domingo, 30 de agosto de 2009

Mi sistema


Ficha: "Mi sistema", autor "Aarón Nimzovich, La casa del ajedrez, 226 páginas, ISBN 978- 84- 92517 -12-1.


He dudado mucho antes de incluir la crítica de este libro en este blog, seguramente nadie de las escasas visitas de esta bitácora tiene el menor interés en el ajedrez pero si he de ser honesto con el espíritu de la misma no puedo dejar de incluir los comentarios a cualquier libro que lea... aunque sea de ajedrez.

Máxime cuando en este caso la lectura, por no llamarlo estudio, del mismo ha consumido una parte muy significativa del tiempo que le consagro a los libros durante mis vacaciones de verano, que no es poco.

Antecedentes.

Tenía un reto pendiente con esta obra del gran jugador letón desde hace mucho, más de diez años, y por fin he cumplido este verano con la tarea, no es sencillo abordar la lectura de un libro como este sobre todo porque no hay que contentarse solo con la lectura de sus textos, sino que hay que pasar al tablero las partidas, variantes en las mismas, fragmentos sueltos de partidas y numerosos ejemplos de estudio que incluye... y eso es un trabajo que demanda mucho tiempo, son más de cien, de ahí que lo he reservado para mis vacaciones. Esa dedicación continuada durante bastante tiempo es lo que hace que esta reseña sea algo más larga de lo acostumbrado... pero total como nadie la va a leer ;-).

Antes de comentar nada del libro quisiera llamar la atención de los editores, anteriormente esta obra se publicaba en la editorial Fundamentos y esta edición de La Casa del Ajedrez es mucho más manejable y fácil de leer... pero adolece de unos defectos serios que espero que se hayan corregido en las siguientes ediciones, a saber, una serie de erratas que he detectado en las partidas y ejemplos y que paso a señalar aquí:

Fe de erratas:
- Página 46, partida nº 7, el 18º movimiento de las negras es peón a g6, no peón a g5.

- Página 94, en el ejemplo del diagrama 83 falta el nº 7 en la jugada 28 de las negras.

- Página 185, en el ejemplo de la partida Lasker-Tarrash (San Petersburgo 1914) la 15ª
jugada de las negras es caballo a e4... y no caballo a c4 como viene en el texto.

Y finalmente en la página 193 en la 45ª jugada de las negras del diagrama 176 donde pone
rey a f4 debería poner torre a f4.

Por lo demás no puedo más que elogiar la apuesta de esta joven editorial por una obra clásica e imperecedera como esta que en caso de haber seguido siendo publicada en su anterior formato dudo mucho que me hubiese animado a leer.

No se si será una falta de respeto o no al contenido original del libro pero... ¿sería mucho pedir que en futuras ediciones contuviese más diagramas?, es una verdadera lata pasar una a una casi todas las jugadas de una partida al tablero para darte cuenta de que varias jugadas atrás has metido la pata y tienes que empezar de nuevo sin un punto de referencia para no perder tanto tiempo. Hay varias partidas sin un solo diagrama, algunos más sobre todo en momentos clave de las partidas para poder seguir la evolución de las jugadas mentalmente serían de agradecer.


El libro y las circunstancias en las que fue escrito.

Bueno, pasemos ahora al libro en sí... ¿que tiene de especial esta obra que tras haber transcurrido más de setenta años desde su publicación sigue teniendo interés siendo reeditada cada cierto tiempo?. Para empezar su autor no solo era uno de los más fuertes jugadores de su tiempo sino también un notable teórico que pretendía no solo confeccionar una obra de divulgación sobre el juego sino también rebatir ciertos postulados asumidos por la mayoría de sus contemporáneos como ciertos sin ser sometidos a un examen crítico. Es una obra de divulgación que como bien comenta su autor en el prólogo "tengo la plena convicción de haber escrito el primer libro de verdadera enseñanza del ajedrez, y no solo un tratado de aperturas", tras su agotadora pero apasionante lectura no puedo estar más de acuerdo ¡gracias maestro! :-).

