viernes, 27 de enero de 2017

El asesinato de Pitágoras


Ficha: "El asesinato de Pitágoras", Marcos Chicot, Duomo ediciones, 658 páginas, ISBN: 9788416261208


Creo que me ha pasado lo mismo que a muchos lectores, he descubierto a este escritor a raíz de la publicación de su segunda novela, finalista del Premio Planeta 2.016 y publicada por esta poderosa editorial que suele colocar con cierta facilidad a muchos de sus títulos en las listas de los libros más vendidos, o por lo menos en los escaparates de las librerías, pues si hay una empresa que consigue publicitar sus libros es esta.

Tuve el libro señalado en mis manos y decidí que de momento no lo iba a adquirir, sobre todo porque temía una "escabechina" con la historia del famoso filósofo ateniense pues no me merecen demasiado respeto en ocasiones los autores de novela histórica, de modo que igual me acerco a sus páginas cuando lo editen en libro de bolsillo... pero de momento ahí se queda.

Por eso me llevé una sorpresa cuando vi este otro anterior, publicado además por una pequeña editorial, por lo visto al igual que el recientemente publicado quedó de los primeros cuando optó al Premio Planeta y aunque finalmente no lo ganó por el puesto alcanzado en los votos tenía derecho a una publicación en dicha editorial. Finalmente esta decidió que no lo editaría por problemas de presupuesto. Fue un claro error del que se están todavía arrepintiendo en Planeta, el libro fue finalmente comercializado y editado por una pequeña editorial, también en formato e-book y por lo visto fue el más vendido en el periodo 2.013 a 2.015 en lo que se refiere a novelas en formato electrónico, el autor comenta con todo detalle tanto la génesis como la promoción de su novela. Ya ha sido traducido a varios idiomas y de momento constituye el mayor éxito de su autor. Posee además el valor añadido de que el 10% de sus ventas van destinadas a una fundación de apoyo a las familias con hijos con Síndrome de Down. El autor es padre de una niña con este trastorno genético y en su página web tiene subido un vídeo elaborado por el mismo Marcos con bastante información sobre este tema, de hecho el impulso final que le llevó a embarcarse en este proyecto literario no fue otro que intentar convertirse en un novelista de éxito con vistas a dejarle a su hija Lucía una fuente regular de ingresos gracias a los derechos de autor.


Este "Asesinato de Pitágoras" es uno de esos libros que de vez en cuando me apetece leer cuando busco una lectura fácil y adictiva, de esas que no dan respiro al lector y le permiten "descansar" de otras lecturas más exigentes, sus casi setecientas páginas se leen con mucha facilidad, el cuerpo del texto está dividido en numerosos capítulos, los hay de una sola página de extensión y los hay de una docena de páginas... y en casi todos hay siempre un "gancho", una frase o una sugerencia que trata de mantenernos atrapados en su lectura. Creo que Marcos comentó en una entrevista que deseaba escribir ese tipo de novelas que uno simplemente no puede dejar de leer, que te mantienen enganchado hasta altas horas de la noche deseando terminarlas. Doy fe de que esta lo intenta, y lo consigue, con bastante eficacia. Si lo que uno busca es justo eso, entretenimiento sin complicaciones y una narración que lo atrape de principio a fin creo que por ese lado Marcos Chicot lo ha bordado con esta obra, no me extraña su éxito por la red y su traducción a varios idiomas. Eso sí, en principio tampoco se le podría pedir más que entretenimiento puro y duro ¿o no es así?.

Pues sí y no, Marcos evidentemente se puso como objetivo principal escribir una novela fácil de leer y adictiva, que mezclaba el género histórico con el género negro, no es para nada algo original, hay autores de novela histórica que mezclan con éxito ambos ingredientes desde hace años, sin embargo hay algo que me ha gustado especialmente de esta novela, y es el elemento filosófico y matemático. Aunque estamos ante una obra 100% de ficción, la misma no deja de ser una especie de reivindicación de la figura de uno de los filósofos más grandes y olvidados de la antigüedad, seguramente si no fuera por el teorema que lleva su nombre a estas alturas nadie recordaría ya, fuera del ámbito académico quien fue Pitágoras.



Como muy bien señala Marcos en el epílogo del libro, parte de la culpa de la incomprensión y el olvido la tuvieron los mismos seguidores de pitágoras que defendían su doctrina a consecuencia precisamente de su sectarismo y su secretismo. Con esa mezcla que hacían de diferentes cultos y creencias no podían terminar de otra forma que tergiversados y ridiculizados ¿hubiera alcanzado el cristianismo su gran difusión si se hubiera mantenido como una secta judía que se ocultaba en las catacumbas de Roma?. La secta religiosa y mística fundada por Pitágoras tuvo gran relevancia en diferentes gobiernos de su tiempo pero su misma naturaleza terminó obrando en su contra. A pesar de todo la influencia de Pitágoras y sus seguidores en la historia de la filosofía es difícil de exagerar, por ejemplo una figura filosófica tan enorme como la de Platón seguramente nunca hubiera alcanzado su relevancia sin el ejemplo de los seguidores de Pitágoras, por su creencia en el orden del universo, su obsesión por las ideas y las formas matemáticas etc etc... está claro que el filósofo ateniense tomó mucho prestado de los pitagóricos. A la mayoría de los griegos en cambio les bastaba con quedarse con los elementos más curiosos y superficiales... de ahí el chiste de Aristófanes cuando en una de sus comedias hace aparecer a un pitagórico comiendo habas, uno de los alimentos prohibidos por la secta.

La veneración de los pitagóricos por los números perfectos (como el 4 por ejemplo ya que 2x2=4 y a su vez 2+2=4), su adoración también por el pentáculo y su descubrimiento del "número aureo", o su creencia en la reencarnación, han sido las anécdotas que han pasado a la historia, y no por desgracia su práctica de la meditación, el mensaje de hermandad entre todos los hombres, de igualdad de las mujeres... etc, hay muchos paralelismos entre la figura de Pitágoras, Buda, y Lao Tse, no fueron coetáneos en el tiempo por muy poco, y es una pena que el legado y el éxito de la religión fundada por el filósofo griego no hubiera ido más allá. La historia del mundo podía haber sido muy distinta si esa alianza entre el poder y la sabiduría que preconizaba Pitágoras, como luego defendería posteriormente también Platón, hubiera dado sus frutos.

Vamos a encontrarnos con el enigmático filósofo en la novela como uno de los personajes principales, también con algún que otro personaje histórico, aunque los protagonistas son casi todos invención del autor, vamos a encontrarnos también con los consabidos clichés de cualquier novela de intriga, buenos muy buenos, casi planos e incapaces de hacer el mal, aunque muy humanos y capaces de meter la pata... y malos muy malos, de cartón piedra, malvados sin remisión y sin excusa posible. Nos vamos a encontrar como en cualquier relato donde predomine la acción de una división de la trama en diferentes hilos argumentales, aunque Marcos no abusa de este recurso, y sobre todo muchos giros inesperados, algunos ya previsibles, otros imprevistos y más o menos forzados... no todos serán del gusto del lector, a mí personalmente hay alguno que otro que me han producido la sensación de "trampa", demasiado acrobáticos y rebuscados. Pero sea como sea la verdad es que al final terminan funcionando en una novela muy bien narrada y con abundantes sorpresas y emoción en la trama donde predomina fundamentalmente la acción.

