jueves, 28 de noviembre de 2013

El arte de pensar


Ficha: "El arte de pensar", Rolf Dobelli, Ediciones BSA, 257 páginas, ISBN 978 84 666 4868 4

Entre el 5 de septiembre de 2.010 y el 29 de agosto de 2.011 los diarios alemanes Frankfurter Allgemeinen Zeitung y Schweizer Sontags Zeitung publicaron una serie de artículos de un empresario de Zurich, Rolf Dobelli, antiguo ejecutivo de Swissair y escritor de novelas de ficción en su tiempo libre, hasta ahora lleva dos publicadas en su país, curiosamente ninguno de esos artículos versaba sobre dirección empresarial, economía o literatura, sino sobre tema del comportamiento humano y su relación con el pensamiento lógico y la toma de decisiones.

Concretamente sobre errores de lógica muy comunes y consejos para reconocerlos y evitarlos... la serie de artículos debió recibir jugosas críticas, positivas imagino, porque la recopilación de dichos artículos constituye este libro, todo un éxito en Alemania. El mismísimo Nicholas Nassim Taleb, cuya gran obra "El cisne negro" ya ha sido comentada extensamente aquí, es una de las firmas que avalan la calidad de este libro... aunque tal y como comenta Rolf Dobelli en un principio el célebre autor le recomendó que no intentase publicarlo porque "mejor escribe novelas, los libros de no ficción no son sexys", 400.000 copias vendidas solo en Alemania no son ventas despreciables, todo un record para un ensayo. Tras leermelo casi de un tirón es fácil entender el porqué.

Nuestro cerebro es un órgano increíble y misterioso, la obra cumbre de la naturaleza, un portento sin igual... sin embargo dista mucho de ser perfecto, suele pecar de diversos vicios no solamente en su percepción de la realidad a través de los sentidos, tal y como diversas obras y estudios sobre el mismo demuestran una y otra vez como por ejemplo "Los engaños de la mente", aquí se trata de errores de lógica, de razonamiento, de esa percepción subjetiva y abstracta que nos infunde una falsa seguridad y que nos puede llevar, y de hecho nos lleva constantemente, a cometer errores de apreciación, a sobrevalorar nuestras capacidades, el factor suerte, la opinión de los demás, las falsas conexiones entre sucesos que no tienen nada que ver... y es que en todo razonamiento lógico entran en mayor o menor medida las emociones, esas que nos remiten a un pasado animal, a un pasado donde había que actuar con rapidez y apoyarse fundamentalmente en el instinto. El aspecto racional del pensamiento humano no ha conseguido, ni probablemente conseguirá nunca, desligarse de esa otra naturaleza irracional e instintiva que termina infiltrándose, lo queramos o no, en nuestras aparentemente más lógicas y sensatas cavilaciones. Y por supuesto con habituales y nefastas consecuencias a la hora de tomar decisiones.

Son 52 pequeños capítulos-artículos de dos páginas cada uno, de exactitud milimétrica, de lenguaje directo y accesible, de ejemplos vistosos y llenos de ironía y encima con el valor añadido de incluir cada uno al comienzo una bonita ilustración de la artista alemana de marcado estilo "pop" Birgit Lang, cuya página puede visitarse aquí.


Ironía, chistes, ejemplos sacados de la historia y la vida política, de las noticias de los periódicos... Rolf es un hombre extremadamente inteligente, con una gran amplitud de miras e inquietud intelectual, cuyo conocimiento del tema no se basa ni en estudios especializados ni en préstamos intelectuales sino ante todo en experiencias de primera mano. Él mismo reconoce que fue la lectura de la obra de Nicholas Taleb y el haberle conocido en persona lo que le inspiró, la forma en la que la visión deformada de la realidad influye en las decisiones en la vida y sobre todo en los negocios hizo que fuese recopilando una especie de "breviario" con los errores de lógica más comunes que tenía siempre a mano, esa recopilación que hizo popular entre sus amistades fue el orígen de los artículos y finalmente de este libro. Eso es lo que le confiere un valor especial, es ante todo una guía práctica, ¿semejante a esos libros de autoayuda que prometen el oro y el moro? ... ni por asomo. Rolf admite que el conocimiento de los errores de lógica expuestos en esta obra no le libren, ni siquiera a él, de cometerlos, aunque desde luego que es indudable su beneficiosa influencia para identificarlos antes y caer menos en ellos, o al menos que si se producen sea en asuntos menos graves.

"La inducción puede ser tentadora: "La humanidad siempre lo ha logrado, así que también nosotros controlaremos los futuros desafíos". Suena bien, pero no reparamos en que esta afirmación solo puede hacerla una especie que haya sobrevivido hasta ahora. Tomar el hecho de que existamos como indicio de que también existiremos en un futuro es un grave error de lógica. Presumiblemente, el más grave"

Errores como fijar más la atención en el éxito de unos pocos que en el fracaso de la gran mayoría, la ilusión por creer que determinado deporte o determinado centro de estudios proporciona el éxito o un cuerpo espectacular, la sobreestimación de nuestros conocimientos y capacidades, el efecto contagio de una idea repetida hasta la saciedad... por tonta que sea, la falacia del coste irrecuperable o como nos empeicinamos en mantener una opción equivocada debido a lo que ya hemos invertido como consecuencia de la misma, el sentido incluso de forma subconsciente de estar en deuda con alguien cuando no se debe realmente nada, el sesgo de confirmación que nos hace fijarnos solamente en los datos que parecen confirmar nuestras teorías y desechar aquellos que nos contradicen... son numerosos (52 en el libro), todos los hemos sufrido alguna vez y seguiremos sufriéndolos en el futuro. Lo interesante de todo es que Rolf explica los motivos, porque hay un motivo para actuar así, de esta forma aparentemente "irracional", motivos basados en nuestra evolución... somos máquinas de supervivencia, no buscadores de la verdad ni computadoras lógicas, aunque pretendamos dar la espalda a esa realidad esta siempre aparece una y otra vez.


"... siempre que se encuentre en un grupo conspirador con un fuerte consenso, exprese su opinión sin falta, aunque sus palabras no sean bienvenidas. Indague las suposiciones no dichas. Si fuera necesario, arriesgue su expulsión del cálido regazo del grupo. Y en caso de seguir a un grupo, designe a alguien como abogado del diablo. No será la persona más querida del grupo, pero quizás sí la más importante"

Lo mejor: Ameno, instructivo, impregnado de ironía... completamente recomendable, es de esos libros que cualquier persona dedicada a los negocios, especialmente a aquellos donde el efecto riesgo juega un importante papel, como las finanzas, donde la toma de decisiones es un factor crítico, debería de tener siempre a mano. Aunque no se dedique uno a los negocios también vale la pena ya que como consumidores, por ejemplo, también en ocasiones tomamos muchas decisiones equivocadas... el libro no nos va a decir la opción correcta pero sus consejos pueden ser muy valiosos para ayudarnos a pensar con más claridad. Por si fuera poco viene con una cuidadosa selección de bibliografía centrada en cada uno de los 52 artículos con numerosas fuentes, por desgracia casi todas son obras en inglés y no publicados en Castellano.

