sábado, 20 de diciembre de 2014

Diario 1.887-1910


"No hay que creer que la pereza sea estéril. Se vive en ella intensamente, como una liebre alerta. Nadamos en ella como en el agua, pero sentimos el roce de las hierbas del remordimiento."

"A los jóvenes. Os voy a enseñar una verdad que quizá os resulte desagradable, porque vosotros siempre esperáis cosas nuevas. Esta verdad es que no envejecemos. Con el corazón, está claro: ya se sabía, por lo menos en cuanto al amor. Pues bien: con el espíritu sucede lo mismo. Permanece siempre joven. Uno no comprende la vida a los cuarenta años mejor que a los veinte, pero lo sabe y lo confiesa. Eso es juventud."


Ficha: "Diario 1887-1910", Jules Renard, editorial Debolsillo, 300 páginas, ISBN: 978 84 8346 708 4

Su inclusión en la lista de escritores recomendados por Alberto Domínguez en su interesante libro "Cioran. Manual de antiayuda", fue lo que me impulsó a conocer a este escritor francés, uno de los más importantes de su época, finales del siglo XIX, un periodo excepcionalmente fértil en lo que a literatura se refiere dominado por la corriente del realismo literario. En esa corriente artística habría que encuadrar a un Jules Renard que trató de buscar fortuna en todos los géneros, novela, teatro, poesía... además escribió numerosos artículos de crítica de novela y teatro para diferentes publicaciones siendo uno de los fundadores de la revista literaria "Mercure de France" en su reaparición en 1.890.

A los 23 años Renard comenzó a escribir la que sería su obra más ambiciosa, su diario, publicado póstumamente en 1.925, el diario, definido por el autor como  "cartas a mí mismo que os permito leer", constituía sin lugar a dudas una especie de válvula de escape, una forma de exorcizar sus demonios personales y alejar el terrorífico fantasma del bloqueo del escritor. La versión que he leído es la selección y edición de Josep Massot e Ignacio Vidal-Foch, una versión reducida de la ya de por sí "expurgada" que ha llegado a nosotros. Tal y como los editores recogen en la introducción del mismo, la viuda de Renard, Marie Morneau, censuró buena parte de los mismos, aparte de realizar otras acciones más drásticas como la eliminación física de tres mil doscientas cartas de las más de cuatro mil que guardaba el escritor... todo con la sana intención de evitar perjuicios y ofensas a terceros, y es que Renard era implacable cuando escribía con libertad.


El libro ha supuesto una pequeña decepción para mí, seguramente causada por haberme hecho demasiadas expectativas, es verdad que en el mismo hay abundantes destellos de ingenio, de momentos en los que el escritor lanza punzantes dardos sobre sus contemporáneos, sobre la vida en general y muy especialmente contra sí mismo... pero no es menos cierto que la mayor parte del diario está ocupado por observaciones sobre el mundo literario de su época, donde sus colegas del mundillo de las letras, dramaturgos, editores, actores etc. son constantemente ridiculizados. En ocasiones nos vamos a encontrar frases sueltas, dispersas, que sin la correspondiente referencia no terminan de cobrar sentido. En fin, salvo excepciones nada del otro mundo. 

Quizás sea cuestión de gustos, pero no me ha parecido para nada un escritor tan genial como me lo pintan, aunque sí desde luego que hay en él fugaces destellos de genio, especialmente cuando escribe máximas y sentencias cortas... no me extraña que muchas de las mismas terminasen al final, ironías del destino, impresas en calendarios, dudo mucho que a Renard le hubiera gustado.

"La mujer, con sus piernas abiertas como tijeras, corta la gavilla de nuestros deseos"
"Que no te engañen los rostros altivos y silenciosos: son tímidos"
"En mí, la necesidad casi incesante de hablar mal de los demás, y una gran indiferencia por hacérselo". 
"Avaro, pero muy cortés. Cuando un mendigo se quita la gorra para tendérsela, él responde con una profunda reverencia"

Hay un sentimiento durante toda la obra, al menos en la selección escogida por los editores, presente de principio hasta casi el fin... el ansia de gloria, de reconocimiento, de triunfar en el mundo de las letras, de ver sus novelas vendidas en cantidades masivas y saborear el triunfo como dramaturgo, y sobre todo obtener el reconocimiento público a través de las condecoraciones, estuvo obsesionado por la "Legión de honor" por ejemplo, y sobre todo con la remuneración que la fama conllevaba, casado y con dos hijos, no sufrió graves penurias económicas pero tampoco terminó de vivir nunca con desahogo. Esta obsesión con la fama y el reconocimiento literario, a ser posible en vida y debidamente remunerado, contrasta con sus pensamientos íntimos donde se critica duramente y se considera un escritor fracasado y sin talento. 

"No serás nada, Llora, grita, agárrate la cabeza con las dos manos, espera, desespera, reanuda la tarea, empuja la roca. No serás nada"

Dicen en ajedrez que solo un fuerte jugador sabe cuan débil es su juego, se podría decir en contrapartida que solamente un escritor de talento sabe hasta qué punto su arte con las palabras es limitado y mediocre. Renard era muy consciente de su inferioridad respecto a los grandes de su siglo:

"Si vinieras a besarme mientras estoy leyendo un soneto de Baudelaire, sería capaz de no interrumpir la lectura; y si me anunciaran la muerte de mi padre entre dos estrofas de Hugo, diría -espere-".

En su diario como es de esperar hay un poco de todo, referencias a su familia: se muestra la indiferencia y el resentimiento que le provocaban su madre, a la que nunca quiso, la admiración hacia su padre, su referente en lo personal aunque siempre le reprochó su indiferencia hacia su obra, y a quien terminó admirando sinceramente a través del acto de su suicidio, que Renard consideró siempre un acto de valor que él estaría obligado a emular si llegaba a vivir en sus mismas condiciones... algo que no pudo hacer al final. Y también alguna referencia a la educación de sus hijos y alguna muestra conmovedora de cariño hacia su esposa.

"Mamá se podría pasar horas charlando con una niña, con un gato: con un ronroneo de respuesta se conforma. No miente: inventa. Se lo inventa todo con una facilidad insignificante, incluso sus sueños. No se puede decir que robe: ella desplaza. Cuando sabe que estás buscando un dado, lo esconde. No lo devuelve enseguida: deja que lo busques. No son hurtos de persona adulta; son pequeños robos de urraca"

"¡No! No nos había prevenido. Solíamos hablar de la muerte, pero no de la suya. Habríamos necesitado virtudes de los antiguos romanos. Él quizá las tenía. Pero nosotros no. Sería un culpable y un necio si no supiera sacar de esta muerte la hermosa lección que nos da. No se puede llorar y pensar a la vez, porque cada pensamiento absorbe una lágrima."

"A veces, cuando mira a sus hijos, parece tan cerca de ellos que se diría que son dos ramas suyas. A través de sus ojos se ve su corazón, un corazón rosado. Es el sol. En el fondo de sus ojos, en la retina, ¿habrá un espejo, un rinconcito no velado por la ternura, donde mi imagen no es buena?... Tengo a Marinette: ya no tengo derecho a nada."

Pero por encima de todo el diario está ocupado por impresiones sobre su obra y sus colegas literatos, a los que en general no deseaba mejor suerte que la suya pues como bien expresa en algún lugar de su diario un triunfo artístico completo requiere no solo un éxito personal sino un fracaso de los demás. También expresa su aproximación a las ideas socialistas, llegaría a ocupar la alcaldía de su pueblo representando a este partido, su rechazo a la religiosidad... hay unas cuantas líneas encendidas en el diario donde critica la "beatería", también expresa su menosprecio por diferentes artes como la pintura y la música, que no acierta a comprender y valorar. Y por encima de todo carga contra las convenciones sociales y el mundo teatral en el que vive, dentro y fuera del escenario, hacia el final de su vida solamente la vida retirada en el campo y la naturaleza parecían reconfortarle un poco, hastiado de todo llegó un punto en el que hasta la lectura, especialmente la de sus contemporáneos, dejó de interesarle. 

"No tengo prisa por ver la sociedad futura: la nuestra es buena para el escritor. Con sus injusticias, sus vicios y su estupidez, alimenta la observación literaria. Cuanto mejores sean los hombres, más insulsos"


Lo mejor: Su sinceridad, su ingenio e ironía a la hora de retratar personajes y mostrar de forma ácida y despiadada la ridiculez, las contradicciones, la fragilidad y lo pretencioso de la naturaleza humana. Hay entradas en el diario en verdad memorables, como la del 1 de enero de 1.895 donde hace un maravilloso examen de conciencia que habría que leer y releer una y otra vez, o como la bellísima, e irónica, del 31 de julio de 1.889, todo un alegato en pos de la vida contemplativa y su imposibilidad en el mundo moderno. En fin, un escritor al que todavía da gusto leer a pesar del tiempo transcurrido y cuyos mordaces pensamientos y reflexiones acerca del alma humana difícilmente pasarán de moda, estoy seguro de que cualquier lector se verá en más de una ocasión retratado en ellos.

"Yo no diré, como Jean-Jaques Rousseau: -No estoy hecho como nadie que haya conocido; me atrevo a creer que no estoy hecho como nadie que haya existido antes- . ¡No, no! Estoy hecho como todo el mundo, y si consigo verme en mi espejo sólidamente colgado, veré a la humanidad casi entera".

