jueves, 28 de enero de 2016

Por qué el mundo no existe



"El hecho de que la realidad no es como parece es una idea familiar para el hombre moderno, que ya la percibe en la escuela cuando comprueba asombrado por primera vez que se puede calcular con letras, o al viajar lejos de casa, cuando nos vemos obligados a revisar prejuicios profundamente arraigados. Si tantos objetos resultan cuestionables en una inspección más cercana, si todo el conocimiento parece estar envuelto de algún modo en una ignorancia profunda, ¿por qué confiamos todavía en la realidad tal y como se nos presenta, en el mundo en el que parece que estamos viviendo?"


Ficha: "Por qué el mundo no existe", Markus Gabriel, ediciones Pasado y Presente, 228 páginas, ISBN: 9788 494 339271

Con este sensacionalista título llega a nuestras librerías la primera obra de este filósofo alemán que se ha convertido en todo un éxito en su país. Allí de hecho es a estas alturas el filósofo más "mediático", posee indudables dotes para ello: juventud y atractivo físico, unidos a unas excelentes dotes comunicativas gracias a su dominio de varios idiomas y una afilada inteligencia que parece desbordarle continuamente y que se traduce en un contagioso entusiasmo a la hora de plasmar sus ideas, ya sea en una entrevista, una conferencia y sobre todo en este libro. Tenemos todo un raro espécimen en el mundo de la filosofía que a buen seguro a estas alturas habrá sido más que denostado por sus colegas más "académicos"; pues en su mundo la presencia frecuente en los medios no se suele perdonar... y es que la envidia es muy pero que muy mala :-). 

De hecho, como bien se comenta en una entrevista publicada en la informacion hay quien dice que este libro "es un libro simple y filosofía para tontos"... a lo que Markus replica que lo considera un piropo porque muchas veces la "oscuridad" en muchos trabajos filosóficos se usa para ocultar que no tienen nada que decir, algo parecido creo que comentó una vez Nietzsche, que "los hay que enturbian las aguas para ocultar que no son muy profundas". Debo por lo tanto de ser muy tonto porque la verdad es que su libro me ha encantado, lo he encontrado a la vez profundo y comprensible... y no solo eso, es que dudo seriamente que este año vaya a leer nada mejor en el campo de la filosofía, al menos en el de la contemporánea.

Este no es un libro del montón, aunque en él, tal y como reza el título, se habla mucho del tema del mundo y la demostración de su inexistencia, filosóficamente hablando claro, el verdadero asunto del que trata es la puesta de largo de una nueva filosofía denominada "nuevo realismo". De hecho un título mucho más apropiado hubiera sido precisamente este, "manifiesto del nuevo realismo"... un título que no podía tener porque ya tenemos un libro con este nombre del filósofo italiano Maurizio Ferraris. Tanto Gabriel como Ferraris serían los máximos exponentes de esta nueva corriente filosófica que pretende sellar la tumba tanto del constructivismo y lo que quede del denominado "posmodernismo", como de cualquier visión metafísica del mundo... enarbolada curiosamente en ocasiones por serios hombres de ciencia.

No, como comenta Markus de forma bastante provocativa en el prólogo, no existe el mundo, aunque sí las cosas, tanto aquellas con entidad física como aquellas que no la tienen, "existe nuestro planeta, existen mis sueños, la evolución, inodoros, pérdida del cabello, esperanzas, partículas elementales e incluso unicornios en la Luna"... todo existe excepto una cosa, el mundo, entendido este como una entidad con las características de un "superobjeto" capaz de englobar todo cuanto existe. Markus se toma su tiempo y tardará varios capítulos en demostrarnos desde múltiples puntos de vista porqué esto es así, por muy loco o estúpido que parezca en un primer momento.




