lunes, 28 de septiembre de 2015

En un metro de bosque


 "Los modelos científicos y las metáforas de máquinas son útiles, pero tienen sus límites. ¿Qué hay más allá de las teorías que le imponemos a la naturaleza? Este año he intentado olvidarme de las técnicas científicas y escuchar: acudir a la naturaleza sin una hipótesis, sin un plan para la obtención de datos, sin un guión de clase para darles respuestas a los alumnos, sin máquinas ni sondas. Me he dado cuenta de lo valiosa que es la ciencia, pero a la vez de lo limitado de su alcance y espíritu. Es una pena que en general la práctica de escuchar no esté presente en la formación de los científicos. Su ausencia hace que la ciencia falle innecesariamente. Somos más pobres por ese motivo, y puede que más dañinos. ¿Qué regalos de Navidad ofrecería a sus bosques una cultura que escuchara?"

Ficha: "En un metro de bosque", David George Haskell, editorial Turner Publicaciones, 367 páginas, ISBN: 9788 415 832 232

Hoy toca comentar uno de los libros más singulares que he leído en estos últimos años, este ensayo publicado en 2.012, con el título original "The Forest Unseen" (el bosque invisible),  estuvo en los EEUU entre los finalistas del premio Pulitzer de 2.013 en el apartado de no ficción. En este enlace de Youtube podemos ver un mini-vídeo de un par de minutos correspondiente a la promoción oficial del libro, y aquí la página oficial del autor dedicada a su obra... como podéis comprobar el Sr. George Haskell no regatea en esfuerzos para promocionar su libro y atender a sus posibles lectores, fotografías, recopilación de reseñas, enlaces a programas de radio... todo un ejemplo de como usar Internet no solo para promocionar una obra, sino también para ofrecer material extra a sus lectores, no estaría de más que otros autores tomaran nota ;-). Añado también la reseña y el foro abierto en "www.goodreads.com", para todos los curiosos que no le hagan ascos al inglés.

El autor, biólogo y profesor en la universidad de Sewanne (Tennessee), emprendió en 2.011 un curioso proyecto, durante un año visitó a diario una pequeña parcela de bosque protegido en las inmediaciones de la universidad donde trabaja, una zona montañosa en el sur de los Appalaches que fue elegida en su día para albergar las instalaciones universitarias, tal y como nos contará en el libro, por su situación privilegiada en cuanto altitud, casi seiscientos metros sobre el nivel del mar, para quedar fuera del área de influencia de los mosquitos de los pantanos transmisores de enfermedades. En un rincón del bosque G. Haskell escogió una roca plana adecuada para pasar sentado largos periodos de tiempo y enfocó su atención sobre el pedazo de tierra que queda a la vista al alcance de la mano, una parcela de terreno de la extensión de una mesa, poco más de un metro cuadrado.

Este pedacito de terreno, el mandala tal y como lo nombra en el libro, sería el principal objeto de su observación, se trataba de realizar un trabajo de vigilancia y atención constante sostenido en el tiempo a lo largo de un año, a través de todas las estaciones y estados del tiempo posibles, con la finalidad de encontrar temas sobre los que hablar de la naturaleza, de la vegetación, sus habitantes grandes y pequeños, del bosque que podía observar en ese punto, desde el nivel del suelo y la capa más superficial del mismo a las copas de los árboles. Observación de la fauna, la flora, la vegetación, escucha de los sonidos del bosque, encuentros con todos los tipos de bichos... un año de observación da para mucho, pero sobre todo, una documentación exhaustiva y una gran habilidad de narrador da para mucho más ;-)

