sábado, 29 de septiembre de 2012

El placer de vivir



Ficha: "El placer de vivir", André Compte-Sponville, editorial Paidós, 316 páginas, ISBN: 9788449325113

El placer de vivir, el placer de leer a Sponville, de nuevo otro libro de este filósofo francés en mi blog, que en esta ocasión toma la forma de una recopilación de artículos recogidos en varias publicaciones especializadas. En total son un centenar que han sido revisados, corregidos y en algunos casos reescritos y extendidos. De ahí la brevedad de la mayoría ya que André se tenía que ceñir a un espacio reducido, generalmente de no más de 3.000 caracteres.

Los artículos están ordenados cronológicamente y abarcan un ámplio periodo que va desde 1.988 hasta comienzos de 2.010, la mayoría son de los años noventa aunque también hay muchos de la pasada década. La temática es súmamente variada, André habla sobre cuestiones filosóficas como la moral o la verdad, su verdadera especialidad, pero también sobre política, religión, espiritualidad y las diversas pasiones humanas. 

Hay artículos simplemente entretenidos, púramente anecdóticos, y otros realmente intensos y ejemplares, todos ellos tocados por la personalidad y el buen hacer de este filósofo, autor de éxito, capaz de llenar auditorios de mil personas para hablar de filosofía... Alain de Botton puede ser más divertido y original, Michel Onfray más polémico, incisivo y contundente... pero como escritor de momento me quedo con Compte-Sponville, de todas todas. Ya he hablado aquí largo y tendido de su forma dirécta de escribir, de su elegancia, de su inteligencia y su tono didáctico, de su comprensión con el lector con el que siempre departe un mano a mano sin caer en la pedantería pero tampoco en la vulgaridad. Sinceramente para mí es un escritor casi perfecto, un enamorado de los clásicos que trata de elevar su obra al mismo nivel de estos y escribir trabajos que perduren en el tiempo. Comparto con él su admiración por la figura de Montaigne, este junto con los estóicos, Epícteto y Spinoza son sus principales, aunque no únicos, referentes en la filosofía. En este caso me ha sorprendido grátamente por su acercamiento a temas espirituales en los artículos finales, todos pero especialmente el que dá título a este libro y el último me han parecido de una lucidez impresionantes.

Tampoco se queda atrás en sus análisis políticos, le dedica un artículo a la actual crisis económica que es "oro molido", sus ideas son como un faro encendido en la oscuridad, da gusto encontrar un pensador capaz de guiarnos en el maremagnum de datos, un profundo pensador que sabe expresar sus ideas con tanta sencillez y que apenas uno lee unas pocas páginas de su obra no puede tener otra sensación que la de caer rendido a sus pies, inteligencia, humanidad y sentido común a raudales, menudo respiro y remanso de paz y lucidez en este mundo podrido y caótico. Otra de las virtudes que emanan del pensamiento de André es su optimismo que corre parejo a su sentido común, esa claridad de exposición y esa honestidad con la que se comunica con sus lectores se respira, se palpa, hace que uno se enganche a la lectura de sus libros y que apenas terminados y depositados en la estantería uno tenga la sensación de que va a volver a visitar sus páginas más adelante. Imposible digerir y asimilar ese torrente de ideas y pensamientos en una sola lectura, no importa, hay lugares a los que retornamos encantados.

Hay artículos para todos los gustos, en estos tiempos ser filósofo significa tener que lidiar en los más variados terrenos, hay artículos sobre ética y moral, sobre la laicidad y su significado real, hay incluso uno dedicado a la primavera, otro realiza una crítica de "El planeta de los simios" donde aprovecha para hablar de los derechos de los animales, el amor, el humor, orden y justicia, el azar, la sabiduría y la filosofía, el egoismo, otro dedicado a las figuras de Jesús y Buda, sobre la cuestión del ser, sobre el Alzheimer, uno dedicado a la figura de Juan Pablo II, otro dedicado al capitalismo y la moral escrito a propósito de la crisis... sobre el sentido de la vida, sobre la política, la eutanasia, la eternidad... el ramillete es ámplio y súmamente extenso, creo que un filósofo puede y debe escribir sobre cualquier cosa realmente y no importa tanto el tema, Sponville sea cual sea siempre nos lleva por buen camino, siempre saca conclusiones, nunca embrolla más los temas que toca y siempre nos deja buen sabor de boca. Seguramente sea este el mejor libro para introducirnos en su pensamiento, los artículos en su mayoría de dos o tres páginas no dan para una exposición muy extensa pero por contra tienen como virtud el que nunca cansan y justo cuando se están empezando a poner un poco pesados, o interesantes, terminan... no creo que nadie se pueda dejar a medias este libro.


Lo mejor: André nos muestra su lado más humano en este trabajo que además nos proporciona la visión más ámplia posible de su pensamiento a lo largo de los años, uno de esos libros que cualquier aficionado a la filosofía debería intentar leer, una verdadera joya.


