lunes, 24 de noviembre de 2014

La gran divergencia


Ficha: "La gran divergencia",  Peter Watson, editorial crítica, 718 páginas, ISBN: 978 8498922 707

Leer un libro de Peter Watson es embarcarse a propósito en una gran aventura, cualquiera de sus últimos trabajos editados en castellano "Historia intelectual del siglo XX", "Ideas, historia intelectual de la humanidad", este que aquí comento, y el recientemente publicado "La edad de la nada", no son ensayos del montón, hablamos de voluminosos trabajos llenos de erudición, elaborados con una gran calidad y redactados con la habitual maestría del periodista, escritor y erudito británico. Son ensayos por así decirlo que están varios pasos por encima de la media, que juegan en otra liga... si existiera algo así como una "liga de honor" del ensayo divulgativo las obras de Watson estarían en la misma sin duda alguna.

De nuevo nos movemos en el terrenos históricos donde el Sr. Watson se mueve como pez en el agua, concretamente en este caso se trata de historia comparada en el periodo denominado neolítico y la edad de bronce principalmente, entre el continente euroasiático y el americano. En 1.492 los europeos que trabaron contacto con las tierras americanas se encontraron con un mundo muy diferente del que habían dejado atrás... hubo un tiempo en el que el nivel de desarrollo entre América y Eurasia (incluyendo Africa y oceanía) era el mismo. Hace unos dieciseis mil años que los primeros seres humanos entraron en el continente americano, a través de lo que hoy se conoce como el estrecho de Bering que en aquel tiempo ponía en contacto Siberia con Alaska a través de una enorme lengua de tierra de cientos de kilómetros de anchura. Estábamos en la última era glacial y el océano ocupaba una porción menor que ahora... posteriormente el calentamiento de la Tierra y la desaparición de los enormes glaciares dieron lugar a una subida del nivel del mar que dejaron a las dos grandes masas continentales de Asia y América del Norte incomunicadas... para entonces los seres humanos que habían entrado allí ya habían comenzado su gran aventura, una epopeya que desde nuestro tiempo solo podemos intentar aventurar de un modo muy especulativo, tal y como reconoce el mismo Watson desde el inicio del libro. Aunque sea precisamente ahora, a más quinientos años del encuentro entre ambos mundos, cuando mejor puede ser entendida gracias a los descubrimientos científicos y arqueológicos.



Otros trabajos ponen especial énfasis en intentar encontrar paralelismos entre diferentes culturas, como muy bien comenta Watson es algo comprensible y plenamente justificado, centrar un trabajo precisamente en las diferencias y en el QUE nos hace diferentes es un terreno complicado que se presta a interpretaciones retorcidas e interesadas destinadas a aventurar supuestas supremacías de tal o cual cultura, de hecho ha sucedido muchas veces en el pasado con trabajos supuestamente "serios". Sin embargo el escritor británico encuentra precisamente ahí, en el análisis de las diferencias entre el desarrollo histórico y cultural de ambos mundos el fundamento para escribir este monumental ensayo, siempre con la sana intención de aclarar cosas interesantes sobre la naturaleza humana que nos haga comprendernos mejor a nosotros mismos. 


Historia, mitología, paleantropología, zoología, climatología, geografía, botánica, sociología... el relato y la interpretación del devenir histórico y humano en América y su comparación con el acaecido en Eurasia posee múltiples facetas donde, sobre todo en el continente americano, tenemos que movernos siempre en el terreno de lo puramente especulativo por desgracia, pero donde a su vez hay que fundamentarse todo lo posible en lo poco que sabemos y construir una historia mínimamente verosimil.

Capítulo a capítulo Watson va desgranando una historia aportando multitud de datos, haciéndose eco de numerosos trabajos de antropología principalmente, pero también de otras especialidades como las que estudian la flora, fauna y clima de épocas pasadas, el vulcanismo y la actividad sísmica, la evolución de la vegetación en lo referente a las especies comestibles etc. Desde el comienzo de las grandes migraciones humanas que saliendo de África bordearon Oriente Medio y se adentraron en Asia hasta Siberia, hasta el establecimiento y cruce por el puente de tierra hacia Alaska y posteriormente la distribución y expansión hasta el extremo sur del continente.