"Qué cómodos son los entierros. Se puede ser huraño con la gente: lo toman por tristeza"

Lo peor: Aparte de algunos destellos indudables de ingenio y de alguna entrada memorable como las ya mencionadas el diario en general está ocupado en su mayor parte por comentarios sobre reuniones y conversaciones con sus colegas literarios y no siempre se explica el contexto lo suficiente o tienen interés, salvo para los estudiantes de filología y literatura francesa. En fin, abundan la paja y fragmentos que me han resultado aburridos y repetitivos, completamente disculpable en una obra como esta donde el autor escribió con total y plena libertad sin pensar en nadie más que en sí mismo y que sin duda debió de constituir todo un consuelo en una vida forzosamente llena de ataduras y convencionalismos que despreciaba profundamente.


miércoles, 17 de diciembre de 2014

Reflejos del Edén






"Nuestro exilio del Edén nos permite reflexionar. Nos permite hacer una reflexión sobre nuestros orígenes y nuestras relaciones con otras criaturas, sobre el bien y el mal y, en último término, sobre la posibilidad de que estemos provocando nuestra propia extinción. Nuestros inocentes parientes póngidos, que no han abandonado nunca el Paraíso, no tienen que cargar con este conocimiento y con la responsabilidad que conlleva. Al asomarnos a los ojos serenos y atentos de un orangután vemos, como a través de una serie de espejos, no solo la imagen de nuestra propia creación, sino también un reflejo de nuestra alma y un Edén que una vez fue nuestro. Y de vez en cuando, fugazmente, durante un nanosegundo apenas, pero con una intensidad cuya profundidad conmueve, reconocemos que no hay separación entre nosotros y la naturaleza. Y se nos permite ver los ojos de Dios"


Ficha:  "Reflejos del Edén", Biruté Marija Filomena Galdikas, editorial Pepitas de calabaza, 644 páginas, ISBN: 9788415862031

Existe un tipo bastante raro de personas que parece que vienen al mundo con una misión, desde muy jóvenes tienen muy claro lo que quieren ser en la vida y enfocan todos sus esfuerzos en esa dirección, poseen además una fuerza de voluntad inquebrantable y una enorme fe y confianza en sí mismas, no importa los retos que tengan que afrontar, nunca se rinden, y superan obstáculos que parecen imposibles para la gran mayoría.

Biruté M.F. Galdikas pertenece sin duda alguna a ese tipo humano, enfocado además para mayor gloria de la humanidad a un noble objetivo, el estudio y la preservación de los orangutanes de Borneo y su medio natural. A finales de los sesenta Biruté era una estudiante canadiense, de padres lituanos, que se encontraba en la Universidad de California terminando sus estudios de antropología donde conoció al célebre investigador, arqueólogo y paleoantropólogo Louis Leakey. Biruté estaba obsesionada con la investigación de los grandes primates en su medio natural, por aquel entonces Leakey había ya apadrinado en 1.960 a la británica Jane Goodall, que trabajó primero para él como secretaria, en sus investigaciones de campo sobre chimpancés en su entorno salvaje, posteriormente en 1.963 Leakey haría lo mismo con la norteamericana Dian Fossey aunque esta se centraría en el estudio de los gorilas... quedaba una tercera especie de grandes primates por estudiar, los orangutanes, ese era por aquel entonces el sueño de Biruté, convertirse en una nueva Jane Goodall, investigadora a la que admiraba profundamente.

Leakey que demostró tener un ojo excepcional para calibrar el talento y las cualidades humanas necesarias para investigaciones de este tipo con grandes primates, nunca tuvo la menor duda de que debía apoyar a aquella terca estudiante, algo debió de ver en ella sin duda para darse cuenta de que con Biruté se podía completar el estudio sobre los grandes simios, algo que Leakey consideraba fundamental para comprender mejor también de paso los inicios de la evolución humana, el que era específicamente su campo. 

A pesar del decidido apoyo del científico británico a la que con el tiempo se convertiría en el tercer "ángel de Leakey" el camino no fue fácil y tuvieron que transcurrir más de dos años para que finalmente una exhultante Biruté Galdikas, acompañada de su marido Rod Brindamour al que había conocido en la universidad, pusieran el pie en la isla de Borneo, Kalimantan en indonesio, y se encaminaron hacia el que durante años sería su base, el que bautizaron como "campo Leakey" en honor a su mentor, situado en el parque natural de Tanjung Puting.

Los viajeros que hoy visitan Borneo, la tercera isla más grande del mundo tras Groenlandia y Nueva Guinea, con una superficie superior a la suma de la Península Ibérica y Grecia, se encontrarán con un país muy diferente al que llegaron Biruté y Rod en 1.971. La isla por aquel entonces estaba cubierta en su mayor parte por un denso bosque tropical, solo su parte costera estaba habitada, estando casi todo el interior prácticamente vacío de presencia humana a excepción de unas pocas aldeas diseminadas de la etnia nativa insular, los dayakos, que por aquel entonces estaban siendo desplazados por colonos procedentes de otras islas más pobladas... proceso que continuaría posteriormente y que unido a la masiva deforestación, la mayor de los tiempos modernos con proporciones incluso más grandes que la sufrida por la selva amazónica, junto con la construcción de carreteras, nuevos asentamientos humanos y plantación de campos de cultivo configuran el Kalimantan de hoy en día.


Nada que ver con aquella selva impenetrable surcada de cenagosas vías fluviales que constituían el único medio de comunicación con el interior. Si uno mira el mapa y localiza el campamento Leakey verá que la población más cercana, Kumai, está a pocos kilómetros río abajo... sin embargo a efectos prácticos los intrépidos investigadores estaban casi abandonados a su suerte en medio de la jungla. El libro es prolijo en detalles de la vida cotidiana en el campamento, las incursiones por la jungla en busca de orangutanes, la onmipresente lluvia, los insectos, los caminos por la foresta embarrados y encharcados plagados de sanguijuelas, los mosquitos y la malaria... unas condiciones de vida que hacían que un simple y rústico lecho seco junto a una palangana y un balde con agua fresca parecieran el no va más del confort.

Definitivamente, había que tener mucho valor... unos ovarios/testículos como huevos de avestruz para afrontar el reto de vivir, no ya durante días, semanas o meses... sino de años, en un lugar como este. Añadamos los interminables trámites burocráticos, la necesidad imperiosa de aprender la lengua indonesia, la lucha denodada contra las compañías madereras y por velar que se cumpliera la ley, la inevitable soledad y aislamiento... el intento continuado de salvar no solamente a los orangutanes sino sobre todo de salvar su entorno natural, la convivencia con los mismos en el campamento, que se fue llenando paulatinamente de "refugiados" liberados del cautiverio.

El libro escrito y publicado por Biruté en 1.994 resume sus 23 años, en aquel entonces, de experiencia en el estudio y la observación de los orangutanes y su denodada lucha personal a favor de la conservación de la selva tropical. Toda una epopeya que el libro relata hasta en sus más mínimos e íntimos detalles. A pesar de todos los elementos propios de una aventura y donde sería muy sencillo convertirse en protagonista absoluto Biruté nunca olvida el objetivo principal, el estudio de estos enigmáticos primates. Ellos serán, más que su labor de investigación, más que su lucha heroica, los protagonistas.


En 1.971 los orangutanes eran un misterio, era ya conocida su gran inteligencia, característica que comparten con los chimpancés, nuestros ancestros zoológicos más próximos y los gorilas... sin embargo había algo que no cuadraba en la ecuación. Chimpancés y gorilas son simios muy sociables que viven organizados en clanes, la compleja iteración social era por aquel entonces, y creo que también ahora, la explicación más plausible sobre el porqué de su gran inteligencia... sin embargo los orangutanes son simios solitarios, los machos son agresivos, solitarios y territoriales, los jóvenes inmaduros también viven la mayor parte del tiempo en soledad, y las hembras con sus crías también viajan solos por la selva. Hay contacto entre sus miembros, de otra forma no existirían, pero siempre de forma ocasional... y sin embargo no parecen mucho menos inteligentes que sus primos chimpancés y gorilas. Cuando Biruté llegó a Borneo nadie había podido observar a los orangutanes en libertad durante mucho tiempo, estudios puntuales, instantáneas... un puzzle al que le faltaban la mayoría de las piezas era todo lo que se poseía. La valerosa investigadora ayudada en los primeros años por su no menos esforzado y valiente marido, desvelaron tras décadas de observación el misterio de la  inteligencia del gran simio pelirrojo, unas sorprendentes conclusiones que se servirán al lector como la guinda de un pastel al final del libro.

Capítulo a capítulo, el magnífico libro editado por "Pepitas de calabaza", una editorial con menos proyección que un Cinexín según reza en su web, nos hace partícipes de su aventura personal y científica, con más de seiscientas páginas llenas en ocasiones de una gran intensidad y dramatismo, capítulos enteros dedicados a un simio o grupo de simios en particular y los pormenores de su observación y la relación con la investigadora, como poco a poco la "humanidad" de estos animales va penetrando y calando en la psicología de la antropóloga canadiense y esta va implicándose más y más a título personal. Son conmovedores los fragmentos del libro dedicados al cuidado de los orangutanes en el campamento, como tuvo que hacer de "madre" para muchos de ellos y cargar con los simios a todas partes... uno se pregunta donde está el límite de la paciencia de esta gran mujer, de este ser extraordinario digno de subir a los altares o de ser beatificado, si su causa, que no su entrega y espíritu de sacrificio, hubiera sido otra.



Mención aparte merece su homenaje a su querida Dian Fossey, archiconocida gracias al film "Gorilas en la niebla" y su lucha por la preservación de los gorilas de montaña, el reconocimiento al papel del gran Louis Leakey, sin el cual le hubiera sido mucho más difícil poner un pie en aquella isla, y por supuesto a Jane Goodman, verdadera pionera en los estudios de campo de los grandes simios. Biruté es mucho menos conocida que estas otras investigadoras y este libro, y su secuela en forma de documental protagonizado entre otros por la propia Galdikas, "Born be wild", en cierta forma hacen justicia a su figura y su trabajo.
Lo mejor: Un libro excelente donde resuena de forma incesante un amor y una pasión por la naturaleza fuera de lo común, y donde además se nos hace partícipes de los problemas que conlleva su conservación de una forma completamente realista. Es un libro por otra parte con múltiples niveles, el relato de una epopeya humana, una historia personal, la problemática del estudio de los grandes simios en su hábitat natural, la filosofía de la investigación de campo y los límites de la intervención humana, las conclusiones de un estudio de décadas de obstinado y difícil seguimiento de unos animales extremadamente difíciles de observar, la implicación emocional al convivir cada día con unos animales complejos y fascinantes... estoy seguro que ningún lector aficionado a estos temas quedará decepcionado.