De forma amena, didáctica y con abundantes pinceladas de humor e ironía, el autor nos irá conduciendo en un viaje filosófico desde un nivel que podríamos llamar "básico", hasta profundas reflexiones sobre el mundo, la naturaleza humana y el conocimiento. Se trata de una escalera enorme que iremos subiendo, peldaño a peldaño, y donde siempre se nos llevará de la mano, nunca se utilizará un término que no entendamos y se usaran de forma abundante los ejemplos. El libro abunda en términos y definiciones, algunos ya conocidos por cualquiera que se haya aproximado alguna vez a la filosofía (y aun así definidos en el libro), tales como constructivismo, monismo, creacionismo, fetichismo, existencialismo, fisicalismo, ontología, dualismo y muchos otros; aunque sin duda los más interesantes serán los términos de nuevo cuño que vertebran esta nueva escuela de pensamiento filosófico: ámbito objetual, aparición, blobjetivismo, predicado diagonal, predicado subjetivo, diferencia absoluta... y otros ya conocidos pero dotados ahora de un nuevo significado.

Cualquiera diría que con semejante contenido nos encontramos con un libro que si bien no es extenso parecería un ladrillo infumable... nada más alejado de la realidad. Alguna vez leí, creo que en un cómic ;-), que "la esencia de la tecnología más avanzada es la simplicidad"... aplicado al diseño sin duda que es así, y probablemente se podría decir lo mismo del pensamiento filosófico, aunque se que mi opinión como lego en la materia vale menos que una voluta de humo. Precisamente creo que ahí está el mérito de este libro que ha pasado, de momento, sin pena ni gloria por las estanterías en la sección de filosofía de una conocida cadena comercial y que descubrí por pura casualidad... algún comentario hay en internet, si, pero me causa perplejidad como un libro tan bueno, en un tema tan difícil que logra poco menos que la "cuadratura del círculo" filosófica esté todavía ahí tan ignorado...

El libro abunda también, como no podría ser de otra forma al presentar su "nueva" escuela filosófica, en propinar múltiples codazos a dos visiones del mundo aparentemente antagónicas, pero que chocan de frente con este Nuevo Realismo, la visión postmoderna, donde poco menos se afirma, o afirmaba, que no hay una única realidad, que lo único que hay son interpretaciones y construcciones de la misma en función de quién observa, negando en algún caso extremo incluso la existencia de algo real debajo de esa interpretación, y la visión metafísica que pretende encontrar sentido a todo cuanto hay y que cree en una realidad última, aunque se piense que la misma está y estará siempre más allá de nuestro conocimiento, tal sería la actitud de los científicos que andan empeñados en buscar, y soñar, con esa "teoría del todo".

Markus es muy claro al respecto, sí, existen las múltiples interpretaciones, pero no todas son igual de válidas y no es cierto que bajo una interpretación de la realidad no haya más que vacío... precisamente interpretamos el mundo a través de nuestros sentidos, imperfectos y limitados, porque hay algo más allá de los mismos... y es REAL, esa visión limitada, distorsionada e imperfecta es como es precisamente porque apunta a algo. Y en cuanto a la metafísica simplemente afirma que ese superobjeto, esa sustancia global, esa ley universal o como queramos llamarla... pues ni existe, ni ha existido, ni puede además existir... los científicos que la buscan lo hacen en vano.

Su filosofía nos desvela un mundo infinito donde la dimensión física, la que existe en el espacio y el tiempo es solamente un aspecto de la realidad... y ni mucho menos el más grande. Un mundo donde hay innumerables objetos, unos tienen correspondencia en el mundo físico ya que pertenecen a ese ámbito, y otros no, un mundo tan heterogéneo, tan dispar, tan variado... que no hay término para llamarlo, y la palabra "mundo" es simplemente una convención del lenguaje carente de todo significado ya que no posee propiedad ni diferenciación alguna.

"La comprensión de que el mundo no existe y de que solo hay campos de sentido que se multiplican infinitamente en infinitas variaciones, nos permite concentrarnos en el ser humano con independencia de cualquier visión particular del mundo. Todas las concepciones del mundo son de hecho falsas porque suponen que hay un mundo del que formarse una imágen."

Ese universo que contemplamos extasiados una clara noche estrellada, el que observan los astrónomos y los cosmólogos a través de los objetivos de los telescopios, o los astronautas en sus vuelos espaciales, por muy inmenso que parezca, realmente solo es una parte de cuanto hay... y una parte en modo alguno tan grande cuando se compara con lo que nos queda. Ahí están nuestros pensamientos, nuestros sueños, nuestras emociones, las interpretaciones sobre las obras de arte,  las leyes, las divisiones administrativas, los rasgos culturales, los idiomas, nuestros anhelos y nuestras fantasías... una inmensidad infinita que escapa del ámbito de la ciencia y que existe, si, pero en otro plano. De ahí que esa posibilidad, que algunos apuntan, hacia una futura fusión entre las ciencias, las ciencias sociales y las humanidades sea vista con bastante escepticismo... 

Markus Gabriel dista mucho de quitarle mérito alguno a la ciencia, este no es un libro anti-científico para nada, lo que sí hace es darle a cada uno lo suyo y en particular carga contra la aceptación de la visión científica del mundo como única visión verdadera y también lo hace cuando cree que la ciencia se sale de su ámbito y trata de vampirizar otras disciplinas. Ha sido muy esclarecedora la parte en la que en el libro realiza una fuerte crítica a la corriente "neoatea" del Sr. Dawkins y otros, no porque no tengan razón en su crítica al creacionismo religioso, tan de moda en los EEUU, sino por extender esa crítica a la religión en su totalidad... algo con lo que definitivamente tanto Richard Dawkins , Danniel Dennet y otros estarían "sacando los pies del tiesto" y cometiendo el mismo error que cometen sus adversarios cuando hacen que la religión se extralimite en sus funciones e intente darle lecciones a la ciencia en el ámbito de la misma.

"El fracaso de la concepción científica del mundo no reside pues en la ciencia, sino en la opinión acientífica que deifica la ciencia y la emparenta con una religión también mal entendida. Las ciencias no explican el mundo, pero lo que explican lo pueden explicar con precisión: una molécula, un eclipse, una línea de una novela o un error lógico en una discusión. La comprensión de que no existe el mundo nos ayuda a acercarnos a la realidad y a reconocer que somos seres humanos, que como tales se desplazan en el espíritu. Haciendo caso omiso del espíritu y observando solo el universo, desaparece evidentemente todo sentido humano. Pero eso no es culpa del universo, sino nuestra"

No solamente la visión científica del mundo se lleva lo suyo... por si alguien pensaba que Markus defendía una cosmovisión semejante a la de la religión ahí está el capítulo dedicado al "sentido de la religión", donde podemos leer cosas tan interesantes como:

"A la cuestión de si Dios existe o no, por tanto, hay que responder de forma mucho más prudente de lo que piensan sectas obtusas o los neoateos. Quien examine la cuestión de Dios independientemente de la historicidad del espíritu, en realidad ha perdido la partida... "

"La existencia de Dios no es un problema que interese a la ciencia, porque Dios no aparece de forma natural en el universo. Cualquier religión que suponga eso puede rechazarse razonablemente como error, como una forma de fetichismo. Pero no toda religión es fetichista. En la religión lo más esencial es la cuestión de los seres humanos y su ubicación en un contexto de sentido, y no se puede "externalizar" esa ubicación encargándosela a una comisión de expertos, ya que no hay expertos en la condición humana que nos puedan ahorrar esa tarea."

El libro culmina en dos capítulos de muy diferente nivel, el arte y su naturaleza y lugar en esta concepción tan peculiar del mundo que aporta esta filosofía, y el mundo de la televisión y el entretenimiento audiovisual. El primero nos llevará a las mayores cotas de abstracción y dificultad del libro, por mucho que el lenguaje empleado sea como siempre sencillo y claro como el cristal, el segundo nos llamará la atención como a través de las series de televisión, algo muy recurrido en la filosofía popular últimamente, se trasluce el espíritu de los tiempos... finalmente el libro concluye con un pequeño, pero jugoso, apartado sobre el sentido de la vida, una golosina que premia el esfuerzo paciente del lector tras el arduo viaje, toda una pequeña, o grande según se mire, aventura intelectual que difícilmente dejará indiferente a nadie.