Estos estudios nos revelan notables diferencias de todo tipo, diferencias en los vegetales comestibles, ausencia de cereales en América salvo el maíz que fue "domesticado" en una época mucho más reciente de la que se suponía en un principio, ausencia de grandes mamíferos domésticos y bestias de tiro, una orografía que al extenderse de norte a sur complicaba enormemente los desplazamientos, un clima endemoniado, un clima explosivo con fenómenos atmosféricos devastadores como el de El Niño en América del Sur, una actividad sísmica y volcánica sin parangón con cualquier otro lugar de la Tierra, la persistencia de las religiones chamánicas y la abundancia de drogas psicotrópicas que proporcionaban unas supuestas experiencias místicas y religiosas mucho más vívidas que en Eurasia... todo ello terminó conformando un mundo muy distinto en desarrollo y mentalidad al existente en el viejo continente. 

El como las condiciones ambientales y las circunstancias influyen en la historia humana, en la visión del mundo y las religiones es la piedra angular del libro. Si América, a pesar de sus indudables logros civilizados como los diversos imperios que se consiguieron poner en pie, estaba todavía en una edad del bronce cuando en Europa se conocía ya la pólvora y se estaba a punto de dejar atrás la Edad Media... es decir hablamos de un atraso tecnológico en muchos aspectos de dos mil años o más, no fue por capricho ni por indolencia, ni por una menor capacidad intelectual de los nativos americanos en relación con sus homólogos del viejo continente... Nunca hubo una ganadería semejante a la de Eurasia que constituyó el motor y germen original del comercio, una ganadería que según Watson estuvo en el origen de las religiones monoteístas, un comercio que estimuló la aparición de la escritura, el invento de la rueda y el carro eran virtualmente inútiles sin bestias de tiro. Nunca hubo un corredor de comunicaciones de este a oeste como el de Eurasia que desde Europa occidental llegase hasta extremo oriente, nunca hubo una ruta de la seda o de las especias. Las comunicaciones norte-sur son mucho más difíciles que las de este a oeste porque tienen el obstáculo añadido de la diversidad de climas... altas montañas, enmarañadas selvas pobladas de insectos transmisores de enfermedades, desiertos... y todo ello sin medios de transporte similares al del buey doméstico o al del caballo, sin una ganadería trashumante como la de oriente Medio, Europa y Asia. 


Sumemos a ello la pervivencia de religiones de origen chamánico que nunca evolucionaron del todo, tal y como si sucedió en el viejo mundo con unos cultos que abandonaron las prácticas  propias de pueblos de cazadores-recolectores a cultos basados en la fertilidad, propios de agricultores... para más adelante evolucionar a religiones patriarcales, a través de los pueblos ganaderos y nómadas, para terminar desembocando en los grandes monoteísmos. La abundancia de drogas psicotrópicas, junto con una naturaleza despiadada y brutal fue moldeando unos cultos centrados en el sacrificio, cultos donde no se pedían dones a los dioses sino que más bien se los veía como seres temibles y a los que se les rogaba para que no actuasen. En su momento de mayor apogeo, justo con la llegada de los españoles a México, el imperio Azteca sacrificaba varios miles de víctimas al año tan solo para "mantener en funcionamiento al sol"... sin duda una experiencia religiosa y una mitología basada en pasados cataclismos de origen volcánico en los que el humo y las cenizas oscurecían el sol durante mucho tiempo. 