La sensación final es que termina siendo como una de esas películas, una de tantas, donde uno se encuentra los mismos clichés una y otra vez, y a pesar de todo se dejan ver con agrado siempre que uno no le pida "peras al olmo". En el difícil equilibrio entre realizar un relato ligero, dinámico y adictivo y entre cargar la obra de contenido filosófico y matemático Marcos ha optado claramente por la opción más lógica si lo que uno persigue es vender e interesar al mayor número posible de lectores. Personalmente hubiera preferido un relato más denso y reposado, con más peso del elemento filosófico y psicológico, que los hay... pero reconozco que difícilmente hubiera tenido tanto éxito. No obstante la parte dedicada a la visión de los pitagóricos del mundo y a cómo relacionaban las matemáticas y el orden del mundo me ha parecido de lo más interesante. La relación entre las matemáticas y la realidad del mundo sigue siendo un debate todavía abierto y apasionante, por eso me ha gustado que haya aparecido en una novela, aunque haya sido con cierta "timidez", sin duda alguna entre las virtudes de un escritor debe estar el saber no solamente qué escribir, sino también qué eliminar del relato, qué detalles contar y cuales eludir para dejar un relato lo más redondo posible, sin duda este habrá sido uno de los caballos de batalla más difíciles de M. Chicot en este libro.

Lo mejor: Una historia muy bien narrada, sus más de seiscientas páginas se leen en un suspiro y no se suelta de las manos hasta que se termina, doy fe, y donde nos vamos a encontrar con muchas situaciones inesperadas y giros del argumento, de forma que nos vamos a mantener pegados a sus páginas hasta el final. Muy interesante también como he señalado el apartado dedicado a las matemáticas, al número áureo, al pentáculo, la tetraktys,  el número pi... y no desgrano más detalles ;-). Se notan por otra parte los conocimientos en psicología clínica del autor, y aunque el "cartón piedra" es lo que predomina en lo que a los personajes se refiere ello no es del todo cierto con el caso de Pitágoras por ejemplo, y con el del "villano". No todos los días se encuentra uno con una novela con un propósito tan noble, desde aquí le deseo a Marcos todo el éxito del mundo.

Lo peor: Hay algunos giros del guión notablemente forzados, y algunos personajes de los que el autor claramente abusa, ello no afecta al desarrollo de la trama ni al interés de la novela... pero deseo que en posteriores trabajos haya solucionado ese aspecto. El elemento de intriga y novela negra termina devorando a la parte histórica y demás aspectos de la novela, sin duda un acierto en lo que se refiere a enganchar a la mayoría de los lectores, este subgénero es seguramente el más popular, que no le va a proporcionar alabanzas en el mundillo de la novela histórica. Le echaré un vistazo a ese "Asesinado de Sócrates" cuando salga en edición de bolsillo y sobre todo a ese "Diario de Gordon", que a simple vista parece todo un homenaje a "La conjura de los necios", uno de mis libros favoritos.

sábado, 21 de enero de 2017

La invención de la naturaleza

"El momento más emocionante fue cuando, por fin, ascendí el Chimborazo, la montaña que tan fundamental fue para Alexander Humboldt. Mientras subía por la inhóspita ladera, el aire estaba tan enrarecido que cada paso parecía eterno, una lenta marcha hacia arriba con las piernas de plomo y vagamente separadas del resto de mi cuerpo. Mi admiración por Humboldt creció con cada paso. Él subió al Chimborazo con un pie herido (y, desde luego, no con unas botas tan cómodas y sólidas como las mías), cargado de instrumentos, y parándose constantemente para hacer mediciones. 

El resultado de esta exploración por paisajes y cartas, por pensamientos y diarios, es este libro. "La invención de la naturaleza" es mi intento de redescubrir a Humboldt y devolverle al lugar que le corresponde en el panteón de la naturaleza y la ciencia. Es también un intento de comprender porqué pensamos como lo hacemos hoy sobre el mundo natural."


Ficha: "La invención de la naturaleza", Andrea Wulf, Penguin Random House, 578 páginas, ISBN: 978 84 306 1808 8

Supe de la existencia de Alexander Von Humboldt a raíz de mi lectura del libro de Bill Bryson "Una breve historia de casi todo", un extraordinario ensayo donde el escritor británico intentaba que sus lectores alcanzaran una comprensión lo más global y completa posible del mundo de la ciencia y su historia, era un trabajo excelente que años después sigo recomendando a todo el mundo y que entre los cientos de personajes que adornan sus páginas me presentó al científico prusiano como uno de los grandes naturalistas del siglo XIX y uno de los mayores exploradores de la historia.

Este ensayo que ahora comento aquí viene a intentar hacer popular al naturalista que vivió a caballo entre los siglos XVIII y XIX, y que aunque hoy ha sido bastante olvidado, ya que apenas se le conoce fuera del ámbito académico, fue el principal instigador de una forma de concebir el mundo que ha venido siendo habitual desde que él la plasmó en sus libros, pero que en modo alguno era algo "normal" en sus tiempos. En aquel entonces el término "naturaleza", tal y como lo consideramos hoy era simplemente desconocido. El mundo, al menos en occidente, era simplemente el escenario donde se desarrollaba la vida y la actividad humana, y era algo que simplemente nos pertenecía, algo destinado a ser conquistado, domado, explotado y esquilmado por los seres humanos, los reyes de la creación, los animales, las plantas y el conjunto de los seres vivos eran fundamentalmente estudiados en función de su utilidad, clasificados, etiquetados, disecados y dibujados como cualquier otro objeto, los investigadores trabajaban fundamentalmente en sus laboratorios y bibliotecas y solamente se desplazaban fuera de los mismos para recoger espécimenes, que luego analizaban, diseccionaban y clasificaban... antes de Humboldt a nadie se le había ocurrido realizar una investigación de la naturaleza "en vivo", estudiando la flora y la fauna en su hábitat natural, estableciendo relaciones entre la vegetación y el clima, entre las especies y su hábitat, y la relación entre unas especies y otras... todo se sacaba de la naturaleza, se diseccionaba y terminaba convertido en un saber muerto para ser coleccionado en museos y en sesudos trabajos cuya principal obsesión era la taxonomía y la clasificación. Ahí terminaba todo.


Humboldt fue un visionario, se dio cuenta que era inútil describir las especies animales y vegetales sin tener en cuenta su entorno, se dio cuenta de que había grandes semejanzas entre las especies vegetales y el clima, la interdependencia entre estas, las similitudes de la fauna y flora de diferentes continentes, de que la naturaleza era un todo interconectado donde la vida de animales y plantas... y por supuesto la acción del hombre, era un elemento de suma importancia. El romanticismo como corriente artística y filosófica en lo que más tarde sería Alemania propuso una nueva visión del mundo y del papel del hombre en la naturaleza, Humboldt trajo esa nueva visión al mundo de la ciencia, hubo un antes y un después de la publicación de sus trabajos. Nunca ha habido, ni seguramente nunca lo habrá, un científico más popular en todo el mundo... la fama que hoy otorgamos a un Newton o a un Einstein solo son comparables, y no mucho, a la fama que llegó a tener Von Humboldt en vida, es curioso que hoy sea uno de los personajes de la ciencia más olvidados... sin embargo lo que no ha sido olvidado para nada son sus ideas, hoy más presentes que nunca, sus ideas acerca de la interconectividad entre todos los seres vivos, la alarma ante el papel destructor de los ecosistemas del hombre, el aviso acerca del cambio climático que podían provocar las actividades humanas, la defensa de la libertad y su mensaje contra el colonialismo expoliador de recursos y contra la esclavitud, la necesidad de compartir los conocimientos científicos y de que el mundo de la ciencia debe estar por encima de las enemistades políticas... desde que él vivió, miles, millones de personas han participado de sus ideas sin haber leído nunca nada de Humboldt ni haber sabido siquiera de su existencia.