Lo peor: Algunos temas tratados pedían a gritos una exposición más larga y extensa... la falta de unidad temática, es una miscelanea donde parece que tiene que entrar de todo, hay artículos fráncamente olvidables o que no aportan gran cosa, en algunos, tal y como apunté antes, la brevedad se torna un defecto aunque también hay ejemplos de lo contrario. A pesar de algunos momentos brillantes y algunos artículos, especialmente los de la parte final del libro, de una calidad excepcional, creo que es un escritor que pierde puntos cuando afronta textos breves, me gustan mucho más sus desarrollos temáticos más largos.


domingo, 16 de septiembre de 2012

Cómo cambiar tu vida con Proust

Ficha: Cómo cambiar tu vida con Proust, autor: Alain de Botton, Ediciones B colección Punto de Lectura, 334 páginas, ISBN: 84-663-0187-9

Infructuosamente intenté pedir este libro a su editorial a través de la librería donde últimamente hago mis compras, todo en vano ya que se encuentra descatalogado desde hace años. Afortunadamente para estos casos nos quedan siempre los libros subidos a Internet y las bibliotecas. Precisamente en mi última visita a la Biblioteca Regional me topé con el mismo por casualidad, ni me lo pensé, solamente me he leido un libro del filósofo Alain de Botton, "Las consolaciones de la filosofía", comentado hace unos meses en este blog, el caso es que aquel libro me causó tan grata impresión que decidí que más tarde o más temprano volvería a leer algo suyo.

Cómo cambiar tu vida con Proust es uno de los ensayos más originales que he tenido la oportunidad de leer, el autor ha leido "En busca del tiempo perdido", la magna obra del inmortal escritor francés, y con base a la misma ha escrito un ensayo donde extrae de esa obra literaria enseñanzas para la vida. También ha recabado gran cantidad de información sobre la vida de su autor y ha leido otras obras suyas. 

Ultimamente proliferan trabajos de corte filosófico donde se toman no solamente obras literarias, sino también comics o series de televisión como punto de partida para extraer de los mismos discusiones filosóficas y moralejas... realmente en la filosofía todo vale, todo es bueno, hasta lo más banal, como elemento inicial de reflexión sobre el tema que uno quiera. No obstante me pregunto si este trabajo de Alain no será el primero en su especie. Seguramente no, y otras muchas obras literarias han sido analizadas anteriormente con vistas a extraer de las mismas enseñanzas filosóficas... sin embargo y aun a costa de moverme en arenas movedizas debido a mi ignorancia será complicado encontrar un ensayo escrito con la amenidad, desenfado y frescura con la que Alain nos obsequia en este libro sobre la figura y la obra de Marcel Proust.



No he leido "En busca del tiempo perdido" aunque me he asomado brevemente a sus páginas lo suficiente como para tener una ligera idea... una obra monumental a la que su autor se dedicó en cuerpo y alma durante años y que le creció de forma desmesurada en las manos, algo para nada planeado y que absorbió su tiempo y sus energías como si de un agujero negro se tratase... y que de paso le proporcionó fama internacional incluso en la vida de su autor. No he podido evitar la comparación con Cervantes en este caso ya que El Quijote fue escrito de una forma parecida.

Marcel era un hombre muy poco común, tuvo la gran suerte de nacer en una familia adinerada, su padre era un médico famoso, lo que le proporcionó la fortuna de vivir prácticamente toda su vida de las rentas. Nunca tuvo un trabajo, nunca se licenció en ninguna carrera, poseía una mala salud crónica, acrecentada por su carácter hipocondríaco, tampoco era un derroche de energías y él mismo reconocía ser un vago redomado... de hecho escribió la mayor parte de su obra en su cama de la que no se levantaba hasta muy tarde. Un asma crónica le impedía disfrutar de la primavera, andaba durante todo el año enfundado en varias capas de ropa, sufrió toda su vida molestias gastrointestinales, tenía que mandar lavar sus ropas a una lavandería específica de París, la única donde trataban los tejidos con un jabón que no le produjera alergia... vivió una vida de permanente reclusión y sufrimiento, aunque sabía disfrutar de la misma cuando tenía ocasión y frecuentó mientras pudo lujosos restaurantes y asistió a numerosas fiestas, por no hablar de las que él mismo daba en su casa cuando su salud se lo permitía. Fué un hombre apasionado por la literatura y el arte y también un gran cultivador de sus amistades y un gran amigo de sus amigos... Alain nombra hasta tres libros escritos por amigos tras su prematura muerte en su memoria.

El libro está dividido en varios capítulos que se centran cada uno en un aspecto diferente del arte de vivir la vida y toman en la obra y la vida de Proust su inspiración.

En ellos se hace hincapié en la finitud de la vida y la importancia de tener constancia permanente de su brevedad para afrontar todas las empresas que uno desea, sabiendo que su retraso en la confianza de que quizás más adelante se realicen suele constituir de hecho un auto-engaño. Se habla de otra forma de ver la literatura y los tipos humanos que en ella se describen, hay que romper esa distancia entre el lector y los personajes de ficción buscando similitudes entre estos y el mundo real... con lo cual la obra cobra un nuevo significado, único para cada lector.

Se anima a tomarse tiempo, a no tener prisa... "En busca del tiempo perdido" es un ejemplo perfecto de ello, en esa obra algunas escenas que podrían resumirse en una frase se alargan durante páginas y páginas. El autor invita al lector a tomarse su tiempo, a recrearse en una escena y en todos sus detalles... el "cuando" pasa a un segundo plano y deja su espacio al "como". Hay otro capítulo dedicado al tema del sufrimiento, poniendo el ejemplo del autor, y en como transformar el mismo en conocimiento. El capítulo dedicado a la expresión de las emociones constituye toda una declaración de intenciones sobre el arte de escribir y como hay que eludir las frases hechas y tratar de ser original aun a riesgo de resultar, o parecer, estilísticamente incorrecto. 

Especialmente lúcido y sincero me ha parecido el capítulo dedicado a la amistad y como hay que tratar el tema de la sinceridad en las relaciones con los amigos y como hay que volcarse, tal y como Proust hacía, en el mundo del amigo más que en el propio, preguntar más que comunicar ideas, y sobre todo nunca escoger los amigos por su clase social o supuesta inteligencia sino por sus cualidades humanas, importando bien poco si se está o no de acuerdo con sus ideas o si se les reconoce o no igualdad en el plano intelectual... aunque pueda sonar a hipocresía Alain razona exhaustivamente cada uno de los puntos tomando como referencia la vida de Proust.

