domingo, 31 de marzo de 2013

Ética para vivir mejor



"En una sociedad en la que la limitada búsqueda del interés propio material es la norma, un cambio hacia una orientación más ética es más radical de lo que mucha gente cree."


Ficha: "Ética para vivir mejor", Peter Singer, Editorial Ariel, 303 páginas, ISBN: 978 84 34411 371
 
Hacía ya tiempo que conocía algo sobre la figura de Peter Singer, uno de los filósofos más influyentes de nuestro tiempo. En el libro "Comer animales", de Jonathan Safran ya comentado en este blog hace casi dos años se le cita varias veces, su obra "Liberación animal" fue casi el detonante de salida de los movimientos de liberación animal, prácticamente su "Biblia". El libro fue publicado en 1.975 aunque solo vería la luz su versión en castellano en 1.999... este aquí comentado es una obra muy posterior, data de 1.993, dos años más tarde se publicaba ya en castellano, lo que nos da una buena medida de la importancia que ha ido cobrando este filósofo con los años. Si hay que buscar actualmente a un pensador controvertido, valiente e indispensable en temas como la defensa de los animales, la experimentación genética, la eutanasia o el aborto ese es Peter Singer.

Su obra es una referencia indispensable en el terreno de la ética, de hecho podría ser considerado como en pensador más importante de esta rama de la filosofía de los últimos cuarenta años. Se le considera el padre de la "ética aplicada", y creo que también es el introductor del término "especismo" en la filosofía. En la defensa de los animales este profesor de filosofía nacido en Australia ha encontrado su particular filón personal, actualmente da clases de bioetíca en Princeton (EEUU) y lidera la plataforma "Proyecto Gran Simio" empeñada en otorgar a los simios un status de derechos por encima del resto de los animales (excluidos los humanos claro) que intenta preservar a estos inteligentes parientes nuestros de experimentaciones científicas, cautividad y demás tratos degradantes. 
 

Hay miles, posiblemente millones, de personas en el mundo que hoy son vegetarianas debido a la difusión de sus obras y las acciones de grupos inspirados en su filosofía. De ahí que si tuviésemos que hacer una lista con los filósofos y pensadores vivos más influyentes de la actualidad Peter Singer ostentaría con diferencia el número uno. He de decir que tras leer esta obra menor, desgraciadamente ya descatalogada, me alegra que así sea... de hecho creo que es un filósofo al que debería leer todo el mundo. Es curioso como en un mundo con problemas tan acuciantes como el de hoy el grueso de los pensadores contemporáneos siguen empeñados en temas que no aportan ni un ápice a la empresa de la búsqueda de la felicidad humana o al menos a la disminución del sufrimiento. Abundan sobre manera los divertimentos varios y las puras masturbaciones mentales... todo eso mientras el mundo se cae a pedazos y el sufrimiento campa por doquier. Peter Singer con su obsesión por la ética donde incluye también el trato a los animales, la desigualdad y el medio ambiente pone definitivamente el dedo en la llaga del problema ¿cómo vivir?. 

De hecho la obra en inglés lleva el título "How are we to live?", ¿Cómo vamos a vivir?... tirón de orejas para los editores a los que seguramente les parecía un título demasiado ambiguo. Peter Singer viene a comentar algo que ya sabemos de sobra porque los pensadores de todas las épocas lo vienen diciendo, que la acumulación de bienes materiales no trae la felicidad sino el más absoluto sentimiento de vacío. Este no es un filósofo que se limite a teorizar sin más... le gusta mucho, al menos en sus obras para el gran público como esta, ofrecer datos y testimonios concretos. Testimonios de gente increíblemente rica, que tuvo más de lo que podía gastar en toda una vida de derroche y que sin embargo distaron mucho de ser felices. No se trata de repudiar al dinero en sí sino en condenar la consideración del dinero como un fin en sí mismo y no un medio para conseguir otras cosas. 

El libro comienza aclarando lo que el autor denomina "elecciones radicales", que son todas aquellas que se nos presentan en la vida donde hay que escoger entre satisfacer el interés propio y actuar de acuerdo a unos determinados principios. Muestra como la moral protestante inoculada en la mentalidad americana a través de sus padres fundadores cambió el tradicional mal concepto que se tenía del enriquecimiento personal, aunque en la práctica no sirviera para tener una sociedad más igualitaria, por la glorificación del dinero por sí mismo... de la hipocresía de la mentalidad europea, principalmente la católica, donde se denosta el "vil metal" y se le profesa devoción en secreto al modelo protestante calvinista donde no se llega ni al nivel de hipócrita... donde poco menos que se toma el enriquecimiento personal como muestra del favor divino. El libro habla también en esta primera parte de Adam Smith y su influyente obra "La riqueza de las naciones" como obra fundamental del capitalismo... y señala la paradoja de que ni el mismo Adam Smith creía que la obtención de bienes materiales traía consigo la felicidad aunque encontraba útil la idea de que todo el mundo lo creyese. Singer nos viene a decir que el materialismo desenfrenado en el fondo no es sino una doctrina de bobos e ilusos, que como el borracho del chiste buscan las llaves de casa que perdieron en el callejón oscuro al pie de la farola porque allí hay más luz.


