura sería peor, sino a una concienciación ciudadana que haga salir del aletargamiento habitual... en definitiva algo que ya sabemos más o menos todos, que una democracia, incluso cuando funciona bien, deja todavía mucho que desear como sistema político ideal:

"... exactamente de la misma manera que de la libertad de expresión y opinión, que, en principio, ampara cualquier disidencia y cualquier herejía imaginable, no saben hacer ellos otro uso mejor que repetir las memeces reaccionarias que han oído decir a su televisor: basta con ver, en suma, a esos millones de individuos que deciden libremente comprar, votar, vestir, comer y opinar lo mismo que los demás, sin que a ello les haya obligado ninguna coacción ni amenaza de nadie".

Finaliza el libro con "Apuntes sobre resistencia, tradición, indigenismo", sobre la resistencia de grupos indígenas ante la penetración indiscriminada de los "valores" materialistas occidentales que amenazan con asfixiar sus culturas, llamando la atención sobre la mejor forma de resistir, que no es otra que la de tratar de señalar las contradicciones y puntos débiles del invasor, y no un rechazo de plano a todo lo que este aporta... en fin, un tono algo más conciliador en este último ensayo donde, por fin, se alaba la que sin duda es la mayor virtud de la civilización occidental, nuestra costumbre de "crítica y negación de sí mismos"... alimentada y prácticamente "parida" por la filosofía que salió de estas tierras mediterráneas hace ya veinticinco siglos.


Como curiosidad aquí dejo un enlace a una web donde se pueden descargar artículos del autor.


Lo mejor: Claridad expositiva, sencillez, contundencia, lucidez y apasionamiento, pero también profundidad. Luis Andrés Bredlow ha recopilado en este libro una serie de pequeños ensayos dignos de ser leídos y releídos en más de una ocasión y que como principal virtud tratan de llamar a la reflexión del lector y que este observe el mundo con los ojos del autor y se pregunte si cuanto dice el mismo es verdad o no y que puede hacer para cambiarlo.

Lo peor: Aunque algún atisbo hay en la obra, no lo negaré, uno se pregunta "bueno, tienes razón ¿y ahora qué?"... y lo de siempre, aquello que he comentado en más de una ocasión en este blog cuando me encuentro con obras impregnadas con una mentalidad semejante, que seguramente aquel que más necesitaría leerlas para "cambiar el chip" es precisamente el que nunca va a hacer tal cosa. Y también porque aquellos que podemos estar más o menos de acuerdo con el autor y participar de su visión de algunas cosas que expone en este libro terminaremos encontrándonos con la misma sensación de impotencia al cerrar sus páginas. Como si un pez fuese consciente por primera vez en su vida de que nada en ese elemento llamado agua que antes no advertía, para seguidamente volver a olvidarlo pronto y seguir nadando con los demás en el cardumen.

lunes, 29 de junio de 2015

La invención del reino vegetal


Ficha: "La invención del reino vegetal", Aina Serra Erice, editorial Ariel, 445 páginas, ISBN: 978 843 441 9469

En más ocasiones de las que quiero reconocer me dejo llevar por el aspecto de un libro a la hora de escogerlo para echarle una ojeada, fue sin duda el caso de este bonito ensayo de la bióloga Aina S. Erice. A la vuelta de esa hermosa portada aparece también la imagen y unas palabras del conocido filósofo y ensayista José Antonio Marina, a estas alturas un viejo conocido de este blog, que ha patrocinado esta primera obra, la cual forma parte de un proyecto aún más ambicioso... la plasmación por escrito de un detallado compendio de ese orden artificial ideado por Aristóteles, la división del mundo humano en esos tres reinos, el animal, mineral y vegetal.

Para este último ha encontrado sin duda a una autora idónea para la tarea, y es que el mundo vegetal, tal y como nos va a demostrar Aina a lo largo del libro es tan extenso, complejo y posee tantas y tantas facetas que uno no sabe muy bien por donde comenzar. A priori lo vegetal parece poco atractivo cuando se le compara con las inagotables sorpresas, maravillas y complejidades del mundo animal, los vegetales son algo así como los parientes más básicos, pobres y deslucidos del mundo vivo... sin embargo basta con echar una ojeada a nuestro alrededor para darnos cuenta de que están por todas partes.

Este es un libro que he leído tomándome mi tiempo, en contra de mi habitual costumbre devoradora, no he tenido prisa en terminarlo, en ocasiones la cantidad de datos me abrumaban y no quería saturarme, en otras simplemente era que el tema escogido, siempre en el ámbito de la relación histórica entre la humanidad y el mundo vegetal, me interesaba bien poco, supongo que cada lector tendrá una experiencia diferente. A pesar de todo no ha sido este un viaje exento de sorpresas, los lectores curiosos, especialmente los aficionados a la botánica y a la historia encontrarán muchas cosas de su interés. 

Lo mejor de todo es que durante las semanas en las que he tenido este libro a mano ha ido cambiando mi percepción de ese mundo vegetal que tanto apasiona a la autora. Tengo la fortuna de vivir en una ciudad donde no se puede eludir la presencia de las plantas, hay multitud de jardines y "zonas verdes", pero es que además vivo desde que nací en las afueras de la misma, rodeado de campos de cultivo, zonas residenciales ajardinadas y huerta... alguna vez he estado de paso por alguna ciudad más "urbana" y realmente no creo que sean sitios ideales para vivir, es curiosa la facilidad con la que aceptamos la silenciosa presencia vegetal, que suele pasar inadvertida, y en cambio como la echamos de menos cuando esta nos falta. Tras la lectura de este libro será ya imposible ver el mundo vegetal de la misma forma que antes. 