El lector curioso interesado en el tema, y sobre todo deseoso de intentar cubrir en la medida de lo posible esa gran laguna histórica que constituye la historia de la América Precolombina encontrará en el ensayo de Watson una gran cantidad de datos de su interés. Datos sobre la economía, la organización y la vida de las diferentes culturas que fueron apareciendo y desapareciendo en el tiempo en América, numerosos datos sobre sus creencias y sus religiones, fundamentales para entender su forma de vida y su historia, los diferentes hallazgos arqueológicos y su datación, y sobre todo un intento para meternos en su mentalidad, en su forma de ver el mundo y aunque cueste trabajo comprender algunas cosas terribles de su historia, como su afición y obsesión por los sacrificios humanos, darnos cuenta de que su mundo era diferente, su mentalidad y su idea sobre la vida y la muerte también y que no podemos juzgarles correctamente desde una perspectiva no ya moderna sino premoderna incluso.

Lo mejor: Un relato apasionante, muy bien documentado, con multitud de datos y referencias a obras externas, que viene a arrojar luz sobre un periodo particularmente oscuro de la historia humana. Me ha sido inevitable recordar aquel juego de ordenador "civilization" con el que pasé tantas horas entretenido allá por los años 90, mi estancia en México hace años en la que visité el museo de antropología del Distrito Federal y el museo de Jalapa, la visita a Teotihuacán y sus pirámides del sol y de la luna, la película "Apocalipto" de Mel Gibson, así como recordar las palabras de una amiga licenciada en Historia del Arte "la historia fundamentalmente es una interpretación"... un pensamiento que en su momento me parecía erróneo, ya que hay hechos que están más allá de toda interpretación a mi entender, pero que tras una oportuna reflexión, y sobre todo a través de la lectura de este libro, me parece completamente cierto. Sobre la interpretación que nos trae Peter Watson en este libro nunca sabremos seguramente si es completamente acertada o no, pero está claro que un trabajo tan bien documentado y narrado con tanta lógica debe por fuerza estar muy cerca de la verdad. 

Lo peor: Aunque el libro depara algunos descubrimientos sorprendentes y multitud de datos en general sigue una senda previsible que se anuncia una y otra vez, las ideas más importantes pueden ser resumidas en poco espacio... de hecho el autor lo hace en el prólogo y los apéndices, todo lo demás es documentación y reunión de pruebas a favor de la tesis principal del libro. Al final he terminado encontrando monótono el relato, por mucho que me haya aportado gran cantidad de información que desconocía sobre la aventura humana en América. 


martes, 11 de noviembre de 2014

La pasión de la mente occidental


"He partido del supuesto de no otorgar prioridad especial a ninguna concepción de la realidad en particular, ni siquiera a la actual, que, por lo demás, es múltiple y tremendamente fluida en sus capas profundas. En cambio, me he aproximado a cada cosmovisión con el mismo espíritu con el que me hubiera aproximado a una obra de arte excepcional; es decir, tratando de comprender y apreciar, de experimentar sus consecuencias humanas, de permitirle revelar su significado"


Ficha: "La pasión de la mente occidental", Richard Tarnas, editorial Atalanta, 702 páginas, ISBN: 978 849 576318

Me encontré con este libro por casualidad en la Biblioteca Regional mientras inspeccionaba la sección de filosofía, a la que le suelo dar un "repaso" cada cierto tiempo. En un principio no captó demasiado mi atención, aunque si lo suficiente como para que buscase información sobre el mismo en Internet... tras leer la información que la editorial difundía sobre el mismo y alguno de los comentarios de lectores me dije que era una obra a la que bien valía la pena echarle un vistazo de forma mucho más detenida. Pocas veces he tenido la sensación de acertar tan de lleno con un libro.

Tras una lectura muy intensa que me ha llevado algo menos de una semana, bastante poco teniendo en cuenta que si bien el texto en sí ocupa "solamente" 559 páginas de las setecientas que tiene el libro, el resto lo componen los índices, notas, bibliografía y demás material anexo, este no es un libro donde haya demasiada "paja", más bien todo lo contrario, la narración es densa en ideas, no hay partes más ligeras, ni diálogos, hay pocas citas de otros autores... de principio a fin asistimos a todo un recital de ideas, magníficamente expuesto y narrado por este filósofo y psicólogo de origen suizo y afincado en California que en 1.991 y tras casi una década de trabajo decidió publicar esta especie de "prefacio" a otra obra más ambiciosa que ya vería la luz en 2.006 "Cosmos y Psique". 