Se habla también de las crisis financieras, el mundo acababa de salir de una bastante fuerte a comienzos de los noventa, y como no se había aprendido nada de la misma ¿le suena al lector?. Se muestran los casos de brillantes empresarios que se enriquecieron en los ochenta para terminar arruinados o con procesos penales abiertos en los noventa. Se lanzan ácidas críticas a la alta sociedad norteamericana por su vacío moral... aunque lo más importante del libro no es esto, limitarse a una fácil crítica social, Singer no es un activista político, aunque participe en plataformas en defensa de los animales entre otras causas, sino un filósofo, de ahí que se tenga que preguntar si ese interés propio, ese egoísmo que todos parecemos llevar dentro y que se da de tortas en ocasiones con la ética y la moral posee un origen biológico, ¿es un sentimiento natural? ¿es algo comprensible e imposible de erradicar? ¿forma parte de la naturaleza humana?... 

El libro muestra los argumentos, esgrimidos por los evolucionistas, que demuestran como existe una defensa de los propios genes a la hora de defender nuestros intereses personales, los de nuestra familia y nuestro grupo social. Según esta teoría en función del mayor o menor contenido genético existe una propensión mayor o menor a actuar de forma desinteresada, o más bien, falsamente desinteresada puesto que solo estamos velando por la trasmisión de nuestra carga genética. La conclusión del autor es que si bien todo ello es cierto no lo es menos que nuestros genes no son determinantes en esta defensa del interés propio. Si lo fueran entonces seríamos poco menos que animales, o peor, movidos por puros impulsos y el ser humano no se reduce solamente a eso.

 Posteriormente en un interesantísimo capítulo se analizan aspectos de la sociedad japonesa que difieren notablemente de la norteamericana, se pone como modelo a Japón porque es un país donde existe una mentalidad de grupo muy diferente a la occidental... y totalmente viable con un desarroyo social e industrial comparable. Es lo que muestra que otra mentalidad y otra forma de hacer las cosas es posible. No obstante al final también son puestos de manifiesto los defectos de tal sistema, es un modelo distinto, pero en modo alguno mejor que el occidental. A continuación viene un capítulo dedicado a las diferentes estrategias de cooperación, estrategias que aplicadas a simulaciones informáticas nos vienen a decir que un modelo donde todos engañen y solo atiendan a su interés personal es un modelo que deviene en desastre en poco tiempo, al igual que un modelo basado en "todo el mundo es bueno... ". Las estrategias de cooperación existen en la sociedad desde los inicios mismos de la civilización, y antes, porque ofrecen ventajas innegables y demostrables al egoísmo puro y duro.

Otro capítulo se centra en acciones heróicas efectuadas por personas que no tenían nada que ganar y mucho que perder, las guerras y las situaciones extremas como la persecución de los judíos en la Alemania Nazi no solamente son una fuente inagotable de maldad y crueldad humanas sino que también sacan lo mejor que los seres humanos llevan dentro y el sacrificio altruista es posiblemente el "summun" de todas las virtudes. El libro continúa con los intentos de codificar la ética a lo largo del tiempo y de ofrecer normas, se pone como ejemplo el de Jesús de Nazaret y de Emmanuel Kant... ejemplos fallidos hay que decir. El primero por prometer un paraíso a los que actúan bien y un infierno eterno a aquellos que no siguen las leyes divinas, y el segundo por reducir la moral al simple concepto de deber... habría que actuar bien por el premio o castigo o bien por un puro y abstracto sentido del deber estando proscritos las ventajas, incluso la satisfacción personal, que tal comportamiento conlleva.

Al final el libro termina con dos capítulos que vienen a traer la conclusión final, para Peter Singer la vida en sí no tiene un sentido pero este puede dársele, a través del activismo social, de la asociación con personas comprometidas en la defensa de los derechos humanos, animales o con la ecología... pone como muestra activistas de los derechos humanos o animales que son para él no solamente un ejemplo de compromiso ético, sino también de vidas dotadas de sentido... un sentido que nunca puede ser mayor o más grande que cuando nos comprometemos con el mundo entero y con la evitación del sufrimiento. Dijo una vez Vicente Ferrer que "la ayuda a los necesitados contiene en sí todas las religiones y todas las filosofías"... estoy seguro que Singer suscribiría esta frase.