Lo peor: Se lee en un suspiro, el libro es deudor del formato original en que fue escrito... el autor podría haberse molestado no solamente en recopilar estos artículos y añadir el prólogo y la bibliografía sino también "currarse" más los capítulos, extenderse más puesto que demuestra que anda sobrado de documentación. Los ejemplos de errores de lógica mostrados en su gran mayoría se pueden encontrar en numerosas obras, lo único original que aprecio es el formato escogido... si publicaba un artículo cada semana está claro que Rolf firmó un contrato por un año :-).


lunes, 25 de noviembre de 2013

Memoria contra la religión

"He conocido tantas maldades en este mundo que ni siquiera la virtud más perfecta o la inocencia más pura parecen encontrarse al abrigo de la malignidad de los calumniadores. He visto, como lo puede ver cualquiera a diario, a una multitud de inocentes perseguidos sin razón y oprimidos por la injusticia, sin que pudieran encontrar un protector caritativo que les socorriese y sin que nadie se conmoviese de su infortunio. Las lágrimas de tantos justos afligidos, y las miserias de tanta buena gente oprimida por los malvados ricos y por los poderosos de la Tierra, me han asqueado tanto como a Salomón y me han causado tanto desprecio por la vida que llegué a considerar, como él, más dichosa la condición de los muertos que la de los vivos, llegando a preferir a quienes no han sido nunca felices antes que a quienes lo son y gimen bajo tan grandes pecados."


Ficha: "Memoria contra la religión", autor Jean Meslier, Editorial Laetoli, 726 páginas, ISBN: 978-84-92422-16-6

Hace unos meses comenté en este blog un par de libros de la colección que la editorial Laetoli dedica a varios personajes de la ilustración del siglo XVIII tan importantes como poco conocidos, en algunos casos la edición de la editorial navarra ha sido la primera en aparecer en castellano, al menos en su versión íntegra. Los libros reseñados fueron "Etocracia" y "Cartas a Eugenia" del barón D' Holbach, ambos muy recomendables. Leyendo este que hoy comento aquí no he podido evitar pensar en el segundo, en muchas ocasiones me ha parecido estar ante el mismo autor... no es de extrañar ya que el "divino barón", como le llamó Onfray, fue admirador de la gran obra del párroco de Étrépigny, Jean Meslier.

No se conoce con exactitud la fecha de la muerte de Meslier, ocurrió entre el 27 de junio y el 7 de julio de 1.729, tampoco sabemos donde quedaron finalmente depositados sus restos, apenas se sabe nada de su vida aparte de que fue párroco del pueblecito de Étrépigny, un pueblecito francés de la región de las Ardenas que cuenta hoy con apenas 200 habitantes y que seguramente no estaba mucho más poblado a comienzos del siglo de las luces. Desde 1.689 a 1.729, cuarenta años en total, Jean Meslier ocupó la dirección de la parroquia y aparte de un par de sucesos, como la toma de posición junto a los campesinos y en contra del noble local, que le valió una reprimenda del arzobispo y un par de amonestaciones por mantener en casa a una criada demasiado jóven, en contra de las normas de la época, aparte de esos dos sucesos pasajeros no hay nada reseñable en la vida de este humilde párroco rural... hasta el momento de su muerte.

Meslier dejó un par de cartas que debían de ser abiertas tras su muerte, en ellas encomendaba el cuidado y la difusión de la obra de su vida, un voluminoso manuscrito del que se molestó en realizar dos copias, que según cálculos debieron de tomarle al menos mil horas de trabajo. Un trabajo monumental que era su testamento vital... tras examinar la obra las personas encargadas por él mismo quedaron escandalizados y remitieron las tres copias a las autoridades que inmediatamente las depositaron en el registro judicial, la naturaleza de la obra debió impresionar tanto a sus depositarios que estos realizaron numerosos comentarios que fueron corriendo de boca en boca, lo cual al final se alió con el libro e impidió que fuese destruido y olvidado. Pronto la curiosidad hizo que alguien se molestara en pagar una buena cantidad de dinero para realizar una copia y comenzaron a circular fragmentos de la misma. 

     Su principal valedor en un primer momento fue Voltaire, quien difundió una versión bastante "expurgada" de críticas sociales y de los elementos más controvertidos dejando únicamente las críticas a la religión cristiana. Holbach realizó su particular homenaje al libro usando el nombre de Meslier para publicar una versión resumida de su obra "Sistema de la naturaleza" una de las obras clave de la ilustración francesa, al menos en su vertiente más radical. No fue hasta 1.860, más de cientro treinta años tras la muerte de Meslier, en que la obra vio por fin de forma íntegra la luz en forma de una edición "oficial"... y no ha sido hasta el año 2.010 en que lo ha hecho su versión en castellano.

     ¿Que tiene de especial este libro?, muchas cosas, se trata del primer y más radical manifiesto ateo de la historia, un libro escrito en secreto por un miembro de la iglesia que hacía mucho tiempo que había renegado de sus creencias... aun así no abandonó el ejercicio de su ministerio y durante años llevó una doble vida, ¿hipocresía?, sin duda, en grado mayúsculo... pero también miedo, mucho miedo a difundir sus ideas, algo comprensible en la Francia de aquellos tiempos. Podía perfectamente haberse llevado su secreto consigo, dejar que sus ideas murieran con él, pero atormentado seguramente por su conciencia decidió legar a la posteridad su pensamiento filosófico y sus ideas no solamente contra la, para él, falsedad de las religiones, sino también su denuncia de la colaboración entre la iglesia y un orden social terriblemente injusto y su llamamiento a romper esa unión en pos de una nueva era donde fuesen la razón, la verdad y la justicia las protagonistas y no la superstición, el miedo, la ignorancia y la injusticia que eran moneda corriente en la sociedad europea de entonces. 

En esta clave hay que entender el pensamiento de Meslier, no solamente como una profesión de feroz anticlericalismo y apología del ateísmo, sino ante todo como una denuncia del orden social existente y una apuesta por un futuro mejor. Él nunca hubiera emprendido la escritura de este extenso y apasionado libro con el único motivo de denunciar las falsedades de la religión si esta no fuese un apoyo importante, y seguramente imprescindible, de la política de opresión y privilegios nobiliarios y eclesiásticos del antiguo régimen francés. La escritura de esta obra por lo tanto fue su mayor, y posiblemente único, acto de libertad de su vida, dejó atrás su miedo y sintiendo ya cercana su muerte quiso romper con esa vida de hipocresía y falsedad y por una vez expresar sus ideas. No, definitivamente no era un párroco del montón aunque para sus contemporáneos hubiese vivido en el más absoluto anonimato. 

Naturalmente el libro más citado en su obra no será otro que la Biblia, son docenas y docenas los textos y fragmentos de la misma recogidos en sus páginas como apoyo a sus ideas, también recogerá citas de autores clásicos como Séneca y Cicerón, y sobre todo se revelará como un entusiasta seguidor de Michel de Montaigne, cuyos ensayos citará en numerosas ocasiones.  La Biblia es el gran protagonista del libro, los textos escogidos de la misma le servirán para defender sus ideas incendiarias acerca de la falsedad de las revelaciones divinas, de los milagros, las contradicciones... Meslier lanza numerosas invectivas contra la religión y especialmente el cristianismo, "cristícolas" y "deícolas" serán la palabras usadas en vez de cristianos y creyentes, con evidente actitud insultante. No se librará tampoco el islam y alguna referencha habrá hacia las religiones orientales mucho menos conocidas en aquellos momentos. La antigua religión pagana de griegos y romanos será también muy utilizada en sus argumentos, insistiendo una y otra vez que el cristianismo no es más que paganismo disfrazado, no mejor que cualquier religión primitiva de África o la América indígena. 