América Latina.
Humboldt protagonizó un increíble viaje por América Latina que duró cinco años y donde navegó por el Orinoco, cruzó la selva, visitó los llanos venezolanos, escaló montañas y volcanes, tomó miles de notas y dibujos y recogió miles de espécimenes para los museos, aquel viaje que realizó por la entonces América colonial española por cuestiones del azar, ya que las guerras napoleónicas condicionaron en gran medida su destino, fue en verdad memorable. En Europa llegó a conocer al joven Simón Bolívar en la época en que este empezaba a gestarse como revolucionario, años más tarde Bolívar llegó a decir que Humboldt era quien realmente había "descubierto" América, es decir, no su descubridor como Cristobal Colón, sino el primero que realmente "vio" América, no es extraño que el lugar del mundo donde más se recuerda al naturalista prusiano y su legado sea precisamente América Latina. El científico realizó incontables elogios de la naturaleza salvaje latinoamericana, era un enorme contraste para un europeo que vivía en un continente sometido durante milenios a la acción modificadora del hombre encontrarse con un continente donde había todavía enormes zonas vírgenes y donde podía observa a la naturaleza en estado puro... precisamente por ello comenzó a ver las primeras señales alarmantes de deforestación, de modificación del medio ambiente, de desecación de lagunas antiguamente abundantes... fue el primero en dar la voz de alarma sobre los efectos de la tala indiscriminada de árboles en el clima, en ver cómo la acción humana podía convertir un paraíso natural en un erial.


Humboldt se podía haber limitado a realizar un trabajo más convencional, sin embargo aquí estamos ante el primer naturalista y científico "total", Alexander Von Humbold era un prodigio intelectual cómo ha habido muy pocos en el mundo, le interesaba todo, leía sobre todo, poseía una memoria prodigiosa, su vista abarcaba desde el mundo de las estrellas al mundo microscópico, en su viaje gastó la mitad de la fortuna que había heredado de sus padres en comprar una buena colección de los mejores aparatos de medición de la época, barómetros para medir la presión, termómetros, cianómetros para medir la intensidad del azul del cielo... conforme se movía miles de kilómetros con su fiel ayudante, el botánico francés Aimé Bonpland, no dejaba de tomar medidas de presión, temperatura, observar los cielos, tomar muestras de plantas, minerales, capturar ejemplares, dibujar y tomar notas de absolutamente todo... hasta de interesarse por las gentes y las culturas locales y sus idiomas, no había absolutamente nada que quedase fuera de una curiosidad omnívora y devoradora, alimentada además por una voluntad de hierro, un enorme amor al trabajo y una inmensa inteligencia, nunca el mundo de los exploradores ha tenido un ser humano mejor dotado que él, trabajador, inteligente, valiente... hay hechos de su vida que nos hacen preguntarnos una y otra vez ¿pero de qué pasta estaba hecho este hombre?, si las personas de hoy en día parecemos pigmeos a su lado... mejor no comentar nada de sus contemporáneos. 

Ese viaje de cinco años le proporcionó material sobre el que reflexionar y estudiar el resto de su vida, de hecho no realizó más viajes como aquel durante muchos años simplemente porque no pudo, los ingleses de la Compañía de Indias Orientales, evitaron a toda costa proporcionarle el visado para que viajara a las colonias inglesas y a la India, no podían consentir que un naturalista que había lanzado abundantes soflamas contra el colonialismo, la esclavitud y la expoliación de la naturaleza en sus trabajos tras su viaje por la América colonial española visitara la India... no podían arriesgarse a que tras el mismo escribiese posteriormente sus trabajos, que para aquel entonces eran ya inmensamente populares en toda Europa y América, sin duda alguna no hubiese dejado en muy buen papel a los británicos, tal y como había hecho con los españoles años antes.

La última pieza del puzzle.
La vida le proporcionó otra oportunidad de viajar cuando el Zar de Rusia le invitó, o más bien accedió a sus ruegos, a viajar por su imperio, era 1.829 y tenía ya sesenta años, aunque le controlaron todo lo que pudieron durante el mismo para evitar críticas al gobierno zarista y el interés principal del viaje era el descubrimiento de nuevas materias primas... algo que Humboldt que había sido inspector de minas antes de su aventura americana cumplió sobradamente al señalar a los rusos dónde podían encontrar diamantes, lo que finalmente ocurrió cuando hicieron prospecciones justo donde él les había recomendado hacerlas, el viaje fue finalmente más de lo que se esperaba en un principio. Aquel viaje de más de 16.000 kilómetros por la Rusia siberiana era la pieza que le faltaba al rompecabezas que estaba ya montando en sus investigaciones, a falta de viajar al Himalaya por culpa de la negativa británica, algo que Humboldt lamentó toda su vida, pudo por fin realizar estudios comparativos de la fauna y la flora asiáticas con todo lo que había averiguado y estudiado sobre la flora y fauna europeas y americanas (además de todo lo que sabía de otros continentes gracias a la aportación de muchos científicos con los que estableció la red de intercambios más grande de aquel entonces), todo encajaba, no encontró ningún dato que fuese en contra de sus teorías sobre el clima y la biodiversidad de la tierra... pudo centrarse en la redacción de la que fue su obra más ambiciosa, "Cosmos", la que finalmente le terminaría de dar una enorme fama.


Andrea Wulf, nacida en la India aunque de nacionalidad alemana y residente en Gran Bretaña, ha realizado un ensayo sorprendentemente bello e interesante, uno de esos libros que van a ser recordados por mucho tiempo y que trata de devolver a la fama a uno de los científicos y exploradores más grandes de todos los tiempos. Resulta increíble que un hombre que en 1.869, cuando llevaba ya una década muerto y se conmemoraba el centenario de su nacimiento, fue recordado en todo el mundo, con discursos, desfiles, fiestas con fuegos artificiales, actos conmemorativos de todo tipo en Europa, Estados Unidos, América Latina, Australia... y hoy apenas se le recuerda fuera del ámbito académico, Humboldt debe ser la persona más injustamente olvidada de todos los tiempos. De ahí el afán de Andrea de escribir un ensayo que honre su memoria, que le haga justicia y sobre todo que muestre una y otra vez la plena vigencia de sus ideas. 


Su legado.
El libro por ese motivo no se detiene cuando llega al momento de la muerte del científico, hay cuatro capítulos dedicados a cuatro importantes personas, alguna de ellas mucho más conocidas que él, que fueron quienes fueron principalmente porque se inspiraron en sus libros y sus ideas... hablamos de Charles Darwin ¿a que os suena?, Henry Thoreau, George Perkins Marsh, Ernst Haeckel y John Muir. El padre de la teoría de la evolución por ejemplo nunca se hubiera embarcado en el Beagle si no hubiese conocido los trabajos de Humboldt, él mismo lo dijo, ambos llegaron a conocerse y profesarse una gran admiración mutua, los trabajos del científico prusiano fueron toda una inspiración para Darwin y él siempre lo admitió. Thoreau, el autor de Walden vio en las ideas de Humboldt y en su visión poética de la naturaleza, un mundo donde no solamente había que dejar entrar la visión racionalista sino donde había que usar la imaginación y la fantasía propias del arte, ese fue uno de los más bellos legados de Humboldt y que inspiró al filósofo americano en sus escritos sobre sus vivencias en la naturaleza. George perkins se inspiró en las ideas de Humboldt para escribir su influyente tratado "Man and Nature" donde ponía la voz de alarma en la destrucción de la naturaleza y donde se exponían múltiples ejemplos del impacto negativo en los ecosistemas, la contaminación y la destrucción del mundo que también sustentaba al ser humano, todo un jarro de agua fría que modificaba radicalmente la mentalidad utilitarista y mercantil que imperaba por aquel entonces (y por desgracia también ahora). 