El ajedrez estaba por aquel entonces aquejado de parálisis y enfermo de dogmatismo, fueron una serie de pensadores como Nimzovich, Breyer, Reti y otros grandes jugadores de la época los que reaccionaron contra ese estado de cosas e insuflaron nueva vida a los conceptos estratégicos del juego, más que echar por tierra normas y conceptos lo que hicieron fue ampliar los mismos hasta el punto de desterrar para siempre el temor de que el ajedrez llegara a agotarse en un futuro próximo y la técnica alcanzase un nivel tal que todas las partidas magistrales terminasen en tablas.

Hoy en día incluso con los adelantos proporcionados por las computadoras con sus inmensas bases de datos y los programas de fuerza de gran maestro que se pueden conseguir por poco dinero y que cualquier aficionado tiene estamos muy lejos de ver el final del ajedrez, por eso resultan increibles las opiniones de campeones de la talla de Lasker y Capablanca que en aquel entonces abogaban incluso por la reforma del juego para evitar su "muerte", pero así era en aquella época debido al dogmatismo y la rigidez de los postulados de muchos teóricos, con el Dr. Tarrash a la cabeza, que consideraban, al igual que Botwinnik haría décadas más tarde, que solo había una "forma correcta" de jugar al ajedrez... por suerte aparecieron los "hipermodernos" o "neorrománticos" como se les llamó por aquel entonces con el bueno de Aarón a la cabeza que vinieron a demostrar que la riqueza del ajedrez estaba muy lejos de agotarse con una serie de nuevos postulados que aunque totalmente asumidos por la práctica magistral actual en aquel entonces parecían poco menos que herejía, sufriendo furibundos ataques en ocasiones muy poco fundados, que perderían fuerza rápidamente al ser expuestas las nuevas ideas en partidas de alto nivel comprobándose en la mayoría de los casos su validez.

Nimzovich en esta obra echa por tierra la idea por ejemplo de que para controlar el centro del tablero sea imprescindible ocuparlo por peones, pudiendo en cambio ser controlado por piezas de forma directa o indirecta. Incluyó tambien en esta importantísima obra conceptos como la profilaxis y la superprotección tan comunes en la estrategia del ajedrez de décadas posteriores, examinó de forma exhaustiva el procedimiento de bloqueo de un peón pasado y como este puede afectar a la posición en todo el tablero y a la partida.

Y todo redactado en un lenguaje claro, ameno y salpicado de notas de humor que hacen agradable su lectura, amén de abundandísimos ejemplos (de ahí lo laborioso de su estudio). No siempre las ideas mostradas quedan suficientemente claras en los ejemplos, muchos de los conceptos expuestos requieren de cierto nivel del estudiante de ajedrez y solo con la práctica pueden llegar a asimilarse bien, no obstante se puede considerar este libro como una valiosa guía en el extremadamente difícil asunto de la estrategia ajedrecística.

Las partidas.

A través de las partidas magistrales, la mayoría obra del propio autor, asistimos a enconadas luchas donde queda bien patente su estilo, era un jugador tenaz, de fino estilo posicional y profundo, más dado a restringir el juego contrario que a lanzar ataques. Estratega consumado no obstante solía rematar sus luchas lanzando demoledores golpes tácticos tras "atornillar" a sus rivales... si de un gladiador se tratase estaríamos ante un "retiario", esos que portaban una red para inmovilizar a sus rivales y matarlos luego a golpe de tridente.

Queda por tanto la duda sobre si realmente este gran jugador conseguía sus victorias en base a aplicar su "sistema" o bien eran el simple resultado de su capacidad de cálculo y su comprensión general del juego, lo cierto es que nunca se le ve emocionado cuando lanza sus remates tácticos o cuando aplica su técnica para ganar en un final superior... y sí en cambio cuando se realiza una fuerte jugada en el tablero que viene a ratificar sus teorías, entonces no duda en colocar signos de admiración y lanzar exclamaciones de júbilo.

Posiblemente sea la estrategia el asunto más dificil de este noble juego, aquello que cuesta más comprender ya que la técnica del cálculo y la de los finales se pueden aprender igual que se aprende la técnica de tocar la guitarra o la de tocar el piano... pero donde radica la verdadera belleza del ajedrez es en las ideas, y sobre eso versa realmente este libro, sobre la belleza del pensamiento humano enfocado en el ajedrez.