Si la intención de Tarnas en un principio era la de elaborar un trabajo preparatorio a la obra que estaba gestando, mucho más importante, donde ya elaboraría su particular filosofía acerca de una nueva visión del cosmos, un nuevo paradigma que podría constituir una alternativa a la actual visión posmoderna, está muy claro que la labor se le fue un poco de las manos... bastante diría yo.


Era imposible presentar a sus lectores un trabajo donde analizase la posible futura evolución de la actual visión del cosmos sin que estos comprendieran bien la visión actual, y naturalmente para comprender la visión actual nada mejor que explicar cual ha sido su proceso de formación y evolución a lo largo del tiempo.

 La actual visión moderna, o más bien "posmoderna" tal y como apuntaba antes, ha derivado y evolucionado de una cosmología moderna, esta lo hizo a partir de la heredada del medievo, y a su vez esta evolucionó a partir de la visión del cosmos de la antigüedad clásica... de modo que para entender bien la cosmovisión del presente y contemplarla en toda su complejidad hay que retroceder en el tiempo más de veinticinco siglos... a los tiempos de Pitágoras, Heráclito, Parménides... de allí pasar a Platón, de este a Aristóteles y posteriormente a la figura clave de Ptolomeo, de ahí a los neoplatónicos... hasta toparnos con el cristianismo, primero en su visión de orientación más judaica, de ahí a la cristiana romana e influida por Platón de la mano de de San Agustín, asistir al nacimiento de la Escolástica Medieval gracias a Santo Tomás que trajo de nuevo a Aristóteles, y de allí sumergirnos en el fascinante mundo del Renacimiento donde terminaremos topándonos con la revolución de Copérnico, Kepler y Galileo, que culminaría finalmente en Newton. Estaríamos ya en una nueva visión del cosmos, el mundo moderno, que culminaría con Kant, Darwin y Nietsche en un proceso imparable de desmantelamiento de la figura del hombre como centro del mundo... Freud y posteriormente Einstein vendrían a colocar el último clavo en el ataud y volver a poner patas arriba el ordenado cosmos mecanicista de Newton... un viaje intenso y fascinante.

Veinticinco siglos de filosofía, ciencia y religión unidas por el nexo común de la visión compartida del cosmos dan para mucho... Tarnas podía haber optado por dos opciones mucho menos interesantes, o bien un trabajo más ligero donde expusiese unas pocas líneas de pensamiento salpicadas con datos, o bien un trabajo más exhaustivo donde viniese a construir una especie de enciclopedia en pequeño con una historia detallada de los principales protagonistas, sus vidas y sus obras... sin embargo optó por una opción más interesante, exponer las ideas principales, rehuir de dar datos biográficos, referencias a obras, fechas, solo los datos verdaderamente imprescindibles... y empeñarse en un relato denso, descriptivo, claro y ameno de las ideas fundamentales... y sin ahorrar esfuerzos en ello. El libro es una maravilla.


De principio a fin la obra está dotada de una coherencia, un estilo y una claridad explicativa impresionantes, no me extraña que este libro haya sido escogido por muchas universidades americanas como texto obligatorio para sus estudiantes de filosofía, imagino que de primer curso. Desde el lugar donde me ubican mis escasos conocimientos, desde luego que yo haría lo mismo, es un libro que presenta una visión de conjunto y una unidad absolutamente magníficas, ideal para contemplar el "bosque" de las ideas sin perderse por sus innumerables ramas... hay mil y una obras para observar la filosofía en detalle... pero ¡que pocas que ofrezcan una visión de conjunto tan majestuosa y a la vez tan rica de ideas y con tanta sustancia como la que R. Tarnas nos ofrece aquí!. Lo dicho, sin duda en la mente de su autor esta no era más que una obra "auxiliar" de otra más ambiciosa, y ya completamente de su "cosecha", que terminó desbordándole.