Lo peor: Llevada por su pasión por la investigación Biruté en ocasiones describirá con tal lujo de detalles y de forma tan pausada sus vivencias en la selva con los orangutanes que en alguna que otra vez se nos escapará un bostezo... tengo la sensación de que al libro le sobraban más de cien páginas, siendo generoso, aunque también es verdad que en sus dos últimos y maravillosos capítulos es fácil tener también la sensación de que el tedio bien valió la pena, al menos así lo he vivido yo ;-).


martes, 2 de diciembre de 2014

El silencio de los animales



Ficha: "El silencio de los animales", John N. Gray, editorial Sexto Piso, 177 páginas, ISBN: 978 84 15601 35 7

En el último capítulo de su excelente ensayo "Perros de paja", J. Gray tras dedicarse a intentar arrasar los fundamentos de cualquier tipo de creencia, no solamente ya en el dios de la religión, sino también en las ideas de progreso humano, moralidad, fe en la ciencia etc etc y en definitiva cualquier característica "humana" que pueda diferenciarnos del resto de los animales llega a un punto final donde ya solo le resta exponer su conclusión, un vistazo al paisaje tras la batalla... un "bueno, ¿y ahora que?", que se resume en una defensa de la vida comtemplativa, así de simple. 

"La contemplación no es la calma deseada de los místicos, sino la rendición voluntaria a momentos que nunca se repetirán. Cuando renunciamos a esas ansias nuestras tan humanas, damos la espalda a lo mortal. Los verdaderos objetos de contemplación no son las esperanzas morales ni los sueños místicos, sino los hechos sin fundamento...    Los demás animales no necesitan propósito alguno en su vida. Siendo, como es, una contradicción para sí mismo, el animal humano no puede vivir sin uno. ¿Tan inconcebible nos resulta que el objetivo de la vida sea sencillamente ver?."

En esta obra, publicada diez años después, retoma el tema principal de aquel radical ensayo, para mí sin duda una de las obras imprescincibles de este nuevo siglo, y lo hace justo en el punto donde lo dejó. De nuevo vuelve a la carga contra todo tipo de idealismo, especialmente contra su objetivo principal que sorprendentemente no es ni mucho menos la religión, sino el humanismo moderno, la creencia y la fe en el progreso de la humanidad, en un progreso sostenido por la ciencia y la tecnología, en definitiva en lo que para el pensador británico son los nuevos dioses, los sucedaneos de la religión.

No es que Gray no perciba el enorme progreso científico y tecnológico, es sencillamente que no cree que este se traslade al ser humano en el aspecto ético de la misma forma... vamos que a pesar de los logros de la ciencia seguimos, y seguiremos en un futuro, siendo el mismo ANIMAL de siempre, si acaso incluso peor. Una visión muy sombría sin duda, pero que para Gray está más que demostrada.

Es lógico que la religión por una vez sea dejada un poco al margen, ya que se despachó a gusto contra ella en la obra señalada, y que en este caso arremeta contra el humanismo, siempre en la definición un tanto estrecha que él le da, seguramente porque para el autor la religión dejó hace bastante tiempo de constituir la base fundamental del espíritu de los tiempos, ahora el adversario es otro.


Los años han pasado y el estilo de Gray se ha hecho mucho más literario. Este es un libro diferente aun tratando básicamente sobre lo mismo, Gray en este caso no salta de una referencia a otra ni atiborra al lector con datos, hay un desarrollo más lento y se nota su maduración como escritor, ha atemperado un poco su furia y su radicalidad, da la sensación de que al volver sobre lo mismo quisiera completar la visión de aquel pequeño gran ensayo y reelaborar sus ideas con mejor estilo:

"Los mitos modernos son mitos religiosos formulados en otros términos. Ambos responden a una necesidad de significación innegable. A fin de sobrevivir, los seres humanos inventaron la ciencia. Si se lleva a cabo de manera coherente, la investigación científica socava el mito. Pero la vida sin mitos es imposible, por eso la ciencia se ha convertido en un canal para los mitos, y el más importante de ellos es el mito de la salvación a través de la ciencia. Cuando la verdad es irreconciliable con el sentido, el sentido gana".

En su intento de demostrar que los avances del progreso humano dan tanto pasos hacia atrás como hacia adelante, por mucho que la ciencia y la tecnología avancen siempre, no dudará en presentar numerosos ejemplos históricos, los desastres de la Segunda Guerra Mundial, los totalitarismos nazi y muy especialmente el de la Rusia de Stalin y países afines, no dudará en echar mano de los ejemplos sacados de la literatura del siglo pasado, ver como lo que conocemos como civilización se disuelve rápidamente en la nada ante determinadas circunstancias y como surge nuestra siempre onmipresente animalidad en el momento en que se lucha por sobrevivir. Para Gray somos incapaces de dejar de engañarnos a nosotros mismos, de hecho esa capacidad de autoengaño es fundamental en nuestra supervivencia, no dejará de ofrecer ejemplos de ello a lo largo del libro.

El novelista Joseph Conrad, los escritores Norman Lewis, Curzio Malaparte, Arthur Koestler, Joseph Roth, George Orwell, Eugene Lyons... toda una selección de autores que vivieron intensas y dramáticas experiencias que plasmaron en sus libros donde se ahonda en la naturaleza humana, servirán de base a Gray para detallar su falta de fe en una naturaleza "superior" del ser humano. Sus obras serán la inspiración para la idea de que la civilización, la moral, y cualquier ideal basado en un futuro mejor o en un progreso general de la humanidad no son más que ficciones que se desmoronan rápidamente si las circunstancias que las sostienen cambian. En un ejemplo también presente en "Perros de paja" comparará a la humanidad con los peces, prisioneros del medio acuático por naturaleza, aunque una de sus especies pueda abandonarlo brevemente para volar eso no significa que la capacidad de volar, y su comparación con la libertad, sea la verdadera esencia del pez. Gray tiene muy claro que el ser humano aunque aparentemente ansíe libertad en la práctica esta le da miedo y siempre preferirá una esclavitud si esta le reconforta y le hace sentir mínimamente seguro ¿alguien lo duda a estas alturas?.

Tras centrarse en los aspectos externos de la civilización en su primera parte "El viejo caos", el libro en su segunda parte "Más allá del último pensamiento" aborda el siempre nebuloso y resbaladizo tema del mundo psicológico, el lado íntimo e interno de la naturaleza humana ... de buenas a primeras una curiosa apología de Sigmund Freud cuyas investigaciones y conclusiones sobre el inconsciente, hoy más que cuestionadas, le vienen a Gray como anillo al dedo para intentar demostrar que el libre albedrío no es más que otro mito más, la parte que le dedica al gran pensador y filósofo austríaco es con diferencia la más importante y "sustanciosa" del libro, aunque para mí sea de lejos la más prescindible. Afortunadamente pronto el libro aborda la obra de otros autores como el desconocido poeta T.E. Hulme y el filósofo Fritz Mauthner que siguen subrayando la idea principal de Gray en este capítulo, la inexistencia del yo, de los conceptos y la irrealidad del mundo de las ideas.

Finalmente el libro en su tercera parte titulada "Otra luz solar" aborda a través de la obra de J. A. Baker, la posibilidad de una conciencia alternativa a la humana, un intento de ver el mundo a través de los ojos de un animal y de examinar las cosas de una forma nueva, Gray se adentra en los terrenos inexplorados de una especie de misticismo basado en la contemplación de la naturaleza... de nuevo aparece la temática de los animales, la analogía entre la vida de estos y la vida humana, la búsqueda del silencio, ya sea ambiental o mental, en contraposición al mundo siempre silencioso de los animales. 

"Mientras que para el resto de los animales el silencio es un estado natural de quietud, para los seres humanos el silencio es una huida de la conmoción interna. El animal humano, de naturaleza volatil y discordante, busca en el silencio un alivio del hecho de ser quien es. Por el contrario, las otras criaturas disfrutan del silencio como un derecho de nacimiento. Los seres humanos buscan el silencio con el anhelo de redimirse de sí mismos; los otros animales viven en silencio porque no necesitan redimirse"

El libro tras realizar algunas incursiones en la obra de varios autores y su peculiar visión de la vida, en ocasiones muy marcada por la tragedia, termina de la misma forma que "Perros de paja", un llamamiento a la vida contemplativa como la forma más auténtica de existencia humana:

"El misticismo sin dios no puede escapar del carácter definitivo de la tragedia ni hacer que la belleza sea eterna. No disuelve el conflicto interno en la falsa quietud de una calma oceánica. Lo único que ofrece es el mero ser. No hay redención de la condición humana, pero no hay necesidad de redención".

No parece gran cosa, contemplación, disfrute de la vida en lo que se pueda, abandono de falsas ilusiones... no me cabe la menor duda, el fantasma de Schopenhauer ronda bastante por la obra y la cabeza del Sr. Gray, el viejo filósofo también llegó a la misma conclusión, mejor apartarse lo más posible y limitarse a contemplar, sin intentar cambiar nada, ni casarse ni con nadie ni con ideal alguno, ni complicarse la vida. Al menos en esta ocasión hay un llamamiento a hacer algo... aunque sea la pura y simple contemplación. Afortunadamente, y en una contradicción tipicamente humana, tenemos este libro y otros del pensador británico, frutos del pensamiento y la acción ;-)

Lo mejor: Recomendable ante todo para los que ya conozcan la obra de John Gray y disfrutasen de la brillante exposición de ideas de "Perros de paja", este es más de lo mismo solo que más pausado, con más referencias literarias, más poético y quizás algo menos radical, al menos asoma por parte del autor una mayor comprensión hacia aquellos, creo que casi todos nosotros, enredados en los mitos de la modernidad. Su progresiva derivación hacia temas relacionados con la mística ha sido una agradable sorpresa... quizás siga por ese camino en futuros ensayos. Tengo muy claro que seguiré leyéndole.

