viernes, 23 de julio de 2010

El sueño de una teoría final


Ficha: El sueño de una teoría final, autor Steven Weinberg, editorial Drakontos, 223 páginas, ISBN: 9788498921113.

De nuevo vuelvo a mi tema favorito de lectura en estos últimos meses, la divulgación científica, de la mano del prestigioso premio Nobel Steven Weinberg, cuya obra "Los tres primeros minutos del Universo" ya fue comentada hace poco en este blog.

En este caso no estamos ante una obra de divulgacion propiamente dicha sino de una explicación sobre el camino que llevan las investigaciones en la física de partículas elementales en la búsqueda de una teoría que permita unificar de forma rigurosa y concluyente la explicación sobre las distintas fuerzas que rigen el universo.

Este es un tema que el autor conoce muy de primera mano, pues tal y como comentaba en mi artículo del cuatro de Julio, Weinberg fue uno de los científicos galardonados con el premio Nobel en 1.979 por su contribución a la teoría que unificó las fuerzas electromagnética y nuclear débil. Aunque se encuentra actualmente por su edad retirado de las labores de investigación, Weinberg pertenece a una generación de físicos teóricos que recogieron el testigo de aquellos que como Albert Einstein dedicaron su labor a intentar no solamente elaborar nuevas teorías sobre el universo observado sino a intentar la aparentemente imposible tarea de encontar una teoría, que de forma coherente de una explicación al universo tanto en sus leyes cosmológicas cuando se analiza lo inmensamente grande como al nivel subatómico. Tarea que consumió los últimos años de la vida del gran Albert y que nunca pudo concluir... desde entonces esta teoría final ha sido algo así como el santo grial de la física y el objetivo prioritario de los mejores teóricos amparados por la experimentación cada vez más compleja y costosa.

Tan grande es la diferencia cuando se estudian las leyes del universo cuando este se maneja en base a enormes masas, energías y distancias, dominio de la relatividad y cuando se estudia el funcionamento a nivel de las partículas elementales, dominio de la mecánica cuántica, que en verdad pareciera que estamos hablando de dos universos distintos cuando como todos sabemos lo infinitamente grande se compone de lo infinitamente pequeño ¿acaso hay dos físicas para describir estas diferentes escalas?, por supuesto que no... de ahí el empeño de algunas de las mentes más poderosas de la humanidad en intentar encontrar una teoría que de forma bella y elegante consiga conciliar ambas visiones del universo. Tarea que por el momento se muestra esquiva, escurridiza y necesitada de grandes inversiones en experimentación para progresar.

El libro comienza con una presentación global del mundo que nos rodea, en su primer capítulo nos muestra la relación entre lo grande y lo pequeño, y nos habla de los problemas que surgen cuando empezamos a construir y a intentar entender el universo de abajo a arriba, como no basta con analizar las partes constitutivas fundamentales sino que hay que tener en cuenta los fenómenos históricos, pone el instructivo ejemplo de la causa de la rotación planetaria unidireccional en nuestro sistea solar, o los fenómenos emergentes cuando pasamos a entidades cada vez más complejas, como muestra las leyes de la termodinámica, o la cada vez más grande complejidad que hace imposible, por el momento, una visión "cuántica" de la química en cuanto pasamos a tratar con átomos más complejos que el hidrógeno o el helio. Este primer capítulo "el universo en un trozo de tiza" es de lo mejor del libro.

Posteriormente hace una defensa apasionada del reduccionismo como sistema para llegar al fundamento mismo de las cosas, idea que le enfrenta a muchas posturas ultimamente de moda que tratan de estudiar los fenómenos globalmente, holismo, en eso hay que reconocer que se nota bastante la generación a la que pertenece Steven W. aquellos que se formaron científicamente en los ya lejanos años 50. En un denso y fascinante capítulo nos presenta la mecánica cuántica y su cúmulo de enigmas y problemas que plantea. No es sencillo de leer y digerir pero el esfuerzo vale la pena, Weinberg consigue condensar en un solo capítulo todo aquello de lo que "El enigma cuántico" nos cuenta, apartado del libro notablemente denso y apasionante.