"Puede usted replantearse sus objetivos, y preguntarse qué está haciendo con su vida. Si su actual estilo de vida no da la talla al confrontarlo con una medida imparcial de valor, puede usted cambiarlo. Eso podría significar dejar su trabajo, vender su casa e ir como voluntario a la India. No obstante, el compromiso de llevar una vida más ética será habitualmente el primer paso de una evolución gradual pero de largo alcance en su estilo de vida y en su modo de pensar sobre su lugar en el mundo. Asumirá usted nuevas causas, y descubrirá que sus objetivos cambian. Si se involucra seriamente con su labor, descubrirá que el dinero y la posición ya no le resultarán tan importantes. Desde su nueva perspectiva, el mundo tendrá un aspecto diferente y descubrirá muchísimas cosas que vale la pena hacer. No sentirá que su vida es aburrida o carece de plenitud. Y, aún más importante, sabrá que no ha vivido y muerto para nada porque habrá pasado a formar parte de la gran tradición de aquellos que han reaccionado ante la gran cantidad de dolor y sufrimiento que hay en el mundo y han intentado convertirlo en un lugar mejor."



Lo mejor: Un libro muy interesante y que mueve a la reflexión, induce al lector a tomar partido en ciertas cosas y darse cuenta de donde están verdaderamente los temas importantes en el mundo. A su manera termina contestando de forma más que convincente a la gran pregunta sobre el sentido de la vida... hay muchos para los que ya tal pregunta carece de sentido... Peter Singer demuestra que no es así, que podemos dotar de sentido a nuestra vida y que no hay uno mejor que el compromiso con hacer de este mundo un lugar donde valga la pena vivir, y eso es independiente de nuestras fuerzas y posibilidades.


Lo peor: El libro acusa el tiempo que lleva ya publicado, aunque las críticas al sistema financiero que vierte en el mismo hoy están más justificadas que nunca. Existen obras más extensas y mejores de Singer sobre el tema, aun así es una verdadera pena de que este ensayo se encuentre ya descatalogado. Era normal que el autor mostrase una exposición paulatina de sus ideas sobre el egoísmo humano y sobre la evolución de la ética, el problema es que al final la conclusión queda un poco escasa, los dos últimos capítulos son lo mejor y es una pena que la sensación que uno tiene al leerlo sea de que se podía haber extendido algo más en ellos.



jueves, 28 de marzo de 2013

Aforismos sobre el arte de vivir

"Pues la riqueza, aparte de satisfacer las necesidades reales y naturales, tiene muy poca influencia sobre nuestro auténtico bienestar; al contrario, éste puede ser menoscabado por las numerosas e inevitables zozobras que la conservación de una gran fortuna llevan consigo. Y sin embargo, los hombres se afanan cien veces más en adquirir riquezas que en cultivar su espíritu; y ello a pesar de que está fuera de toda duda que lo que uno es contribuye mucho más a nuestra felicidad que lo que uno tiene."


Ficha: "Aforismos sobre el arte de vivir", Arthur Schopenhauer, editorial Alianza, 356 páginas, ISBN: 978-84-206-0961-4

Recientemente está siendo editada la obra completa de Schopenhauer en formato de bolsillo por la editorial Alianza, una ocasión perfecta para adentrarme en la filosofía del gran pensador alemán. En mi empeño de leer este año menos obras sobre filosofía y más obras filosóficas tenía que buscar autores que poseyeran un lenguaje comprensible y escásamente técnico... a la par que fuesen interesantes, Schopenhauer cumple con creces todos estos requisitos, no en vano se le considera uno de los mejores escritores en lengua alemana de todos los tiempos. Su prosa elegante y brillante, exenta en general de los tecnicismos y estilo oscuro que han dado mala fama a la filosofía, convierte su lectura en todo un placer.

Este libro forma parte de aquella obra tardía llamada "Parerga y paralipomena", es decir obras secundarias y apéndices, que fue la que lo encumbró a la fama en los últimos años de su vida. Su obra principal con diferencia, y por la que ha pasado a la historia de la filosofía, es como todo el mundo sabe "El mundo como voluntad y representación". Obra que fue sistemáticamente ignorada, muy a su pesar, por sus contemporáneos y que fue redescubierta gracias precisamente al éxito logrado por esta otra obra menor mencionada de la que este libro forma parte. 

