Ficha: "Vivir sin Esperar", autor Claryce Bryan, editorial Gulaab, 125 páginas, ISBN: 9788486797072.
Vuelvo a mis lecturas de obras de contenido "espiritual" y lo hago de la mano de este pequeño e interesante librito, en el mismo su autora, una profesora retirada y practicante budista nos habla del principal punto de esta religión-filosofía, el apego y su relación con el sufrimiento.
Naturalmente que el budismo posee una variedad mayor de enseñanzas, casi infinita, pero si tenemos que buscar lo esencial hay que ir al primer discurso de Buda y a las primeras líneas del mismo "la vida es sufrimiento, la causa del sufrimiento es el deseo"... llámese apego, expectativas o deseo todo viene a ser lo mismo. Desear aquello que no se tiene, desear que las cosas sean de otra forma como son proyectando nuestros deseos en nuestra relación con el mundo, las personas y sobre todo nosotros mismos.
Claryce no nos larga una retahila de discursos budistas, de hecho durante todo el libro la filosofía budista es apenas perceptible y se nombra muy poco, aunque indudablemente es la misma la que sirve de inspiración al contenido de esta obra. En sus capítulos nos habla en cambio de episodios personales, una especie de autobiografía temática relacionada con el tema del deseo, de las expectativas y como ha tenido que luchar con las mismas a lo largo de su dilatada vida... es pues un libro de budismo aplicado al vivir de cada día y a la experiencia de la vida de su autora.
Y esto en definitiva es lo más interesante porque la misma nos habla de como ha vivido la enseñanza budista del desapego, como ha tenido que luchar consigo misma para dejar de crearse falsas expectativas, nos habla de sus éxitos pero también de sus fracasos y del doloroso camino del aprendizaje que dura toda una vida, un exámen de conciencia sincero y sereno donde una persona en las postrimerías de su existencia trata de compartir con sus lectores su sabiduría y las lecciones aprendidas.
En el libro se nos insiste una y otra vez en la importancia de ser nosotros mismos, de dar prioridad a nuestras cualidades humanas, en vez de tratar de parecernos a los estereotipos y clichés de lo que se supone que debemos ser. Se insiste en la importancia de alinearnos con el fluir de la vida y con dedicarnos espacio a nosotros mismos, de dejar de luchar contra el mundo y contra las cosas, de aceptar la vida tal y como es. De olvidarnos del perfeccionismo y sobre todo de vivir la vida plénamente a cada instante... enseñanzas leidas y escuchadas una y mil veces pero que resultan tan difíciles de poner en práctica, de hecho ella reconoce que le ha llevado toda una vida hacerlo.
Vuelvo a mis lecturas de obras de contenido "espiritual" y lo hago de la mano de este pequeño e interesante librito, en el mismo su autora, una profesora retirada y practicante budista nos habla del principal punto de esta religión-filosofía, el apego y su relación con el sufrimiento.
Naturalmente que el budismo posee una variedad mayor de enseñanzas, casi infinita, pero si tenemos que buscar lo esencial hay que ir al primer discurso de Buda y a las primeras líneas del mismo "la vida es sufrimiento, la causa del sufrimiento es el deseo"... llámese apego, expectativas o deseo todo viene a ser lo mismo. Desear aquello que no se tiene, desear que las cosas sean de otra forma como son proyectando nuestros deseos en nuestra relación con el mundo, las personas y sobre todo nosotros mismos.
Claryce no nos larga una retahila de discursos budistas, de hecho durante todo el libro la filosofía budista es apenas perceptible y se nombra muy poco, aunque indudablemente es la misma la que sirve de inspiración al contenido de esta obra. En sus capítulos nos habla en cambio de episodios personales, una especie de autobiografía temática relacionada con el tema del deseo, de las expectativas y como ha tenido que luchar con las mismas a lo largo de su dilatada vida... es pues un libro de budismo aplicado al vivir de cada día y a la experiencia de la vida de su autora.
Y esto en definitiva es lo más interesante porque la misma nos habla de como ha vivido la enseñanza budista del desapego, como ha tenido que luchar consigo misma para dejar de crearse falsas expectativas, nos habla de sus éxitos pero también de sus fracasos y del doloroso camino del aprendizaje que dura toda una vida, un exámen de conciencia sincero y sereno donde una persona en las postrimerías de su existencia trata de compartir con sus lectores su sabiduría y las lecciones aprendidas.
En el libro se nos insiste una y otra vez en la importancia de ser nosotros mismos, de dar prioridad a nuestras cualidades humanas, en vez de tratar de parecernos a los estereotipos y clichés de lo que se supone que debemos ser. Se insiste en la importancia de alinearnos con el fluir de la vida y con dedicarnos espacio a nosotros mismos, de dejar de luchar contra el mundo y contra las cosas, de aceptar la vida tal y como es. De olvidarnos del perfeccionismo y sobre todo de vivir la vida plénamente a cada instante... enseñanzas leidas y escuchadas una y mil veces pero que resultan tan difíciles de poner en práctica, de hecho ella reconoce que le ha llevado toda una vida hacerlo.
Lo mejor: Su sencillez, brevedad, honestidad y falta total de pretensiones. No se si será leido por alguien alguna vez poco ducho en la filosofía budista... pero en tal caso podría llevarse una sorpresa al comprobar que en lo más básico el budismo no es otra cosa que puro sentido común.
Lo peor: Que resulta un poco escaso al centrarse en una parte, eso sí básica y fundamental, de la filosofía budista. El contexto cultural en el que se mueve Claryce, los Estados Unidos, hace que nos puedan "chirriar" algunas cosas, la traducción en algunos puntos podría mejorarse.
Lo peor: Que resulta un poco escaso al centrarse en una parte, eso sí básica y fundamental, de la filosofía budista. El contexto cultural en el que se mueve Claryce, los Estados Unidos, hace que nos puedan "chirriar" algunas cosas, la traducción en algunos puntos podría mejorarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario