jueves, 14 de enero de 2016

En el camino

"... porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un 'Ahhh!' "


Ficha: "En el camino", Jack Kerouac, editorial Anagrama, 396 páginas, ISBN: 9788 433 920140

En el último número de mi revista favorita venía una pequeña reseña de esta obra del escritor norteamericano, uno de los máximos representantes de aquel fenómeno literario denominado "Generación Beat",de los años cuarenta y cincuenta, que casi todos coinciden en señalar como germen que animó la posterior contracultura norteamericana de los sesenta... esta novela , basada en su mayor parte en hechos y vivencias reales de su autor, se publicó en 1.951 y tenía la curiosa característica de haber sido escrita a máquina en un rollo de papel continuo que medía más de 36 metros de largo, aunque la misma había sido gestada durante cierto tiempo y estaba ya parcialmente escrita en notas que Jack había ido tomando durante los años anteriores durante sus viajes por el país.

Se trataba de crear una obra literaria que fluyera de forma espontánea, paralela a su pensamiento, y hacerlo además de la forma más rápida posible, sin capítulos, sin estructurar... así lo hizo, fueron veinte días de una furiosa tarea escritora en la que Jack debió dormir bien poco y consumir abundantes tazas de café, tabaco y otros estimulantes. El texto le salió directamente del corazón y de las tripas... se nota mucho, y eso que la versión que he leído probablemente sea la publicada inicialmente, bastante censurada.

Jack aparece en la novela con el seudónimo de Sal Paradise, en la misma le acompañan abundantes compañeros de juerga y viajes, sobre todo Neal Cassady (en la novela Dean Moriarty), Allen Ginsberg y William S. Burroughs... todos escritores y protagonistas de esta nueva ola literaria caracterizada por su espontaneidad, su inconformismo, experimentación y su anhelo de una existencia más espiritual y auténtica en esa América de la posguerra, guerra fría, falsedad y consumismo más descarnado.

La acción transcurre durante varios años, el texto está dividido en cinco partes que corresponden a cinco viajes de una punta a otra del país, veremos Sal Paradise, su protagonista y alter ego del autor se lanza a la aventura de viajar al oeste, sin nada mejor que hacer, aburrido de su vida y con un fuerte anhelo de encontrar sentido a su existencia le veremos dar tumbos de un lado a otro durante miles de kilómetros, en ocasiones solo, otras acompañado de sus amigos. Dean será el principal co-protagonista, un personaje retratado como un ser al borde del abismo, con un comportamiento maniaco que raya en la locura y una pasión por vivir que solo se puede calificar de autodestructiva. Es imposible ya aventurar cuanto hay de real y cuanto de ficción en el relato, y sobre todo qué criterio escogió Jack para elegir reflejar lo uno y fantasear con lo otro, pero una cosa es clara, la honestidad y la espontaneidad es tan brutal desde el mismo inicio, hay momentos tan "gloriosos" y otros tan miserables y estúpidos que se podría decir que lo omitido en este relato tuvo que ser bastante poco interesante ;-). Me remito a esa frase de Kerouac recogida en esa fotografía de más adelante, porque me parece una de las más honestas que jamás se ha escrito "no tengo nada que ofrecer a nadie salvo mi propia confusión".




A lo largo del relato veremos de todo, viajes alocados a más de cien millas por hora en coches desvencijados, un ir y venir constante de compañeros de viaje, viajes en furgonetas de mercancías, juergas y borracheras inauditas, pero también soledad, hambre, frío, suciedad y fatiga... y sobre todo miedo, miedo a la soledad, a la inmensidad de un país que amenaza con engullir a su protagonista de un solo bocado, miedo a caer en la rutina, a vivir esclavos de un presente que odian y que termine aplastando sus ganas de vivir. Por el libro veremos toda una gran colección de personajes estrambóticos, delirantes líneas de diálogo, pasajes de gran fuerza lírica en medio de la mayor sordidez... me quedo por poner un breve ejemplo con el hermano de la novia mejicana del protagonista conduciendo orgulloso su camioneta cargada de estiércol y brindando siempre por el día siguiente, o ese mendigo judío, imagen sarcástica de los profetas del Antiguo Testamento, que hacía como que leía ese libro recogido en las alcantarillas... J. Kerouac intentó sin duda alguna ser fiel a sí mismo, retratar con la mayor honestidad posible sus recuerdos de aquellos frenéticos años que le dejaron marcado para siempre... y sin duda alguna que lo consigue. El ritmo es trepidante, no se da respiro al lector, veremos todo un torbellino de sentimientos de principio a fin... no me extraña que este libro fuera escogido como "biblia" de toda una generación, cuando pienso en la imagen que de aquellos años nos daba Hollywood... que diferencia con el verdadero sentir y vivir de aquel tiempo, que diferencia con estos individuos tan auténticos. 