Quienes hipotéticamente hiciesen un ejercicio de imaginación sobre el tema e intentasen anticipar los asuntos de los que hablaría un libro que versara sobre la relación de las plantas y la civilización humana, ni se acercarían a lo que Aina consigue mostrar en este libro. El mismo constituye todo un pulso de erudición y documentación... las plantas como alimento, como material de construcción, su uso en tintes, su utilización como medicinas, plantas y flores como ornamento, plantas como musas de la inspiración artística o religiosa, plantas como moneda, como tejido, como soporte para la escritura, la historia de la domesticación de las especies vegetales... los ángulos desde los que observar la relación hombre-plantas son infinitos e inagotables. Tanta erudición no ha evitado algún que otro desliz que incluso un neófito en el tema como yo he podido detectar: Pues no, un gusano de seda no ingiere en sus 40 días de vida 600 kg de hojas de morera, la fuente está mal ya que como muchos habitantes de la huerta de Murcia donde es tradición, he tenido algunos de estos bichos y puedo asegurar que la docena que crié hace unos años por capricho  consumieron entre todos una cifra que ni se acercaba ;-)... no se donde ha consultado esa información pero está mal de plano. Tampoco hay una rueca en la bandera de la India actual, el símbolo representa el "chakra de Ashoka", aunque si la hubo antes en una bandera independentista que tuvo poca vida.



Minucias aparte, el libro es una preciosidad, basta hojear unas cuantas páginas para quedar encantado por su esmerada presentación, la cantidad de grabados y fotografías que lo salpican de principio a fin, la variedad de los temas tratados... uno se da cuenta hasta que punto hemos transformado el planeta y como casi toda la vida vegetal que tenemos a nuestro alcance lleva las indelebles huellas de la acción humana. Me ha interesado especialmente la parte final referida a la historia de los grandes estudiosos de la botánica, no conocía, entre otras muchísimas cosas la verdad, la afición por Darwin por la botánica, o el que hubiesen existido de forma paralela diversos métodos de nomenclatura para los nombres técnicos. 

Aquí tenéis un enlace al blog personal de Aina con más información sobre el libro y cosas relacionadas con el mundo de las plantas. De obligada visita para sus lectores.

Lo mejor: Un libro interesante, plagado de datos sobre el mundo vegetal, la botánica y la antiquísima relación entre el ser humano y las plantas, una fusión que podríamos llamar "antropobotánica" que leyendo el trabajo de Aina S. Erice bien merecería figurar como especialidad-puente en los estudios de biología y antropología. El lector habitual de ensayos disfrutará con los conocimientos divulgados por la autora, y sin duda también con su forma, tan amena y cercana, de narrarnos esa aventura cuyo inicio comenzó hace ya muchos miles de años. Otro de sus puntos fuertes es la sección de bibliografía final y el índice, se palpa de principio a fin la ilusión y el trabajo que ha puesto la autora en esta obra, su generosidad con los lectores es algo que no puedo pasar por alto.

Lo peor: La amplitud de los temas abarcados hace que sea complicado mantener el interés por igual, como comentaba antes hay partes del libro que se me han hecho más monótonas que otras, a pesar de la inteligente división en partes de la obra y su subdivisión en capítulos fácilmente abarcables, "leíbles" y perdón por el "palabro" ;-), donde se nota el esfuerzo de Aina para hacer accesible la obra. Aunque parezca una herejía recomiendo saltarse el prólogo de José Antonio Marina y dejarlo para el final... no es nada personal, pero la verdad es que si no se lee tampoco pasa nada.


martes, 16 de junio de 2015

El mundo de Sofía



Ficha: "El mundo de Sofía", Jostein Gaarder, Editorial Siruela, 656 páginas, ISBN: 978 84 16396 78 8

Si pudiera hacer una lista de aquellos libros que un día captaron mi atención y que se quedaron en la cuneta olvidados pendientes de leer, probablemente este estaría en uno de los primeros puestos. Gaarder, un escritor noruego conocido principalmente por esta obra, lo publicó originalmente en 1.991 y en muy poco tiempo el libro se convirtió en un bombazo editorial a nivel internacional, la edición en castellano se publicó en 1.994, imagino que con una tirada pequeña, así como por probar y ya en 1.997 alcanzaba la friolera de 27 ediciones, esta es la que he leído, sacándola en préstamo de la biblioteca ya que nunca he llegado a comprarla. Circula también por internet desde hace años, para bien o para mal, una versión en formato .pdf.

Gaarder escribió una novela para jóvenes, para adolescentes aproximadamente de la misma edad de la protagonista, con la sana intención de iniciarles en la historia de la filosofía a través de un relato donde esta cobra un gran protagonismo. Una historia de misterio e intriga que servía como gancho para acceder a largas parrafadas filosóficas, al mismo curso que lee y estudia la protagonista. Dicho así no suena demasiado bien, huele a "rollo"... y sin embargo el relato engancha de principio a fin, más o menos tal y como veremos más adelante, y ese relato filosófico constituye seguramente el mayor atractivo del libro, historia e intriga aparte.