Ernst Haeckel, fue quien precisamente inspirado por las ideas de Humboldt sobre la fusión del arte y la naturaleza acuñó el término "ecología", sus dibujos de microorganismos fueron muy populares y cientos de artistas, incluido nuestro inmortal Antoni Gaudí, se inspiraron en sus diseños para encontrar en la naturaleza motivos "artísticos", y es que las obras de Humboldt, no solamente transmitían conocimientos, algo previsible, sino también y por encima de todo el amor por la naturaleza que su autor poseía y su visión emotiva y poética de los paisajes, las selvas, los desiertos y las montañas... trataba de plasmar ese asombro y esa fascinación que ha embargado a los exploradores del mundo natural desde sus comienzos y seguramente lo hizo mejor que nadie. La gente leía sus obras y se sentía transportada a una selva sudamericana, a la visión de un atardecer en los Andes, o a la descripción de un amanecer en el desierto... la poesía y la emoción no estaba reñida con la divulgación científica, todo lo contrario, Humboldt era consciente de un hecho que en ocasiones se olvida facilmente, que del conocimiento de la naturaleza surge la pasión y el amor por la misma casi inevitablemente, y que no se puede amar lo que no se conoce.


Ese espíritu poético y romántico de la naturaleza caló especialmente en un incansable viajero, naturalista y aventurero norteamericano llamado John Muir, a través de la obra de Humboldt penetró en él el "gusanillo" por los viajes y la contemplación de los vastos espacios naturales y con los años se convirtió en el principal valedor de la causa de la conservación de la naturaleza en los Estados Unidos, se puede afirmar que gracias a él se constituyeron los primeros espacios protegidos en esa nación y en el mundo, si otros como el nombrado Perkins Marsh ponían el acento en la conservación de los espacios naturales para evitar su destrucción y mantener su posterior aprovechamiento por el hombre Muir fue el primero en defender los valores de la naturaleza salvaje por sí misma, de forma independiente a cualquier aprovechamiento práctico de la misma. Fue también el primero en llevar el ecologismo a la acción política y luchar contra leyes y acciones que perjudicasen el medio ambiente, una lucha que continúa más viva que nunca y que en principio fue inspirada por las ideas de Humboldt con las que Muir se familiarizó desde su juventud.

Para terminar y para los curiosos que no le tengan miedo, o le hagan ascos, al inglés un enlace a Youtube en el que podemos ver a la autora en un vídeo presentando su libro, aquí tenéis otro, más largo e interesante con la autora presentando su trabajo y muy bien acompañada por Brian Cox en el empeño, y finalmente otro enlace a un artículo sobre la publicación de este ensayo.


Lo mejor: Un trabajo extraordinario, un libro MARAVILLOSO, ameno y muy bien escrito, que consigue enganchar al lector desde la primera página, que no puedes dejar de leer, que ha obligado a su autora a viajar por medio mundo siguiendo las huellas del coloso prusiano, un libro bellamente presentado y muy bien editado, repleto de dibujos en blanco y negro y a color, un ensayo que trata de devolverle a Humboldt algo de la fama que nunca debió de perder, y que nos muestra hasta que punto somos deudores suyos. Aviso a los lectores de ensayos históricos y científicos: este seguramente es el mejor libro que te vas a leer este año si te animas a ello... y seguramente también el año que viene, así que ¡ya estás tardando! :-).

Lo peor: Me gustaría que este libro no fuera un punto y final en relación a Humboldt, algún ensayo hay sobre el científico publicado en castellano, pero muy poco en relación a lo que merece su influencia y su obra. El libro aunque es muy completo y está atiborrado de datos sobre la vida y los trabajos del científico adolece de cierta falta de citas del mismo... hubiera sido estupendo poder incluir más párrafos provenientes de su obra. Dada la extensión de la misma creo que un ensayo recopilatorio de algunos de sus mejores textos hubiera sido una muy buena idea tanto para incluir en este libro como para una futura y probable segunda parte, se queda uno con ganas de leerle directamente y frustra un poco el ver que poquito hay de sus obras traducido al castellano. Editoriales, por favor, rescaten la obra de Humboldt, que vale la pena.


domingo, 15 de enero de 2017

Yo no soy mi cerebro


"... la defensa de nuestra libertad (de nuestro libre albedrío) contra la noción corriente de que alguien o algo nos condiciona a nuestras espaldas, ya sea Dios, el universo, la naturaleza, el cerebro, o la sociedad. Somos absolutamente libres porque somos seres espirituales. Pero eso no significa que no pertenezcamos de algún modo al reino animal. No somos ni una pura máquina de copia de genes en la que se ha implantado un cerebro, ni ángeles extraviados en un cuerpo, sino las criaturas espirituales libres por las que nos tenemos desde hace milenios y que también nos debatimos políticamente por nuestras libertades."


Ficha: "Yo no soy mi cerebro. Filosofía de la mente para el siglo XXI", Markus Gabriel, Ediciones de Pasado y Presente, 293 páginas, ISBN: 978 84 944 95 076

Cuando leí hace ya un año el ensayo filosófico "Por qué el mundo no existe" del pensador alemán Markus Gabriel, me di cuenta de que estaba al comienzo de algo nuevo, habitualmente los ensayos filosóficos suelen marcarse objetivos mucho más modestos y con frecuencia disfrazan una ausencia real de ideas con una considerable cantidad de verborrea vacía, hay que leerlos como quien lee literatura o escucha música... y si de vez en cuando el escritor te arroja una idea interesante que te hace pensar, como el que arroja un hueso al chucho que le observa junto a la mesa, te puedes sentir agradecido. Pocas veces uno se encuentra con un ensayo original y pletórico de ideas que obligan al lector a ir despacio y repasar lo leído, pero a la vez proporcionándole toda la información que necesita y asegurándose de apuntalar bien el edificio que se está construyendo antes de pasar a levantar la siguiente planta... decía Nietzsche que había quien "enturbiaba las aguas para hacer parecer que son profundas", creo que es un defecto general de la filosofía con el que los lectores se encuentran una y otra vez... no es el caso de los libros que escribe Markus, por eso su primer libro, de título sensacionalista si, pero serio, riguroso, didáctico y elaborado con una atención constante hacia el lector no especializado me pareció una auténtica JOYA, una obra maestra. Tuve la sensación de que no volvería a leer un trabajo semejante en bastante tiempo. De hecho durante el año aunque la filosofía siguió siendo uno de mis temas favoritos no me topé con ningún trabajo de calidad similar, aunque sí que acumulé una buena cantidad de buenas lecturas.