El autor.

Sé que Nimzovich era un tipo curioso, sufría bastantes nervios durante las competiciones y hay muchas anécdotas cómicas relacionadas con sus crisis nerviosas, también sufrió durante su vida de muchos ataques a sus ideas, fue en una ocasión humillado en el transcurso de una partida de torneo por el Dr. Tarrash cuando era un jóven debutante, humillación que le sirvió de acicate para poner a este gran jugador en su punto de mira y tratar de rebatir sus teorías sobre el ajedrez y hacerlo de la única forma posible, a través de su victoria en el tablero. Ese es el motivo de que en el libro adopte una actitud defensiva ante las críticas y su enconado ataque a las ideas de la escuela clásica que lideraba Tarrash.

Enfrentamientos teóricos aparte Nimzovich se nos muestra como una persona amable que no duda en poner partidas jugadas ejemplarmente por su feroz rival y otras en las que la suerte no le ha sonreido sin escatimar críticas a su propio juego. Estando en posesión además de una capacidad notable para ponerse en la piel del lector intentando mediante comentarios humorísticos restar algo a la inevitable aridez de cualquier tratado técnico.

Fallecido prematuramente de cáncer a los 49 años de edad justo cuando sus ideas empezaban a ser reconocidas tras años de ser ignorado y sufrir desprecios, es lo que tiene ser un innovador y adelantarse a su época, su legado como difusor del juego solo puede ser comparado al de Steinitz y Tarrash. Algunas de sus ideas incluso siguen siendo vigentes hoy en día como la famosa defensa nimzoindia usada frecuentemente al más alto nivel y de la que el campeón mundial Mihail Botwinnik llegó a comentar tras años de análisis enfrentándose a la misma "no existe refutación alguna para la defensa nimzoindia".

Otras ideas suyas cayeron rápidamente en el olvido o cuanto menos se vieron marginadas de la práctica magistral, como su defensa Nimzovich o su variante de la defensa siciliana... tras las jugadas 1.e4, c5 2. Cf3 ... aquí largaba Cf6 invitando a las blancas a lanzarse a ocupar el centro atacando al caballo negro, en el libro comenta divertido la cara que se le puso a Rudolf Spielmann cuando le jugó esto con negras... se puso blanco como la cera y evitó refutar en el tablero aquella osada idea jugando Cc3 ... Nimzovich aparte de ser un gran jugador y un teórico revolucionario era un cachondo ;-).

Dicen que en ocasiones gritaba y pataleaba cuando perdía una partida presa de un ataque de histeria, en una ocasión tras una derrota ante Samish, que le privó del primer puesto en un torneo y le hubiera reportado una abundante cantidad de dinero, se levantó de la silla y se subió a la mesa de juego exclamando en voz alta ¡pero como he podido perder contra este! ¡idiota!. Dos aficionados un día disputaban una partida y él tras observarles un rato le comentó a uno de ellos "yo de usted jugaría caballo a h5...", este tras estudiar la jugada recomendada "¡pero si eso es una tontería!" "¡pues claro! ya le dije que es lo que jugaría si fuese usted... " xD.

A veces su humor se tornaba verdaderamente ácido, como cuando un aficionado le incordió preguntándole el porque de una jugada que acababa de realizar "¿acaso podria usted explicar a un mono el funcionamiento de un reloj? pues de igual forma esa jugada queda más allá de su comprensión...".

En una ocasión se encaró con oficial alemán que ataviado con su uniforme había entrado en la sala sin la debida acreditación y este dió media vuelta y se fue... hay que tener en cuenta que Nimzovich era judío y tuvo que salir de su Letonia natal debido a las persecuciones que sufrían los judíos en la rusia pre-revolucionaria y los problemas que empezaban a tener los judíos en Alemania por aquel entonces.