Reconozco que cuando entra en la "materia" que domina, Weinberg posiblemente gane en brillantez pero también se "oscurece" un poco, tras la incursión en la mecánica cuántica y sus desconcertantes leyes entramos en la historia de la experimentación, asunto que me ha resultado especialmente interesante ya que echa por tierra bastantes ideas preconcebidas que tenía sobre el tema ¿que viene primero la teoría o la experimentación?... ninguna de las dos, a veces la teoría sucede a la experimentación, a veces es al revés y la mayoría de las ocasiones ambas van de la mano. El capítulo dedicado a la "belleza" de las teorías podría ser bastante discutible, imagino que la belleza de la que nos habla Weinberg es algo solo al alcance de los físicos y matemáticos ¿hasta que punto es algo personal y relativo?... creo que aquí peca un poco de subjetivismo, pero bueno, es su libro y su versión personal al fin y al cabo.

En un polémico capítulo Weinberg ataca duramente a la filosofía, critica el mecanicismo y el positivismo... y en general cualquier idea filosófica que pretenda guiar los pasos de la ciencia, ya que si bien reconoce que en un momento determinado tales visiones filosóficas del papel del científico pueden ser de utilidad con el tiempo terminan convirtiéndose en una lacra. No voy a discutir esta idea pero creo que Weinberg olvida un poco en este tema que los científicos también son seres humanos y que la ciencia no debería estar exenta de preocupaciones éticas o filosóficas aunque tambien es verdad que estas no forman parte de la ciencia y nunca deberían obstaculizar su camino.

El libro continúa con un ataque frontal a la religión como enemiga de a ciencia, al menos en su vertiente fundamentalista, algo con lo que no puedo estar más de acuerdo ya que vivimos tiempos en los que de nuevo la religión vuelve a inmiscuirse en temas que le son ajenos y donde la autoridad de la ciencia es total. Se habla también del vacío y el descontento en la explicación actual del universo, algo falta, y ese algo es una teoría que haga encajar todas las piezas ¿como debería ser dicha teoría?... también se habla largo y tendido sobre el tema. Reconozco que el apartado sobre la simetría ha podido conmigo, no puedo decir que lo entienda y seguramente requerirá algun que otro repaso.

Hay finalmente un anexo final sobre el malogrado proyecto norteamericano de construir el super colisionador superconductor, tras miles de millones invertidos y vastas obras de ingeniería el proyecto fue abandonado a comienzos de los años noventa. El tiempo transcurrido desde la publicación del libro hace que este haya quedado obsoleto en ese tema... faltaría una entrada dedicada al LHC que el CERN acaba de poner en funcionamiento, algo que sin duda habrá llenado de alegría a este viejo y brillante físico. Tras la lectura del libro me ha quedado más claro que nunca la necesidad de construir estos impresionantes y carísimos artefactos, la carrera espacial posee muchos defensores, la observación del cosmos es algo importante en ciencia, sin embargo es una pena que no se preste a la investigación sobre las partículas fundamentales la misma atención cuando es algo que puede tener a corto y medio plazo muchas más repercusiones en nuestra vida y por supuesto mucho más interés científico... ¿sondear lo infinitamente grande y lejano cuando no sabemos todavía siquiera que es la materia?, es un poco absurdo. Si alguien duda todavía de la utilidad de los aceleradores de partículas y su impresionante inversión en medios económicos y humanos creo que el libro deja bien patente la necesidad de ello para evitar el estancamiento de la física.


Lo mejor: Temas profundos tratados con la habitual maestría didáctica de este notable científico, aunque no es su propósito es imposible leer este libro sin aprender muchas cosas, ese ha sido mi caso a pesar de que su lectura en muchos puntos no fue fácil. Puedo decir en cambio que ha sido apasionante. Es uno de esos libros que hay que leer de forma obligada si a uno le interesan estos temas.

Lo peor: Algunas ideas de Weinberg son cuanto menos discutibles, muchos encontrarán su enconada idea del materialismo científico puro y duro junto con su defensa del reduccionismo bastante desalentadoras. Afortunadamente son solo opiniones en las que no hay un consenso general en la comunidad científica. El libro necesita en muchos apartados una lectura lenta y reflexiva, no es para pasar el rato pero vale la pena.




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