Lo peor: ¿Era necesario este libro?, como muy bien señaló Antonio Muñoz Molina en El País Semanal, "un nuevo libro de John Gray es siempre más de lo mejor y más de lo mismo", dicen que los más grandes filósofos suelen vertebrar su obra en torno a una sola idea... esa descripción le viene a Gray como anillo al dedo. Tanto sus defensores como sus detractores lo son por lo mismo, es por eso uno de los filósofos a los que hay que leer para alinearse a uno u otro lado, por mi parte me cuesta mucho trabajo encontrar argumentos para rebatir o condenar sus ideas... seguramente porque el signo de los tiempos que corren se obstina en darle una y otra vez la razón.


lunes, 24 de noviembre de 2014

La gran divergencia


Ficha: "La gran divergencia",  Peter Watson, editorial crítica, 718 páginas, ISBN: 978 8498922 707

Leer un libro de Peter Watson es embarcarse a propósito en una gran aventura, cualquiera de sus últimos trabajos editados en castellano "Historia intelectual del siglo XX", "Ideas, historia intelectual de la humanidad", este que aquí comento, y el recientemente publicado "La edad de la nada", no son ensayos del montón, hablamos de voluminosos trabajos llenos de erudición, elaborados con una gran calidad y redactados con la habitual maestría del periodista, escritor y erudito británico. Son ensayos por así decirlo que están varios pasos por encima de la media, que juegan en otra liga... si existiera algo así como una "liga de honor" del ensayo divulgativo las obras de Watson estarían en la misma sin duda alguna.

De nuevo nos movemos en el terrenos históricos donde el Sr. Watson se mueve como pez en el agua, concretamente en este caso se trata de historia comparada en el periodo denominado neolítico y la edad de bronce principalmente, entre el continente euroasiático y el americano. En 1.492 los europeos que trabaron contacto con las tierras americanas se encontraron con un mundo muy diferente del que habían dejado atrás... hubo un tiempo en el que el nivel de desarrollo entre América y Eurasia (incluyendo Africa y oceanía) era el mismo. Hace unos dieciseis mil años que los primeros seres humanos entraron en el continente americano, a través de lo que hoy se conoce como el estrecho de Bering que en aquel tiempo ponía en contacto Siberia con Alaska a través de una enorme lengua de tierra de cientos de kilómetros de anchura. Estábamos en la última era glacial y el océano ocupaba una porción menor que ahora... posteriormente el calentamiento de la Tierra y la desaparición de los enormes glaciares dieron lugar a una subida del nivel del mar que dejaron a las dos grandes masas continentales de Asia y América del Norte incomunicadas... para entonces los seres humanos que habían entrado allí ya habían comenzado su gran aventura, una epopeya que desde nuestro tiempo solo podemos intentar aventurar de un modo muy especulativo, tal y como reconoce el mismo Watson desde el inicio del libro. Aunque sea precisamente ahora, a más quinientos años del encuentro entre ambos mundos, cuando mejor puede ser entendida gracias a los descubrimientos científicos y arqueológicos.



Otros trabajos ponen especial énfasis en intentar encontrar paralelismos entre diferentes culturas, como muy bien comenta Watson es algo comprensible y plenamente justificado, centrar un trabajo precisamente en las diferencias y en el QUE nos hace diferentes es un terreno complicado que se presta a interpretaciones retorcidas e interesadas destinadas a aventurar supuestas supremacías de tal o cual cultura, de hecho ha sucedido muchas veces en el pasado con trabajos supuestamente "serios". Sin embargo el escritor británico encuentra precisamente ahí, en el análisis de las diferencias entre el desarrollo histórico y cultural de ambos mundos el fundamento para escribir este monumental ensayo, siempre con la sana intención de aclarar cosas interesantes sobre la naturaleza humana que nos haga comprendernos mejor a nosotros mismos. 


Historia, mitología, paleantropología, zoología, climatología, geografía, botánica, sociología... el relato y la interpretación del devenir histórico y humano en América y su comparación con el acaecido en Eurasia posee múltiples facetas donde, sobre todo en el continente americano, tenemos que movernos siempre en el terreno de lo puramente especulativo por desgracia, pero donde a su vez hay que fundamentarse todo lo posible en lo poco que sabemos y construir una historia mínimamente verosimil.

Capítulo a capítulo Watson va desgranando una historia aportando multitud de datos, haciéndose eco de numerosos trabajos de antropología principalmente, pero también de otras especialidades como las que estudian la flora, fauna y clima de épocas pasadas, el vulcanismo y la actividad sísmica, la evolución de la vegetación en lo referente a las especies comestibles etc. Desde el comienzo de las grandes migraciones humanas que saliendo de África bordearon Oriente Medio y se adentraron en Asia hasta Siberia, hasta el establecimiento y cruce por el puente de tierra hacia Alaska y posteriormente la distribución y expansión hasta el extremo sur del continente.

Estos estudios nos revelan notables diferencias de todo tipo, diferencias en los vegetales comestibles, ausencia de cereales en América salvo el maíz que fue "domesticado" en una época mucho más reciente de la que se suponía en un principio, ausencia de grandes mamíferos domésticos y bestias de tiro, una orografía que al extenderse de norte a sur complicaba enormemente los desplazamientos, un clima endemoniado, un clima explosivo con fenómenos atmosféricos devastadores como el de El Niño en América del Sur, una actividad sísmica y volcánica sin parangón con cualquier otro lugar de la Tierra, la persistencia de las religiones chamánicas y la abundancia de drogas psicotrópicas que proporcionaban unas supuestas experiencias místicas y religiosas mucho más vívidas que en Eurasia... todo ello terminó conformando un mundo muy distinto en desarrollo y mentalidad al existente en el viejo continente. 

El como las condiciones ambientales y las circunstancias influyen en la historia humana, en la visión del mundo y las religiones es la piedra angular del libro. Si América, a pesar de sus indudables logros civilizados como los diversos imperios que se consiguieron poner en pie, estaba todavía en una edad del bronce cuando en Europa se conocía ya la pólvora y se estaba a punto de dejar atrás la Edad Media... es decir hablamos de un atraso tecnológico en muchos aspectos de dos mil años o más, no fue por capricho ni por indolencia, ni por una menor capacidad intelectual de los nativos americanos en relación con sus homólogos del viejo continente... Nunca hubo una ganadería semejante a la de Eurasia que constituyó el motor y germen original del comercio, una ganadería que según Watson estuvo en el origen de las religiones monoteístas, un comercio que estimuló la aparición de la escritura, el invento de la rueda y el carro eran virtualmente inútiles sin bestias de tiro. Nunca hubo un corredor de comunicaciones de este a oeste como el de Eurasia que desde Europa occidental llegase hasta extremo oriente, nunca hubo una ruta de la seda o de las especias. Las comunicaciones norte-sur son mucho más difíciles que las de este a oeste porque tienen el obstáculo añadido de la diversidad de climas... altas montañas, enmarañadas selvas pobladas de insectos transmisores de enfermedades, desiertos... y todo ello sin medios de transporte similares al del buey doméstico o al del caballo, sin una ganadería trashumante como la de oriente Medio, Europa y Asia. 


Sumemos a ello la pervivencia de religiones de origen chamánico que nunca evolucionaron del todo, tal y como si sucedió en el viejo mundo con unos cultos que abandonaron las prácticas  propias de pueblos de cazadores-recolectores a cultos basados en la fertilidad, propios de agricultores... para más adelante evolucionar a religiones patriarcales, a través de los pueblos ganaderos y nómadas, para terminar desembocando en los grandes monoteísmos. La abundancia de drogas psicotrópicas, junto con una naturaleza despiadada y brutal fue moldeando unos cultos centrados en el sacrificio, cultos donde no se pedían dones a los dioses sino que más bien se los veía como seres temibles y a los que se les rogaba para que no actuasen. En su momento de mayor apogeo, justo con la llegada de los españoles a México, el imperio Azteca sacrificaba varios miles de víctimas al año tan solo para "mantener en funcionamiento al sol"... sin duda una experiencia religiosa y una mitología basada en pasados cataclismos de origen volcánico en los que el humo y las cenizas oscurecían el sol durante mucho tiempo. 

El lector curioso interesado en el tema, y sobre todo deseoso de intentar cubrir en la medida de lo posible esa gran laguna histórica que constituye la historia de la América Precolombina encontrará en el ensayo de Watson una gran cantidad de datos de su interés. Datos sobre la economía, la organización y la vida de las diferentes culturas que fueron apareciendo y desapareciendo en el tiempo en América, numerosos datos sobre sus creencias y sus religiones, fundamentales para entender su forma de vida y su historia, los diferentes hallazgos arqueológicos y su datación, y sobre todo un intento para meternos en su mentalidad, en su forma de ver el mundo y aunque cueste trabajo comprender algunas cosas terribles de su historia, como su afición y obsesión por los sacrificios humanos, darnos cuenta de que su mundo era diferente, su mentalidad y su idea sobre la vida y la muerte también y que no podemos juzgarles correctamente desde una perspectiva no ya moderna sino premoderna incluso.

Lo mejor: Un relato apasionante, muy bien documentado, con multitud de datos y referencias a obras externas, que viene a arrojar luz sobre un periodo particularmente oscuro de la historia humana. Me ha sido inevitable recordar aquel juego de ordenador "civilization" con el que pasé tantas horas entretenido allá por los años 90, mi estancia en México hace años en la que visité el museo de antropología del Distrito Federal y el museo de Jalapa, la visita a Teotihuacán y sus pirámides del sol y de la luna, la película "Apocalipto" de Mel Gibson, así como recordar las palabras de una amiga licenciada en Historia del Arte "la historia fundamentalmente es una interpretación"... un pensamiento que en su momento me parecía erróneo, ya que hay hechos que están más allá de toda interpretación a mi entender, pero que tras una oportuna reflexión, y sobre todo a través de la lectura de este libro, me parece completamente cierto. Sobre la interpretación que nos trae Peter Watson en este libro nunca sabremos seguramente si es completamente acertada o no, pero está claro que un trabajo tan bien documentado y narrado con tanta lógica debe por fuerza estar muy cerca de la verdad. 