Esa declaración de intenciones, esa voluntad de fundar una nueva rama de la filosofía denominada nuevo realismo, cuyo artífice original no es Markus Gabriel, aunque sí que va a ser a este paso su principal valedor, tenía necesariamente que cristalizar en un nuevo trabajo. Este que aquí comento aunque a priori no parezca tratar sobre el mismo tema, pronto el lector que en su momento leyese su primer libro se va a encontrar con un fondo y unas formas parecidas. Claridad expositiva, tono didáctico con una atención cuidadosa con el lector al que Markus "mima"... aunque no por ello no le exija pensar y le proporcione una buena batería de jugosas reflexiones, alusiones a la cultura popular, sentido del humor e ironía... se nota y mucho que Markus es un gran comunicador, que es un profesor universitario que ama su trabajo y que posee una inteligencia y una erudición fuera de lo común. A pesar de ese aspecto de vendedor de seguros y su habilidad para manejarse ante las cámaras no estamos ante un vendedor de humo... en una entrevista se defendía de aquellos que le acusan de escribir libros de filosofía para tontos argumentando que "muchas cosas que se publican en filosofía son intentos para demostrar que los autores no tienen nada que decir", tras leer algún que otro trabajo mediocre y compararlo con los libros de Markus la verdad es que no puedo estar más de acuerdo.



Neurocentrismo.
"Yo no soy mi cerebro", es el titulo, también sensacionalista lo se, de su segundo trabajo, si en el primero se detallaban las bases de esa escuela filosófica del nuevo realismo, en el segundo partiendo como base de la misma se interna en esa rama filosófica conocida como "filosofía de la mente", como decía antes aunque parece que se interna en nuevos temas pronto veremos la conexión que hay entre ese nuevo realismo y esta rama filosófica, básicamente el libro es un ataque a esa nueva moda denominada en tono despectivo por Markus "neurocentrismo", o sea, el intento de reducir los problemas del estudio de la conciencia, el Yo y la mente a bases puramente neurológicas. Es decir que a través del estudio del cerebro, su funcionamiento, su química etc tratar de elaborar una teoría del pensamiento y la mente, del Yo, en definitiva, con bases puramente científicas... dando de lado a la psicología, a la filosofía de la mente, la sociología etc etc. Parece un completo desbarre, pero esa es la dirección a la que incluso algunos filósofos se han apuntado, la idea es convertir los estudios neurológicos en la base y fundamento del estudio de la mente, y a partir de ahí sacar determinadas conclusiones, la más conocida y polémica vendría a ser que los seres humanos somos meras máquinas controladas por un órgano extraordinariamente complejo, el cerebro, cuya finalidad es meramente la transmisión de nuestros genes, el Yo, escrito así con mayúscula, vendría a ser poco menos que una especie de interfaz de usuario necesaria para el funcionamiento de todo el tinglado, una especie de icono del escritorio de Windows destinado a ocultarnos a nosotros mismos una inmanejable complejidad que a bajo nivel solamente se traduce en unos y ceros, o en reacciones químicas a nivel celular... por lo tanto con el tiempo y los avances en neurología, genética, biología molecular etc etc los estudios psicológicos, la filosofía y en general toda rama de las ciencias sociales o las humanidades que trate de esos asuntos tan escurridizos como la mente, el espíritu humano, la conciencia de sí o el Yo, quedarán completamente supeditados a los dictámenes científicos, e incluso desaparecerán conforme se desplieguen los nuevos conocimientos derivados del estudio "físico" del cerebro, su química y sus procesos. 



Markus en este libro opone unas cuantas objecciones, porque en el fondo y a pesar de la buena voluntad y la supuesta capacidad visionaria de algunos científicos como Edward O Wilson que en su excelente ensayo "Consilience. La unidad del conocimiento" vaticinaba, y defendía también, una futura unidad de las ciencias naturales y las humanidades, lo que en el fondo se trata y ese es el peligro apuntado por Markus, no es que el progreso humano se desarrolle mediante una comunicación entre las ciencias y las humanidades, que de todas formas ya existe en alguna forma, sino que las ciencias desplacen completamente en este campo a las humanidades. En el momento que un tema, como este del estudio de la conciencia y la mente, cae dentro del ámbito de la ciencia, se corre el peligro de expulsar a las humanidades... lo cual no solamente es un perjuicio para estas, cada vez más amenazadas en un mundo tecnificado y mercantilizado, sino también sobre todo para la propia ciencia. No sirve para nada una capacidad de correr, de volar o avanzar lo rápido que se quiera si la dirección es básicamente errónea, y esa capacidad de orientar en el sentido correcto, esa capacidad de dilucidar no la respuesta sino si la pregunta en sí está equivocada, es una actividad puramente filosófica. Markus en este ensayo irá desgranando una a una las objeciones que se pueden hacer a dicho planteamiento científico, el de reducir el estudio de la mente a coordenadas puramente físicas, aduciendo sobre todo una crítica que se puede hacer en buena medida a muchas investigaciones y a mucha ciencia de la que se hace hoy en día, ¡no seguir su propio método!. La ciencia posee un mecanismo para encontrar la verdad especialmente poderoso, pero ¿puede acaso aplicar su método al método mismo?, Markus señala que buena parte de lo que se nos presenta como teoría científica es en realidad IDEOLOGÍA, camuflada de objetividad, el santo grial de la ciencia... una verdadera quimera, tal y como muestra una y otra vez en este ensayo.

"La libertad humana es considerada ideológicamente un factor potencial de perturbación: si tengo la libertad de elegir mi motor de búsqueda, Google obtendrá menos beneficios. El ansia de monopolización está inscrita en las condiciones actuales de mercado. Aunque todos quieren tener la posibilidad de elegir (no se quiere tener en el supermercado un único tipo de salchichas o pepinillos, como en el socialismo real), desde la perspectiva empresarial se quiere, naturalmente, que todos los consumidores elijan sus propios productos, y por eso en realidad no tienen otra opción. Se trata de restringir la libertad en favor de caminos claramente marcados, de modo que el comportamiento de la humanidad resulte predecible. 

La humanidad discute pues sobre quién posee la auténtica vista de pájaro; quién o qué se desea tener como Dios: la ciencia, la tecnología, el progreso, Google o lo más clásico: Dios mismo."

La imposibilidad de una visión objetiva que elimine al observador, la falacia del homúnculo... el hombrecillo que observa nuestro mundo dentro de nuestra cabeza a través de nuestros ojos, la negación por parte de algunos científicos de los "qualia" o sensaciones subjetivas, el hecho de mirar hacia otro lado e ignorar que nuestro cerebro no solamente percibe el mundo exterior a través de los sentidos sino que también reacciona y elabora pensamientos a partir de otros pensamientos, los hechos culturales tan reales para todos, la interacción con otros seres humanos, las ideas que nos formamos sobre nosotros mismos, el aspecto emocional de los pensamientos... conforman una realidad tan rica y compleja que el mero hecho de creer que en un futuro próximo, o incluso lejano, todo va a ser posible de reducir a la observación y medición de los procesos cerebrales es más utópico inclusive que pensar en un futuro con la humanidad cómodamente instalada por toda la galaxia, vamos que hasta el universo descrito por Star Trek resulta más creíble.