Excelente también me ha parecido el capítulo dedicado a la visión atenta del mundo y como hasta los objetos más cotidianos y humildes poseen su belleza, belleza que se revela ante una mirada atenta pues es esta la que les otorga esa cualidad. Marcel conocía muy bien este hecho y en su obra no hay una jerarquía de objetos donde coincidan la belleza formal con la importancia que guardan en la narración... de nuevo a través de su obra se nos invita a mirar el mundo con otros ojos.

El capitulo dedicado al amor en las relaciones humanas también es interesante y responde a la pregunta tantas veces formulada, aunque de simple respuestea, de el porqué de su efímera existencia y fragilidad en cuando una relación se vuelve estable. El libro termina con una visión crítica de la literatura y los libros en general, de sus beneficios y como cambian nuestro mundo pero también del peligro de darles más importancia de la que tienen y endiosar y mitificar su contenido... en el fondo la peor de las traiciones que podemos llevar a cabo contra sus autores.


Lo mejor:  Un ensayo lúcido y ameno, Alain ha vuelto a atraparme con su estilo original y chispeante donde no hay cabida para el aburrimiento y que me ha hecho leerme su libro de un tirón. Una completa gozada, de lectura inexcusable (si se puede conseguir) para todo el que desee acercarse a la obra de Marcel Proust.

Lo peor: Que una obra amena, interesante y modélica en su concepción y ejecución como esta esté ya descatalogada abundando como abundan tantos libros mediocres, este autor merece una atención mucho mayor tanto de editores como de lectores. No es su propósito el motivar al lector a leer "En busca del tiempo perdido"... y de hecho no lo hace en mi opinión.






sábado, 15 de septiembre de 2012

A la espera de Dios

"Un ateo puede ser alguien cuya fe y amor están concentradas en uno de los aspectos impersonales de Dios".


Ficha: A la espera de Dios, Simone Weil, editorial Trotta, 155 páginas, ISBN: 84-87699-60-X

Supe de la existencia de esta filósofa y mística francesa a través de unos comentarios y fragmentos seleccionados de su obra presentes en "Pequeño tratado de las grandes vitrudes" de Compte-Sponville, ya comentado en este blog. Eran todos referidos al tema de Dios y me llamaron la atención por su elegancia y su profundidad. Decidí pues intrigado investigar un poco sobre la vida y la obra de esta singular mujer.

No es dificil encontrar información sobre ella, Internet rebosa de páginas donde se hacen comentarios sobre sus libros y su vida. Es más, hay un interés creciente por su obra tal y como lo atestiguan las publicaciones que han ido apareciendo en estos últimos años. Todavía queda mucho por publicar en castellano ya que la mayor parte de su obra está todavía inédita. Una obra que como atestigua un artículo sobre Simone Weil que leí hace poco en el último número de la revista "Filosofía Hoy" ocuparía unos 17 volúmenes, y ello a pesar de su prematura muerte a los 34 años víctima de una tuberculosis agravada por su terca negativa a comer suficientemente para "solidarizarse" con sus compatriotas de la zona ocupada... fue una verdadera tragedia y una gran pérdida para las letras francesas y para la filosofía europea, "desde Marx el pensamiento político y social no había producido en Occidente nada más penetrante y profético", llegó a escribir Camus.



Simone Weil nació en París en 1.909, fue hija de una familia burguesa de origen judío. Recibió una esmerada educación exenta de todo elemento religioso tanto por el sistema educativo laico en el estudió como por la voluntad expresa de su familia. Tuvo un hermano, André, extremadamente inteligente que sería uno de los matemáticos más importantes del siglo XX, Simone no se quedaba muy atrás, aunque ella no debía pensar lo mismo y ya a la edad de catorce años sufriría una grave crisis seguramente por la constante comparación con el genio de André. A los 19 años entró a la universidad, Escuela Normal Superior, y salió de allí a los 22 convertida en catedrática de filosofía con plaza en el instituto de Le Puy. Simone de Beauvoir fue una de sus compañeras de estudios, años más tarde comentaría la anécdota sobre ella, "una gran hambruna acababa de asolar China. Me contaron que cuando lo supo se puso a llorar. Esas lágrimas motivaron mi respeto, mucho más que sus dotes como filósofa. Yo envidiaba un corazón capaz de latir a través del universo entero".

Ya en aquel entonces empieza a implicarse en movimientos sindicalistas, reparte su paga con los obreros en paro, participa en sus manifestaciones, pasa sus ratos de ocio con ellos... algo escandaloso para la época, la prensa de derechas llega a apodarle "la virgen roja". Sus convicciones personales la llevan a dejar momentáneamente la enseñanza y buscar trabajo en factorías y fábricas. Desea conocer la realidad obrera desde dentro, no quiere ser alguien que solo escribe y que ve "los toros desde la barrera", pasa por varias fábricas hasta que encuentra trabajo en la factoría de Renault en París donde trabajará durante un año como peón fresador. Fruto de aquella experiencia que la marcó para toda la vida escribiría "La condición obrera". Aquello pudo con ella, nunca tuvo buena salud y era de constitución menuda y frágil... no pudo soportar lo agotador del trabajo y el trato vejatorio y humillante... nunca se recuperaría completamente, "su alma fue como aplastada por aquella conciencia de la desgracia que la marcó para toda la vida" escribió uno de sus biógrafos posteriormente, "en la fábrica, confundida a los ojos de todos, incluso a mis propios ojos, con la masa anónima, la desdicha de los otros entró en mi carne y en mi alma", llegó a escribir más tarde.