Hay quien ha comentado este libro refiriéndose a lo difícil de su clasificación... porque podría perfectamente encajar en el apartado de divulgación científica pero también en el de "espiritualidad", bueno tampoco es para tanto, lo dejo bien claro, este es un libro de divulgación puro y duro, de lo más serio, que las múltiples referencias al "mandala", no nos nublen la vista, este NO es un libro de espiritualidad, ni por asomo... ahora bien, en algunos aspectos hay más espiritualidad en el mismo que en una docena de tratados sobre el budismo,  aquí no se especula ni se hace referencia a dogmas religiosos de ningún tipo, no hace falta, porque si lo que se quiere mostrar y demostrar continuamente es la interconexión entre todos los seres vivos, tema muy importante y recurrente en toda espiritualidad oriental, el libro de G. Haskell es una muestra espléndida de que no hace falta recurrir a la religión para experimentar ese sentimiento "oceánico" de unión entre todos los seres vivos, ese sentimiento mágico de unión con el mundo... también la ciencia, especialmente la biología tiene mucho que decir cuando nos encontramos con un biólogo que no solamente sabe de qué habla, sino que sabe cómo cautivar al lector y llevarle a su terreno.

Habrá momentos en el libro donde nos detendremos en la pura anécdota, hay datos históricos, datos sobre la evolución de tal o cual especie, notas curiosas, información técnica de como se reproducen las flores, los insectos, los caracoles, sobre la digestión de los rumiantes, sobre las bacterias, sobre las enfermedades parásitos y comensales... y cuadros verdaderamente grandiosos que nos hacen asomarnos a esa infinita complejidad del mundo biológico y a la maravilla inenarrable que significa la vida.

"El sol es el origen tanto de la luz del alba como de los cantos matutinos de los pájaros. El resplandor del horizonte es luz filtrada a través de nuestra atmósfera; la música que impregna el ambiente es la energía del sol filtrada a través de las plantas y animales que alimentaron a los pájaros cantores. El encanto de un amanecer en abril es una red de energía que fluye. En un extremo sujeta a la red la materia que el sol ha convertido en energía, y en el otro extremo lo hace la energía que nuestra conciencia ha convertido en belleza"

El autor no siempre juega limpio, no siempre nos va a hablar de cosas que ha observado justamente en ese lugar, alguna historia nos contará sobre intensas nevadas y tormentas que resultan poco creíbles, algunas hay también sobre temas que no comenzaron con una observación en el mandala, poco importa, porque capítulo a capítulo nos vamos a encontrar con una lectura apasionante en la que uno no sabe lo que le espera a la vuelta de la esquina. 

Lo escribo aquí ahora, cualquier lector aficionado a temas de biología va a disfrutar un montón de este libro, palabra, cuando pienso en los grandes libros de divulgación científica que se han publicado en la última década no puedo dejar de tener la sensación de que últimamente parece que la física, sobre todo en sus variantes de física cuántica y cosmología, se ha convertido en la "prima donna" de la divulgación... cuando seguramente es la biología, para mí sin duda alguna, la rama más excitante y hermosa de todas. Si he visto un libro que parece haber sido escrito para "convertir" a lectores en devotos de la biología es precisamente este.

No hay nada demasiado humilde o demasiado trivial para no merecer un capítulo, a cual más interesante, desde el posado de una polilla sobre el cuerpo sudoroso del autor, nunca imaginé que una simple polilla ocultara tanto interés, una picadura de mosquito, unas huellas de ciervo en la nieve, una algarabía de cantos de pájaros en el bosque, los primeros brotes de la primavera, un ligero escarbar en el manto de hojas y aplicar una lupa, los sonidos del bosque al amanecer, al anochecer, un árbol tronchado en una tormenta, el ansia buscadora de una garrapata en el extremo de una ramita, el chirrido de una chicharra y un saltamontes, un encuentro casual con unos mapaches...