Schopenhauer por lo tanto debió mucho a esa obra menor, se pasó media vida sufriendo por lo que consideraba una gran injusticia y he aquí que el gran público descubre su obra maestra a través del éxito de otra considerada por su propio autor como secundaria... así lo quiso el destino. El hecho de que "Parerga y paralipomena" fuese considerada una obra secundaria no significa que fuese banal, nada en Schopenhauer lo es, le dedicó según palabras del fillósofo "seis años de trabajo diario". De esta obra he hablado ya anteriormente en este blog en aquel tríptico que comenté sobre las obras de tres filósofos, los "Fragmentos para la historia de la filosofía" eran uno de los tres libros comentados en aquel artículo, libro incluido al igual que este en esas obras secundarias y apéndices. 

Resulta chocante, tal y como comenta muy bien Franco Volpi en el prólogo, que un pensador tan pesimista como Schopenhauer nos ofrezca esta obra destinada, aparentemente, a la consecución de una vida feliz ya que él no creía en absoluto en la posibilidad de la felicidad humana... y no, Arthur no se mofa de sus lectores ni tampoco reniega de ningún pensamiento anterior, simplemente nos ofrece una obra destinada a mitigar el sufrimiento de nuestra vida en la medida de lo posible, sigue por lo tanto los pasos de ese otro gran pensador, muy admirado por Schopenhauer, que fue Baltasar Gracián, cuya obra "El arte de la prudencia" fue traducida por Arthur al alemán. Ambas obras poseen este vínculo en común, el intentar instruir al lector en los peligros del mundo y en la necesidad de estar alerta ante los mismos, y sobre todo en la necesidad de llevar una vida donde la reflexión ocupa un lugar importante. 

El libro consta de dos partes cláramente diferenciadas, en la primera tomando una idea que se inspira en Aristóteles, Schopenhauer divide los elementos principales que influyen en la felicidad humana en tres apartados, lo que uno es, lo que uno tiene y lo que uno representa, para a continuación dedicarle un capítulo a cada uno de los mismos. En la segunda parte escoge cincuenta y tres máximas, o pensamientos, que considera los más importantes de la sabiduría de todos los tiempos y los va desarrollando con desigual extensión, agrupándolos en distintos apartados, generales, concernientes a la conducta con nosotros mismos, nuestra conducta con los demás, nuestra conducta en relación con el mundo y con el destino y finalmente un apéndice con el tema de las diferencias entre las edades de la vida. 

El libro, tal y como apuntaba antes, está redactado en un estilo ameno y elegante, abundan en el mismo las citas griegas, latinas, alemanas e inglesas... pero siempre con la traducción al pie del propio Schopenhauer o bien del editor cuando la obra original carece de la misma, lejos de hacer pesada la lectura proporcionan puntos de referencia reforzando siempre lo expuesto por su autor de una forma concisa y certera. Está claro que Arthur escribió esta obra para el gran público, nada hay en la misma que pueda resultar complicado de entender, y lo hizo a su manera, sin caer en vulgaridad alguna y conservando intacto su sentido de la ironía, sus ideas personales y sus en ocasiones polémicas opiniones. Schopenhauer era un escritor apasionado y poco indulgente, le gustaba llamar a las cosas por su nombre. 

Lejos de ahondar en ese pesimismo que como una estúpida etiqueta se le ha endosado a modo de sanbenito, Schopenhauer nos hace partícipes de su concepción de la vida que es mucho más rica que eso. El libro habla sobre todo de la necesidad de ser auténtico, de cultivar el propio espíritu, de aprender desenmascarar las falacias y las mentiras que adornan la vida, exhortan a ser prudentes a la hora del trato con los demás y sobre todo a ser nosotros mismos. No puede evitar dejar mucho de sí mismo en esta obra. Él personalmente escogió el camino del aislamiento y la soledad, la soledad será vigorosamente defendida a lo largo de buena parte del libro, Schopenhauer la consideraba un mal menor y pensaba que la capacidad de un hombre de soportarla estaba en relación proporcional con su inteligencia. Estamos pues ante toda una declaración de principios, no solamente nos indica el sendero a recorrer sino que nos hace, de forma indirecta, partícipes de su personal visión sobre la vida, la que él mismo le tocó vivir y sufrir.

