sábado, 20 de febrero de 2010

Ajedrez para cebras

"cuando oigas el retumbar de cascos, piensa en una cebra". Proverbio sufí.


Ficha: "Ajedrez para cebras", Jonathan Rowson, editorial La Casa del Ajedrez, 266 páginas, ISBN: 9788492517022.

Bajo este curioso título encontramos uno de los libros de ajedrez más interesantes publicados en los últimos años, su autor, un gran maestro de ajedrez oriundo de Escocia, combina la enseñanza de las claves del juego con extensas disertaciones didáctico-filosóficas sobre el mismo realmente interesantes.

No nos encontramos pues ante un libro que pretenda enseñarnos a jugar al ajedrez, ni un manual técnico sobre finales ni información sobre aperturas... nada de eso, estamos ante una obra que aborda el apasionante y complejo mundo de la psicología del jugador de ajedrez y de como una adecuada actitud ante el tablero nos puede ayudar a obtener mejores resultados prácticos.


Es un libro plagado de ironía y de fino sentido del humor, ilustrado por partidas jugadas por el autor y por otros maestros conocidos de sobra por él, profusamente comentadas... y no me refiero a comentarios de tipo técnico con abundancia de variantes, que las hay por supuesto, sino más bien comentarios de tipo psicológico y de como la actitud de ambos jugadores ha tenido consecuencias en el juego y en resultado de la partida.

El autor se hace desde el principio la pregunta de porqué es tan dificil progresar en el juego una vez alcanzado un determinado nivel y el porqué el ajedrez es tan súmamente dificil hasta incluso para serios estudiantes y jugadores... cuando se pasa tiempo en un determinado nivel y uno observa que sus resultados se estancan quizás entonces el quid de la cuestión no esté tanto en que es lo que se estudia, en la cantidad de cosas que sabemos sino en el "como" y en la actitud ante el tablero... y de eso básicamente va este libro, de tratar de ayudar a todo aquel jugador serio que intenta progresar y subir de nivel y se estrella una y otra vez con la imposibilidad de hacerlo, independientemente del trabajo que le dedica.

Hay actitudes que de entrada son notablemente perjudiciales para el progreso en el ajedrez, Rowson examina una por una todas aquellos errores de concepto que nos lastran como jugadores y lo hace poniendo sus partidas, que incluyen a veces dolorosas derrotas, como ejemplo en la mayor parte de los casos. Es por lo tanto un libro de corte marcadamente filosófico que trata de inculcarnos la motivación y enfoque correctos a la hora de jugar y nos invita a abandonar así de entrada muchas de las cosas que damos por sabidas sobre el juego y sobre todo a pensar de otra forma, esta es la clave y de ahí el curioso título del mismo. Y es que cuando un jugador se estanca en un determinado nivel durante años y siente que su esfuerzo y estudio no da el fruto que debería es por algo... algo incorrecto en su actitud ante el tablero y seguramente también en su forma de pensar. Invita por lo tanto a abandonar la comodidad, a abandonar los prejuicios y empezar a disfrutar del juego en sí más allá del resultado.


Lo mejor: Un libro que enriquece notablemente la visión del juego y nos descubre otra dimensión, quien crea que el ajedrez es un juego púramente lógico donde dos y dos siempre son cuatro... simplemente no entiende nada de este juego. Es una obra amena que se disfruta de principio a fin por la exhibición de ironía mezclada con toneladas de sentido común del que el maestro maestro Escocés hace gala, no es necesario pasar las partidas al tablero para disfrutarlo ni las mismas constituyen, en mi opinión, lo más interesante... lo cual lo hace asequible incluso para el aficionado por debajo de los 1.800 puntos ELO tal y como es mi caso.


Lo peor: Que va dirigido a jugadores fuertes de club y candidatos a maestros, los principiantes como yo dificilmente sacaremos ningún beneficio del mismo... salvo la amenidad de su lectura, lo que no quiere decir que no sea un libro útil, aunque tampoco lo pretende... se trata más bien de ampliar puntos de vista sobre el juego y descubrir el peso que la psicología tiene en el mismo, algo que a la larga puede terminar beneficiando nuestro nivel.



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