Volvió a la enseñanza,  realiza un viaje con su familia a Portugal donde queda impresionada ante una ceremonia religiosa en un pueblecito costero... tras haber vivido siempre en un agnosticismo militante, llega a romper una amistad con un chico porque este se convierte al catolicismo,  la experiencia religiosa empieza a filtrarse poco a poco en ella... aún faltaba otra experiencia capital. En 1.936 estalla la guerra civil española y Simone como participante en un sindicato anarquista marcha a la España republicana como voluntaria, allí formará parte durante un breve periodo de tiempo de la columna de Durruti en su ofensiva sobre Aragón. Estuvo implicada en una operación militar aunque por lo visto no llegó a pegar ni un tiro... por pura torpeza tropezó con una sartén de aceite hirviendo y sufrió graves quemaduras en una pierna, otras fuentes dicen que metió diréctamente un pie en una sartén... el caso es que su aventura española duró bien poco y fue repatriada a Francia. No obstante vió allí lo suficiente como para escribir más tarde "el sentimiento de que, cuando las autoridades temporales y espirituales han puesto una categoría de seres humanos fuera de aquellos cuya vida tiene un precio, no hay nada más natural para el hombre que matar".

Al año siguiente viaja a Italia, pasa una temporada en Asis, al año siguiente visita el pueblo de Solesmes donde durante la semana santa tendrá una experiencia mística, mezclada con sus habituales jaquecas... deja definitivamente la enseñanza y a partir de ese momento su pensamiento se tornará casi exclusivamente religioso, se convierte en una fervorosa católica, aunque no oficialmente porque siempre renunció voluntariamente al bautismo por motivos personales, renegaba de la figura de la excomunión y además no quería bajo ningún concepto sentirse apartada de aquellos que estaban fuera de la Iglesia "de dos hombres sin experiencia de Dios, aquel que le niega es quizás el que está más cerca de él", "yo no soy católica, aunque nada católico, nada cristiano me haya parecido nunca ajeno. A veces me he dicho que si se fijara a las puertas de las iglesias un cartel diciendo que se prohíbe la entrada a cualquiera que disfrute de una renta superior a tal o cual suma, poco elevada, yo me convertiría inmediatamente".

Tras declararse la Segunda Guerra Mundial tiene que exiliarse con su familia a Marsella, allí escribe sin cesar y mantuvo una correspondencia con varios amigos entre los que se encontraba el sacerdote dominico J. M. Perrin, algunos de los escritos de ese periodo junto con las cartas formarían el libro aquí comentado "A la espera de Dios". En 1.942 fue detenida acusada de simpatizar con la resistencia, la amenazaron con ir a la cárcel... posibilidad que a Simone le agradó particularmente, siempre quiso ingresar en una voluntariamente, y así se lo comunicó al juez... que inmediatamente la dejó en libertad tomándola por loca. Junto con su familia marchó a Nueva York, vía Casablanca... allí estuvo varios meses, una espera que se le hizo interminable ya que nada la unía a aquel país salvo una creciente amistad que tuvo con la comunidad negra de Harlem con la que simpatizó de inmediato, nada extraño. Finalmente llegó a Londres donde entabló contactos con los exiliados franceses y la Resistencia, quiso pertenecer a ese movimiento y realizar una misión dejándose caer en paracaidas en la Francia ocupada, pero por lo visto le denegaron la solicitud.  Aquejada de una mala salud crónica y sometida voluntariamente a privaciones, deseaba comer lo mismo que lo que le decían que comían los francesese de la zona ocupada, enfermó finalmente de tuberculosos y murió... el médico forense dejó bien claro en su informe que ella misma se había procurado la muerte por ese motivo.

La vida de Simone es pues el relato de sus fracasos, como profesora, como sindicalista, como obrera, como soldado, como miembro de la resistencia, posiblemente también como religiosa... su vida es un continuo descalabro, sin embargo dejó tras de sí una obra filosófica de primera categoría y lo que es más importante, a diferencia de tantos pensadores en el caso de Simone su vida y su obra van cogidas de la mano, no hay diferencia entre la persona real y la filósofa, como persona poseía una integridad que rayaba en ocasiones con la temeridad, la misma sinceridad y honestidad se encuentra en su obra.

Esta que aquí me ocupa, "A la espera de Dios" es una de sus obras menores, una colección de cartas que le dirigió al sacerdote J.M. Perrin desde enero a mayo de 1.942. Aparte de las cartas hay una serie de ensayos escritos durante su estancia en Marsella, forman parte por lo tanto de sus últimos escritos, hacía varios años ya que la temática religiosa ocupaba toda su obra. Son escritos posteriores a aquellas revelaciones místicas de 1.938 que cambiaron su vida para siempre... de ahí que el tema de Dios, Cristo, la Iglesia y sus sacramentos estén omnipresentes. En las cartas que mantuvo con el sacerdote el tema siempre es el mismo... el religioso la instaba a que se uniera al catolicismo y se bautizara, algo a lo que Simone se negaba. 

Son cartas donde siempre se repite la misma temática, agradece efusivamente la amistad del sacerdote a la vez que le explica extensamente y de muchas maneras distintas el por qué de su negativa. Cartas donde hace gala de su estilo como escritora, un estilo pulcro, cuidado, elegante y repleto de esa humanidad y sensibilidad exquisita que siempre atesoró en grandes cantidades.