En alguna ocasión pasaba un rato boca abajo haciendo el pino antes de una partida porque decía que así la sangre se bajaba a la cabeza y luego mejoraría su concentración ;-). En el transcurso de un torneo en Bled en Croacia, se presentó a jugar en traje de baño... hacía calor y el torneo se celebraba en verano en un lugar de veraneo, puso en un aprieto al organizador que consiguió convencerle finalmente de que se fuera a su habitación del hotel para cambiarse... iban a recibir la visita de la reina del imperio austrohúngaro y no era plan que le encontrase ataviado de esa guisa... en fin, era todo un personaje.


La estructura.

La primera parte del libro, la titulada "los elementos" es de lectura imprescindible y será de gran utilidad a cualquier jugador independientemente de su nivel, divide la estrategia general en temas concretos que aborda por separado, tales como la rapidez en el desarrollo en la apertura (con no muy afortunados ejemplos precisamente que harán sonreír a más de un jugador actual), las columnas y su utilización para la ocupación de la séptima y octava (o segunda y tercera si juegas con negras) líneas, pero es en el capítulo dedicado al peón pasado y el bloqueo del mismo y al dedicado a la cadena de peones donde hay que quitarse el sombrero.

La segunda parte es más compleja y se asume que uno domina y ha estudiado los "elementos" expuestos en la primera parte, aquí ya hablamos de estrategia de alto nivel con temas tales como la "superprotección" un tema que sinceramente me dejó a cuadros y su lectura supuso todo un descubrimiento, y los capítulos dedicados al complejo de peones doblados y su restricción y al peón aislado donde vuelve a brillar con su estilo didáctico y ameno, temas difíciles donde ya no puedo achacar al autor el que en ocasiones la claridad brille por su ausencia pues es necesario un importante trabajo previo y seguramente poseer un nivel bastante superior como jugador al que poseo.


Otros dijeron de este libro...

Yuri Aberbaj el maestro soviético que en las décadas de los 50 y 60 publicó un buen número de tratados técnicos sobre el final del juego comentó una vez en una entrevista:

- Posiblemente el libro que más me enseñó fue "Mi sistema" aunque también me hizo mucho daño.

El doctor S. Tarrasch, gran jugador y teórico, enemigo enconado de Nimzovich cuyos nuevos postulados siempre criticó y atacó comentó una vez cuando le preguntaron sobre este libro:

- Mi sistema del Sr. Nimzovich está muy bien, todo eso del bloqueo, de la superprotección, la profilaxis etc. ... pero hay un problema.

- ¿Cual es si puede saberse?

- Pues la existencia del jaque mate...

Estas son las principales críticas que se pueden hacer a esta obra, hay que tener un cierto nivel y ser un jugador que tenga más o menos dominado el asunto de la táctica, basar una partida en planteamientos estratégicos sin revisar continuamente los posibles golpes tácticos tanto tuyos como los del rival es simplemente un suicidio. No es una obra para principiantes aunque sí lo sean sus primeros capítulos, su autor comienza flojito para empezar a subir el listón hasta llegar a los difíciles últimos capítulos donde desaparecen buena parte de la sencillez y la claridad de los ejemplos, aunque no de sus lecciones y apartados "teóricos", en los mismos brilla siempre a gran altura y esa es su principal virtud... explicar con claridad ideas que no son precisamente sencillas.

Varias generaciones de maestros han tenido este libro como una de sus primeras y más habituales referencias, el campeón mundial Tigran Petrosian fue siempre un gran admirador de las teorías de Nimzovich y este libro y su secuela "la práctica de mi sistema" que espero comentar aquí un día de estos, no se sabe muy bien de que año ;-), fueron estudiados continuamente por él hasta sabérselos de cabo a rabo... por algo sería. No es solamente un libro de divulgación más, es una obra fundamental en la historia del juego que todo aficionado serio debería conocer por más que la estrategia ajedrecística haya evolucionado mucho desde entonces subordinándose de manera continua a la todopoderosa táctica.