"Vamos todos juntos en una expedición gigantesca, llegados hasta aquí de ninguna parte, avanzando juntos hacia el infinito"

Para terminar un par de enlaces, en el primero tenemos a Markus Gabriel en una de las conocidas charlas TED promocionando su trabajo, subtitulado en castellano aunque podría haber dado la misma en nuestro idioma sin ningún problema. Y aquí le tenemos en una entrevista concedida en italiano, muy comprensible para los castellano parlantes en gran medida.

Y bueno... recomendar también este trabajo de Jim Holt "¿Por qué existe el mundo?", comentado en este blog y que parece contradecir los postulados de Markus, en el título claro, porque se trata de un trabajo muy recomendable, pero elaborado de una forma muy diferente y con una temática y enfoques completamente diferentes... quien sabe si Holt habrá cambiado de opinión al leer el trabajo de M. Gabriel ;-).


Lo mejor: Una pequeña gran obra maestra de la filosofía del siglo XXI, claro, ameno, profundo, didáctico... un libro muy trabajado y estudiado de principio a fin, con una gran consideración por el lector neófito y a la vez con el suficiente material de hondo calado para interesar al más avezado lector de filosofía. A Markus Gabriel se le podrá reprochar su brevedad pero no se le podrá tildar de superficial. Este es un libro del que cuesta trabajo separarse,  que se lee con sumo agrado de principio a fin, que demuestra que ni la filosofía está muerta, tal y como dicen algunos, ni está siquiera moribunda... tal y como dicen tantos otros, y que hace reflexionar al lector; justo lo que un ensayo filosófico debe pretender, y encima con gran economía de palabras, lo cual es también de agradecer. En definitiva un filósofo cuyos pasos hay que seguir y al que hay que leer. Me apunto algunas de las lecturas sugeridas por Markus en este libro y en especial el ensayo de Maurizio Ferraris mencionado.

Lo peor: No se puede contentar a todo el mundo, los filósofos más avezados y académicos le podrán reprochar quizás la falta de originalidad, ¿es nueva esta escuela filosófica? ... no existe en filosofía ninguna escuela que pueda presumir de serlo, y menos en nuestros tiempos. Algunos no verán otra cosa que la resurrección de la "monadología" de Leibniz ¡quién lo iba a decir a estas alturas!. Comentaba Sloterdijk que en función de como somos así elegimos a nuestra filosofía favorita... está claro que la forma de ser y el mundo personal de Markus ha influido forzosamente en su concepción filosófica, él no oculta los datos personales de hecho, quizás de ahí esa vitalidad, ese optimismo y ese entusiasmo por su filosofía... y por eso uno se pregunta al final ¿hasta qué punto todo esto aporta una visión mejor y más exacta de nuestra cosmovisión?... o bien estamos ante el inicio de algo grande que pasará a los anales de la historia de la filosofía, o simplemente ante el comienzo del estallido de una bonita colección de fuegos artificiales que finalmente quedará en nada. 


jueves, 14 de enero de 2016

En el camino

"... porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un 'Ahhh!' "


Ficha: "En el camino", Jack Kerouac, editorial Anagrama, 396 páginas, ISBN: 9788 433 920140

En el último número de mi revista favorita venía una pequeña reseña de esta obra del escritor norteamericano, uno de los máximos representantes de aquel fenómeno literario denominado "Generación Beat",de los años cuarenta y cincuenta, que casi todos coinciden en señalar como germen que animó la posterior contracultura norteamericana de los sesenta... esta novela , basada en su mayor parte en hechos y vivencias reales de su autor, se publicó en 1.951 y tenía la curiosa característica de haber sido escrita a máquina en un rollo de papel continuo que medía más de 36 metros de largo, aunque la misma había sido gestada durante cierto tiempo y estaba ya parcialmente escrita en notas que Jack había ido tomando durante los años anteriores durante sus viajes por el país.