Fue sin duda una "anomalía" editorial, no es extraño que se lo haya comparado con otros fenómenos editoriales como "El nombre de la rosa" o "El perfume", novelas que se salían de los cauces habituales, y que tuvieron un éxito tremendo y completamente imprevisible funcionando su publicidad en un primer momento a través del "boca a boca". "El mundo de Sofía" quizás no llegó a la categoría de las mencionadas, ese reducido olimpo formado por los libros que todo el mundo parece haber leído... aunque se quedó muy cerca. Traducido a 54 idiomas, 26 millones de ejemplares vendidos... y girando todo en torno a la filosofía. Probablemente, a pesar de la tremenda cifra de ediciones, en nuestro país no fué su éxito semejante al de otras naciones, como bien se comenta en la Wikipedia, Alemania ha sido el lugar de mayor éxito con 6 millones de ejemplares vendidos. Eso me recuerda a este otro ensayo también sobre filosofía y un gran éxito en el país germano... aunque a un nivel muchísimo menor.

Sofía Admunsen, una chica que vive en una pequeña ciudad de Noruega, va a cumplir quince años próximamente, un día al llegar a casa procedente del instituto se encuentra con un enigma en su buzón de correos... una intrigante nota que simplemente le pregunta "¿Quién eres?"... seguirá recibiendo notas parecidas los siguientes días, junto con una especie de curso sobre la historia de la filosofía que le proporcionará abundante material de reflexión sobre las cuestiones que se le plantean en las notas. A su vez también comenzará a recibir unas extrañas cartas de felicitación digiridas a una tal "Hilde", que Sofía no conoce, y que son enviadas por el padre de esta que forma parte de una misión de paz de los cascos azules en el Líbano, con una doble dirección, terminando por lo tanto una y otra vez en el buzón de la casa de Sofía... ambos misterios, el del misterioso profesor de filosofía que le envía notas con preguntas y material de un curso junto con esas postales de felicitación se irán complicando más y más, a la vez que avanza el curso filosófico, desde su inicio con los presocráticos hasta su parte final... que no comentaré aquí :-)

Intriga, situaciones extrañas, mucha filosofía explicada de la forma más elegante y sencilla que cabe imaginar... todo ello forma un cóctel explosivo que consigue captar la atención del lector y engancharle al libro desde el comienzo, sin importar el tema tratado. Era esa la intención original del libro, constituir una especie de novela-curso de filosofía para introducir en esa rama del pensamiento humano a los adolescentes, un objetivo que quedó completamente desbordado... sin duda alguna han sido los adultos los principales lectores de la obra. Debe ser uno de los libros más regalados de todos los tiempos. De hecho se le encuentra habitualmente en las secciones de literatura juvenil en las bibliotecas... con todo merecimiento ya que el tono y la forma empleada por Gaarder son fácilmente reconocibles, un estilo didáctico, con guiños y giros humorísticos, diálogos dinámicos, sencillez y claridad, una fácil identificación del lector con el personaje protagonista cuyas dudas y curiosidad compartimos... en fin, un libro sencillo de leer, ameno y muy instructivo que no por esa sencillez de redacción deja de tocar cuestiones esenciales y profundas, tal y como hace habitualmente la filosofía. 


Me pregunto si de haberlo leído a mediados de los noventa mis gustos como lector hubieran cambiado, puede que sí o puede que no, pero lo que es cierto es que es un libro que habrá marcado la vida de muchos lectores, y eso no se puede decir de cualquier libro. No faltará el "listo" de turno que dirá que el libro no vale como introducción a la filosofía, o que posee tal o cual imprecisión, creo que Gaarder buscaba interesar al lector en el tema, buscaba que este descubriera su parte interesante y maravillosa, que la tiene sin duda, y motivarle a ampliar sus conocimientos más adelante, aunque fuese muchos años después. Me gustaría saber si hay más de un profesor de filosofía cuyo interés comenzó con este libro... aunque no dudo que tal cosa haya ocurrido, son demasiados libros vendidos, demasiadas semillas arrojadas a la tierra como para pensar que muchas no hayan germinado. Solo por eso el libro posee un valor especial, por haber sido capaz de atraer al mundo de la filosofía a gente que en principio nunca se hubiera interesado por la misma.

Comentar como curiosidad que del libro se hizo una película en 1.999 y que la misma está en "Youtube" íntegra. Aconsejo visualizar la versión con subtítulos y pasar de doblajes dudosos. Aparte de la más que correcta elección de los personajes, la guapa Silje Storstein está muy bien escogida para el papel de Sofía y Bjørn Floberg "clava" el papel de Alberto, la película no tiene demasiado que ofrecer... apenas una ínfima parte de lo que aporta el libro, de modo que aunque no me gustan los manidos y engañosos debates ¿qué es mejor el libro o la película?, en este caso está más que claro quien sale perdiendo.



Lo mejor: Un libro que podemos calificar de "clásico" a estas alturas sin el menor reparo, el libro que un servidor regalaría a un hijo, primo, etc de la edad de su protagonista. No es en cambio el que recomendaría a un adulto que comenzase a interesarse por la filosofía, aunque el relato de la historia de la misma me parece impecable y tan ameno que es difícil resistirse a él. A pesar de la sencillez y la claridad con la que está escrito posee no pocas "cargas de profundidad" que harán las delicias del lector aficionado a temas de reflexión que podrá compartir con Sofía no pocas de sus tribulaciones.