Lo mejor: Si te gusta el ajedrez y tienes la peregrina idea de mejorar en tu juego, si consideras que los libros modernos habitualmente carecen de profundidad e interés y te desagradan los amasijos de variantes obtenidas mediante ordenador que inundan los análisis de las partidas de los autores modernos y si además no te asusta el trabajo ¿que haces que no lo tienes ya?. Quizás tu juego no mejore significativamente pero al menos pasarás a ser uno más del selecto club de "los que nos hemos leido mi sistema" ;-).

Lo peor: Tras dedicarle no menos de cuarenta horas a su lectura pasando una a una las partidas y los ejemplos a un tablero me pregunto hasta que punto toda esa información y ese trabajo se traducirá en mejora de mis resultados prácticos. "Cuanto más leo más burro me queo... " esa es mi impresión tras su lectura ;-), y me temo que no bastará con leerlo una sola vez , en el tema de la estrategia del ajedrez no conozco ninguno mejor que este pero no se puede considerar sino como material de estudio que ha de ser repasado de forma continua confrontando continuamente sus enseñanzas con la experiencia de tus partidas.

Nimzovich en la red



viernes, 21 de agosto de 2009

Regreso de las estrellas.


Ficha: "Retorno de las estrellas", autor "Stanislaw Lem, Alianza Editorial colección "Biblioteca Lem", nº de páginas 316, ISBN: 84-206-5891-X.


Continúo con mi viaje por la obra de este científico y filósofo disfrazado de escritor de Ciencia Ficción llamado Stanislaw Lem, en este caso con una de sus obras menos conocidas aunque no de menor calidad, me llevé una sorpresa cuando ví su fecha de publicación tras leerla, 1.961, era una obra totalmente adelantada a su tiempo, muy alejada en cuanto a calidad de la mayoría de la ciencia ficción que se escribía por aquellos tiempos, si la fecha de su publicación fuese veinte o treinta años posterior la obra no desentonaría para nada.

Narra las vicisitudes del astronauta Hall Bregg tras un viaje de diez años a un sistema solar muy alejado de la tierra, a su vuelta debido a los efectos de la relatividad han transcurrido ciento veintisiete años, llega junto con los pocos supervivientes de la expedición a un mundo donde todos sus amigos y familiares hace mucho que han muerto y donde la evolución de la historia ha transformado tanto la tierra y a la sociedad humana que es necesario un largo periodo de adaptación, está completamente solo y se siente extraño en el mundo al que regresa... para colmo hace mucho que la gente ha dejado de interesarse en la carrera espacial y ni siquiera es recibido como un héroe, su presencia al igual que la de sus ex-compañeros apenas despierta interés alguno.

Lem aborda de forma magistral la sensación de soledad ante un mundo incomprensible, ante la larga ausencia que transforma en extraño aquello que en principio nos era familiar, el protagonista vuelve al mundo de sus raices para comprobar que hasta estas ya no existen. Desmitifica también hasta extremos que no había visto nunca en una novela la temática de los viajes espaciales. No son super hombres, sino pobres diablos atormentados por el infierno que han tenido que vivir allá en las estrellas, allí han soportado todo lo que un ser humano puede llegar a experimentar sin caer en la desesperación o la locura y a la vuelta se encuentran un mundo que ha erradicado la violencia si, pero también el riesgo, el heroismo y aquellos valores que seguramente hicieron que estos anti-heroes se embarcaran en una empresa semejante... ya nada de aquello tiene sentido y se encuentran vacíos en el mundo al que regresan.

A veces la cosa tiene un transfondo no se si cómico o trágico, Lem utiliza todo un capítulo de la novela simplemente para describir la desorientación del protagonista, necesita todo el primer capítulo simplemente para salir del "astropuerto" en el que desembarca tras su llegada de las estrellas... hasta tal punto ha cambiado el mundo y la tecnología que asistimos al igual que el protagonista a un desconcertante despliegue tecnológico donde el pobre se da de bruces una y otra vez con un desfile alucinante de formas y colores extraños con los que se consigue transmitir perfectamente la desorientación y desesperación de un ser humano en un mundo tan raro y extravagante como lo sería para un cavernícola una de nuestras modernas ciudades, hay momentos que recuerdan a "Alicia en el País de las Maravillas" ... una buena muestra de la impresionante imaginación de S. Lem.