Alguna vez algún lector de este blog me ha escrito con la intención de que le recomiende algún libro de filosofía, al ver que es el tema dominante en el mismo... hay mucho donde escoger si uno comienza a interesarse por estos temas, muchos libros agradables de leer que proporcionan unos conocimientos básicos y generales, enfocados por biografías de grandes pensadores, por obras filosóficas, por ideas... centrados en la ética o en el arte de vivir. Nunca había visto uno tan bueno como este y que además sirviera también como introducción... si hay una medalla que puede ponerse el filósofo suizo-americano es sin duda la de la brillantez y la claridad expositiva, no hay ni el menor indicio en la mayor parte de este libro de aridez ni opacidad... y no solamente no está reñida dicha claridad con la profundidad de las ideas expuestas, es que llega un punto en el que tanta claridad "asusta", uno lee y se rebela "no puede ser, no puede ser tan simple... " transmite la seguramente engañosa sensación de que esto es "fácil" que no hay que darle demasiadas vueltas, que el pensamiento humano y la filosofía en su expresión más profunda tampoco son tan difíciles de entender, al menos según sus líneas generales, que su evolución a través de la historia tiene su lógica, que apenas hay ideas originales y que detrás de muchas ideas aparentemente modernas siguen vivitas y coleando otras mucho más antiguas a poco que se escarbe un poco.

La exposición del pensamiento y la cosmovisión de la antigüedad clásica es soberbia, me ha impresionado por su sencillez y claridad, por su insistencia en sus características más importantes que no hay que perder nunca de vista y cuyos efectos llegan hasta nuestros días. La atención prestada a los presocráticos y los sofistas, verdaderos perdedores y marginados en la historia oficial por la atención prestada a los gigantes Platón y Aristóteles, y que los tiempos modernos han terminado reivindicando... el modelo atomista de Demócrito, la modernidad del pensamiento de los sofistas, la visión Pitagórica de un orden universal que luego fue copiada y ampliada por Platón... en lenguaje taurino habría que decir que cuando termina uno esta primera parte consagrada al mundo griego el autor ya "sale en hombros y por la puerta grande".

Es muy habitual en los tratados sobre historia de filosofía pasar un poco "de puntillas" por la Edad Media... total solo son mil años de nada... Pues no, Tarnas le dedica un gran espacio a esos mil años, aparentemente tan oscuros y tan poco productivos en los que parece que nada hubo aparte de los habituales San Agustín y Santo Tomás. La doctrina cristiana, su visión del mundo, lo que cambiaron y adoptaron del mundo griego, las tensiones y diferentes visiones "cristianas"... la irrupción de la poderosa figura de Santo Tomás y la reivindicación de la figura de Aristóteles, la combinación de aristotelismo y su defensa a ultranza de la razón, con una visión platónica del mundo de las ideas adaptada a la cosmología cristiana, los dogmas del cristianismo y sobre todo el porqué, explicado con una minuciosidad que raya en la obsesión, del motivo por el cual el cristianismo arrolló y suplantó con tanta eficacia al mundo pagano. Acostumbrados como estamos siempre desde nuestra visión moderna a una crítica permanente del cristianismo cuesta trabajo ver como en muchos aspectos su cosmovisión era muy superior a la de la antigüedad... Tarnas no cae en el error y muestra tanto los aciertos como los errores. Y sobre todo como una idea habitual durante todo el relato filosófico nos mostrará como el cambio de paradigma nunca implica la desaparición completa de las ideas anteriores y como estas vuelven a surgir una y otra vez aunque sea de forma camuflada.


