martes, 24 de diciembre de 2013

El latín ha muerto, ¡viva el latín!

"Me he lanzado a una empresa que poca gente ha intentado hasta ahora: contar las aventuras de esta lengua latina que tanto amo, de esta reina de las lenguas, desde sus orígenes hasta nuestra época, en la que son muchos los que piensan que habría que abandonarla, declararla muerta y enterrarla. 

 Me opongo rotundamente a estas personas y demostraré que el latín no ha muerto ahora, sino que murió hace dos mil años y que esta "muerte", si puede llamarse de muerte, le ha permitido gozar de una vida casi eterna"


Ficha: "El latín ha muerto, ¡viva el latín!", Wilfried Stroh, Ediciones del Subsuelo, 364 páginas, ISBN: 978 8493942694

Supe de la existencia de este singular ensayo casi desde el momento de su publicación en castellano, hace ya más de un año, aunque en aquel momento captó mi atención desistí de su compra y lectura debido fundamentalmente al tema, la historia de la lengua latina. Definitivamente el latín en mi etapa de estudiante no fue santo de mi devoción, tuve que sufrirlo durante un año por ser asignatura obligatoria y posteriormente como "mal menor" tras mi huída de las matemáticas... no dudé ni un instante en quitármelo de encima en el último curso en el instituto para cambiarlo por Historia del Arte, una asignatura fundamentalmente de "codos" con un gran volúmen de materia en un solo año pero que consideré preferible a la aridez de la lengua latina. De aquellos dos años de latín solo conservo en cambio el buen recuerdo de mis profesores que hicieron lo posible por hacer la asignatura lo menos odiosa posible... tarea harto complicada.

La semana pasada vi este libro en la estantería de las "novedades" en la Biblioteca Regional y decidí darle una segunda oportunidad, y no fué como ya he comentado antes por mi afición a la inmortal lengua de Cicerón y Virgilio sino por mi debilidad por las causas perdidas. A finales de junio de este mismo año publicaba el ensayo de Marta Nussbaum "Sin fines de lucro" donde la autora, filósofa y Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, realizaba una enconada defensa de la enseñanza de las humanidades, todos pensamos en la filosofía, la historia, el arte... pero solemos olvidarnos de las lenguas clásicas, el griego y el tan menospreciado latín. Precisamente por eso, porque defender la enseñanza y el valor de la lengua latina en pleno siglo XXI parece a priori un disparate es por lo que me embarqué en la lectura de este libro, de golpe y porrazo el Sr. Wilfried Stroh me cayó la mar de simpático.



El experto filólogo alemán, que lleva muchos años batallando para hacer más popular la lengua latina en su Alemania natal y en Europa, ha escrito un ensayo realmente ameno sobre la historia de la singular lengua, una historia apasionante y completamente diferente de todas las demás. De siempre he escuchado el comentario de que el latín es una lengua muerta... Stroh no contradice necesariamente este epíteto, lo que rebate es la idea de que sea justo ahora o en los últimos dos siglos con el advenimiento de la modernidad cuando podemos datar la fecha del deceso, la lengua latina lleva muerta muchos siglos, casi dos mil años, y cada vez que se la ha dado por finiquitada no ha dejado de resucitar. 

A su favor posee su incomparable belleza, muy superior a la de cualquier lengua moderna... incluyendo esa lengua bárbara de la "pérfida Albión" que actualmente pasa por ser la lingua franca de la comunicación internacional, y que no hay más remedio que aprender si uno quiere considerarse persona culta... en su contra tiene su extrema dificultad, sobre todo por el sistema habitual de enseñanza, basado en el análisis gramatical... que la convierte en algo tan bonito y elegante como la disección de una rana.

El libro no pretende tampoco convencer al lector para que inmediatamente se ponga manos a la obra y se lance a la aventura del aprendizaje del latín, aunque desde luego intenta transmitir parte de la pasión que su autor siente por el mismo, sino ante todo informar al lector de la historia de la lengua, que este siga paso a paso su evolución, sus principales protagonistas, sus épocas más gloriosas y su decadencia, sus inesperados renacimientos y sobre todo hacer hincapié en sus beneficios a la hora de afrontar el estudio de otros idiomas, la utilidad para entender los términos científicos y técnicos, y sobre todo para pensar con lógica y disciplinar el pensamiento debido a su particular gramática y estructura, muy diferente de la gran mayoría de lenguas modernas.

Como era de esperar el relato sigue un orden cronológico desde los inicios de la lengua latina, sus primeras inscripciones, su encuentro y la gran relación que tuvo con la lengua griega, sus principales autores clásicos, Plauto, Horacio, Virgilio, Cicerón... su progresivo alejamiento de la lengua hablada en la calle lo que motivó, según Stroh, su primera "muerte", cuando llegó un punto, más o menos unos años antes del nacimiento de Cristo, en el que ya no evolucionó más como lengua, alcanzó la perfección con Virgilio y Cicerón sufriendo una "muerte en la belleza", permaneciendo desde entonces inalterable en lo que se refiere a reglas gramaticales y normas, recibiendo meras ampliaciones de vocabulario que han continuado hasta nuestros días en los que los modernos latinistas agregan términos como "Internet", "World Wide Web", "Móvil"... para intentar lo imposible, mantenerla con vida aunque sea en estado comatoso...

Asistiremos también al relato de sus principales intérpretes, enseñantes y autores literarios tras la caída del Imperio Romano, a su supervivencia en los conventos, a su decadencia al final de la Edad Media y a su espléndido florecimiento en el Renacimiento... y finalmente a su fin como lengua principal de la ciencia y la erudición en el siglo XVIII en detrimento de las lenguas nacionales. La historia de la misma estará principalmente, y como es lógico, centrada en un primer momento en la península italiana para después irse extendiendo al paso triunfal de las legiones, sufriendo un enorme retroceso, al menos en su variante culta, con la caída del imperio, pasando desde el siglo XVI en adelante a centrarse sobre todo en Alemania. Ya en su prólogo Wilfried pide disculpas a los lectores de otros países por su excesivo centramiento en la historia del latín en su país, aunque importante para el desarrollo de la lengua y comprensible debido a la autoría del libro creo que es uno de los puntos flacos del por otra parte magnífico ensayo.

El libro está salpicado con ejemplos del uso de la lengua, fragmentos de obras célebres, poemas, diálogos, en ocasiones escogidos por su belleza, otras por su sentido del humor, otras ocasiones para ilustrar ejemplos de la perfección, o del uso incorrecto "macarrónico" del latín... no hay espacio para el aburrimiento a pesar de la ingente cantidad de nombres y datos que acompañan la narración. Todo un festín, en definitiva, para los enamorados de la lengua de Cicerón, y también muy interesante para aquellos aficionados a la historia antigua, como un servidor.


"Sería un acto de justicia que el latín fuese la única lengua cotidiana en el Cielo. De lo contrario, ocurriría lo mismo que en la actualidad: los de Oxford destacarían en inglés, los de París en francés, los hijos de Israel no tendrían rival hablando hebreo. Fiat iustitia! (¡Que haya justicia!). Así regresaríamos todos a nuestra lengua común, el latín. Porque el latín es la lengua que todos desconocemos".

AMEN


He aquí un vídeo en Youtube donde se le puede ver en acción dándo una conferencia en latín... recomendable incluso aunque no se entienda una palabra, apuesto a que nadie esperaría que sonase tan "alemán"... risas garantizadas ;-)


Lo mejor: Un ensayo muy ameno, original e interesante que revelará muchos datos desconocidos para la gran mayoría de lectores que se acerquen al mismo. Nunca volverán a contemplar esa lengua de la misma forma. Wilfried es un romántico que no teme remar contracorriente y un gran apasionado de su especialidad, debuta también con este libro como un brillante ensayista... una pena que haya tardado tantos años en escribir este libro.

Lo peor: Un excesivo centramiento en la historia del latín en Alemania que llega a hacerse tediosa en la segunda mitad del libro. Aunque el latín se ponga un rostro más amable, se vista de brillantes colores y se impregne del perfume del romanticismo sigue siendo eso... una lengua muerta y fosilizada a la que hay que venerar como se respetan a los antepasados. Mientras que no se enseñe como se enseñan los idiomas modernos, mediante el habla, a través de la literatura, la poesía y el teatro, a través de diálogos con temática actual o al menos de uso cotidiano, minimizando los errores del estudiante tal y como se disculpan los cometidos en la enseñanza de otras lenguas, dificilmente podrá salir de las catacumbas donde parece que se va hundiendo más y más.

El esfuerzo de Wilfried Stroh por hacer todo eso para popularizarla y devolverle de nuevo su lugar de honor, lamentablemente perdido, solo puede caer en saco roto en el mundo actual. Naturalmente no faltarán círculos de latinistas y grupos de conversación de latín en Internet... ¿acaso no hay asociaciones de pesca con mosca o numismática? ¿por qué no las iba a haber de Latín?, eso no es prueba de ningún renacimiento de un interés verdadero por las lenguas clásicas... aunque por otra parte tampoco certifica lo contrario, que el latín vaya a desaparecer completamente, lleva muriendo varios siglos ¿por qué iba a extinguirse en este siglo XXI?, apuesto a que todavía le queda "agonía" para rato.



sábado, 21 de diciembre de 2013

Elogio de la lentitud

Ficha: "Elogio de la lentitud", Carl Honoré, ediciones RBA, 230 páginas, ISBN: 978-84-7871-249-6

El año entra ya en su recta final y me dispongo a comentar aquí casi el penúltimo libro de este año, tan fructífero en el terreno de las lecturas y tan especial para mí por motivos personales. 