Lo que está detrás en el fondo es la aparición de una nueva mitología, la sustitución de los dioses tradicionales, ya fuesen de carácter animista o los dioses patriarcales del monoteísmo, por nuevas creencias... en el progreso ilimitado que nos trae la ciencia y la tecnología, las cuales llegarán en un futuro a producir un salto en la evolución del ser humano, así lo creen muchos... y la palabra clave aquí es "creer"... porque se trata de una fe que en poco tiene que envidiar a las más delirantes elucubraciones de la teología y la metafísica, por mucho que se vistan con el disfraz de la ciencia. Esa crítica permanente a la metafísica, tenga forma religiosa o forma "científica" es precisamente el caballo de batalla del nuevo realismo preconizado por Markus Gabriel y otros, desenmascarar ideologías y creencias actuales que se disfrazan de otra cosa... de una falsa objetividad que ni existe ni puede existir. Porque como bien expresaba en el anterior libro, por mucho que uno amplíe la visión hasta abarcar el planeta, el sistema solar, la galaxia y el universo entero siempre existe la necesidad de situar a alguien que ve, y nunca podemos tener delante todo el universo porque el observador pertenece también al mismo y nunca podemos separarlo de él. 

Tras una abundante, y muy argumentada, crítica a la visión reduccionista científica respecto al tema del estudio de la mente humana, el libro aborda en su parte final una defensa del libre albedrío y libertad humanas. El ensayo quedaría cojo si solamente se limitase a señalar los supuestos errores de la concepción que identifica a la mente humana con el cerebro si no intentase añadir una conclusión o abrir un nuevo camino para el debate. El tema de la libertad, aparece al final, en el capítulo más importante. Las conclusiones de aquellos que defienden la visión del hombre-máquina son claras, la libertad no existe, estamos sumamente condicionados por la química y la fisiología de nuestro cerebro, de hecho la libertad vendría a ser una especie de ficción necesaria porque siempre en un segundo plano tenemos una serie de comportamientos prefijados, tendencias y preferencias de los que no somos conscientes. Dicho así suena muy burdo, pero esa teoría con diversas variantes mucho más sutiles parece que cada vez más toma forma conforme avanzan los descubrimientos e investigaciones de la neurología. La confusión entre determinación y libertad es un tema que será convenientemente aclarado por Markus, su conclusión es de que aunque hay muchos hechos que nos vienen determinados, inclinaciones que no hemos elegido, leyes de la física que no podemos violar etc hay muchos otros que son fruto de nuestra libertad de elección y que unos y otros terminan conformando todos los eslabones de la cadena causal que conduce a nuestras acciones. Somos libres por lo tanto, pero evidentemente no en todo ni en todas las cosas. Sin embargo la libertad existe y es nuestra, para bien o para mal, dé o no miedo, nos guste o no.

"Efectivamente, estar aquí es magnífico, pero no siempre ni para todo el mundo. Los seres humanos somos culpables de ello si no trabajamos conjuntamente para mejorar las condiciones de libertad, bienestar, salud y justicia en este planeta. Para nosotros no hay otro y tampoco podemos contar seriamente con otra vida en la que todo nos iría mejor. Por lo tanto, una tarea central en la filosofía es trabajar en el autorretrato del espíritu humano, en términos de una crítica de la ideología contra las vanas promesas de una eventual era posthumana."

Conclusión.
En definitiva estamos de nuevo, aún más si cabe, ante un ensayo excepcional, no es una crítica general hacia la ciencia ni mucho menos, ni es tampoco un libro anticientífico que promulgue una vuelta al pasado, es simplemente una llamada de atención a la conciencia crítica del lector, para que se de cuenta de cómo en ocasiones nos venden humo bajo el disfraz de la respetabilidad y la supuesta búsqueda objetiva de la verdad. Estoy seguro que muchos lectores habituales de ciencia, e incluso científicos ¿por qué no? disfrutarían de la lectura de este libro y posiblemente estarían también de acuerdo con muchas de sus conclusiones. Markus no critica la investigación, tan importante por ejemplo para los propósitos de la medicina y el tratamiento de las enfermedades neuronales, pero sí esa pretensión de ir más allá de su ámbito. Deja claro que una investigación seria de la mente ha de ser compartida por diferentes disciplinas, y tan absurdo es dejar de lado a la ciencia y lo que esta nos tiene que decir de los procesos puramente físicos, como dar de lado a las humanidades y al inmenso caudal de conocimientos sobre la mente y la naturaleza humana acumulado durante siglos por la filosofía, la literatura, la psicología etc. Markus es verdaderamente escéptico sobre ese posible y brillante futuro en el que el ser humano fusionado con la tecnología se convierte en algo distinto... y es fácil estar de acuerdo con él.

Para terminar un enlace a un post del blog "Hombre en camino" con un comentario sobre este brillante ensayo, mucho mejor que el mío de hecho :-).


Lo mejor: De nuevo un excelente ensayo de este joven filósofo germano (no ha cumplido todavía los cuarenta) que da aires nuevos a la filosofía y se convierte en uno de esos libros que cualquier lector habitual de ensayos filosóficos tiene que leer. Ameno, sencillo y a la vez profundo, didáctico, lleno de referencias culturales y de ironía... hay otro nivel posible en los ensayos filosóficos y Markus Gabriel juega en esta liga de honor. Muy bueno.

Lo peor: Que haya que esperar otro año, como mínimo, antes de tener otro libro suyo en las manos.



domingo, 8 de enero de 2017

Desayuno con partículas

"Si las puertas de la percepción se depurasen, todo aparecería ante nosotros como realmente es: infinito. Pues el ser humano se ha encerrado en sí mismo hasta ver todas las cosas a través de las estrechas rendijas de su caverna"

William Blake. Las bodas del cielo y el infierno.


Ficha: "Desayuno con ia partículas", Sonia Fernández-Vidal", Penguin Random House, 278 páginas, ISBN: 978 840 1348 136

Este año me he propuesto leer más ensayos sobre ciencia de lo habitual, aunque tengo la fortuna de tener muchas opciones disponibles decidí comenzar por este pequeño y ligero ensayo sobre uno de mis temas favoritos, la física cuántica, sin duda alguna la actual reina de la divulgación científica, por delante de la cosmología y la biología entre otras que le disputan el primer puesto.

Aunque se han apagado ya hace tiempo los ecos de aquel día de julio de 2.012 en que se anunció a bombo y platillo la "casi" confirmación experimental de la existencia del campo de Higgs, que es lo realmente importante ya que la partícula famosa tan nombrada, el mal nombrado bosón de Higgs, no es más que la confirmación de que dicho campo existe y su importancia estriba en que es el responsable de otorgarle masa al resto de las partículas del denominado "modelo estándar"... que de momento lleva todas las de ganar para constituir el más fiel reflejo de la realidad, aunque no esté ni de lejos completo ni exento de problemática.

Ese momento, el día del anuncio de la confirmación experimental, queda recogido en este bonito y simpático ensayo, en el mismo, la doctora en Óptica e Información Cuántica, Sonia Fernández-Vidal, nos propone un viaje introductorio por el mundo de la física cuántica a través de una serie de personajes ficticios, aunque basados en los autores del ensayo, ella misma y el periodista Francesc Miralles por ejemplo. El libro está concebido para que cualquier lector, independientemente de su formación científica, o con un mínimo de la misma, pueda captar, que no comprender, las más sorprendentes conclusiones descubiertas por esta otra revolución copernicana que lleva dándonos sorpresas y formando la base para la actual tecnología, esa misma que casi todos llevamos en el bolsillo, o con la que estoy escribiendo este comentario y gracias a la que pueden ser leídas estas palabras.