En un país que siempre se ha caracterizado por su materialismo, donde siempre ha primado más que en ningún sitio el "tanto tienes tanto vales", ver a unos personajes cuya principal preocupación es ver donde se cogerán la siguiente borrachera, o como conseguirán al día siguiente dinero para seguir sus viajes o echar gasolina al coche... personajes que sueñan continuamente con un futuro mejor pero que, no obstante, aprovechan cada gramo del presente... nada que ver con el típico ciudadano responsable que forma una familia, trabaja como un negro y se encadena de por vida a un lugar o a una hipoteca... para ellos el futuro era siempre a muy corto plazo, al día siguiente como mucho.


Naturalmente esta forma alocada de vivir, este huir continuamente hacia adelante, porque en ocasiones parece que huyeran más que buscaran algo, tiene también su reverso negativo... no siempre la conducta será ética, no dudarán en mangonear y efectuar pequeños robos si la ocasión lo requiere, sablear a amigos y parientes todo cuanto pueden, y lo peor de todo... a engañar de forma consciente a las chicas, unas santas a pesar de todo, con las que se topan. Y es que este grupo de calaveras, especialmente el desquiciado Dean, tuvieron también una relación especial con las mujeres que les rodearon, eran especialistas en cautivarlas con su labia y engañarlas posteriormente, no por maldad ni por un perverso "donjuanismo", sino por ser simplemente como eran, incapaces de adaptarse a una vida "normal", el sedentarismo y lo convencional no estaban hechos para ellos, eran incapaces de cambiar, de hecho nunca lo harían. Ese andar a su aire, viviendo como si estuvieran solos en el mundo sin ataduras de ninguna clase a excepción, eso sí, de la amistad firme como una roca que se forja entre Sal y Dean, retratados en la portada del libro, y que termina siendo el vínculo más firme de sus vidas, esa forma de entender la vida terminará cobrándose su tributo.

No es extraño que tanto Jack como Neal Cassady reventaran antes de los cincuenta, el ritmo de vida que llevaban con esos alocados y accidentados viajes, el consumo masivo de café, alcohol, tabaco y estupefacientes no hay cuerpo que lo resista, aunque estoy seguro que nunca pasó por sus cabezas terminar viejecitos consumiéndose poco a poco en un asilo u hospicio, estos cabezas de chorlito, extravagantes y con ese punto genial que linda con la locura no estaban hechos para este mundo y mucho menos para ese tiempo. 

"Algo, alguien, un espíritu nos perseguía por el desierto de la vida y nos alcanzaría antes de llegar al cielo. Por supuesto, ahora que volvía a ello, no podía ser más que la muerte: la muerte que nos alcanza antes de que lleguemos al cielo. Lo que anhelamos durante nuestra vida, lo que nos hace suspirar y gemir y sufrir todo tipo de dulces náuseas, es el recuerdo de una santidad perdida y que probablemente disfrutamos en el seno materno y sólo puede reproducirse (aunque nos moleste admitirlo) al morir. Pero ¿quién quiere morir?".

"Dean sacó otras fotografías. Comprendí que eran las fotos que algún día mirarían asombrados nuestros hijos pensando que sus padres habían vivido unas vidas tranquilas, ordenadas, estables y levantándose por las mañanas a pasear orgullosos por las aceras de la vida, sin imaginarse jamás la locura y el follón de nuestras arrastradas vidas reales, de nuestra auténtica noche, del infierno contenido en ella, de la insensata pesadilla de la carretera".


Lo mejor: Una obra de culto, una de esas novelas americanas imprescindibles, mucho más notable que la sobrevalorada "El guardián entre el centeno" o la inolvidable y divertidísima "La conjura de los necios". Hay fragmentos de la misma y algunas partes que dan ganas de aprenderse de memoria, incluso hoy en día es difícil encontrar una escritura tan espontánea, caótica y a la vez de tan hondo calado. Es necesario en ocasiones hurgar un poco entre los desperdicios y los escombros, la novela posee muy diferentes matices, capas y sentidos, no estando todo a la vista y no significando todo lo mismo para según qué lector... pero lo que se encuentra vale la pena. Sobre todo, porque aunque parezcan las divagaciones de un individuo estrafalario, borracho y vividor de la norteamerica de los años cuarenta, los temas y los sentimientos de los que nos habla son tan actuales hoy como entonces.

Lo peor: No es una novela fácil, en ocasiones, la cantidad de personajes que entran y salen llega a marear, hay que leerla tal y como uno escucharía una pieza de jazz improvisado, de hecho en su concepción la novela es casi "musical", hay que seguirle el ritmo y no tratar de entenderla completamente frase a frase sino dejarse llevar, poco a poco se entrará en el juego y al final si uno es paciente verá que la experiencia ha valido la pena. Hay situaciones y vivencias reflejadas en el libro, no demasiadas, que son bastante poco creíbles, no hay que perder de vista que "En el camino" por muchos rasgos autobiográficos que tenga no deja de ser una novela.



2 comentarios:

  1. La obra que esta sobrevalorada no es El Guardian Entre El Centeno, al contrario es En El Camino la que esta sobrevalorada.

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  2. Hoy opino de forma diferente, y creo que las tres están sobrevaloradas al igual que gran parte de la literatura anglosajona más conocida.

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