sábado, 12 de agosto de 2017

La digestión es la cuestión


"A veces me asusta que los científicos discutan a puerta cerrada sobre conocimientos importantes, sin que se informe a la opinión pública. A menudo la precaución científica es mejor que una afirmación precipitada, pero el miedo también puede destruir importantes oportunidades. Actualmente, se da por sentado en el mundo científico que las personas con determinados problemas digestivos a menudo presentan trastornos nerviosos en el intestino. Su intestino envía entonces señales a una zona del cerebro que procesa sentimientos desagradables, aunque esas personas no hayan hecho nada malo. Los afectados sienten malestar y no saben por qué. Resulta muy contraproducente cuando su médico los trata como casos psicológicos irracionales, y ese es solo uno de los ejemplos de por qué algunos conocimientos científicos deberían divulgarse con mayor celeridad".



Ficha:  "La digestión es la cuestión", Giulia Enders, Ediciones Urano, 302 páginas, ISBN: 978 84 7953 897 2

Hace ya dos años que se publicó este curioso ensayo de una autora completamente desconocida, la alemana Giulia Enders, licenciada en biología médica por la Facultad de Microbiología de Frankfurt, durante sus estudios e investigaciones de doctorado se encontró con una buena cantidad de material que juzgó lo suficientemente interesante como para probar suerte en el mercado editorial, y como reza un antiguo dicho romano "audentes fortuna iuvat", la fortuna sonríe a los audaces, porque desde luego hay que ser audaz para escribir un libro de divulgación, siendo un "don nadie" y encima hacerlo sobre el que es en palabras de la autora "el órgano más infravalorado del cuerpo humano", su excelencia el intestino.

Dos millones de copias vendidas solamente en Alemania, más varias traducciones al inglés, francés, italiano y castellano (de momento) avalan el éxito conseguido, es uno de esos ensayos dirigidos al gran público no especializado, escrito de principio a fin en un estilo ameno y coloquial donde el autor no deja de ponerse en la piel de un lector medio de ensayos de divulgación, nada que ver con un entorno académico o con una obra para especialistas... naturalmente ahí radica la principal virtud de esta obra, y por supuesto la clave de su éxito, el saber cómo interesar al lector y hacerlo encima con un tema tan aparentemente trivial, incluso desagradable, como una descripción detallada de las funciones de nuestro aparato digestivo.

Como muy bien expresa al comienzo la autora, de forma muy esquemática el cuerpo humano está atravesado a lo largo por tres conductos, uno dedicado a la circulación de la sangre con un centro en el corazón, otro dedicado a transmitir los impulsos nerviosos, con su centro de mayor densidad en el cerebro, y otro dedicado al proceso de la digestión... cuya parte principal la tenemos en el intestino, es a ese conducto que comienza en la boca y termina en el ano al que se dedica al libro. Parece un tema simple pero como veremos a lo largo de toda la obra las implicaciones de lo que ahí ocurre son literalmente interminables.




Así pues tenemos un ensayo de divulgación centrado en el aparato digestivo y especialmente en ese órgano tan menospreciado como el intestino, cuando hablamos de órganos del cuerpo enseguida aparecen en nuestra memoria los "reyes" de la fisiología, el cerebro como órgano más complejo y fascinante, con gran diferencia, y posteriormente quizás el corazón, los pulmones, el hígado o los riñones... el estómago y especialmente el intestino nos vienen a la cabeza mucho después, no parecen gran cosa, un saco lleno de ácidos dedicado a descomponer los alimentos y un largo tubo sonrosado de varios metros de longitud dedicado a asimilar la "papilla" producida por el estómago y las secreciones de diferentes glándulas. Ahora bien, si nos dicen que el intestino posee un juego de neuronas propio con la suficiente envergadura como para reconstruir el cerebro de un gato, hay más células nerviosas controlando el sistema digestivo que en la misma médula espinal, que posee una conexión muy importante con el cerebro, y que es capaz de influenciar a este de forma notable, y recibir también influencia del complejo órgano... la cosa quizás cambien un poco. Estamos sin duda en la época dorada de la neurología, nunca había tantos libros hablando sobre el cerebro ni se estaban desvelando tantas sorpresas del órgano craneal... y sin embargo tras leer este libro de la joven autora alemana me pregunto si tantos estudios de neurología no estarán errados o incompletos desde su mismo punto de partida al limitarse a la "materia gris" y obviar, o menospreciar, la enorme influencia que el mismo puede recibir a través del resto del cuerpo, y no me refiero solamente a la información que este recibe a través de los órganos de los sentidos... sino sobre todo a través de la batería de sustancias químicas que recibe a través del intestino. En ese humilde órgano por ejemplo se produce el 95% de la serotonina, y el 50% de la dopamina que genera el cuerpo humano, neurotransmisores fundamentales y vitales para el funcionamiento de todo el sistema nervioso... está más que probada la interacción entre ambos órganos y cuanto más se estudia el tema más sorpresas se descubren. Es un tema relativamente nuevo, emocionante y extremadamente complejo.