Su estilo es apasionado, llano, directo... panfletario incluso, machacón y repetitivo... en ocasiones uno lee el texto y parece estar oyéndole, subido en el púlpito de la iglesia, despotricando contra las falsedades e iniquidades del poder establecido, insultando a los profetas, a Jesucristo, burlándose de la idea de Dios, de las ideas que defienden y afirman su existencia... Meslier se quedó a gusto sin duda tras su escritura, echó todo el veneno que llevaba dentro, que era mucho, tras toda una vida de hipocresía, más o menos forzada, tenía que ajustar las cuentas con su conciencia y con la posteridad, y vaya si lo hizo.

"Los argumentos que contiene esta obra son tan demostrativos y probatorios como cabe desear. Para percatarse de su evidencia basta con echarles una ligera ojeada o prestar un poco de atención. Por lo cual queda claramente demostrado, gracias a los argumentos que he presentado a lo largo de la obra, que todas las religiones existentes en el mundo sólo son, como dije al comienzo del libro, invenciones humanas, y que todo lo que nos enseñan y obligan a creer constituyen únicamente errores, ilusiones, mentiras e imposturas inventadas, como ya he dicho, bien por bromistas, bribones e hipócritas que han querido engañar a los hombres, bien por políticos astutos y taimados que quieren mantenerlos por la brida para conseguir que la gente —capaz de creerse ciega y tontamente todo lo que le dicen que proviene de los dioses— haga lo que ellos quieren"

No hay dogma del catolicismo que no sea revisado, analizado y denunciado por falso, la trinidad, la Eucaristía, la moral, la supuesta naturaleza divina de Jesucristo, la creación, las profecías, la autenticidad de lo relatado en las sagradas escrituras, la inmortalidad del alma, el pecado, la figura y la naturaleza de Dios, su posibilidad de existencia, los milagros... Meslier a pesar de lo apasionado de su discurso es ante todo un filósofo, y no hay insultos ni críticas gratuitos aunque en ocasiones llevado por su pasión y sus sentimientos exprese algún que otro epíteto nada "amable". En general todo está razonado, aunque sea una razón apasionada y llena de emoción de alguien que estaba ansioso por ajustar cuentas con lo que para él es un cúmulo de despropósitos y falsedades verdaderamente monstruoso... vamos que uno lee este libro y dan ganas de salir corriendo a pegarle fuego a las iglesias ;-). 

Bromas aparte, la verdad es que no le faltaban motivos al buen párroco para estar indignado, en ocasiones se deja llevar por sus sentimientos demasiado, también habla de oídos sobre asuntos sobre los que no tiene información de primera mano, como cuando se pone a enumerar las supuestas riquezas de las órdenes religiosas y los monasterios de su tiempo... tremendamente exageradas aunque no exentas de un fondo de verdad. Sin embargo se le puede perdonar tanto apasionamiento por el simple hecho de que su motivación era completamente sincera, y altruista, porque escribió todo esto tomándose un trabajo tremendo, tuvieron que ser innumerables las noches a la luz de una vela garrapateando con una pluma de ganso mojada en tinta este libro y sus copias... y encima no poder hablar de esto con nadie llevando una doble vida que le hubiera terminado conduciendo seguramente a la depresión o al suicidio... estoy convencido de que la redacción de este tremendo y voluminoso texto le ofreció un motivo por el que vivir, fue la obra de su vida, la que le dió finalmente sentido y seguramente la que le proporcionó finalmente la paz que tanto necesitaba.

"Calculo que mis parientes y amigos pueden apenarse en tal caso y disgustarse al tener que oír lo que dirán de mí o harán contra mí después de mi muerte. Les evitaría con mucho gusto semejante trago pero, por fuerte que sea, esta consideración no me detendrá en absoluto. La preocupación por la verdad y la justicia, el desvelo por el bien público, así como el odio y la indignación que siento al ver los errores y las imposturas de la religión, como también el que me produce ver el orgullo y la injusticia con que los poderosos gobiernan imperiosa y tiránicamente la Tierra, se impondrán en mi ánimo por encima de cualquier consideración personal, por fuerte que sea."



"Después de esto, me da igual que piensen, juzguen, digan y hagan lo que quieran. No me preocupa en absoluto. Que los hombres se conformen y se gobiernen como quieran, que sean sabios o locos, que sean buenos o malvados. Lo que digan de mí o hagan conmigo una vez haya muerto, me importa un bledo. Ya no formo casi parte de lo que ocurre en el mundo. A los muertos, con quienes me dispongo a juntarme dentro de poco, no hay nada que pueda importarles, no pueden interesarse ya por nada y no hay nada que les afecte. Acabaré en nada. Nací de la nada y dentro de poco volveré a la nada."






En esta fotografía podemos ver el "Obelisco a los pensadores socialistas" situado en el parque Alexandrovsky de Moscú, un antiguo monumento erigido por los zares y remodelado posteriormente por las autoridades soviéticas. En él figuran los nombres de diecinueve pensadores del socialismo, con Carlos Marx y Engels naturalmente a la cabeza, Jean Meslier ocupa el séptimo lugar. Dicen que la lista fue presentada y aprobada por el mismo Lénin en persona.

No es extraña la inclusión de Meslier en esta lista entre pensadores del socialismo y el marxismo ya que en su libro defendió la abolición de la propiedad privada y la construcción de un sistema social más justo, con llamamientos al derrocamiento de los tiranos y a la unión de la gente del pueblo, de los oprimidos.

"Si sois sensatos, desprendeos del odio, de la envidia y de todas las animosidades que hay entre vosotros, volved vuestro odio y vuestra indignación contra vuestros enemigos comunes, contra todos esos tiranos detestables y toda esa clase de gente orgullosa que os oprime, volved vuestro odio contra todos los que os hunden en la miseria, os roban y os arrancan de las manos los mejores frutos de vuestros penosos trabajos. Uníos en el propósito común de liberaros del yugo odioso e insoportable de su tiránica dominación, así como de las prácticas vanas y supersticiosas de sus falsas religiones."


Lo mejor: Una obra singular, merecedora sin duda de una mayor difusión y una mejor suerte. Excelente la labor de la editorial al difundir estas obras desconocidas del siglo de las luces. Muy buena idea la de ofrecer este libro en versión e-book que es la que finalmente he leído. El libro es impresionante, mucho mejor y más completo de lo que parece, si eres agnóstico o ateo, como es mi caso, el libro te encantará, en ocasiones no podrás evitar sonreír, o reírte abiertamente, ante la acidez y el ingenio de las críticas del singular párroco... muy recomendable también para los creyentes inteligentes de mentalidad abierta, que supongo que alguno habrá ;-), debería ser lectura obligatoria en colegios concertados y seminarios. Y por supuesto que nadie me hable mal de este libro ni emita el menor comentario despectivo sobre el mismo sin habérselo leído antes de cabo a rabo. 