El medievo en crisis tuvo su particular "adolescencia" en el Renacimiento que terminaría alumbrando al mundo moderno y a su nuevo y radical cambio de cosmovisión... una crisis, un parto, de más de dos siglos que se inició con Copérnico y que continuó con Kepler y Galileo, la visión medieval del mundo saltó hecha pedazos... el hombre, y no Dios, pasó a ocupar el centro del mismo. Descartes erigió a la razón, no el dogma o la palabra revelada, como árbitro supremo del conocimiento, Newton proporcionó leyes físicas y matemáticas que explicaban el orden de los cielos sustituyendo a las esferas celestiales de Platón y Ptolomeo... los empiristas británicos Locke y Hume, y posteriormente Kant terminarían también echando por tierra a la razón "pura" de Descartes como principal instrumento de conocimiento. Quedaba el camino expedito para la siguiente convulsión... la teoría de la evolución de Darwin vino a demoler lo que quedaba de autoridad en la Biblia en relación al origen del hombre y del mundo.  El hombre se desliga del cosmos para siempre, es un animal como cualquier otro, tanto su conocimiento a través de la experiencia como a través de la razón poseen límites... y no solo eso, como demostraría más tarde Freud, ni siquiera es dueño de sí, la otrora poderosa razón no gobierna en casa.

El paso de un mundo unido, pleno de sentido, donde el hombre ocupaba su lugar de honor, un mundo ordenado y regido por leyes físicas implacables pero al alcance de la razón humana ha terminado dando lugar al mundo caótico, fragmentado, complejo y carente de sentido de la posmodernidad, un mundo donde el hombre se cuestiona cada vez más sentido alguno y donde parece imposible encontrar un mínimo de coherencia, donde todo es relativo, donde atrapados en la jaula del lenguaje queda cada vez más claro que el universo es un lugar casi por completo hostil y donde el azar parece ocupar un lugar antes impensado. Un mundo donde predomina la "deconstrucción" de todo sistema, un mundo impregnado de los pies a la cabeza de un escepticismo que si bien nos preserva de falacias e ideas falsas por un lado, por el otro y llevado a su extremo nos conduce al pensamiento estéril del "todo vale lo mismo".

Ante este panorama desolador de la posmodernidad, Tarnas llegado el final del libro se aventura a lanzar su hipótesis particular, estamos en el fin de un periodo histórico, una agonía que comenzó en el siglo XIX y que se ha acelerado en el XX, un momento de crisis a todos los niveles que terminará alumbrando el nacimiento de una nueva cosmovisión ¿cual podrían ser las características de la misma?... Tarnas apuesta por la vuelta a unos valores antiguos, primordiales, centrados en el elemento femenino. Femenino no solamente entendido como de ese género, tan ninguneado e ignorado a lo largo de casi toda la historia, sino en relación a lo femenino entendido como simbólico, femenino como global, como indiferenciado, como holístico... una vuelta a "casa", una erosión y ruptura de la furiosa individualidad que comenzó en el Renacimiento. Un abandono paulatino de la visión "masculina" que ha predominado desde entonces.

Habrá quien encuentre "sospechoso" este anhelado retorno, que Tarnas ejemplifica con el proceso psicológico de vida indiferenciada en el útero materno, trauma del parto, diferenciación y separación del mundo, anhelo de retorno y finalmente unión mística con el "todo". Un proceso que recuerda a la dialéctica de Hegel de tésis, antítesis y síntesis para terminar repitiendo el ciclo de nuevo... y que inevitablemente hay que ver bajo la sospecha a un cambio a un estado "regresivo" anterior al pensamiento moderno. Dicha crítica solamente se puede ejercer desde el punto de vista equivocado de no haber entendido del todo a Richard Tarnas, pues como ejemplifica este una y otra vez, ningún cambio de paradigma, ningún cambio de cosmovisión acarrea la ruptura total con el anterior, perviviendo muchas de las ideas anteriores bajo otras formas... así que no hay peligro de regresión a estados primitivos, esa supuesta emergencia de un nuevo paradigma presidido por el elemento "femenino" no debería asustar a nadie. De la misma forma que tanto el cristianismo como la modernidad surgieron en un momento en que históricamente eran muy necesarios por haberse superado completamente el modelo anterior, si seguimos el razonamiento de R. Tarnas en este libro, el nuevo paradigma tendría que venir a suplir las graves carencias del modelo actual en crisis y volver a impulsar a la humanidad a un nuevo desarrollo... 

