Ficha: "Martes con mi viejo profesor", Mitch Albom, editorial Maeva, 215 páginas, ISBN: 978 849 623 1627
Continúo con mis lecturas y en este caso le toca a un libro que forma parte del programa del club de lectura Macondo de Alhama de Murcia. Habitualmente las lecturas escogidas suelen ser novelas, en este caso se trata de una obra autobiográfica en la que su autor, Mitch Albom, describe detalladamente los últimos meses de la vida de un viejo profesor de sociología, Morrie Schwartz, que tuvo en la universidad y con el que retoma el contacto dieciseis años más tarde después de terminar su licenciatura.
Este anciano profesor está muriendo lentamente a consecuencia de la terrible enfermedad ELA (esclerosis lateral amiotrófica) que le va convirtiendo rápidamente en un ser débil y completamente dependiente de los demás a medida que los músculos de su cuerpo se van paralizando uno a uno, una de las enfermedades más crueles que sigue sin tener cura.
Mitch visitará a su profesor cada martes y juntos debatirán sobre muchos temas transcendentales, con el transfondo del sentido de la vida como leiv motiv, la familia, el matrimonio, los hijos, el perdón, la muerte, la vejez, el amor ... uno a uno se irán desgranando en una serie de conversaciones entre profesor y alumno donde el primero tratará de dar la clase más importante de su vida, la última, a su querido discípulo y amigo, desde su posición de un enfermo terminal que ve terminar sus días y desea morir en paz, volcando toda su sabiduría en unas breves pero emotivas lecciones. Mitch no volverá a ser la misma persona, junto a la silla de ruedas de su amigo primero y a su lecho de muerte después, reirá, llorará y debatirá cuestiones que siempre le habían interesado pero a las que nunca había prestado la suficiente atención.
El libro está lleno de detalles sobre la vida de un enfermo de ELA y su lucha diaria, sin esperanzas, contra el destino, no obstante también hay momentos muy emotivos y bellos, y sobre todo la idea central de que a pesar de todo la vida vale la pena vivirla y que el amor es lo que le da sentido. Morrie Schwartz se despedirá finalmente del mundo no sin antes haber dejado una profunda huella en las personas que han compartido su vida y también en aquellos que le han acompañado en esos momentos tan duros. Poseedor de un optimismo invulnerable y una desbordante humanidad encara el ideal de aquello que todos quisiéramos ser, un Buda, un ser que hace tiempo que dejó de luchar contra el mundo y contra sí mismo y que ha conseguido desterrar, a pesar de sus terribles circunstancias, el sufrimiento psicológico de su vida.
Es dificil leer algunos pasajes sin sentir congoja, sobre todo cuando sabes que la historia relatada es real, cuanto ha callado o alterado el Sr. Albom en su obra es algo que nunca sabremos, lo que no le resta ni un ápice de valor a lo relatado en la misma. Me ha gustado sobre todo el tratamiento que a lo largo de todo el libro se hace del tema de la muerte ¿existe alguien preocupado todavía por el sentido de la vida?... haría bien en echarle un vistazo a esta bella obra.
Lo mejor: Breve, emotivo, con momentos duros pero a la vez cargado de esperanza y con un hermoso mensaje vital, M. Albom consechó un más que merecido éxito por este libro. Se lee prácticamente de un tirón y vale la pena, es una de esas obras que uno no puede dejar pasar por alto. Cualquiera que haya tenido un familiar consumiéndose lentamente y sufriendo una grave enfermedad se sentirá identificado con esta novela.
Lo peor: Un poco repetitivo, se echan de menos más conversaciones entre los dos protagonistas o al menos más detalles en las mismas. Ese apelar a nuestro lado más sensible termina cansando un poco y "matando el nervio", llega un punto en que deja de impresionar tanto y posiblemente se haga un poco corto.
Continúo con mis lecturas y en este caso le toca a un libro que forma parte del programa del club de lectura Macondo de Alhama de Murcia. Habitualmente las lecturas escogidas suelen ser novelas, en este caso se trata de una obra autobiográfica en la que su autor, Mitch Albom, describe detalladamente los últimos meses de la vida de un viejo profesor de sociología, Morrie Schwartz, que tuvo en la universidad y con el que retoma el contacto dieciseis años más tarde después de terminar su licenciatura.
Este anciano profesor está muriendo lentamente a consecuencia de la terrible enfermedad ELA (esclerosis lateral amiotrófica) que le va convirtiendo rápidamente en un ser débil y completamente dependiente de los demás a medida que los músculos de su cuerpo se van paralizando uno a uno, una de las enfermedades más crueles que sigue sin tener cura.
Mitch visitará a su profesor cada martes y juntos debatirán sobre muchos temas transcendentales, con el transfondo del sentido de la vida como leiv motiv, la familia, el matrimonio, los hijos, el perdón, la muerte, la vejez, el amor ... uno a uno se irán desgranando en una serie de conversaciones entre profesor y alumno donde el primero tratará de dar la clase más importante de su vida, la última, a su querido discípulo y amigo, desde su posición de un enfermo terminal que ve terminar sus días y desea morir en paz, volcando toda su sabiduría en unas breves pero emotivas lecciones. Mitch no volverá a ser la misma persona, junto a la silla de ruedas de su amigo primero y a su lecho de muerte después, reirá, llorará y debatirá cuestiones que siempre le habían interesado pero a las que nunca había prestado la suficiente atención.
El libro está lleno de detalles sobre la vida de un enfermo de ELA y su lucha diaria, sin esperanzas, contra el destino, no obstante también hay momentos muy emotivos y bellos, y sobre todo la idea central de que a pesar de todo la vida vale la pena vivirla y que el amor es lo que le da sentido. Morrie Schwartz se despedirá finalmente del mundo no sin antes haber dejado una profunda huella en las personas que han compartido su vida y también en aquellos que le han acompañado en esos momentos tan duros. Poseedor de un optimismo invulnerable y una desbordante humanidad encara el ideal de aquello que todos quisiéramos ser, un Buda, un ser que hace tiempo que dejó de luchar contra el mundo y contra sí mismo y que ha conseguido desterrar, a pesar de sus terribles circunstancias, el sufrimiento psicológico de su vida.
Es dificil leer algunos pasajes sin sentir congoja, sobre todo cuando sabes que la historia relatada es real, cuanto ha callado o alterado el Sr. Albom en su obra es algo que nunca sabremos, lo que no le resta ni un ápice de valor a lo relatado en la misma. Me ha gustado sobre todo el tratamiento que a lo largo de todo el libro se hace del tema de la muerte ¿existe alguien preocupado todavía por el sentido de la vida?... haría bien en echarle un vistazo a esta bella obra.
Lo mejor: Breve, emotivo, con momentos duros pero a la vez cargado de esperanza y con un hermoso mensaje vital, M. Albom consechó un más que merecido éxito por este libro. Se lee prácticamente de un tirón y vale la pena, es una de esas obras que uno no puede dejar pasar por alto. Cualquiera que haya tenido un familiar consumiéndose lentamente y sufriendo una grave enfermedad se sentirá identificado con esta novela.
Lo peor: Un poco repetitivo, se echan de menos más conversaciones entre los dos protagonistas o al menos más detalles en las mismas. Ese apelar a nuestro lado más sensible termina cansando un poco y "matando el nervio", llega un punto en que deja de impresionar tanto y posiblemente se haga un poco corto.
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