Se trataba de crear una obra literaria que fluyera de forma espontánea, paralela a su pensamiento, y hacerlo además de la forma más rápida posible, sin capítulos, sin estructurar... así lo hizo, fueron veinte días de una furiosa tarea escritora en la que Jack debió dormir bien poco y consumir abundantes tazas de café, tabaco y otros estimulantes. El texto le salió directamente del corazón y de las tripas... se nota mucho, y eso que la versión que he leído probablemente sea la publicada inicialmente, bastante censurada.

Jack aparece en la novela con el seudónimo de Sal Paradise, en la misma le acompañan abundantes compañeros de juerga y viajes, sobre todo Neal Cassady (en la novela Dean Moriarty), Allen Ginsberg y William S. Burroughs... todos escritores y protagonistas de esta nueva ola literaria caracterizada por su espontaneidad, su inconformismo, experimentación y su anhelo de una existencia más espiritual y auténtica en esa América de la posguerra, guerra fría, falsedad y consumismo más descarnado.

La acción transcurre durante varios años, el texto está dividido en cinco partes que corresponden a cinco viajes de una punta a otra del país, veremos Sal Paradise, su protagonista y alter ego del autor se lanza a la aventura de viajar al oeste, sin nada mejor que hacer, aburrido de su vida y con un fuerte anhelo de encontrar sentido a su existencia le veremos dar tumbos de un lado a otro durante miles de kilómetros, en ocasiones solo, otras acompañado de sus amigos. Dean será el principal co-protagonista, un personaje retratado como un ser al borde del abismo, con un comportamiento maniaco que raya en la locura y una pasión por vivir que solo se puede calificar de autodestructiva. Es imposible ya aventurar cuanto hay de real y cuanto de ficción en el relato, y sobre todo qué criterio escogió Jack para elegir reflejar lo uno y fantasear con lo otro, pero una cosa es clara, la honestidad y la espontaneidad es tan brutal desde el mismo inicio, hay momentos tan "gloriosos" y otros tan miserables y estúpidos que se podría decir que lo omitido en este relato tuvo que ser bastante poco interesante ;-). Me remito a esa frase de Kerouac recogida en esa fotografía de más adelante, porque me parece una de las más honestas que jamás se ha escrito "no tengo nada que ofrecer a nadie salvo mi propia confusión".




A lo largo del relato veremos de todo, viajes alocados a más de cien millas por hora en coches desvencijados, un ir y venir constante de compañeros de viaje, viajes en furgonetas de mercancías, juergas y borracheras inauditas, pero también soledad, hambre, frío, suciedad y fatiga... y sobre todo miedo, miedo a la soledad, a la inmensidad de un país que amenaza con engullir a su protagonista de un solo bocado, miedo a caer en la rutina, a vivir esclavos de un presente que odian y que termine aplastando sus ganas de vivir. Por el libro veremos toda una gran colección de personajes estrambóticos, delirantes líneas de diálogo, pasajes de gran fuerza lírica en medio de la mayor sordidez... me quedo por poner un breve ejemplo con el hermano de la novia mejicana del protagonista conduciendo orgulloso su camioneta cargada de estiércol y brindando siempre por el día siguiente, o ese mendigo judío, imagen sarcástica de los profetas del Antiguo Testamento, que hacía como que leía ese libro recogido en las alcantarillas... J. Kerouac intentó sin duda alguna ser fiel a sí mismo, retratar con la mayor honestidad posible sus recuerdos de aquellos frenéticos años que le dejaron marcado para siempre... y sin duda alguna que lo consigue. El ritmo es trepidante, no se da respiro al lector, veremos todo un torbellino de sentimientos de principio a fin... no me extraña que este libro fuera escogido como "biblia" de toda una generación, cuando pienso en la imagen que de aquellos años nos daba Hollywood... que diferencia con el verdadero sentir y vivir de aquel tiempo, que diferencia con estos individuos tan auténticos. 