"Pero para lograr esta reintegración de lo femenino reprimido, lo masculino debe pasar por un sacrificio, por una muerte del yo. La mente occidental debe tener la voluntad de abrirse a una realidad cuya naturaleza podría hacer añicos sus creencias mejor establecidas acerca de sí misma y el mundo. Éste es precisamente el acto de heroísmo que ha de tener lugar. Ahora es necesario cruzar un umbral que exige un verdadero acto de fe, de imaginación, de confianza en una realidad más amplia y compleja; umbral que, además, exige un acto de auto exploración sin flaqueza alguna."

Lo mejor: Un trabajo impresionante, inspirado e iluminador que no será olvidado con facilidad. El libro de filosofía que me llevaría a una isla desierta para leer una y otra vez. Una obra maestra cuya lectura me ha proporcionado un gran placer y abundantes momentos de felicidad, lo recomiendo encarecidamente a todos los lectores amantes de la filosofía y la belleza del pensamiento humano.

Lo peor: La parte donde el autor se "moja" y anticipa cambios sobre un hipotético cambio de paradigma es tanto el punto fuerte como flaco del libro... tanto en el caso de que uno esté en desacuerdo como si coincide con R. Tarnas; eso es lo de menos porque está claro que pueden pasar muchas décadas, siglos tal vez, a que lo pronosticado por el autor pueda materializarse, si es que llega a suceder... dada la dinámica vertiginosa con la que opera actualmente el mundo. Las dos décadas transcurridas desde la publicación de su libro creo que le han terminando dando la razón, en parte, y seguramente en el día de hoy serían visibles algunos aspectos del nuevo "paradigma emergente"... junto con demasiadas evidencias también, por desgracia, de que las cosmovisiones más anquilosadas y arcaicas siguen también muy presentes. Si los cambios de un modelo a otro son tan lentos como el cambio del medievo a la modernidad estamos bien jodidos porque está muy claro, más que en el momento en que fue editado el libro, que un nuevo cambio es más urgente que nunca.


lunes, 3 de noviembre de 2014

Todo a mil



"El aroma de la flor es el mismo de la primavera anterior pero el hombre que percibe su esencia perfumada ha envejecido doce meses. En cada estación del año, el hombre es distinto porque ha avanzado unos pasos más en el camino de la vida. 

Las estaciones rotan en la rueda de la naturaleza, los hombres avanzan en el camino de la vida. Estos ensayos desean ser un cruce entre rotación y camino. Quieren decir algo sobre la naturaleza inalterable del hombre, pero hacerlo desde la perspectiva dinámica del caminante que avanza por una senda cuya silueta se pierde en la línea del horizonte"


Ficha: "Todo a mil", Javier Gomá Lanzón, Galaxia Gútemberg, 161 páginas, ISBN: 978 84 8109 975 1

Javier Gomá es uno de los más destacados filósofos del panorama nacional de los últimos años, la suya ha sido una aparición "fulgurante" en las letras hispanas. Desde la publicación de su primer libro en 2.003 "Imitación y experiencia", premio nacional de ensayo al año siguiente, uno de los trabajos más importantes de la filosofía en los últimos años en nuestro país y una obra en cuya lectura me encuentro actualmente enfrascado. A esta primera contundente e importante "ópera prima" siguieron otros ensayos muy relacionados con el mismo, Gomá es uno de esos filósofos cuyo pensamiento giran en torno a una idea única, en su caso la "imitación" en todas sus variantes imaginadas y por imaginar. Obras como "Aquiles en el gineceo", "Ejemplaridad pública" y "Necesario pero imposible"... que conforman una tetralogía muy conectada entre sí y que seguramente constituye una referencia a estas alturas casi imposible de pasar por alto. En 2.012 Javier fue incluido en una lista de los 50 intelectuales iberoamericanos más influyentes, ejerce además como director de la Fundación Juan March desde el mismo año de la publicación de su primer libro... en definitiva, un "peso pesado" de la filosofía que se escribe y se piensa en castellano en todo su apogeo como escritor.