A. Schopenhauer es un hijo de su tiempo y sus circunstancias personales, de ahí algunas ideas que esgrime en este libro que habría que "cogerlas con pinzas"; ideas tales como su pobre concepto de la mujer, fue un misógino feroz toda su vida, o sobre la raza negra, o sobre las relaciones sociales, pero una vez separado el grano de la paja, hay bien poca en mi opinión, el resultado es magnífico. Lo confieso, he disfrutado con la lectura de este libro. Estamos ante un pensador original y apasionado, por momentos pesimista y antipático, pero también tremendamente incisivo y mordaz. En una ocasión escribió que leer a los clásicos era como "abrir una ventana para dejar entrar el aire fresco", he tenido esa sensación leyéndole.

"... los grandes dones del espíritu aíslan a su portador de los demás hombres y de sus quehaceres, que cuanto más tiene alguien en sí mismo menos encuentra en los demás, y que cientos de cosas que satisfacen plenamente a los demás son consideradas por él como frívolas e inútiles; todo lo cual pareciera confirmar aquí una vez más la vigencia de la ley universal de la compensación; pues no en balde se afirma a menudo, y no sin cierta verosimilitud, que el hombre de espíritu obtuso es en el fondo el más dichoso, por más que no se trate de una felicidad digna de envidia."



Lo mejor: Este libro es la culminación del pensamiento de Schopenhauer, la cúspide de su filosofía, una especie de testamento vital... no está encuadrado en su obra principal, aquella que constituye el meollo y grueso de su pensamiento filosófico pero en cambio proporciona la conclusión a la misma. Lúcido, inteligente, irónico y mordaz en ocasiones, en otras revestido de una profunda humanidad... ya se sabe que su vida personal no fue precisamente ejemplar y algunas de sus opiniones forzosamente tienen que chirriar en los oídos de un lector de nuestro tiempo, sin embargo vale la pena leerle aunque en ocasiones nos proporcione bocados ásperos y difíciles de tragar.


Lo peor: Que la etiqueta de pesimista que se le adjudicó en su época,  y que realmente se ganó a pulso, eche para atrás a alguien a la hora de leerle, la filosofía de Schopenhauer abarca un espectro inmenso, tan grande como la vida misma y no puede ser reducida a un simple cliché. Encuentro realmente alucinante el hecho de que fuese durante mucho tiempo un filósofo marginado y menospreciado.



martes, 19 de marzo de 2013

La Vía



"Ya no basta con denunciar. Ahora es preciso enunciar. No es suficiente reconocer la urgencia. También hay que saber empezar: empezar definiendo las vías que podrían conducir a la Vía. El mensaje que revela la Vía se está elaborando, y queremos contribuir a ello con esta obra"

 
Ficha: "La Vía", Edgar Morín, Editorial Paidós, 291 páginas, ISBN: 9788449325939

Edgar Morín es uno de los pensadores más lúcidos y famosos de nuestro tiempo, a pesar de su edad, cuatro años mayor que Zygmunt Bauman, es decir noventa y dos años ya, posee una visión de conjunto de los problemas de la humanidad que otros quisieran. 

Doctor honoris causa por veinticuatro universidades repartidas por todo el mundo, este francés que participó activamente en la lucha de la resistencia contra la ocupación alemana, que perteneció al partido comunista... del que fue expulsado en 1.952 por su postura crítica, se manifestó así mismo contra la política francesa en la guerra de Argelia y ha mantenido desde siempre una actitud de compromiso social que queda bien patente en este libro. El mismo se remite a una obra anterior, su obra cumbre sobre su teoría del pensamiento complejo, la particular obsesión de Morín ha sido la de vincular los distintos saberes de la humanidad poniendo especial énfasis en los peligros de la fragmentación del conocimiento. Esta teoría que pretende unificar y encauzar las distintas disciplinas científicas es usada como hilo conductor a la hora de enfocar esta obra. La publicidad de su portada anuncia que se han vendido más de 100.000 ejemplares en Francia, un número importante para un ensayo... tras su lectura uno lamenta que el nivel de ventas no sea mucho mayor y no solamente en el país vecino.

La misma consiste básicamente en una primera exposición de los problemas a los que se enfrenta la humanidad, un análisis de los mismos y la necesidad de afrontarlos conjuntamente, en todos sus diferentes aspectos, siendo consciente de como se relacionan unos con otros... de ahí que las soluciones propuestas tengan que actuar en distintos frentes, desde las instituciones democráticas hasta la reforma del sistema educativo y también la forma de pensar y actuar de los individuos aislados... hay pues consejos para todos. Edgar Morín no adolece de los defectos que encuentro en otros pensadores como el Sr. Bauman donde la lucidez a la hora de mostrar situaciones problemáticas no es continuada de una serie de propuestas concretas... Morín a pesar de que tiene como caballo de batalla las grandes ideas y la reunión de los saberes dispersos no cae en el error de mantenerse en una cómoda superioridad moral... apoya acciones concretas cuando es preciso y no duda en dar ejemplos y saltar continuamente en sus argumentos de lo general a lo particular sin que el mensaje principal quede diluido por el camino.