Lo hago con este breve y bonito ensayo del polifacético escritor escocés Carl Honoré, todo un personaje. Periodista, licenciado en Historia y Lengua Italiana, ex-asistente social, articulista de alguno de los más prestigiosos diarios de los EEUU... en estos últimos años se ha especializado en la escritura y publicación de una serie de libros centrados en un mismo tema, el llamado "slow movement", un conjunto amplio y heterogéneo de asociaciones repartidas por todo occidente que abarcan las más diversas actividades humanas, todas ellas con un mismo denominador común: la lentitud.

El autor relata como hace varios años tuvo una revelación personal, una especie de epifanía, sobre la forma en la que estaba conduciendo su vida. Cada día una de las últimas tareas que hacía cuando estaba en casa era ir a acostar a su hijo pequeño y contarle un cuento antes de que se durmiera... tan ajetreada y estresante era su vida en aquel momento que incluso en esa tarea, tan entrañable e íntima, seguía inoculado por el virus de la velocidad... tenía la costumbre de saltarse frases y párrafos enteros cuando le leía los cuentos, lógicamente el crío que se sabía muy bien los mismos protestaba... de forma que lo que tenía que ser un momento tan bonito entre ambos se convertía en un forcejeo de egos, uno queriendo terminar cuanto antes para centrarse en otras tareas y el otro deseando prolongar el momento. Un día vio en un periódico un anuncio de un libro de cuentos que resumía tanto las historias que aseguraba que se leían cada una en menos de un minuto... "ya está, me lo compraré y asunto resuelto", pensó... para a continuación darse cuenta de que algo estaba mal en su vida si había llegado a ese extremo. No compró el libro, y a partir de ese momento comenzó a interesarse por el tema del "slow movement" que aunque ya conocido apenas había despertado su interés hasta el momento. Sus investigaciones, viajes y entrevistas con representantes del mismo por varios países, concretamente Italia, su gran bretaña natal y los EEUU es de lo que trata este libro.

Slow movement trata fundamentalmente de asociaciones y organizaciones que esgrimen como estandarte los beneficios de la lentitud, toda una filosofía de vida centrada en aquel dicho castellano que tan bien expresara nuestro inmortal Baltasar Gracian "despacito y buena letra, el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas" .En el campo del arte culinario por ejemplo, uno sin duda alguna de los más perjudicados por el estresante ritmo de vida occidental, es donde mejor se puede observar el cambio entre una comida bien elaborada donde los cocineros se han tomado su tiempo y por supuesto donde los comensales también participan de esa lentitud a la hora de degustar la misma... con la horripilante "fast food" de las ajetreadas ciudades, sencillamente es que no hay color.

El ejercicio físico también tendrá su correspondiente "versión lenta" a través de una serie de gimnasios donde los tradicionales ejercicios de pesas con tandas a velocidad normal se ven sustituidos por ejercicios de resistencia a ritmo lento que potencian la fuerza, más que modelar el físico. La salud se verá también inmersa en esta nueva moda de lentitud a través de las nuevas terapias donde prima la atención personalizada y los llamados tratamientos "holísticos". Naturalmente actividades como el yoga y la meditación en sus distintas modalidades también tienen su espacio en el movimiento de la lentitud, así como el más moderno pilates... mención aparte merecen actividades de naturaleza "calmada" como la horticultura y la jardinería, incluso algo tan aparentemente retrogrado y pasado de moda como el punto y las labores tradicionalmente asociadas a las amas de casa tienen también mucho que decir.

Más allá de este tipo de ocupaciones que tratan de ofrecer un oasis de calma en medio de la frenética actividad cotidiana podemos también encontrar las llamadas "ciudades lentas", pequeñas localidades que se han sumado a esta moda ofreciendo una serie de facilidades para el ciudadano que desea sumergirse en un modo de vida más humano, rico y saludable. Ciudades con más zonas peatonales, con restricciones a la velocidad y al tráfico rodado, con mercados y actividades al aire libre... nada del otro mundo para un habitante de nuestro país pero algo novedoso si tomamos como referente el estilo de vida anglosajón, ellos están por lo tanto redescubriendo aquello que por fortuna en la Europa continental no se ha olvidado todavía. Aquí en el momento en que uno se aleja de las grandes urbes queda sumergido la mayoría de las veces en un ambiente diferente donde todavía se puede disfrutar de una actividad tan simple como caminar... la proliferación de actividades como el senderismo desde hace algo más de una década, actividad que practico personalmente desde hace algunos años y que recomiendo a todo el mundo, pueden ser un buen síntoma de esta huida de la rapidez.

El libro termina con una abundante bibliografía e información sobre las distintas actividades que podríamos encuadrar en el movimiento slow... el mismo está salpicado de anécdotas, historias relacionadas con diferentes estudios sobre la lentitud, la percepción del tiempo y la importancia de vivir de otra forma abarcando temas tan aparentemente dispares como la salud, la educación, la música... algunos apartados del mismo poco o nada dirán a un habitante hispano de una pequeña, más o menos, localidad como donde yo vivo. Sin embargo hay temas como el musical que han constituido una pequeña sorpresa y me han hecho ver de otra forma algunas obras de los clásicos.

Probablemente uno de los elementos más importantes del mensaje que Carl Honoré nos quiere transmitir, es de que no se trata de combatir la velocidad "per se", de que esta es necesaria para bien o para mal en muchas actividades, de que las prisas son componente fundamental de la vida, al igual que la calma. De lo que se trata en definitiva es de encontrar el "tempo" apropiado, de no correr por correr y de distinguir precisamente entre todo aquello donde la prisa y la velocidad es necesaria, y aquello donde el apresuramiento se torna en vicio indeseable. Por lo tanto no estamos ante un libro para gente con sangre de horchata ni para vagos, al contrario, más bien se trata de intentar vivir mejor, ser más eficaces con nuestro tiempo libre, con nuestro trabajo y con nuestra vida. En definitiva, pisando el freno y disfrutando de la lentitud cuando ello sea algo imprescindible. Sin duda alguna que es un mensaje que sigue teniendo una gran validez y que dificilmente, como todas las grandes verdades, tendrá fecha de caducidad.

En este enlace podemos ver una charla TED protagonizada por el autor donde precisamente habla, rápidamente a un ritmo frenético ;-), de las virtudes de la lentitud:  "Elogio de la lentitud" recomiendo su visionado a cualquier curioso interesado en los libros de este autor.


Lo mejor: Un libro agradable y sencillo de leer, abunda en ejemplos y casos tomados de la vida cotidiana, entrevistas a los diferentes protagonistas de este movimiento que trata de cambiar nuestra visión del ritmo al que hay que vivir y sobre todo constituye una buena colección de excelentes consejos e ideas sobre el disfrute de la existencia. No es extraño que el libro haya tenido desde la fecha de su publicación, 2.004, un notable éxito que le ha llevado a ser traducido y reeditado constantemente. Desde entonces su autor sigue trabajando en el mismo tema y con el mismo éxito... muestra de la importancia del cambio que en él propone.


Lo peor: Para muchos será un simple conjunto de verdades de perogrullo redactado con más o menos ingenio. Es difícil que aquellas personas que más lo necesitan, aquellas que como su autor deberían poner freno a la actividad alocada de su vida se molesten siquiera en leerlo. La lectura como actividad calmada que es, o debería ser para ser provechosa, suele ser eludida por los adictos a las prisas y la adrenalina... por regla general solo un toque de atención en forma de dolencia física, del tipo que sea, suele funcionar a modo de advertencia. Carl Honoré es por tanto una persona muy afortunada si no llegó a ese extremo... camino llevaba desde luego si todo lo que nos cuenta es cierto.


lunes, 9 de diciembre de 2013

Los productos naturales ¡vaya timo!

"Por tanto, la alimentación presuntamente natural no es más que un capricho de gente que se puede permitir pagar más por llenar la cesta de la compra. Si el sueldo no te permite frecuentar la tienda de alimentación ecológica, no sufras. La alimentación ecológica no es más sana, ni es mejor para el medio ambiente ni está más buena. Solo es más pija."


Ficha: Los productos naturales ¡vaya timo!, autor José Miguel Mulet Salort, editorial Laetoli, 151 páginas, ISBN: 978-84-92422-28-9

De nuevo tengo que comentar otro libro de la editorial navarra en mi blog, en este caso uno de la colección "¡vaya timo!" que posee títulos dedicados a temas tan sugerentes como la parapsicología, la acupuntura, el creacionismo, los ovnis, el tarot, la sábana santa, la conspiración lunar, las religiones y las pseudociencias... todos en la misma línea de denunciar flagrantes estafas al ciudadano y sobre todo al consumidor. 

El asunto de los productos naturales es bastante espinoso, hay una conciencia generalizada, y muchas veces equivocada y carente del más mínimo fundamento de que artificial = nocivo para la salud, natural = bueno... y es una idea muy complicada de rebatir, no hay más ciego que el que no quiere ver y resulta chocante, en ocasiones hasta niveles cómicos. Es curioso ver a tanta gente que no participa de creencia religiosa alguna, que ridiculizan las de otras personas y actúa como si fuesen las personas más lógicas y racionales del mundo burlándose de cualquier superstición... ver a esas mismas personas actuando en relación con el mundo de lo "natural" como verdaderos fanáticos, tragándose de buenas a primeras la etiqueta de "natural", "biológico" o "ecológico" asociados a cualquier producto sin molestarse en pensar un poco, informarse y probablemente darse cuenta de que le están metiendo gato por liebre. Los publicistas lo saben muy bien, lo natural vende, en cualquiera de sus formas... a poco que uno se descuide nos la "meten doblada". 