"Los seres humanos no han dedicado mucho esfuerzo a mejorar los prototipos de las primeras luces eléctricas. Con combustible ilimitado, ¿por qué íbamos a hacerlo? En cambio, tras el diseño de la luciérnaga hay millones de años de prueba y error. Los coleópteros siempre han andado cortos de energía y han producido una lámpara que desperdicia poco y que, en lugar de sustancias químicas extraídas del suelo, utiliza como combustible su propio alimento"

Hay capítulos donde se centra en un elemento muy concreto, profundiza, y nos desvela mil y una cosas que nunca hubiésemos imaginado... otros como el fantástico "la hojarasca" nos dejará patidifusos, a mí personalmente me dejó temblando, por sus implicaciones filosóficas y espirituales, no volverá el lector a contemplar JAMAS un bosque con los mismos ojos, lo aseguro. El título en inglés "El bosque invisible" me parece mucho más acertado que escogido en castellano que roza la vulgaridad, tirón de orejas para los editores. Se trata de que nos pongamos en el papel del autor, de que intentemos ver y sentir lo que el ve y siente, de experimentar su sentido de maravilla, y también de vértigo, ante la complejidad de la vida y el infinito entramado de las relaciones entre los seres vivos... ese bosque invisible que ninguno vemos cuando paseamos por la naturaleza, pero que está ahí y es más importante de lo que podemos imaginar. 

Dicen que hay varios niveles de ignorancia, está aquello que uno cree saber y que no es cierto o simplemente es incompleto, aquello que uno sabe que no sabe, y lo más interesante de todo, aquello que no solamente ignoramos, sino que ni siquiera sospechamos que está ahí, que no sabemos que no sabemos, cosas que no solamente están más allá de nuestro conocimiento sino también de nuestra imaginación... G. Haskell nos lanzará una buena andanada de ese tipo de cosas en este libro, lo hará con sencillez, con humildad y sin largarnos sermones ecologistas de ningún tipo, nos mostrará la realidad cruda, tal cual es, y dejará que sea el lector quien tome sus propias conclusiones.

Para terminar unas palabras del autor sobre la contemplación de la naturaleza, tal y como él la entiende, tal y como la ha usado en la elaboración de este libro:

"Todos tenemos formas de aprender distintas, así que tal vez sea impertinente que sugiera cómo observar estos mandalas. Sin embargo, me parece que vale la pena compartir con las personas que quieran intentarlo dos ideas surgidas de mi experiencia. La primera es olvidarse de las expectativas. Esperar emoción, belleza, violencia, iluminación o comunión se interpone en el camino de una observación nítida y empaña la mente de inquietud. Solo hay que esperar que los sentidos estén abiertos con entusiasmo.

La segunda sugerencia es inspirarse en la práctica de la meditación y centrar la mente todas las veces que haga falta en el momento presente. La atención se desvía sin cesar y es preciso devolverla con delicadeza a su sitio. Una y otra vez, hay que buscar los detalles sensoriales: las particularidades del ambiente sonoro, la sensación y el olor del lugar, las complejidades visuales. Esta práctica no es árdua, pero sí exige unos actos deliberados de la voluntad"


Lo mejor: Un ensayo fascinante, de lo mejor que se puede leer sobre divulgación... hay libros que pasan sin pena ni gloria por la vida de sus lectores y son rápidamente olvidados, la mayoría me temo; pero hay otros que tienen algo especial, que desde el principio ocupan un lugar de honor en cualquier biblioteca y uno no se despide de ellos con un "hasta siempre", sino con un emotivo "hasta luego"... el hermoso ensayo de George Haskell es de estos últimos. Simplemente imprescindible.

Lo peor: El libro solo puede interesar a aquellas personas que ya hayan leído anteriormente obras parecidas, el terreno de la divulgación científica, incluso en temas tan aparentemente atractivos como la biología y la observación de la naturaleza, desde luego que no es para todo el mundo... algún capítulo hay en el que el lector no podrá evitar rascarse todo el cuerpo... aviso ;-). 

El orden del libro es un poco caótico, no encontraremos ninguna unidad temática ni orden, salvo el impuesto en sus capítulos... un servidor ama perderse en los laberintos de ese bosque que nos describe el autor, pues es para mí una invitación a volverme a recorrer sus sinuosos senderos, pero quizás a otros lectores no les guste ese caos, o quizás hubieran deseado una mayor implicación de Haskell en asuntos de la defensa de la naturaleza, o una mejor organización. Casi toda la abundante bibliografía que se cita en el último apartado está todavía sin traducir al castellano.



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