"Creo que la voluntad de Dios no es que yo entre en este momento en la Iglesia. Pues, como ya le dije antes, y sigue siendo verdad, la inhibición que me retiene no se deja sentir con menos fuerza en los momentos de atención, de amor y de oración que en los restantes. Y ,no obstante, he experimentado una gran alegría oyéndole decir que mis pensamientos, tal como se los he expuesto, no son incompatibles con la pertenencia a la Iglesia y que, por consiguiente, no le soy extraña en espíritu"

En las cartas hace mención a episodios de su vida, especialmente a sus experiencias místicas... que dan pie a expresar sus ideas sobre la Iglesia, la fe, el amor a Dios... etc etc, ideas no exentas de críticas.
"Pero a mis ojos el cristianismo es católico de derecho, no de hecho. Tantas cosas están fuera de él, tantas cosas que Dios ama, puesto que de lo contrario no tendrían existencia... "

En definitiva y a pesar de todas sus justificaciones no puedo dejar de pensar que la Simone de aquellos tiempos era un ser lleno de dudas y atormentado, su obstinación por dotar a su vida de sentido como fuese, su pertenencia y a la vez no pertenencia al catolicismo, y la sensación de que había desperdiciado su vida en vano flotan a través de esas cartas, en ellas expone con abrumadora sinceridad todas sus zozobras interiores... no hay duda de que se trataba de un ser verdaderamente singular.

Como colofón a las mismas en el libro se añaden varios ensayos, el primero lleva el estrambótico título de "Reflexiones sobre el buen uso de los estudios escolares como medio de cultivar el amor a Dios". Un texto realmente centrado en el tema de la atención, todo un ensayo no solamente sobre los estudios sino también sobre como usar la atención como preparación para la oración y como requisito indispensable para la misma... cualquier practicante y maestro budista lo firmaría sin dudarlo.

A continuación el libro incluye un ensayo titulado "El amor a Dios y la desdicha" ... toda una declaración de intenciones, pues nunca eludió el sufrimiento en su vida, en él presenta el sufrimiento humano como una puerta de entrada a la unión con Dios... de nuevo encontramos no solamente una espiritualidad cristiana sino un poderoso ejercicio de espiritualidad universal, pese a su lenguaje pío y sus múltiples referencias a Cristo, un ejercicio que podría pertenecer a cualquier tradición religiosa por su profundidad.

"La alegría y el dolor son dones igualmente preciosos, que deben ser íntegramente saboreados, tanto uno como otro, cada uno en su pureza, sin tratar de mezclarlos. Por la alegría, la belleza del mundo penetra en nuestra alma. Por el dolor entra en el cuerpo. Solo con la alegría no podríamos ser amigos de Dios, como no se puede llegar a ser capitán con el solo estudio de manuales de navegación".

El ensayo más bello y extenso de todos los incluidos en el libro es el titulado "Formas del amor implícito a Dios", Simone habla de tres formas, el amor al prójimo, a la belleza del mundo y a la religión. Estos tres apartados son interesantes... pero me quedo personalmente con el reservado al dedicado a la belleza del mundo:

"Así como Dios, estando fuera del universo, es al mismo tiempo su centro, así también el hombre se sitúa de forma imaginaria en el centro del mundo. La ilusión de la perspectiva le sitúa en el centro del espacio; una ilusión semejante falsea en él el sentido del tiempo; otra ilusión del mismo tipo dispone a su alrededor toda la jerarquía de valores. Esta ilusión se extiende incluso al sentimiento de la existencia, a causa de la íntima unión que en nosotros hay entre el sentimiento de valor y el sentimiento de ser; el ser nos parece cada vez menos denso a medida que se aleja de nosotros."

Finaliza el libro con un ensayo sobre el significado del Padrenuestro, una versión "personal" de Weil, y otro sobre el simbolismo del episodio bíblico de Noé y su borrachera... lo que da pie a hipótesis y elucubraciones de Simone sobre el orígen y la historia de los pueblos del Mediterraneo, donde demuestra su gran erudición sobre la historia antigua... sin duda lo más prescindible del libro.

Lo mejor: Simone era una escritora privilegiada, poseía una mente aguda y un carácter apasionado y sincero que rebosaba sentimientos nobles por doquier, una "santa" si es que tal término puede ser aplicado a alguien que nunca perteneció "de facto" al cristianismo, alguien con una enorme sensibilidad y compasión por el género humano, cualidades que era capaz de volcar en sus escritos. Una escritora poco conocida del gran público y que seguramente será más y más leida con el transcurso de los años, posee cualidades más que sobradas para ello... independientemente de que se compartan o no sus creencias e ideas políticas, cuando se la lee uno percibe un cálido sentimiento de hermandad con toda la humanidad, y eso la sitúa muy por encima de cualquier idea o credo, es de ese tipo de escritores que parecen hablar para todo el mundo.