Nadie nace enseñado, dice el refrán, otro dice que "el que no sabe es como el que no ve", lo que no dicen estos dichos populares es que las mentiras reconfortantes y bonitas son las que llegan más lejos. Es tanto el bombardeo publicitario a favor de este tipo de productos, tanto el miedo generado con todo lo que huela a "artificial" o a química alguna que llegamos a extremos ridículos. El libro de José Miguel Mulet no solamente va en la dirección de denunciar los abusos al consumidor sino también, y esto es mucho más importante, en la dirección de divulgar una serie de conocimientos que habitualmente ignoramos la masa de los consumidores. Armado de datos, lógica, sentido común y un enorme sentido del humor, es un libro con el que te ríes mucho, el autor echa por tierra muchos mitos y falsedades que hay sobre el tema de lo "natural" como valor añadido a un producto, nunca hemos tenido tanta información tan accesible como en estos momentos y en proporción nunca hemos sido, o somos, tan ignorantes a la vez. 

Exceso de información, ausencia o carencia de pensamiento crítico, mucha información manipulada y malintencionada... la confusión y la ignorancia es moneda tan común que no resulta nada dificil de creer que haya tanto espabilado haciendo negocio con la buena fe, en general basada en la ignorancia, del consumidor. De los diferentes temas tratados en el libro el autor se centra sobre todo en el de la alimentación por ser sin duda el más importante, veremos la cantidad de confusión que hay con el etiquetado y las normativas, las contradicciones de una agricultura que presume de lograr productos más sanos... sin que hasta ahora lo haya demostrado. Los problemas ocasionados con la llamada agricultura ecológica, que no es ninguna solución perfecta y que en ocasiones causa más problemas que los que pretende solucionar.

El libro toca su tema más polémico con el asunto de los trasgénicos, el autor los defiende a capa y espada, no solamente dice que no hay problema alguno con su consumo sino que además, dada las exigencias y la normativa existente para su venta y salida al mercado los recomienda encarecidamente... vamos justo lo contrario de lo que se "comenta por ahí". Confieso que la palabra transgénico se ha convertido en el "coco" de la alimentación... sin que nadie haya podido probar hasta ahora ni un solo caso, ni un solo problema de salud asociado a su consumo... los ecologistas ahí se han salido con la suya, han conseguido que la población sienta fobia hacia un tipo de alimentos... y mira por donde parece que no hay ninguna fobia hacia el hambre y la desnutrición que deberían de preocuparnos mucho más. El hecho de que 57.000 personas mueran diariamente en el tercer mundo de enfermedades asociadas a la desnutrición parece no importar tanto, eso sí, que se vean libres de malignos cultivos transgénicos difundidos por las corporaciones del mal e impuestos a la fuerza a los pobres agricultores.

La defensa del uso del DDT también me ha parecido uno de los puntos más polémicos y a la vez sorprendentes del libro, un servidor ha vivido toda la vida pensando que esa sustancia era una auténtica bomba de relojería para la salud... y mira por donde estaba desinformado. Ni un solo caso de intoxicación humana por el uso de ese pesticida y si en cambio pavorosas estadísticas de millones de muertos por enfermedades tropicales trasmitidas por insectos... que elimina precisamente el DDT. El libro aporta también datos muy interesantes, aunque insuficientes, al tema de las energías renovables. Hubiera sido deseable una mayor atención al mismo aunque entiendo que al no ser la especialidad del autor el asunto posiblemente le venía un poco grande. Aún así lo señalado en el mismo resulta de lo más interesante ya que también ahí tenemos la mayoría de los ciudadanos una percepción errónea, o cuanto menos discutible, de ciertas cosas, como la energía fotovoltáica y la nuclear... temas que seguramente merecían más espacio.

Muy bueno, y especialmente ácido y desternillante, el capítulo dedicado a las medicinas "alternativas", me he reído un rato con las críticas a la homeopatía, osteopatía, acupuntura, reiki... y al resto de las prácticas que poco a poco se han ido inoculando en nuestro sistema sanitario, público y privado, y que en muchos casos ponen en riesgo a los pacientes, por no decir que constituyen una estafa pura y dura en la mayoría de las ocasiones. El autor denuncia también a diversas publicaciones, como la revista Integral, y programas radiofónicos, que con una apariencia de seriedad y profesionalidad no hacen más que de voceros del gremio de las medicionas alternativas... o sea, de los en su gran mayoría timadores profesionales del ramo. En fin, cualquiera es libre de tirar su tiempo y su dinero como le venga en gana, siempre claro está que esté previamente bien informado, algo que no ocurre habitualmente.

"Ningún medicamento sale al mercado hasta que no se han completado todos los ensayos clínicos y tenemos datos sobre su posible toxicidad o incompatibilidad. En cambio, los herbolarios venden basándose en la tradición o en los principios ayurvédicos. Lo natural se puede vender a la brava. Si los estudios llegan, que lleguen; y si no dicen lo que yo quiero que digan, pues ni caso."


A pesar de las buenas labores efectuadas en el pasado me ha gustado especialmente la sarta de capones y tirones de oreja que le pega a Greenpeace, una organización que ya no es ni la sombra de lo que fue y cuyos fines, y la formación de sus miembros desde hace tiempo son más que dudosos, me ha gustado ver como alguien los pone en su sitio. Y eso que un servidor valora mucho los que en otro tiempo fueron sus objetivos más nobles, cuando se jugaban el tipo por la lucha contra la caza de focas, la pesca de ballenas, la lucha contra los vertidos tóxicos en el mar... o cada vez queda menos de eso o solo salen en la tele colgando pancartas en las reuniones del FMI cuando las cámaras están presente, un poco patético la verdad.

"Aunque sigas todas las recomendaciones de Greenpeace y digas que eres antitransgénico, los utilizas. Muchísimas medicinas, los billetes de euro, la ropa de algodón, los tampones, algunos colorantes no alimentarios y las enzimas de los detergentes provienen de organismos transgénicos. Y aunque pienses que no has comido nunca nada transgénico porque miras las etiquetas en el súper, seguramente estás equivocado. Mira los prospectos de los medicamentos. Si has utilizado alguna pastilla elaborada con almidón de maíz como excipiente, ese almidón es transgénico. Al no ser un producto destinado a alimentación, se le aplica la legislación farmacéutica y no existe la obligación de indicar que es transgénico."



Lo mejor:  Extremadamente instructivo, divertido y recomendable. Ante todo es un libro que tiene como meta instruir y abrirle los ojos al lector para que esté en guardia contra tanto charlatán vinculado al mundo de los productos supuestamente naturales y la medicina alternativa, verdaderos campos plagados de farsantes y gentes faltas de escrúpulos. Enhorabuena a su autor por haber tenido la valentía de escribir un libro como este en medio de tanta estupidez generalizada.

Lo peor: Seguramente es una obra que da igual lo mucho que la recomiendes, te puedes secar la boca a base de defender lo que el autor defiende, dudo mucho que ni uno solo de mis conocidos, y alguno muy querido, "fanáticos" de lo natural y lo "alternativo" se moleste en leerla... lo dicho, habrá menos afluencia a los templos religiosos, pero la fe ciega está más viva que nunca, unas ficciones sustituyen a otras, debe ser algo inherente a la naturaleza humana. En el más que dudoso caso de que algún aficionado, o más bien creyente, en las terapias naturales se atreva a leer este libro... hace falta mentalidad abierta, ganas de saber y un mínimo de inteligencia, no faltarían las acusaciones al autor de estar vendido a las farmaceúticas, a las eléctricas o vete a saber que... seguro que la teoría "cospiranóica" surgirá inmediatamente en sus obtusas cabezas. Es un hecho, a las terapias alternativas y a la moda de lo natural en asociación con la moderna espiritualidad de la "new age" le sigue quedando mucha vida por delante... por desgracia.



jueves, 28 de noviembre de 2013

El arte de pensar


Ficha: "El arte de pensar", Rolf Dobelli, Ediciones BSA, 257 páginas, ISBN 978 84 666 4868 4

Entre el 5 de septiembre de 2.010 y el 29 de agosto de 2.011 los diarios alemanes Frankfurter Allgemeinen Zeitung y Schweizer Sontags Zeitung publicaron una serie de artículos de un empresario de Zurich, Rolf Dobelli, antiguo ejecutivo de Swissair y escritor de novelas de ficción en su tiempo libre, hasta ahora lleva dos publicadas en su país, curiosamente ninguno de esos artículos versaba sobre dirección empresarial, economía o literatura, sino sobre tema del comportamiento humano y su relación con el pensamiento lógico y la toma de decisiones.

Concretamente sobre errores de lógica muy comunes y consejos para reconocerlos y evitarlos... la serie de artículos debió recibir jugosas críticas, positivas imagino, porque la recopilación de dichos artículos constituye este libro, todo un éxito en Alemania. El mismísimo Nicholas Nassim Taleb, cuya gran obra "El cisne negro" ya ha sido comentada extensamente aquí, es una de las firmas que avalan la calidad de este libro... aunque tal y como comenta Rolf Dobelli en un principio el célebre autor le recomendó que no intentase publicarlo porque "mejor escribe novelas, los libros de no ficción no son sexys", 400.000 copias vendidas solo en Alemania no son ventas despreciables, todo un record para un ensayo. Tras leermelo casi de un tirón es fácil entender el porqué.

Nuestro cerebro es un órgano increíble y misterioso, la obra cumbre de la naturaleza, un portento sin igual... sin embargo dista mucho de ser perfecto, suele pecar de diversos vicios no solamente en su percepción de la realidad a través de los sentidos, tal y como diversas obras y estudios sobre el mismo demuestran una y otra vez como por ejemplo "Los engaños de la mente", aquí se trata de errores de lógica, de razonamiento, de esa percepción subjetiva y abstracta que nos infunde una falsa seguridad y que nos puede llevar, y de hecho nos lleva constantemente, a cometer errores de apreciación, a sobrevalorar nuestras capacidades, el factor suerte, la opinión de los demás, las falsas conexiones entre sucesos que no tienen nada que ver... y es que en todo razonamiento lógico entran en mayor o menor medida las emociones, esas que nos remiten a un pasado animal, a un pasado donde había que actuar con rapidez y apoyarse fundamentalmente en el instinto. El aspecto racional del pensamiento humano no ha conseguido, ni probablemente conseguirá nunca, desligarse de esa otra naturaleza irracional e instintiva que termina infiltrándose, lo queramos o no, en nuestras aparentemente más lógicas y sensatas cavilaciones. Y por supuesto con habituales y nefastas consecuencias a la hora de tomar decisiones.