Lo peor: El ritmo de la historia se acelera en su parte final, y curiosamente para mí pierde buena parte de su atractivo, el argumento se embrolla cada vez más y llega un punto en que la historia parece que pide una rápida conclusión, en vez de tener ese ritmo sosegado y denso de la primera mitad que era, para mí, uno de sus puntos fuertes. Naturalmente estamos ante una novela, que nadie tome esta obra como un sustituto de un ensayo de la historia de la filosofía, vendría a ser en todo caso un aperitivo, un estímulo para seguir leyendo sobre el tema.

viernes, 12 de junio de 2015

La traición de Roma


"Ingrata patria, ne ossa quidem habebit"

"Ingrata patria, ni siquiera tienes mis huesos."

Epitafio que había inscrito en la tumba de Publio Cornelio Escipión.

Ficha: "La traición de Roma", Santiago Posteguillo, Ediciones B, 1.563 páginas (edición en formato "librino"), ISBN: 9788 466 649 445

Termino aquí mi comentario a la monumental obra del escritor valenciano iniciada ya hace más de un año con "Africanus, el hijo del cónsul", y continuada unos meses más tarde con "Las legiones malditas". Una monumental trilogía dedicada a ese enorme, y casi olvidado, general romano cuyas acciones cambiaron el curso de la historia. Y digo olvidado porque sin duda alguna hay otros personajes de la antigua Roma que aunque si estuvieron a su altura, como por ejemplo Julio Cesar, o incluso menos, han sido  más recordados tanto en obras literarias como en la literatura y el cine por ejemplo les ha rendido un notable tributo. Incluso su gran rival, Aníbal, ha gozado de una mayor popularidad literaria, aunque el romano demostrase estar totalmente no solo a su nivel, sino incluso por encima en el terreno militar... algo que Santiago sostiene en esta trilogía y que resulta perfectamente creíble, no solamente por su victoria en Zama, sino por toda su campaña anterior llevada con maestría y en perpetua lucha no solamente contra un enemigo implacable, sino también contra feroces enemigos políticos en su misma ciudad de Roma,  quien dijo que la historia la hacen los siempre los vencedores olvidó el hecho de que incluso en el bando de estos también hay vencidos, y ese es el caso del "Africano".

Ambos, Publio Cornelio Escipión y Aníbal Barca, los más grandes generales de su tiempo, fueron cohetáneos, rivales y semejantes en muchos aspectos. Ambos dirigieron ejércitos que consiguieron victorias consideradas imposibles, ambos fueron traicionados y exiliados de su patria, y finalmente las tumbas de ambos quedaron ocultas, una, la del general cartaginés rápidamente sepultada en el olvido y otra, la de su gran rival romano que tampoco resistió mucho el paso del tiempo. Si las memorias, que se sabe que escribió Publio Cornelio, se hubieran conservado quizás la posteridad hubiera sido un poco más magnánima... pero tal vez fue mejor así.

En fin, sea como fuere aquí está nuestro maestro en novela histórica para rendirle un homenaje a esta gran figura histórica, y no pequeño por cierto. Una trilogía de lo más recomendable que culmina en esta "Traición de Roma", el tercero pero no el menos interesante, ni mucho menos, tomo de la misma. Haciendo un poco de memoria, si la primera parte se nos narraba la historia desde el nacimiento del protagonista hasta su nombramiento como general y el comienzo de lo que parecía una misión suicida en Hispania, la segunda parte nos narraba con todo lujo de detalles la accidentada y feroz campaña contra los cartagineses en Hispania, Italia y África que culminará en la gran batalla de Zama que puso punto y final a la segunda guerra púnica, en esta ocasión la historia comienza justo donde quedó en el tomo anterior, en un ejército romano victorioso tras la batalla de Zama.

¿Y ahora qué? ... lograda la mayor empresa de Escipión solamente le quedaba en la vida recoger los frutos de tantos triunfos militares, tanto sufrimiento y tanto trabajo en una tarea digna del mítico Hércules, ¿veremos en esta tercera parte al gran general dedicado a la administración y cultivo de sus tierras? ¿o quizás dormitando amodorrado en alguna sesión del Senado?. Nada de eso, en la antigua Roma, así como en épocas posteriores, era normal que los militares victoriosos hiciesen luego carrera política, una guerra de otro tipo quizás menos incruenta pero no menos encarnizada. Dicen que en la vida un enemigo fiel es lo más parecido a un amor verdadero, nunca te abandona, y al bueno de Publio nunca le abandonó la pasión, en este caso negativa, de Marco Porcio Catón, un rival muy inferior a él en el terreno militar, pero muy superior en las más complicadas y traicioneras arenas de la política. Fue esa una batalla que no consiguió ganar, la rivalidad entre ambos será el motivo principal de esta entrega final.

Naturalmente aunque las intrigas políticas sean el plato fuerte del libro no será lo único que tendremos, cualquiera que conozca la historia sabe que faltaba un elemento militar todavía, y de gran envergadura, otra gran batalla en la que el gran general romano se vio involucrado, la campaña en Asia contra Antíoco III y su imperio seleúcida que culminó en un acontecimiento de una magnitud no menor a la de Zama... aunque en esta ocasión no le correspondió comandar las tropas, su hermano Lucio fue el general elegido, su presencia en Asia fue mucho más que testimonial, tal y como relata Santiago en esta entrega.