Lo peor: A veces es dificil de seguir, su estilo es elegante pero a la vez profundo y pletórico de ideas, no es una lectura de evasión... aunque confieso que salvo cuando se enreda en retóricas posee una hipnótica belleza. Tanta piedad llega a empalagar un poco... seguramente no sea esta la obra más idónea para iniciarse en su lectura.


domingo, 9 de septiembre de 2012

La sonrisa de Pitágoras

"... uno no puede sino recordar las matemáticas de la época escolar y los sinsabores que maestros sin vocación y textos arduos imprimían en el alma infantil o juvenil. Las matemáticas eran esa asignatura árida que nos exigía el máximo esfuerzo y proporcionaba la mínima satisfacción. "

Ficha: "La sonrisa de Pitágoras", Lamberto García del Cid, editorial Debolsillo, 296 páginas, ISBN: 978 84 8346 421 1

Pues si, suscribo las palabras iniciales del libro de Lamberto García del Cid una por una, no guardo el menor recuerdo agradable de aquella temida asignatura escolar... no es de extrañar que en el instituto escogiese la opción de letras y me la quitase del medio como tantos otros compañeros. No fue aversión hacia las ciencias en su conjunto sino hacia las matemáticas en particular... aversión agudizada por la escasa calidad humana de los profesores que me tocaron en suerte, de los que tampoco tengo buen recuerdo exceptuando al que fue mi último profesor de matemáticas en el instituto, un buen hombre que dificilmente podía ya a esas alturas ayudarme a deshacer el estropicio matemático que albergaba en mi cabeza. De ahí que un libro sobre matemáticas debería figurar teóricamente en el número uno de los "improbables" en mi atestada biblioteca.

Es más, si tenemos por cierto un consejo que una vez vi escrito en alguna parte "cada fórmula matemática en un libro divide el número de sus potenciales lectores entre dos" y que este libro está atiborrado con docenas y docenas de expresiones matemáticas, problemas y números... entonces no debería de haber vendido más que el ejemplar que poseo yo... seguramente uno de sus posibles lectores menos indicados ;-).

Lo que me ha llevado a adquirir este libro y leerlo es precisamente la ambición y el optimismo de su autor, la ambición de lograr lo imposible, conseguir que hasta los más acérrimos enemigos de la disciplina matemática lleguemos a disfrutar de la misma, mostrarnos el lado divertido y humano de las matemáticas, que lo tiene y que nunca he negado, de hecho siempre me ha fascinado la aplicación práctica de esa materia en el mundo real, a la par que nunca he entendido ni creo que pueda llegar a entender nunca la fascinación de las matemáticas "puras" donde dicha conexión con el mundo ni se tiene ni se busca... debo ser insensible a esa belleza que tanto cautiva a los matemáticos, posiblemente porque soy consciente de que no hay número bonito o feo sino que todo depende de la percepción subjetiva con la que lo miremos... ¿en que se convertirían todas esas "bellas" series numéricas trasladadas a notación binaria o hexadecimal por ejemplo?... en fin, nos guste o no las matemáticas están ahí, forman parte importante del mundo y están detrás de los más insospechados rincones que podamos imaginar, el autor de este libro nos lo expone y recuerda una y otra vez.

Lamberto no es un especialista en el tema y ello lejos de constituir un inconveniente creo se torna en virtud cuando se dirige a través de su obra a potenciales lectores también alejados del mismo. Sabe como hablarnos, como hacernos interesante lo que expone, como plasmar su afición por las matemáticas mostrándonos su cara más amable, más anecdótica, más humana... tan alejada de esa imagen de aridez, seriedad y estupidez que tengo bien grabada a fuego desde mi niñez. En mi trabajo tengo que hacer frecuentes cálculos, pero para ello dispongo como todo el mundo de calculadoras y hojas de cálculo, de ahí que aunque me he pasado media vida escribiendo e interpretando números hasta cierto punto he conseguido mantenerme al margen de las odiadas matemáticas.

El libro está escrito en un estilo sencillo, directo, desenfadado, pleno de ironía... su autor no ha regateado en esfuerzos de mostrarnos el aspecto lúdico y recreativo relacionado con las matemáticas: Insólitas estadísticas, números sorprendentes, juegos de lógica, curiosos problemas, apuntes biográficos de los principales matemáticos de la historia y de sus anécdotas humanas, la relación entre el cálculo y el mundo y la vida... . Historia, lógica, filosofía, juegos, no ha habido en el pasado, ni seguramente habrá en el futuro, disciplina alguna donde las matemáticas no hayan dejado su huella y donde no hallan tenido algo que decir. Desde la medición del universo, la física, el cálculo de probabilidades y la estadística hasta el cálculo de la temperatura media del cielo y el infierno y de la imposibilidad del diluvio universal. El dicho pitagórico de "todo es número" cobra su máxima expresión en este divertido libro. En particular su apartado sobre las vidas de algunos matemáticos célebres me ha encantado, así como aquel que relaciona las matemáticas y la vida cotidiana. Me quedo así mismo con los fascinantes apuntes de como multiplicar dos números sin conocer las tablas de multiplicar (explicado en cuatro métodos diferentes), los juegos de lógica y el que revela los trucos para conocer la divisibilidad de las cantidades entre los primeros números naturales, todos ellos ideales para comentar en reuniones sociales.

"El matemático vive mucho y vive joven; las alas del alma no se le desprenden tan pronto, ni sus poros se obstruyen con las partículas de polvo que se levantan en los polvorientos caminos de la vida vulgar".   J. J. Sylvester.


Lo mejor: Si odias las matemáticas y consideras que tu vida está mejor sin ellas este es un libro al que vale la pena echar un vistazo. En el caso opuesto también.