Son 52 pequeños capítulos-artículos de dos páginas cada uno, de exactitud milimétrica, de lenguaje directo y accesible, de ejemplos vistosos y llenos de ironía y encima con el valor añadido de incluir cada uno al comienzo una bonita ilustración de la artista alemana de marcado estilo "pop" Birgit Lang, cuya página puede visitarse aquí.


Ironía, chistes, ejemplos sacados de la historia y la vida política, de las noticias de los periódicos... Rolf es un hombre extremadamente inteligente, con una gran amplitud de miras e inquietud intelectual, cuyo conocimiento del tema no se basa ni en estudios especializados ni en préstamos intelectuales sino ante todo en experiencias de primera mano. Él mismo reconoce que fue la lectura de la obra de Nicholas Taleb y el haberle conocido en persona lo que le inspiró, la forma en la que la visión deformada de la realidad influye en las decisiones en la vida y sobre todo en los negocios hizo que fuese recopilando una especie de "breviario" con los errores de lógica más comunes que tenía siempre a mano, esa recopilación que hizo popular entre sus amistades fue el orígen de los artículos y finalmente de este libro. Eso es lo que le confiere un valor especial, es ante todo una guía práctica, ¿semejante a esos libros de autoayuda que prometen el oro y el moro? ... ni por asomo. Rolf admite que el conocimiento de los errores de lógica expuestos en esta obra no le libren, ni siquiera a él, de cometerlos, aunque desde luego que es indudable su beneficiosa influencia para identificarlos antes y caer menos en ellos, o al menos que si se producen sea en asuntos menos graves.

"La inducción puede ser tentadora: "La humanidad siempre lo ha logrado, así que también nosotros controlaremos los futuros desafíos". Suena bien, pero no reparamos en que esta afirmación solo puede hacerla una especie que haya sobrevivido hasta ahora. Tomar el hecho de que existamos como indicio de que también existiremos en un futuro es un grave error de lógica. Presumiblemente, el más grave"

Errores como fijar más la atención en el éxito de unos pocos que en el fracaso de la gran mayoría, la ilusión por creer que determinado deporte o determinado centro de estudios proporciona el éxito o un cuerpo espectacular, la sobreestimación de nuestros conocimientos y capacidades, el efecto contagio de una idea repetida hasta la saciedad... por tonta que sea, la falacia del coste irrecuperable o como nos empeicinamos en mantener una opción equivocada debido a lo que ya hemos invertido como consecuencia de la misma, el sentido incluso de forma subconsciente de estar en deuda con alguien cuando no se debe realmente nada, el sesgo de confirmación que nos hace fijarnos solamente en los datos que parecen confirmar nuestras teorías y desechar aquellos que nos contradicen... son numerosos (52 en el libro), todos los hemos sufrido alguna vez y seguiremos sufriéndolos en el futuro. Lo interesante de todo es que Rolf explica los motivos, porque hay un motivo para actuar así, de esta forma aparentemente "irracional", motivos basados en nuestra evolución... somos máquinas de supervivencia, no buscadores de la verdad ni computadoras lógicas, aunque pretendamos dar la espalda a esa realidad esta siempre aparece una y otra vez.


"... siempre que se encuentre en un grupo conspirador con un fuerte consenso, exprese su opinión sin falta, aunque sus palabras no sean bienvenidas. Indague las suposiciones no dichas. Si fuera necesario, arriesgue su expulsión del cálido regazo del grupo. Y en caso de seguir a un grupo, designe a alguien como abogado del diablo. No será la persona más querida del grupo, pero quizás sí la más importante"

Lo mejor: Ameno, instructivo, impregnado de ironía... completamente recomendable, es de esos libros que cualquier persona dedicada a los negocios, especialmente a aquellos donde el efecto riesgo juega un importante papel, como las finanzas, donde la toma de decisiones es un factor crítico, debería de tener siempre a mano. Aunque no se dedique uno a los negocios también vale la pena ya que como consumidores, por ejemplo, también en ocasiones tomamos muchas decisiones equivocadas... el libro no nos va a decir la opción correcta pero sus consejos pueden ser muy valiosos para ayudarnos a pensar con más claridad. Por si fuera poco viene con una cuidadosa selección de bibliografía centrada en cada uno de los 52 artículos con numerosas fuentes, por desgracia casi todas son obras en inglés y no publicados en Castellano.

Lo peor: Se lee en un suspiro, el libro es deudor del formato original en que fue escrito... el autor podría haberse molestado no solamente en recopilar estos artículos y añadir el prólogo y la bibliografía sino también "currarse" más los capítulos, extenderse más puesto que demuestra que anda sobrado de documentación. Los ejemplos de errores de lógica mostrados en su gran mayoría se pueden encontrar en numerosas obras, lo único original que aprecio es el formato escogido... si publicaba un artículo cada semana está claro que Rolf firmó un contrato por un año :-).


lunes, 25 de noviembre de 2013

Memoria contra la religión

"He conocido tantas maldades en este mundo que ni siquiera la virtud más perfecta o la inocencia más pura parecen encontrarse al abrigo de la malignidad de los calumniadores. He visto, como lo puede ver cualquiera a diario, a una multitud de inocentes perseguidos sin razón y oprimidos por la injusticia, sin que pudieran encontrar un protector caritativo que les socorriese y sin que nadie se conmoviese de su infortunio. Las lágrimas de tantos justos afligidos, y las miserias de tanta buena gente oprimida por los malvados ricos y por los poderosos de la Tierra, me han asqueado tanto como a Salomón y me han causado tanto desprecio por la vida que llegué a considerar, como él, más dichosa la condición de los muertos que la de los vivos, llegando a preferir a quienes no han sido nunca felices antes que a quienes lo son y gimen bajo tan grandes pecados."


Ficha: "Memoria contra la religión", autor Jean Meslier, Editorial Laetoli, 726 páginas, ISBN: 978-84-92422-16-6

Hace unos meses comenté en este blog un par de libros de la colección que la editorial Laetoli dedica a varios personajes de la ilustración del siglo XVIII tan importantes como poco conocidos, en algunos casos la edición de la editorial navarra ha sido la primera en aparecer en castellano, al menos en su versión íntegra. Los libros reseñados fueron "Etocracia" y "Cartas a Eugenia" del barón D' Holbach, ambos muy recomendables. Leyendo este que hoy comento aquí no he podido evitar pensar en el segundo, en muchas ocasiones me ha parecido estar ante el mismo autor... no es de extrañar ya que el "divino barón", como le llamó Onfray, fue admirador de la gran obra del párroco de Étrépigny, Jean Meslier.

No se conoce con exactitud la fecha de la muerte de Meslier, ocurrió entre el 27 de junio y el 7 de julio de 1.729, tampoco sabemos donde quedaron finalmente depositados sus restos, apenas se sabe nada de su vida aparte de que fue párroco del pueblecito de Étrépigny, un pueblecito francés de la región de las Ardenas que cuenta hoy con apenas 200 habitantes y que seguramente no estaba mucho más poblado a comienzos del siglo de las luces. Desde 1.689 a 1.729, cuarenta años en total, Jean Meslier ocupó la dirección de la parroquia y aparte de un par de sucesos, como la toma de posición junto a los campesinos y en contra del noble local, que le valió una reprimenda del arzobispo y un par de amonestaciones por mantener en casa a una criada demasiado jóven, en contra de las normas de la época, aparte de esos dos sucesos pasajeros no hay nada reseñable en la vida de este humilde párroco rural... hasta el momento de su muerte.

Meslier dejó un par de cartas que debían de ser abiertas tras su muerte, en ellas encomendaba el cuidado y la difusión de la obra de su vida, un voluminoso manuscrito del que se molestó en realizar dos copias, que según cálculos debieron de tomarle al menos mil horas de trabajo. Un trabajo monumental que era su testamento vital... tras examinar la obra las personas encargadas por él mismo quedaron escandalizados y remitieron las tres copias a las autoridades que inmediatamente las depositaron en el registro judicial, la naturaleza de la obra debió impresionar tanto a sus depositarios que estos realizaron numerosos comentarios que fueron corriendo de boca en boca, lo cual al final se alió con el libro e impidió que fuese destruido y olvidado. Pronto la curiosidad hizo que alguien se molestara en pagar una buena cantidad de dinero para realizar una copia y comenzaron a circular fragmentos de la misma. 

     Su principal valedor en un primer momento fue Voltaire, quien difundió una versión bastante "expurgada" de críticas sociales y de los elementos más controvertidos dejando únicamente las críticas a la religión cristiana. Holbach realizó su particular homenaje al libro usando el nombre de Meslier para publicar una versión resumida de su obra "Sistema de la naturaleza" una de las obras clave de la ilustración francesa, al menos en su vertiente más radical. No fue hasta 1.860, más de cientro treinta años tras la muerte de Meslier, en que la obra vio por fin de forma íntegra la luz en forma de una edición "oficial"... y no ha sido hasta el año 2.010 en que lo ha hecho su versión en castellano.