Aparte de las cuatro obras señaladas, J. Gomá ha escrito numerosos artículos para distintos periódicos y suplementos culturales, muchos de los cuales han terminado siendo publicados en forma de libro. El que comento aquí es uno de ellos. "Todo a mil", hace alusión a las mil palabras de límite a las que tenía que ceñirse para escribir en el suplemento literario "Babelia" del periódico El País. Cada tres semanas escribía un artículo, una colaboración que se extiende desde la primavera de 2.010 hasta el otoño de 2.011, 31 artículos más otros dos escritos en exclusiva para el libro. En ellos Javier toca los más variados temas, a veces relacionados con los que aborda ya en sus ensayos, como el titulado "Terrores infantiles" sobre el tema del aprendizaje a través de la experiencia, o sobre la muerte y el destino humano en "Primores de lo mortal"... en otras ocasiones se aleja decididamente y explora nuevos ámbitos. Siempre con la brevedad obligada de un artículo para una revista donde el espacio es limitado... pero también por ello y teniendo en cuenta el lugar donde se publican, con un estilo literario bastante alejado de la habitual prosa de sus ensayos. 

El formato del artículo por su brevedad, la escritura pausada en el tiempo, el variado público lector al que en esta ocasión dirige sus palabras, y la necesidad de tratar de "enganchar" a las primeras de cambio, sabedor de que la naturaleza de un artículo es muy distinta a la de un libro porque sobre todo abunda el lector ocasional que se va a encontrar con su firma de forma casual; todo ello termina redundando a favor de una brevedad pero también una densidad expresiva que convierte su lectura en una delicia. La extensión es forzosamente breve, pero es que además el estilo preciosista y literario exhibido por J. Gomá crea adicción... se lee casi de un tirón. Hay también un esfuerzo por parte del autor en tocar en cada artículo temas de hondo calado humano, se dejan de lado modas pasajeras y temas actuales en general, toda una tentación en una publicación periódica, y se fija la atención en asuntos y temáticas que dentro de mucho tiempo seguirán tan vigentes como hoy mismo.

"Todos los días de mi adolescencia me asomaba a la terraza de mi casa para ver el sol ponerse detrás de los edificios fronteros. En mi pecho los tempranos presentimientos se mezclaban con el miedo a entrar en un mundo que no me daba ninguna garantía de poder darles cumplimiento. Frente el espectáculo de la tarde se constituyó en la única prenda fiable. Supongo que, a la mirada del científico materialista, el atardecer es sólo un efecto óptico, reducible a una combinación de fenómenos físicos y atmosféricos. Para mí era la prueba -y lo sigue siendo- de que en este mundo nuestro, pese a sus conocidas miserias, lo más hermoso y sublime también tiene cabida, dando la naturaleza una corroboración diaria y pública de ello. Y en medio de tantas dificultades, el arte de vivir consiste en imitar la naturaleza y estar a la altura de lo que ella sabe producir."


Lo mejor: Un buen puñado de breves artículos escritos con muy buen estilo y que se leen con gran facilidad, una puerta de entrada excelente a la obra de este relativamente novel,  gran escritor y filósofo al que vale la pena descubrir y apreciar. Me ha gustado mucho esa actitud un poco a contracorriente que revelan sus ideas y que alguien podría confundir erróneamente con posiciones reaccionarias e inmovilistas y que a mí simplemente me suena a puro sentido común.

Lo peor: Sabe a muy poco. Como siempre discrepo de aquel "lo bueno si breve, dos veces bueno".