Exabruptos y ataques apasionados aparte, su autor destaca ante todo por hacer gala de una gran humanidad. Muy adelantado a su tiempo me ha parecido en algunos aspectos, sobre todo en la defensa de los animales, por no hablar de sus propuestas sobre la abolición de las desigualdades sociales y el reparto de la riqueza siglo y medio antes de Marx, y por la crítica a la idea de la creación y la defensa de la evolución y cambio a través de las leyes de la naturaleza y las propiedades de la materia, mucho antes que Darwin, no tengo la menor duda de que su vida, incluso a pesar de esta obra, fue una vida en gran parte desperdiciada, de mediar otras circunstancias hubiera sido con toda seguridad uno de los grandes autores de su siglo, y en cierta forma lo fué.
 
Lo peor: Extenso y excesivamente reiterativo y machacón, las mismas ideas y argumentos aparecen una y otra vez de forma obsesiva, uso intensivo de las repeticiones, interminables sesiones de citas... no había leído tantos fragmentos de la Biblia desde el colegio, hay capítulos que parecen análisis de las sagradas escrituras... todo ello convierte en un poco "plomífera" la lectura en algunos capítulos, sobre todo en aquellos centrados en temas metafísicos. Sin duda hubiera necesitado una revisión y una corrección de estilo, algo completamente imposible dada la forma en que fué escrito. Posiblemente se podrían eliminar más de un centenar de páginas y la obra no perdería un ápice de sentido, riqueza y fuerza. 

Solo recomendable para lectores "cabezotas", armados de paciencia y amantes de las carreras, o más bien lecturas, de fondo... por muy rápidos que sean aviso, este es un hueso duro de roer. Abstenerse lectores con fuertes convicciones religiosas y estrechez de miras, se sentirán insultados en más de una ocasión ante la aplastante artillería verbal desplegada por el bueno de Meslier. Setecientas páginas, y noventa y siete capítulos de extensión muy variable lo convierten en una verdadera "bíblia" del ateísmo, desde luego no es para cualquiera a pesar de la sencillez de su estilo.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Cómo pensar más en el sexo


Ficha: "Cómo pensar más en el sexo", Alain de Botton, Ediciones B, 159 páginas, ISBN: 978 84 666 2374 2

De nuevo otro libro, librito más bien en esta ocasión, de Alain de Botton en mi blog. Hay firmas que suelen augurarme la seguridad de una buena lectura y la de este filósofo suizo afincado en Londres donde ha sido uno de los fundadores de "The school of life", una institución educativa que ha editado ya un nutrido grupo de ensayos de carácter filosófico y psicológico con varios títulos traducidos al castellano entre los que se encuentra este librito firmado por el mismo Alain de Botton.


Repasando las obras ya comentadas aquí de este autor puedo citar "Las consolaciones de la filosofía", "Cómo cambiar tu vida con Proust" y "Religión para ateos", todas ellas sobradamente recomendables.

Con su claro y conciso estilo, no exento en esta ocasión de humor e ironía, el escritor suizo nos propone un viaje por el sexo, pero no uno cualquiera que nos lleve a lugares ya hollados mil veces, este es un viaje filosófico por ese aspecto tan importante y tan incomprendido de nuestras vidas. No se trata por lo tanto de una guía al uso para mejorar nuestras habilidades en la cama, tampoco un análisis sesudo de carácter místico-espiritual al estilo de los propuestos por el Tantra, ni tampoco un recetario para solucionar problemas sexuales, ni como su título indica una invitación a obsesionarnos con el tema... el propósito del libro es situar al sexo en el lugar que le corresponde, ni demasiado abajo, ni en un pedestal, ni escondido ni expuesto de forma ostentórea a la vista de todos... se trata de verlo tal cual es en realidad. David Precth en su libro "Amor. Un sentimiento desordenado" afirma que la semejanza entre el porno y el sexo real es similar a la que existe entre el Pato Lucas y un pato de verdad... habría que añadir que no solamente la pornografía adolece de esta falta de realidad, sino que también multitud de manuales de autoayuda, material erótico, visiones del sexo con visos espirituales... no existe ningún tema sobre el que se hayan escrito y filmado más tonterías y disparates, donde existan más tabúes, prejuicios y falsedades. Ninguno donde el dolor, la soledad, la humillación, y nuestra frágil condición humana se encuentre más a flor de piel y se torne más real.

El libro hace un repaso por algunos aspectos tabús del sexo como el fetichismo, examina algunas ideas de los sociobiólogos tan de moda ultimamente, toca el tema de la moral y analiza el fenómeno del adulterio y la fidelidad, el aspecto psicológico del sexo y como consigue poner nuestro mundo patas arriba, como en él se vuelcan no solamente nuestros instintos sino también nuestro subconsciente, cómo en definitiva, produce una fragmentación de nuestra vida en dos partes desde su inicio, una vida pública que mostramos a todos y una esfera íntima donde solamente dejamos entrar, y ni siquiera por completo, a nuestra pareja, con la que volvemos a retomar esa intimidad y contacto físico perdido desde los albores de nuestra niñez.

Temas problemáticos como la pornografía, la falta de deseo, la impotencia, la dificil convivencia de pareja y la erosión de los años, la realidad cruda y cotidiana en contraposición a ese ideal tan usado y manoseado por la literatura, el mundo de la publicidad y el cine... Botton no se deja ningún cabo importante suelto, es un tema que da para mucho y pese a todo el libro es un ejemplo magnífico de síntesis y claridad. Da gusto leer a un autor que escribe para ser entendido por todos. Tampoco se contenta con el oficio de divulgador sino que ofrece algunas ideas própias... aunque en mi opinión se pase de la raya por ejemplo en la importancia que le da a la psicoterapia de pareja por ejemplo, si se siguiera su ejemplo los psicoterapeutas serían la profesión más exitosa del mundo ;-). También es discutible, aunque comprensible, su defensa de una censura inteligente para temas sexuales, es un asunto mucho más complejo de lo expuesto por el Sr. Bottom. Es inevitable que parte de sus experiencias vitales y sus circunstancias personales se filtren en la obra, algo por otra parte completamente lógico... ¿algún pecadillo de infidelidad Sr. Bottom?, leyendo su permisiva idea sobre el tema de las "canitas al aire" podría ser...

"Sin sexo seríamos peligrosamente invulnerables. Podríamos creer que no hemos hecho el ridículo. No conoceríamos el rechazo y la humillación tan íntimamente. Podríamos envejecer dignamente, acostumbrarnos a nuestros privilegios y pensar que hemos entendido de qué iba todo. Podríamos desaparecer entre números y palabras. Es el sexo lo que crea el descalabro necesario en las jerarquías de poder, estatus, dinero e inteligencia. El profesor se pondrá de rodillas y le pedirá a una campesina ignorante que lo flagele. El director ejecutivo perderá la cabeza por una becaria, sin importar que mientras él maneja millones ella viva en una modesta habitación alquilada, porque su única prioridad será complacerla. Por ella aprenderá los nombres de grupos de rock que jamás habría oído, entrará en una tienda para comprarle un vestido amarillo limón que en realidad no va con ella, se mostrará amable cuando siempre ha sido una persona desdeñosa, reconocerá su estupidez y su humanidad, y cuando todo haya acabado estará sentado en su costoso coche alemán de su impoluto hogar y se echará a llorar sin consuelo"

Lo mejor: Un pequeño pero brillante ensayo, fácil de leer, ameno, interesante... que trata de conseguir lo imposible, poner un punto de cordura en esa locura llamada sexo, y además con una ámplia sonrisa. Muy recomendable.