El autor usa un viaje espacial pero podría ser también el retorno tras una larga estancia en la guerra y la difícil adaptación a un mundo en paz. El personaje poco a poco va acostumbrándose a su nuevo entorno y finalmente llegará a sentir aquel mundo como el suyo, no lo tendrá fácil y a lo largo de la novela se nos describe de forma detallada su psicología y su tormento interior hasta el reconocimiento final de que "ya está en casa".


Lo mejor: Ciencia Ficción de la buena, las descripciones del viaje a las estrellas que van desgranándose a lo largo de la novela, pleno de sufrimiento y penalidades pero también de maravillas... el saberse testigos de algo único y la imposibilidad de transmitir esa sensación a las personas que conocen a su vuelta. El sentimiento de extrañeza del protagonista principal y su tormento interior junto con la descripción de ese "nuevo mundo" son de lo mejor que he leído en este género.

Lo peor: El personaje principal resulta un poco patético, por momentos resulta admirable para caer rápidamente en la autocompasión. Hay alguna segunda lectura, algo obligado en cualquier obra de Lem, pero da la impresión de que se queda a medias en comparación con otras obras de este autor. Como bien comentó ese gran escritor de C. Ficción Philip K. Dick "la afición a la Ciencia Ficción necesita de dos cualidades en el lector, inteligencia y mentalidad abierta... la primera es bastante habitual en muchos aficionados a la lectura pero por desgracia la segunda se suele perder con los años"... ahí queda eso ;-).





miércoles, 19 de agosto de 2009

Diarios de las estrellas


Ficha: "Diarios de las estrellas: viajes", "Diarios de las estrellas: viajes y memorias", autor Stanislaw Lem, Ediciones B, colección punto de lectura. Páginas 256 y 322, ISBN: 84 663 0001 5 y 84 663 0002 3.

Inmerso en los calores de la estación estival he vuelto a retomar la lectura del que ha sido desde siempre mi género literario preferido, la Ciencia Ficción, eligiendo estas dos novelas del genial escritor polaco, ambas forman una unidad de lectura, imprescindible para los buenos aficionados al género y más allá de otras obras contemporáneas galardonadas con prémios Hugo y Nébula que llenan las estanterías y que solo ofrecen bonitos fuegos de artificio y el juego del "más difícil todavía" a un lector solo interesado por la mera distracción, nada que objetar a ello, Lem en estas y otras obras nos propone una visión muy diferente ante cuya calidad no pasan los años ¿cuantos de los éxitos de la Ciencia Ficción de los noventa y la presente década resistirán tan bien el paso del tiempo?.

Lem hizo añicos la habitual frontera entre este maravilloso aunque limitado género de la ciencia ficción y la literatura "mainstream" . Con la inevitable referencia de aquel clásico conocido por todos "Los viajes de Gúlliver" nos presenta un personaje principal, un astronauta y viajero incansable del cosmos de temperamento irascible de nombre Ijon Tichy, seguramente un juego de palabras entre una de las lunas de Júpiter, Io, y el astrónomo inglés del siglo XVI Tycho Brahe en cuyo honor se ha bautizado uno de los cráteres de la luna.

Con la excusa de narrarnos las peripecias de este personaje Lem aprovecha, y siempre en clave de humor a veces verdaderamente corrosivo, para mostrarnos sus ideas acerca de la vida, la historia del hombre, la filosofía y la naturaleza humana. Su forma de escribir esta obra nos recuerda de forma deliberada a un estilo clásico, hay constantes cambios de registro, una riqueza de vocabulario y una imaginación desbordante, habitualmente se termina cada capítulo con una conclusión no siempre demasiado halagueña sobre el género humano.

Es inolvidable el viaje por los agujeros gravitacionales que ocasiona la duplicación del presente, llega un punto en que el lector termina tan confundido como el pobre astronauta incapaz de ponerse de acuerdo ni siquiera consigo mismo, o el viaje que narra la expedición de espionaje al país de los robots donde la computadora enloquecida de una nave espacial ha fundado un estado de robots... son fábulas desbordantes de imaginación y sentido del humor con una habitual segunda lectura ya no tan graciosa.