Lo peor: Aunque el libro depara algunos descubrimientos sorprendentes y multitud de datos en general sigue una senda previsible que se anuncia una y otra vez, las ideas más importantes pueden ser resumidas en poco espacio... de hecho el autor lo hace en el prólogo y los apéndices, todo lo demás es documentación y reunión de pruebas a favor de la tesis principal del libro. Al final he terminado encontrando monótono el relato, por mucho que me haya aportado gran cantidad de información que desconocía sobre la aventura humana en América. 


martes, 11 de noviembre de 2014

La pasión de la mente occidental


"He partido del supuesto de no otorgar prioridad especial a ninguna concepción de la realidad en particular, ni siquiera a la actual, que, por lo demás, es múltiple y tremendamente fluida en sus capas profundas. En cambio, me he aproximado a cada cosmovisión con el mismo espíritu con el que me hubiera aproximado a una obra de arte excepcional; es decir, tratando de comprender y apreciar, de experimentar sus consecuencias humanas, de permitirle revelar su significado"


Ficha: "La pasión de la mente occidental", Richard Tarnas, editorial Atalanta, 702 páginas, ISBN: 978 849 576318

Me encontré con este libro por casualidad en la Biblioteca Regional mientras inspeccionaba la sección de filosofía, a la que le suelo dar un "repaso" cada cierto tiempo. En un principio no captó demasiado mi atención, aunque si lo suficiente como para que buscase información sobre el mismo en Internet... tras leer la información que la editorial difundía sobre el mismo y alguno de los comentarios de lectores me dije que era una obra a la que bien valía la pena echarle un vistazo de forma mucho más detenida. Pocas veces he tenido la sensación de acertar tan de lleno con un libro.

Tras una lectura muy intensa que me ha llevado algo menos de una semana, bastante poco teniendo en cuenta que si bien el texto en sí ocupa "solamente" 559 páginas de las setecientas que tiene el libro, el resto lo componen los índices, notas, bibliografía y demás material anexo, este no es un libro donde haya demasiada "paja", más bien todo lo contrario, la narración es densa en ideas, no hay partes más ligeras, ni diálogos, hay pocas citas de otros autores... de principio a fin asistimos a todo un recital de ideas, magníficamente expuesto y narrado por este filósofo y psicólogo de origen suizo y afincado en California que en 1.991 y tras casi una década de trabajo decidió publicar esta especie de "prefacio" a otra obra más ambiciosa que ya vería la luz en 2.006 "Cosmos y Psique". 

Si la intención de Tarnas en un principio era la de elaborar un trabajo preparatorio a la obra que estaba gestando, mucho más importante, donde ya elaboraría su particular filosofía acerca de una nueva visión del cosmos, un nuevo paradigma que podría constituir una alternativa a la actual visión posmoderna, está muy claro que la labor se le fue un poco de las manos... bastante diría yo.


Era imposible presentar a sus lectores un trabajo donde analizase la posible futura evolución de la actual visión del cosmos sin que estos comprendieran bien la visión actual, y naturalmente para comprender la visión actual nada mejor que explicar cual ha sido su proceso de formación y evolución a lo largo del tiempo.

 La actual visión moderna, o más bien "posmoderna" tal y como apuntaba antes, ha derivado y evolucionado de una cosmología moderna, esta lo hizo a partir de la heredada del medievo, y a su vez esta evolucionó a partir de la visión del cosmos de la antigüedad clásica... de modo que para entender bien la cosmovisión del presente y contemplarla en toda su complejidad hay que retroceder en el tiempo más de veinticinco siglos... a los tiempos de Pitágoras, Heráclito, Parménides... de allí pasar a Platón, de este a Aristóteles y posteriormente a la figura clave de Ptolomeo, de ahí a los neoplatónicos... hasta toparnos con el cristianismo, primero en su visión de orientación más judaica, de ahí a la cristiana romana e influida por Platón de la mano de de San Agustín, asistir al nacimiento de la Escolástica Medieval gracias a Santo Tomás que trajo de nuevo a Aristóteles, y de allí sumergirnos en el fascinante mundo del Renacimiento donde terminaremos topándonos con la revolución de Copérnico, Kepler y Galileo, que culminaría finalmente en Newton. Estaríamos ya en una nueva visión del cosmos, el mundo moderno, que culminaría con Kant, Darwin y Nietsche en un proceso imparable de desmantelamiento de la figura del hombre como centro del mundo... Freud y posteriormente Einstein vendrían a colocar el último clavo en el ataud y volver a poner patas arriba el ordenado cosmos mecanicista de Newton... un viaje intenso y fascinante.

Veinticinco siglos de filosofía, ciencia y religión unidas por el nexo común de la visión compartida del cosmos dan para mucho... Tarnas podía haber optado por dos opciones mucho menos interesantes, o bien un trabajo más ligero donde expusiese unas pocas líneas de pensamiento salpicadas con datos, o bien un trabajo más exhaustivo donde viniese a construir una especie de enciclopedia en pequeño con una historia detallada de los principales protagonistas, sus vidas y sus obras... sin embargo optó por una opción más interesante, exponer las ideas principales, rehuir de dar datos biográficos, referencias a obras, fechas, solo los datos verdaderamente imprescindibles... y empeñarse en un relato denso, descriptivo, claro y ameno de las ideas fundamentales... y sin ahorrar esfuerzos en ello. El libro es una maravilla.


De principio a fin la obra está dotada de una coherencia, un estilo y una claridad explicativa impresionantes, no me extraña que este libro haya sido escogido por muchas universidades americanas como texto obligatorio para sus estudiantes de filosofía, imagino que de primer curso. Desde el lugar donde me ubican mis escasos conocimientos, desde luego que yo haría lo mismo, es un libro que presenta una visión de conjunto y una unidad absolutamente magníficas, ideal para contemplar el "bosque" de las ideas sin perderse por sus innumerables ramas... hay mil y una obras para observar la filosofía en detalle... pero ¡que pocas que ofrezcan una visión de conjunto tan majestuosa y a la vez tan rica de ideas y con tanta sustancia como la que R. Tarnas nos ofrece aquí!. Lo dicho, sin duda en la mente de su autor esta no era más que una obra "auxiliar" de otra más ambiciosa, y ya completamente de su "cosecha", que terminó desbordándole.



Alguna vez algún lector de este blog me ha escrito con la intención de que le recomiende algún libro de filosofía, al ver que es el tema dominante en el mismo... hay mucho donde escoger si uno comienza a interesarse por estos temas, muchos libros agradables de leer que proporcionan unos conocimientos básicos y generales, enfocados por biografías de grandes pensadores, por obras filosóficas, por ideas... centrados en la ética o en el arte de vivir. Nunca había visto uno tan bueno como este y que además sirviera también como introducción... si hay una medalla que puede ponerse el filósofo suizo-americano es sin duda la de la brillantez y la claridad expositiva, no hay ni el menor indicio en la mayor parte de este libro de aridez ni opacidad... y no solamente no está reñida dicha claridad con la profundidad de las ideas expuestas, es que llega un punto en el que tanta claridad "asusta", uno lee y se rebela "no puede ser, no puede ser tan simple... " transmite la seguramente engañosa sensación de que esto es "fácil" que no hay que darle demasiadas vueltas, que el pensamiento humano y la filosofía en su expresión más profunda tampoco son tan difíciles de entender, al menos según sus líneas generales, que su evolución a través de la historia tiene su lógica, que apenas hay ideas originales y que detrás de muchas ideas aparentemente modernas siguen vivitas y coleando otras mucho más antiguas a poco que se escarbe un poco.

La exposición del pensamiento y la cosmovisión de la antigüedad clásica es soberbia, me ha impresionado por su sencillez y claridad, por su insistencia en sus características más importantes que no hay que perder nunca de vista y cuyos efectos llegan hasta nuestros días. La atención prestada a los presocráticos y los sofistas, verdaderos perdedores y marginados en la historia oficial por la atención prestada a los gigantes Platón y Aristóteles, y que los tiempos modernos han terminado reivindicando... el modelo atomista de Demócrito, la modernidad del pensamiento de los sofistas, la visión Pitagórica de un orden universal que luego fue copiada y ampliada por Platón... en lenguaje taurino habría que decir que cuando termina uno esta primera parte consagrada al mundo griego el autor ya "sale en hombros y por la puerta grande".

Es muy habitual en los tratados sobre historia de filosofía pasar un poco "de puntillas" por la Edad Media... total solo son mil años de nada... Pues no, Tarnas le dedica un gran espacio a esos mil años, aparentemente tan oscuros y tan poco productivos en los que parece que nada hubo aparte de los habituales San Agustín y Santo Tomás. La doctrina cristiana, su visión del mundo, lo que cambiaron y adoptaron del mundo griego, las tensiones y diferentes visiones "cristianas"... la irrupción de la poderosa figura de Santo Tomás y la reivindicación de la figura de Aristóteles, la combinación de aristotelismo y su defensa a ultranza de la razón, con una visión platónica del mundo de las ideas adaptada a la cosmología cristiana, los dogmas del cristianismo y sobre todo el porqué, explicado con una minuciosidad que raya en la obsesión, del motivo por el cual el cristianismo arrolló y suplantó con tanta eficacia al mundo pagano. Acostumbrados como estamos siempre desde nuestra visión moderna a una crítica permanente del cristianismo cuesta trabajo ver como en muchos aspectos su cosmovisión era muy superior a la de la antigüedad... Tarnas no cae en el error y muestra tanto los aciertos como los errores. Y sobre todo como una idea habitual durante todo el relato filosófico nos mostrará como el cambio de paradigma nunca implica la desaparición completa de las ideas anteriores y como estas vuelven a surgir una y otra vez aunque sea de forma camuflada.


El medievo en crisis tuvo su particular "adolescencia" en el Renacimiento que terminaría alumbrando al mundo moderno y a su nuevo y radical cambio de cosmovisión... una crisis, un parto, de más de dos siglos que se inició con Copérnico y que continuó con Kepler y Galileo, la visión medieval del mundo saltó hecha pedazos... el hombre, y no Dios, pasó a ocupar el centro del mismo. Descartes erigió a la razón, no el dogma o la palabra revelada, como árbitro supremo del conocimiento, Newton proporcionó leyes físicas y matemáticas que explicaban el orden de los cielos sustituyendo a las esferas celestiales de Platón y Ptolomeo... los empiristas británicos Locke y Hume, y posteriormente Kant terminarían también echando por tierra a la razón "pura" de Descartes como principal instrumento de conocimiento. Quedaba el camino expedito para la siguiente convulsión... la teoría de la evolución de Darwin vino a demoler lo que quedaba de autoridad en la Biblia en relación al origen del hombre y del mundo.  El hombre se desliga del cosmos para siempre, es un animal como cualquier otro, tanto su conocimiento a través de la experiencia como a través de la razón poseen límites... y no solo eso, como demostraría más tarde Freud, ni siquiera es dueño de sí, la otrora poderosa razón no gobierna en casa.