En un país que siempre se ha caracterizado por su materialismo, donde siempre ha primado más que en ningún sitio el "tanto tienes tanto vales", ver a unos personajes cuya principal preocupación es ver donde se cogerán la siguiente borrachera, o como conseguirán al día siguiente dinero para seguir sus viajes o echar gasolina al coche... personajes que sueñan continuamente con un futuro mejor pero que, no obstante, aprovechan cada gramo del presente... nada que ver con el típico ciudadano responsable que forma una familia, trabaja como un negro y se encadena de por vida a un lugar o a una hipoteca... para ellos el futuro era siempre a muy corto plazo, al día siguiente como mucho.


Naturalmente esta forma alocada de vivir, este huir continuamente hacia adelante, porque en ocasiones parece que huyeran más que buscaran algo, tiene también su reverso negativo... no siempre la conducta será ética, no dudarán en mangonear y efectuar pequeños robos si la ocasión lo requiere, sablear a amigos y parientes todo cuanto pueden, y lo peor de todo... a engañar de forma consciente a las chicas, unas santas a pesar de todo, con las que se topan. Y es que este grupo de calaveras, especialmente el desquiciado Dean, tuvieron también una relación especial con las mujeres que les rodearon, eran especialistas en cautivarlas con su labia y engañarlas posteriormente, no por maldad ni por un perverso "donjuanismo", sino por ser simplemente como eran, incapaces de adaptarse a una vida "normal", el sedentarismo y lo convencional no estaban hechos para ellos, eran incapaces de cambiar, de hecho nunca lo harían. Ese andar a su aire, viviendo como si estuvieran solos en el mundo sin ataduras de ninguna clase a excepción, eso sí, de la amistad firme como una roca que se forja entre Sal y Dean, retratados en la portada del libro, y que termina siendo el vínculo más firme de sus vidas, esa forma de entender la vida terminará cobrándose su tributo.

No es extraño que tanto Jack como Neal Cassady reventaran antes de los cincuenta, el ritmo de vida que llevaban con esos alocados y accidentados viajes, el consumo masivo de café, alcohol, tabaco y estupefacientes no hay cuerpo que lo resista, aunque estoy seguro que nunca pasó por sus cabezas terminar viejecitos consumiéndose poco a poco en un asilo u hospicio, estos cabezas de chorlito, extravagantes y con ese punto genial que linda con la locura no estaban hechos para este mundo y mucho menos para ese tiempo. 

"Algo, alguien, un espíritu nos perseguía por el desierto de la vida y nos alcanzaría antes de llegar al cielo. Por supuesto, ahora que volvía a ello, no podía ser más que la muerte: la muerte que nos alcanza antes de que lleguemos al cielo. Lo que anhelamos durante nuestra vida, lo que nos hace suspirar y gemir y sufrir todo tipo de dulces náuseas, es el recuerdo de una santidad perdida y que probablemente disfrutamos en el seno materno y sólo puede reproducirse (aunque nos moleste admitirlo) al morir. Pero ¿quién quiere morir?".

"Dean sacó otras fotografías. Comprendí que eran las fotos que algún día mirarían asombrados nuestros hijos pensando que sus padres habían vivido unas vidas tranquilas, ordenadas, estables y levantándose por las mañanas a pasear orgullosos por las aceras de la vida, sin imaginarse jamás la locura y el follón de nuestras arrastradas vidas reales, de nuestra auténtica noche, del infierno contenido en ella, de la insensata pesadilla de la carretera".


Lo mejor: Una obra de culto, una de esas novelas americanas imprescindibles, mucho más notable que la sobrevalorada "El guardián entre el centeno" o la inolvidable y divertidísima "La conjura de los necios". Hay fragmentos de la misma y algunas partes que dan ganas de aprenderse de memoria, incluso hoy en día es difícil encontrar una escritura tan espontánea, caótica y a la vez de tan hondo calado. Es necesario en ocasiones hurgar un poco entre los desperdicios y los escombros, la novela posee muy diferentes matices, capas y sentidos, no estando todo a la vista y no significando todo lo mismo para según qué lector... pero lo que se encuentra vale la pena. Sobre todo, porque aunque parezcan las divagaciones de un individuo estrafalario, borracho y vividor de la norteamerica de los años cuarenta, los temas y los sentimientos de los que nos habla son tan actuales hoy como entonces.