Si, la física cuántica ha demostrado ser la rama de la física que permite hacer las predicciones más precisas y a la vez hace tiempo que ganó el galardón de ser la más sorprendente, contraintuitiva, ilógica y fascinante... aunque también la más difícil de comprender. Es un consuelo que genios como Richard Feynman afirmaran con rotundidad que nadie la entiende... por eso cualquier obra de divulgación, no digamos ya una extra-light como esta, no puede pretender la hazaña imposible que el lector la entienda... aunque sí en cambio mostrarle sus descubrimientos, paradojas y hacerle pensar que tal y como dijo algún poeta, como Willian Blake en la cita que recojo aquí y que es la que da inicio al libro, o los místicos de todas las religiones:  que el mundo no es lo que aparenta ser, y que nuestro cerebro constantemente reconstruye la realidad, esa realidad que damos por definitiva y que parece tan sólida...


Este ensayo me recuerda mucho a aquel magistral "El mundo de Sofía", que aunque de corte filosófico inauguró una forma diferente de escribir ensayos, a través de un relato de ficción donde el mismo sea una mera excusa para informar al lector de la forma más amena posible. "La Puerta de los Tres Cerrojos" y "Quantic Love", obras anteriores a este, por lo visto siguen el mismo formato... no se si leeré alguna de ellas pero está claro que han despertado mi curiosidad y parecen, al igual que este "Desayuno con partículas", libros de divulgación ideales para comenzar a leer sobre física cuántica, sobre todo porque al igual que en cualquier otro tema, pero muy especialmente en este, hay que perderle el miedo... que el toro no es tan fiero como lo pintan y esta fascinante rama de la física se puede abordar desde muy diferentes niveles, no solamente como comentaba alguien en este blog hace mucho "aprendiendo primero matemáticas superiores", pues si el enfoque adecuado es primero entender desde un estudio serio ¿para qué pues los libros de divulgación para legos en la materia?. Recomiendo aparte de libros como este, que reconozco que pueden sonar a chirigota a lectores más habituales de divulgación, acercarse al tema a través del coleccionable "Un paseo por el cosmos" del que espero este año publicar varias entregas comentando alguno de sus títulos.

El tono ameno, directo y divertido del libro no está reñido con el rigor, de hecho aunque el libro es muy ligero y asequible nos presenta algunos de las curiosidades y problemas más profundos de la mecánica cuántica, asuntos como el hecho de que la mayor parte de lo que llamamos materia esté constituida de hecho por espacio vacío, la doble naturaleza de la luz como partícula y como onda, la emisión de energía por parte de los electrones no de forma gradual y contínua sino en "paquetes", el principio de incertidumbre que hace que no podamos conocer simultáneamente el momento o dirección y velocidad de una partícula y su posición concreta en el espacio, el hecho de estar casi siempre hablando de posibilidades o estadísticas... la decoherencia o cambio del comportamiento de la naturaleza al pasar del mundo subatómico al mundo macroscópico, el entrelazamiento, el "tunelado" o la capacidad de ciertas partículas para "atravesar" la materia, la creación de partículas directamente desde el vacío... la gravedad, el campo de Higgs, el acelerador de partículas del CERN, los sucesivos cambios en la concepción del cosmos a través de la historia... casi parece demasiado para un solo libro, y de hecho lo es, pero no olvidemos que estamos ante una obra introductoria, y que no por ello, al menos por mi parte, me ha parecido menos interesante.

No se si a otros lectores de divulgación les pasa, pero en mi caso olvido fácilmente muchísimas cosas... de ahí que una obrita sencilla y amena que me venga a recordar los principios más fundamentales, bueno, pues como que se agradece la verdad. Aparte de eso es sorprendente que incluso en una como esta uno advierta algún que otro momento "inspirador" que no recuerdo haber leído en ninguna otra obra de divulgación, así que bueno, me alegra que haya en el mercado editorial divulgadores que se acuerden de los legos en estas materias y que sin pedirnos demasiado nos abran un poco la puerta para entrever todo ese fascinante mundo de la física de partículas.


"Esta es una gran enseñanza de la físicica cuántica: hay que desafiar las ideas preestablecidas, aunque sea como un juego, si no queremos vivir limitados por un pensamiento único basado en verdades temporales que se van agrietando"

Lo mejor: Un libro sencillo y sumamente ameno, se lee casi de un tirón, y a pesar del tono coloquial y cercano con el lector, a pesar de la historieta de ficción que cuenta, no deja de apuntar a algunas de las manifestaciones más curiosas y profundas de la física cuántica. Difícilmente encontraremos uno mejor que este para iniciarnos en el tema, la autora trata de conseguir lo que a priori parece imposible... hacer que incluso a alguien lleno de prejuicios y que nunca haya leído un trabajo de divulgación científica sobre el tema termine "enganchado" con la física cuántica.

Me ha gustado particularmente la variedad del mismo, esa introducción histórica a las diferentes visiones cosmológicas, la utilización de las ilusiones visuales, las ilustraciones, y sobre todo esa introducción a la metodología de los "seis sombreros" inventada por Edward de Bono y que encuentro de lo más interesante. También hay datos y analogías que me han sorprendido y que evidencian que tras una sencilla obra de divulgación científica para legos se pueden esconder muchas cosas interesantes.

Lo peor: Evidentemente si el lector ya es "veterano" en estos temas, ya acumula unos cuantos ensayos sobre física cuántica leídos, seguramente este librito le va a saber a poco, incluso alguno habrá que prefiera otros enfoques menos fantasiosos e infantiles y vaya "al grano". Hay multitud de libros más "serios" y completos que este, por ello quien busque ante todo información evidentemente ignorará tanto este como cualquiera de los demás trabajos de la autora... pero es que este es un libro destinado a un tipo concreto de lector, aquel que tiene curiosidad sobre el tema pero a la vez se siente un poco intimidado y cree que quizás sea un asunto que le viene grande. Creo que no va a ser el último libro que lea de esta interesante y atípica divulgadora.



viernes, 6 de enero de 2017

La resistencia íntima


"Los frentes de la resistencia llevan también de un nivel a otro, a veces sin solución de continuidad. El resistente se resiste al contentamiento masivo. El resistente se resiste al dominio y a la victoria del egoísmo, a la indiferencia, al imperio de la actualidad y a la ceguera del destino, a la retórica sin palabra, al absurdo, al mal y a la injusticia"


Ficha: "La resistencia íntima", Josep María Esquirol, Editorial Acantilado, 178 páginas, ISBN: 9788 416011 445

Supe de la existencia de este libro a comienzos de 2.015 por una reseña que de él hizo la revista "Filosofía Hoy", me pareció una obra interesante, pero en aquel momento tenía demasiadas lecturas pendientes, vamos al igual que ahora, como para lanzarme alegremente a leerlo. Ha sido el reciente premio recibido por la obra, el Premio Nacional de Ensayo otorgado en 2.016 por el Ministerio de Cultura, el que finalmente me ha animado a acercarme a este pequeño ensayo. 

En el mismo su autor, Josep María Esquirol profesor de filosofía de la Universidad de Barcelona, defiende una utilización de la filosofía como parte de lo que denomina "resistencia íntima", básicamente una defensa a ultranza de la esfera privada como muro de contención contra la manipulación mediática y el aborregamiento del individuo que pretenden, entre otros, la política y la publicidad y que se nos presenta con un mensaje tentador, pero falso, contra el vacío interior, contra ese nihilismo tan bien retratado de forma simbólica en la obra de corte fantástico "La historia Interminable" de Michel Ende, ese ogro en forma de agujero negro que amenaza con devorarlo todo. 