Lo peor: Puristas, matemáticos y amantes de los ensayos "serios" sobre el tema mejor abstenerse porque les parecerá que el autor se lo toma todo a chifla. Definitivamente los matemáticos están como una regadera... y yo que pensaba que era patrimonio de los aficionados al ajedrez ;-). 






martes, 4 de septiembre de 2012

Tiempos líquidos


"... la gradual pero sistemática supresión o reducción de los seguros públicos, garantizados por el Estado, que cubrían el fracaso y la mala fortuna individual, priva a la acción colectiva de gran parte de su antiguo atractivo y socava los fundamentos de la solidaridad social. La palabra "comunidad", como modo de referirse a la totalidad de la población que habita en el territorio soberano del Estado, suena cada vez más vacía de contenido"


Ficha: "Tiempos líquidos", Zygmunt Bauman, editorial Tusquets, 155 páginas, ISBN: 978-84-8383-029-1

Hacía tiempo que deseaba leer alguna obra del afamado sociólogo polaco, concretamente desde que leí un artículo suyo en el especial "¿En que piensan los filósofos?" donde se puede leer una introducción a su vida y su pensamiento, centrado este último en la segunda fase de la modernidad que vivimos en las últimas décadas, la llamada "modernidad líquida", por oposición a lo sólido considerado este como estable y repetitivo. Hoy en día prima lo insustancial, lo frágil de las relaciones humanas, lo cambiante y lo incierto... de una modernidad de grandes ideas empeñada en la ingenería social, de las que el comunismo y el holocausto nazi fueron dos de sus más terribles consecuencias, hemos pasado a una especie de post-modernidad líquida donde se prima la individualidad por encima de todo y donde la principal característica es el cambio continuo y la incertidumbre.

Esta crítica y disección de los tiempos que nos ha tocado vivir está presente en toda la obra reciente de Bauman, obra por la que recibió en 2.010 el Premio Príncipe de Asturias de comunicación y humanidades. Zygmunt a pesar de su edad avanzada, 87 años de edad, es un escritor que desarrolla una actividad frenética y que como él mismo confiesa en su última obra publicada "Esto no es un diario" considera perdido un día en el que no haya escrito nada. Haciendo un recuento salen ya 24 libros desde el año 2.000 hasta la fecha actual, dos por año, toda una proeza para alguien que ha entrado ya en su octava década de existencia que no ha perdido ni la ilusión por escribir ni la lucidez y la visión certera que da la perspectiva que solo puede tener alguien que ha vivido tanto y que ha sido testigo directo de la mayor parte de la historia del último siglo y del presente.

Esta obra que comento aquí, "Tiempos líquidos", es otra de tantas donde analiza los tiempos actuales bajo el prisma de su visión de la modernidad "líquida" ya expuesta. Básicamente es una colección de cinco "mini ensayos" en forma de otros tantos capítulos, donde expone sus ideas principales. El fenómeno de la globalización, el divorcio entre poder y política, la supresión de los sistemas de seguridad pública garantizados por el estado, el colapso de la planificación a largo plazo y el mayor márgen de responsabilidad individual que se combina irónicamente con problemas que solo tienen solución global...

Globalización, inseguridad y miedo.
En el primero de los capítulos nos hablará de la globalización y su efecto en la justicia y la percepción de la misma, como esa globalización de marcados tintes económicos, negativos en su mayor parte, afecta a las naciones y como estas poseen cada vez menos margen de maniobra y capacidad para cambiar las cosas. Una economía global en un mundo donde el poder político sigue siendo en gran medida local... y como los nuevos problemas globales son imposibles de afrontar por los gobiernos, culminando en una marcada y generalizada sensación de inseguridad en el ciudadano con respuestas a la misma que distan mucho de solucionar el problema, más bien al contrario. Bauman pinta un panorama realmente angustioso pero vívidamente real:

"El miedo constituye, posiblemente, el más siniestro de los múltiples demonios que anidan en las sociedades abiertas de nuestro tiempo. Pero son la inseguridad del presente y la incertidumbre sobre el futuro las que incuban y crían nuestros temores más imponentes e insoportables"

Tengo que comentar obligatoriamente aquí que Bauman se centra fundamentalmente en la psicosis terrorista que se experimentó desde 2.001... este libro fue publicado en 2.007 de ahí que no haya referencias a la actual crisis económica, que vino a estallar en el verano de aquel año, Bauman no es un economista de modo que resulta más que curioso que en este libro apuntase a unos efectos indeseables de la "modernidad líquida" que hemos visto acentuarse hasta el paroxismo con motivos de la crisis... lo que me lleva a reconocer que había un terreno más que abonado para la aparición de la misma y que tarde o temprano, con crisis o sin ella, la demolición del estado del bienestar al que hoy estamos asistiendo iba a ser un hecho.

El segundo capítulo se centra en los llamados "desechos humanos" de la economía globalizada, concretamente de los refugiados y los "inmigrantes económicos", masas de población empobrecidas, a menudo fugitivas de estados en guerra y descomposición, que arriba a las costas del primer mundo... donde son a menudo confinados en el limbo de los campos de refugiados, una situación teóricamente provisional que paradójicamente se convierte en lo único permanente de esta modernidad líquida tan magistralmente expuesta por Bauman. El blindaje de los estados desarrollados contra el asalto de esta masa indigente y desesperada en una política común que destaca por su inhumanidad y por despojar a la misma de todo derecho y toda identidad. Se asocian las naciones, se incluye dentro de sus fronteras a algún estado pobre que proporcione mano de obra barata al resto y a continuación se blindan las fronteras... la Unión Europea y los Estados Unidos con su acuerdo con México y Canadá son ejemplos perfectos.

El tercer capítulo se centra en la evolución de los derechos políticos y civiles de los ciudadanos de las democracias, mucho más restrictivas en cuanto a los mismos en su origen, y como poco a poco fueron convergiendo los intereses de aquellos que ya detentaban el poder político y poseían las llaves de la economía y aquellos que deseaban obtener una cuota de poder precisamente porque carecían de medios económicos... al final la moneda de cambio entre ambos colectivos se llamó "seguridad". Actualmente ese canje se ha invertido y cada vez más ámplios sectores de las clases populares pierden derechos y poder político en detrimento de los que se aferran al mismo, y el mecanismo para ello no es otro que la demonización y la exclusión social, en el libro se nombrarán a los inmigrantes, los parados (mucho más numerosos ahora que en la época de la redacción del libro) y los convictos y ex-convictos. El feroz individualismo fomentado desde todas partes y la pérdida de conciencia de clase al final termina precisamente dividiendo a aquellos que en el pasado obtuvieron de su unión su principal y casi única fuerza. Otra de las aterradoras consecuencias de esa modernidad líquida que marca los tiempos actuales es el sentido prácticamente irrevocable de la exclusión social, como el limbo jurídico donde se recluye a los refugiados es lo más duradero de un mundo en constante cambio.