Lo peor: El tema daba para mucho, muchísimo en realidad, me ha sabido a muy poco... ¿lo bueno si breve dos veces bueno?, en este caso tengo mis dudas.


miércoles, 6 de noviembre de 2013

Filosofía zombi

"Hemos creado al zombi como concepto. Un concepto que lo arrastra todo, que sirve como hueco para la estructura de significación del mundo actual, un signo cero, un punto desde donde reiniciar el sistema y volver a pensarlo."


Ficha: "Filosofía zombi", autor Jorge Fernández Gonzalo, editorial Anagrama, 213 páginas, ISBN: 978 84 339 6325 3

Este curioso libro fue finalista del premio Anagrama de Ensayo del año 2.011, el ganador de aquel año fue el libro ya comentado aquí "La herida de Spinoza" de Vicente Serrano. Jorge Fernández Gonzalo nos propone en este ensayo un viaje a través del fenómeno "zombi" y sus lecturas filosóficas, una curiosa mezcla que vendría a sumarse a la moda de aunar elementos de la cultura popular y la filosofía, aunque en este caso con un matiz bastante distinto.

Libros como el caótico pero recomendable "Todo lo que se lo aprendí de la televisión", de Mark Rowlands, o el soporífero "El Señor de los Anillos y la Filosofía", solo recomendable para forofos empedernidos de la saga y aficionados a la filosofía con amplias tragaderas, como un servidor, conforman una serie de libros sobre filosofía, más o menos acertados, con el atractivo gancho de series o películas... este trae consigo un cebo, sanquinolento y podrido, que nos remite al subgénero, dentro del cine fantástico y terror, denominado "zombi", aunque no se quedará exclusivamente en el séptimo arte y también realizará sus incursiones en el comic y la literatura. Es el cine, y recientemente la televisión, el detonante y el principal estandarte del fenómeno de los muertos vivientes. No obstante Jorge Fernández va mucho más allá que las obras reseñadas al comienzo de este párrafo.

Teniendo en cuenta los dos temas que se entremezclan hay claramente tres posibles lectores de este libro, los primeros, los aficionados a todo lo que tenga que ver con los putrefactos caminantes, los segundos aquellos aficionados a la filosofía, y finalmente aquellos que gustan de ambos platos... entre estos últimos me incluyo. Apenas echó a rodar este blog comenté "Guerra Mundial Z", el excelente libro de Mark Brooks, no confundir con la porquería de película con el mismo título. También pertenecen al mismo subgénero del terror "Los caminantes" y "Necrópolis" de Carlos Sisí, nuestro mayor especialista en el género junto con Manel Loureiro, la mediocre "Septiembre Zombie" de David Moody y la original "Descansa en paz" del genial escritor sueco John Ajvide Lindqvist, posiblemente el mejor autor de terror de la actualidad.

No me falta por lo tanto "curriculum vitae" que acredite mi afición por el subgénero "zombi", al menos en su vertiente novelada. Ha sido toda una plaga que aunque ya solo colea débilmente volviendo a las catacumbas de lo marginal, si exceptuamos el éxito de la serie "The walking dead" y los comics en los que está basada. La moda ha pasado, si bien posee méritos sobrados para seguir reviviendo cada cierto tiempo. Y tiene méritos de sobra el fenómeno para seguir adelante porque el mundo actual con esta feroz crisis económica y política a la que se suma el cataclismo medioambiental nos va a dar tema de sobra para el resto de nuestras vidas, digamos que el apocalipsis está servido.

Ninguno de los mitos del cine de terror posee tanta vitalidad, si exceptuamos al vampirismo... aunque sea ese vampirismo postmoderno para nenazas y adolescentes tan de moda en los últimos años. El zombie es pobre, cutre, asqueroso, descerebrado y dificilmente encontraremos algo más repugnante... y a la vez más parecido a la humanidad, a esa humanidad entendida como masa, sin dirección, sin guía, mero conjunto descarnado de suma de individualidades. No hay muchas diferencias entre una horda de zombies y la multitud que se agolpa delante de un estadio para entrar a ver a su artista favorito, o a los que se amontonan delante de los grandes almacenes en la época de rebajas, o a los que se amontonan haciendo cola delante de las urnas para votar mecánicamente a los de siempre... zombis por todas partes, estamos rodeados, quien más o quien menos ha formado parte alguna vez de esa categoría. Mente anulada y un único deseo... que mas da carne palpitante, viva y fresca, los vaqueros rebajados, un puesto de primera fila junto al escenario, berrear en un estadio delante de su equipo favorito... 

El gancho es importante con este libro... ahora bien, más le vale al aficionado al tema haberse zampado antes unos cuantos libros de divulgación filosófica al menos, porque se va a hartar. Si pudiera ponderarse la cantidad de uno y otro elemento que lo componen habría que poner un 10% de temática zombi + un 90% de filosofía. El primero da la excusa, la estructura, el armazón principal del libro, su razón de ser... pero el resto del libro es filosofía pura y dura. Jorge Fernández dispara a matar, diréctamente al cráneo, como los protagonistas de estos filmes... y no hace prisioneros. De modo que nadie espere una obra "light" o adaptada al lector neófito en temas filosóficos, nada de eso.

El ensayo, como si de una obra cinematográfica se tratase, se construye sobre un "trailer" a modo de prólogo y una serie de "pistas", que coinciden con las principales obras del género, "La noche de los muertos vivientes" de 1.968, "Zombie -  Dawn of the dead" de 1.978 y 2.004, "El día de los muertos" de 1.985, "La tierra de los muertos", de 2.005, "El diario de los muertos", 2.007 y "La resistencia de los muertos", 2.010... la obra concluye con un capítulo especial dedicado a los "remakes" constituido principalmente por alusiones al fenómeno zombi en la literatura, un interesante apartado de "conclusiones" y un añadido de "material adicional" con "escenas eliminadas" y por supuesto el punto final de toda película... los "créditos", que en este caso coinciden con la filmografía y la bibliografía utilizada en su confección.

"El zombi, como metáfora, nos permite acceder al mundo que nos rodea desde una visión compleja de la propia cultura. No sólo se trata de estudiar al zombi de cuño romeriano, lo cual no dejaría de plantearse como una catalogación de la filmografía, clasificación por géneros, época o autores; ni tan siquiera del estudio de la propagación del fenómeno a otros medios como la literatura o el videojuego, sino que habría que entender estas páginas como un intento de analizar qué papel desempeña la concepción del zombi en una sociedad como la nuestra, postrada ante el capitalismo, animada por una falta de relación con sus vecinos pero perfectamente mediatizada, capaz de conocer a tiempo real lo que pasa en la otra parte del globo pero no a quien más cerca está de uno... "

La temática filosófica en relación con las obras expuestas varía mucho tanto de contenido, y en mi opinión, también en interés. Por ejemplo el segundo capítulo, el dedicado al consumismo, me ha parecido excelente, sin embargo el dedicado a la corporeidad o a las formas afectivas, psicoanálisis freudiano-lacaniano con complejo de Edipo incluido, los he visto tan pasados de rosca y tan forzados, por no decir directamente vomitivos, que mi lectura ha "sobrevolado" por sus páginas, no me estaba diciendo nada demasiado interesante, o al menos nada en relación con el tema principal... mucho mejor el apartado a los medios de comunicación de masas de hoy en día.