     ¿Que tiene de especial este libro?, muchas cosas, se trata del primer y más radical manifiesto ateo de la historia, un libro escrito en secreto por un miembro de la iglesia que hacía mucho tiempo que había renegado de sus creencias... aun así no abandonó el ejercicio de su ministerio y durante años llevó una doble vida, ¿hipocresía?, sin duda, en grado mayúsculo... pero también miedo, mucho miedo a difundir sus ideas, algo comprensible en la Francia de aquellos tiempos. Podía perfectamente haberse llevado su secreto consigo, dejar que sus ideas murieran con él, pero atormentado seguramente por su conciencia decidió legar a la posteridad su pensamiento filosófico y sus ideas no solamente contra la, para él, falsedad de las religiones, sino también su denuncia de la colaboración entre la iglesia y un orden social terriblemente injusto y su llamamiento a romper esa unión en pos de una nueva era donde fuesen la razón, la verdad y la justicia las protagonistas y no la superstición, el miedo, la ignorancia y la injusticia que eran moneda corriente en la sociedad europea de entonces. 

En esta clave hay que entender el pensamiento de Meslier, no solamente como una profesión de feroz anticlericalismo y apología del ateísmo, sino ante todo como una denuncia del orden social existente y una apuesta por un futuro mejor. Él nunca hubiera emprendido la escritura de este extenso y apasionado libro con el único motivo de denunciar las falsedades de la religión si esta no fuese un apoyo importante, y seguramente imprescindible, de la política de opresión y privilegios nobiliarios y eclesiásticos del antiguo régimen francés. La escritura de esta obra por lo tanto fue su mayor, y posiblemente único, acto de libertad de su vida, dejó atrás su miedo y sintiendo ya cercana su muerte quiso romper con esa vida de hipocresía y falsedad y por una vez expresar sus ideas. No, definitivamente no era un párroco del montón aunque para sus contemporáneos hubiese vivido en el más absoluto anonimato. 

Naturalmente el libro más citado en su obra no será otro que la Biblia, son docenas y docenas los textos y fragmentos de la misma recogidos en sus páginas como apoyo a sus ideas, también recogerá citas de autores clásicos como Séneca y Cicerón, y sobre todo se revelará como un entusiasta seguidor de Michel de Montaigne, cuyos ensayos citará en numerosas ocasiones.  La Biblia es el gran protagonista del libro, los textos escogidos de la misma le servirán para defender sus ideas incendiarias acerca de la falsedad de las revelaciones divinas, de los milagros, las contradicciones... Meslier lanza numerosas invectivas contra la religión y especialmente el cristianismo, "cristícolas" y "deícolas" serán la palabras usadas en vez de cristianos y creyentes, con evidente actitud insultante. No se librará tampoco el islam y alguna referencha habrá hacia las religiones orientales mucho menos conocidas en aquellos momentos. La antigua religión pagana de griegos y romanos será también muy utilizada en sus argumentos, insistiendo una y otra vez que el cristianismo no es más que paganismo disfrazado, no mejor que cualquier religión primitiva de África o la América indígena. 

Su estilo es apasionado, llano, directo... panfletario incluso, machacón y repetitivo... en ocasiones uno lee el texto y parece estar oyéndole, subido en el púlpito de la iglesia, despotricando contra las falsedades e iniquidades del poder establecido, insultando a los profetas, a Jesucristo, burlándose de la idea de Dios, de las ideas que defienden y afirman su existencia... Meslier se quedó a gusto sin duda tras su escritura, echó todo el veneno que llevaba dentro, que era mucho, tras toda una vida de hipocresía, más o menos forzada, tenía que ajustar las cuentas con su conciencia y con la posteridad, y vaya si lo hizo.

"Los argumentos que contiene esta obra son tan demostrativos y probatorios como cabe desear. Para percatarse de su evidencia basta con echarles una ligera ojeada o prestar un poco de atención. Por lo cual queda claramente demostrado, gracias a los argumentos que he presentado a lo largo de la obra, que todas las religiones existentes en el mundo sólo son, como dije al comienzo del libro, invenciones humanas, y que todo lo que nos enseñan y obligan a creer constituyen únicamente errores, ilusiones, mentiras e imposturas inventadas, como ya he dicho, bien por bromistas, bribones e hipócritas que han querido engañar a los hombres, bien por políticos astutos y taimados que quieren mantenerlos por la brida para conseguir que la gente —capaz de creerse ciega y tontamente todo lo que le dicen que proviene de los dioses— haga lo que ellos quieren"

No hay dogma del catolicismo que no sea revisado, analizado y denunciado por falso, la trinidad, la Eucaristía, la moral, la supuesta naturaleza divina de Jesucristo, la creación, las profecías, la autenticidad de lo relatado en las sagradas escrituras, la inmortalidad del alma, el pecado, la figura y la naturaleza de Dios, su posibilidad de existencia, los milagros... Meslier a pesar de lo apasionado de su discurso es ante todo un filósofo, y no hay insultos ni críticas gratuitos aunque en ocasiones llevado por su pasión y sus sentimientos exprese algún que otro epíteto nada "amable". En general todo está razonado, aunque sea una razón apasionada y llena de emoción de alguien que estaba ansioso por ajustar cuentas con lo que para él es un cúmulo de despropósitos y falsedades verdaderamente monstruoso... vamos que uno lee este libro y dan ganas de salir corriendo a pegarle fuego a las iglesias ;-). 

Bromas aparte, la verdad es que no le faltaban motivos al buen párroco para estar indignado, en ocasiones se deja llevar por sus sentimientos demasiado, también habla de oídos sobre asuntos sobre los que no tiene información de primera mano, como cuando se pone a enumerar las supuestas riquezas de las órdenes religiosas y los monasterios de su tiempo... tremendamente exageradas aunque no exentas de un fondo de verdad. Sin embargo se le puede perdonar tanto apasionamiento por el simple hecho de que su motivación era completamente sincera, y altruista, porque escribió todo esto tomándose un trabajo tremendo, tuvieron que ser innumerables las noches a la luz de una vela garrapateando con una pluma de ganso mojada en tinta este libro y sus copias... y encima no poder hablar de esto con nadie llevando una doble vida que le hubiera terminado conduciendo seguramente a la depresión o al suicidio... estoy convencido de que la redacción de este tremendo y voluminoso texto le ofreció un motivo por el que vivir, fue la obra de su vida, la que le dió finalmente sentido y seguramente la que le proporcionó finalmente la paz que tanto necesitaba.

"Calculo que mis parientes y amigos pueden apenarse en tal caso y disgustarse al tener que oír lo que dirán de mí o harán contra mí después de mi muerte. Les evitaría con mucho gusto semejante trago pero, por fuerte que sea, esta consideración no me detendrá en absoluto. La preocupación por la verdad y la justicia, el desvelo por el bien público, así como el odio y la indignación que siento al ver los errores y las imposturas de la religión, como también el que me produce ver el orgullo y la injusticia con que los poderosos gobiernan imperiosa y tiránicamente la Tierra, se impondrán en mi ánimo por encima de cualquier consideración personal, por fuerte que sea."



"Después de esto, me da igual que piensen, juzguen, digan y hagan lo que quieran. No me preocupa en absoluto. Que los hombres se conformen y se gobiernen como quieran, que sean sabios o locos, que sean buenos o malvados. Lo que digan de mí o hagan conmigo una vez haya muerto, me importa un bledo. Ya no formo casi parte de lo que ocurre en el mundo. A los muertos, con quienes me dispongo a juntarme dentro de poco, no hay nada que pueda importarles, no pueden interesarse ya por nada y no hay nada que les afecte. Acabaré en nada. Nací de la nada y dentro de poco volveré a la nada."






En esta fotografía podemos ver el "Obelisco a los pensadores socialistas" situado en el parque Alexandrovsky de Moscú, un antiguo monumento erigido por los zares y remodelado posteriormente por las autoridades soviéticas. En él figuran los nombres de diecinueve pensadores del socialismo, con Carlos Marx y Engels naturalmente a la cabeza, Jean Meslier ocupa el séptimo lugar. Dicen que la lista fue presentada y aprobada por el mismo Lénin en persona.

No es extraña la inclusión de Meslier en esta lista entre pensadores del socialismo y el marxismo ya que en su libro defendió la abolición de la propiedad privada y la construcción de un sistema social más justo, con llamamientos al derrocamiento de los tiranos y a la unión de la gente del pueblo, de los oprimidos.

"Si sois sensatos, desprendeos del odio, de la envidia y de todas las animosidades que hay entre vosotros, volved vuestro odio y vuestra indignación contra vuestros enemigos comunes, contra todos esos tiranos detestables y toda esa clase de gente orgullosa que os oprime, volved vuestro odio contra todos los que os hunden en la miseria, os roban y os arrancan de las manos los mejores frutos de vuestros penosos trabajos. Uníos en el propósito común de liberaros del yugo odioso e insoportable de su tiránica dominación, así como de las prácticas vanas y supersticiosas de sus falsas religiones."


Lo mejor: Una obra singular, merecedora sin duda de una mayor difusión y una mejor suerte. Excelente la labor de la editorial al difundir estas obras desconocidas del siglo de las luces. Muy buena idea la de ofrecer este libro en versión e-book que es la que finalmente he leído. El libro es impresionante, mucho mejor y más completo de lo que parece, si eres agnóstico o ateo, como es mi caso, el libro te encantará, en ocasiones no podrás evitar sonreír, o reírte abiertamente, ante la acidez y el ingenio de las críticas del singular párroco... muy recomendable también para los creyentes inteligentes de mentalidad abierta, que supongo que alguno habrá ;-), debería ser lectura obligatoria en colegios concertados y seminarios. Y por supuesto que nadie me hable mal de este libro ni emita el menor comentario despectivo sobre el mismo sin habérselo leído antes de cabo a rabo. 

