Ficha: Las partículas elementales, autor Michel Houellebecq, editorial Anagrama, 320 páginas, ISBN: 978 843 396 730 5
De nuevo me veo enzarzado en el comentario de una obra del escritor francés, en este caso de su segunda novela , premiada como mejor novela francesa de 1.998 y apresuradamente traducida y publicada un año después por Anagrama. Si en el caso de "Ampliación del campo de batalla" estamos ante un escritor novel que trata de hacerse un hueco en el mercado literario aquí tenemos ya a un autor en cierta medida "consagrado" y coronado por el éxito.
Houellebeqc continúa con sus obsesiones personales expresadas en la anterior obra y con su ácida crítica a la sociedad francesa de finales de los 90. En este caso de forma más extrema si cabe pero también en cierta forma con un asomo de esperanza, algo que se echaba en falta en la primera novela, aunque en definitiva no sea más que una ¿falsa? esperanza de que como siempre los científicos van a venir a sacarnos las castañas del fuego ya que ni la religión, ni la nueva espiritualidad, ni la filosofía, ni mucho menos la política tienen demasiado que decir en la labor de la construcción de un mundo mejor.
Esta novela además es mucho más ambiciosa, duplica su extensión, y se centra en la vida de dos personajes, Michel Djerzinski, y Bruno, dos hermanastros completamente distintos a los que solo únen vínculos de sangre, ambos son hijos de una madre, fruto de la liberación sexual de los sesenta, que literalmente los abandona y se crían con sus abuelos sin la presencia de una figura paterna. Michel un brillante investigador en el campo de la biología molecular, solitario, introvertido y prácticamente asexuado. Vivirá una vida dedicada a su labor profesional anhelando encontrar el amor para terminar con su soledad pero sintiendo a la vez en su interior una manifiesta incapacidad de emocionarse y enamorarse. Bruno es totalmente diferente, abandonado igual que Michel por su madre y criado por una abuela que apenas le proporcionó el cariño que necesitaba pasará una espantosa infancia de abandono y humillaciones en un internado, dando como resultado un ser introvertido, incapaz de relacionarse normalmente con el sexo opuesto y con una extrema obsesión sexual en torno a la cual orienta su vida.
Lo mejor: Su contundencia, su falta de paños calientes y su sinceridad. También el mensaje final de la salvación del ser humano con la creación a través de la genética de un "ser superior", tiene también su miga. Me ha gustado mucho esa apropiación de la misma de temas própios de la ciencia ficción.
Lo peor: Que tanta gente pueda sentirse incómoda y ofendida con su lectura, frases de esta obra sacadas de su contexto pueden ser esgrimidas contra el autor... no me extraña nada que haya tenido que auto-exiliarse de su país para evitar problemas personales.
De nuevo me veo enzarzado en el comentario de una obra del escritor francés, en este caso de su segunda novela , premiada como mejor novela francesa de 1.998 y apresuradamente traducida y publicada un año después por Anagrama. Si en el caso de "Ampliación del campo de batalla" estamos ante un escritor novel que trata de hacerse un hueco en el mercado literario aquí tenemos ya a un autor en cierta medida "consagrado" y coronado por el éxito.
Houellebeqc continúa con sus obsesiones personales expresadas en la anterior obra y con su ácida crítica a la sociedad francesa de finales de los 90. En este caso de forma más extrema si cabe pero también en cierta forma con un asomo de esperanza, algo que se echaba en falta en la primera novela, aunque en definitiva no sea más que una ¿falsa? esperanza de que como siempre los científicos van a venir a sacarnos las castañas del fuego ya que ni la religión, ni la nueva espiritualidad, ni la filosofía, ni mucho menos la política tienen demasiado que decir en la labor de la construcción de un mundo mejor.
Esta novela además es mucho más ambiciosa, duplica su extensión, y se centra en la vida de dos personajes, Michel Djerzinski, y Bruno, dos hermanastros completamente distintos a los que solo únen vínculos de sangre, ambos son hijos de una madre, fruto de la liberación sexual de los sesenta, que literalmente los abandona y se crían con sus abuelos sin la presencia de una figura paterna. Michel un brillante investigador en el campo de la biología molecular, solitario, introvertido y prácticamente asexuado. Vivirá una vida dedicada a su labor profesional anhelando encontrar el amor para terminar con su soledad pero sintiendo a la vez en su interior una manifiesta incapacidad de emocionarse y enamorarse. Bruno es totalmente diferente, abandonado igual que Michel por su madre y criado por una abuela que apenas le proporcionó el cariño que necesitaba pasará una espantosa infancia de abandono y humillaciones en un internado, dando como resultado un ser introvertido, incapaz de relacionarse normalmente con el sexo opuesto y con una extrema obsesión sexual en torno a la cual orienta su vida.