Lo peor: No es una novela fácil, en ocasiones, la cantidad de personajes que entran y salen llega a marear, hay que leerla tal y como uno escucharía una pieza de jazz improvisado, de hecho en su concepción la novela es casi "musical", hay que seguirle el ritmo y no tratar de entenderla completamente frase a frase sino dejarse llevar, poco a poco se entrará en el juego y al final si uno es paciente verá que la experiencia ha valido la pena. Hay situaciones y vivencias reflejadas en el libro, no demasiadas, que son bastante poco creíbles, no hay que perder de vista que "En el camino" por muchos rasgos autobiográficos que tenga no deja de ser una novela.



miércoles, 6 de enero de 2016

En movimiento: Una vida


Ficha: "En movimiento: Una vida", Oliver Sacks, editorial Anagrama, 378 páginas, ISBN: 978 843 3963 956

Finalmente se cumplió el pronóstico y el bueno de Oliver nos dejó el pasado verano. No he terminado ni mucho menos de hacerle aquí el homenaje que se merece, tenía previsto leer y comentar su primer libro autobiográfico "El tío tugsteno", pero la generosidad de uno de los lectores de este blog ha motivado que continúe el repaso de su obra por la que es su último, por ahora, trabajo... sugiero que quizás no sea lo último que se publique con su nombre porque gracias a esta autobiografía he sabido que el Dr. Sacks era un escritor extremadamente prolífico, alguien para quien la escritura era parte indisociable de su vida. Ha dejado tras de sí una ingente obra, miles y miles de hojas manuscritas que nunca han visto la luz y que quien sabe si más adelante podrían constituir material publicable. 

De todas formas ahí están sus libros, la inolvidable obra de un escritor extraordinario, un escritor "total", un narrador nato que como bien explicaba Antonio Muñoz Molina en su artículo en El País, "... un amor tan entregado por el oficio de escribir que solo se rinde cuando faltan las fuerzas para sostener la pluma o cuando los ojos y los dedos no aciertan ya a encontrar las letras en el teclado", pues su último artículo se publicó tan solo dos semanas antes de su muerte, solo la devastación producida en su cuerpo por la metástasis cancerígena pudo con su voluntad de escribir.

¿Y qué tenemos aquí?, evidentemente Sacks no pudo escribir esta obra en el breve lapso de tiempo entre el anuncio de su muerte en febrero y su derrumbe definitivo en agosto, hay truco, y es que casi todo este trabajo estaba ya escrito hace tiempo, la mayor parte de esta obra autobiográfica está compuesta por varios relatos que han sido ensamblados para formar esta autobiografía definitiva que abarca desde la adolescencia del autor hasta su ancianidad... un material que ahora ve finalmente la luz, espero que convenientemente revisado y supervisado por Sacks en esos últimos meses de vida, y en el que se nos presenta su figura humana con una mayor grandeza y relieve si cabe que todo lo expuesto anteriormente en sus escritos, donde, a excepción de su obra autobiográfica sobre su infancia que pronto leeré, los protagonistas eran siempre sus pacientes, sus curiosas enfermedades y lo que estas nos podían enseñar sobre el funcionamiento del cerebro... naturalmente su carácter, su tremenda humanidad, y su inmensa curiosidad y pasión por el conocimiento se traslucían lo suficiente como para poder afirmar que no estábamos ante un divulgador más ni ante un escritor "el montón"... ese estilo de escribir que parece  tan  natural y sencillo era en realidad fruto del perfeccionismo más exagerado que cabe imaginar, Sacks comenta en esta autobiografía como llegó a enviar hasta ocho o nueve versiones diferentes de su primer libro "Despertares" hasta casi volver loco a su editor... historias aparentemente sencillas, pero que escribía y reescribía desde cero una y otra vez para que quedaran perfectas, para que expresaran todo cuanto tenía que decir y sobre todo para evitar causar la más mínima molestia u ofensa sus queridos pacientes. 