Exabruptos y ataques apasionados aparte, su autor destaca ante todo por hacer gala de una gran humanidad. Muy adelantado a su tiempo me ha parecido en algunos aspectos, sobre todo en la defensa de los animales, por no hablar de sus propuestas sobre la abolición de las desigualdades sociales y el reparto de la riqueza siglo y medio antes de Marx, y por la crítica a la idea de la creación y la defensa de la evolución y cambio a través de las leyes de la naturaleza y las propiedades de la materia, mucho antes que Darwin, no tengo la menor duda de que su vida, incluso a pesar de esta obra, fue una vida en gran parte desperdiciada, de mediar otras circunstancias hubiera sido con toda seguridad uno de los grandes autores de su siglo, y en cierta forma lo fué.
 
Lo peor: Extenso y excesivamente reiterativo y machacón, las mismas ideas y argumentos aparecen una y otra vez de forma obsesiva, uso intensivo de las repeticiones, interminables sesiones de citas... no había leído tantos fragmentos de la Biblia desde el colegio, hay capítulos que parecen análisis de las sagradas escrituras... todo ello convierte en un poco "plomífera" la lectura en algunos capítulos, sobre todo en aquellos centrados en temas metafísicos. Sin duda hubiera necesitado una revisión y una corrección de estilo, algo completamente imposible dada la forma en que fué escrito. Posiblemente se podrían eliminar más de un centenar de páginas y la obra no perdería un ápice de sentido, riqueza y fuerza. 

Solo recomendable para lectores "cabezotas", armados de paciencia y amantes de las carreras, o más bien lecturas, de fondo... por muy rápidos que sean aviso, este es un hueso duro de roer. Abstenerse lectores con fuertes convicciones religiosas y estrechez de miras, se sentirán insultados en más de una ocasión ante la aplastante artillería verbal desplegada por el bueno de Meslier. Setecientas páginas, y noventa y siete capítulos de extensión muy variable lo convierten en una verdadera "bíblia" del ateísmo, desde luego no es para cualquiera a pesar de la sencillez de su estilo.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Cómo pensar más en el sexo


Ficha: "Cómo pensar más en el sexo", Alain de Botton, Ediciones B, 159 páginas, ISBN: 978 84 666 2374 2

De nuevo otro libro, librito más bien en esta ocasión, de Alain de Botton en mi blog. Hay firmas que suelen augurarme la seguridad de una buena lectura y la de este filósofo suizo afincado en Londres donde ha sido uno de los fundadores de "The school of life", una institución educativa que ha editado ya un nutrido grupo de ensayos de carácter filosófico y psicológico con varios títulos traducidos al castellano entre los que se encuentra este librito firmado por el mismo Alain de Botton.


Repasando las obras ya comentadas aquí de este autor puedo citar "Las consolaciones de la filosofía", "Cómo cambiar tu vida con Proust" y "Religión para ateos", todas ellas sobradamente recomendables.

Con su claro y conciso estilo, no exento en esta ocasión de humor e ironía, el escritor suizo nos propone un viaje por el sexo, pero no uno cualquiera que nos lleve a lugares ya hollados mil veces, este es un viaje filosófico por ese aspecto tan importante y tan incomprendido de nuestras vidas. No se trata por lo tanto de una guía al uso para mejorar nuestras habilidades en la cama, tampoco un análisis sesudo de carácter místico-espiritual al estilo de los propuestos por el Tantra, ni tampoco un recetario para solucionar problemas sexuales, ni como su título indica una invitación a obsesionarnos con el tema... el propósito del libro es situar al sexo en el lugar que le corresponde, ni demasiado abajo, ni en un pedestal, ni escondido ni expuesto de forma ostentórea a la vista de todos... se trata de verlo tal cual es en realidad. David Precth en su libro "Amor. Un sentimiento desordenado" afirma que la semejanza entre el porno y el sexo real es similar a la que existe entre el Pato Lucas y un pato de verdad... habría que añadir que no solamente la pornografía adolece de esta falta de realidad, sino que también multitud de manuales de autoayuda, material erótico, visiones del sexo con visos espirituales... no existe ningún tema sobre el que se hayan escrito y filmado más tonterías y disparates, donde existan más tabúes, prejuicios y falsedades. Ninguno donde el dolor, la soledad, la humillación, y nuestra frágil condición humana se encuentre más a flor de piel y se torne más real.

El libro hace un repaso por algunos aspectos tabús del sexo como el fetichismo, examina algunas ideas de los sociobiólogos tan de moda ultimamente, toca el tema de la moral y analiza el fenómeno del adulterio y la fidelidad, el aspecto psicológico del sexo y como consigue poner nuestro mundo patas arriba, como en él se vuelcan no solamente nuestros instintos sino también nuestro subconsciente, cómo en definitiva, produce una fragmentación de nuestra vida en dos partes desde su inicio, una vida pública que mostramos a todos y una esfera íntima donde solamente dejamos entrar, y ni siquiera por completo, a nuestra pareja, con la que volvemos a retomar esa intimidad y contacto físico perdido desde los albores de nuestra niñez.

Temas problemáticos como la pornografía, la falta de deseo, la impotencia, la dificil convivencia de pareja y la erosión de los años, la realidad cruda y cotidiana en contraposición a ese ideal tan usado y manoseado por la literatura, el mundo de la publicidad y el cine... Botton no se deja ningún cabo importante suelto, es un tema que da para mucho y pese a todo el libro es un ejemplo magnífico de síntesis y claridad. Da gusto leer a un autor que escribe para ser entendido por todos. Tampoco se contenta con el oficio de divulgador sino que ofrece algunas ideas própias... aunque en mi opinión se pase de la raya por ejemplo en la importancia que le da a la psicoterapia de pareja por ejemplo, si se siguiera su ejemplo los psicoterapeutas serían la profesión más exitosa del mundo ;-). También es discutible, aunque comprensible, su defensa de una censura inteligente para temas sexuales, es un asunto mucho más complejo de lo expuesto por el Sr. Bottom. Es inevitable que parte de sus experiencias vitales y sus circunstancias personales se filtren en la obra, algo por otra parte completamente lógico... ¿algún pecadillo de infidelidad Sr. Bottom?, leyendo su permisiva idea sobre el tema de las "canitas al aire" podría ser...

"Sin sexo seríamos peligrosamente invulnerables. Podríamos creer que no hemos hecho el ridículo. No conoceríamos el rechazo y la humillación tan íntimamente. Podríamos envejecer dignamente, acostumbrarnos a nuestros privilegios y pensar que hemos entendido de qué iba todo. Podríamos desaparecer entre números y palabras. Es el sexo lo que crea el descalabro necesario en las jerarquías de poder, estatus, dinero e inteligencia. El profesor se pondrá de rodillas y le pedirá a una campesina ignorante que lo flagele. El director ejecutivo perderá la cabeza por una becaria, sin importar que mientras él maneja millones ella viva en una modesta habitación alquilada, porque su única prioridad será complacerla. Por ella aprenderá los nombres de grupos de rock que jamás habría oído, entrará en una tienda para comprarle un vestido amarillo limón que en realidad no va con ella, se mostrará amable cuando siempre ha sido una persona desdeñosa, reconocerá su estupidez y su humanidad, y cuando todo haya acabado estará sentado en su costoso coche alemán de su impoluto hogar y se echará a llorar sin consuelo"

Lo mejor: Un pequeño pero brillante ensayo, fácil de leer, ameno, interesante... que trata de conseguir lo imposible, poner un punto de cordura en esa locura llamada sexo, y además con una ámplia sonrisa. Muy recomendable.

Lo peor: El tema daba para mucho, muchísimo en realidad, me ha sabido a muy poco... ¿lo bueno si breve dos veces bueno?, en este caso tengo mis dudas.


miércoles, 6 de noviembre de 2013

Filosofía zombi

"Hemos creado al zombi como concepto. Un concepto que lo arrastra todo, que sirve como hueco para la estructura de significación del mundo actual, un signo cero, un punto desde donde reiniciar el sistema y volver a pensarlo."


Ficha: "Filosofía zombi", autor Jorge Fernández Gonzalo, editorial Anagrama, 213 páginas, ISBN: 978 84 339 6325 3

Este curioso libro fue finalista del premio Anagrama de Ensayo del año 2.011, el ganador de aquel año fue el libro ya comentado aquí "La herida de Spinoza" de Vicente Serrano. Jorge Fernández Gonzalo nos propone en este ensayo un viaje a través del fenómeno "zombi" y sus lecturas filosóficas, una curiosa mezcla que vendría a sumarse a la moda de aunar elementos de la cultura popular y la filosofía, aunque en este caso con un matiz bastante distinto.

Libros como el caótico pero recomendable "Todo lo que se lo aprendí de la televisión", de Mark Rowlands, o el soporífero "El Señor de los Anillos y la Filosofía", solo recomendable para forofos empedernidos de la saga y aficionados a la filosofía con amplias tragaderas, como un servidor, conforman una serie de libros sobre filosofía, más o menos acertados, con el atractivo gancho de series o películas... este trae consigo un cebo, sanquinolento y podrido, que nos remite al subgénero, dentro del cine fantástico y terror, denominado "zombi", aunque no se quedará exclusivamente en el séptimo arte y también realizará sus incursiones en el comic y la literatura. Es el cine, y recientemente la televisión, el detonante y el principal estandarte del fenómeno de los muertos vivientes. No obstante Jorge Fernández va mucho más allá que las obras reseñadas al comienzo de este párrafo.

Teniendo en cuenta los dos temas que se entremezclan hay claramente tres posibles lectores de este libro, los primeros, los aficionados a todo lo que tenga que ver con los putrefactos caminantes, los segundos aquellos aficionados a la filosofía, y finalmente aquellos que gustan de ambos platos... entre estos últimos me incluyo. Apenas echó a rodar este blog comenté "Guerra Mundial Z", el excelente libro de Mark Brooks, no confundir con la porquería de película con el mismo título. También pertenecen al mismo subgénero del terror "Los caminantes" y "Necrópolis" de Carlos Sisí, nuestro mayor especialista en el género junto con Manel Loureiro, la mediocre "Septiembre Zombie" de David Moody y la original "Descansa en paz" del genial escritor sueco John Ajvide Lindqvist, posiblemente el mejor autor de terror de la actualidad.