La narración arranca el relato en un futuro relativamente cercano donde se nos expone la deuda que la humanidad ha contraido con Michel, sus ideas visionarias y como estas cambiaron el paradigma de pensamiento a nivel mundial, de ahí salta al pasado, y se nos cuenta con todo lujo de detalles la vida y circunstancias familiares de Michel, y cuando corresponde, la de Bruno. En el libro hay continuos saltos adelante-atrás en el tiempo y se presentarán toda una galería de personajes, aquellos que han tenido algo que ver en la vida de los hermanastros. Asistiremos a la historia de la Francia desde aquella semi-frustrada revolución del 68 hasta nuestros días, una radiografía detallada y súmamente despiadada de en que se convirtieron con los años todos esos jóvenes que se rebelaban contra el mundo dictado por las generaciones anteriores y cuyos valores ya no compartían.
De una forma descarnada y cruel veremos que quedó de ese movimiento hippie, que pasó cuando esos jóvenes del 68 se hicieron mayores y se convirtieron en aquellos burqueses que tanto despreciaban, como la nueva espiritualidad y las creencias de la new age han llenado el nicho que las religiones tradicionales dejaron vacío, y como ese mundo está lleno de falsedad, timadores y oportunistas en busca de pardillos deseosos que les digan lo que quieren oir. Y también como el espíritu del 68 desembocó en una individualidad feroz y en un narcisismo vacío de contenido que terminó autodestruyéndose... nadie se salva de la quema, hay andanadas contra la izquierda, contra la derecha, contra la iglesia, contra el feminismo, contra el islam y en definitiva contra una sociedad que externamente parece haber alcanzado un alto nivel de desarrollo pero que está podrida por dentro.
Veremos encarnado en la personad de Bruno la orientación de la vida púramente hedonista, en busqueda del placer por el placer ... y a la vez la tremenda soledad a lo que esta búsqueda conduce, no diré la conclusión de la vida de ambos personajes para no chafarle a nadie el final, pero solo comentar que como he dicho al comienzo ... hay rayos de esperanza, existe la posibilidad de ser feliz, aunque sea una felicidad fugaz y pasajera en un mar de amargura.
Sabemos pues desde el comienzo el final de la historia, feliz en el caso de la investigación científica que emprende Michel... pero nos falta conocer los detalles, en la exposición de los mismos tendremos el corpus principal de la novela. De ahí que he señalado en las etiquetas de esta entrada las opciones, novela, ciencia ficción y ensayo de divulgación, algo hay de cada cosa. Si en la narración de la vida de Michel a veces parecerá que uno se ha metido en la lectura de un ensayo científico-filosófico en el caso de Bruno el contraste es brutal, sexo como motivo predominante, hasta extremos inconcebibles y a veces grotescos y repulsivos. Solo cuando Bruno conoce a una mujer, Christiane, con una pulsión sexual parecida a la suya parece que ha encontrado a la mujer de su vida, ambos emprenden una carrera desenfrenada y a la vez trágica de búsqueda de placer sexual como eje de sus vidas. En el caso de Michel será el encuentro con una antigua amiga con la que retoma el contacto más de veinte años después el detonante de la única relación de su vida, y al igual que en el caso de Bruno también tendrá un final trágico y triste.
En definitiva una obra muy cruda y a la vez muy sincera, enemiga como su autor de lo políticamente correcto, audaz y provodadora que provocará más de un rictus de asco en el lector pero que también no está exenta de sentido del humor, un humor brutal y amargo pero humor al fin y al cabo... se esté o no de acuerdo con los postulados y opiniones del autor vertidas por la boca de sus personajes es una obra que resulta al final reconfortante de leer en este mundo de pamplineros y meapilas que ha generado la peste de lo "políticamente correcto".
Lo mejor: Su contundencia, su falta de paños calientes y su sinceridad. También el mensaje final de la salvación del ser humano con la creación a través de la genética de un "ser superior", tiene también su miga. Me ha gustado mucho esa apropiación de la misma de temas própios de la ciencia ficción.
Lo peor: Que tanta gente pueda sentirse incómoda y ofendida con su lectura, frases de esta obra sacadas de su contexto pueden ser esgrimidas contra el autor... no me extraña nada que haya tenido que auto-exiliarse de su país para evitar problemas personales.
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