Amor y compasión son las palabras adecuadas, un amor y compasión por sus pacientes, los protagonistas de sus escritos, que siempre estuvieron por encima de todo... Sacks también tuvo fuertes críticas por ello, se le acusaba de "explotar" las enfermedades de sus pacientes, de ser en ocasiones no lo suficientemente buen científico... puede que alguna que otra no fuera errada del todo, pero lo que está muy claro es que la envidia es muy mala ;-)... y su brillante carrera, su éxito mediático, y su tremenda popularidad tuvo que dejar en evidencia a más de un colega que nunca le perdonó que hubiera seguido un camino que la mayoría de los médicos y científicos no se atrevían a seguir, y encima hacerlo con brillantez.

Decía George Orwell que una autobiografía era siempre una colección de derrotas, en el caso de Sacks tendríamos que decir que la afirmación es completamente cierta, a condición de que uno sea sincero al escribirla claro, y sinceridad es justo lo que no le falta a este escritor, de hecho va sobrado. Cuando comencé a leer la obra pensaba que me encontraría con una especie de "rata de laboratorio y biblioteca", alguien que no había vivido para otra cosa que estudiar, leer y trabajar... y me he encontrado sobre todo con alguien con una tremenda pasión por VIVIR, apasionado de las motocicletas desde su adolescencia, practicante de la halterofília, el surf, el montañismo... también hijo de una época cuyo espíritu siguió al pie de la letra, viajes en solitario, experimentos con las drogas... Sacks nunca se casó ni formó una familia, era homosexual en una época y lugar en el que aquello era delictivo, su madre nunca terminó de asumirlo y él arrastró siempre un sentimiento de culpa que se manifestó en un carácter tímido y retraido, a pesar de las apariencias, y una notable dificultad para relacionarse con los demás. La pasión por su trabajo y por escribir fueron sin duda poderosas válvulas de escape, pero no las únicas.

En este trabajo seremos testigos de una detallada descripción de su vida personal, íntima incluso, su labor profesional y sus tribulaciones desde la adolescencia, sus desengaños amorosos, su soledad, su dificultad para encontrar la forma perfecta para expresar por escrito sus investigaciones y su trabajo, su pasión por la lectura, sus accidentes en el mar, montaña y carretera, sus experiencias como motero solitario, sus amistades y las satisfacciones de su trabajo, sus vínculos intelectuales con personalidades del mundo de la ciencia, su gradual paso al mundo de la fama... sus viajes y aficiones. Sacks a pesar de todo fue una persona súmamente afortunada, esta no es una biografía normal, no es una vida... son una docena de vidas en una, algo de lo que no todo el mundo puede decir lo mismo. Leyéndole no podía dejar de tener la sensación de sobrecogimiento ante la sombra de un gigante y quien crea que exagero es porque no le ha leído, no conozco a nadie que lo haya hecho y que no le guste este escritor, para mí sin duda el divulgador científico nº1, el más humano y apasionado de cuantos he leído, y en su campo, la neurología, sin lugar a dudas el más interesante.
  




Lo mejor:  Un libro excelente, la mejor autobiografía que he leído, sincero, ameno, apasionante... luces y sombras de un gigante cuyo legado nos sigue cautivando. Su figura humana se engrandece aún más si cabe con este relato, nos daremos cuenta, entre otras cosas, de la enorme tarea que había tras cada uno de sus trabajos, y daremos gracias porque semejante escritor y ser humano haya existido alguna vez.


Lo peor: El relato, como no podría ser de otra manera, es muy irregular... hay momentos muy interesantes y otros ya no tanto. Seguramente con una revisión más pausada de su autor hubiera tomado una forma diferente. No es el libro más adecuado para iniciarse en la lectura de la obra de Sacks, creo que es mejor empezar por alguno de sus brillantes ensayos, entre los que se encuentran los dos leídos y comentados en este blog "El hombre que confundió a su mujer con un sombrero" y "Un antropólogo en Marte", y a partir de ahí, una vez atrapados por la magia de sus trabajos, tomar contacto con el ser humano extraordinario, perfectamente cartografiado en este libro, que había tras los mismos.