El libro es magnífico por la enormidad de la tarea que abarca y que creo que cumple con brillantez... hay una exposición clara y concisa de los problemas más acuciantes de la humanidad que en un afán simplificador Morín identifica con tres crisis actuales, la globalización, la occidentalización y el desarrollo. Se analiza tanto el aspecto bueno como los vicios que acarrean las tres... las soluciones a estas crisis están contenidos en cuatro grandes aspectos que se corresponderán con las cuatro partes en las que se divide el libro.

La primera parte trata de la reforma de la política, con las explicaciones sobre la regeneración del pensamiento político, la idea de civilización, la democrácia, los pueblos indígenas, la ecología, el problema del agua, la economía y la desigualdad, la lucha contra el exceso de burocracia y el tema de la justicia y la represión. Es la parte más extensa y compleja del libro. La segunda parte trata de la reforma del pensamiento y la educación, una segunda parte que me supo a muy poco la verdad y donde seguramente Morín no se quiso extender debido a que son temas ámpliamente abordados en sus libros. La tercera parte aborda la reforma de la sociedad, con temas tan vitales como la medicina y la salud, la ciudad, la agricultura y el medio rural, la alimentación, el consumo y el trabajo... finalmente el libro se cierra con un broche de oro, la cuarta parte remite a la reforma de la vida, la moral, la familia, la condición femenina, la adolescencia y la vejez.

El libro básicamente lo que pretende es demostrar que existe una vía para el cambio en el actual rumbo de la humanidad, intenta convencer al lector de la necesidad imperiosa de dicho cambio salvo que queramos asistir a una serie encadenada de grandes desastres de los que la actual crisis económica no es sino un aperitivo... un mensaje pesimista pero a la vez optimista ya que se nos dice simultáneamente que hay solución a los problemas aunque esta sea muy compleja y virtualmente inabarcable debiendo ser afrontada en sus distintos aspectos por los individuos particulares, asociaciones, organizaciones internacionales, naciones etc. Muy interesantes los ejemplos actuales de iniciativas populares e ideas que ya están caminando en la dirección adecuada... solo falta si acaso no solamente una generalización de dichas iniciativas sino también una coordinación entre las mismas. Internet aparece entonces como el invento que se necesitaba en este momento clave de la humanidad.

"Repitámoslo: lo peor no es seguro. E incluso, en la peor de las hipótesis, todo podrá recomenzar para los supervivientes, rehabilitados, tal vez, de nuestras carencias, desconocimientos e incomprensiones. Quizás encuentren, en alguna parte de las ruinas de una biblioteca, este mensaje que les devuelva la esperanza y el coraje."

Lo mejor: El libro aunque presenta un cuadro verdaderamente desolador es también un canto a la esperanza, pretender anticipar el futuro negativamente dando por sentado que el ser humano no tiene remedio sería tanto como afirmar que los grandes desastres o las grandes epopeyas de nuestra historia pudieron ser fácilmente anticipadas en su día... no fue así, de modo que tal vez nos encontremos, a pesar de lo que parece, en un punto de inflexión de la historia y no precisamente hacia lo peor. Lo bueno del tema es que hay solución... lo malo en el punto siguiente. Aparte de eso sus ideas acerca del pensamiento complejo y la necesidad de establecer nexos de unión entre las distintas disciplinas me parece simplemente brillante, una pena que no se extienda más en esa parte del libro.

Lo peor: Su autor se esfuerza en mostrarnos un panorama lo más completo posible de los grandes problemas de nuestro tiempo, nos machaca con el mensaje de la necesidad de ampliar nuestros puntos de vista y tener en cuenta todos los aspectos de los problemas, de su complejidad, de la interrelación entre unos y otros... sin embargo aunque hay acciones que dependen de los individuos y de la sociedad civil sería necesario un poder global, de momento inexistente, para afrontarlos todos... de ahí que aunque no pretenda serlo al final el mensaje de Edgar Morín, visto de forma pesimista, deviene en un canto a la impotencia, uno lee su libro y solo puede exclamar "¿y que puedo hacer yo?". Afortunadamente tengo que darle la razón en la imprevisibilidad del ser humano y en los bandazos inesperados de la historia, antes de vender la piel del oso hay que cazarlo. Tal vez podamos hacer mucho más de lo que creemos.