De modo que no hay peligro que los amantes de la acción y la épica terminen aburridos,  a las intrigas políticas ya mencionadas, acompañadas por suerte con una recreación más exhaustiva del autor en la psicología tanto de Publio Cornelio como de su gran rival, se suma el relato de la gran campaña de Asia. En este caso no tendremos ese ritmo endiablado que nos llevaba de un lado para otro sin respiro como en la anterior entrega, pero sí la suficiente intriga como para tenernos con el alma en vilo durante buena parte de la novela, una labor en la que Santiago es un consumado maestro.


La batalla de Magnesia será recreada con todo lujo de detalles, al igual que en Zama y luchas anteriores uno parece estar viviendo la lucha desde dentro, las tribulaciones de los generales, la preparación del terreno, la estrategia de uno y otro bando, las distintas formaciones y los generales que estuvieron a su cargo... casi puede uno sentir el temblor del suelo ante la carga de la caballería acorazada siria, el bramido de los elefantes moribundos, el silbido de las flechas, los gritos de los heridos, las cargas de los carros de guerra en medio de una polvareda, la imagen del general del ejército romano, Lucio Escipión en este caso, montado a caballo y girando su espada en el aire 360 grados como anuncio del comienzo de una lucha a muerte... un espectáculo grandioso y terrible como presenciar de cerca la erupción de un volcán sin poder salir corriendo, y es que las guerras de aquella época eran otra cosa.



¿Qué puede hacer un general cuando se enfrenta a un enemigo que posee un arma contra la que no tiene defensa?... la respuesta la dio ya el gran Alejandro en la batalla de Gaugamela y de nuevo esta estrategia fue usada por los romanos en Magnesia, no lo desvelaré aquí, ya que creo que es mucho mejor que si el lector llega a ese punto de la novela lo ignore por completo, si es que consigue evitar la curiosidad claro. A pesar del lugar central que ocupa la campaña de Asia en el libro como comentaba antes este no es el tema más importante, aunque se agradece algo de lucha y épica, que de todas formas estaba en la historia ;-), para aligerar un poco el relato de las desventuras de la familia de los escipiones.



Y es que realmente la lucha más importante expuesta en el relato de Santiago se libró en el Senado romano, luchas de alianzas, sobornos, interpretaciones literales de las leyes cuando conviene y apelaciones a la tradición cuando es necesario, maniobras de distracción, brillantes discursos, derrotas tácticas necesarias para afrontar temas más importantes, avances y retiradas estratégicas... durante un tiempo Publio Cornelio pareció desempeñarse tan bien en este escenario de guerra como en el otro, aunque al final la realidad se impuso. El personaje de Catón es seguramente uno de los aciertos del libro, demuestra como las puntos fuertes de alguien se pueden tornar en debilidad, y viceversa. Santiago nos lo retrata como alguien inteligente, cruel, retorcido, envidioso... pero también honesto consigo mismo y con la causa que defiende, equivocada o no, terco, irreductible, inasequible al desánimo, gran orador y también perfecto conocedor de las leyes y tradiciones de la ciudad eterna. Un rival de gran altura que paradójicamente tenía algún punto en común con Publio, la entrega a una causa sin reparar en medios y sacrificios personales y sin ánimo de enriquecimiento o empoderamiento personal por encima de las instituciones del estado... una pena que estos dos romanos fuesen enemigos políticos, enemigos a muerte, ya que en algunos aspectos se parecían bastante.

Aparte de los dos grandes rivales nos encontramos a otros personajes ya conocidos del lector, a los que se suman con un nuevo protagonismo dos de sus hijos, Publio Cornelio hijo y Cornelia su hija menor, al fiel Lelio, a Plauto, a  un infortunado Aníbal que como Publio irá de mal en peor, a la ex-esclava egipcia Netikerty... una más que digna conclusión de la que seguramente es la mejor trilogía de novela histórica escrita en castellano, aunque sea de forma temporal ya que estamos todavía a la espera de que Santiago nos dé una alegría un día de estos y concluya la monumental, y mucho mejor en mi opinión, trilogía sobre Trajano que todavía anda inconclusa. Que a nadie le asuste la envergadura de estos libros, se leen con gran rapidez y constituyen una lectura de entretenimiento poco menos que ideal, sobre todo para estos meses de verano que tenemos ya encima.



Lo mejor: Lo de siempre tratándose de Santiago, una historia fantástica a la que no se puede pedir más, bien escrita, bien narrada, perfectamente "dosificada" para que no se le atragante al lector más novato pero a la vez con la suficiente calidad como para atraer al lector exigente. Toda una gozada que no hay que perderse si uno es forofo del género de la novela histórica.