En ocasiones la lectura no es fácil, pero siempre tiene algo de interés, Jorge como filólogo es un experto en el manejo del lenguaje y disfruta sobrecargando en ocasiones de tecnicismos y términos rebuscados su texto. De ahí que en ocasiones la lectura sin ser especialmente complicada, o al menos a mí no me lo parece, se torna un poco dificultosa. Los lectores aficionados al género disfrutarán con la gran cantidad de referencias a las obras reseñadas, e incluso como ha sido mi caso, con otras cuya existencia no conocía. Lo dicho, es imprescindible participar de ambas aficiones para llegar a valorar positivamente este libro... o siquiera para poder terminarlo.


Lo mejor: Un ensayo sorprendente, recomendable para los habituales lectores de filosofía, quizás aún más que los aficionados al cine de terror... estos últimos agradeceran las alusiones a las películas y determinadas reflexiones, pero inevitablemente se perderan en la intrincada selva de razonamientos que expone el autor. Algunos, como los dedicados al consumismo, son simplemente brillantes... sin duda un libro que aunque no resulta recomendable para la inmensa mayoría de los lectores no dejará indiferente a ninguno que se atreva con su lectura. No siempre se estará de acuerdo con la interpretación del autor o con sus conclusiones, pero la reflexión, profunda en muchas ocasiones, está servida ¡buen provecho! :-)

Lo peor: A veces el intento de encontrar un significado, una trama y de ahí tirar del hilo como punto de referencia para la reflexión queda excesivamente forzado y quebradizo. Demasiadas veces el autor se pierde en sus intrincados razonamientos y perdemos de vista el objetivo principal, la relación entre lo expuesto en estas películas y su significación filosófica, sus posibles lecturas, y su utilidad como punto de referencia para entender mejor este mundo en el que nos ha tocado vivir, y presumiblemente morir algún día. Aunque se enrolle más que las persianas hay temas, como el de las desigualdades sociales, tan presente en la obra de Romero de 2.005 "La tierra de los muertos" que son tocados muy tangencialmente... que le vamos a hacer, no estábamos ante una obra que pretendiera agotar todas las posibles lecturas del fenómeno y constituir una tesis, sino ante un libro, que como la mayor parte de los ensayos filosóficos, proporciona ante todo una interpretación muy subjetiva y personal perfectamente cuestionable.


sábado, 2 de noviembre de 2013

Infierno Horizontal sobre la destrucción del yo

"Lo inquietante no es el infierno en sí mismo, sino la forma que tiene el sujeto de experimentarlo y los mecanismos que consiguen destruir lo que hace de alguien quien es. Quizá por ello sería más apropiado decir que este Infierno versa sobre aquello que hace de algo un infierno. Y aún más de cómo aquello que constituye la identidad del yo puede llegar también a destruirlo"


Ficha: "Infierno Horizontal, sobre la destrucción del yo",  Ana Carrasco Conde, editorial Plaza y Valdés, 249 páginas, ISBN: 978 84 92751 73 0

El el último número de la revista Filosofía Hoy, nº 26, se inicia una sección de entrevistas a jóvenes filósofos, la primera de las mismas tiene como protagonista a Ana Carrasco Conde, doctora en filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid, especialista en el periódo del idealismo alemán, filosofía de la Historia. El tema del "problema del mal en Schelling" fue el elegido por ella para realizar su tésis doctoral, es importante señalarlo porque precisamente tal y como cuenta en el prefacio de este libro, dicha tesis contiene la idea original a partir de la cual elaboró este ensayo filosófico publicado en 2.012.

De hecho la autora sigue explotando esa base de ideas de su tésis y está a punto de publicar, si es que no lo ha hecho ya, otra obra "La limpidez del mal, el mal y la historia en la filosofía de F. W. J. Schelling". Tras haber leído con deleite de cabo a rabo el excelente ensayo que comento aquí no tardaré en echarle un vistazo a esta otra publicación suya. Hay muy poco publicado sobre la obra de este filósofo alemán en castellano y la verdad es que lo encuentro bastante interesante.



Ana Carrasco parte de una idea bien simple, que buena parte de esa identidad a la que denominamos "yo" se crea mediante la auto-reflexión sobre uno mismo. Ese pensar en uno mismo, este proceso interno donde no solamente se define la personalidad sino también se marcan las diferencias con lo ajeno al propio ser, definido por Schelling como Selbstheit puede en determinados casos enquistarse en un bucle viciado y autoreferente en el que la persona que sufre este proceso se hunde más y más en si misma... aparece pues el llamado estado psicológico que podríamos llamar "infierno". Ahora bien, ¿hay algún paralelismo entre ese proceso psicológico de autodestrucción y esa figura simbólica propia de la religión y la literatura denominada "infierno"?, sin duda, aunque con distintos matices... ese será el punto de partida del libro, la descripción minuciosa de ese llamado "infierno" como lugar destinado al castigo de los pecadores en el cristianismo, morada de los muertos en la religión pagana y sus equivalentes literarios, sobre todo en la obra "infernal" por antonomasia, "La Divina Comedia" de Dante Alighieri.




El libro se divide en tres partes, la primera dedicada al llamado "Infierno Vertical", es decir al infierno religioso o literario. Siguiendo principalmente la citada obra de Dante, simbiosis perfecta de la visión cristiana medieval y las referencias al Hades o al Tártaro de la literatura clásica y los mitos griegos. Acompañaremos a Dante a su viaje al inframundo guiado por Virgilio, seremos testigos de toda clase de horrores y suplicios pero también de su significado psicológico y simbólico, Ana se recrea una y otra vez en las distintas perspectivas posibles, aporta citas y referencias de obras clásicas como la "Eneada" de Virgilio, analiza minuciosamente el punto de vista del condenado, del testigo, de la significación de lo expuesto por Dante. Con erudición, elegancia y detalle veremos como esa idea original que identifica la idea de infierno como repliegue sobre uno mismo de forma enquistada y enfermiza se presenta en esa visión del tradicional infierno entendido este como lugar de expiación eterno y sin salida. Infierno como lugar no ya de reparación de una falta y de arrepentimiento, sino como lugar donde el condenado se ve encerrado en un bucle sin salida donde se repite continuamente lo mismo, donde se posee conciencia de la eternidad del suplicio y esta conciencia de absurdo y esterilidad del propio sufrimiento constituye en sí el principal elemento del castigo, representado perfectamente en la figura mítica de Sísifo, condenado por los dioses a empujar una voluminosa roca colina arriba... solamente para ver como al llegar a su cima esta vuelve a rodar cuesta abajo y todo vuelve a comenzar, esa inutilidad del esfuerzo y sobre todo la conciencia del mismo es lo que verdaderamente forma el suplicio en sí.