El paso de un mundo unido, pleno de sentido, donde el hombre ocupaba su lugar de honor, un mundo ordenado y regido por leyes físicas implacables pero al alcance de la razón humana ha terminado dando lugar al mundo caótico, fragmentado, complejo y carente de sentido de la posmodernidad, un mundo donde el hombre se cuestiona cada vez más sentido alguno y donde parece imposible encontrar un mínimo de coherencia, donde todo es relativo, donde atrapados en la jaula del lenguaje queda cada vez más claro que el universo es un lugar casi por completo hostil y donde el azar parece ocupar un lugar antes impensado. Un mundo donde predomina la "deconstrucción" de todo sistema, un mundo impregnado de los pies a la cabeza de un escepticismo que si bien nos preserva de falacias e ideas falsas por un lado, por el otro y llevado a su extremo nos conduce al pensamiento estéril del "todo vale lo mismo".

Ante este panorama desolador de la posmodernidad, Tarnas llegado el final del libro se aventura a lanzar su hipótesis particular, estamos en el fin de un periodo histórico, una agonía que comenzó en el siglo XIX y que se ha acelerado en el XX, un momento de crisis a todos los niveles que terminará alumbrando el nacimiento de una nueva cosmovisión ¿cual podrían ser las características de la misma?... Tarnas apuesta por la vuelta a unos valores antiguos, primordiales, centrados en el elemento femenino. Femenino no solamente entendido como de ese género, tan ninguneado e ignorado a lo largo de casi toda la historia, sino en relación a lo femenino entendido como simbólico, femenino como global, como indiferenciado, como holístico... una vuelta a "casa", una erosión y ruptura de la furiosa individualidad que comenzó en el Renacimiento. Un abandono paulatino de la visión "masculina" que ha predominado desde entonces.

Habrá quien encuentre "sospechoso" este anhelado retorno, que Tarnas ejemplifica con el proceso psicológico de vida indiferenciada en el útero materno, trauma del parto, diferenciación y separación del mundo, anhelo de retorno y finalmente unión mística con el "todo". Un proceso que recuerda a la dialéctica de Hegel de tésis, antítesis y síntesis para terminar repitiendo el ciclo de nuevo... y que inevitablemente hay que ver bajo la sospecha a un cambio a un estado "regresivo" anterior al pensamiento moderno. Dicha crítica solamente se puede ejercer desde el punto de vista equivocado de no haber entendido del todo a Richard Tarnas, pues como ejemplifica este una y otra vez, ningún cambio de paradigma, ningún cambio de cosmovisión acarrea la ruptura total con el anterior, perviviendo muchas de las ideas anteriores bajo otras formas... así que no hay peligro de regresión a estados primitivos, esa supuesta emergencia de un nuevo paradigma presidido por el elemento "femenino" no debería asustar a nadie. De la misma forma que tanto el cristianismo como la modernidad surgieron en un momento en que históricamente eran muy necesarios por haberse superado completamente el modelo anterior, si seguimos el razonamiento de R. Tarnas en este libro, el nuevo paradigma tendría que venir a suplir las graves carencias del modelo actual en crisis y volver a impulsar a la humanidad a un nuevo desarrollo... 

"Pero para lograr esta reintegración de lo femenino reprimido, lo masculino debe pasar por un sacrificio, por una muerte del yo. La mente occidental debe tener la voluntad de abrirse a una realidad cuya naturaleza podría hacer añicos sus creencias mejor establecidas acerca de sí misma y el mundo. Éste es precisamente el acto de heroísmo que ha de tener lugar. Ahora es necesario cruzar un umbral que exige un verdadero acto de fe, de imaginación, de confianza en una realidad más amplia y compleja; umbral que, además, exige un acto de auto exploración sin flaqueza alguna."

Lo mejor: Un trabajo impresionante, inspirado e iluminador que no será olvidado con facilidad. El libro de filosofía que me llevaría a una isla desierta para leer una y otra vez. Una obra maestra cuya lectura me ha proporcionado un gran placer y abundantes momentos de felicidad, lo recomiendo encarecidamente a todos los lectores amantes de la filosofía y la belleza del pensamiento humano.

Lo peor: La parte donde el autor se "moja" y anticipa cambios sobre un hipotético cambio de paradigma es tanto el punto fuerte como flaco del libro... tanto en el caso de que uno esté en desacuerdo como si coincide con R. Tarnas; eso es lo de menos porque está claro que pueden pasar muchas décadas, siglos tal vez, a que lo pronosticado por el autor pueda materializarse, si es que llega a suceder... dada la dinámica vertiginosa con la que opera actualmente el mundo. Las dos décadas transcurridas desde la publicación de su libro creo que le han terminando dando la razón, en parte, y seguramente en el día de hoy serían visibles algunos aspectos del nuevo "paradigma emergente"... junto con demasiadas evidencias también, por desgracia, de que las cosmovisiones más anquilosadas y arcaicas siguen también muy presentes. Si los cambios de un modelo a otro son tan lentos como el cambio del medievo a la modernidad estamos bien jodidos porque está muy claro, más que en el momento en que fue editado el libro, que un nuevo cambio es más urgente que nunca.


lunes, 3 de noviembre de 2014

Todo a mil



"El aroma de la flor es el mismo de la primavera anterior pero el hombre que percibe su esencia perfumada ha envejecido doce meses. En cada estación del año, el hombre es distinto porque ha avanzado unos pasos más en el camino de la vida. 

Las estaciones rotan en la rueda de la naturaleza, los hombres avanzan en el camino de la vida. Estos ensayos desean ser un cruce entre rotación y camino. Quieren decir algo sobre la naturaleza inalterable del hombre, pero hacerlo desde la perspectiva dinámica del caminante que avanza por una senda cuya silueta se pierde en la línea del horizonte"


Ficha: "Todo a mil", Javier Gomá Lanzón, Galaxia Gútemberg, 161 páginas, ISBN: 978 84 8109 975 1

Javier Gomá es uno de los más destacados filósofos del panorama nacional de los últimos años, la suya ha sido una aparición "fulgurante" en las letras hispanas. Desde la publicación de su primer libro en 2.003 "Imitación y experiencia", premio nacional de ensayo al año siguiente, uno de los trabajos más importantes de la filosofía en los últimos años en nuestro país y una obra en cuya lectura me encuentro actualmente enfrascado. A esta primera contundente e importante "ópera prima" siguieron otros ensayos muy relacionados con el mismo, Gomá es uno de esos filósofos cuyo pensamiento giran en torno a una idea única, en su caso la "imitación" en todas sus variantes imaginadas y por imaginar. Obras como "Aquiles en el gineceo", "Ejemplaridad pública" y "Necesario pero imposible"... que conforman una tetralogía muy conectada entre sí y que seguramente constituye una referencia a estas alturas casi imposible de pasar por alto. En 2.012 Javier fue incluido en una lista de los 50 intelectuales iberoamericanos más influyentes, ejerce además como director de la Fundación Juan March desde el mismo año de la publicación de su primer libro... en definitiva, un "peso pesado" de la filosofía que se escribe y se piensa en castellano en todo su apogeo como escritor.


Aparte de las cuatro obras señaladas, J. Gomá ha escrito numerosos artículos para distintos periódicos y suplementos culturales, muchos de los cuales han terminado siendo publicados en forma de libro. El que comento aquí es uno de ellos. "Todo a mil", hace alusión a las mil palabras de límite a las que tenía que ceñirse para escribir en el suplemento literario "Babelia" del periódico El País. Cada tres semanas escribía un artículo, una colaboración que se extiende desde la primavera de 2.010 hasta el otoño de 2.011, 31 artículos más otros dos escritos en exclusiva para el libro. En ellos Javier toca los más variados temas, a veces relacionados con los que aborda ya en sus ensayos, como el titulado "Terrores infantiles" sobre el tema del aprendizaje a través de la experiencia, o sobre la muerte y el destino humano en "Primores de lo mortal"... en otras ocasiones se aleja decididamente y explora nuevos ámbitos. Siempre con la brevedad obligada de un artículo para una revista donde el espacio es limitado... pero también por ello y teniendo en cuenta el lugar donde se publican, con un estilo literario bastante alejado de la habitual prosa de sus ensayos. 

El formato del artículo por su brevedad, la escritura pausada en el tiempo, el variado público lector al que en esta ocasión dirige sus palabras, y la necesidad de tratar de "enganchar" a las primeras de cambio, sabedor de que la naturaleza de un artículo es muy distinta a la de un libro porque sobre todo abunda el lector ocasional que se va a encontrar con su firma de forma casual; todo ello termina redundando a favor de una brevedad pero también una densidad expresiva que convierte su lectura en una delicia. La extensión es forzosamente breve, pero es que además el estilo preciosista y literario exhibido por J. Gomá crea adicción... se lee casi de un tirón. Hay también un esfuerzo por parte del autor en tocar en cada artículo temas de hondo calado humano, se dejan de lado modas pasajeras y temas actuales en general, toda una tentación en una publicación periódica, y se fija la atención en asuntos y temáticas que dentro de mucho tiempo seguirán tan vigentes como hoy mismo.

"Todos los días de mi adolescencia me asomaba a la terraza de mi casa para ver el sol ponerse detrás de los edificios fronteros. En mi pecho los tempranos presentimientos se mezclaban con el miedo a entrar en un mundo que no me daba ninguna garantía de poder darles cumplimiento. Frente el espectáculo de la tarde se constituyó en la única prenda fiable. Supongo que, a la mirada del científico materialista, el atardecer es sólo un efecto óptico, reducible a una combinación de fenómenos físicos y atmosféricos. Para mí era la prueba -y lo sigue siendo- de que en este mundo nuestro, pese a sus conocidas miserias, lo más hermoso y sublime también tiene cabida, dando la naturaleza una corroboración diaria y pública de ello. Y en medio de tantas dificultades, el arte de vivir consiste en imitar la naturaleza y estar a la altura de lo que ella sabe producir."