Lo peor: Santiago en los apéndices comenta un par de hechos que aunque parezcan inventados no lo son, uno sucedió realmente y un par de ellos bien pudieron haber sucedido... mejor hubiera sido que añadiese una relación de sucesos no ya de la novela sino de toda la trilogía que han sido sacados directamente de su imaginación aunque quizás sería pedir demasiado y esos apéndices ocuparían entonces unos cuantos capítulos. No hay que olvidar que no estamos ante un libro de historia sino ante un relato de ficción, y de entretenimiento puro y duro, por muy bien documentado que esté y por mucho que el autor consiga meternos más de un gol. En ocasiones también "marea la perdiz" en exceso, alargando el relato y dando vueltas a lo mismo, ese aspecto cansino y repetitivo , ese "tufo" que en ocasiones despide un poco la obra a "culebrón televisivo" afortunadamente estará bastante más ausente en su siguiente trabajo "Los asesinos del emperador", también comentado aquí. Santiago progresa como narrador y novelista y a mejor afortunadamente, espero poder comentar su segunda entrega de la trilogía de Trajano en breve.

martes, 9 de junio de 2015

Neurozapping



Ficha: "Neurozapping", José Ramón Alonso Peña, editorial Laetoli, 162 páginas, ISBN: 9788 492 422739

De nuevo otro bocado exquisito, otra perita en dulce servida por ese maestro de la divulgación que es José Ramón Alonso, en esta ocasión de la mano de una de mis editoriales favoritas, la editorial navarra Laetoli. 

Hace unos meses tuve la oportunidad de comentar aquí uno de sus trabajos "El escritor que no sabía leer", una serie de historias sorprendentes unidas por el tema común de la neurociencia, del que José Ramón es especialista con una amplia experiencia en el terreno de la divulgación.  Colaborador habitual en el excelente blog "Naukas" donde pueden leerse habitualmente artículos suyos. También es posible seguirle en su blog personal, de visita obligada, vamos que ya estás tardando en leerle,  si a uno le interesan los temas científicos y especialmente todo lo relacionado con la neurobiología, y que posee el encanto especial que tiene todo aquel que tiene mucho que contar y habilidad para narrarlo poniéndose en la piel del lector no especializado, tal y como debe hacer todo buen divulgador.

En este libro en concreto José Ramón no utiliza el "gancho" de casos inusuales o llamativos para captar la atención del lector y picar su curiosidad en cada una de las 21 historias de las que consta el pequeño ensayo, sino que utiliza un recurso últimamente muy de moda, recurrir a elementos de la cultura popular conocidos de sobra por todos, en este caso al mismo al que recurría Mark Rowlands en su brillante, aunque algo caótico, "Todo lo que se lo aprendí de la tele"... pero no hay que asustarse en este caso, José Ramón no se interna en las espesuras filosóficas de Rowlands y va a lo suyo, la neurobiología, y con la habitual mezcla de rigor, ironía y amenidad de siempre. Definitivamente este libro me ha gustado mucho más que la anterior obra del autor ya comentada aquí.

En cada capítulo el protagonista es una serie de televisión que dará pie a que José Ramón nos hable de algún tema relacionado con el cerebro, así en el primero tenemos una introducción a "The Big Bang Theory" y su protagonista principal, el simpático aunque desconcertante Sheldom Cooper, para hablarnos del síndrome de Asperger, otro síndrome, el de Tourette será el protagonista del capítulo dedicado a Los Simpson, Breaking Bad nos hablará del envenenamiento con ricina, "Saber y ganar" el veteranísimo programa de TVE dará pié al autor para hablarnos de la afección denominada "discalculalia", "The Walking Dead" aportará la nota macabra con microorganismos devora-cerebros y canibalismo, el conocido episodio de epilepsia transmitido por televisión será el protagonista de "Pokémon"... la forma de conocer la hora de la muerte al examinar un cadáver, y alguna que otra técnica sorprendente para estimarlo, vendrá de la mano de "CSI"... la engañosa simplicidad del cerebro de los insectos será el protagonista del capítulo dedicado a la entrañable "La abeja Maya"... así hasta completar una larga lista de 21 series.

En definitiva un bonito y ameno viaje lleno de sorpresas que se puede leer de un tirón y que en mi caso particular me ha descubierto alguna que otra serie que no conocía, y por supuesto ha proporcionado una buena cantidad de información interesante sobre el siempre apasionante tema de la neurobiología y sus implicaciones que son interminables... porque como muy bien dice el autor al final de uno de los capítulos "Al final, todo es neurociencia", uno no tiene más remedio que darle la razón, si con la mente hacemos el mundo, tal y como dijo Buda en una ocasión y el cerebro es el soporte de la mente... que cada cual saque sus conclusiones.


Lo mejor: Lo dicho, un ensayo ligero, divertido, instructivo...  una lectura muy recomendable para todo aquel lector interesado en temas de ciencia en general y neurociencia en particular, con el valor añadido de hacernos recordar y revivir algunas de las mejores series de televisión. 

Lo peor: De nuevo tengo que decir lo mismo que en su anterior obra, es una pena que la sección de bibliografía situada al final del ensayo, apunte a páginas en inglés. José Ramón nos proporciona una obra muy accesible por un lado y por otro en su bibliografía, para saber más sobre los temas tratados, nos pone el listón demasiado alto. Mejor hubiera sido apuntar un poco más bajo ¿no? ;-).


martes, 2 de junio de 2015

El desengaño de Internet




"Afirmar que internet fomenta la democracia significa negar consuelo a los ciudadanos de esos Estados autoritarios en que los gobiernos, en pleno control de la situación, están utilizando internet para intoxicar a su pueblo con propaganda insidiosa, controlar hasta el último tuit o aterrorizar a los disidentes con ciberataques. Pero decir que internet fomenta la dictadura es despojar a esos mismos ciudadanos de toda esperanza, porque los regímenes autoritarios no son eternos, y es posible aprovechar los escasos momentos de inestabilidad, a veces con la ayuda de internet, para instigar el cambio."