viernes, 8 de marzo de 2013

Del sentimiento trágico de la vida


"... frente a este riesgo, y para suprimirlo, me dan raciocinios en prueba de lo absurda que es la creencia en la inmortalidad del alma; pero esos raciocinios no me hacen mella, pues son razones y nada más que razones, y no es de ellas de lo que se apacienta el corazón"


Ficha: "Del sentimiento trágico de la vida", Miguel de Unamuno y Jugo, Editorial Globus Comunicación, 259 páginas, ISBN:  8413042509929

Tras más de un año de lecturas filosóficas era ya inevitable que me atreviese a abordar a uno de los grandes filósofos españoles, Miguel de Unamuno no necesita presentación, sin embargo tengo la sensación que el gran público le conoce mucho más por sus novelas y obra literaria que por sus ensayos filosóficos, al menos desde luego ese era mi caso.

Tras haber leído un par de artículos dedicados a su obra en la revista Filosofía Hoy, y adquirido el libro que aquí comento, no con el número 4 de dicha revista sino con el ejemplar suelto que posteriormente suelen llevar a los kioskos, era solo cuestión de tiempo que me decidiese finalmente a leerle. 

Cuando pienso en Kant viene a mi cabeza la palabra "razón", a Spinoza lo asocio con "ética", Schopenhauer "pesimismo"... ¿y Unamuno?, tras leer este libro suyo, el que para muchos es sin duda su obra maestra la palabra que viene a mi cabeza es "sentimiento"... sentimiento puro y duro, visceral, sentimiento que cala hasta el tuétano de los huesos.

El libro no es voluminoso, queda lejos de las trescientas páginas en esta particular edición, sin embargo es denso, muy denso, y paradójicamente solo habla de una cosa aunque le de mil vueltas y la enfoque desde muy distintos ángulos, habla del conflicto entre sentimiento y razón, de ese conflicto es del que surge ese sentimiento trágico de la vida que da título a la obra.

En este 2.013 se cumplen cien años de su primera edición, era el momento perfecto para su lectura si lo pienso bien... dieciséis años antes de su publicación Unamuno había sufrido una intensa crisis espiritual que lo sumió en una fuerte depresión, saldrá de la misma con una fe renovada en Dios, abandonando el partido socialista donde había militado durante tres años. No tengo claro si esta fe surgió a raíz de la crisis o bien que era algo que había tenido siempre pero lo cierto es que le marcaría ya para el resto de su existencia. Resultado de ese conflicto interno es este conjunto de ensayos que se editó en forma de libro en 1.913.

"No quiero morirme, no, no quiero ni quiero quererlo; quiero vivir siempre, siempre, siempre, y vivir yo este pobre yo que me soy y me siento ser ahora y aquí, y por esto me tortura el problema de la duración de mi alma, de la mía propia"

No es un ensayo típico donde tal o cual autor defiende una idea determinada, es realmente una confesión íntima, un hablar de tu a tu con el lector, un arranque de sinceridad contínuo, a veces un tanto plagado de citas y erudición y otras, las más, cargado de lirismo y poesía. He reconocido el estilo, la marca "Kierkegaard", que Unamuno hizo suya, él se consideró hermano espiritual del gran pensador danés y le reivindicó en un momento en que este había sido casi olvidado en Europa. Al igual que Kierkegaard Unamuno vivió un intenso conflicto, un doloroso desgarro interior entre su razón y su fe. Como filósofo conocía el valor de la razón, no en vano era posiblemente la cabeza pensante de aquella fantástica generación del 98... como hombre de fe, tremendamente narcisista y sentimental cabría añadir, conocía los límites de la razón, era consciente que la misma dificilmente podía calmar sus anhelos de inmortalidad. 


Porque de esto se trata, Don Miguel nos lo recuerda a cada momento en el libro, todo el orígen de su espiritualidad se hallaba en esta ánsia de trascendencia, mas era consciente que a través del conocimiento no podía encontrar seguridad alguna, la fe religiosa le proporcionaba el consuelo... pero siempre quedaba la duda. El libro capítulo a capítulo, párrafo a párrafo nos ofrece ese pulso entre fe y razón, entre sentimiento e intelecto que anida, o debería anidar, en cada ser humano. Unamuno se oponía por igual a la fe ciega e iletrada, la llamada "fe del carbonero", como al escepticismo radical. Era un hombre de fe, el libro lo muestra de forma palpable, pero también hombre racional que estimaba en gran medida el conocimiento, no le era posible anteponer una cosa a la otra de ahí su conflicto permamente... no era capaz de creer del todo, siempre le quedaba un asomo de duda, ni tampoco de estar seguro completamente de lo contrario, tampoco concebía la vida sin el elemento de la fe que surgía de su ánsia de inmortalidad.