El libro se acerca a su final con un cuarto capítulo dedicado a la ciudad moderna como máxima expresión de los tiempos que corren, ciudades que cada vez más se constituyen en tres sectores cláramente diferenciados, una zona alta-residencial donde viven las clases más pudientes, sin conexión con el resto y rodeada de elementos de seguridad y vigilancia, una especie de ciudad virtual inexistente y que podría echar a volar y estar en cualquier otro sitio, una especie en definitiva de guetto al revés de donde se puede salir fácilmente pero donde está restringida la entrada, una ciudad dominada por el sentimiento denominado por Bauman "mixofobia" o miedo a la mezcla... me reservo la opinión personal sobre todos aquellos que eligen un lugar como ese para vivir. La ciudad "normal", abierta y plural donde sigue viva la historia y donde la mezcla es la moneda común, donde se vive el sentimiento de "mixofilia" o amor por el mestizaje y la mezcla, una parte de la ciudad que es una escuela de vida y de convivencia, no exenta de tensiones y problemas pero sin miedo para afrontarlos. Y por desgracia también el guetto y barrio marginal, anverso de la zona residencial y alejado al igual como ella del verdadero espíritu de la ciudad en sí, tan artificial como la zona "rica" y de donde lo complicado, por no decir imposible, es salir.

"La mixofobia que amenaza la convivencia de los habitantes urbanos no es la fuente de su inquietud, sino el resultado de una interpretación perversa y engañosa de sus orígenes; una manifestación de intentos desesperados y, a fin de cuentas, provisionales, para atenuar el dolor provocado por la angustia: eliminan la irritación mientras que se equivocan en la cura de la enfermedad."

A estas alturas del libro confieso que me sentía un poco decepcionado ya que lo veía centrado en grandes cuestiones y sesudos análisis, certeros y esclarecedores, pero me parecía que dejaba un poco de lado la cuestión del individuo inmerso en esta "realidad líquida", seguramente porque Bauman ha dedicado otros trabajos a ese tema. Sin embargo en la quinta parte dedicada al significado de la utopía en los tiempos actuales es donde me reconcilié un poco con el autor... ¿tiene significado todavía la utopía?... de una forma un tanto irónica Zygmunt nos muestra que la búsqueda en Google del término utopía produce más de cuatro millones de resultados... aunque paradójicamente la gran mayoría vinculados al mundo de la publicidad, como no :-). Me ha encantado la comparación entre la labor del guardabosques, el jardinero y el cazador. El primero como símbolo del gobernante pre-moderno, convencido de que existe un orden natural en las cosas que conviene no tocar, el segundo como el ingeniero social, tan presente en los primeros tiempos de la modernidad ... y finalmente el tercero como símbolo del depredador actual, la caza es el símil más adecuado no solamente para el político actual sino también para el empresario e incluso el ciudadano medio, saca de este mundo cuanto puedas y a vivir que son dos días. La utopía de un orden natural donde el hombre es un mero espectador del orden divino, un mero guardabosques, limitándose a mantener el orden "natural", o la utopía del jardinero que trata de experimentar y mejorar lo que ya existe, dejan paso a la búsqueda constante de emociones, la emoción de la caza, donde no hay una finalidad en sí y donde apenas se ha cobrado una pieza ya se piensa en la siguiente viviendo en un estado de excitación-decepción continua, no me imagino una definición mejor de los tiempos que vivimos y de las personas con las que compartimos este mundo de locos.

Lo mejor: Una visión lúcida y precisa de los tiempos que vivimos, explica muchas cosas y disecciona a la perfección el espíritu de esta época de cambios constantes, de miedos, de incertidumbres sin fin y donde a veces el olvido de lo aprendido es tan importante o más que las habilidades por adquirir, donde el poder se ha separado de la política con funestas consecuencias que llevamos años sufriendo y como muchas de las situaciones que actualmente vivimos, como ese minado y destrucción sistemática del estado de bienestar, ya hacía mucho tiempo que habían sido denunciadas. Un proceso que ahora se vende como "inevitable" como consecuencia de la crisis.

Lo peor: Sin duda alguna que Bauman escribiría ahora un libro diferente, la crisis económica ha acentuado, que no cambiado, las características de esa sociedad descrita en el libro a la vez que ha mutado unas cuantas cosas, por ejemplo la psicosis por la seguridad sigue presente más viva que nunca pero ya no es el terrorismo internacional, a pesar de los esfuerzos por los gobiernos para que así sea, el protagonista de los miedos del ciudadano medio, cada época tiene sus miedos y en la actual situación seguimos igual que en el año de publicación del libro pero con objetos del temor cambiados. Me hubiera gustado una implicación más a fondo del autor en el individuo, algo a lo que apunta un poco en el prólogo, y como ese mundo en el que vivimos afecta a nuestra vida personal. Y por supuesto una salida, un esbozo siquiera, a una posible solución y una mirada de futuro. Conocer el orígen de un problema y su desarrollo es importante para intentar algo más, pero el libro se queda simplemente ahí...