Destaco también que sin duda alguna el principal blanco de las burlas de Lem en esta obra es el género de la ciencia ficción... Ijon fríe bistecs en la pila atómica de la nave, limpia el parabrisas de la cabina de navegación sin resultado alguno ya que es la sombra de un mundo que se acerca lo que ha tomado por mancha... el cachondeo es interminable, que nadie espere detalladas y sofisticadas descripciones de tecnología o verosímiles cuadros de civilizaciones alienígenas. En la habitual división entre ciencia ficción "hard", con aires de seriedad y verosimilitud científica habitualmente carente de sentido del humor, y la "soft" donde prima la idea sobre el fondo o medio empleado para mostrarla Lem se situa en este extremo justo hasta donde es posible llevarlo, su obra en general y especialmente en este caso usa el relato de ficción como mero trampolín de sus ideas filosóficas consiguiendo una mezcla verdaderamente singular de chanza y chirigota-profunda reflexión sobre la naturaleza humana.

Conforme pasan los capítulos la narración se va volviendo más filosófica y de más hondo calado, el último capítulo de "Diarios de las estrellas: viajes", el viaje vigésimo, es simplemente un ejercicio de imaginación impresionante, la historia del universo y de la humanidad condensados en unas pocas páginas llenas de un humor ácido y descacharrante a la altura del mejor Terry Prachet, autor que sin duda ha debido de leer asiduamente a Lem.

El segundo libro abandona las peripecias viajeras y el tono ligero del primero para embarcarse en cuestiones más profundas continuando con el tono del último capítulo, el viaje vigesimo primero es todo un ensayo sobre la idea de Dios y el hombre narrado en forma de historia de un mundo donde la libertad del individuo ha sido llevada a su máxima expresión... ideas de hondo calado y que más allá de la burla, la distracción y el pasar el rato, que uno espera encontrar en una novela, te golpean de la forma más insospechada, al igual que Ijon el lector se quedará sin palabras al final del mismo.

En la última parte la dedicada a "las memorias" en vez de encontrarnos con más relatos de viajes se nos presenta toda una galería de científicos chiflados que conoce Ijon mientras escribe los relatos de sus andanzas cósmicas, en ellos y de forma permanente se nos presenta el tema del alma, la naturaleza del ser humano, de que es lo que podemos considerar vida inteligente etc etc, y sin abandonar en ningún momento la ironía sutil en ocasiones, burda y descarada en otras, Lem no deja títere con cabeza en esta obra, no hay posibilidad de quedar indiferente ante la misma.

Bien por Lem, un autor que no solamente sabía escribir maravillosamente sino que además era un gran filósofo que sabía imbuir en sus obras temas absolutamente serios y profundos en medio de las situaciones más imaginativas y disparatadas, sin duda alguna que es uno de esos clásicos de la literatura que merece la pena visitar una y otra vez.

Lo mejor: Una obra con vocación de clásico, narrada en un tono fabulesco, plena de imaginación, un riquísimo vocabulario con abundantes, apabullantes diría yo, segundas lecturas, destinada a perdurar como un clásico de la ciencia ficción por siempre jamás, recomendable además para todas aquellas personas interesadas en la obra de este gran escritor aunque no sean aficionados al género. De verdad que vale la pena adentrarse en el peculiar mundo del genial polaco, uno no deja de sorprenderse a cada paso.

Lo peor: A través de la ironía y la burla se destila un profundo pesimismo en las instituciones políticas y religiosas de nuestro tiempo, pasado presente y futuro, pero también hacia la misma naturaleza humana, es así como yo al menos lo siento... para Lem no hay esperanza, no tenemos remedio. Los aficionados más puristas a la ciencia ficción, sobre todo aquellos acostumbrados a obras de escritores más recientes es posible que no valoren positivamente estas novelas, su estilo deliberadamente fabulesco y arcaizante chocará con la habitual narrativa actual más propia de un guión cinematográfico que de la verdadera literatura. A veces la narración se pierde y se hace tan densa que cuesta trabajo abrirse camino, no es una obra fácil a pesar de su formato.