No me falta por lo tanto "curriculum vitae" que acredite mi afición por el subgénero "zombi", al menos en su vertiente novelada. Ha sido toda una plaga que aunque ya solo colea débilmente volviendo a las catacumbas de lo marginal, si exceptuamos el éxito de la serie "The walking dead" y los comics en los que está basada. La moda ha pasado, si bien posee méritos sobrados para seguir reviviendo cada cierto tiempo. Y tiene méritos de sobra el fenómeno para seguir adelante porque el mundo actual con esta feroz crisis económica y política a la que se suma el cataclismo medioambiental nos va a dar tema de sobra para el resto de nuestras vidas, digamos que el apocalipsis está servido.

Ninguno de los mitos del cine de terror posee tanta vitalidad, si exceptuamos al vampirismo... aunque sea ese vampirismo postmoderno para nenazas y adolescentes tan de moda en los últimos años. El zombie es pobre, cutre, asqueroso, descerebrado y dificilmente encontraremos algo más repugnante... y a la vez más parecido a la humanidad, a esa humanidad entendida como masa, sin dirección, sin guía, mero conjunto descarnado de suma de individualidades. No hay muchas diferencias entre una horda de zombies y la multitud que se agolpa delante de un estadio para entrar a ver a su artista favorito, o a los que se amontonan delante de los grandes almacenes en la época de rebajas, o a los que se amontonan haciendo cola delante de las urnas para votar mecánicamente a los de siempre... zombis por todas partes, estamos rodeados, quien más o quien menos ha formado parte alguna vez de esa categoría. Mente anulada y un único deseo... que mas da carne palpitante, viva y fresca, los vaqueros rebajados, un puesto de primera fila junto al escenario, berrear en un estadio delante de su equipo favorito... 

El gancho es importante con este libro... ahora bien, más le vale al aficionado al tema haberse zampado antes unos cuantos libros de divulgación filosófica al menos, porque se va a hartar. Si pudiera ponderarse la cantidad de uno y otro elemento que lo componen habría que poner un 10% de temática zombi + un 90% de filosofía. El primero da la excusa, la estructura, el armazón principal del libro, su razón de ser... pero el resto del libro es filosofía pura y dura. Jorge Fernández dispara a matar, diréctamente al cráneo, como los protagonistas de estos filmes... y no hace prisioneros. De modo que nadie espere una obra "light" o adaptada al lector neófito en temas filosóficos, nada de eso.

El ensayo, como si de una obra cinematográfica se tratase, se construye sobre un "trailer" a modo de prólogo y una serie de "pistas", que coinciden con las principales obras del género, "La noche de los muertos vivientes" de 1.968, "Zombie -  Dawn of the dead" de 1.978 y 2.004, "El día de los muertos" de 1.985, "La tierra de los muertos", de 2.005, "El diario de los muertos", 2.007 y "La resistencia de los muertos", 2.010... la obra concluye con un capítulo especial dedicado a los "remakes" constituido principalmente por alusiones al fenómeno zombi en la literatura, un interesante apartado de "conclusiones" y un añadido de "material adicional" con "escenas eliminadas" y por supuesto el punto final de toda película... los "créditos", que en este caso coinciden con la filmografía y la bibliografía utilizada en su confección.

"El zombi, como metáfora, nos permite acceder al mundo que nos rodea desde una visión compleja de la propia cultura. No sólo se trata de estudiar al zombi de cuño romeriano, lo cual no dejaría de plantearse como una catalogación de la filmografía, clasificación por géneros, época o autores; ni tan siquiera del estudio de la propagación del fenómeno a otros medios como la literatura o el videojuego, sino que habría que entender estas páginas como un intento de analizar qué papel desempeña la concepción del zombi en una sociedad como la nuestra, postrada ante el capitalismo, animada por una falta de relación con sus vecinos pero perfectamente mediatizada, capaz de conocer a tiempo real lo que pasa en la otra parte del globo pero no a quien más cerca está de uno... "

La temática filosófica en relación con las obras expuestas varía mucho tanto de contenido, y en mi opinión, también en interés. Por ejemplo el segundo capítulo, el dedicado al consumismo, me ha parecido excelente, sin embargo el dedicado a la corporeidad o a las formas afectivas, psicoanálisis freudiano-lacaniano con complejo de Edipo incluido, los he visto tan pasados de rosca y tan forzados, por no decir directamente vomitivos, que mi lectura ha "sobrevolado" por sus páginas, no me estaba diciendo nada demasiado interesante, o al menos nada en relación con el tema principal... mucho mejor el apartado a los medios de comunicación de masas de hoy en día.

En ocasiones la lectura no es fácil, pero siempre tiene algo de interés, Jorge como filólogo es un experto en el manejo del lenguaje y disfruta sobrecargando en ocasiones de tecnicismos y términos rebuscados su texto. De ahí que en ocasiones la lectura sin ser especialmente complicada, o al menos a mí no me lo parece, se torna un poco dificultosa. Los lectores aficionados al género disfrutarán con la gran cantidad de referencias a las obras reseñadas, e incluso como ha sido mi caso, con otras cuya existencia no conocía. Lo dicho, es imprescindible participar de ambas aficiones para llegar a valorar positivamente este libro... o siquiera para poder terminarlo.


Lo mejor: Un ensayo sorprendente, recomendable para los habituales lectores de filosofía, quizás aún más que los aficionados al cine de terror... estos últimos agradeceran las alusiones a las películas y determinadas reflexiones, pero inevitablemente se perderan en la intrincada selva de razonamientos que expone el autor. Algunos, como los dedicados al consumismo, son simplemente brillantes... sin duda un libro que aunque no resulta recomendable para la inmensa mayoría de los lectores no dejará indiferente a ninguno que se atreva con su lectura. No siempre se estará de acuerdo con la interpretación del autor o con sus conclusiones, pero la reflexión, profunda en muchas ocasiones, está servida ¡buen provecho! :-)

Lo peor: A veces el intento de encontrar un significado, una trama y de ahí tirar del hilo como punto de referencia para la reflexión queda excesivamente forzado y quebradizo. Demasiadas veces el autor se pierde en sus intrincados razonamientos y perdemos de vista el objetivo principal, la relación entre lo expuesto en estas películas y su significación filosófica, sus posibles lecturas, y su utilidad como punto de referencia para entender mejor este mundo en el que nos ha tocado vivir, y presumiblemente morir algún día. Aunque se enrolle más que las persianas hay temas, como el de las desigualdades sociales, tan presente en la obra de Romero de 2.005 "La tierra de los muertos" que son tocados muy tangencialmente... que le vamos a hacer, no estábamos ante una obra que pretendiera agotar todas las posibles lecturas del fenómeno y constituir una tesis, sino ante un libro, que como la mayor parte de los ensayos filosóficos, proporciona ante todo una interpretación muy subjetiva y personal perfectamente cuestionable.


sábado, 2 de noviembre de 2013

Infierno Horizontal sobre la destrucción del yo

"Lo inquietante no es el infierno en sí mismo, sino la forma que tiene el sujeto de experimentarlo y los mecanismos que consiguen destruir lo que hace de alguien quien es. Quizá por ello sería más apropiado decir que este Infierno versa sobre aquello que hace de algo un infierno. Y aún más de cómo aquello que constituye la identidad del yo puede llegar también a destruirlo"


Ficha: "Infierno Horizontal, sobre la destrucción del yo",  Ana Carrasco Conde, editorial Plaza y Valdés, 249 páginas, ISBN: 978 84 92751 73 0

El el último número de la revista Filosofía Hoy, nº 26, se inicia una sección de entrevistas a jóvenes filósofos, la primera de las mismas tiene como protagonista a Ana Carrasco Conde, doctora en filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid, especialista en el periódo del idealismo alemán, filosofía de la Historia. El tema del "problema del mal en Schelling" fue el elegido por ella para realizar su tésis doctoral, es importante señalarlo porque precisamente tal y como cuenta en el prefacio de este libro, dicha tesis contiene la idea original a partir de la cual elaboró este ensayo filosófico publicado en 2.012.

De hecho la autora sigue explotando esa base de ideas de su tésis y está a punto de publicar, si es que no lo ha hecho ya, otra obra "La limpidez del mal, el mal y la historia en la filosofía de F. W. J. Schelling". Tras haber leído con deleite de cabo a rabo el excelente ensayo que comento aquí no tardaré en echarle un vistazo a esta otra publicación suya. Hay muy poco publicado sobre la obra de este filósofo alemán en castellano y la verdad es que lo encuentro bastante interesante.



Ana Carrasco parte de una idea bien simple, que buena parte de esa identidad a la que denominamos "yo" se crea mediante la auto-reflexión sobre uno mismo. Ese pensar en uno mismo, este proceso interno donde no solamente se define la personalidad sino también se marcan las diferencias con lo ajeno al propio ser, definido por Schelling como Selbstheit puede en determinados casos enquistarse en un bucle viciado y autoreferente en el que la persona que sufre este proceso se hunde más y más en si misma... aparece pues el llamado estado psicológico que podríamos llamar "infierno". Ahora bien, ¿hay algún paralelismo entre ese proceso psicológico de autodestrucción y esa figura simbólica propia de la religión y la literatura denominada "infierno"?, sin duda, aunque con distintos matices... ese será el punto de partida del libro, la descripción minuciosa de ese llamado "infierno" como lugar destinado al castigo de los pecadores en el cristianismo, morada de los muertos en la religión pagana y sus equivalentes literarios, sobre todo en la obra "infernal" por antonomasia, "La Divina Comedia" de Dante Alighieri.