Lo mejor: Un buen puñado de breves artículos escritos con muy buen estilo y que se leen con gran facilidad, una puerta de entrada excelente a la obra de este relativamente novel,  gran escritor y filósofo al que vale la pena descubrir y apreciar. Me ha gustado mucho esa actitud un poco a contracorriente que revelan sus ideas y que alguien podría confundir erróneamente con posiciones reaccionarias e inmovilistas y que a mí simplemente me suena a puro sentido común.

Lo peor: Sabe a muy poco. Como siempre discrepo de aquel "lo bueno si breve, dos veces bueno".



jueves, 30 de octubre de 2014

Las obras esenciales de la Filosofía


"No debe esperarse, de esta incursión, que los visitantes salgan bien pertrechados o entrenados en cuestiones filosóficas, y mucho menos debe aspirarse a obtener título o diploma alguno. El objetivo del paseo no es el análisis profundo, sino el tener un primer contacto de conocimiento en medio de una atmósfera relajada. Por lo demás, algunos libros secos e inaccesibles pueden mostrarse, gracias a este viaje, desde su lado más atractivo: todos ellos tienen una historia propia y muy personal, y todos se ocupan de cuestiones que, una vez liberadas del polvillo académico, se nos aparecen bajo una nueva luz, una luz, además, más interesante"


Ficha: "Las obras esenciales de la Filosofía", Robrert Zimmer, editorial Ariel, 277 páginas, ISBN: 9788 434401495

Tuve la oportunidad de hojear en varias ocasiones este libro en la librería de unos grandes almacenes antes de decidirme por su compra, comenzaba a interesarme por temas filosóficos y era uno de esos títulos que me parecían idóneos para comenzar a leer algo sobre el tema... algo así como un primer “hilo del que tirar”. Finalmente fue la dedicación de uno de sus capítulos a “Los ensayos” de Michel de Montaigne lo que me animó a comprarlo, en aquel entonces adquiría cualquier cosa relacionada con el sabio francés. Posteriormente el libro terminó casi olvidado en mi biblioteca, principalmente debido a la lectura de otras obras similares, enfocadas al público no especializado y que trataban de introducir al lector en el mundo de la filosofía. O bien a través de la biografía de los más grandes filósofos como: “La aventura del pensar” del afamado Fernando Savater, la deliciosa “Una historia de la filosofía para la vida cotidiana”, o incluso la divertida e irreverente “La leyenda dorada de la filosofía” de Francisco Giménez Gracia; o bien a través de un ensayo organizado en torno a las grandes obras de la filosofía como “La caverna de Platón y otras delicias de la filosofía” de Nigel Warburton. Un título este último que para mí es imprescindible tener en mente a la hora de comentar este libro ya que viendo las similitudes de uno y otro es interesante establecer una comparación.

Evidentemente cualquier selección de obras filosóficas, tal y como señala el autor en el prólogo, y también Nigel hace lo propio en el suyo, es algo subjetivo y hasta cierto punto arbitrario. Si Warburton evita incluir obras demasiado áridas y complejas en su selección, más completa que la de Zimmerman, es para evitarle incomodidades y problemas a los lectores que les llevase a constatar en sus carnes el consabido tópico de la dificultad y oscuridad de los textos filosóficos, una verdad solo a medias, y que les terminara alejando de la filosofía. Zimmerman por el contrario no duda en recomendar libros reconocidamente difíciles y nada adecuados para el lector neófito, como “La crítica de la razón pura” de Kant, o “Ser y tiempo” de Heidegger, el criterio aparte de las evidentes preferencias personales del autor ha sido según sus propias palabras en el prólogo el elegir obras que no solamente fueron importantes para la historia de la filosofía, sino que además trascendieron el ámbito de la misma y que, hasta cierto punto, podrían interesar a lectores habituales de otros géneros. Por otra parte se notan, y mucho, las preferencias personales de ambos autores. Warburton por ejemplo dedica espacio a más obras de autores anglosajones, especialmente a los empiristas británicos del siglo XVII, mientras que Zimmerman solo dedica un capítulo a una obra de Locke, también comentada por Warburton.

La selección tanto de obras como de filósofos es diferente en ambos libros, aunque hay varias coincidencias que me han resultado interesantes porque me han permitido constatar las diferencias de enfoque entre uno y otro divulgador filosófico. Nigel es más sistemático, más académico, se pone más en la piel del estudiante de filosofía y del lector que quiere un comentario lo más amplio posible sobre la obra que se comenta y no desea conocer tantos datos biográficos... o que simplemente prefiere centrarse casi exclusivamente en el libro comentado, analizando su repercusión posterior y también las opiniones en contra generadas además de proponer una bibliografía para seguir ampliando las lecturas relacionadas. 


Zimmerman en cambio mezcla durante el comentario a cada una de las obras datos biográficos del autor cuando lo considera necesario, junto con referencias a otras obras contemporáneas o pasadas. Si el autor británico se esfuerza en proporcionar un análisis lo más completo posible en el escaso espacio disponible, el autor germano ante todo trata de captar la esencia del significado de la misma, dejar claras las ideas fundamentales y tratar de despertar en el lector el vivo deseo de sumergirse en la obra filosófica comentada. Un cometido que a mi parecer logra con brillantez, porque si Warburton peca de seco y demasiado académico ,seguramente en aras de una utilidad de su libro, Zimmerman está en el lado opuesto, no duda en entremezclar datos biográficos de los autores y mostrar las líneas maestras de su pensamiento de la forma más sencilla posible, y lo hace de una forma brillante e inspirada. Una pena que no haya más libros suyos traducidos al castellano... este es de momento su mayor éxito, fue durante semanas uno de los libros de no ficción más vendidos en Alemania y ha sido traducido ya a más de una docena de idiomas, algo desde luego poco frecuente para un libro de divulgación filosófica.

“La República” de Platón, “Confesiones” de San Agustín, “El príncipe” de Nicolás Maquiavelo, "Los ensayos" de Montaigne, "El discurso del método" de René Descartes, "Pensamientos" de Blaise Pascal, "Dos ensayos sobre el gobierno civil" de John Locke, "Crítica de la razón pura" de Inmanuel Kant, "El mundo como voluntad y representación" de Schopenhauer, "O lo uno o lo otro" de Kierkegaard, "El capital" de Marx, "Así habló Zaratustra" de Nietzsche, "Tractatus logico-philosophicus" de Wittgenstein, "Ser y tiempo" de Martin Heidegger, "La sociedad abierta y sus enemigos" de Karl Popper... y finalmente "Teoría de la justicia" de John Rawls… una selección personal donde como reza el tópico “son todos los que están, pero no están todos los que son”. 

Alguno hay que personalmente quitaría, también hay ausencias notables... pero en general me ha gustado mucho la selección, es más, he incluido ya el de Popper en mi lista, siempre creciente, de libros pendientes de leer gracias a la persuasiva prosa de Zimmer, el libro es una delicia, se lee con sumo placer y constituye un excelente "aperitivo" para lanzarse a la aventura de embarcarse en la lectura de cualquiera de las obras expuestas en este breve pero bonito ensayo. 

Lo mejor: Ameno, instructivo, iluminador... Robert Zimmer ofrece una obra perfecta para iniciarse en las lecturas filosóficas, su selección quizás parezca demasiado breve o imperfecta, pero puedo constatar que es un libro que se lee fácilmente y que consigue convencer al lector de la importancia de las obras analizadas. El libro es muy bueno y constituye una puerta de entrada a la filosofía excelente... aunque también algo tramposa, como veremos a continuación.

Lo peor: Quizás otros lectores prefieran una introducción a la filosofía articulada por biografías o por temas. Hay otras selecciones, como la aludida de N. Warburton, más completas y seguramente más idóneas para el estudioso... personalmente quitaría a Heidegger de la selección y escogería otra obra de Nietzsche, cuestión de gustos supongo, por no hablar de omisiones especialmente sangrantes como Spinoza o Hume, aunque si hay que asumir el principal criterio de selección del filósofo alemán en relación a la importancia de las obras no solo respecto a la filosofía sino con otros ámbitos como la historia, seguramente sería complicado escoger una lista de dieciséis libros muy diferente a esta. 

Otra cosa es que haya obras en la misma que sean recomendables a los lectores neófitos... por mucho que se expliquen las ideas fundamentales de la obra comentada de Kant o la de Heidegger, por ejemplo, será complicado hacer que textos a priori tan difíciles, y no solo para aficionados, puedan llegar a gustar al lector carente de una buena, o muy buena, formación... y es precisamente a ese lector al que no le sirven ya guías como esta si está en dicho nivel.



miércoles, 22 de octubre de 2014

Acontecimiento



Ficha: "Acontecimiento", Slavoj Žižek, editorial Sexto Piso, 174 páginas, ISBN: 978 841 5601555

De nuevo me las tengo que ver con otra obra del inclasificable filósofo esloveno. En esta ocasión se trata de su último trabajo, sin duda un ensayo de menor importancia en el conjunto de su obra pero no por ello exento de interés. La lectura de su libro "El acoso de las fantasías" me dejó escarmentado durante más de un año... tengo todavía pendiente de leer sus monumentales "En defensa de las causas perdidas" y "Bienvenido al final de los tiempos", sin duda dos de las obras más importantes en la siempre creciente lista de libros no-leídos de mi biblioteca... de modo que no tenía mucho sentido embarcarme en la lectura de otra obra de este autor. Sin embargo como soy habitualmente un lector caprichoso, que funciona a base de impulsos y al que le gusta hacerle la contra incluso a sí mismo... pues nada, contra pronóstico otra obra de mi más admirado-denostado filósofo mediático.