El autor recuerda el ejemplo puesto por Voltaire en su relato "Cándido", el personaje principal del mismo, optimista impenitente que está convencido de la bondad del mundo y que llevado de esa forma de pensar no dejará de caer en problemas y desdichas, finalmente desengañado opta por renunciar a cambiar al mundo y centrarse en "el cultivo de su propio huerto"... es decir, volcar su acción a partir de ese momento a todo lo que constituye su esfera privada, a esa pequeña parte del mundo donde sí que pueden tener efecto sus acciones, el "huerto privado" vendría a simbolizar a su persona, su casa, sus posesiones, su familia, sus amigos y en definitiva el ámbito privado que sí puede estar bajo su control y donde puede aspirar a cambiar algo.

Como muy bien comenta el autor al comienzo del ensayo, el contacto con el nihilismo en cualquiera de sus formas, ya se sabe, la certeza de la muerte, la falta de fe y la comprensión del sinsentido que constituye tanto el mundo como la vida humana, nos puede habitualmente llevar a dos caminos, el primero es el camino de la autodestrucción, la depresión y el suicidio... el segundo es el camino del escapismo, escapismo a través de el consumo, de la colección de experiencias, de la obsesión por convertir la vida en una especie de proyecto... en definitiva una huida hacia adelante que nunca consigue llenar ese vacío interior. Hay una tercera forma, porque si como bien comenta J. M. Esquirol "vivir es resistir", resistir no solamente ante la enfermedad y la muerte en un mundo que poco o nada se preocupa por nuestra supervivencia, sino también por conservar nuestra esencia última, eso que nos convierte en seres humanos. Sería entonces una defensa enconada de esa pequeña esfera íntima que podemos convertir en un bastión contra el que se abatan inútiles las olas de la ideología dominante, el fanatismo dogmático, las llamadas al consumo inútil, y todo aquello que pretende despojarnos de nuestra humanidad haciendo "tabla rasa" y convirtiéndonos en una masa uniforme y aborregada. 


Una resistencia íntima que desde el principio se insiste en que no hay que confundir con el aislamiento ni con un talante reaccionario o narcisista, el resistente, idealizado por J.M. Esquirol, es un individuo que consciente de que no puede cambiar el mundo y de que tiene que aceptar las cosas como son, tampoco se resigna completamente y al menos trata de poner orden y construir una pequeña esfera privada donde sí que opere el cambio que el desea, deberá empezar por sí mismo como núcleo de dicha esfera privada, pero pronto tiene que extender su acción a su casa, familia y círculo más cercano... y si hace falta para defender dicho círculo, participar en la lucha y acción política pues se realiza y punto. La llamada a la resistencia no está reñida con la participación en lo público ni con la renuncia al mundo, al contrario, según el autor se da la paradoja de que esa aparente reclusión y foco centrado en nuestra esfera íntima terminará repercutiendo necesariamente más allá, porque en ocasiones será necesario realizar acciones, u oponerse a otras, que la pongan en peligro. Una especie de "wu-wei" filosófico, un "dejar hacer" que me recuerda mucho a la actitud de los sabios taoístas, que en modo alguno es una llamada a la inacción o a la pereza aunque lo pueda parecer, ni tampoco al aislamiento... todo lo contrario, más bien supone un abandono de sí para volcarse en aquello con lo que convivimos cada día y que tenemos constantemente a nuestro alrededor.

Cobran especial importancia el hogar y la vida cotidiana, se reivindica su valor y la autenticidad de una vida vivida por y para los seres más queridos, como comentaba antes esa resistencia íntima no es ninguna llamada al narcisismo o al egoísmo, al pensamiento reaccionario y al aislamiento, muy al contrario, es una llamada a la sencillez y a valorar aquello que precisamente tiene más valor y a lo que solo damos importancia cuando se pierde o se pone en peligro. De ahí también la atención y la importancia que también se da al cuidado del cuerpo, el propio y el de los demás, de llevar una vida sana y de evitar los excesos... También tiene su cabida en el ensayo el rechazo al dogmatismo imperante, que muchas veces se reviste con el disfraz de las modas, y en general de todo lo que se acepta sin cuestionar, aquí es donde empieza a insinuarse el papel de la filosofía como parte de la "resistencia íntima".

"Pensar es una experiencia porque no deja las cosas como estaban. El pensar sitúa en un camino de transformación personal: no sólo al final, sino ya a medio camino, no se es quien se era. Pensar es reflexionar: volverse hacia sí mismo y hacia la originalidad de la vida, que resulta ser, al mismo tiempo, una transformación, una conversión"

Y es que no estamos ante un ensayo de auto ayuda ni de espiritualidad, aunque el espíritu de ambas esté presente de una forma u otra en este breve y denso ensayo filosófico, por eso nos encontraremos con numerosas alusiones a conceptos de otros filósofos cuando vengan a cuento, y con un estilo y forma que me recuerda mucho al del filósofo Biung Chul-Han, un ensayo breve, denso y en este caso además muy bien escrito, que invita a visitarlo en más de una ocasión y que será del agrado de cualquier lector habitual de filosofía. Como muy bien dice J.M. Esquirol "La reflexión filosófica llega tarde -como siempre-, pero llega. Lo que la mueve hace que, sin embargo, no pueda detenerse satisfecha." La filosofía puede formar parte de esa resistencia íntima, de hecho es imposible adoptarla sin una cierta actitud filosófica, sea uno consciente o no, una idea con la que resulta fácil estar de acuerdo cuando uno se da cuenta de cómo la filosofía en ocasiones es un posicionarse contra corriente y sobre todo cuando uno advierte que esta, es la principal valedora del pensamiento crítico, hoy más necesario que nunca. 

Es curioso que en una entrevista J.M. Esquirol daba la impresión de que esta obra suya iba a ser como una especie de preámbulo a otras de carácter más político, su especialidad, y que no sea ese precisamente el ámbito en el que ha querido situarla, "La resistencia íntima" por lo tanto tiene mucho de declaración de intenciones y de texto filosófico fundamental, como de partida, para otras obras más ambiciosas y mundanas, y por eso mismo seguramente es un texto especialmente valioso en los tiempos que corren, no hay que olvidar ni perder de vista los comienzos, la base y los fundamentos del pensamiento crítico, y este pequeño ensayo puede resultar ideal para ello.

"Reconocemos que resistencia íntima es el nombre de una experiencia, propia de la comarca de la proximidad; comarca que no es visita de un día, sino habitual estancia. Pero hoy cuesta quedarse en ella. La proximidad no se mide en metros ni en centímetros. Su opuesto no es la lejanía sino, más bien, la ubicua monocromía del mundo tecnificado."

Lo mejor: Un bonito y sencillo texto filosófico, una llamada a la sensatez en estos tiempos de prisas, bombardeo mediático y sobre todo estúpido dogmatismo. Muy recomendable como cualquier obra que mueva a la reflexión y al replanteamiento de todo aquello que de verdad importa en la vida.

Lo peor: Escrito dentro de las coordenadas filosóficas, de ahí que si bien los lectores habituales de obras y ensayos filosóficos podrán apreciarlos dudo mucho que vaya a tener muchos lectores, o que vaya a gustar, fuera de ese ámbito. También aunque el ejemplo del personaje "Cándido" de Voltaire es apropiado, me hubiera gustado ver al autor enjuiciando, para bien o para mal, y proponiendo otro ejemplo que creo mucho más apropiado para el tema que nos ocupa, el de Montaigne, para mí paradigma de la actitud "resistente" que tan bien describe Esquirol en este libro. Si en Cándido encontramos el punto de partida y el porqué de esa actitud de resistencia, en Montaigne en cambio tendríamos la culminación de la misma... pero eso ya sería otro libro ;-).