sábado, 10 de marzo de 2012

Sobre el cuerpo


"Podría llamarse Sobre el alma, pues eso es a lo que aspira, lo que intenta decir: algo en el hombre que lo supera, la parte más elevada de sí mismo, su grandeza, su verticalidad, su espiritualidad. Pero, puesto que el alma y el cuerpo son una misma cosa, como decía Spinoza, podría titularse igualmente Sobre el cuerpo. Y así dará menos lugar a equívocos."


Ficha: "Sobre el cuerpo. Apuntes para una filosofía de la fragilidad", André Compte-Sponville, Ediciones Paidós Ibérica, 298 páginas, ISBN: 9788449323362.


Curioseando en la sección de filosofía de la biblioteca regional encontré este título del filósofo francés que ultimamente ando leyendo con asiduidad, no es ni mucho menos el libro que hubiera elegido de su abundante producción, sin embargo decidí tomarlo en préstamo ya que sé que las obras de este hombre "vuelan" literalmente de la biblioteca y es posible que me costase trabajo encontrarlo disponible durante bastante tiempo.

Así que me encontré de nuevo enfrascado en la lectura de un libro de filosofía de este autor, me temo estar volviéndome un poco monotemático en este blog pero que le vamos a hacer... es lo que ahora me pide el cuerpo, algo bastante relacionado con la obra que ahora me ocupa.

"Sobre el cuerpo" es una obra menor dentro de la producción de André, de hecho está basado en sus primeros escritos, una colección de aforismos comentados cuya publicación le fue negada en su momento... y como suele ocurrir tantas veces cuando un autor alcanza la celebridad las editoriales pierden rápidamente sus reparos a la hora de publicarlos. Para ser justos hay que aclarar que este texto no tiene la forma original que fué presentada por su autor a una editorial francesa sino que fue durante mucho tiempo remozado y modificado hasta alcanzar esta forma final publicada en Francia en 2.009 y aquí un año más tarde. Estamos pues ante los primeros escritos de Compte-Sponville y también ante uno de sus últimos trabajos.

Precisamente de la época en la que el libro fue escrito, durante la juventud de su autor, es de lo que nos hablará en un extenso prólogo, a veces en tono de nostalgia, las más a modo de excusa... con su habitual sinceridad nos comentará que no ha dudado en cambiar partes del mismo para su publicación final y reconoce los defectos de juventud, la vehemencia de un filósofo jóven y apasionado que impregnaba aquel primer trabajo... y también nos habla del camino de su trabajo y sus limitaciones. Un prólogo extenso, y casi diría yo tan interesante como el libro en sí.

Al igual que en otros trabajos el autor no oculta sus influencias y sus maestros, aunque los mismos han cambiado algo con el tiempo en aquella época se nos muestra como un seguidor y admirador acérrimo de Epicuro, Spinoza, Montaigne, Marx, Freud... un sentido humanista conjugado con un ateismo "a lo Spinoza" es el sello particular de su filosofía, materialista pero un materialismo entendido como un ascenso de lo más burdo a lo más elevado... en contraposición a una espiritualidad teista que para Sponville sería descendente, de lo más sublime a lo menos elevado, de Dios a su creación. Y en ese espíritu "ascendente" en ese espíritu de tratar de demostrar la grandeza del hombre, que se eleva sobre su origen miserable y animal a lo más elevado, en en el que está escrita esta obra y también inspirada toda su filosofía posterior.


Doce capítulos agrupados por una temática no siempre evidente y constituidos no por un texto contínuo sino por fragmentos de texto de dimensión muy variable formados en su mayor parte por aforismos y los comentarios a los mismos. Una lectura la mayor de las veces sencilla conjugado con profundidad de pensamiento y elegancia... vamos la marca de la casa. Aunque otras veces se abandona esa sencillez y el autor se sumerge en frondosas espesuras... afortunadamente la brevedad de los fragmentos en que se divide el texto evita que uno se pierda demasiado tiempo y termine atragantándose :-).

"Nuestro materialismo nos hace humildes: sabemos que nuestro ideal no procede de nosotros. Pero tampoco nos vuelve igualmente orgullosos: nuestro ideal tampoco viene de Dios. La historia es el lugar de nuestra humildad, y el horizonte de nuestro orgullo"

"No puede ser de otro modo. Las ciencias no nos dicen cómo ser felices, cómo vivir, ni siquiera si hay que cultivar las ciencias... No por ello son menos verdaderas; pero la filosofía nos es más indispensable. "

"Un amigo me reprocha tomarme por Dios. Veo en ello, al contrario, un acto de humildad. Dios no es nadie. La peor presunción consiste en creerse uno mismo".


Aforismos y reflexiones sobre la filosofía, la ética, la moral, la esperanza, el amor, la poesía, la felicidad, el arte, la belleza, la crisis del arte, la estética, Dios y la religión, la muerte... la lista es interminable. André ha hecho algo más dificil que recopilar esos pensamientos breves pero llenos de sabiduría que llamamos aforismos, ha escrito un libro con los suyos propios a fuerza de comentar, reflexionar y desarrollar los de otros pensadores. La obra termina con una autocrítica del autor sobre la misma que quizás podría haberse ahorrado... pero que siendo escrita de la misma forma que el texto principal termina siendo más de lo mismo. Y es que Compte-Sponville resulta siempre ameno e interesante sea cual sea el tema que toque, los más elevados pensamientos y filosofías o su obra y sí mismo, no hay ni un ápice de vulgaridad en él.

Para terminar dos fragmentos intencionadamente escogidos que representan, en mi opinión la esencia de la obra:

"Murió persiguiendo una alta aventura; su deseo fue el cielo, el mar su sepultura: ¿hay empeño más hermoso y más rica tumba?" Philippe Desportes. Ícaro

"Dejamos a Sísifo sus rocas imaginarias. Hay que ser un Ícaro feliz"


Lo mejor: Profundo, las más veces elegante y sencillo, ameno, interesante... filosofía en estado puro. Una obra súmamente estimulante para el intelecto que se lee con placer.

Lo peor: Fragmentario y disperso, cuesta en ocasiones trabajo el seguir el curso de las ideas, un poco caótico. Solo para "fans" de este autor... tiene obras mucho más interesantes y uno termina con la sensación de que podía haber expresado lo mismo con mucho menos texto.

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