Žižek aborda en este breve ensayo un análisis de ese tipo de sucesos especiales de infinita variación denominada "acontecimiento". No puedo evitar que venga a mi memoria "El cisne negro" de Nassim Nicholas Taleb, que trataba un tema similar, eso sí, abordado desde una óptica completamente diferente. El denominado "Cisne negro" por Taleb haría referencia a un acontecimiento "especial", un subconjunto de la clase... aunque si examinamos de cerca la definición dada por Žižek veremos que las diferencias entre un acontecimiento, tal y como él lo define, y la rareza apuntada por Taleb es solo de grado, y no de naturaleza.

Un "acontecimiento", según Žižek, en esencia es "algo traumático, perturbador, que parece suceder de repente y que interrumpe el curso normal de las cosas; algo que surge aparentemente de la nada, sin causas discernibles, una apariencia que no tiene como base nada sólido" ... aquí entran todo tipo de sucesos, desde los de naturaleza puramente subjetiva e individual, un enamoramiento por ejemplo, como los sucesos colectivos, un golpe de estado, una revolución, un tsunami... un acontecimiento según el filósofo un "efecto que parece exceder sus causas", al suceder de repente y no ser anunciado, es más... posee además un efecto retroactivo ya que es capaz de cambiar el pasado, no en cuanto a lo sucedido ya que eso es imposible, sino a nuestra interpretación del mismo. Hechos que no tenían gran relevancia de no haber ocurrido el "acontecimiento" se muestran ahora de una importancia capital para explicarlo. Un acontecimiento por lo tanto no afecta solamente al presente y al tiempo futuro sino que también deja su huella en la interpretación del tiempo anterior, el pasado.

S. Žižek se embarca junto con el lector en un imaginario viaje en metro, cada parada en el viaje coincide con un análisis y un intento de definición de la palabra  "acontecimiento" y todos sus posibles significados desde los más variados ángulos, la primera parada examinará el efecto que un acontecimiento crea en el marco a través del que se nos presenta la realidad, sin duda su efecto más poderoso... un ejemplo de mi cosecha, la forma en la que todos percibíamos la posibilidad y la amenaza de un atentado terrorista por parte del islamismo radical cambió brúscamente el 11 de septiembre de 2.001, un análisis político de la situación internacional realizado tan solo el día anterior quedó forzosamente obsoleto en un sólo día. En la segunda parada se analiza el cambio producido por un acontecimiento en clave de "caída" religiosa, "la pérdida de una unidad y armonía primordiales que nunca existieron, que no son más que una ilusión retroactiva"

La tercera parada se centra en el acontecimiento religioso por excelencia, la iluminación budista, que consiste principalmente en una disolución del sentido del "yo"... curiosamente Žižek encontrará un paralelismo entre la búsqueda del nirvana budista y la deconstrucción científica moderna del "yo". La milenaria religión asiática y la moderna neurobiología coinciden en este aspecto de la "vacuidad" del fenómeno denominado "yo", o mejor escrito Yo... así con mayúsculas. Žižek no parece muy contento ni con uno ni con otro ya que a su parecer ambos acaban en un callejón sin salida en relación con la naturaleza y análisis del Acontecimiento ... "Acontecimiento es el Acontecimiento de la subjetividad misma, por muy ilusorio que sea".

En la cuarta parada Žižek se "arremanga" por así decirlo y dejándose caer en su propio terreno se centra en los, para él, tres grandes acontecimientos de la filosofía, personificados en el pensamiento de Platón, Descartes y Hegel... cada uno representó una ruptura con el pasado, hasta tal punto que buena parte de la filosofía posterior a cada uno de ellos estaba centrada, o bien en aceptar y ampliar sus ideas, o bien en combatirlas directamente. El filósofo hará varias mini-paradas, o transbordos, en cada uno de los tres casos para analizar el acontecimiento filosófico que supuso la obra de cada uno de los mencionados y de paso seguir ahondando en el tema principal del libro. Entramos por así decirlo en la parte más "espesa" del libro. Si antes el pensador esloveno nos ha deleitado con una variada fanfarria de ideas sueltas, referencias a la cultura popular... e incluso algún que otro chiste escatológico, marca de la casa... ahora nos mete de lleno en temática filosófica pura y dura. Me ha gustado especialmente el apartado dedicado a Hegel y su visión de la dinámica histórica y las revoluciones.


Žižek no sería Žižek sin hacer mención al psicoanálisis en clave sociológico de resonancias "lacanianas"... esta será la quinta parada, amenizada afortunadamente por numerosas referencias al cine y la poesía. Seguramente el capítulo más "genuino" del filósofo y para mí desde luego el más desechable del libro con diferencia, cuestión de gustos supongo, ya que todo lo que tenga resonancias "psicoanalíticas" me resulta sospechoso como mínimo. 

Afortunadamente no dura demasiado el suplicio y llegamos a la "sexta parada", uno de los capítulos más importantes del libro, donde se nos habla de "deshacer un acontecimiento", a través de otro o bien a través de la simple y pura negación del mismo, e incluso de su desarticulación de forma retroactiva. El capítulo concluye con algunas reflexiones de lo más interesantes:

"A menudo se dice que hoy en día, con nuestra exposición total a los medios, la cultura de las confesiones públicas y los instrumentos de control digital, el espacio privado está desapareciendo. Uno debería contraatacar este lugar común con la afirmación opuesta: es el espacio público como tal el que está desapareciendo. La persona que muestra en la red imágenes suyas desnuda o datos íntimos y sueños obscenos no es un exhibicionista: los exhibicionistas invaden el espacio público, mientras que aquellos que suben sus desnudos a la red se mantienen en su espacio privado y sólo lo amplian para incluir a otros."

Žižek ve en la "privatización" del espacio público un ejemplo de como en la sociedad actual el tan esperado "Acontecimiento emancipador", se está deshaciendo... como cada vez se torna más y más improbable... un pensamiento pesimista en este defensor de los movimientos emancipatorios al que vimos en un vídeo lanzándo un discurso a los activistas de "Occupy Wall Street", que no oculta sus simpatías por la formación griega "Syriza" y que actualmente se ha subido también al carro en su apoyo a la formación hispana "Podemos". Žižek no ve posibilidad alguna, o tal vez cada vez menos, en una hipotética revolución... aquí explica en parte sus razones de la supuesta capacidad del capitalismo global para cercenar de raíz los movimientos de protesta... eso sí con la sospecha de que se guarda muchas cartas en la manga. Me hubiera gustado ver alguna referencia a la obra de Byung-Chul Han en este libro, ya que me parece que el filósofo germano-coreano tiene mucho que decir en este tema.

La última parada-capítulo del libro nos lleva al destino que desde un comienzo apuntaba Žižek, el actual ritmo de cambios y acontecimientos evita la asimilación de los mismos y en definitiva que estos produzcan el impacto previsto... se desarticula por así decirlo el mecanismo del Acontecimiento, al menos en su dimensión histórica, a través de una sucesión interminable e ininterrumpida de acontecimientos... no hay cambio de paradigma, no hay revolución... al final se crea un orden artificial y ficticio donde ya da igual todo, una situación supuestamente "normal" donde la "anormalidad" pierde toda capacidad de convulsionar nuestros esquemas, el viejo dicho de que "todo cambie para que todo permanezca igual"... muy bueno el ejemplo de la radical pelicula griega "Strella" como símbolo de estos nuevos tiempos donde lo hasta hace poco tiempo "impensable" se afianza más y más en la realidad cotidiana y uno solo puede encogerse de hombros y exclamar "que le vamos a hacer" ...

Ha sido todo un viaje donde se ha hablado desde la iluminación budista al big bang, desde el mundo de las ideas de Platón a la fenomenología del espíritu de Hegel o la filosofía de Henry Bergson, desde el cine de Lars Von Trier, de nuevo me encuentro con el film "Melancolía", a las terribles producciones cinematográficas "La noche más oscura" y su apología velada de la tortura, y la infinitamente peor "The Act of Killing" donde se reduce el acontecimiento del exterminio de dos millones de seres humanos en Indonesia a una pantomima propia del peor Hollywood... Žižek como de costumbre nos deslumbra con una avalancha de ideas y de referencias cruzadas donde mezcla por igual la cultura popular, el cine, la literatura, la filosofía, el mundo de la espiritualidad, la ciencia... no hay charco que no pise ni zarzal donde tenga reparos en meterse. Seguramente es lo que más me gusta de él y en definitiva lo que hace que a pesar de ciertas incomodidades, a la imposibilidad de seguirle en ocasiones y al torbellino de ideas que destilan sus libros no termine de "escarmentar" y vuelva a él de vez con cierta frecuencia. Este libro me ha dejado buen sabor de boca, por lo tanto prometo que no tardaré tanto tiempo la próxima vez en volver a comentar una obra suya aquí.



Lo mejor: Una obra sencilla, en el contexto de la obra de su autor, pero contundente. En su mayor parte ligera y amena de leer, donde no faltarán algunas reflexiones profundas que andarán por nuestra cabeza durante días tras su lectura. Si ya se es forofo del filósofo o se busca una obra con la que "iniciarse" en su modo peculiar de escribir filosofía esta es sin duda una de las mejores.

Lo peor: En la revista de filosofía a la que suelo referirme aquí con frecuencia incluían a Žižek en una "selección" de los veinte pensadores más relevantes de la actualidad... no faltaron opiniones en contra de su inclusión en la misma. Creo que tanto la decisión de incluirle, como la de sacarle de la lista son completamente acertadas. Incluir a Žižek como uno de los filósofos más conocidos y "mediáticos" es correcto, pero sacarle de ahí por juzgar que su pensamiento no aporta, o al menos no suficientemente, ideas relevantes como para tenerle en un lugar tan importante seguramente también es una decisión acertada. Aunque el viaje fue interesante uno se pregunta si para llegar a tales conclusiones hacía falta tanta vuelta.

Lo menos malo que puedo decir de un libro como este es que constituye una entrada excelente al pensamiento del autor, nos guste o no, lo soportemos e incluso disfrutemos de su lectura, suele haber un poco de ambos sentimientos en mí cuando me enfrasco en sus libros, o bien, lo consideremos irrelevante o simplemente insoportable, una opción que también entiendo muy bien.