No solamente será la obra de Dante la escogida para dar sentido y color a lo expuesto en esta primera parte del ensayo, también Milton y su "Paraíso perdido", Oscar Wilde y su autobiográfica obra "De profundis" donde relata su personal tragedia y paso por la cárcel, "La enfermedad mortal" de Kierkegaard, Primo Levi y sus obras sobre la tragedia de Auswitch, Solzhenistsyn y su "Archipiélago Gulag" y Rimbaud y su poema "Temporada en el infierno", ofrecen todas estas obras un completo y caleidoscópico panorama sobre el tema del dolor humano, dolor que puede tener su inicio en el dolor físico pero que fundamentalmente apuntan al peor de todos, al sufrimiento psicológico sin fin y sin esperanza que a la fuerza termina aniquilando la humanidad del que lo sufre. A pesar del horror descrito por Dante en su paseo por los infiernos hay algo que todavía redime en cierta forma a ese infierno vertical, la conciencia de los condenados de haber escogido voluntariamente ese destino, la conciencia de haber obrado mal, la conciencia de ser culpables... aunque por la repetición eterna del castigo este esté más allá de toda expiación. Un asunto muy diferente al que se expondrá posteriormente en la tercera parte de la obra.

"El yo ya no tiene la capacidad de poder comenzar nada de nuevo, ya no es libre de querer ser de otra manera porque éste ya fijó o determinó por su querer su carácter y la forma de su actividad. Eliminar el querer es eliminar al yo, focalizado en la fuerza contractiva que se dirige hacia sí. Ésta es la grotesca perversión de la libertad: cuando ésta se dirige en vacío y sin freno hacia sí misma, cuando sólo el querer puede salvar al yo, pero el yo, sumido en la inercia de la locura de un querer dirigido embucladamente hacia sí mismo, no quiere salvarse porque ya sólo puede volver a sí enquistadamente como paradójica forma de perseverar en su ser. El yo ya no es actividad como tal, sino objeto de la inercia del dejarse llevar."

Entre esta primera parte dedicada al llamado infierno vertical, y a la tercera, la más importante, centrada en el llamado "Infierno Horizontal", aquel desprovisto ya de lugar concreto pero situado en cambio en el interior del ser humano que está inmerso en él, entre ambas partes se sitúa una más pequeña y menos importante denominada por la autora "Verticalidad", la exploración por la literatura de ese viaje hacia el interior de la tierra, principalmente a través de la obra de Julio Verne "Viaje al centro de la Tierra", donde ya no se desciende a ese infierno descrito en la literatura e imaginado por los mitos y las obras religiosas cristianas, sino que posee los elementos comunes a todo viaje de exploración. Queda así desmitificado el interior de la corteza terrestre como sede del lugar de condena de las almas pecadoras. Su visitante no es testigo de tormentos y castigos sino que sufre él mismo las fatigas y los peligros del viaje, un viaje que él mismo ha planificado, que posee principio y fin... y la conclusión que queda es que si el llamado infierno ya no reside en el interior de la Tierra ¿tiene sentido hablar del mismo ya?.


La tercera parte del libro, la más importante, nos expone ese infierno real como estado mental aunque ilusorio como lugar físico y concreto, Ana aquí vuelve a sus referencias literarias, especialmente a aquellas centradas en relatar el descenso a los infiernos particular de los supervivientes de los campos de concentración, de aquellos que han sido testigos en vida de la degradación y destrucción del ser humano a través del dolor. 

La autora podría haber buscado ejemplos de depresiones clínicas, de situaciones extremas ocasionadas por pérdidas familiares, de infiernos personales experimentados a través de la adicción a las drogas o los padecimientos por enfermedades terminales... sin embargo como vínculo que une ese infierno personal y ese lugar que podría también ser considerado como tal, el campo de concentración, se centrará principalmente en la obra del superviviente de Auswitch, Primo Levi, para ilustrar este otro infierno horizontal, ese que puede aparecer en la conciencia de cualquiera si las circunstancias lo empujan a él. 

De nuevo aparece esa idea original, la del enquistamiento en sí mismo que corta toda conexión con el exterior, magníficamente recreado en la pintura de J. H. Füssli "Silencio". El círculo inferior de ese infierno personal, aquel que coincidiría con la representación simbólica de Dante en el noveno círculo, ese infierno frío y congelado que alberga a los traidores y que preside el mismo satanás, donde ya los mismos no pueden llorar siquiera, ni gemir, donde el dolor cede paso ya a la petrificación de todo sentimiento y de toda humanidad... ese fondo ya más allá de toda emoción humana, como el de aquellos prisioneros del campo de concentración que relata Levi que se hayan ya más allá de toda recuperación posible, muertos ya en vida, que se arrastran inermes, embrutecidos e incapaces ya de esperimentar el sufrimiento... ese es el fin último del proceso de degradación interior que la autora nos mostrará desde múltiples perspectivas y con la elegancia, erudición y estilo exquisito del que hace gala en toda la obra de principio a fin. 

En este otro Infierno Horizontal el que lo sufre no se enfrenta a un castigo eterno como en el infierno de la religión y los mitos, sin embargo por su naturaleza repetitiva y obsesiva, por su falta de esperanza viene a ser lo mismo, o peor, ya que encima no es necesario haber cometido falta alguna para vivir en él, de hecho es mucho más habitual la inocencia y la falta de culpabilidad que lejos de aliviar el sufrimiento lo acentúan encima con un sentimiento de injusticia. Horizontal porque no hay que viajar a ningún lugar, porque aunque no reside en un lugar concreto puede encontrarse en todas partes, allá donde haya un ser humano sometido a dificultades y sufrimientos que lo sobrepasan y que le hacen replegarse sobre sí mismo, desbordado por su dolor, para finalmente entrar en un proceso interno que lo desconecta del mundo y termina hundiendo, despojándolo de su humanidad. Ana no nos ahorrará análisis, detalles, diferentes perspectivas, citas sacadas de las obras citadas...

"Tiempo y dolor vuelven a darse la mano en la conciencia que el yo tiene sobre la situación. Cuanto más aumenta la conciencia, no aumenta, sin embargo, el sentimiento de libertad, sino el de opresión: es ahora cuando, justo antes del umbral, justo cuando es inminente que el yo toque fondo y pierda toda lucidez, cuando en la conciencia del yo consigo mismo a través del dolor se abren dos posibilidades: puede el suelo ceder bajo los pies del yo y precipitarse al abismo, o bien, puede el sujeto agarrarse a la lucidez de su conciencia gracias al lejano brillo de una esperanza y salir de su infierno. "


Lo mejor: Un tema terrible para escribir un ensayo, sin embargo Ana consigue que el lector quede atrapado en su lectura y nunca se vea perdido o desanimado ante lo expuesto. Me da la impresión de estar ante una obra a medio camino entre un texto meditativo, diseñado para ser releido con frecuencia, y un verdadero ensayo... no puedo evitar encontrar paralelismos entre esa reiteración sobre sí que tanto se nombra en el ensayo como tema principal y las repeticiones de esa misma idea a lo largo del libro... a pesar de todo el libro dista mucho de ser monótono y me parece un ejercicio impecable de estilo, como esas piezas musicales donde el tema principal aparece una y otra vez en distintas formas el libro se lee con verdadero placer. Lo dicho, estaré pendiente de sus próximas publicaciones, si son siquiera la mitad de buenas que este ensayo valdrá la pena prestarles atención.