El libro se divide en tres partes, la primera dedicada al llamado "Infierno Vertical", es decir al infierno religioso o literario. Siguiendo principalmente la citada obra de Dante, simbiosis perfecta de la visión cristiana medieval y las referencias al Hades o al Tártaro de la literatura clásica y los mitos griegos. Acompañaremos a Dante a su viaje al inframundo guiado por Virgilio, seremos testigos de toda clase de horrores y suplicios pero también de su significado psicológico y simbólico, Ana se recrea una y otra vez en las distintas perspectivas posibles, aporta citas y referencias de obras clásicas como la "Eneada" de Virgilio, analiza minuciosamente el punto de vista del condenado, del testigo, de la significación de lo expuesto por Dante. Con erudición, elegancia y detalle veremos como esa idea original que identifica la idea de infierno como repliegue sobre uno mismo de forma enquistada y enfermiza se presenta en esa visión del tradicional infierno entendido este como lugar de expiación eterno y sin salida. Infierno como lugar no ya de reparación de una falta y de arrepentimiento, sino como lugar donde el condenado se ve encerrado en un bucle sin salida donde se repite continuamente lo mismo, donde se posee conciencia de la eternidad del suplicio y esta conciencia de absurdo y esterilidad del propio sufrimiento constituye en sí el principal elemento del castigo, representado perfectamente en la figura mítica de Sísifo, condenado por los dioses a empujar una voluminosa roca colina arriba... solamente para ver como al llegar a su cima esta vuelve a rodar cuesta abajo y todo vuelve a comenzar, esa inutilidad del esfuerzo y sobre todo la conciencia del mismo es lo que verdaderamente forma el suplicio en sí.

No solamente será la obra de Dante la escogida para dar sentido y color a lo expuesto en esta primera parte del ensayo, también Milton y su "Paraíso perdido", Oscar Wilde y su autobiográfica obra "De profundis" donde relata su personal tragedia y paso por la cárcel, "La enfermedad mortal" de Kierkegaard, Primo Levi y sus obras sobre la tragedia de Auswitch, Solzhenistsyn y su "Archipiélago Gulag" y Rimbaud y su poema "Temporada en el infierno", ofrecen todas estas obras un completo y caleidoscópico panorama sobre el tema del dolor humano, dolor que puede tener su inicio en el dolor físico pero que fundamentalmente apuntan al peor de todos, al sufrimiento psicológico sin fin y sin esperanza que a la fuerza termina aniquilando la humanidad del que lo sufre. A pesar del horror descrito por Dante en su paseo por los infiernos hay algo que todavía redime en cierta forma a ese infierno vertical, la conciencia de los condenados de haber escogido voluntariamente ese destino, la conciencia de haber obrado mal, la conciencia de ser culpables... aunque por la repetición eterna del castigo este esté más allá de toda expiación. Un asunto muy diferente al que se expondrá posteriormente en la tercera parte de la obra.

"El yo ya no tiene la capacidad de poder comenzar nada de nuevo, ya no es libre de querer ser de otra manera porque éste ya fijó o determinó por su querer su carácter y la forma de su actividad. Eliminar el querer es eliminar al yo, focalizado en la fuerza contractiva que se dirige hacia sí. Ésta es la grotesca perversión de la libertad: cuando ésta se dirige en vacío y sin freno hacia sí misma, cuando sólo el querer puede salvar al yo, pero el yo, sumido en la inercia de la locura de un querer dirigido embucladamente hacia sí mismo, no quiere salvarse porque ya sólo puede volver a sí enquistadamente como paradójica forma de perseverar en su ser. El yo ya no es actividad como tal, sino objeto de la inercia del dejarse llevar."

Entre esta primera parte dedicada al llamado infierno vertical, y a la tercera, la más importante, centrada en el llamado "Infierno Horizontal", aquel desprovisto ya de lugar concreto pero situado en cambio en el interior del ser humano que está inmerso en él, entre ambas partes se sitúa una más pequeña y menos importante denominada por la autora "Verticalidad", la exploración por la literatura de ese viaje hacia el interior de la tierra, principalmente a través de la obra de Julio Verne "Viaje al centro de la Tierra", donde ya no se desciende a ese infierno descrito en la literatura e imaginado por los mitos y las obras religiosas cristianas, sino que posee los elementos comunes a todo viaje de exploración. Queda así desmitificado el interior de la corteza terrestre como sede del lugar de condena de las almas pecadoras. Su visitante no es testigo de tormentos y castigos sino que sufre él mismo las fatigas y los peligros del viaje, un viaje que él mismo ha planificado, que posee principio y fin... y la conclusión que queda es que si el llamado infierno ya no reside en el interior de la Tierra ¿tiene sentido hablar del mismo ya?.


La tercera parte del libro, la más importante, nos expone ese infierno real como estado mental aunque ilusorio como lugar físico y concreto, Ana aquí vuelve a sus referencias literarias, especialmente a aquellas centradas en relatar el descenso a los infiernos particular de los supervivientes de los campos de concentración, de aquellos que han sido testigos en vida de la degradación y destrucción del ser humano a través del dolor. 

La autora podría haber buscado ejemplos de depresiones clínicas, de situaciones extremas ocasionadas por pérdidas familiares, de infiernos personales experimentados a través de la adicción a las drogas o los padecimientos por enfermedades terminales... sin embargo como vínculo que une ese infierno personal y ese lugar que podría también ser considerado como tal, el campo de concentración, se centrará principalmente en la obra del superviviente de Auswitch, Primo Levi, para ilustrar este otro infierno horizontal, ese que puede aparecer en la conciencia de cualquiera si las circunstancias lo empujan a él. 

De nuevo aparece esa idea original, la del enquistamiento en sí mismo que corta toda conexión con el exterior, magníficamente recreado en la pintura de J. H. Füssli "Silencio". El círculo inferior de ese infierno personal, aquel que coincidiría con la representación simbólica de Dante en el noveno círculo, ese infierno frío y congelado que alberga a los traidores y que preside el mismo satanás, donde ya los mismos no pueden llorar siquiera, ni gemir, donde el dolor cede paso ya a la petrificación de todo sentimiento y de toda humanidad... ese fondo ya más allá de toda emoción humana, como el de aquellos prisioneros del campo de concentración que relata Levi que se hayan ya más allá de toda recuperación posible, muertos ya en vida, que se arrastran inermes, embrutecidos e incapaces ya de esperimentar el sufrimiento... ese es el fin último del proceso de degradación interior que la autora nos mostrará desde múltiples perspectivas y con la elegancia, erudición y estilo exquisito del que hace gala en toda la obra de principio a fin. 

En este otro Infierno Horizontal el que lo sufre no se enfrenta a un castigo eterno como en el infierno de la religión y los mitos, sin embargo por su naturaleza repetitiva y obsesiva, por su falta de esperanza viene a ser lo mismo, o peor, ya que encima no es necesario haber cometido falta alguna para vivir en él, de hecho es mucho más habitual la inocencia y la falta de culpabilidad que lejos de aliviar el sufrimiento lo acentúan encima con un sentimiento de injusticia. Horizontal porque no hay que viajar a ningún lugar, porque aunque no reside en un lugar concreto puede encontrarse en todas partes, allá donde haya un ser humano sometido a dificultades y sufrimientos que lo sobrepasan y que le hacen replegarse sobre sí mismo, desbordado por su dolor, para finalmente entrar en un proceso interno que lo desconecta del mundo y termina hundiendo, despojándolo de su humanidad. Ana no nos ahorrará análisis, detalles, diferentes perspectivas, citas sacadas de las obras citadas...

"Tiempo y dolor vuelven a darse la mano en la conciencia que el yo tiene sobre la situación. Cuanto más aumenta la conciencia, no aumenta, sin embargo, el sentimiento de libertad, sino el de opresión: es ahora cuando, justo antes del umbral, justo cuando es inminente que el yo toque fondo y pierda toda lucidez, cuando en la conciencia del yo consigo mismo a través del dolor se abren dos posibilidades: puede el suelo ceder bajo los pies del yo y precipitarse al abismo, o bien, puede el sujeto agarrarse a la lucidez de su conciencia gracias al lejano brillo de una esperanza y salir de su infierno. "


Lo mejor: Un tema terrible para escribir un ensayo, sin embargo Ana consigue que el lector quede atrapado en su lectura y nunca se vea perdido o desanimado ante lo expuesto. Me da la impresión de estar ante una obra a medio camino entre un texto meditativo, diseñado para ser releido con frecuencia, y un verdadero ensayo... no puedo evitar encontrar paralelismos entre esa reiteración sobre sí que tanto se nombra en el ensayo como tema principal y las repeticiones de esa misma idea a lo largo del libro... a pesar de todo el libro dista mucho de ser monótono y me parece un ejercicio impecable de estilo, como esas piezas musicales donde el tema principal aparece una y otra vez en distintas formas el libro se lee con verdadero placer. Lo dicho, estaré pendiente de sus próximas publicaciones, si son siquiera la mitad de buenas que este ensayo valdrá la pena prestarles atención.


Lo peor: Las notas eruditas, las múltiples explicaciones y puntos de vista no pueden ocultar el hecho de que la idea base del ensayo es sencilla y puede quedar reflejada en muy poco espacio. De ahí que uno tiene la sensación leyéndolo de estar siempre dando vueltas sobre lo mismo, de encontrarse ante una especie de "soufflé" que podría tener perfectamente una extensión mucho menor. Estamos ante un ensayo filosófico puro y duro, el mismo me recuerda a ese dicho que reza "cuando solo tienes un martillo como herramienta todo adquiere forma de clavo", no puedo evitar la impresión de encontrar en ocasiones las cosas un poco forzadas. Recomendable solamente para los habituales lectores de ensayos filosóficos, curiosos y frecuentadores de obras de "más ámplio espectro".