El libro tiene dos partes cláramente diferenciadas, los seis primeros capítulos donde se muestra el conflicto fe y razón en toda su extensión, con un sexto capítulo que funciona a modo de bisagra entre las dos partes y seguramente nos ofrece la clave de la obra, y los capítulos restantes donde el bueno de Don Miguel se desmelena, avisa que a partir de ese momento el libro se convierte en una fábula, abandonando toda pretensión de constituir un tratado serio:

"... ya sabe el lector que en adelante me siga, que voy a llevarle a un campo de fantasías no desprovistas de razón, pues sin ella nada subsiste, pero fundadas en sentimiento. Y en cuanto a su verdad, la verdad verdadera, lo que es independientemente de nosotros, fuera de nuestra lógica y nuestra cardiaca, de eso, ¿quién sabe?"

Aparece entonces el Unamuno religioso, devoto católico, el Unamuno poeta lírico... aunque este en verdad que está presente durante todo el libro. Intentará defender la idea que del sentimiento de trascendencia y el hambre de inmortalidad surge la religión, y con ella el amor al prójimo, la compasión... el papel del dolor como elemento de cohesión humano. Nos hablará de su idea de la génesis de la idea de Dios en el ser humano, del origen de la fe, la esperanza y la caridad... todo ello imbuido de la profunda espiritualidad de este filósofo atípico, españolísimo y para algunos precursor del existencialismo.

Abundan los ejemplos sacados de la Biblia, las alusiones al nuevo testamento, a la fe católica, pero también a temas que independientemente del elemento fe son comunes a todos los seres humanos, el párrafo que por ejemplo le dedica al dolor, en el que describe narrándolo en tercera persona su personal sufrimiento por la muerte de un hijo, es simplemente inolvidable:

"Los amantes no llegan a amarse con dejación de sí mismos, con verdadera fusión de sus almas, y no ya de sus cuerpos, sino luego que el mazo poderoso del dolor ha triturado sus corazones remejiéndolos en un mismo almirez de pena. El amor sensual confundía sus cuerpos, pero separaba sus almas, manteníalas extrañas una a otra; mas de ese amor tuvieron un fruto de carne, un hijo. Y este hijo engendrado en muerte, enfermó acaso y se murió. Y sucedió que sobre el fruto de su fusión carnal y separación o mutuo extrañamiento espiritual, separados y fríos de dolor sus cuerpos, pero confundidas en dolor sus almas, se dieron los amantes, los padres, un abrazo de deseperación y nació entonces de la muerte del hijo de la carne, el verdadero amor espiritual".

La conclusión final es que no hay salida, no hay consuelo, hay que vivir con este conflicto entre mente y corazón, entre el dictado de la mente que nos dice que la inmortalidad es imposible y el hambre y el deseo de que esto no sea así. Unamuno nunca llega a afirmar su seguridad en la inmortalidad ni tampoco en la nada... sin embargo aboga por aprovechar este conflicto, con sacar partido de esa incertidumbre que según él nos va a acompañar toda la vida. 

"Y hay, sobre todo, que sentir y conducirse como si nos estuviese reservada una continuación sin fin de nuestra vida terrenal después de la muerte; y si es la nada lo que nos está reservado, no hacer que esto sea una justicia... "

"Obra de modo que merezcas a tu propio juicio y a juicio de los demás la eternidad, que te hagas insustituible, que no merezcas morir".



Lo mejor: Una obra maestra cargada de sentimiento y lucidez, Unamuno abordaba diréctamente temas que la mayoría de los filósofos prefieren ignorar. Prácticamente cualquier crítica que le podamos hacer ya se la hacía él a si mismo, durante toda la obra no deja de cuestionar sus propias ideas... era un pensador muy original y atípico, vale la pena leerle. La etiqueta que le adjudica Gabriel Arnaiz en la revista Filosofía Hoy de "cantaor de la filosofía, un Camarón del pensamiento que pone los pelos como escarpias cuando llora sus penas" es muy merecida :-)

Lo peor: Su narcisismo y su egocentrismo son brutales, él era consciente de ello, le daba igual, los defiende a capa y espada con no pocas acrobacias lógicas, da la sensación de que escribió este libro fundamentalmente con las tripas aunque lo revistiera de ensayo y nombrase continuamente a la razón y la lógica. Da una imágen del intelecto demasiado negativa, demasiado catolicismo para mi gusto... para el lector agnóstico o ateo algunos capítulos serán casi una "purga" y tendrá que estar continuamente haciendo un esfuerzo para buscarle sentido, hay momentos que parece que esté uno leyendo un ensayo de teología.