Lo peor: Las notas eruditas, las múltiples explicaciones y puntos de vista no pueden ocultar el hecho de que la idea base del ensayo es sencilla y puede quedar reflejada en muy poco espacio. De ahí que uno tiene la sensación leyéndolo de estar siempre dando vueltas sobre lo mismo, de encontrarse ante una especie de "soufflé" que podría tener perfectamente una extensión mucho menor. Estamos ante un ensayo filosófico puro y duro, el mismo me recuerda a ese dicho que reza "cuando solo tienes un martillo como herramienta todo adquiere forma de clavo", no puedo evitar la impresión de encontrar en ocasiones las cosas un poco forzadas. Recomendable solamente para los habituales lectores de ensayos filosóficos, curiosos y frecuentadores de obras de "más ámplio espectro".


viernes, 1 de noviembre de 2013

Cuentos filosóficos

Ficha: "Cuentos filosóficos", Martin Cohen, editorial Ariel, 338 páginas, ISBN: 9788434488052

Martin Cohen es un filósofo británico, editor de la publicación "The philosopher" y autor de varios libros de divulgación filosófica de gran éxito, como "101 problemas de filosofía", todo un clásico del género, y el últimamente publicado en castellano "101 dilemas éticos" que espero comentar pronto en este blog. Posee como la mayoría de los escritores de filosofía destinados al gran público un estilo simple y directo que huye como la peste de la terminología técnica habitual de esta rama del saber, podemos pues encuadrarlo perfectamente con otros grandes divulgadores como Niguel Walburton, Alain de Bottom o Jules Evans, autores ya ámpliamente comentados en este blog.

Martin apunta muy alto con esta obra ya que trata de ofrecer algo diferente al habitual lector de obras filosóficas, y ese es a la vez el punto fuerte y el principal defecto de este libro.Como punto fuerte y principal virtud posee su originalidad, ya que se centra principalmente en la vida personal de una serie de importantes filósofos, trata de mostrarnos no solamente un paralelismo evidente entre su pensamiento y su obra sino principalmente la contradicción entre ambas. Los filósofos pueden ser y de hecho son seres humanos tan débiles, inconsecuentes y contradictorios como el resto de los mortales, y ese es el principal tema del libro, un espíritu iconoclasta que intenta tirar por tierra determinados mitos y ofrecer un retrato nada idealizado, y en ocasiones también nada amable, de estos ídolos de la filosofía. 

Ese es según mi personal punto de vista la principal objección que se puede reprochar al libro, Martin llega demasiado lejos y hay momentos en los que parece que estamos leyendo una crónica de cotilleos de la prensa del corazón. Tampoco es un libro que esté demasiado bien documentado, alguna historia que cuenta resulta contradictoria con cosas que ya conocía y tengo mis motivos para dudar de la fiabilidad de las fuentes en las que se apoya el Sr. Cohen, por no decir que más de uno de los epítetos, que de forma gratuíta, dedica a alguno de los filósofos y pensadores reseñados está de más, como alguna de las frases despectivas que dedica a Steven Pinker por ejemplo... en mi opinión el Sr. Cohen se debería lavar la boca con agua y jabón antes de mencionarle siquiera. En definitiva se pasa de rosca y ofrece una visión excesivamente sesgada y personal. Hay capítulos interesantes, como el dedicado a Hume y Platón, y otros francamente malos y mediocres como el dedicado a Spinoza por ejemplo, Bertrand Rusell también se lleva su buena carga de críticas, inmerecidamente creo, y llega incluso a coquetear con la idea de que Sartre plagió muchas de las ideas de su amada Simone de Beauvoir... algo que no puede demostrar. 

Mucho más benévolo se muestra con otros como Leibniz, Stuart Mill o Tomas Hobbes, en ocasiones como en este último se centra en asuntos que nada o poco tienen que ver con su filosofía como la peculiar obsesión del filósofo inglés por encontrar una solución matemática a la cuadratura del círculo, o la relación entre John Locke y el negocio de la esclavitud. A pesar de todo se nota el buen hacer de Martin como narrador de historias, por mucho que en este caso la filosofía y el pensamiento de los protagonistas pase muy a segundo plano en demasiadas ocasiones. También es interesante el añadido final en el que hace un repaso, demasiado breve y escueto, por las mujeres filósofas, las grandes olvidadas... sin embargo incluso en este apartado no puedo más que reseñar el "ombligismo", por no decir ya directamente catetismo de este snob autor británico ... un repaso por las grandes figuras femeninas de la filosofía que no incluya a Simone Weil, Marie de Gournay o nuestra María Zambrano... ¿qué pinta aquí el capítulo sobre Benjamin Lee Whorf? ¿por qué no dedicó un capítulo a Nietzsche y a Andreas Lou Salomé?. Facilón también me parece el capítulo a Schopenhauer, tan fácil de criticar por su mal genio y aquel incidente de la costurera, o a Heidegger, tan fácilmente crucificable por sus afinidades con el nazismo.

Si algo habría que salvar de este libro es el espíritu con el que está escrito, la idea que esgrime en su prólogo, la de mostrar unos vívidos retratos humanos de los grandes filósofos, con sus debilidades, sus influencias y las supuestas omisiones de la historia "oficial"... por desgracia me parece que tras apuntar tan alto en esa interesante declaración de intenciones finalmente la obra termina haciendo aguas.

Lo mejor: La visión iconoclasta y ácida de las grandes figuras de la filosofía, en ocasiones acertada, otras menos, pero que mueve a la reflexión, lo cual sin duda es una virtud para todo libro sobre filosofía que se precie. Son interesantes también muchas de las historias que cuenta, en ocasiones en contradicción con la versión "oficial", así como la supuesta apropiación de ideas, como en el caso ya señalado de Sartre y también en el caso de Descartes, Platón o Wittgestein. Solo recomendable para aquellos fanáticos de la filosofía dispuestos a lidiar con todo tipo de material y que ya anden un poco de vuelta de los habituales libros de divulgación básicos y facilones.

Lo peor: Cohen vuelca demasiado sus antipatías y simpatías personales, la omisión de Nietzsche es simplemente imperdonable por no decir algo peor. Hay capítulos interesantes y muy recomendables y los hay rematadamente estúpidos. Que nadie busque en esta obra una guía del pensamiento o la obra de ninguno de los filósofos retratados, es un conjunto de historias personales, paralelas, un conglomerado de chascarrillos, no siempre interesantes y que al final culminan en lo que es, una obra en conjunto olvidable y mediocre, por mucho que también tenga, y lo reconozco, su interés. Al final me ha decepcionado bastante, esperaba mucho más de este autor... que le vamos a hacer, como dice el refrán, "hasta el mejor escribiente hace un borrón de vez en cuando", este libro es sin duda un borrón en el curriculum del afamado filósofo británico y también uno de los más prescindibles de mi biblioteca filosófica.