La propia Giulia reconoce que su interés por la medicina y especialmente por una nueva especialidad que trata de estudiar y esclarecer los vínculos entre cerebro e intestino, le llegó a través de una enfermedad cutanea que padeció en su juventud y que finalmente fue curada simplemente cambiando la alimentación, el enfoque parcial de estudiar la enfermedad en la misma piel terminó en fracaso, fue ella misma experimentando (de forma un tanto imprudente), quitándose productos lácteos o gluten de la dieta por ejemplo, como consiguió que la enfermedad remitiera... es decir vinculando la alimentación con la manifestación de la misma, actuando como una enferma del tracto digestivo, y no como una enferma de una afección cutánea. 

La inclusión de este ensayo en el catálogo de una editorial donde tienen cabida libros de autoayuda, medicinas alternativas y ensayos "heterodoxos" no es casual, dudo mucho que este sea un libro que vayan a recomendar de forma oficial los centros de estudios de medicina... sin embargo su éxito, teniendo en cuenta el tema, tiene que tener un porqué. Para mí no hay duda, hay funciones del cuerpo que están ahí y aunque son absolutamente vitales no somos conscientes de ellas, sin embargo colaboramos de forma consciente con el cuerpo cada día para nutrirlo, sufrimos la digestión, a veces también tenemos patologías relacionadas con la misma, como los vómitos o las diarreas... por no hablar del estreñimiento, y creo que hay ha sobrada conciencia de que "somos lo que comemos", o como muy bien expresa nuestro cocinero televisivo Carlos Arguiñano "por la boca entra la salud y la enfermedad", un dicho muy cierto. 


El libro abarca todo el proceso completo de la digestión, desde la masticación a la defecación, sin embargo no presta la misma atención a todo el mismo. Este es un libro centrado fundamentalmente en las funciones del intestino y la flora intestinal. Los microbios de pululan en cantidades astronómicas por el tubo sonrosado y por la terminal gruesa del final van a ser los protagonistas de todo el ensayo de forma indiscutible. No obstante también se habla de la boca, la saliva, el esófago, el estómago, del proceso de la digestión, de los problemas que pueden surgir con la misma y las alergias, las intolerancias alimentarias... la celiaquía y la intolerancia a la lactosa y fructosa tendrán sus apartados específicos, así como un simpático apartado dedicado a las heces... si, la mierda, con perdón, tendrá su apartado de honor... unas páginas dedicadas en su honor bellamente diseñadas :-).


Aclaro que todo el libro está ilustrado por Jill Enders, hermana de la autora, con una buena colección de dibujos sencillos, de corte claramente naïf, pero muy simpáticos. Reproduzco algunos de los mismos en este comentario. Tras la primera parte centrada en la fisiología llega la segunda centrada en el sistema nervioso del aparato digestivo y los detalles de cómo se transporta la comida de principio a fin... algo que parece sencillo, seguramente porque es un sistema autónomo que no precisa de nuestra intervención salvo en su primer tramo, y que resulta enormemente complejo... nunca imaginé que ese viaje que nuestra comida recorre cada día hasta su transformación en excremento pudiera tener tantos detalles interesantes. 

Los fenómenos que interfieren en ese viaje, tales como el vómito, el estreñimiento, los eructos con reflujo de ácido y la mutua influencia entre intestino y cerebro en el trayecto... así como un apartado dedicado a la conciencia del cuerpo cierran este interesante capítulo.El tercero está centrado en el mundo de los microbios, Giulia se suma al carro de la nueva y moderna visión del cuerpo humano como un complejo ecosistema microbiano. Aprenderemos cosas sobre el sistema inmunitario y las bacterias del aparato digestivo y por supuesto... ese heterogéneo conjunto indispensable para la vida y que algunos médicos consideran un órgano aparte, la flora intestinal. La diferencia entre la flora intestinal de un niño y un adulto, su desarrollo, los genes de las bacterias, la influencia de las bacterias en la digestión y cómo pueden hacernos engordar, el famoso colesterol... etc.

El siguiente apartado, tras hablar largo y tendido anteriormente de las bacterias "normales" y beneficiosas se centra en las dañinas, se nos presentará a la conocida salmonela, a los helicobacter o bacterias estomacales presentes en toda la historia de la humanidad, los parásitos peligrosos como los toxoplasmas y su relación con los gatos... y los desagradables oxiuros, gusanos del intestino grueso responsables de los "picores anales nocturnos"  :-P. El libro termina con unos interesantes apartados centrados en la higiene, la naturaleza uso y abuso de los antibióticos y los prebióticos. En resumen estamos ante un libro muy completo, no exhaustivo por supuesto, pero muy asequible e interesante para un lector no entendido en estos temas, como un servidor.

Para otras lecturas sobre fisiología recomiendo algunos libros comentados aquí:


Lo mejor:  Un trabajo muy ameno, lleno de simpáticas ilustraciones, bien escrito, con un estilo coloquial y cercano al lector, no exento de gracia y de ironía, que demuestra de nuevo que es posible informar entreteniendo. Se lee con facilidad, aunque reconozco que en mi caso la parte final me ha costado un poco más, creo que la autora cuando entró en esa tercera parte dedicada a la flora intestinal se dejó llevar un poco por el entusiasmo. Por lo demás muy recomendable, todo un éxito de ventas para mí más que justificado. 

Lo peor:  Un libro como este que proporciona tantos conocimientos interesantes y posee tantos términos físicos, anatómicos, químicos y biológicos, hubiera necesitado de un buen índice temático al final, mucho mejor que esa lista de fuentes de libros que solamente pueden interesar al lector especializado y que en la práctica a la mayoría no nos sirven para nada.



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