Ficha: "El desengaño de internet", Evgeny Morozov, editorial Destino, 429 páginas, ISBN: 9788 423 327799

Adquirí este libro hará ya casi dos años, desde entonces ha estado durmiendo en mi librería engrosando esa siempre reciente lista de espera de lecturas pendientes. La lectura reciente del ensayo de Byung-Chul Han "Psicopolítica" ha sido el último empujón que necesitaba para abordar esta obra del experto en la red Evgeny Morozov, toda una autoridad en lo que respecta a internet y su influencia en la política. 

Morozov, tal y como relata al comienzo de su charla en Ted-Talks, era hace unos años un hombre de fe, un ferviente creyente en la curiosa teoría, a la que por lo visto le queda todavía algún que otro iluso despistado defensor, de que la libre difusión de noticias y pensamientos contrarios a un régimen dictatorial, eludiendo la censura, puede por sí misma ocasionar la caída del mismo. 

La desilusión y el despertar al darse cuenta del disparate de tal falacia llegó no hace mucho, tras las revueltas estudiantiles de 2.009 en Irán, eso le hizo darse cuenta de que el problema era mucho más complejo y no solo abandonó el activismo político en esa dirección, sino que escribió este sesudo y contundente libro que supuso toda una ducha de agua fría a aquellos ciberutópicos de entonces, y a los que aún a día de hoy creen que a una dictadura se la puede tumbar a base de twits, post y publicaciones en Facebook... es un disparate tan grande como pretender curar a un enfermo que sufre un tumor cerebral con un champú anticaspa.



Morozov explica muy bien en el libro, con toda suerte de detalles, como esa mentalidad de lucha basada principalmente en la creación de herramientas capaces de burlar la censura y agujerear cortafuegos, uso de las redes sociales para difundir consignas entre los manifestantes, herramientas para camuflar y deslocalizar los blogs y demás, sin otro apoyo más contundente "sobre el terreno" y sin conocer las particularidades del país donde se realiza el activismo en pro de la democracia y los derechos humanos no solamente no sirve para nada, sino que termina sirviendo justo a la causa de los regímenes autoritarios, y explica muy bien el porqué.

De los tres pilares en los que se basa cualquier gobierno autoritario, censura, propaganda y vigilancia, el activismo a través de la red solamente ataca uno de los tres, la censura, sin embargo no hace nada en contra de los otros dos, y lo que es peor, los refuerza notablemente. La idea fantasiosa y estúpida de que basta que la gente conozca "la verdad" para que ella solita se movilice, y la no menos absurda de que los dictadores y los que les sostienen son poco menos que "analfabetos tecnológicos" hace ya tiempo que no se las cree nadie. Morozov explicará como los regímenes autoritarios terminan utilizando tan bien el ciberactivismo como los opositores, como crean redes sociales de carácter nacional, mucho más populares su su ámbito que las norteamericanas Twitter y Facebook, como utilizan la red de forma masiva para distribuir noticias falsas, las intoxicaciones de toda la vida, y como costean y premian la labor de blogueros afines a sus regímenes, labor que en ocasiones no tienen que subvencionar o animar dado que como todo el mundo sabe incluso en las más crueles dictaduras nunca deja de haber un sector de la población que apoya al régimen oficial.

Por si fuera poco las redes sociales, especialmente las mencionadas Twitter y Facebook, en una política de control y ordenación encaminados a impedir ser usadas para cometer delitos, no dejan de filtrar datos personales de sus usuarios, de los contactos que estos tienen e información detallada sobre quien se relaciona con quien... vamos el sueño de cualquier policía secreta de una dictadura, ya no tienen que vigilar, pinchar teléfonos, detener e interrogar bajo tortura, o cada vez menos, ahora basta con meterse en el perfil de un activista y ver sus contactos, o en los de un "amigo", curioseando como cualquiera, sin necesidad de requerir información a estas compañías... y vamos no es que las mismas sean precisamente adalides en la defensa de la privacidad de sus usuarios. Esa facilidad con la que proporcionan datos sobre sus usuarios, algo que en occidente puede estar motivado por asuntos de seguridad, se torna en un verdadero drama en cuando cambiamos de escenario... naturalmente ni Twitter ni Facebook adaptan sus normas en función del país en que funcionan.

Con no poca ironía, Morozov destaca como las democracias occidentales se parecen cada vez más a las dictaduras de toda la vida, emulando a la conocida novela de Orwell "1.984", con vigilancia, abusos policiales, y leyes cada vez más restrictivas,  y como las dictaduras cada vez emulan más y más a "Un mundo feliz" de Aldous Huxley, utilizando la técnica de la saturación de contenidos irrelevantes, de puro entretenimiento y frivolidades con el fin de "adormecer" a sus ciudadanos. Un ejemplo perfecto, citado en muchas ocasiones, es la Rusia de Putin, donde la mayoría de los usuarios de internet utilizan la misma para ver películas pirateadas, bajarse pornografía, ver vídeos de gatos o la última tontería del tonto de turno... el activismo político se la trae al fresco al usuario medio, vamos igualito que en occidente ;-)

Un punto que me ha gustado especialmente del libro es sus referencias al final de la guerra fría y el como la misma, todo lo sucedido en 1.989 y 1.990 ha condicionado la política norteamericana respecto a la red en los últimos años. El capítulo del libro dedicado a la historia reciente de algunos inventos que fueron, al igual que internet, saludados con gran optimismo, como el telégrafo, la radio y la televisión, en los que no pocos vaticinaron que derribarían barreras nacionalistas, relegarían a la guerra a rareza del pasado y serían el motor del cambio a un mundo mucho mejor simplemente no tiene desperdicio.

Internet, que realmente solo es un concepto y no existe como tal, con su complejidad es un fenómeno con tantas caras y con tantas posibilidades que evita cualquier tratamiento sistemático, lo que puede ser bueno en la Europa occidental democrática puede ser un desastre en China y viceversa por ejemplo. Ni ha traído más libertad ni es presumible que la traiga. Aquellos países que ya disfrutaban de libertades antes del advenimiento de la red lo siguen siendo, aquellos que sufrían dictaduras siguen igual... o peor. Todo lo bueno que puede traer en el sentido de burlar la censura y difundir ideas que apoyen la causa de la libertad se puede tornar, y de hecho lo hace así, en una mayor propaganda de la dictadura de turno y una efectividad mayor de su policía secreta a la hora de controlar, vigilar y detener a los activistas. 

La fecha de publicación del libro, comienzos de 2.011, como comenta con sarcasmo Morozov equivale a haber publicado un ensayo sobre la guerra fría justo en el verano de 1.989... la llamada "primavera árabe" le pisó el terreno, algo interesante para ver si a posteriori su apasionado trabajo ha sido desmentido, o no, por los acontecimientos. A pesar de que las multitudes que ocasionaron la caída de los regímenes de Túnez y Egipto utilizaron masivamente las comunicaciones vía móvil, especialmente Twitter y Facebook, evidentemente solo fue una posibilidad explotada por los manifestantes, y de forma muy hábil, pero que no estaba tal y como podrían creer los llamados por Morozov "internet-centristas" en la raíz del asunto, el descontento y la rabia contra unos regímenes brutales y corruptos era algo que venía ya de lejos, por no hablar del desgaste estructural ya presente en los mismos y que las revueltas populares hicieron otra cosa que acelerar. El test del tiempo indudablemente ha dado la razón a Evgeny, hoy casi nadie piensa que la simple difusión de panfletos y consignas o la denuncia pueda hacer caer a un gobierno mínimamente fuerte y bien informado. 

El capítulo final, escrito posteriormente a la primera edición, donde el autor responde a las numerosas críticas, no siempre positivas, que tuvo su obra y a su visión del futuro de la regulación en la red es para mí seguramente lo mejor, la guinda de un pastel que aunque sepa un poco amargo no puede evitarse. Evgeny ha escrito un libro fundamental para entender el fenómeno de internet en clave política, de lectura poco menos que obligada.


Lo mejor: Un ensayo denso, exhaustivo, apasionado y muy bien documentado de la relación entre internet y la causa de la defensa de la democracia en el mundo, no creo que exista un libro mejor que este en ese ámbito. Lejos de promover un ciber-pesimismo o defender actitudes reaccionarias o retrógradas Morozov es un ardiente partidario del uso masivo de internet... pero a condición de que otras formas más tradicionales de activismo no sean descuidadas y conocer bien las características del ámbito de actuación, algo en lo que tradicionalmente los políticos de las democracias, especialmente en los EEUU, son manifiestamente ineptos, y por supuesto, tener siempre en cuenta que esta es una guerra, la ciberguerra, en la que todos los bandos poseen las mismas armas y nunca se puede subestimar al contrario.

Me ha gustado también especialmente el apartado dedicado al activismo social vía Facebook, y su toque de atención sobre el arma de doble filo que constituye el uso de internet para la defensa de causas nobles, de como puede promover éxitos fáciles y superficiales, y terminar promoviendo realmente la inacción y la apatía a través de un simple clic de ratón en "me gusta". Por no hablar del servicio que está prestando a causas más que dudosas esgrimidas por nacionalistas, xenófobos y extremistas políticos y religiosos del más variado pelaje que han encontrado en la red su medio natural.


Lo peor: El impulso inicial que llevó a la escritura del ensayo, el desengaño en que internet por sí solo pueda promover la democracia en el mundo, termina lastrando la obra. Aunque apunta a temas tan interesantes, o más, para nosotros los privilegiados ciudadanos de un occidente supuestamente, aunque cada vez menos, libre, los intentos de controlar y regular la red, ya sea con miras de evitar los ciberdelitos, terrorismo, pederastia, narcotráfico etc y su inevitable secuela de pérdida de libertad sería motivo para un libro aparte. A fuerza de retratar lo que ocurre en las dictaduras llega a abandonar un poco el tema de la regulación de internet en las democracias, la otra cara de la moneda. 

Aunque abundan las referencias a otros textos y ensayos falta algo fundamental, un índice de bibliografía al final de la obra sería de agradecer, aunque por otra parte la velocidad de cambio de los acontecimientos mundiales, las novedades que cada año sacuden el mundo de la red y este mundo tan convulso en el que vivimos hacen que sea complicado recomendar lecturas que pueden quedar obsoletas en tiempo record, no es el caso de esta obra por supuesto ;-).